viernes, 9 de septiembre de 2022

Liturgia católica: falsificación modernista y boicot pasadista

Un lector me informó de un reciente artículo publicado en varios sitios del pequeño mundo habitado por las corrientes pasadistas, que bajo la apariencia de hacer un comentario "doctrinal" a la carta apostólica Desiderio Desideravi, vuelve a presentar la añosa, infundada y herética denuncia que atribuye la responsabilidad de ciertos abusos litúrgicos a la reforma impulsada por el Concilio Vaticano II. Sintetizo el mencionado artículo y ofrezco mis respuestas, aclarando que el verdadero origen de tales abusos no es la reforma conciliar, sino por el contrario la corriente modernista, falsificadora de dicha reforma. [En la imagen: detalle de "La Última Cena", óleo sobre lienzo de Tintoretto, del 1592, Basílica San Giorgio Maggiore, Venecia].

Incompetencia teológica y rechazo del Magisterio de la Iglesia
   
----------La "confusión de las personas" como radical mal de una sociedad, productor de "lo paródico" en el cuerpo social de una determinada nación, son términos y conceptos muy conocidos del padre Leonardo Castellani [1899-1981], de quien considero que no tengo que hacer ninguna especial presentación, siendo la mayoría de mis lectores católicos argentinos, y sobre todo mendocinos y sanrafaelinos, que son ambientes en los cuales están muy difundidos y admirados la vida y el pensamiento del ilustre sacerdote jesuita, escritor, poeta, cuentista y periodista, ensayista teológico, filosófico, psicológico, sociológico y político, además de empeñoso intérprete de las Sagradas Escrituras y particularmente del libro del Apocalipsis.
----------A la nocividad de "lo paródico" como fruto de la "confusión de las personas" de la que hablaba el padre Castellani, con especial referencia a la tarea del periodismo católico (a propósito, Castellani trató repetidamente de este tema), me referí en un reciente artículo, cuyas ideas no voy a repetir aquí. Creo que basta mencionar que a lo que me estoy refiriendo es a la pretensión de ciertos publicistas o "periodistas" de discutir o de sentenciar categóricamente, sin apelación y sin la debida preparación y competencia y por tanto sin el debido criterio de juicio, sobre teología, sobre cuestiones de fe, sobre tareas o asuntos de la Iglesia.
----------El publicista chileno José Antonio Ureta Zañartu [n.1951], pretende considerar teológicamente, en un artículo escrito originariamente en inglés (y luego difundido en otras páginas del ámbito pasadista lefebvriano o filolefebvriano), sobre los fundamentos teológicos sobre los que se basa la reciente carta apostólica Desiderio Desideravi (DD) del Romano Pontífice. Sustancialmente, Ureta sostiene que tales fundamentos difieren de modo manifiesto de los de la encíclica Mediator Dei de Pío XII en la medida en que -según se expresa en el preámbulo del artículo- ponen todos los acentos precisamente en las peligrosas inclinaciones del Movimiento Litúrgico tardío contra las cuales el último Papa preconciliar quiso advertir a los fieles.
----------En tal preámbulo, aunque no se haga referencia todavía a qué frases del papa Francisco se refiere Ureta, considerando simplemente la tesis de Ureta, puedo decir sin más que no es admisible que los fundamentos teológicos de la Mediator Dei estén en contraste con la Desiderio Desideravi.
----------En primer lugar, la primera observación que debe inmediatamente señalarse y denunciarse, es que en Ureta un documento como la constitución Sacrosanctum Concilium o, salvando las distancias, un documento como la carta apostólica Desiderio desideravi, no viene tomados en consideración como lo que son, es decir, Actas del Magisterio, sino que Ureta los considera simplemente "concepciones teológicas". Por ende, se advierte que el autor del artículo sub examine no considera estos documentos como magisterio vinculante (en variado grado, por supuesto), sino como meras opiniones teológicas.
----------Quisiera que el lector tuviera siempre presente como horizonte de esta reflexión, que documentos como la constitución Sacrosanctum Concilium o como la carta apostólica Desiderio Desideravi son Actas del Magisterio y de ningún modo, en absoluto, simples concepciones u opiniones teológicas.
----------Véase: "pretendo mostrar en los párrafos que siguen los desvíos doctrinales que, en mi modesta opinión, salpican las meditaciones del papa Francisco sobre la liturgia, desvíos que resultan de la nueva orientación teológica asumida por la constitución Sacrosantum Concilium del Concilio Vaticano II. Lo haré comparando la visión de la liturgia que enseña el último documento preconciliar sobre el tema, o sea, la encíclica Mediator Dei de Pio XII con aquella que emerge de Desiderio desideravi".
----------La carta apostólica Desiderio Desideravi del papa Francisco está en línea con la reforma de la Liturgia que ha sido promovida por la constitución Sacrosanctum Concilium. Ahora bien, se comprende cómo aquella persona que se opone al Concilio Vaticano II se oponga también al documento del papa Francisco. Esto quiere decir que el error de Ureta, antes incluso de ser el de contestar o poner en tela de juicio el documento del Papa, es el de rechazar la reforma litúrgica promovida por el Concilio.
----------Por cuanto respecta a la Mediator Dei, no es pensable que ella esté en contraste con la Sacrosanctum Concilium, en cuanto que en uno y en otro caso se trata de doctrina de la Iglesia. El documento conciliar cita expresamente al venerable papa Pío XII y desarrolla su pensamiento.
----------Ureta continúa diciendo: "Por influencia de los teólogos del llamado Movimiento Litúrgico, cuyas ideas fueron recogidas en Sacrosanctum Concilium..."
----------En tal frase se tiene la impresión de que Ureta proponga que un documento precedente (en el caso específico que estamos considerando, podemos hablar de un documento "preconciliar") del Magisterio (como la Mediator Dei) sea aquel que debería guiar la interpretación del subsecuente (en este caso específico, un documento "postconciliar"). Cuando de hecho, como es bien sabido, en casos precisos, un escalón más reciente de la Tradición es aquel que debe aclarar un escalón precedente.
----------Sustancialmente, creo que aquí se advierte uno de los errores típicos del pasadismo (lefebvriano o filo-lefebvriano): negar que el Magisterio tenga la potestad de interpretar la Tradición.
----------Acerca de este punto en concreto, creo útil y conveniente hacer algunas aclaraciones. Y la primera es que entre Tradición y Magisterio existe una relación biunívoca de influencia recíproca. El Magisterio es intérprete de la Tradición, pues la confirma, la explicita y la desarrolla. Al mismo tiempo, la referencia a la Tradición es el fundamento en base al cual el Magisterio procede en su enseñanza.
----------Siendo así las cosas, en campo doctrinal no puede haber contraste entre el dato tradicional y una eventual innovación doctrinal propuesta por el Magisterio, y ello debido al hecho de que la Iglesia en campo doctrinal camina siempre en la verdad y por esto no se contradice nunca a sí misma, por lo cual no puede haber ruptura del Magisterio con la Tradición, sino que existe siempre una continuidad en el progreso.
----------Por eso, quien pretende criticar las posiciones actuales del Magisterio en nombre de la Tradición, o no ha entendido la Tradición o no ha entendido el Magisterio.
----------Otra observación a hacer es que el buen católico tiene confianza en el Magisterio, por lo cual, cuando el Magisterio enuncia una nueva doctrina, el buen católico se pone en una actitud de confiada escucha y, si le surge alguna perplejidad, no tiene demasiada dificultad, tal vez haciéndose ayudar por algún experto, para darse cuenta de la sustancial continuidad de la nueva enseñanza con los datos de la Tradición.
   
