miércoles, 21 de junio de 2023

¿El choque durará hasta el fin del mundo?

Una renovada mirada hacia las relaciones actuales entre el Cristianismo y el Islamismo, a partir de una cuestión intrigante: ¿el choque de la Iglesia con el Islam está a punto de cesar o los contrastes durarán hasta el fin del mundo? Una pregunta que nos recuerda inevitablemente algunos textos del libro del Apocalipsis, por ejemplo: "El Dragón se puso delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo en cuanto naciera" (Ap 12,4). [En la imagen: fragmento de "La Virgen del Apocalipsis", óleo sobre lienzo de Melchor Pérez de Holguín, pintado entre 1725 y 1730, obra perteneciente a una colección privada].

----------El Documento sobre la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común, del 4 de febrero de 2019, firmado en Abu Dabi por el papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb, ha significado un punto de inflexión en las relaciones entre el Cristianismo y el Islamismo, tras catorce siglos de violenta hostilidad. Indudablemente, ha sido un gran paso en la convivencia humana. Sin embargo, la confrontación no ha cesado del todo, pues los grupos islámicos extremistas aún mantienen sus actitudes cerradas al diálogo, opuestas a reconocer el derecho a la libertad religiosa, hace décadas completamente admitido en el mundo civilizado. El único derecho fundamental que los extremistas musulmanos reconocen a los no-islámicos es el de convertirse a la fe musulmana, de modo que su labor proselitista y expansiva no vacila en recurrir al terrorismo en occidente, y a la persecusión de cristianos en los países de mayoría musulmana.
----------Se trata de grupos mahometanos fundamentalistas que llevan adelante una verdadera "guerra religiosa", en el preciso sentido de ese término, que tiene sus raíces en diferencias doctrinales entre la Fe en el Corán y las creencias de las demás religiones, en particular las creencias cristianas, hacia las cuales los islámicos siempre han sido muy hostiles, a partir del sagrado monoteísmo en el que se afirman, y al no poder comprender el dogma trinitario cristiano, al suponer que nosotros, los cristianos, creemos en tres dioses.
----------La pregunta nos surge espontánea: ¿este choque, que ha durado ya catorce siglos, del Islam con la Iglesia, está a punto de terminar, o los conflictos doctrinales durarán hasta el fin del mundo? Los casos son dos: si el Islam cesa su hostilidad y hace la paz con la Iglesia, tendremos un hecho precursor de la resurrección final; si, por el contrario, el choque ha de persistir hasta el final, habrá que esperar que se verifiquen las palabras del libro del Apocalipsis: "marcharán sobre toda la extensión de la tierra, para rodear el campamento de los santos, la Ciudad muy amada. Pero caerá fuego del cielo y los consumirá. El Diablo, que los había seducido, será arrojado al estanque de azufre ardiente donde están también la Bestia y el falso profeta. Allí serán torturados día y noche por los siglos de los siglos" (Ap 20,9-10).
----------No estoy de acuerdo con el periodista italiano Magdi Cristiano Allam en negar la existencia de un Islam moderado, para el cual, según el directivo del Corriere della Sera, el Islam sería extremista y violento por esencia (cf. Il Corano spiegato da Magdi Cristiano Allam, Editrice Elledici, Torino-Leumann 2008). El de Allam es un juicio demasiado precipitado, que necesita precisiones, y también hay que tratar el problema de una "inherente violencia". En el Islam, hay moderados y hay extremistas.
----------Del mismo modo, es un juicio precipitado y por tanto injusto el de quienes dicen que el Islam es una "religión de paz". Hay un fin de paz: la salvación propuesta para todos, pero los medios son violentos. Aparte del hecho de que ser moderado o inmoderado son más cualidades morales de las personas, que de las doctrinas, si bien es cierto que hay doctrinas que promueven la paz y doctrinas que generan violencia. Finalmente, tengamos en cuenta el hecho de que los extremistas y los pacíficos existen tanto en el Islam como en el cristianismo. La aspiración a la paz es inherente al hombre, pero sólo el sacrificio de Cristo reconcilia al hombre con Dios y a los hombres entre sí. Una visión beligerante es, por el contrario, el gnosticismo cíclico, que comienza con el mito de la diosa Shiva, y llega en la filosofía hasta Nietzsche a través de Hegel.
