domingo, 9 de julio de 2023

"Llenad la tierra y sometedla, dominad..." Pero ¿de qué manera? Dominio técnico y dominio mágico de la naturaleza (1/5)

El mandato dado desde los orígenes por Dios a la humanidad del dominio sobre el mundo sensible implica la cuestión moral del modo de dominar la naturaleza. Los presentes vértices del desarrollo tecnológico y las hoy difundidas corrientes gnósticas (místicas esotéricas, ocultismo, new age, y artes mágicas en general), comportan esclarecer la distinción entre el dominio técnico y el dominio mágico de la naturaleza. Intentaremos hacer algo de luz sobre estas cuestiones siguiendo la línea de pensamiento que a la vez une y separa nombres como los de Galileo Galilei, René Descartes y Giordano Bruno. [En la imagen: Moisés y Aarón ante el Faraón, Moisés con la serpiente y creando una de las plagas de Egipto al convertir en sangre con su vara las aguas del Nilo. De la Biblia visigodo-mozárabe. Archivo Capitular de la Real Colegiata de San Isidoro, León, España].

Los orígenes y el desarrollo de la magia
   
----------La palabra Mago, según sus orígenes etimológicos, deriva del antiguo persa magu, de donde viene magnus, grande; conectado con el sánscrito maha, grande y mahati: magnificar, honrar, sacrificar. El sacrificio pone en juego la idea del poder del sacrificio, de donde proceden el alemán macht y el inglés might y la idea del matar a la víctima, de donde procede el español matar y el italiano ammazzare o mattanza, de donde procede el latín mactare, sacrificare y de ahí al italiano y al español.
----------Herodoto usa el término magos para designar a los sacerdotes medos y persas, dedicados a la astrología, a la adivinación y a la interpretación de los sueños. De la investigación de los astros ellos recibían indicaciones para la conducta humana, en cuanto que los astros eran considerados seres divinos. Los Magos que llegaron a Belén para visitar al niño Jesús no eran otros sino estos, por lo cual sería mejor llamarlos "brujos" y no magos. Lo que asombra, por tanto, en este conmovedor episodio del Evangelio es cómo Cristo, desde ese momento, logra atraer hacia sí incluso a los idólatras y a los brujos.
----------Sin embargo, la magia tiene orígenes antiquísimos, que son objeto de estudio de la historia de las religiones. El hombre primitivo tiene un concepto de la divinidad a la manera de una fuerza que lo domina, lo sobrepasa, pero de la cual quiere obtener favores: he aquí el concepto del sacrificio y de la religión; pero al mismo tiempo el hombre tiene la ambición de poder dominar a la misma divinidad obligándola a hacer lo que él quiere. Y he aquí que aparece el momento de la magia y de la superstición. Desde la más remota antigüedad, por tanto, se han alternado en nosotros el momento de la humildad, que genera el culto divino y la religión, y el momento de la soberbia, que genera la magia y la superstición.
----------Jacques Maritain dice que "Bergson ha mostrado muy bien que el elemento primordial que se encuentra en el origen y en el fondo de la magia es la relación de causalidad". Maritain cita pasajes debidos a Henri Bergson: "El hombre ha reconocido inmediatamente que el límite de su influencia normal sobre el mundo exterior se había alcanzado pronto. Pero no se resignaba a no ir más allá. Continuaba por tanto el movimiento, y así como el movimiento, de por sí, no obtenía el efecto deseado, era necesario que se hiciera cargo la naturaleza... Las cosas estarán entonces más o menos cargadas de obediencia y de poder; dispondrán de una fuerza que se presta a los deseos del hombre y de la cual el hombre podrá apoderarse... Las operaciones de la magia inician ese acto que el hombre no puede llevar a término. Hacen el gesto que no llegará a producir el efecto deseado, sino que lo obtendrá si el hombre sabe forzar la complacencia de las cosas. La magia es, por tanto, innata en el hombre, no siendo más que la exteriorización de un deseo del cual está lleno su corazón".