La cuestión de la finalidad del culto litúrgico
   
----------Ureta acusa al papa Francisco de unilateralismo en el indicar los fines de la liturgia. Dice: "Mediator Dei deja sentado con una claridad meridiana que el culto católico tiene dos finalidades principales que se entrecruzan y se apoyan mutuamente: la gloria de Dios y la santificación de las almas. Pero, evidentemente, la primacía le corresponde al homenaje rendido al Creador. [...] De hecho, la dimensión catabática tiene también la finalidad anabática de conducir los hombres a Dios y hacer que lo glorifiquen. Pero, en Desiderio desideravi, el papa Francisco enfatiza casi exclusivamente esta concepción primordialmente catabática de la liturgia y deja en la sombra la glorificación de Dios, que para Pío XII es su elemento primordial".
----------Sigue diciendo Ureta en su artículo: "En Desiderio desideravi el sentido catabático y descendente de la liturgia -entrar en posesión de la salvación- está muy bien resaltado. Pero fue enteramente omitido el hecho, destacado por Pío XII en el texto ya citado, de que la primera función sacerdotal de Cristo es rendir culto al Padre Eterno en unión con su Cuerpo Místico".
----------Ante todo, como primera observación, hago notar que el papa Francisco no pretende desarrollar el tema de manera completa, sino simplemente tratar algunos puntos que están en su corazón. El aspecto de adoración en la Santa Misa parece efectivamente solo insinuado. Sin embargo, estaría totalmente fuera de lugar sospechar que el Santo Padre no tenga presente la Mediator Dei, cuando esa encíclica dice que la Liturgia es el culto rendido por Jesucristo al Padre en unión con el Cuerpo Místico.
----------Al mismo tiempo, es por demás evidente el intento del papa Francisco de desarrollar el punto de vista de la enseñanza del Concilio Vaticano II, enseñamza que subraya la importancia de la participación del Pueblo de Dios en el culto litúrgico, y en este horizonte el Papa destaca o pone en luz aquello que es el efecto interior y espiritual de la belleza y riqueza de la celebración litúrgica.
----------Por otra parte, hay que tener presente que Desiderio Desideravi es un documento eminentemente pastoral, en el cual el Papa podría también haber tomado algunas opciones o elecciones discutibles, pero en lo cual, de todos modos, el Papa tiene plena facultad para decidir cuáles temas tratar.
----------Sigue diciendo Ureta: "Esa unilateralidad se refuerza en otro párrafo (DD n.43) que trata específicamente del aspecto anabático ascendente, o sea, de la glorificación de la divinidad por los fieles reunidos. Dicho texto insinúa que la gloria de Dios es secundaria, en cuanto no agrega nada a la que Él ya posee en el Cielo, mientras lo que realmente vale es su presencia en la tierra y la transformación espiritual que ella produce [...] Las palabras son apropiadas, porque es verdad que el hombre agrega a Dios una gloria apenas 'accidental', pero fue Dios mismo el que quiso recibirla de él al crearlo. Pero los acentos, por su unilateralidad, conducen los fieles a una posición errónea, que fácilmente degenera en el culto del becerro de oro...".
----------Reitero que lo limitado de la referencia a la glorificación del Padre no significa en absoluto en Francisco una menor estima por tal glorificación que la que tuviera Pío XII, sino que esa limitación debe ser interpretada como una legítima elección personal del Papa. Las últimas palabras citadas por Ureta son absolutamente inaceptables y gravemente ofensivas para la enseñanza o magisterio del Papa. En DD n.43, citado por Ureta, en realidad no se da ningún sustento a una acusación de tal gravedad.
----------Por lo demás, no es cierto que haya unilateralidad en el discurso del Papa. De hecho él, sin olvidar en absoluto la dirección hacia lo alto, evidencia oportunamente el aspecto soteriológico de la Liturgia.
   