----------Durante catorce siglos, el Islamismo ha venido combatiendo a la Iglesia y quiere destruirla y sustituirla, a fin de llevar a la humanidad a la salvación. El motivo fundamental por el cual el Corán se opone al cristianismo es precisamente nuestra fe en la divinidad de Jesucristo, Hijo de Dios, único salvador del mundo. En este sentido, el Corán está en continuidad con la religión judía pre-cristiana.
----------El texto del Corán, como sabemos, se presenta como verdadero mensaje divino de salvación para toda la humanidad, en contraposición al mensaje cristiano, en cuanto considera que es imposible que Dios pueda engendrar un hijo divino. Según el Corán, es impiedad e idolatría la pretensión de asociar a Dios, que es uno solo, considerado como "Padre", otro dios considerado como Hijo, además del hecho de que es blasfemo pensar que un hombre pueda ser Dios. El Corán muestra estima por Jesús "hijo de María virgen", lo considera un gran profeta, modelo de santidad, que aparecerá al final de los tiempos en la línea de los profetas y de los patriarcas bíblicos, empezando por Noé y Abraham, descendiente de Adán.
----------Jesús, según es narrado por el Corán, ha reconocido al Dios único, creador, sabio, providente, omnipotente, justo y misericordioso. y también ha enseñado buenas costumbres morales. Pero ha sido incoherente y presuntuoso al haberse hecho Dios, engañando a sus discípulos que así lo consideran. Pero por si fuera poco, ha introducido una tercera divinidad, además de él mismo ("Hijo") y del "Padre", y es el "Espíritu Santo". Así que los cristianos, no obstante su declaración de ser monoteístas, en realidad son politeístas, porque adoran a tres dioses. Pero a la blasfemia se añade la blasfemia: los cristianos se consideran a sí mismos "hijos de Dios", compartiendo la presunción de su maestro.
----------El Corán, por tanto, cree acoger todo lo bueno de la enseñanza de Jesús, corrigiendo sus errores, sobre todo corrigiendo la idea de un Dios en tres personas. Para el Corán esta es una absurdidad y una blasfemia: Dios es una naturaleza y es una persona. Tres personas harían tres dioses. Asimismo para la fe coránica es imposible que un hombre tenga dos naturalezas: una humana y otra divina.
----------El hombre tiene una naturaleza humana y Dios una naturaleza divina. De lo contrario, para el musulmán, vendrían a mezclarse las naturalezas en una sola persona humana, y Dios vendría a ser profanado, al ser rebajado al nivel de lo simplemente humano. Según el musulmán, el considerarse Dios o "hijo de Dios" es una insoportable soberbia. Los creyentes islámicos son "hermanos" no porque sean todos hijos de Dios, sino hermanos en sentido amplio, en base a la común condición de creyentes.
----------Como para nosotros los cristianos, también para los musulmanes, "hermanos" en el sentido religioso son sólo los correligionarios. En este sentido, un cristiano no puede ser "hermano" de un musulmán, así como tampoco un musulmán nos considera su hermano en absoluto. Pero para ambas religiones, dado su carácter universalista, todos los hombres, si quieren salvarse, están llamados a ser hermanos en la aceptación de la única fe, la cual para nosotros es el Evangelio, y para los musulmanes, el Corán.
----------Ciertamente, la distinción entre naturaleza y persona es sutil. Requiere una inteligencia metafísica que pocos pueden alcanzar. Sin embargo, la fe trinitaria y en la Encarnación son los pilares de nuestra fe y nos damos cuenta que desde hace dos mil años hasta los niños pueden alcanzarla. El riesgo del triteísmo o del modalismo es real, y quizás muchos sean triteístas sin darse cuenta; sin embargo, la experiencia cristiana de todos los tiempos nos dice que en esto Dios ilumina también la mente del niño obediente, abierto a la verdad y confiado en sus educadores. Sinite parvulos venire ad Me. Respecto al modalismo, se trata de una herejía de los primeros siglos, según la cual las tres personas son tres modos distintos de ser del único Dios. Ha resurgido hoy con Rahner, quien sostiene que las tres personas son tres modos distintos de subsistencia del único Dios. No, las tres personas son tres subsistencias distintas del único Dios.
