domingo, 2 de abril de 2023

La teología acerca del sacrificio de Jesús (2/11)

La cruz no es de ninguna manera un evento contingente, sino completamente necesario para la salvación. Sin la cruz no hay salvación. La salvación es el producto y el efecto de la cruz, así como el bien vence al mal, la vida salva de la muerte y la luz disipa las tinieblas. [En la imagen: fragmento de "El Cristo amarillo", óleo sobre lienzo de 1889, de Paul Gauguin, conservado y expuesto en el Museo Albright-Knox, Buffalo, USA].

Respuestas a Carlo Molari sobre el valor expiatorio y satisfactorio del sacrificio de Cristo
   
----------Continuando con el tema iniciado en la nota anterior, en que examinamos las tesis del padre Alberto Maggi acerca del sacrificio de Jesús, en las publicaciones de hoy y de mañana consideraremos algunos pasajes publicados por el teólogo padre Carlo Molari [1928-2022], fallecido el año pasado, que he extractado de un artículo publicado el 5 de julio de 2017, pero que ha sido tomado de un informe que se había publicado el 30 de julio de 2009. Responderé por puntos al texto de Molari.
----------1"Los motivos por los cuales Jesús ha podido hacer de la cruz, que era condena injusta, consecuente al rechazo a aceptar su propuesta de conversión para la venida del Reino de Dios, un acontecimiento de salvación, no son precisados en modo articulado y forma uniforme en la Escritura".
----------Respuesta. Frente a tal declaración de Molari, se debe recordar que Cristo ha enseñado que habría de dar su vida en rescate por muchos (propter nostram salutem), que levantado de la tierra, habría de atraer a todos hacia sí, que él era la serpiente alzada en el desierto mirando hacia la cual los hombres habrían de ser salvados, que cada uno de nosotros debe tomar su cruz y seguirlo, que ofrecía su cuerpo y su sangre en sacrificio para la remisión de los pecados, afirmaciones todas reflexionando sobre las cuales la Iglesia en los siglos posteriores habría de entender que Jesús ha realizado la profecía de Isaías cap. 53 del Siervo de Dios, el cual, tomando sobre sí, inocente, el peso de nuestras culpas, nos ha liberado del pecado y de la muerte con el sacrificio sacerdotal de sí mismo (Heb cap. 10) en el altar de la cruz, ofreciéndose en sacrificio expiatorio y reparador para la remisión de los pecados (Consagración eucarística), ha pagado con su sangre el precio de nuestro rescate dando así adecuada compensación y satisfacción al Padre en nuestro lugar (Concilio de Trento, Denz.1529) por la ofensa recibida por el pecado, nos ha reconciliado con el Padre y ha atraido sobre los pecadores arrepentidos el perdón y la misericordia del Padre.
----------La Sagrada Escritura presenta la obra salvífica de Cristo bajo seis esquemas interpretativos que han entrado en la formulación del dogma de la redención:
----------1) Jesús ha pagado en nuestro lugar el débito o deuda de la culpa o el precio de nuestro rescate. Esquema de la transacción económica o esquema redentor.
----------2) Jesús nos ha liberado de la esclavitud del demonio arrancándonos de su poder y restituyéndonos a la sujeción al Padre. Esquema demonológico-liberacionista.
----------3) Jesús se ha ofrecido en sacrificio cultual expiatorio para la remisión de los pecados obteniéndonos gracia, misericordia y perdón de parte del Padre. Esquema cultal religioso.
----------4) Jesús se ha interpuesto como el mediador de paz entre Dios y los hombres. Esquema de la reconciliación.
----------5) Jesús ha dado satisfacción al Padre en nuestro lugar y nos hecho capaces de obrar meritoriamente por nuestra salvación, que es don gratuito del Padre. Esquema jurídico-salvífico.
----------6) Jesús es el médico que con la gracia de la cruz nos cura de la enfermedad del pecado, nos devuelve la salud y nos da la vida después de la muerte. Esquema sanitario.
----------2"Los componentes de la historia de la salvación son fundamentalmente dos: uno descendente, constituido por la acción divina que a través de Cristo ofrece gracia y perdón al hombre, el otro ascendente, constituido por el camino del hombre Jesús que, atraído y conducido por la gracia del Espíritu alcanza la perfección de la identidad filial (cfr "alcanzó la perfección" Heb 5,9) y traza para el hombre el camino hacia la vida eterna, ofreciendo al mismo tiempo la fuerza del Espíritu para recorrerlo".