La cuestión del misterio pascual como centro de la celebración
   
----------Dice en otro momento Ureta: "En la encíclica Mediator Dei, Pío XII subraya la centralidad de la Pasión en la vida de Nuestro Señor Jesucristo y en nuestra redención. [...] Esa insistencia en la centralidad del sacrificio de la cruz para la Redención del género humano era una respuesta a las elucubraciones de los teólogos más radicales del movimiento litúrgico que, ya en aquel tiempo, la colocaban en la sombra, poniendo el acento en el triunfo y la Resurrección de Cristo y en su actual estado glorioso".
----------Ureta subraya luego que, en ruptura con la encíclica Mediator Dei, el Concilio Vaticano II ha cambiado ese paradigma: "Esa mudanza de paradigma [...] dejó de ser mera especulación de teólogos y comenzó a pasar a las cátedras eclesiásticas ya en el período de elaboración del esquema previo de la Constitución sobre la liturgia, antes mismo del inicio de la primera sesión conciliar. El título original del capítulo sobre la eucaristía, aprobado el 10 de agosto de 1961, era De sacro sancto Missae sacrificio; pero en la sesión del 15 de noviembre del mismo año pasó a ser De sacro sancto Eucharistiae misterio...".
----------Aquello que de hecho ha sucedido con la reforma de la liturgia promovida por el Concilio Vaticano II, reforma expresada en la constitución Sacrosanctum Concilium, ha sido una disminución de las referencias al sacrificio en la Santa Misa y una mayor acentuación de la perspectiva pascual.
----------Por lo tanto, debemos comprender que no se trata de ningún "cambio de paradigma" (para  usar la expresión de Ureta), como si se tratara de un cambio o mutación o mudanza en la doctrina, sino simplemente de un cambio en la acentuación de las expresiones litúrgicas, dictado ese cambio por prospectivas ecuménicas y por el formarse de una espiritualidad que abandonó un cierto dolorismo para adquirir una visual más positiva de la vida presente, como preanuncio de la futura resurrección.
----------Ureta, en su pretensión de corregir doctrinalmente al Papa, sigue diciendo: "El papa Francisco minimiza la muerte redentora de Cristo. Es precisamente ese acento unilateral en favor de la Pascua y en desmedro de la Pasión -contrario al equilibrio tradicional- lo que rezuma por todos los poros de Desiderio desideravi. [...] La propia definición que ofrece de la Liturgia padece de esa parcialidad. Para Francisco, ella es 'el sacerdocio de Cristo revelado y entregado a nosotros en su Pascua'... (DD n.21)".
----------La diferencia entre el papa Pío XII y el papa Francisco al momento de definir la Liturgia como sacerdocio de Cristo es una simple diferencia de acentuación y no de contenidos, porque no tendría sentido separar la cruz de la resurrección, mientras que podemos y debemos concebir una resurrección futura en la cual la cruz habrá desaparecido, porque "todas las lágrimas serán enjugadas" (Ap 7,17 y 21,4).
----------En su vana pretensión de querer enseñarle nada menos que al Romano Pontífice la constitución esencial de la liturgia católica, Ureta se extiende en sus infundados argumentos: "Y hablando del respeto de las rúbricas, el papa Francisco dice que es necesario no robar a la asamblea lo que le corresponde, 'es decir, el misterio pascual celebrado en el modo ritual' (DD n.23)... Más adelante, afirma que 'la acción celebrativa es el lugar donde, a través del memorial, se hace presente el misterio pascual para que los bautizados, en virtud de su participación, puedan experimentarlo en su vida' (DD n.49)".
----------"El riesgo con esa mudanza de acento es que (lo que aún queda de) la fe de los fieles puede ser deformada en dos dimensiones. De un lado, pueden ser inducidos a pensar que la obra de la salvación debe ser atribuida más al Padre y al Espíritu Santo que a Jesús, Verbo encarnado, hijo de María, que vertió su sangre por nuestros pecados. Por otro, podrían llegar a pensar que Jesucristo no es propiamente Redentor, sino el lugar en que Dios nos salva, puesto que es en la Pascua de Cristo donde el amor del Padre se nos revela. También la piedad de los fieles puede ser llevada a desvalorizar todas las devociones tradicionales que los estimulan a expiar sus pecados y los de la humanidad e inducirlos a pretender salvarse por la sola fe en el plan salvífico de Dios, sin completar en su carne 'lo que falta a los padecimientos de Cristo' (Col 1,24); o, peor todavía, a creer en una salvación universal por causa de la Alianza indefectible de Dios con el género humano".
----------La observación que podemos hacerle al pasaje anterior, es que las preocupaciones que expresa Ureta se adaptan o encajan muy bien con una cierta corriente filo-protestante que tiende a disminuir el valor del sacrificio de Cristo, por una sobrevaloración del tema de la Pascua, de modo que se corre el riesgo de que venga eliminado de la vida presente el elemento ascético, para acentuar demasiado el elemento hedonista, que tendría la ilusoria pretensión de representar las primicias de la vida escatológica.
----------Sin embargo, no me parece el caso de hacer para ello referencia al Papa, aunque se puede notar en Francisco un subrayar (quizás excesivo) de la divina misericordia de la cual el creyente es objeto, y que lleva al creyente a la mencionada pregustación o anticipo de la alegría pascual.
   