----------Sin embargo, no hay duda de que el monoteísmo islámico parece más razonable que el monoteismo cristiano trinitario. Esto explica el hecho de que, desde hace catorce siglos, un sinfín de personas hayan preferido el primero al segundo. Y ello ha sucedido ya sea por amor o por fuerza, dado el método impositivo y casi terrorista con el cual el Islam siempre ha difundido su fe entre las masas.
----------La pregunta principal que se debe hacer sobre esta cuestión es: ¿quién nos comunica la Palabra de Dios, Cristo o Mahoma? Esto no quiere decir que la teología coránica, que está por cierto influenciada por la Biblia veterotestamentaria, no tenga su indudable fascinación, su racionalidad y su credibilidad, como para atraer espontáneamente el interés y la admiración de muchos selectos talentos filosóficos, religiosos y místicos en el curso de estos catorce siglos hasta nuestros días. Este florecimiento de grandes personalidades filosóficas islámicas se encuentra sobre todo en los siglos XI-XIII, con Averroes, Alfarabi, Alkindi, Avicena, Avempace, Algazzali, etc. Para más información remito a los estudios de André Guénon, Olivier Lacombe, Louis Gardet y algunos dominicos, como el egipcio Georges Anawati y el padre Pier Paolo Ruffinengo.
----------No podemos olvidar que, como bien saben los historiadores, la entrada de Aristóteles en la cultura europea del siglo XIII se debió al hecho de que el estudio del Estagirita era cultivado por los sabios musulmanes, quienes lo utilizaban para comentar el Corán. A los dominicos san Alberto Magno y santo Tomás de Aquino les debemos la idea de utilizar a Aristóteles para la interpretación de la revelación cristiana.
----------La oposición del Corán a Cristo no es un rechazo total de Cristo. Por el contrario, le son reconocidos a Jesús sus méritos y cualidades; sin embargo, existe en el Corán el rechazo del principal elemento esencial de su misión: el de ser la suprema y definitiva guía de la humanidad hacia la eterna salvación. Dios le revela a Mahoma en el Corán que es Mahoma el profeta escatológico, es decir, el que lleva a cumplimiento toda la obra de los profetas precedentes, incluido Cristo. Para salvarse, por lo tanto, no basta el Evangelio, es más, el Evangelio es engañoso, en cuanto enseña la Trinidad y la Encarnación.
----------De tal modo, Mahoma se presenta como enviado por Dios para llevar a cabo esta tarea, en cuanto en el Corán Dios aparece como Quien instruye a Mahoma informándole de todo lo que debe comunicar a la humanidad para su salvación. El fiel creyente, por tanto, al leer el Corán, llega a aprender de Dios mismo que se dirige a Mahoma, todas las verdades y todos los preceptos de su fe.
----------De aquí vemos que la misión de Cristo, tal como aparece en el Evangelio, y la misión de Mahoma, como resulta del Corán, son absolutamente incompatibles y se excluyen mutuamente. Si una misión es verdadera, la otra misión es falsa. ¿De quién depende la salvación del hombre? ¿Del Evangelio o del Corán? De ahí se sigue que la Iglesia y el Islam son incompatibles.
----------Es evidente que una revelación divina debe ser recibida con el máximo respeto y "sumisión" (islám). Ella es fuente de absoluta certeza y funda una conducta moral absolutamente segura y honesta. Es la Palabra salvífica. Es verdad universal, absoluta e inmutable, que no debe ser abandonada ni cambiada por ningún motivo. Puede ser, si es necesario, solo interpretada, comentada y explicada. De ella se pueden recabar conclusiones teóricas y prácticas. Pero debe ser transmitida de generación en generación tal como es, debe ser "repetida" ("Corán" viene del sustantivo kurán, que quiere decir "repetición").
