En una reciente entrevista, el cardenal Gerhard Ludwig Müller se refirió a ciertos obispos calificándolos de "ignorantes teológicos", en cuestiones relativas a la autoridad doctrinal del Romano Pontífice. A decir verdad, el Cardenal pudo haberse quedado corto, pues quizás debió hablar más bien de obispos ignorantes del básico Catecismo de la Iglesia. [En la imagen: el papa Francisco al iniciar el viaje de regreso a Roma tras su reciente visita apostólica a Kazajistán].
----------En una Carta personal al cardenal Gerhard Ludwig Müller, el 6 de febrero de este año, el Santo Padre se refirió al ex prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, como "maestro de la doctrina católica", y no es poca cosa. Seguramente el Cardenal atesorará en su corazón semejante elogio, viniendo del Vicario de Cristo y Sucesor de san Pedro. Pero también es de suponer que el lucidísimo teólogo alemán ha comprendido muy bien que el del Papa no ha sido sólo un elogio, sino también un llamado a su oficio, a su tarea de teólogo, que es ante todo la de ser "maestro de la doctrina católica", esclarecedor de la Fe recibida, Fides quaerens intellectum, tanto para recordar sus rudimentos a los poco instruídos o a los desviados por malententidos o equívocos, como para crecer en su entendimiento, dócil a las solicitaciones del Espíritu Santo.
----------Esa tarea de recordar los rudimentos de la Fe es la que ha desarrollado el cardenal Müller en una reciente entrevista del sitio Infovaticana (al que un malévolo sobrino mío suele llamar "Defovaticana"). Cuando el periodista le preguntaba sobre el "camino sinodal alemán" y el apoyo dado por algunos obispos alemanes, como Marx y Bätzing a los textos que piden al Papa un cambio en la moral sexual, la ordenación de mujeres y la visión de la homosexualidad, el Cardenal no ha tenido más remedio que armarse de paciencia ante la requisitoria, y recordarle al medio español lo que cualquier niño de buen Catecismo básico sabe: "Hay dos errores en esto que solo los ignorantes teológicos pueden cometer: 1) el Papa no tiene autoridad para cambiar la enseñanza de la Iglesia, que está fundada en la divina Revelación. Al hacerlo, se exaltaría como hombre por encima de Dios; 2) los apóstoles solo pueden enseñar y disponer lo que Jesús les mandó enseñar...".
----------Naturalmente, tanto en la respuesta dada por el cardenal Müller al periodista, como en ese pedido que los textos sinodales alemanes hacen al Papa para cambiar la doctrina y la moral católicas, está supuesta una verdad divinamente revelada, que aprenden hasta los niños del Catecismo inicial: el obispo es infalible sólo en unión con el Papa, de modo tal que en la Iglesia el Papa es el único maestro infalible. Si los obispos alemanes pudieran por sí mismos cambiar la doctrina y la moral, lo harían sin necesidad de pedírselo al Papa. Al Papa se lo piden porque, por supuesto, ellos defienden una noción modernista de la Fe que no acepta la inmutabilidad del dogma, e intentan instrumentalizar al Papa para que se pliegue a sus ideas mundanas y secularizantes. Ven en el Papa sólo el instrumento de poder al que necesitan manipular para que sirva a sus proyectos diabólicos.
----------Sin embargo, como recordó el cardenal Müller, "el Papa no tiene autoridad para cambiar la enseñanza de la Iglesia, que está fundada en la divina Revelación". Su autoridad, su particularísima autoridad docente, diferente a la de todos los demás apóstoles y obispos, es la de ser el garante infalible de la divina Revelación, y esto por divina institución de nuestro Señor Jesucristo: "confirma fratres tuos". En la Jerarquía católica, desde el Papa para abajo, incluidos los Cardenales y los Obispos, son todos falibles si no están unidos al Papa. Sólo los "ignorantes teológicos" dijo el cardenal Müller (yo diría más bien ignorantes del Catecismo básico) pueden desconocer o haber olvidado esta verdad.