La cuestión del carácter memorial de la Santa Misa
   
----------Ureta pasa a plantear otra instancia o demanda: "Al tratar del sacrificio eucarístico, la Mediator Dei reitera la enseñanza del Concilio de Trento de que la Santa Misa es un sacrificio propio y verdadero y no una simple conmemoración de la Pasión o de la Última Cena. [...]"
----------Prosigue Ureta: "La vía había sido abierta por las tesis pioneras del entonces padre Charles Journet (al que más tarde crearía cardenal Pablo VI) y del filósofo francés Jacques Maritain, para quienes la presencia real de Jesucristo se duplicaría en una especie de presencia real del sacrificio [...] es una opción teológica en favor de la conmemoración, que omite decir que la Misa es una renovación incruenta del Sacrificio del Calvario y afirma que durante su celebración este último apenas se hace presente, y que ofrece así una interpretación débil del dogma de fe proclamado por el Concilio de Trento [...]"
----------"Desiderio desideravi toma de manera clara e insistente esta opción teológica en favor de la Misa como un recuerdo que sólo de modo secundario reviste el aspecto sacrificial en la medida que es una conmemoración. [...] Nótese que en el primer párrafo descriptivo de la Misa en el documento (DD n.4), además de la teoría de la representación de un acto irrepetible, el Papa afirma que la Misa es una representación de la Cena y no del Sacrificio del Calvario. [...] También es digno de notar que se sugiere que todo hombre y mujer deberían comer y beber del Cuerpo y Sangre de Cristo, o sea comulgar. Esto sugiere un universalismo soteriológico coherente con la autorización práctica dada por el papa Francisco a todos los cristianos -católicos o no, estén o no en estado de gracia, vivan o no conforme al Decálogo- para recibir la Eucaristía".
----------Por cuanto respecta a estas acusaciones contra Journet y Maritain, cuyo pensamiento conozco desde hace cincuenta años, y también acusaciones contra el papa Francisco, no me parecen en absoluto creíbles y me parecen más bien calumniosas, porque tocan materia de fe, acerca de la cual no se puede dudar de la ortodoxia de los acusados. Por este motivo, me abstengo de hacer comentarios demasiado detallados, no teniendo ahora suficiente documentación, que pueda indicar más información. La fuente citada por Ureta es un artículo del padre Philippe-Marie Margelidon OP, La théologie du sacrifice eucharistique chez Jacques Maritain, en la Revue Thomiste, de enero-marzo 2015, pp.101-147.
----------En la red ha sido publicada la citación que hace Ureta del pasaje referido a Maritain. Es el siguiente: "Muy característico era el pensamiento de Jacques Maritain, elaborado en diálogo con Charles Journet, según el cual la transubstanciación sucedía contemporáneamente como una especie de 'presencia real' del sacrificio de la cruz". En el texto de la publicación original, en inglés, Ureta dice: "The path had been opened by the pioneering theses of the then Fr. Charles Journet (later created cardinal by Paul VI) and the French philosopher Jacques Maritain, for whom the real presence of Jesus Christ would double as a kind of real presence of His sacrifice. This theological option in favor of the memorial, which omits that the Mass is a bloodless renewal of the sacrifice of Calvary and affirms that the latter only becomes present during the celebration, offers a weak interpretation of the dogma of faith proclaimed by the Council of Trent".
----------Al respecto, se advierte que Ureta no traduce bien el texto, porque habla de un "desdoblamiento de la presencia real eucarística, con la realización del sacrificio de Cristo", añadiendo gratuitamente que Maritain omitiría recordar que "la Misa es una renovación incruenta del Sacrificio del Calvario y afirma que durante su celebración este último apenas se hace presente, y que ofrece así una interpretación débil del dogma de fe proclamado por el Concilio de Trento". Acerca de esto, hago dos observaciones.
----------Primera. Maritain no sostiene ninguna "duplicación" o "desdoblamiento" de la presencia real eucarística, con la presencia real del sacrificio de la cruz, sino que sostiene la simultaneidad, lo que supone la unicidad de la presencia eucarística y de la presencia del sacrificio, según la tradicional doctrina católica, para la cual en la consagración eucarística tiene lugar la renovación incruenta del sacrificio de la Cruz.
----------Segunda. El hecho de que Maritain no añada lo que Ureta añade, en sí perfectamente ortodoxo, no debe ser juzgado una omisión, porque Maritain ha estado libre para decir lo que ha dicho, sin estar obligado a decir el resto. Por lo tanto, el hecho de que no lo haya dicho, no debe ser juzgado una omisión, sino simplemente una legítima abstención de decir aquello que Ureta añade.
----------El buen sentido común nos indica que el callar algo, si no se está obligado a decirlo, no es una omisión sino una legítima elección. Ureta hace decir a Maritain aquello que Maritain no ha dicho y pretende que Maritain debía decir aquello que no estaba obligado a explicitar.
----------Según Ureta, parece que para el papa Francisco "la Misa es un recuerdo del don que Jesús ofreció en la Última Cena [...] Al hablar de cómo se debe entender el dinamismo que describe la Liturgia, Francisco emplea (DD n.49) las palabras ya citadas en la sección anterior, que dejan claro que, para él, el carácter sacrificial de la misa resulta de la conmemoración de la Pascua de Jesús. [...] No sólo omite enteramente la ofrenda de Cristo durante la Pasión (de la que la Cena fue una anticipación ritual), y no sólo evita decir que el Sacrificio se renueva, sino que evita la propia palabra sacrificio y lo llama inmenso don".
----------Los elementos dogmáticos del misterio de la cruz, elementos citados por Ureta, están evidentemente implícitos o sobreentendidos en el n.49 de DD. Ciertamente, no se puede pretender que un Romano Pontífice trate de este misterio recordando, en cada ocasión que se le presente, todos los elementos dogmáticos. De la impresión que Ureta ve al Papa como si fuera un escolástico del primer curso de teología dogmática que está ante la mesa examinadora, y que si no indica puntualmente todos los elementos dogmáticos que demuestran ortodoxia, debería ser desaprobado. ¿Acaso Ureta pretende enseñar dogma al Papa?
----------En este documento el Santo Padre ha realizado una específica elección pastoral de la doctrina a señalar, así como hubiera podido elegir otra opción pastoral. Es claro que en este campo el Papa tiene la plena facultad para hacerlo, según las circunstancias y según su discreción o criterio.
----------Si nosotros queremos sacar provecho de la enseñanza del Papa, no debemos por lo tanto recordar elementos dogmáticos que no están presentes aquí, por el simple hecho de que esos elementos están implícitos o sobreentendidos. En cambio, es bueno que asumamos sus indicaciones, teniendo confianza en ese juicio pastoral del Sumo Pontífice, que lo ha llevado a escribir aquello que ha escrito.
   
La cuestión de la presidencia de la asamblea litúrgica
   
----------Otra crítica de Ureta a la carta apostólica Desiderio Desideravi se puede resumir en el título elegido por él: "De Sacerdotes del Sacrificio a Presidentes de Asambleas".
----------Ureta, partiendo siempre de lo que él considera la guía suprema para la liturgia (la Mediator Dei de Pío XII) y a través de lo que este publicista chileno entiende que ha sido una profundización de las concepciones de los reformadores protestantes, subraya que las concepciones teológicas protestantes que fueron refrendadas o hechas propias por el movimiento litúrgico de la época del papa Pío XII y que más tarde encontraron confirmación en la Sacrosanctum Concilium, es una concepción que debe ser rechazada. Ureta concluye afirmando que el sacerdote es reducido a presidente, y que los laicos son elevados a concelebrantes: "Desiderio Desideravi pone de relieve que el celebrante sea toda la asamblea y que el ministro del altar quede reducido a la condición de presidente de dicha asamblea, no negando, pero sí omitiendo completamente que sólo él realiza in persona Christi la inmolación incruenta del Sacrificio eucarístico...".
----------La crítica desarrollada aquí por Ureta se centra en los números 36, 56 y 57 de Desiderio Desideravi. En relación con tal crítica, el publicista chileno añade otra: "...en Desiderio Desideravi las individualidades se fusionan en la colectividad. Esa disolución casi total del ministro ordenado en la asamblea se verifica, por otro lado, en el hecho de que ésta sea mencionada dieciocho veces, destacando su función celebrativa y su carácter colectivo, lo que en muchos casos hace difícil que cada fiel rinda a Dios un culto verdaderamente interior, ofreciéndose a Él en persona y en íntima unión con Cristo-víctima...".
----------El hecho de que el papa Francisco se detenga a hablar de la función presidencial del celebrante y de la función de la asamblea no excluye en absoluto la doctrina tradicional de que el presidente es el presbítero y que la asamblea participa en la ofrenda del sacrificio.
----------Por el contrario, la idea sugerida y denunciada por Ureta, según la cual ya no se debería hablar de un único celebrante y se sostiene que la asamblea es la celebrante, no resulta en absoluto del texto pontificio, sino que es una doctrina herética sostenida por Edward Schillebeeckx. ¿Acaso está pretendiendo Ureta sugerir que el Papa pueda estar enseñando aquí una herejía? Es imposible para el Papa caer en herejía y, de hecho, ningún católico puede acusar de herejía a un Papa o a un Concilio sin caer a su vez en herejía.
----------Por el contrario, la doctrina tradicional está claramente presente en estas palabras del Santo Padre: DD n.56 "... Como todos los oficios que está llamado a desempeñar, éste no es, primariamente, una tarea asignada por la comunidad, sino la consecuencia de la efusión del Espíritu Santo recibida en la ordenación, que le capacita para esta tarea. El presbítero también es formado al presidir la asamblea que celebra".
----------La expresión "la asamblea que celebra", ateniéndonos a cuanto el Papa ha dicho en precedencia, y por tanto ateniéndonos al contexto, es una expresión que debe ser interpretada en el sentido de que la asamblea participa en la celebración del celebrante, es decir, del presbítero.
----------Continúa Ureta: "Habría que preguntarse si una buena parte del abandono de la Misa dominical que  siguió a la reforma litúrgica no proviene del desagrado de muchos fieles delante del carácter asambleísta y colectivista con que en la mayoría de las parroquias se celebraba el nuevo rito, no dejando ningún margen para la piedad individual. Y sobre todo habría que preguntarse si la caída vertiginosa de las vocaciones no se debe a que algunos de los que se sienten llamados al sacerdocio no responden positivamente porque la imagen de un ministro ordenado que no es otra cosa que presidente de la asamblea no se corresponde con la imagen tradicional del sacerdocio, en la que el sacrificio personal de la propia vida encuentra su modelo y consumación en la realidad sacrificial de la Santa Misa."
----------Desgraciadamente, la liturgia asamblearia efectivamente existe y también el modelo secularizado del sacerdote lamentablemente viene propuesto en ciertos seminarios, pero estas malas actitudes o direcciones no parten ciertamente de la reforma conciliar, la cual, a la inversa, las excluye netamente, sino que provienen de ambientes modernistas, que pretenden falsamente referirse al Concilio.
   