----------Sin embargo, una pregunta surge en nosotros espontáneamente: ¿cómo se aseguró Mahoma de que el mensaje recibido por él a traves del Corán era verdaderamente Palabra de Dios? ¿Cómo y en base a qué o en base a cuáles pruebas o a cuáles signos se aseguró de esto? ¿Y cómo ha hecho para persuadir a sus discípulos de esto? Sobre todo porque esta supuesta "revelación" pretendía suplantar a la de Cristo, que había estado en el origen de la civilización cristiana ya durante seis siglos.
----------Se podría decir que tal vez Mahoma no ha conocido bien al Evangelio y a la Iglesia. Sin embargo, lo sorprendente es por qué sus discípulos a lo largo de los siglos, que han tenido toda la oportunidad de informarse y de comparar el Corán con el Evangelio, no se han asegurado de la falta de fiabilidad del Corán. ¿Cómo ha sido posible y cómo es posible todavía un sesgo partidario de tal tipo? Esto no es fe, sino fanatismo y fideísmo. Es un gran misterio. Para invalidar la revelación coránica bastaría precisamente compararla con la de Cristo, de sabiduría mucho más alta y fundada en pruebas muy diferentes.
----------Pero lo que resulta hoy paradójico, en el actual clima de relativismo intelectual y moral que se está viviendo en Europa, y por resonancia en todo occidente, es que mientras muchos cristianos, que tendrían a su disposición una auténtica revelación divina, certificada por infinidad de pruebas, tienen en cambio una fe débil, temerosa, estéril, incierta y dudosa, por lo cual rebajan el Evangelio al nivel de una opinión entre otras; de modo inverso a los musulmanes, que, por el contrario, tendrían todos los motivos para dudar, pero que muestran una arrogante autoconfianza, fuente de violencia y de persecuciones.
----------Sin embargo, es consolador, reconfortante, y es también importantísimo en vistas al diálogo, que el Cristianismo y el Islam tengan en común muchas verdades de religión natural, comenzando por los atributos divinos. Esto ha sido reconocido por la Iglesia católica en el Concilio Vaticano II por primera vez después del nacimiento del Islam en el siglo VII. Aquella declaración del Vaticano II, hace seis décadas, ha sido un signo de gran esperanza a los fines de la conversión de los musulmanes a Cristo y del retroceso de la expansión islámica. Precisamente esa común posesión entre Cristianismo e Islamismo de verdades de religión natural, es lo que está en la base de la iniciativa de diálogo emprendida por el Papa, y que fructificó en Abu Dabi en 2019.
----------Surge, entonces, inquietante y hasta angustiosa, la pregunta: ¿puede existir una convivencia pacífica entre cristianos y musulmanes? En estos catorce siglos hemos asistido a sucesos alternos, altibajos, con diferentes situaciones según los países y los regímenes. Consoladora es la convivencia durante ocho siglos en Tierra Santa de los Franciscanos con los musulmanes. La Santa Sede y numerosas iniciativas católicas, siguiendo las disposiciones conciliares, se ocupan del diálogo con el Islam a nivel de la cultura, de las estructuras educativas y sociales, y de la colaboración en obras humanitarias. Y todas estas labores se han incentivado mucho a partir de la Declaración de Fraternidad, en Abu Dabi 2019.
----------Sabemos de la vida difícil de los cristianos en los países islámicos. Y sabemos cómo en Oriente Medio la arrogancia islámica obliga a muchos cristianos a huir, mientras se producen persecuciones y, a veces, incluso masacres. Tampoco podemos negar que las potencias occidentales buscan oprimir y explotar al mundo islámico para la conquista y explotación de las fuentes de energía.
----------Es innegable en estos catorce siglos el constante esfuerzo del Islam por extenderse por todo el mundo cultivando el sueño de invadir Europa, tierra civilizada por el cristianismo, donde se encuentra Roma, sede del papado. Someter a Roma, para el Islam, significaría la victoria sobre el cristianismo. En estas últimas décadas, millones de musulmanes se han asentado en Europa y poquísimos se han convertido al cristianismo. ¿Cuáles son sus intenciones? ¿Esperan ellos conquistar Europa de este modo? ¿Usando la democracia? Los actos de terrorismo de años recientes probablemente quieran ser un aviso a Europa de la capacidad revolucionaria de las franjas extremistas, que sin embargo no parecen suficientemente condenadas por los ambientes oficiales. El mundo cristiano europeo es lento, ineficaz, débil y escéptico.