----------Esto lo cita Maritain en el capítulo El signo mágico y el régimen nocturno del espíritu, en Cuatro ensayos sobre el espíritu en su condición carnal, edición Club de Lectores, Buenos Aires 1943, p.81 (libro que tiene prólogo de mi venerado profesor, mons. Octavio Nicolás Derisi). En este ensayo Maritain también cita a Lucien Lévy-Brühl, quien estudió a fondo las prácticas mágicas de las poblaciones primitivas de Australia, poniendo en luz cómo la magia se actúa bajo el signo del mito y de la prevalencia de la imaginación sobre la razón. Sin embargo, el principio fundamental de la magia es la soberbia del hombre que pretende obrar como Dios, por lo cual también el idealismo hegeliano, por muy organizado que esté a nivel del concepto y de la lógica, al final no difiere mucho de las ambiciones de los aborígenes australianos.
----------Las prácticas mágicas de las poblaciones primitivas están reguladas por la ejecución de acciones rituales tradicionales ancestrales, de competencia del mago, del chamán o del hechicero, sobre la base de la recitación de fórmulas fijas o de conjuros, acompañadas de la exhibición de especiales figuras, del lanzamiento de especiales señales, de la ejecución de gestos apotropaicos o evocadores, de cantos, himnos, danzas y gestos simbólicos convencionales, o con la precisa elaboración de especiales preparados químicos u orgánicos, que se suponen aptos para suscitar las fuerzas de los espíritus benéficos o maléficos.
----------Ahora bien, debe decirse a clara letra que la magia es una solución falsa e ilusoria dada al problema del poder del espíritu sobre la materia y sobre el cuerpo. Su instancia de crear una armonía es correcto. Y también es acertada su percepción del primado del espíritu sobre el cuerpo. Pero es excesivo el poder que da al espíritu y engañosa su concepción desmaterializada e idealista de la materia, que se asemeja a la de Berkeley (esse est percipi), concepción que debería asegurar este dominio del espíritu.
----------Por el contrario, sucede que en la práctica las suertes se invierten. La materia, que es de ese modo humillada, se toma revancha. El mago, que en la práctica materializa el espíritu, se encuentra con un resultado completamente decepcionante pero del todo lógico: confundir la materia con el espíritu solo puede conducir a la confusión del espíritu con la materia. Y por lo tanto al final no se da ningún dominio del espíritu sobre el cuerpo, sino que la carne domina sobre el espíritu materializado.
----------Lo cierto es que la verdadera unión del espíritu con el cuerpo se tiene en el Cristianismo, gracias a la Encarnación del Verbo. Aquí tenemos respetada la distinción entre espíritu y cuerpo y la superioridad del primero sobre el segundo y más aún la elevación de la corporalidad al nivel de la vida divina en aquello que san Pablo llama "cuerpo espiritual" (1 Cor 15,45). Esta instancia de espiritualización del cuerpo y de incorporación del espíritu, la rencontramos también en el misticismo chiita iraní: véase Henry Corbin, Cuerpo espiritual y Tierra celeste. Del Irán mazdeísta al Irán chiíta (Ediciones Siruela, Madrid 2006).
----------La magia, por otro lado, no implica una sujeción a Dios y a sus leyes sobre la naturaleza y sobre el hombre, sino que, como explica claramente la Sagrada Biblia, está asociada a la idolatría. En la India tiene bases panteístas, en cuanto que el hombre no es visto como una creatura en relación personal con Dios y distinto en cuanto espíritu de la materialidad de la naturaleza, a la que él puede dominar obedeciendo a las leyes que Dios creador ha puesto en la naturaleza, sino que hombre, naturaleza y Dios, son concebidos como un Uno-Todo, materia-espíritu, de modo que todo actúa sobre todo, y todo padece por todo. La operación del mago, por tanto, no es la de un agente con un poder finito, distinto de Dios y de la naturaleza, sino que es el actuar y padecer mismo del Dios-naturaleza-hombre sobre sí mismo y sobre partes de sí mismo.
   