El rechazo pasadista al Novus Ordo Missae
   
----------Finalmente, en la última parte de su ensayo, Ureta no puede resistir a aquello que parece su inclinación fundamental, esto es, el rechazo pasadista de la Misa del papa san Paulo VI, cuando titula su último capítulo, sin ningún pudor: "¿El Novus Ordo como arma para promover otra fe?".
----------Ureta expresa lo siguiente: "En los cuatro temas analizados anteriormente (1. la finalidad del culto litúrgico, 2. el misterio pascual como centro de la celebración, 3. el carácter memorial de la Santa Misa y, finalmente, 4. la presidencia de la asamblea litúrgica) queda bastante claro que Desiderio desideravi entiende la Liturgia en un sentido unilateral [...] Lo que parece que quiere recalcar el papa Francisco son las teorías y preferencias de los liturgistas innovadores, no la doctrina tradicional de la Iglesia...".
----------No se debe confundir la liturgia moderna con la tendencia modernista. Lo primero, la liturgia moderna, es un deber, porque se supone que lo moderno sea mejor y más avanzado que lo pasado, aun cuando es cierto que puede haber algo moderno que sea erróneo o nocivo. Lo segundo, la tendencia modernista, en cambio, es precisamente una modernidad nociva o dañina, porque pretende falsamente presentarse como sana modernidad, cuando en realidad es su falsificación, que se quiere hacer pasar como originada en el Concilio.
----------La Iglesia, inspirada, solicitada y exigida día a día por el impulso del Espíritu Santo, es una comunidad en continuo crecimiento y en un incesante desarrollo a lo largo de los siglos, por lo cual, conservando inmutado el depósito de la Tradición, lo conoce y lo practica siempre mejor.
----------Dice Ureta saliéndose una vez más del camino: "Un análisis detallado revela que en definitiva la carta Desiderio Desideravi es una exposición de la vida sacramental de la Iglesia, y en particular del rito de la Santa Misa, que en su conjunto no parece estar en armonía con los principios y consejos pastorales de la última gran encíclica litúrgica previa al Concilio Vaticano II, a saber Mediator Dei del papa Pío XII".
----------Es claro que la Liturgia, desde los tiempos del venerable papa Pío XII hasta el Pontificado actual, ha hecho ciertamente un recorrido notable, en el sentido de irse conformando como una acción cultual que, sin olvidar el valor de lo sacro y el aspecto expiativo de la Redención, ha querido, para fines ecuménicos, evidenciar algunos elementos que tenemos en común con los hermanos separados; para fines eclesiales ha querido valorizar al laicado; para fines evangelizadores ha introducido el principio de la inculturación; para fines de santificación ha puesto en luz el valor de la Pascua como primicia de la vida escatológica; para fines de promoción de la mujer, ha subrayado el valor de la mariología.
----------Por el contrario, Ureta rechaza no solamente la justificación del desarrollo litúrgico, sino que incluso parece rechazar el mantenimiento en el Novus Ordo Missae del constitutivo sencial de la Misa: "Por lo tanto, debemos plantear una pregunta incómoda: ¿esas dos formas rituales tan diferentes, corresponden realmente a una misma Fe? En el campo de los innovadores más avanzados, la respuesta es clara: se trata de dos posturas litúrgicas incompatibles que corresponden a dos posiciones dogmáticas incompatibles. Una es la fe que impregna el rito tradicional, la otra es la fe que impregna el rito nuevo [...] la nueva Misa sustituye definitivamente (y, hay que decirlo, repudia) la orientación y postura teológica de la Misa antigua".
----------Los así llamados "innovadores", citados aquí por Ureta, son en realidad los modernistas, los cuales no hacen texto. Por consiguiente, cuando se quiere dar una evaluación del pasaje de la liturgia de los tiempos del papa Pío XII a la liturgia del papa Francisco, se debe escuchar lo que dicen los Romanos Pontífices y en particular el papa Benedicto XVI, quien ha hablado de "progreso en la continuidad".
----------Ureta concluye: "es por razones teológicas que los tradicionalistas consideran que el rito de Pablo VI se aparta en algunos puntos esenciales de las enseñanzas tradicionales sobre la Misa. En nombre de la fe de siempre, los tradicionalistas no aceptan que el nuevo rito sea la 'única expresión de la lex orandi del Rito Romano', como pretende Traditionis custodes y como reitera Desiderio desideravi (n.31)".
----------Con la fórmula "única expresión de la lex orandi del Rito Romano", el Papa pretende referirse al deber de todos los Católicos de Rito Romano de gozar del Novus Ordo. Pero el Papa no pretende en absoluto abolir el Vetus Ordo, tanto es verdad que da las normas, aunque restrictivas, para su celebración.
----------La justa y correcta preocupación del papa Francisco es aquella que todos los católicos se reúnan en torno al único altar, considerando el hecho de que la Eucaristía es el principio, la fuente y el vértice o cumbre de toda comunión eclesial y de la misma unidad de la Iglesia. Siendo así las cosas, es evidente que esta unidad mística también debe ser representada en una forma exterior y social.
----------El rechazo de Ureta a considerar al Novus Ordo como verdadera Misa se advierte en otro pasaje: "Si la reciente carta apostólica buscaba dar un fundamento teológico a esa pretensión, debemos constatar, después de este breve análisis, que el tiro parece haber salido por la culata, porque la unilateralidad que manifiesta en diversos aspectos no hace otra cosa que confirmar la convicción del bando tradicionalista de que la nueva lex orandi no corresponde a la lex credendi que la Iglesia ha recibido en depósito".
----------Es necesario hacer una aclaración. Partamos primeramente del famoso principio lex orandi lex credendi. Un Papa evidentemente no puede mutar la lex credendi, porque aquí está en juego el dogma. En cambio, por cuanto a la lex orandi, es necesario distinguir. En este campo el Papa tiene el poder de las llaves, que le permite apacentar el Rebaño a discreción, a criterio de su prudencia pastoral. Así puede suceder, y de hecho sucede, que, permaneciendo la misma lex credendi, un Papa puede considerar bueno expresar la lex credendi en una forma de oración diferente a aquella expresada por un Papa precedente. Por consiguiente, cuando el papa Francisco nos dice que el Novus Ordo es la única lex orandi, no pretende absolutizar su elección pastoral, sino que, como he dicho, quiere convocarnos a todos en torno al mismo altar del Novus Ordo, y tiene todo el derecho de hacerlo, porque él es el Sumo Liturgo y el Sumo Pontífice del culto católico.
----------Y Ureta insiste con su obstinado rechazo al Novus Ordo Missae: "Y el argumento invocado por el papa Francisco como ultima ratio, o sea, que los tradicionalistas deben aceptar la Misa nueva porque se ajusta a las enseñanzas del Concilio Vaticano II, no es probable que les haga cambiar de opinión, precisamente porque la propia constitución Sacrosantum Concilium, el subsecuente magisterio litúrgico, y la Desiderio desideravi merecen también los mismos reparos y objeciones de orden teológico".
----------Finalmente, Ureta concluye su ensayo en tono sorprendentemente amenazante, carente del más mínimo sentido de unidad eclesial: "En todo caso, he aquí una invitación a los teólogos y liturgistas para que aborden el tema y analicen, de modo más profundo y científico, el aporte de Desiderio desideravi  al debate en curso. Lejos de 'enterrar el hacha', parece haberse abierto un nuevo frente en la batalla".
----------Esta última frase de Ureta demuestra un descaro e insolencia extraordinarios, pero es la que resume su posición manifiestamente alejada de lo propiamente católico, por la manera obstinada con la cual se opone a todos los grandes documentos oficiales, a partir del Concilio Vaticano II hasta el papa Francisco. La Iglesia sostiene y recomienda el Novus Ordo, sin excluir el Vetus Ordo, pero poniéndolo en segundo orden como debe ser, como es justo y correcto, ya que el Novus Ordo es el resultado de una reforma que ha tenido precisamente el propósito de proponer el modo de rendir culto a Dios en nuestro tiempo.

