domingo, 18 de junio de 2023

¿En qué consiste la llamada "inteligencia artificial"? (3/3)

Hoy es necesaria una seria colaboración entre filósofos y científicos a fin de aclarar cómo el hombre debe comportarse frente a la maravillosa y potentísima tecnología que él mismo con su genio ha inventado, renunciando a cualquier ambición mágica o prometeica de sustituirse a Dios en el dominio de la materia y de la naturaleza, pero también comprometiéndose a hacer que su espíritu, iluminado por la Palabra de Dios, sostenido por la gracia, fortalecido por el impulso del Espíritu Santo, curado y liberado por la misericordia de Dios, no se deje dominar por las máquinas y no se convierta en esclavo de la carne, sino, avanzar en la historia, en la fraterna comunión de los espíritus, hacia siempre nuevos descubrimientos, invenciones y utilizaciones tecnológicas para la conquista de un bienestar cada vez mayor en la tierra, como anticipo y pregustación de la ciudad celestial. [En la imagen: fragmento de una ilustración de 1899 de Mikoláš Aleš, representando a "Rabbi Judah Loew creando el Golem", que lleva escrita sobre su frente la palabra hebrea Guelem, que sugiere la noción de "materia prima"].

Ideas delirantes sobre la inteligencia artificial y predicciones de pesadilla
   
----------Hubo un tiempo en que la tercera página de los diarios daba la medida del nivel de cultura inspiradora del propio periódico. Desde hace algún tiempo, por desgracia, el diario italiano L'Avvenire, que ostenta el nombre de "católico", precisamente en Italia (nación de la que el Obispo de Roma es el primado), a menudo no demuestra estar a la altura de su declaración de intenciones, sino que de hecho la traiciona gravemente difundiendo ideas contrarias a una auténtica visión católica de hombre y de la vida.
----------Es el caso de Avvenire del pasado martes 30 de mayo, que presenta en la tercera página un artículo de Mathias Risse, con título de por sí extremadamente significativo: "Las superinteligencias artificiales pueden decidir eliminarnos", donde evidentemente a las simples máquinas se atribuye un poder de decisión que supone en el agente la posesión del libre albedrío, que una máquina está muy lejos de poseer.
----------El autor del artículo, Mathias Risse, es profesor de Filosofía y Políticas Públicas en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard. Su obra aborda la justicia global, la ética, la teoría de la decisión y la filosofía alemana del siglo XIX, especialmente Nietzsche. Además de la Escuela Kennedy, enseña en la Universidad de Harvard y la Escuela de Extensión de Harvard, y también ha estado involucrado en la educación ejecutiva. En Harvard, Risse está afiliado al Centro Safra para la Ética, el Centro Carr para la Política de Derechos Humanos y el Centro Weatherhead para Asuntos Internacionales.
----------Ahora bien, quien lea su artículo del Avvenire se dará cuenta que el autor habla de las así llamadas "inteligencias artificiales", como si fueran personas, lo que supone la incapacidad de distinguir el espíritu de la realidad material. Atribuye a la máquina facultades espirituales. Esto implica la idea de que el hombre pueda construir artificialmente sujetos espirituales. Por lo tanto, en línea con el módulo del idealismo, se supone una concepción del hombre dotado de poderes divinos, o bien de un poder mágico para animar una máquina, a semejanza del antiguo modelo cabalístico de la construcción del golem.
----------Al mismo tiempo, este proyecto demuestra claramente una perspectiva ética materialista, la cual no otorga en absoluto el primado a los valores del espíritu, sino que concentra su atención en los productos de la técnica, que de por sí están ordenados a goces físicos, como si la fruición de la prestación de las máquinas fuera el non plus ultra de las aspiraciones del espíritu humano.
----------Risse juzga "extremadamente probable que exista vida inteligente en el universo además de la de la Tierra", para extraer de esta teoría que el hecho de que no tengamos señales de ello dependería del hecho de que según él "la vida inteligente en un planeta muere antes de poderse poner en contacto con la vida inteligente en otros planetas. Esto a su vez podría ser debido al hecho de que la tecnología (un producto de la inteligencia) genera dinámicas que terminan por cancelar por completo la vida inteligente".
----------He demostrado detalladamente en precedentes artículos de este blog que la tesis de la existencia de extraterrestres, concebidos como sujetos corpóreos inteligentes similares a nosotros, no nos es permitida por la revelación bíblica del pecado original y por la unidad específica del género humano, fundamento de la igualdad humana y objeto de una concepción unívoca y no analógica de la naturaleza humana.
----------En efecto, hablar de sujetos similares a nosotros, que no sean seres humanos idénticos a nosotros, de nuestra misma especie, rompe la universalidad de la naturaleza humana, la divide en dos analogados y genera en consecuencia el racismo. Entonces no me detendré a rebatir esto que Risse recaba de su tesis, tan evidente es su absurdidad, efecto de una mentalidad materialista.
----------Pero la cuestión no termina aquí. Al mismo tiempo, la visión del articulista se complica y se convierte en aún más delirante, cuando plantea la hipótesis de que estas máquinas, perfeccionándose y potenciándose con su propia iniciativa, sus propias fuerzas y ​​recursos, devienen capaces de "elaborar un lenguaje vocal natural", como para decir adquirir la capacidad de hablar y de conversar propia de la naturaleza humana.
----------De tal modo, según el articulista, estas máquinas asombrosas estarían iniciando la "realización de las prestaciones humanas en todos los sectores", y añade: "una vez que la Inteligencia Artificial general sea más inteligente que nosotros, podría producir algo más inteligente que ella misma". Podríamos, en definitiva, esperarnos la producción de una nueva Summa Teológica más avanzada que la de santo Tomás de Aquino, quizás utilizando las sugerencias provenientes de la filosofía trascendental de Karl Rahner.
----------Pero he aquí otra perla del artículo, quizás la más hermosa: "La relación entre mente y cuerpo es poco comprendida, tanto que no tenemos una respuesta generalmente aceptada a la pregunta de si las máquinas, además de ser inteligentes, serán también conscientes. Tampoco está claro si una combinación de inteligencia y de conciencia pueda darles también otra cosa que los seres humanos valoran mucho: la racionalidad práctica, la capacidad de expresar juicios evaluativos de modo sensible al contexto".
----------Como para decir que, dado que aún no se ha aclarado del todo la cuestión de si los divorciados vueltos a casar puedan acceder a los sacramentos, podríamos consultar a una "super-inteligencia artificial", obviamente benévola hacia nosotros y que, por lo tanto, no sea movida por las intenciones hostiles temidas por el articulista.
----------Como vemos, terminamos en el ridículo, pero en sí la cuestión es trágica, porque Risse no está bromeando, sino que habla en serio. De un caso como el suyo vemos entonces cuán efectivamente importante sea aclarar la relación entre alma y cuerpo, mente y cuerpo, entre el pensamiento y las funciones cerebrales, entre espíritu y materia, entre viviente y no viviente, entre producción tecnológica y generación biológica, entre hombre y máquina, entre hombre y naturaleza, entre hombre y bienes materiales.
   