Los orígenes del modo de pensar mágico
   
----------Las primeras autorizadas señales o informaciones en Occidente de las prácticas mágicas nos son dadas por la propia Sagrada Escritura con la narración del enfrentamiento de Moisés con los magos de Egipto (Ex 8,13). Moisés demuestra estar en posesión de un poder superior al de ellos, porque participa del mismo poder divino. Este episodio nos muestra la semejanza entre el poder mágico y el taumatúrgico.
----------La Escritura distingue claramente las diversas formas de causalidad activa y eficiente humana, angélica y divina: la creación, la taumaturgia, la transformación, la transubstanciación, la generación, la técnica, el trabajo, la poesía (Maritain pone en guardia contra el riesgo de confundir la poesía con la magia en el libro escrito junto a Raissa: Situación de la Poesía, Desclée de Brouwer, Buenos Aires 1948, traducción de Octavio Derisi y Guillermo Blanco). Y distingue claramente todas estas actividades de la magia y de las actividades supersticiosas como el culto a los ídolos, la adivinación, la nigromancia, la teúrgia, la astrología, la alquimia, el maleficio, el culto astral. La Biblia habla extensamente de las primeras, elogiándolas y exaltándolas, mientras que condena y prohibe severamente las segundas (Ex 2,17; Lev 19,26; Dt 18,10).
----------La magia en efecto supone presentes los vicios de la soberbia y de la arrogancia de querer operar sobre la naturaleza y sobre los hombres y quizás sobre Dios mismo con un poder igual al divino, implica la producción de obras prodigiosas y falsos milagros para alejar a los hombres de Dios, para hacerlos independientes de Él, con la pretensión de ser autosuficientes, pero en realidad convirtiéndose en siervos del demonio, que es el inspirador y maestro de las artes mágicas.
----------La magia, por lo tanto, engañando al mago haciéndole creer que posee una ciencia (la gnosis) igual a la divina, y emancipándolo por tanto del deber de obedecer a la ley moral y a las leyes establecidas por Dios en la naturaleza, pero valiéndose él mismo de su propio arbitrio para hacerse legislador de la naturaleza humana y del mundo físico, autoriza cualquier manipulación, alteración y perturbación del orden natural, tanto físico como humano, con daños inmensos para el hombre y para la naturaleza.
----------Como sabemos, la cultura hebrea que nos ha dado la Biblia, nos ha dado también la Cábala (para un panorama de las prácticas mágicas de la Cábala, véase: Julio Meinvielle, Influsso dello gnosticismo ebraico in ambiente cristiano, a cargo del padre Ennio Innocenti, Edizioni della Sacra Fraternitas Aurigarum in Urbe, Roma 1988). Y como la Biblia con gran claridad y sin compromisos y dobleces nos pone en guardia contra la magia, explicando de ella su fin idolátrico, la soberbia gnóstica, la violencia sobre la naturaleza y sobre el hombre, el delirio de omnipotencia, la eficacia ilusoria, el daño para el hombre, la ofensa a Dios y la influencia demoníaca, así la Cábala con vanos sofismas estimulando nuestra manía de grandeza, mezcla dichos bíblicos con la revelación de falsos misterios, con la promesa de poderes sobrehumanos (el "transhumanismo" está ya aquí), con sentencias y recetas provenientes precisamente de aquellas prácticas mágicas egipcias, que Moisés habían sabido victoriosamente desacreditar y demostrar inconsistente en su arrogante vanidad.
----------Un retorno del interés por la magia se produjo, como es sabido, con el Humanismo florentino del siglo XV, cuando Marsilio Ficino quiso valorizar el así llamado Corpus hermeticum, una colección de escritos mágicos que luego fueron atribuidos a un legendario Hermes Trismegisto, de ahí el término "hermetismo" atribuido a estas doctrinas esotéricas (cf. Frances Yates, Giordano Bruno e la cultura europea del Rinascimento, Edizioni Laterza, Bari 1995; Giordano Bruno y la Tradición Hermética, Editorial Ariel, Barcelona 1983).
----------Se suponía que estos escritos "herméticos" contendrían las enseñanzas de los magos del antiguo Egipto. Posteriormente, los estudiosos han comprobado que en realidad son doctrinas neoplatónicas del siglo III, que han inspirado también la teúrgia de Proclo y Jámblico. Por tanto, se trata de doctrinas neoplatónicas donde la voluntad humana, partícipe de lo divino, potencia al espíritu más allá de sí mismo aumentando su poder frente a la materia, de tal manera de ser capaz de plasmarla según la intuición de las ideas.