11 comentarios:

  1. Estimado padre Filemón,
    he leído su reflexión, y los textos seleccionados del artículo en debate, y creo que resumen bien las principales afirmaciones críticas de Ureta sobre la Desiderio Desideravi del papa Francisco. Sin embargo, sería conveniente una lectura completa del ensayo de Ureta para ubicarlas en su contexto general.
    Además de ello, me permito hacer una observación que frecuentemente es pasada por alto, y que incluso no he visto reflejada en la medida de su importancia, en mi opinión, en los articulos de este blog, tan meritorio por lo demás. Me refiero a lo que yo llamaría el "hiper-liturgismo" que se advierte en las actuales corrientes tradicionalistas (o pasadistas, como usted las llama).
    Lo que intento decir es que es sumamente notable una permanente actitud en los exponentes del extremo tradicionalismo actual (o pseudo-tradicionalismo, si es que debemos hablar de que puede existir un sano tradicionalismo). Esa actitud es aquella que parece reducir casi toda la vida cristiana a la liturgia.
    Tanto en el clero tradicionalista como en el laicado tradicionalista se ve poco o nulo empeño evangelizador, escasa o nula acción de caridad a los sectores más necesitados de la sociedad, inexistente labor ecuménica y de diálogo interreligioso.
    Por consiguiente, es muy característico de los sectores del extremo tradicionalismo el ser casi siempre indiferentes a las iniciativas pastorales del Papa acerca de todas esas áreas (probablemente por su visceral alejamiento a todo lo que huela a "postconcilar", y a su consecuente desobediencia cismática al Papa). Sin embargo, ni bien el Papa se expresa en la cuestión litúrgica, se advierte el interés y la furia crítica del tradicionalismo (y he aquí el artículo de Ureta, por ejemplo).
    Esto, me parece, no hace sino poner de manifiesto lo que yo llamo el "hiper-liturgismo" pasadista. Para ellos la vida cristiana se reduce a la liturgia. Cuando en realidad, como se sabe, la liturgia es la "fons et culmen totius vitae cristianae", pero no "toda" la vida cristiana. Gracias.

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    1. Estimado Abel,
      mi felicitación por este su análisis, objetivo y equilibrado. Estoy totalmente de acuerdo con sus comentarios.
      Alguna vez yo también he mencionado el "hiper-liturgismo" como una de las habituales características de las comunidades pasadistas.
      Sin embargo, no nos reduzcamos a individuar errores en los errantes.
      La esperanza y la oración que quisiera hacer es que estos hermanos nuestros, que constituyen un precioso capital de fuerzas espirituales en la Iglesia, vuelvan a prestar atención al verdadero sentido de la reforma conciliar, rechazando las falsas interpretaciones de carácter modernista y rahneriano.
      Lo que no impide señalar con modesto y filial respeto los defectos humanos del Santo Padre, precisamente para poder ayudarlo en su muy delicado ministerio de servicio a la Iglesia y a la humanidad.

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  2. Con su permiso, padre Filemón, me gustaría decir al Sr. Abel. lo equivocada que está su observación sobre el hiperliturgismo.
    1) Señor Abel: para formular juicios similares, ¿Ud. frecuenta a muchos hermanos aficionados al VO? ¿Conoce personalmente a muchos tradicionalistas, desvinculados de toda obra de caridad espiritual y corporal? ¿Puede Ud. testimoniar con buena experiencia y fundado juicio que el cristiano (incluso el aficionado al Novus Ordo) preocupado, si no perturbado (y no digo "escandalizado" para no desencadenar, por reflejo condicionado, la acusación de "fariseísmo"...) a causa de las generalizadas "personalizaciones", cuando no "deformaciones" o francamente "parodias" de la liturgia, pues bien, puede Ud. probar que tal fiel repudie todo compromiso hacia el prójimo? ¿Se da cuenta de a cuántos Ud. está acusando de acedia, de pereza y de falta de acción apostólica y caritativa?
    2) Y hay también un aspecto histórico a tener presente: TODOS los grandes Santos del compromiso caritativo "social" han sido "amantes" de la rigurosa y también solemne liturgia; desde s.Francisco a s.Felipe Neri, desde don Bosco a Cottolengo. Le invito, en franca amistad, a una mayor prudencia antes de formular juicios tan generales.
    PD. El Papa Juan XXIII quiso que los obispos en el concilio usaran los signos del Orden "porque" dijo (respondiendo a quien le pedía que se permitiera simple talar o clergyman) "¡el concilio es un acto litúrgico"!