Un método incorrecto lleva a resultados incorrectos
   
----------Las extravagantes ideas de Risse son el resultado del uso de un método equivocadísimo para abordar las gravísimas cuestiones que nos propone el artículo: las prestaciones posibles de las computadoras electrónicas en relación con las necesidades y con los fines de la actividad humana y de su bienestar. De hecho, Risse, en lugar de proceder mediante ese método racional y objetivo que es exigido por la naturaleza de los argumentos, da rienda libre a su imaginación creativa como si se tratara del fantasear de un poeta o de un soñador, moviéndose así completamente fuera de la realidad.
----------Si nos detenemos solamente en el acto y en los productos de la imaginación, no se alcanza a captar la verdadera naturaleza de la inteligencia, aunque solamente se trate de la inteligencia animal, porque para captar su acto inmaterial, es necesario abstraer totalmente de la materia, incluso abstraer hasta la materia imaginable, por lo cual se hace necesario entrar en el campo de lo puro inteligible.
----------No se debe pensar que el abstraer, como ocurre en este campo, nos aleja de la realidad. Por el contrario, lo que verdaderamente aleja de la realidad es un imaginar del tipo usado por Risse. A la inversa, el intelecto en su operar abstractivo, con el cual capta la verdad de sí mismo, y por tanto de la persona, sujeto del entender, trasciende verdaderamente la materia e intuye verdaderamente el espíritu.
----------Hablar de inteligencia y no saber qué es el espíritu, significa no saber qué es la inteligencia y confundirla con la actividad transitiva electromagnética del computer. El pensamiento no es efecto de la fisiología del cerebro, sino del espíritu. El pensamiento nace del alma. El computer no tiene un alma. Su forma no es un alma, es decir, la forma sustancial del viviente, sino solo un orden de partes materiales artificialmente conectadas entre sí, mantenidas juntas por fuerzas físicas concurrentes a la realización del fin de la máquina.
----------Se comprende entonces cómo Risse cae en los más graves equívocos: la máquina deviene para él una verdadera y propia persona, como en las películas para niños: habla, dialoga, discute, juega, decide, aconseja, razona, objeta, moraliza, corrige las costumbres, ilumina la mente, induce a la voluntad, exhorta a la virtud, enseña filosofía, metafísica, religión y teología, premia y amenaza castigos. Por el contrario, si la máquina es una persona, nos podemos preguntar qué es la persona para Risse.
----------Por cuanto respecta a los problemas que nos ocupan, lo esencial a entender es que el conocer es una actividad inmaterial y por lo tanto es erróneo creer con John Locke [1632-1704] que la materia pueda pensar. Por el contrario, la existencia del pensar y sus manifestaciones en el lenguaje, son la prueba de la existencia en nosotros de un poder superior a la materia, que es el del espíritu y el de la inteligencia.
----------Al mismo tiempo, es falsa la exaltación del espíritu hecha por George Berkeley [1685-1753] al reducir la materia a lo simplemente pensado por el espíritu. En efecto, si la materia es pensamiento, o si todo es pensamiento, como dice Giovanni Gentile [1875-1944], sucederá que el pensamiento es materia, y he aquí que surge la materia o la máquina pensante de Locke y de Risse. He aquí el golem de la Cábala.
   