----------Actualmente existen tendencias teológicas, como por ejemplo la de Edward Schillebeeckx, con su cristología del "profeta escatológico", que parecen hechas a propósito para ceder ante las pretensiones del fundamentalismo islámico. La sociedad cristiana hoy es un organismo sin anticuerpos y esto los musulmanes lo han entendido bien. Sin embargo, Europa no sólo se ha descristianizado, sino que también se ha vuelto irreligiosa, por lo cual es difícil imaginar una islamización de la Europa agnóstica, relativista e iluminista, a menos que sea el propio Islam el que haga renacer el sentido religioso, como sucedió hace cuarenta años con la conversión al islamismo del filósofo marxista Roger Garaudy o hace cincuenta años del esoterista René Guénon. En el panteísmo eternalista de Emanuele Severino hay algo del fatalismo islámico.
----------Europa aparece cada vez más en una encrucijada, por lo tanto, si no se produce un renacimiento del cristianismo, como ya advirtió el cardenal Giacomo Biffi en 2000 (en su discurso en el seminario de la Fundación Migrantes el 30 de septiembre de 2000), Europa corre el riesgo de ser islamizada, no en las minuciosas formas de las costumbres y de las prácticas cultuales del Islam, sino en el absolutismo intelectual que caracteriza su fanatismo. El hombre tiene necesidad de certezas y el invertebrado europeo o, como prefería decir Biffi, el nihilista europeo, podría encontrar un sustituto de la certeza en la arrogancia mahometana, donde, en lugar del arcángel Gabriel, toma el relevo la conciencia trascendental. Por otra parte, la Iglesia debe poder retornar a aquellos territorios que en el pasado le fueron arrebatados a la fuerza por la invasión islámica. Los musulmanes, no contentos con haber invadido y descristianizado por la fuerza estos inmensos territorios, ahora sueñan, como lo han hecho durante siglos, con conquistar Europa hasta llegar a Roma, como lo hicieron en el siglo XV al destruir el Imperio cristiano de Oriente con la conquista de Constantinopla.
----------Pero el choque verdadero y propio es sobre la cuestión de la revelación divina. El arcángel Gabriel que ha revelado a Mahoma que Jesús no es Hijo de Dios, sino simple profeta, ¿podría ser el mismo que ha revelado a María su maternidad divina? Evidentemente, o es falsa la revelación evangélica, o es falsa la coránica. Cuando se trata de cuestión de verdadero o de falso, no se puede invocar el respeto por lo "diferente" o el valor del pluralismo religioso. Es necesario entender y elegir de qué lado está la verdad.
----------Lo que más que en otras épocas nos asombra a los cristianos es cómo los fieles islámicos, después de tantos siglos de progreso en las costumbres y en las ciencias, y en el campo de la crítica literaria y de la exégesis de los textos sagrados, no son todavía capaces de distinguir en el Corán aquellas partes que indudablemente expresan una elevada sabiduría teológica y moral, de otras partes evidentemente marcadas por el tiempo o, peor aún, contagiadas de verdaderos y propios errores teológicos y morales, en particular el irrazonable rechazo a los dogmas cristianos de la Trinidad y de la Encarnación.
----------Es necesario que los musulmanes se armen de valor y, precisamente en nombre de Dios, después de catorce siglos de guerras y controversias inútiles, en verdad dañinas para nosotros y para ellos, a la luz de la moderna exégesis, de una sana filosofía y teología, y teniendo en cuenta las honestas costumbres morales de la modernidad, decidan, de una vez por todas, depurar el Corán de sus errores y puntos de vista superados. En particular, es necesario que eliminen la insensata oposición a los dogmas cristianos, precisamente por el respeto a aquellas partes de la alta ciencia teológica, religiosa y moral, que están precisamente en línea con esos mismos dogmas, esas partes válidas que la misma Iglesia del Vaticano II reconoce al Corán.