----------Respuesta. Es correcta la afirmación de la acción descendente divina y la ascendente humana de Cristo. La primera implica la gratuidad de la salvación. La segunda implica el mérito. "Alcanzó la perfección" no se refiere al Hijo, ya de por sí perfecto ab aeterno, sino a la humanidad de Cristo, en cuanto Cristo, en el curso de su vida terrena, ha progresado en la virtud (cf. Lc 2,52).
----------3. Dice seguidamente Molari: "El primer modelo, prevalentemente ascendente, considera a Jesús como el Hijo/siervo que en la cruz ofrece a Dios reparación por los pecados de los hombres y merece de Dios aquellos dones de gracia que salvan a toda la humanidad del mal, justificándola. Las metáforas utilizadas en el Nuevo Testamento y las referencias proféticas del Antiguo Testamento han provocado diferentes explicaciones sobre el rol desarrollado por Jesús al ofrecer a Dios la justa compensación por los pecados de los hombres, como su sustituto y/o representante. Él, sufriendo y muriendo, según las diversas metáforas, habría cumplido un sacrificio de expiación, pagado el precio del rescate, ofrecido una satisfacción proporcionada a la ofensa recibida, sufrido la pena del pecado en lugar de los hombres o como su representante".
----------Respuesta. Observo que todas estas afirmaciones no deben ser puestas en modo condicional, sino en modo indicativo porque son las diversas expresiones del dogma de la redención.
----------4"Se mantiene en esta perspectiva una grave dificultad ya advertida de modo genérico por el Catecismo del Concilio de Trento. Después de haber declarado que toda religión y la fe cristiana se fundan en la eficacia salvífica de la cruz, afirma: 'Si hay algo que dificulta la mente y la inteligencia humana, es ciertamente el misterio de la cruz, el más difícil entre todos, y difícilmente podemos concebir que nuestra salvación dependa de la cruz y de aquel que fue clavado en ese madero por nosotros' (Catecismo del Concilio de Trento P.1, a.4, n.57)".
----------Respuesta. Estas palabras del Concilio de Trento son verdaderamente conmovedoras, porque dan testimonio de la humildad de la Iglesia, que es también Esposa de Cristo e intérprete infalible de su palabra y de su Misterio, humildad de la Iglesia ante la incomprensibilidad del Misterio, en la conciencia de la limitación de nuestra débil razón y de la pobreza de nuestros conceptos, por más verdaderos que sean, en el comprender el aparente escándalo de la Cruz que nos salva.
----------5"Prácticamente, la dificultad se ha resuelto con la adición de un componente descendente constituido por las estructuras eclesiales y sacramentales, ligadas a la cruz, a través de las metáforas del agua y de la sangre que brotan del costado de Cristo. La cruz salvaría porque mueve a Dios a difundir gracia. En efecto, la salvación deviene efectiva cuando la acción redentora de Cristo encuentra la aceptación del Padre, quien en su respuesta benévola introduce al hombre en una nueva condición de existencia, haciéndolo renacer como hijo, lo libera de los males eventualmente provocados por el pecado y lo acoge en el reino definitivo de la vida".
----------Respuesta. Todo esto es exacto, pero debe ser puesto en indicativo por los motivos antes mencionados.
----------6"Todo esto depende de la acción desarrollada por Cristo, de los méritos adquiridos por Él, pero de hecho se cumple a través del Espíritu derramado por Cristo resucitado y, por tanto, a través de la actual acción de su Iglesia y de sus sacramentos. Este modo de pensar a nivel de la piedad popular ha llegado hasta el Concilio Vaticano II y en algunos ámbitos eclesiales permanece hasta ahora".
----------Respuesta. No se trata de un "modo de pensar al nivel de la piedad popular", como dice Molari, sino del modo de pensar de la Iglesia en su formulación dogmática.
----------7"Realmente atribuir a Dios voluntad vindicativa o punitiva no se concilia con la imagen evangélica de Dios que, como había prometido en los profetas ('perdonaré su iniquidad, y no me acordaré más de su pecado' Jer 31,34), en Cristo ha llegado a ofrecer perdón 'gratuitamente, por gracia' (Rm 8,14) 'no imputando a los hombres sus culpas' (2 Cor 5,19) precisamente en el momento en el cual los hombres rechazaban en modo violento la propuesta de Jesús y no aceptaban la oferta de la Nueva Alianza. El Dios revelado por Jesús ofrece perdón por propia iniciativa y sin poner condiciones preliminares".