Descartes está en el origen tanto del idealismo como del materialismo
   
----------En el origen de esta materialización del pensar y del espíritu, y de esta disolución del sentido en el intelecto, y de la materia en el espíritu, está René Descartes [1596-1650] con su concepción del yo-espíritu con la idea innata de la materia y del cuerpo como res extensa, es decir, como pura entidad geométrica, por lo tanto abstraida de lo concreto de la corporeidad real sensible.
----------Por otra parte, Descartes funda esta su concepción, sobre la reducción del sentir al entender. Pero he aquí una vez más como consecuencia la venganza del sentido: si el entender es sentir, si el sentir es la idea del sentir, el intelecto se rebaja en el sentido, el espíritu se disuelve en la materia y tenemos la gnoseología empirista de David Hume [1711-1776], la intelección reducida a sensación, así como subsecuentemente la visión materialista de la realidad de Karl Marx [1818-1883], donde hablar del primado del espíritu sobre la materia es vano idealismo, mientras que el espíritu no es más que una superestructura de la materia.
----------La expresión "inteligencia artificial" ha entrado en el uso y no podemos más que resignarnos a usarla, pero es una expresión profundamente errónea y favorece los crasos errores de Risse. La actividad del computer o, como dicen mejor los franceses, del ordinateur, no es en absoluto una actividad intelectual, para la que se necesita la persona y ciertamente no basta la máquina.
----------La calculadora electrónica, sirviéndose de de un conjunto de signos o de una simbología convencional, calcula, elenca, enumera, registra, recoge datos, los ordena, informa, evalúa, propone alternativas y posibilidades, acepta, rechaza, objeta, advierte, responde a preguntas, juega, cuenta, hace preguntas, instruye; pero todo ello lo hace no como efecto de una libre voluntad o iniciativa, y de una conceptualización deductiva o inductiva responsable, sino en virtud de meros mecanismos deterministas matemáticamente formalizados, previamente insertados y activados por la iniciativa y por el control humano o por el constructor o fabricante o programador de la máquina y alimentados eléctricamente.
----------La impresionante ignorancia que demuestra Risse, impulsado por una parte sin duda por la soberbia de las pretensiones mágicas del idealismo, y por otra parte atraído por las miras hedonistas del materialismo, sin alcanzar a encontrar una necesaria mediación entre las dos instancias, no es sólo ignorancia suya, sino que hoy en día es una ignorancia difundidísima.
----------En realidad, los problemas milenarios que él pone en escena, han comenzado a tener su solución desde los tiempos de Platón y de Aristóteles; tal solución está presente en la concepción bíblica del hombre como sustancia viviente compuesta de alma espiritual y cuerpo. Esta concepción ha sido aclarada en los siglos medievales y modernos por la filosofía escolástica que encuentra su supremo maestro en santo Tomás de Aquino, quien siempre ha sido recomendado por los Papas, sin excluir al papa Francisco. Se ve que Risse está bajo la influencia conjunta del idealismo y del materialismo.
----------Naturalmente, la tarea para el hoy es una seria colaboración entre filósofos y científicos a fin de aclarar cómo hoy el hombre debe comportarse frente a la maravillosa y potentísima tecnología que él mismo con su genio ha inventado, renunciando a cualquier ambición mágica o prometeica de sustituirse a Dios en el dominio de la materia y de la naturaleza, pero también comprometiéndose a hacer que su espíritu, iluminado por la Palabra de Dios, sostenido por la gracia, fortalecido por el impulso del Espíritu Santo, curado y liberado por la misericordia de Dios, no se deje dominar por las máquinas y que no se convierta en esclavo de la carne, sino, avanzar en la historia, en la fraterna comunión de los espíritus, hacia siempre nuevos descubrimientos, invenciones y utilizaciones tecnológicas para la conquista de un bienestar cada vez mayor en la tierra, como anticipo y pregustación de la ciudad celestial.
   
