jueves, 20 de abril de 2023

El anuncio del Evangelio comienza por el encuentro

En la obra de la evangelización, debemos cumplir lo mismo que hizo nuestro Señor Jesucristo en sus días en esta tierra: encontrarnos con todos, ir a todos, recibir a todos, y en primer lugar conocerlos, para así luego tener el gesto o la palabra adecuados hacia todos y cada uno. Pero primero conocerlos. Por supuesto, Cristo leía en los corazones. En cambio nosotros, los seres humanos, para conocer, necesitamos ver, escuchar, comprender al prójimo. [En la imagen: un momento en el diálogo del papa Francisco con un grupo de diez jóvenes, en el documental "Amen. Francisco responde", producido por la Walt Disney Company en 2023].

----------Como era previsible, al difundirse recientemente la entrevista que diez jóvenes de variada extracción le hicieron al papa Francisco en Roma, meses atrás, titulada "Amen. Francisco responde", una producción de la Walt Disney Company, además de la críticas que destacaron los aspectos valiosos y meritorios del evento, no faltaron las críticas adversas, lo cual ha venido sucediendo prácticamente desde el primer minuto en que el nuevo Papa, en 2013, habló por vez primera de modo espontáneo e improvisado.
----------Respecto a este documental, ya he expresado mi opinión días atrás, pero en este artículo diré algo más, relacionando esta aparición mediática del Romano Pontífice con otras muchas anteriores que se han dado desde el mismo inicio de su pontificado, procurando una visión global.
----------En esta ocasión, el Santo Padre aceptó el reto de responder las preguntas que le hicieron diez jóvenes, los cuales, aparentemente, parecen haber representado bastante bien el estado actual de la juventud en el mundo, particularmente aquella juventud más alejada de Dios y de la fe y moral evangélicas: una joven que ha padecido bulimia y tendencias al suicidio, un joven víctima de abusos en un colegio religioso, una persona que dijo ser "no binaria", un inmigrante musulmán, un joven que manifestó ser ateo o agnóstico, una joven argentina sedicente católica y catequista, pero embarcada en corrientes feministas y pro-abortistas, una ex-religiosa que vive en pareja lesbiana, una joven madre que se dedica a vender pornografía por internet, y una joven española católica, perteneciente al Camino Neocatecumenal.
----------A la vista de este tipo de exposiciones públicas del papa Francisco, las cuales han sido abundantísimas durante estos diez años de su pontificado, surgen algunas inevitables preguntas: ¿es realmente prudente que el Romano Pontífice se exponga públicamente de este modo? Sabiendo que sea cual sea su desempeño, siempre las opiniones y los juicios serán divergentes tanto entre los católicos en el seno de la Iglesia, como en el mundo fuera de la Iglesia, ¿no corren el riesgo estas exposiciones mediáticas en crear más divisiones, siendo como es él, el Papa, por voluntad de Cristo, principio visible de unidad para la Iglesia, y debiendo actuar como tal? Siendo consciente como Francisco lo es de sus limitaciones no sólo filosóficas o teológicas o científicas, sino incluso en términos de lenguaje y formas de expresarse, e incluso con carencias para dominar su talante y su humor, a fin de mantener un equilibrio acorde con lo que el Papa representa, ¿no se arriesga así a recaer en faltas de ambigüedad o de carencias argumentativas en términos de apologética, ante la obligación de defender la doctrina católica ante argumentos adversos que la atacan?
----------Son preguntas razonables, que seguramente el propio Francisco se ha hecho, y se han hecho también sus asesores y colaboradores más cercanos. De modo que, cualquiera sea el resultado de estos eventos, si un éxito o un fracaso (digamos de modo general, en términos de evangelización), ya desde el vamos, aún antes de llevarse a cabo este tipo de entrevistas, generan polémica y críticas adversas.
----------Claro que en las críticas que se hacen al Romano Pontífice, lo primero que salta a la vista es distinguir, por un lado, las críticas que provienen del mundo y, por otro lado, las críticas que provienen de los miembros de la Iglesia. Las primeras no deben extrañarnos, siempre han existido, sobre todo a partir del surgimiento del pensamiento moderno y la desaparición de la civilización cristiana, la cual se manifestaba en Estados confesionales y sociedades civiles cuya vida en general estaba impregnada de la fe y de la moral cristianas. Todo eso ya no existe ni volverá a existir. Las segundas, en cambio, sí que deberían llamar la atención, por la fidelidad y lealtad debidas al Papa, como padre común de todos los cristianos.