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    1. Estimado Don Benja,
      por cuanto respecta a la cuestión de la sensibilidad social de los pasadistas, francamente me abstengo de juzgar, porque no puedo decir que los conozca al punto de estar informado sobre este tema en una cantidad de casos suficientes como para considerar que sea un promedio testigo para tales corrientes.
      Sin embargo, puedo decir que, si entre los que llamamos "pasadistas" no son asumidos los nuevos valores promovidos por el Concilio Vaticano II, existe un fuerte riesgo de que se mantenga aquella forma de clericalismo, denunciada por el papa Francisco, que era una característica del enfoque social del preconcilio.
      Por el contrario, me gustaría decir una palabra respecto a la función desarrollada por el Vetus Ordo en los siglos pasados. No hay duda de que ha dado inmensos frutos de santidad. Pero la cuestión no es ésta.
      La cuestión abordada por el Concilio Vaticano II ha sido la de debatir el delicado problema de si mantener o no el Vetus Ordo. ¿Por qué motivo?
      Podemos decir que por diversos motivos había surgido la necesidad de un cambio, debido al hecho de que el Concilio pretendía desarrollar una obra ecuménica, cosa que requería algún encuentro o confronte entre la Misa católica y el Rito luterano.
      En segundo lugar, se advertía la necesidad de una mayor participación de los fieles en la Santa Misa, en definitiva, todas esas cosas que han justificado la renovación del rito de la Misa, según cuanto los mismos pastores nos han explicado.

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  3. Estimado padre Filemón, y también estimado Don Benja,
    reitero las afirmaciones que he formulado en mi comentario anterior, y agradezco al Sr Don Benja la ocasión que me dan sus preguntas, para aclarar mis observaciones.
    Ante todo, a su primer pregunta respondo afirmativamente. En la ciudad en que vivo he tenido y tengo la ocasión de conocer a personas como las que se mencionan. No lejos existe una comunidad lefebvriana (SSPX) y también existe una comunidad de laicos católicos que con anterioridad al MP Traditionis Custodes era un numeroso grupo de católicos que tenía la oportunidad de asistir a una Misa Vetus Ordo, que en la actualidad ha quedado suprimida. O sea que conozco dos casos bien distintos de cristianos "aficionados al VO", como se expresa Don Benja, los unos católicos, y los otros alejados de la Iglesia católica.
    Sin embargo, mi conocimiento personal de estos cristianos (no-católicos y católicos) no es importante, porque cuando me he referido al hiper-liturgismo de los pasadistas, no me refería a su vida cristiana personal, ni por consiguiente, por ejemplo, a la sensibilidad o empeño social caritativo que en su vida cristiana individual pudiera tener cada uno de esos fieles cristianos, considerado individualmente. De eso no juzgo por razones obvias. No me corresponde.
    Cuando me he referido al hiperliturgismo de los pasadistas me refería a las orientaciones y directivas pastorales y espirituales que brotan de los sacerdotes que dirigen esas comunidades pasadistas, orientaciones que brotan de sus homilías, de sus conferencias, de sus charlas espirituales, de sus publicaciones, etc. Que son orientaciones que luego se manifiestan en la vida que llevan esas comunidades, o sea, en su vida comunitaria.
    Precisamente en la vida comunitaria se manifiesta ese "clericalismo" al que ha hecho referencia en su comentario anterior el padre Filemón.
    Pero como nunca hay mal que por bien no venga, y con todos los males que en estos tres años hemos venido padeciendo con la pandemia del COVID, sin embargo, las restricciones de reuniones nos han permitido en estos tres años, conocer mucho más de la vida de las comunidades cristianas (católicas y no-católicas) a través de las redes sociales, con las transmisiones on line de las Misas por internet, de sus conferencias, de sus charlas espirituales, etc. De ahí que podemos conocer mucho más en detalle acerca de las orientaciones pastorales que los sacerdotes a cargo de cada comunidad dirigen a sus fieles.
    (sigo a continuación...)

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  4. Por cierto, es obvio que la diferencia entre ambos tipos de comunidades es notable. En mi caso particular, los testimonios están a la vista, pues he mencionado dos clases de fieles cristianos "aficionados al VO". Por un lado, la comunidad pasadista (FSSPX), de un claro hiperliturgismo; y por otro lado, la mencionada comunidad de fieles de una parroquia que antes de Traditiones Custodes, podía asistir de tanto en tanto a una Misa VO, pero se trataba y se trata de fieles católicos que entonces como ahora siguen participando de todas las actividades pastorales de la Parroquia: apostolado de la caridad, apostolado de la calle, promoción humana, actividades ecuménicas, etc. No solo liturgia. Por supuesto, creo que no tengo que aclarar que son fieles "aficionados al VO", pero no son pasadistas (al menos considerados en general, comunitariamente).
    Repito: no me refiero al empeño social, caritativo o apostólico o evangelizador de cada fiel individual, sino a lo comunitario, a aquello que desde los tiempos del papa Pío XI y de su Acción Católica, era llamado el "apostolado organizado".
    Con respecto al segundo punto mencionado por Don Benja, creo que no hace falta comentar nada. Desde el siglo XVI, es decir, desde que san Pío V instauró el rito de la Misa en su tiempo, han pasado 450 años, y en todos esos siglos han surgido grandes Santos de la evangelización, del apostolado y de la caridad social. Es obvio que, con posterioridad a san Pío V, todos los grandes santos fueron santos del VO, pues era ese el rito de la Misa que en su tiempo se celebraba. Aunque sólo hayan pasado 50 años desde la instauración del Rito de san Paulo VI, ya comienzan a canonizarse santos del NO.