Última noticia: la máquina puede poseer autoconciencia
   
----------A pocos días de la noticia dada por el Avvenire sobre la espiritualidad de la inteligencia artificial, en el artículo firmado por Mathias Risse, al que acabo de hacer referencia, he aquí que pocos días después aparece un paso más hacia adelante en el proyecto del transhumanismo: el articulista, Eugenio Raimondi se pregunta en este otro artículo sobre el mismo tema: "¿En qué medida es consciente la Inteligencia Artificial?". Por consiguiente, no se pregunta si puede o no puede ser consciente. Sino que el articulista da por descontado que lo sea, y simplemente se pregunta en qué medida puede serlo.
----------¿Por qué un paso hacia adelante? Porque es evidente que allí donde existe el intelecto, también existe la conciencia y la auto-conciencia. Una vez que nosotros admitimos la existencia de un sujeto intelectual, o sea espiritual, se sigue lógicamente que este sujeto cumplirá los actos del espíritu, entre los cuales se encuentra indudablemente la reflexión, la toma de conciencia del contenido de la conciencia adquirida y por tanto, en última instancia, la toma de conciencia del propio yo o, como se la llama, la autoconciencia.
----------Sin embargo, llegados a este punto, podríamos preguntarnos: ¿cómo hace el hombre para construir máquinas auto-conscientes? La cosa no es difícil de imaginarse, donde asumimos la concepción cartesiana del hombre, explicitada en sus últimas consecuencias, las cuales llegan a concebir al hombre como dotado de un poder divino para suscitar técnicamente la vida y el espíritu en la máquina y para elevarse a sí mismo a lo divino partiendo de la materia. Es lo que el papa Francisco llama pelagianismo.
----------Se trata, en sustancia, del desarrollarse de dos filones de pensamiento y de dos líneas de acción, de dos corrientes práctico-operativas, las cuales, partiendo de Descartes respectivamente de la res cogitans y de la res extensa, proceden paralelamente permaneciendo a la vez separadas y interconectadas: la corriente idealista del espíritu que produce la materia y la corriente de la materia que se eleva a espíritu.
----------El filón idealista del ser como ser pensado, del espíritu que se hace materia, nos recuerda los nombres de Leibniz, Berkeley, Spinoza, Wolff, Kant, Fichte, Schelling, Hegel, Gentile y Severino.
----------El filón materialista del hombre-máquina y del hombre-animal es el que nos recuerda los nombres de Thomas Hobbes, Pierre Gassendi, Locke, Giordano Bruno, David Hume, Lamettrie, d'Holbach, Comte, Darwin, Spencer, Nietzsche y Teilhard de Chardin.
----------En uno y otro caso tenemos reasumido en el pomposo yo trascendental de Husserl y de Rahner, el antiguo sueño de la magia ampliamente cultivado en la Cábala y en la teurgia neoplatónica y hermética del hombre prometeico de Pico della Mirandola y de los magos renacentistas, el hombre que domina la materia a la par de Dios o se eleva a sí mismo al poder de Dios a partir de la materia, sueño retomado por el esoterismo gnóstico masónico, todo ello basado en una sustancial confusión entre materia y espíritu, del espíritu que se hace materia y de la materia que se hace espíritu.
----------¿Quién es el que puede tomar por buena y al pie de la letra la sensacional noticia del Avvenire? ¿Acaso los católicos? ¿Pero Avvenire está seguro de que tomarán los católicos por buena esta noticia? ¿O cuál es el concepto que tiene el Avvenire del calificativo de "católico"? ¿En qué sentido son católicos los lectores del Avvenire? ¿De dónde saca Avvenire la cualificación de "católico"? Ciertamente no de lo que se recaba del Catecismo de la Iglesia Católica. Entonces, ¿de dónde saca la cualificación? ¿De algún documento de la Conferencia Episcopal Italiana? Pero no parece que se trate de católicos. Entonces, ¿de dónde la saca?

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