----------Sin embargo, dado que más allá de su oficio docente en el cual el Romano Pontífice es infalible, existen aspectos (los pastorales y de gobierno), en los cuales el actuar del Papa es falible, y por consiguiente no le está prohibido al auténtico fiel católico manifestar un respetuoso disenso respecto a modos de actuar del Santo Padre, o respecto a sus decisiones pastorales o determinaciones gubernamentales, o incluso respecto a su vida personal. El caso es que, desde el mismo día en que el cardenal Bergoglio ascendió al altísimo trono de Pedro, le han llovido críticas a este Papa por parte de los propios católicos.
----------De allí en más, toda entrevista, toda expresión casual, toda carta personal, o toda charla del Papa, ha sido objeto de críticas, por las razones ya bien conocidas por todos a partir de lo que ha venido sucediendo en estos diez años de pontificado, vale decir, los problemas derivados de su falta de dominio del idioma italiano, de su incontinencia verbal, de su inclinación por las bromas y chanzas, de su tendencia a usar modismos propios de Argentina que no todos entienden, etc., además de otros problemas más graves derivados de sus expresiones a veces imprudentemente ambiguas, que generan dificultades al fiel católico para interpretarlas en el sentido correcto (un esfuerzo que no siempre, ni todos, los fieles católicos están dispuestos a hacer, sobre todo cuando no les ayuda la falta de una simpatía humana hacia el actual Romano Pontífice).
----------Naturalmente, en lo que digo, me refiero a los fieles auténticamente católicos, dispuestos a mantener el respeto al Papa en cuanto Papa, sea quien sea hoy Pedro, la preocupación por estar atentos a sus enseñanzas, y en fidelidad al Magisterio del Concilio Vaticano II y de los Papas del post-Concilio, que es precisamente el conjunto de enseñanzas que marca el ritmo de la Iglesia peregrina en nuestro tiempo. No estoy hablando aquí de aquellos sedicentes "católicos" que, aunque minoritarios, son siempre muy ruidosos en manifestar su rebeldía no sólo contra este Papa, sino contra sus predecesores, a partir de san Juan XXIII, es decir, los pasadistas, que incluso aprovechan esta clase de intervenciones del papa Francisco, para desfogar toda su pirotecnia de críticas y acusaciones, hasta el punto incluso de acusarlo de herejía.
----------De todos modos, como he dicho, buena parte de la responsabilidad en las críticas la ha tenido el propio papa Francisco, por los motivos que líneas arriba he resumido. De hecho, creo que si el Santo Padre hablara un poco menos, si limitara su expresarse públicamente a los encuentros agendados, con discursos o alocuciones o intervenciones leídas y preparadas antes por sus colaboradores, si hiciera un esfuerzo (que quizás lo hace, de todos modos) por moderarse en su inclinación a las bromas, sobre todo si se trata de chanzas argentinas (frecuentemente no carentes del típico y notorio vicio de la altanería temperamental de los argentinos), quizás este Papa podría recibir de los fieles católicos mucho más cariño, mucho más extendido entre todas las clases de fieles de la Iglesia, mucho más del que se ha ganado merecidamente en estos diez años de pontificado, a partir de sus útiles enseñanzas, de sus encíclicas, de sus exhortaciones y cartas apostólicas, y de su indudable amor y entrega por los que sufren, por los marginados, por los que padecen cualquier tipo de opresión, se trate de católicos o no-católicos, de cristianos o no-cristianos, de creyentes o no-creyentes.
----------Sin embargo, creo que en cierta medida el papa Francisco parece haber aprendido de sus errores, y en estos últimos años se nota una mayor moderación en su hablar espontáneo y hasta una mayor contención respecto a su manifiesta tendencia a las expresiones provocativas. Esto en comparación a los primeros años de su pontificado, en los que sus exteriorizaciones incontinentes han sido más numerosas y estruendosas, como todos recordamos. Por citar ahora una al azar, a modo de ejemplo, la conferencia de prensa durante el vuelo de regreso a Roma tras su viaje a Armenia, el domingo 26 de junio de 2016.
----------En aquella oportunidad el Santo Padre manifestó espontáneamente posturas personales sobre diversos temas debatibles, compartibles o no, pero también explicó cuestiones doctrinales en modos que no fueron siempre fáciles de comprender en su sentido correcto, vale decir, expresiones ambiguas que, en cuanto referidas a temas de fe y de moral cristianas, debían ser entendidas por el fiel católico en su recto significado, lo cual no siempre es fácil para todos. Menciono algunos pasajes de aquella conferencia de prensa, para ayudar al lector en sus recuerdos, y también para contextualizar mejor el tema aquí tratado.