----------Respuesta. En Dios hay una voluntad de justicia, que ha conllevado el castigo del pecado de Adán con la muerte y la voluntad del Padre de que el Hijo, tomando sobre sí, Él inocente, el castigo en nuestro lugar (Is c.53), compensara con su sacrificio y reparara por la ofensa sufrida por el pecado del hombre.
----------Y hay una voluntad de misericordia, por la cual el Padre por misericordia ha querido que el hombre en Cristo pudiera ser capaz de pagar la deuda de la pena del pecado y por consiguiente, uniéndose a la cruz salvífica de Cristo, obtuviera el perdón de las culpas y pudiera colaborar con los méritos de las obras buenas de la penitencia para su propia salvación.
----------Por lo tanto, si bien no existe lo que Molari denomina una "condición preliminar" para nuestra salvación que dependa de nosotros, sino que la iniciativa de nuestra salvación es la gracia preveniente, sin embargo, una vez que estamos en gracia, la salvación deviene condicionada por el cumplimiento de nuestras buenas obras en gracia, esta vez llamada consecuente.
----------De tal modo, el Padre ha perdonado gratuitamente al hombre arrepentido la deuda por la culpa del pecado gracias al sacrificio de Cristo, pero al mismo tiempo el Padre ha querido que gracias al sacrificio de Cristo fuera pagada la deuda de la pena o bien fuera descontada o expiada la pena del pecado (es decir, la muerte), la cual pena, gracias al poder salvífico de la cruz, ha sido transformada en principio de reconciliación del hombre con el Padre y germen de vida eterna.
----------8. Sigue diciendo Molari: "La perspectiva descendente se refiere al testimonio de amor que Cristo ha ofrecido en modo sublime en la cruz, y a la fuerza del Espíritu que ha infundido en la historia humana por su fidelidad al testimonio del amor. El componente ascendente (lo que Jesús ofrece a Dios para la salvación del hombre) ha desaparecido por completo y la cruz ha devenido el símbolo de la misericordia de Dios que, como había prometido por los profetas ('perdonaré su iniquidad, y no me acordaré más de su pecado' Jer 31,34), en Cristo ha llegado a ofrecer perdón 'gratuitamente, por gracia' (Rm 8,14) 'no imputando a los hombres sus culpas' (2 Cor. 5, 19) precisamente cuando los responsables del pueblo rechazaban en modo violento la oferta y no reconocían el tiempo de la Nueva Alianza ofrecida en Jesús".
----------Respuesta. El componente ascendente, es decir, la ofrenda sacrificial de Sí al Padre hecha por Cristo, no desaparece en absoluto con la realización del componente descendente, porque este es solo la parte de Dios en la obra de salvación, pues Dios quiere que nosotros también hagamos nuestra parte, porque ha querido que el hombre se salvara no por sola gracia (¡demasiado cómodo!), como creía Lutero, sino colaborando con sus méritos en la obra de la gracia, lo que implica de nuevo el aspecto sacrificial de la obra de la salvación. De nada serviría que Cristo se haya sacrificado por nosotros si no unimos nuestros sufrimientos con los suyos.
----------9. A continuación dice Molari: "Muchas páginas bíblicas afirman con claridad que Jesús ha recibido de parte de Dios la misión de transmitir a los hombres una palabra de misericordia, el poder del Espíritu Santo. A los que están 'agobiados y oprimidos' Jesús promete: 'encontraréis descanso' (Mt 11,28). Dios no nos ha salvado en Cristo porque ha recibido de Él una adecuada reparación, sino porque por medio de Él ha ofrecido a los hombres dones de vida. En esta perspectiva, la cruz aparece como un acontecimiento contingente, determinado por el rechazo humano a acoger el Evangelio de la gracia".
----------Respuesta. Sí, pero también hay otras páginas que hablan de la necesidad de hacer penitencia, de vencer los vicios, de esforzarse por adquirir las virtudes, de saber renunciar a las tentaciones del mundo y saber alejar las insidias del demonio, así como de expiar los pecados en unión con la cruz de Cristo. Estas cosas no se contradicen con aquellas, sino que es necesario siempre ponerlas juntas, porque sólo así comprendemos verdaderamente cómo se realiza nuestra salvación. De lo contrario, permanecemos en nuestros pecados y en lugar de caminar hacia la salvación, caminamos hacia la perdición.
----------Por consiguiente, la cruz no es de ninguna manera un evento contingente, sino completamente necesario para la salvación. Sin la cruz no hay salvación. La salvación es el producto y el efecto de la cruz, así como el bien vence al mal, la vida salva de la muerte y la luz disipa las tinieblas.

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