----------Curiosamente, la misma verdad del Catecismo debería serles recordada a los redactores de otro sitio web, Infocatólica (aquel malévolo sobrino mío lo llama "Defocatólica") que se hacen eco de una reciente declaración pública de obispos e intelectuales sedicentes católicos que pretenden con arrogancia corregir en cuestiones doctrinales al Vicario de Cristo, supremo Maestro de la Fe. No es sorprendente que tal sitio web se limite a reproducir el texto de la declaración sin la menor crítica a sus desvaríos.
----------En efecto, con motivo de la publicación de la carta apostólica Desiderio Desideravi del Santo Padre, ha aparecido días atrás una declaración pública firmada por un grupo de intelectuales católicos, la cual hace graves e injustas acusaciones contra la enseñanza doctrinal del Romano Pontífice. No son, por supuesto, de mi conocimiento todos los firmantes de semejante declaración, pero aquellos a los que sí conozco, para decirlo con franqueza, no albergo duda alguna de que pertenecen a la actual corriente pasadista (pseudo tradicionalista) que pretende ver en el Papa al máximo exponente del neo-modernismo: los obispos Joseph Strickland, René Henry Gracida, Robert Mutsaerts y Athanasius Schneider, y otros sedicentes católicos como Anthony Esolen, Maria Guarini, Peter A. Kwasniewski, Martin Mosebach, Paolo Pasqualucci, etc.
----------No es mi intención referirme aquí en detalle a una declaración cuyo perfil netamente anti-católico salta a la vista (he indicado el enlace al texto completo, por si fuera de interés para el lector). Sólo citaré algunas pocas frases y tesis de la descaminada declaración, como para que el lector de este artículo tenga al menos alguna vaga idea de ella, y me limitaré a recordar algunos principios hermenéuticos del Magisterio Pontificio, de los cuales he tratado varias veces en este blog, principios que nos ayudan a comprender cómo, contra lo que afirman los firmantes de la declaración, una vez más, en la carta apostólica Desiderio Desideravi, el Santo Padre manifiesta su genuina autoridad apostólica de Sucesor de Pedro.
----------Primero. La crítica general que considero se deba hacer a la carta escrita por estos firmantes es que no se puede en modo alguno pretender corregir al Romano Pontífice en materia doctrinal, es decir, en materia de Fe y de moral. En efecto, cuando los firmantes declaran que cuanto afirma el papa Francisco (cualquiera que sea su afirmación doctrinal) en Desiderio Desideravi, "contradice la Fe de la Iglesia Católica", con esa sola expresión ya se están ubicando ellos mismos, los firmantes, fuera de la Fe católica. Esta primera crítica básica que hago a la declaración es la misma crítica de fondo que debe hacerse a aquellos documentos publicados años atrás, como los famosos "Dubia" de los cuatro cardenales y la así llamada "Correctio filialis", firmada por tantos católicos confundidos y desorientados (documentos de los cuales tanto eco se hicieron los dos sitios webs antes mencionados, aquellos a los que mi incorregible sobrino llama "Defovaticana" y "Defocatólica). De hecho, esta nueva acusación de herejía contra el Papa ha pretendido tener la misma intención y el mismo impacto mediático de aquella autodenominada "correctio filialis", una correctio que de filialis no tenía nada.
----------Los que pretenden ser "filiales correctores", de ayer y de hoy, pretenden fundamentar su obrar en aquel caso particularísimo narrado por san Pablo en la Carta a los Gálatas: "Pero cuando Cefas llegó a Antioquía, yo le hice frente porque su conducta era reprensible. En efecto, antes que llegaran algunos enviados de Santiago, él comía con los paganos, pero cuando estos llegaron, se alejó de ellos y permanecía apartado, por temor a los partidarios de la circuncisión. Los demás judíos lo imitaron, y hasta el mismo Bernabé se dejó arrastrar por su simulación. Cuando yo vi que no procedían rectamente, según la verdad del Evangelio, dije a Cefas delante de todos: Si tú, que eres judío, vives como los paganos y no como los judíos, ¿por qué obligas a los paganos a que vivan como los judíos?" (Gál 2,11-14).