----------En aquella mencionada entrevista de 2016, un periodista se refirió a la postura de la Iglesia hacia los homosexuales, y en concreto a lo que en aquellos días había expresado el cardenal alemán Marx, hablando en Dublín, sobre la Iglesia y el mundo moderno, cuando había dicho que la Iglesia católica debe disculparse con la comunidad gay por haber marginado a estas personas. ¿Qué piensa usted? le preguntó al Papa el periodista. Y el Papa respondió al principio bien, recordando lo que enseña el Catecismo de la Iglesia Católica, acerca de que los homosexuales no deben ser discriminados, sino respetados, acompañados pastoralmente. Pero luego el Papa agregó: "Creo que la Iglesia no sólo tiene que pedir disculpas a esta persona gay, a la que ha ofendido, sino también a los pobres, a las mujeres y a los niños explotados en el trabajo... La Iglesia debe pedir disculpas por no haberse comportado bien muchas veces. Y cuando digo 'la Iglesia' me refiero a los cristianos, porque la Iglesia es santa, los pecadores somos nosotros..." 
----------Frente a este tipo de expresiones del Papa, debemos ejercitar nuestro respetuoso discernimiento: una cosa es cuando el Papa se manifiesta como docente de la Palabra de Dios, y explica la doctrina de la Iglesia, o recuerda las enseñanzas del Catecismo, y otra cosa distinta es cuando exterioriza posturas personales. En mi opinión, no veo por qué la Iglesia tenga que pedir perdón a los gay en general. Aunque el problema es complejo, pues el Papa es el Vicario de Cristo en la tierra para los católicos, tanto progresistas como conservadores, y debe ser respetado. Sin embargo, con igual franqueza digo que expresándose de ese modo, con sus opiniones personales, no siempre compartibles, corre el riesgo de perder terreno y autoridad concreta, al tener esta clase de salidas, como esta que aquí recordamos acerca de los homosexuales, que son salidas poco explicables, que terminan perturbando, inquietando o por lo menos desconcertando.
----------Afortunadamente, en aquella ocasión, el Papa dió alguna señal acerca del sentido de su expresión, cuando dijo: "cuando digo 'la Iglesia' me refiero a los cristianos...". Creo que el Papa quería decir otra cosa, esto es, advertir contra el riesgo de una conducta también verbal demasiado dura y sin misericordia o despiadada hacia los gay u homosexuales, y esto es correcto, porque a veces ha sucedido. Sin embargo, habría debido y podido asociar a esa afirmación una segunda parte en la cual recordara la gravedad moral del pecado de sodomía, vale decir completar el discurso. Pienso que él puede estar careciendo de la virtud de la prudencia, muchas veces ambiguo en sus afirmaciones que pueden ser interpretadas de varias maneras, habla demasiado y de forma improvisada, lo cual es algo malo especialmente para alguien como él que no domina otro idioma más que el español y que, incluso hablando el español, lo habla siempre al modo argentino, no siempre comprensible y aceptable por todos. En algunos casos es rudo o crudo o grosero.
----------Y aclaro lo de imprudente. Entiendo que en aquellos casos, como el que estoy recordando de 2016, el Papa era imprudente, porque cuando él habla es exigente, o sea, no puede evitar suscitar compromisos o empeños, sus declaraciones no son las del hombre de la calle ni las del párroco de campaña. En ciertos niveles es bueno evitar la facilonería, los descuidos, temas tan delicados no se tratan en una conferencia de cinco minutos en el vuelo del avión, que no es Magisterio y por lo tanto se puede criticar. No me hubiera gustado estar en los zapatos del pobre padre Lombardi en aquella ocasión, ni me gustaría estar en el lugar de un vocero de prensa del Papa. Es cierto que estar en contacto con el Romano Pontífice es una riqueza, un regalo de Dios. Pero hay Papas y Papas. Por citar uno, recordemos que san Juan Pablo II hacía revisar sus discursos, era humilde y prudente. En cambio, Francisco parece querer hacer todo por sí mismo, muchas veces habla a la ligera, improvisadamente, hace y deshace como quiere o se le antoja en cada momento, y crea problemas, además de la dificultad de interpretación. En un Papa es necesaria la humildad.
----------Alguien podría aquí argumentar que con aquellas salidas, en los primeros años de su pontificado, el Papa lograba un enorme éxito mediático. Pero, en mi opinión, también ese aspecto es difícil y complicado de valorar, y es un problema en muchos aspectos. Si te alaban ateos, comunistas y masones, mientras muchos católicos, progresistas o conservadores, tienen dudas, entonces hay algo que no funciona, pero Francisco parece no darse por enterado. Muchos católicos están preocupados, hay desorientación. Y aquí no existe el parangón atrevido que a menudo el Papa hace de Jesús que comía con los pecadores, Jesús hablaba claro y decía sí cuando era sí, no cuando era no. Indudablemente no podemos quitarle a este Papa lo bueno que tiene, especialmente en la pastoral social, y no estoy de acuerdo con las acusaciones de herejía, pero hay cosas que no van y estoy pensando en el lenguaje, en la imprudencia y en la facilonería incluso teológica en algunas circunstancias. No debería hablar improvisadamente y demasiado, crea pasticho, lío.