----------Por lo tanto, el verdadero desafío está en la apologética. La Iglesia ha reconocido los valores contenidos en el Corán. Ahora el Islam necesita reconocer el valor del Evangelio. En toda forma de correcta relación humana debe aplicarse la ley de la reciprocidad, como decía bien el cardenal Giacomo Biffi en su citado discurso del año 2000 precisamente a propósito de las relaciones de la Iglesia con el Islam. La apologética cristiana y la islámica no deben entenderse como rivales. Una comparación objetiva, libre, informada y desapasionada de los argumentos y de los signos de credibilidad entre las dos religiones, induce a cualquier alma honesta, amante de la verdad, de la virtud y de Dios, atenta al valor de los testimonios históricos, a advertir la mucho mayor credibilidad del cristianismo frente al islamismo.
----------Es suficiente comparar la personalidad moral y espiritual de Mahoma con la de Cristo; la historia de la santidad cristiana con la islámica; la mejor producción filosófica y teológica cristiana comparada con la islámica; la mayor sabiduría de las costumbres cristianas; la mucho más rica y avanzada producción técnico-científica de la civilización cristiana; el mayor respeto por la persona humana (hombre y mujer); la mayor sabiduría de las instituciones jurídicas y políticas; una mayor riqueza y variedad de instituciones culturales, sociales, caritativas y asistenciales; los mejores métodos para la difusión del mensaje religioso, enfocados ​​en el respeto a la persona y a su libertad de elección, sin forzar ni amenazar con penas temporales.
----------Como se desprende sobre todo de las enseñanzas del Concilio Vaticano II, el cristianismo es una religión de libertad (liberal en sentido propio), comprensivo y tolerante frente a las demás religiones, respetuoso de la libertad de opinión, aprecia sus valores sin callar sus defectos. En cambio, el Islam, como se sabe, es autoritario, opresivo y discriminatorio, tanto que merece el título de integrista y fundamentalista. No rechaza el método de la persuasión, por lo cual ciertamente muchos, fuera de los Estados islámicos, se hacen islámicos libremente; pero, donde detenta el poder político, prefiere la imposición, como es testimoniado por esta declaración del filósofo Al-Gazali del siglo XI-XII: "Ciertamente no es bueno que se ejercite presión en materia religiosa; pero es necesario reconocer que la espada o el látigo son a veces más útiles que la filosofía o que la convicción. Y si la primera generación se adhiere al Islam sólo con la lengua, la segunda también se adherirá con el corazón y la tercera se considerará musulmana para siempre".
----------El Magisterio post-conciliar de la Iglesia nos aclara que la pluralidad de las religiones, fuera de la religión cristiana, sobre todo las otras religiones monoteístas judía e islámica, no dejan en absoluto de tener importancia en la cuestión de la salvación de la humanidad.
----------Si Cristo es el único y supremo Salvador (cf. la declaración Dominus Iesus de la Congregación para la Doctrina de la Fe del 6 de agosto de 2000), y si su religión es la única religión divina, siendo fundada por un Dios, y por lo tanto sobresale entre todas, esto no quiere decir que también las religiones no-cristianas no den su contribución, aunque sea parcial y también defectuosa, a la salvación de la humanidad.
----------Aunque no hayan sido fundadas por Cristo, sino por simples hombres pecadores, por grandes que sean, esto no quiere decir que de algún modo o medida, en cuanto tienen de bueno, no deriven de Él y no tiendan a Él, que, como Dios, está en el origen de todo camino hacia Dios. Todos aquellos que se salvan, cualquiera que sea la religión a la que pertenezcan, se salvan por tanto gracias a Cristo, aún cuando no lo sepan, y crean que esto sucede por mediación del fundador de la religión a la que pertenecen.