----------En el mismo ambiente florentino vivió y trabajó Giovanni Pico della Mirandola, quien, luego de haberse planteado el problema de cuál era la dignidad del hombre, se dedicó a investigar todas las fuentes de información de las cuales la Florencia de Lorenzo el Magnífico en ese momento estaba surtidísima.
----------Entonces Pico, mente prodigiosamente dotada, obró una síntesis, a decir verdad bastante ecléctica e incoherente, pero genial y entusiasmante, de la cual él derivó, exponiéndola en su famoso De dignitate hominis, la concepción del hombre como creatura a la cual Dios no ha asignado una naturaleza precisa, fija, inmutable, delimitada e infranqueable, sino que le ha dado la facultad de determinarse, moldearse, modificarse, aumentarse y perfeccionarse a sí mismo a su arbitrio indefinidamente, más allá del punto de partida creado por Dios.
----------El hombre, por consiguiente, no tiene según esta concepción tanto la tarea de poner en acto las potencias naturales determinadas por las fuerzas limitadas establecidas por Dios como constituyentes esenciales y específicos de la naturaleza, sino que más bien tiene el poder y la facultad de establecer por sí mismo las formas, las modalidades, los límites y los grados de su actividad de libre auto-determinación y de auto-actuación o auto-realización de su naturaleza.
----------En el cuadro de esta visión, Pico sostiene el valor de aquello que él llama "magia natural" o "magia blanca", que sería una magia benéfica resultante del empleo de las solas fuerzas humanas tal como Pico las ha definido. Ahora bien, para juzgar acerca de la licitud o no de la magia, no basta considerar el fin por el cual opera, sino que es necesario también dar una valoración sobre el método con el que opera.
----------Ahora bien, Pico de la Mirándola detestaba indudablemente ese obrar mágico que se vale de la ayuda del demonio, principio de la así llamada "magia negra", en cuanto ella no puede procurar en absoluto al hombre ningún bien. Sin embargo, Pico no desdeñaba la así llamada "magia blanca o natural" bajo el pretexto de que ella es benéfica. De acuerdo: pero Pico pasó por alto el hecho de que el método que pretendía usar, es decir, la idea de poder él libremente determinar los límites de su naturaleza humana, es una idea contraria al verdadero plan de Dios sobre el hombre, por lo cual partiendo con el pie equivocado, su "magia blanca o natural" no podía más que resolverse o en una vana ambición o en una estafa.
----------Vale aquí recordar que el papa Alejandro VI dejó escapar precipitadamente una imprudente aprobación privada a la idea de Pico de la Mirándola; pero su sucesor, el papa León X, hizo pronunciar por el Santo Oficio una sentencia contraria. Pico se avino a la decisión papal, se hizo amigo de Savonarola y a su muerte quiso que su cuerpo fuera vestido con el hábito dominicano. Pero las ideas de Pico continuaron ejerciendo una influencia, en modo especial sobre Giordano Bruno, quien las alejó aún más de la verdad al insertarlas en su sistema panteísta, según el cual el hombre no es ya una simple criatura delante de Dios, como Pico todavía admitía, sino que es el punto de conjunción entre el mundo que se hace Dios y Dios que se hace mundo.
----------Aquí el hombre es presentado como esencialmente dotado de un poder divino a su disposición, para así ser capaz de aumentar y de reforzar por sí su propio poder hasta ser capaz de poder operar sobre la naturaleza tal como para dar vida a la máquina y a la sustancia natural.
----------En el siglo XVII, con Campanella y Leibniz, quien parece haber estado en contacto con la Fraternidad Rosacruz, se difunde en ciertos círculos esotéricos la convicción (que es de origen neoplatónico y por tanto idealista), de que toda la naturaleza física está animada por al menos un alma sensitiva.
----------Esta convicción también estará presente en Bruno. Mientras que en Spinoza la materia está reducida cartesianamente a extensión, por lo cual los únicos movimientos de los cuerpos son los locales y mecánicos, y el libre querer no juega ningún papel, en la cosmología neoplatónica de Campanella y Leibniz todas las sustancias físicas son sustancias vivientes y sentientes, de hecho, para Leibniz, verdaderos y propios espíritus durmientes e inconscientes, que, abriendo la mirada, se convierten en las almas de los vegetales, de los animales y se convierten en sujetos inteligentes y volitivos, es decir, en las almas humanas del hombre y con una ulterior concienciación se convierten en espíritus angélicos, los cuales están unificados en torno a la suprema mónada absoluta e infinita y por obra de ella, al Uno de los muchos, que es Dios.

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