----------Antes de pasar a otro tema, y para cerrar mi referencia al tema de la sexualidad (tocado en aquella conferencia de prensa en 2016), y para que no le queden dudas al lector, afirmo con clara letra: sodomía es pecado. San Pablo es claro. Es un pecado mortal, son cosas que están en el Catecismo, y quien está en pecado mortal si muere sin arrepentimiento, va al infierno, y es bueno que también los sacerdotes y obispos se lo metan en la cabeza, y nosotros los sacerdotes lo tenemos que decir cueste lo que cueste.
----------Pero no quiero extenderme ahora con aquella conferencia de prensa del 2016. Repásela por su cuenta el lector para tener mayor idea de lo que aquí quiero recordar: la incontinencia verbal del papa Francisco. Por citar otro tema más, allí presente, lo ocurrido con Martín Lutero. ¿Acaso pudo haber sido Lutero realmente medicina para la Iglesia Católica? Sin embargo, el Papa dijo allí: "Lutero elaboró una medicina para la Iglesia, y luego esta medicina se consolidó en un estado de cosas, en una disciplina, en un modo de creer, en una manera de hacer, en una forma litúrgica...". También aquí vale el mismo argumento expresado líneas arriba. El Papa podría haberse ahorrado tal expresión, lo digo con filial devoción y afecto.
----------Ahora bien, eso fue en 2016. Pero hoy, 2023, lo vemos al Papa con este grupo de jóvenes, casi dos horas, enfrentado a un metralleo de preguntas que sonaban a tremendos disparates por parte de estos jóvenes, disparates que por otra parte son los mismos en los que cree la juventud actual.
----------Pero ante todo hay que distinguir: los "disparates" en este documental de la Disney, los han dicho varios de los jóvenes entrevistadores, no el Papa. El Santo Padre básicamente los ha escuchado, que es prácticamente lo único que podía hacer con personas desconocidas. Aún así, el Papa, en sus respuestas, no vaciló en hacer las debidas distinciones y dejar los puntos claros en varias cuestiones ríspidas. Aquellos "disparates" eran (moralmente) inevitables si se conformaba un grupo de jóvenes entrevistadores como el que se conformó para la ocasión: bastante representativo del lamentable arco iris real de la realidad juvenil actual. En eso el documental es valioso porque el Papa fue abordado por jóvenes reales, representativos de la mayoría de la juventud de hoy. Y verdaderamente la capacidad del Papa en escucharlos, y en mantener la compostura, han sido admirables. Francamente hablando, creo que pocos obispos y sacerdotes hubieran sido capaces de escuchar a estos jóvenes con la atención y delicadeza manifestados por el papa Francisco.
----------Para ir finalizando este artículo, en el que una vez más he querido exponer las virtudes y defectos humanos de este Papa, sus méritos y sus valores, pero también sus limitaciones, sus claros y sus oscuros, recordando aquellas primeras salidas mediáticas, tormentosas o explosivas o provocativas, y estas últimas, más contenidas y serenas, creo que, con tales antecedentes, a estas alturas, luego de diez años de pontificado, ya no deberían sorprendernos o impacientarnos expresiones del Santo Padre como las vertidas en esta película de la Disney Company. Lo que intento decir es que, a estas alturas, ya todos deberíamos estar lo suficientemente munidos de la necesaria capacidad de discernimiento como para mantener la calma y no llegar a dramatizar (ni llegar a la coprofilia periodística habitual en pasadistas y lefebvrianos como Valli, o como de la Cigoña o como Peretó Rivas, por mencionar sólo algunos más conocidos).
----------Como ya lo he dicho días atrás, creo que este documental nos muestra una vez más que el papa Francisco ha puesto en segundo lugar cualquier otro propósito en su pontificado, detrás de ese que es su primer objetivo: escuchar al mundo, que es el primer gesto de caridad hacia el prójimo, si se le quiere ayudar, y eventualmente conducir a Cristo. Creo que en ese documental de la Disney, es lo que el Santo Padre ha hecho con ese grupo de jóvenes que lo entrevistaron: más que responder a sus preguntas, los ha escuchado, que es el primer paso del anuncio cristiano ante alguien a quien no se conoce, y los ha escuchado de un modo admirable, un modo que probablemente pocos hubieran podido cumplir con mayor o siquiera similar atención y delicadeza como lo ha hecho este Papa. Es lo mismo que hizo nuestro Señor Jesucristo en sus días en esta tierra: ir a todos, recibir a todos, y en primer lugar conocerlos, para así luego tener el gesto o la palabra adecuada hacia ellos. Pero primero conocerlos. Por supuesto, Cristo leía en los corazones. En cambio nosotros, los seres humanos, para conocer, necesitamos ver, escuchar, comprender al prójimo.

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