----------La Iglesia, por lo tanto, ha hecho su parteI. Ahora es el turno del Islam. El Concilio Vaticano II ha puesto en luz oportunamente los valores comunes a cristianismo e islamismo, que se resumen en el monoteísmo y en una común referencia al Antiguo Testamento. Pero no ha pensado en indicar a los cristianos cómo pueden llevar a los islámicos a Cristo y cómo estos pueden encontrar a Cristo. Además, el Concilio ha olvidado recordar los errores y los peligros que provienen del Corán. El mundo islámico parecía, en la época en que se celebró el Vaticano II, relativamente pacífico y aún no había surgido la recuperación expansionista islámica iniciada por Khomeini en Persia en 1979, con su característica agresividad anti-cristiana, que hasta el día de hoy se ha vuelto muy peligrosa por su persistencia, recurriendo también al terrorismo, y se centra en Europa, la patria del cristianismo o, como dicen los musulmanes, la patria de los "cruzados". Por tanto, es más necesario que nunca no desanimarse y no ceder a la tentación de devolver mal por mal.
----------Ciertamente nosotros, como cristianos, no podemos desconocer que se necesita una defensa armada contra la agresión armada, pues es necesario destruir los focos del terrorismo, es necesario defender y acoger entre nosotros a los cristianos perseguidos, pero sobre todo, partiendo de la enseñanza del Concilio, yendo más allá en el sentido que he dicho, es necesario orar por la conversión de los islámicos, y es necesario que la Iglesia (¿en un nuevo Concilio?) organice una acción inteligente y eficaz para la evangelización de los musulmanes, ya que ellos también están llamados a la salvación en Cristo.
----------Respecto a la mención que he hecho de las Cruzadas, vale decir que, al fin y al cabo, ellas, al menos en el ámbito pretendido por el papado y por los santos de aquella época, por ejemplo san Bernardo, san Luis IX y santa Catalina de Siena, nada tuvieron que ver con los métodos violentos con los cuales los musulmanes imponían su fe, sino que servían simplemente para defender a los peregrinos de la Tierra Santa de la agresión islámica. Como es sabido, las Cruzadas cesaron en el siglo XVI con la llegada del tolerante Imperio Otomano. Pero, como bien se sabe por la historia, los Turcos reanudaron el intento de invadir militarmente Europa. Si entonces el Islam intentó la invasión con los ejércitos, hoy lo intenta con la inmigración, con la esperanza de que su presencia pueda de tal manera reforzarse, que llegue a influir en la política de los países donde están asentados. Lo que obviamente no significa que no debamos acoger a los necesitados. Pero hay que tener discernimiento, porque los musulmanes son muy buenos fingiendo.
----------Si los islámicos quieren convertirnos a Mahoma, nosotros debemos responderles, con caballerosidad y franqueza, que queremos convertirlos a Cristo. Y presentarles la cuestión: ¿quién es el verdadero Salvador? Este es el desafío para el mundo de hoy. Los Dominicos y los Franciscanos desde su mismo nacimiento concibieron el designio de convertir a los musulmanes. ¿Y qué estamos haciendo nosotros hoy? ¿Damos la espalda a la cuestión, entre la rabia, la frustración y un "diálogo" hipócrita?
----------Por tanto, es necesario poner a Mahoma en su lugar: ubicar a Mahoma bajo Cristo será el verdadero honor de Mahoma, su verdadera gloria, tal vez lo que inconscientemente anhelaba. Por consiguiente, no por encima de Cristo, sino por debajo. No más allá de Cristo, sino camino hacia Cristo. No tiene Mahoma que corregir a Cristo, sino que es Cristo quien lo corrige a él. Mahoma no tiene nada que perder, sino todo para ganar. Y a medida que asciende en dignidad, es liberado de los errores del pecador. Él también es salvado por Cristo. No será él quien eleve a Cristo hacia sí, sino al contrario, es Cristo quien lo eleva a él y con él a todos sus fieles, desde hace catorce siglos, porque también a ellos, quizás inconscientemente, ha sido dado el conocer a Cristo, porque como todos los hombres, deberán rendir cuentas ante Cristo.
----------En la basílica de San Petronio de Bologna hay un fresco del siglo XV que representa a Mahoma en el infierno. Desde hace una docena de años la iglesia está vigilada por las fuerzas del orden, pues se teme una reacción de algunos musulmanes indignados por la ofensa al Profeta. Pero, ¿acaso sabemos cómo se habrá encontrado Mahoma ante Cristo? ¿Un encuentro o un desencuentro?

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