----------Todavía hoy, es desconcertante la extrema franqueza que manifiesta el Apóstol de los gentiles al dirigirse al primer Papa, San Pedro. "Le hice frente porque su conducta era reprensible... lo imitaron... se dejó arrastrar por su simulación... no procedían rectamente, según la verdad del Evangelio", son expresiones que parecen trascender la osadía, si pensamos que son dirigidas, además de a los otros, incluso hacia el Vicario de Cristo, que fue designado directamente por el Señor.
----------Alguno pudiera pensar que San Pablo no parece preocupado en lo más mínimo por mostrar sumisión o reverencia hacia el jefe de la Iglesia, ni por el escándalo que sus palabras pudieran provocar en las primeras comunidades cristianas, al contrario, primero las manifiesta abiertamente a los presentes en ese evento, y luego decide inmortalizarlas en su epístola, pro posteritate. Pero esto ha sucedido y es Palabra de Dios.
----------Frente a ese dato bíblico, la tentación es pensar que para nosotros hoy, sea lícito sustentar que un obispo o incluso un sacerdote o un laico, cuentan con derecho para criticar de igual modo, abiertamente, al Papa, sobre cualquier expresión o acción suya. Nada más alejado de la fe y del obrar auténticamente católicos.
----------No hay duda de que el texto de Gál 2,11-14 causa impresión. Pero lo que debemos decir con toda seguridad es que no se trata de una cuestión doctrinal, acerca de la cual sabemos cuánto respeto el apóstol san Pablo tenía por Pedro, como Vicario de Cristo. El problema era exquisitamente pastoral, concerniente a la línea a seguir con respecto a los judeo-cristianos y a los pagano-cristianos. Era una cuestión de prudencia y de franqueza apostólica. Ahora bien, un Papa, y aquí lo demuestra Pedro, puede efectivamente en ocasiones asumir actitudes oportunistas e hipócritas.
----------Sin embargo, nosotros, fieles comunes, debemos tener mucha cautela antes de hacer tales acusaciones. Además, hay que tener presente la grandeza de la santidad y prudencia de Pablo, como la de otros grandes reformadores, como san Bernardo, san Pedro Damiano, santa Catalina de Siena y Savonarola. El riesgo del extremismo es fácil, como lo demuestra el caso de Lutero y de otros herejes, aunque Lutero tuviera alguna razón, que luego ha sido recogida por el Concilio de Trento y por el Concilio Vaticano II.
----------Segundo. Los firmantes comienzan refiriéndose al n.5 de Desiderio Desideravi, que dice: "El mundo todavía no lo sabe, pero todos están invitados al banquete de bodas del Cordero (Ap 19,9). Lo único que se necesita para acceder es el vestido nupcial de la fe que viene por medio de la escucha de Su Palabra (cf. Rom 10,17)". Refiriéndose a estas palabras del papa Francisco, los firmantes declaran: "El significado natural de estas palabras es que la única condición para que un católico reciba dignamente la Sagrada Eucaristía es la posesión de la virtud de la Fe […]. Además, en toda la Carta Apostólica se guarda completo silencio sobre el tema esencial del arrepentimiento de los propios pecados para poder recibir dignamente la Sagrada Comunión. El sentido inmediato de las palabras del Papa contradice la Fe de la Iglesia Católica. La Iglesia Católica ha enseñado siempre que, en orden a recibir la Sagrada Comunión dignamente y sin cometer sacrilegio, los católicos deben recibir la absolución sacramental por cualesquiera pecados mortales que puedan haber cometido, si es posible, y de obedecer todas las otras leyes de la Iglesia concernientes a la recepción de la Eucaristía [...]".
----------Además de lo dicho en el primer punto, o sea que no es procedente corregir al Papa en materia doctrinal cuando cumple su oficio de supremo Maestro de la Fe, en esta crítica los firmantes no tienen presente que el Papa, cada vez que enseña la Fe, no tiene la obligación de desarrollar todas las articulaciones del dogma. En este caso, cuando el papa Francisco dice que "lo único que se necesita para acceder es el vestido nupcial de la fe que viene por medio de la escucha de Su Palabra", se comprende que el Papa habla de la Fe tal como se la entiende en el dogma católico, es decir, la Fe y las obras de la Fe.