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    1. Estimado Abel,
      me parece que en este breve diálogo se ha puesto en luz un aspecto de la comparación entre Vetus Ordo y Novus Ordo en relación con la obra misionera, un aspecto que me parece más bien ha quedado en gran medida en la sombra y que, por el contrario, ofrece un gran interés para aquellos que deseen comparar el valor de la Misa del rito VO con la Misa católica actual, del rito NO.
      El dato a subrayar es que, desde el punto de vista de los principios, es lógico que a un determinado tipo de Misa corresponda un determinado tipo de evangelización.
      Si tomamos eso en cuenta, mirando los hechos de la historia y considerando las doctrinas del Concilio de Trento y las del Concilio Vaticano II, notaremos que la actividad evangelizadora de los siglos pasados ​​reflejaba lógicamente el estilo litúrgico del VO, es decir que, mientras el VO tiene un enfoque claramente anti-luterano, por lo cual la pastoral que de esa Misa se sigue es claramente anti-luterana, en cambio el NO, concebido en clima ecuménico, produce lógicamente un tipo de evangelización en la cual se practica el ecumenismo.
      Y esto quiere decir que el fiel católico ya no debe actuar de modo anti-luterano, sino ecuménico, lo cual no significa aprobar todo lo luterano, sino saber captar lo positivo, lo que tenemos en común católicos y luteranos, como primer paso de la obra ecuménica, que implica como segundo paso el hacer que nuestros hermanos protestantes redescubran las verdades perdidas, reconociendo sus errores.
      La conclusión que sacamos de estas consideraciones es que el VO indudablemente ha producido en el pasado inmensos frutos de bien. Sin embargo, el hecho es que el enfoque evangelizador de tipo anti-luterano que era la consecuencia lógica de una Misa anti-luterana, hoy, después del Concilio Vaticano II, debe ser considerado un enfoque superado, obsoleto. De ahí la correspondencia que es posible notar entre la Misa NO y las indicaciones pastorales y líneas misioneras enseñadas por los Papas del postconcilio.
      Siendo así las cosas, es lícito hacer una consideración a la inversa, a saber, que es posible notar cómo a una liturgia modernista corresponda una pastoral modernista, falsificadora del ecumenismo, como es también falsificadora de todo el Vaticano II. Pero por otra parte, es lamentable tener que constatar, aunque ello sea comprensible, un fenómeno similar entre los pasadistas, los cuales hacen corresponder un tipo de Misa superado a una obra evangelizadoran superada. Boicoteando la Misa NO, boicotean la evangelización que hoy la Iglesia considera la adecuada para nuestro tiempo.
      Dicho esto, ello no significa que no debamos continuar corrigiendo los errores de Lutero, tanto en cuanto se refieran al culto divino como en cuanto se refieran a la evangelización, pues es claro, como he dicho, que el NO y el ecumenismo tienen como finalidad no sólo la puesta en luz de los valores comunes entre nosotros y los protestantes, sino también la de esforzarse en el trabajar para que los hermanos separados lleguen a la plena comunión con la Iglesia Católica.

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  5. Coincido con el señor Abel. Y brindo un testimonio más que en estos días lo ha vuelto a confirmar: el sacerdote lefebvriano Davide Pagliarani, actual cabeza de la FSSPX, acaba de enviar a todos los fieles de su movimiento una Carta, en la que tras hacer un diagnóstico aterrador de la situación del mundo, en lo que podemos muy bien concordar, aunque él no ve nada positivo en la actual situación, invita a sus seguidores a no contar con ningún medio humano para sanar al mundo, sino sólo recurrir a tres instrumentos divinos: 1) la Misa, 2) el Rosario, y 3) la práctica devocional al Inmaculado Corazón.
    Vale decir: liturgia o paraliturgia. Solamente lo litúrgico.
    ¿A alguno le cabe alguna duda?

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    1. Estimado Ernesto,
      conozco bien el estilo de los lefebvrianos. Son capaces de diagnosticar algunos males reales, pero se han quedado en aquella mentalidad que era propia del preconcilio, de ver en el mundo moderno sólo un cúmulo de errores y de escándalos. Se comprende entonces cómo ellos no llegan a organizar un trabajo constructivo, por el hecho de que no ven en el mundo moderno nada bueno, de lo cual partir para corregir los errores.
      Ellos no llegan a recibir la enseñanza del Concilio Vaticano II, el cual, sin negar la existencia de los errores, presenta algunos valores de la modernidad, que pueden constituir un punto de diálogo y estimularnos a los católicos a ayudar a los hombres de hoy a acercarse al Evangelio, haciendo pie sobre ciertos valores, que nosotros tenemos en común con ellos.
      Las prácticas religiosas recomendadas por Pagliarani, además de la VO, son indudablemente recomendables, pero Dios quiere que nosotros Lo invoquemos uniendo la oración con las obras.

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  6. Estimado padre Filemón,
    supongo que las relaciones que Ud. ha advertido entre Misa NO y Misa VO, son muy ricas en consecuencias y matices. Yo no soy teólogo, pero doy por hecho que un buen teólogo, fiel al Magisterio, y equilibrado, alejado de toda mirada sesgada, o sea, alejado de los extremos progresismo y conservadurismo, podría teológicamente individuar, explicitar y desarrollar. Al respecto, se me ocurre que dos principios, uno de razón y el otro de fe, podrían ser las raíces de esta reflexión. El primero, extraído de la filosofía: agitur sequitur esse. El segundo, estraído del Vaticano II: fons et culmen totius vitae christianae.
    Considero también que de sus palabras, surge la individuación de cuatro tipos genéricos de rito de la Misa:
    1) El rito de la Misa NO celebrado en plena fidelidad a la Sacrosanctum Concilium y a las enseñanzas y directivas litúrgicas de los Papas del post-concilio.
    2) El rito de la Misa NO celebrado por los modernistas: falsificando la Sacrosanctum Concilium y los documentos litúrgicos posteriores.
    3) El rito de la Misa VO celebrado en clima del postconcilio, de acuerdo a los permisos de celebración concedidos por los Papas del postconcilio, y haciendo un esfuerzo para acercar el VO al clima de la Iglesia del postconcilio.
    4) El rito de la Misa VO celebrado por los pasadistas: no sólo como si nunca el Vaticano II se hubiera celebrado, sino incluso rechazando las doctrinas del Vaticano II y las enseñanzas del magisterio pontificio postconciliar.
    Dada la clara impostación ecuménica del Concilio Vaticano II, me pregunto si antes del Concilio Vaticano II existía alguna forma de ecumenismo...

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    1. Estimado Abel,
      algunas observaciones.
      Primera. Permaneciendo firme el primado de la NO sobre la VO, es cierto que en un cierto modo ambas Misas se pueden complementar recíprocamente.
      Segunda. El axioma metafísico es el siguiente: agere sequitur esse. A cada tipo de celebración corresponde un apropiado modo de celebrar y de fundar una pastoral basada sobre ese modo de celebrar.
      Tercera. El elenco de los cuatro tipos de celebración está bien hecho.
      Cuarta. Antes del Concilio Vaticano II existían encuentros ecuménicos en los cuales los hermanos separados de las diversas confesiones se encontraban entre sí, pero los Papas no eran favorables a que participaran los católicos, salvo para algunos especialistas, con los debidos permisos. De todos modos, también antes del Concilio existieron iniciativas ecuménicas de carácter católico, como por ejemplo de Maritain, de Congar y de otros.

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