----------Me explico con otras palabras, y señalando dos puntos simplicísimos: si el Papa habla de "vestido nupcial", está sobreentendido que quien lleva este hábito está debidamente preparado, como diciendo que se supone que quien hace la Comunión se encuentre en gracia de Dios y esté libre de toda culpa. Por otra parte, la Confesión antes de la Comunión es necesaria sólo si el fiel se encuentra en pecado mortal, porque es sólo la Confesión la que remite este tipo de pecado. Si, en cambio, se encuentra en estado de pecado venial, para acceder a la Comunión es suficiente que en antecedencia se purifique sólo a través de un acto penitencial personal, que puede ser, por ejemplo, el Confiteor al inicio de la Misa.
----------Tercero. Por lo antes señalado, está completamente fuera de lugar acusar al Papa de caer en las mismas herejías de Lutero, condenadas por el Concilio de Trento. Por tanto, cuando los firmantes afirman que: "la tesis según la cual la fe es la única condición para recibir dignamente la Sagrada Eucaristía fue condenada como herejía por el Concilio de Trento", y declaran que esta tesis es explícitamente sostenida por el Papa: "con sus palabras y acciones el papa Francisco ha demostrado sostener el punto de vista expresado por el significado inmediato de las palabras antes mencionadas de Desiderio Desideravi", no hacen otra cosa más que acusar al Papa de herejía. Con lo cual, en realidad, son ellos mismos los que caen en herejía.
----------La acusación de luteranismo hecha al Papa es ciertamente injusta, precisamente porque, como todo católico sabe, un Papa no puede ser hereje. Es cierto que por cómo el Papa se expresa parece avecinarse a Lutero, pero podemos interpretar las palabras del Papa en sentido católico, suponiendo la posesión no de la simple fe, como sostenía Lutero, sino de la así llamada fe viva, que es la fe de la cual habla Santiago, que es la fe que no se limita a creer, sino que se actúa en las obras, como repite continuamente el Papa.
----------Cuarto. Abundan los pasajes en los que en su carta, los firmantes acusan al Papa de caer en las mismas herejías de Lutero. No tengo necesidad de citar en detalle. Cito una frase: "La enseñanza del Concilio de Trento antes citada condena la posición de Martín Lutero sobre la fe y la justificación. El papa Francisco públicamente ha expresado su acuerdo con las posiciones de Lutero ya condenadas". En estas declaraciones de los firmantes, no se advierte otra cosa más que pertinacia en la acusación de herejía contra el Papa.
----------En cuanto a decir que "el papa Francisco ha expresado públicamente estar de acuerdo con las posiciones condenadas de Lutero", es pura calumnia, que no corresponde en absoluto a la verdad. Desafío a los acusadores a citarme las palabras del Papa que pueden prestarse a una tal enormidad.
----------Quinto. En otros pasajes de su carta, los firmantes manifiestan implícitamente no haber aceptado en filial obediencia de fe cuanto ha sido enseñado doctrinalmente por el papa san Juan Pablo II en su carta Ad Tuendam Fidem (con el importante texto anexo, aprobado por el mismo Santo Pontífice, de la Congregación para la Doctrina de la Fe), sobre los diversos grados de la infalibilidad pontificia, ya que declaran explícitamente reducir la infalibilidad a lo expresado por el Concilio Vaticano I, precisamenta como había hecho la ya mencionada "Correctio filialis" de 2017. Dicen los firmantes: "la Carta Apostólica Desiderio desideravi no constituye enseñanza infalible porque no satisface las condiciones requeridas para la infalibilidad papal […] Sobre la posibilidad de que un Papa enseñe públicamente un error, véase la Correctio filialis dirigida al papa Francisco por un grupo de estudiosos católicos [...] Ningún católico está autorizado a creer o actuar de acuerdo a una declaración papal si ésta contradice la Fe Católica divinamente revelada".
----------Se trata de la remanida treta o viejo truco de los pasadistas, para sustraerse actualmente de la obediencia a la autoridad doctrinal del papa Francisco y de los Papas del postconcilio: el truco hipócrita de restringir excesivamente el ámbito de la autoridad doctrinal del Papa a las ocasiones excepcionales y muy raras en el tiempo, en las cuales el Sumo Pontífice define solemnemente un nuevo dogma de la fe.
----------Sin embargo, es evidente que si el Papa fuera infalible sólo en esas rarísimas circunstancias, toda la enseñanza ordinaria del Sumo Pontífice se vería afectada por la falibilidad, cosa que no se puede admitir, en cuanto que, como explica la carta Ad Tuendam fidem, el Papa nos enseña la verdad cada vez que nos habla como maestro de la fe y de la moral.
----------No hay duda: los firmantes de esta declaración están muy lejos del camino católico. Y ciertamente puede sorprender que entre los firmantes haya también obispos, algunos todavía en su cargo. Sin embargo, si se lo piensa un poco, no hay por qué sorprenderse de que existan obispos rebeldes al Papa, pues bien sabemos por la historia de la Iglesia que no es la primera vez, porque el obispo es infalible sólo en unión con el Papa, de modo tal que en la Iglesia el Papa es el único maestro infalible. Lo hemos recordado líneas arriba: en la Jerarquía católica, desde el Papa para abajo, incluidos los Cardenales y los Obispos, son todos falibles si no están unidos al Papa. Basta pensar en los famosos cismas de los Ortodoxos orientales y de los Anglicanos, y en todos los otros pequeños cismas que jalonan la historia de la Iglesia hasta la actualidad.
Estoy de acuerdo. Pero el Papa, al decir textualmente que "sólo hace falta el vestido nupcial de la fe" y no, por ejemplo, el vestido nupcial que nuestra fe etc. o una frase un poco mejor expresada, se presta a las críticas porque parece decir "solo la fe". Es un poco la característica del papa Francisco que no siempre se le entiende, porque usa un lenguaje poco preciso. Siempre con el debido respeto, la gente ya se ha preguntado muchas veces: ¿pero, qué ha querido decir el papa Francisco? Es extraño que sus allegados no le den algún consejo útil para que su pensamiento se vuelva más preciso. ¿En una carta apostólica no se vale de colaboradores?
ResponderEliminarEstimado M.Argerami,
Eliminares cierto que el Papa no es siempre claro en sus discursos y que a veces algunas de sus expresiones pueden ser instrumentalizadas por enemigos de la Iglesia o incluso por enemigos internos a la Iglesia.
Sin embargo, en un punto tan importante como el tema de la fe no podemos avecinar al Papa a Lutero, porque correríamos el riesgo de juzgarlo hereje.
Como me parece haber dicho ya, incluso católicamente se puede hablar de fe en el sentido de fe viva, es decir, de fe puesta en práctica. En este sentido se puede decir que la fe sea suficiente para ser admitido al banquete de bodas.
Es necesario, por otra parte, considerar que si hay alguien que habla de la necesidad de las obras, ése es precisamente el papa Francisco: pensemos sólo en la insistencia con la cual habla de las obras de misericordia. Por los tanto, considerando el contexto, concluimos que la fe de la cual habla el Papa no tiene nada que ver con una fe en sentido luterano.
Estimado padre Filemón, en otras ocasiones lo he visto más directo en la defensa de la recta fe católica. Se ve que ahora, para mantenerse a flote, ha debido subirse a los cristales y defender esta vez lo indefendible.
ResponderEliminarEstimaddo Anónimo,
Eliminar¿cuál seria lo indefendible, que yo defiendo?
En cuanto a mantenerme a flote, si usted supiera cuánto he sufrido por la verdad, usted no me haría estos juicios ofensivos, y me hubiera gustado ver lo que usted hubiera hecho en mi lugar.
Si se refiere al papa Francisco, se pueden criticar sus opciones pastorales, pero no se le puede criticar en materia de doctrina, porque el Papa es nuestro maestro de la fe.
Lástima que una estatua de Martín Lutero había sido colocada, con gran pompa y fanfarria, junto al trono papal...
EliminarEstimado Anónimo,
Eliminares necesario comprender el significado de la presencia de esa estatua.
Y para comprender tal significado es necesario que nos remitamos a los principios del ecumenismo expresados por el Concilio Vaticano II en el Decreto Unitatis redintegratio, donde se habla de aquellos valores cristianos que han permanecido en común entre nosotros, los católicos, y los protestantes, como el valor de la fe, de la Redención, la gracia, la Santísima Trinidad, la Iglesia como Pueblo de Dios, el Bautismo, la Sagrada Escritura, el sacerdocio común de los fieles, la Memoria de la Última Cena.
Por lo tanto, la presencia de esa estatua ha parecido pastoralmente oportuna con ocasión de la visita al Santo Padre de un grupo de Luteranos, con motivo del quinto siglo del inicio de la Reforma.
Es obvio que la estatua ha estado presente allí solo para esa ocasión. Por lo tanto, su significado no debe entenderse en un sentido que vaya más allá de lo que el Papa ha querido que fuera.
En otras palabras, lo que quiero decir es que sería erróneo creer que la presencia de esa estatua haya querido simbolizar una estima por Lutero, en relación con sus herejías. Esta interpretación sería absolutamente equivocada.
¿Acaso podemos imaginarnos a un Papa rindiendo homenaje a las herejías de Lutero?
Padre Filemón. Usted se ha referido en alguna ocasión al sacerdote anglicano convertido al catolicismo, John Hunwicke. Es probable que, para un anciano de la edad de este sacerdote, ya sea en él algo incorregible, pero no me parece que su Ordinario le debiera permitir escribir cosas como las que hoy ha escrito en su blog.
ResponderEliminarLe paso una traducción más o menos libre de su notita en inglés:
"Corrección al Papa. Vuelvo a la urgente cuestión canónica de los procedimientos contra Papas cuya ortodoxia ha sido puesta en duda. Con respecto al Papa Bergoglio, el Trabajo Pesado ya se ha hecho, y ha sido la Correctio Filialis del 2017, que un pequeño grupo de nosotros reunidos (pero que atrajo un apoyo considerable). Sigo pensando que aquella Corrección sigue funcionando muy bien como acusación..." (https://liturgicalnotes.blogspot.com/2022/09/papal-correction.html).
Ignacio Del Hoyo (Burgos)
Estimado Ignacio,
Eliminarel caso que usted me presenta es, lamentablemente, bastante común en la actualidad.
Me limito a señalarle al respecto sólo dos cosas.
Primera. La unidad en la Iglesia está dada por la unidad en la Verdad de Fe, y la certeza en esa Fe la tenemos, por voluntad de Cristo, en la enseñanza del Papa acerca de esa Fe. La conclusión es obvia: en ámbito de Fe no puede existir ninguna "correctio filialis" al Papa.
Segunda. Sin embargo, esa certeza o seguridad o infalibilidad que se nos dona en la enseñanza del Papa acerca de la Fe, no nos impide advertir la eventual falibilidad y pecabilidad del Papa en todo lo demás.
Pues bien, los dos principios que aquí he recordado, pueden ser vividos de manera sencilla y nada dramática por cualquier simple fiel, normalmente no involucrado en cuestiones teológicas, o pastorales o de gobierno de la Iglesia, sino que tan sólo vive su Fe católica tratando de aplicarla a su vida, sabiendo sencillamente que tiene en el Papa a su guía.
En cambio, para aquellos fieles (sacerdotes o laicos) que desarrollan, de alguna forma y en variada medida, la inteligencia de la fe, pueden surgir tentaciones, y a veces esos fieles no se ven libres de quedar atrapados en ideologías. Y es lo que básicamente acontece tanto con el modernismo como con el pasadismo actuales, ambos negadores de la autoridad infalible del Papa en materia de fe.