miércoles, 17 de agosto de 2022

Sobre el profeta Oseas y la idolatría (1/2)

La idolatría es el culto de la criatura en lugar del Creador. La idolatría entra en la categoría de la superstición (como nos enseña santo Tomás de Aquino), superstición que es corrupción de la virtud de religión, la cual superstición incluye también el exceso en el culto religioso o una manera incorrecta de practicarlo, como por ejemplo pueden ser en la actualidad el hiperliturgismo pasadista o la excesiva credulidad en las revelaciones privadas o el exceso en el culto a los santos. [En la imagen: detalle de "El Profeta Oseas" fragmento de un ícono ruso del primer cuarto del siglo XVIII, ubicado en el monasterio de Kizhi en Karelia, norte de Rusia].

Con nuestros pecados también hacemos sufrir a los peces
   
----------Un artículo aparecido en el diario italiano Avvenire del pasado 2 de enero titulado El esencial arte del alzarse, me invita a dirigir nuevamente la mirada a su autor, Luigino Bruni, y a su accidentado derrotero espiritual (conocido a los lectores de este blog), derrotero que quizás puede ser similar al de muchos fieles católicos. Como suele ocurrir, el título del artículo no adelanta nada, pues en principio no está claro qué es este "alzarse", pero luego sí se entiende, porque en el desarrollo de su reflexión Bruni nos habla de la "vida espiritual del hombre religioso", el cual, a fin de que "el espíritu pueda soplar ligero" sin encontrar tropiezos, debe "ejercitar cada día el arte de alzarse", es decir, debe saber renunciar o quitar los obstáculos a la libertad del espíritu. No hay duda que con ello se está haciendo referencia a los votos religiosos.
----------Bruni comenta el pasaje del profeta Oseas 4,1-6, en el cual Dios enjuicia a su pueblo y en particular a los sacerdotes con la siguiente acusación: "no hay sinceridad ni amor al prójimo, ni conocimiento de Dios en la tierra" (v.1). Esta maldad produce daño incluso a la naturaleza: a los animales de la tierra, a las aves e incluso a los "peces del mar" (v.3). El pueblo "perece por falta de conocimiento" (v.6) porque los sacerdotes descuidan instruir al pueblo en la ciencia de Dios, verdadera fuente de la ley moral y del amor al prójimo.
----------Bruni comenta así el texto del profeta Oseas: "En el humanismo bíblico la traición de la alianza con Dios por parte de los hombres produjo también un desorden cósmico, devolvió el mundo al caos precedente al acto creador y ordenador. La desobediencia humana generó también la aridez de la tierra, el marchitamiento de las plantas, el sufrimiento de las aves, de los animales, de los peces".
----------Ahora bien, acerca de estas palabras es necesario hacer dos observaciones correctivas. La primera es que el pecado del hombre, en efecto, ha producido un desorden en la naturaleza, por lo cual la naturaleza, de madre, pasó a ser madrastra (Gén 3,17-18), pero hay que tener presente que la muerte de los vivientes inferiores no es consecuencia del pecado humano, sino que ya existía en el paraíso terrestre, en cuanto Dios asigna a Adán y Eva como alimento estos seres vivientes inferiores (Gén 1,29-30).
----------La segunda observación es que el pecado original no ha devuelto en absoluto la creación a un supuesto estado caótico precedente al acto creador, en cuanto que la creación no es poner orden en el caos, sino producir al ente de la nada. Al crear el mundo, Dios no se ha encontrado frente a una materia caótica existente independientemente de él, por lo cual se habría limitado a darle forma, como lo haría un escultor que presupone el mármol, no creado por él, y se limita a darle al mármol la forma de la estatua.
----------La materia no es algo que exista ab aeterno al lado de Dios y a la par de Dios, no se sabe cómo y por qué. En tal caso la materia sería divina. Sólo el espíritu es divino y absoluto; la materia es creada por el Espíritu, es decir, por Dios, purísimo Espíritu. La materia no puede prescindir del espíritu, porque la materia no puede prescindir de su forma, para formar la sustancia material viviente o no viviente. Pueden existir entes puramente espirituales, como los ángeles; pero la materia sin su forma no puede existir. No existe la materia informe en cuanto informe, sino sólo en cuanto formada por su forma.
----------El caos, si se entiende al caos como una materia sin orden, no existe; es sólo un ente imaginario o mitológico o simbólico, una fantasía cómoda para films norteamericanos. Como dice la Escritura, todo ha sido hecho "in numero, pondere et mensura" (Sab 11,21). El alma puede existir separadamente del cuerpo, pero el cuerpo no puede existir sin el alma. No es ya un cuerpo humano, sino un cadáver. El cadáver, sin embargo, sigue teniendo una forma, que sin embargo es puramente física, no espiritual.
----------La forma de la materia actúa la materia, la cual está sólo en potencia respecto a la forma. El mármol, por sí mismo, no deviene estatua si el escultor no le da la forma de la estatua. Por tanto, contrariamente a cuanto piensan los materialistas y los darwinianos, la materia no puede darse a sí misma la forma si no le es dada por la forma. El simio no puede darse a sí la forma humana si no es Dios quien se la da.
----------La forma de la materia no está determinada por la materia sino por una mente, es decir, por un espíritu, que le da forma. La forma de la materia del hombre es espiritual: es el alma. Dios en cambio, como por otra parte también el ángel, puede prescindir de la materia, de hecho Dios, en línea de principio, habría podido perfectamente existir solo sin crear el mundo. El Absoluto no es la dualidad espíritu-materia, o Dios-mundo, como creía Hegel, sino que el Absoluto es el puro Espíritu absoluto.
----------Tampoco es que el espíritu tenga origen de Dios y la materia de la materia independientemente de Dios, sino que tanto el espíritu como la materia son creados por Dios de la nada. El mundo no tiene origen de dos principios, dos absolutos: el espíritu y la materia, sino que tiene uno solo: el Espíritu absoluto, Dios, creador de las realidades espirituales y de las materiales, visibilia et invisibilia.
----------El Absoluto no puede ser sino uno solo, de lo contrario no sería el Absoluto, y chau monoteísmo. Para crear la materia, Dios no necesita ser material, sino que basta que Él sea el creador del ser. Ahora bien, precisamente también la materia tiene su ser. Y mientras puede existir un Espíritu absoluto e infinito, no puede existir una materia absoluta e infinita, porque ella en su misma misma esencia implica la finitud.
----------Por otra parte, si se concibiera la materia como una sustancia por sí existente, independientemente de Dios, entonces se corre el riesgo de contraponerla a Dios, no se alcanza ya a encontrar la conexión entre espíritu y materia, no se entiende ya cómo en el hombre materia y espíritu formen una única sustancia. Y si entonces en Dios vemos el principio del bien, seremos llevados a ver en la materia el principio del mal. Y caeremos en el dualismo maniqueo. Si por el contrario, como hacen los materialistas, viéramos en la materia el principio del bien, veremos en Dios el principio del mal y caeremos en el ateísmo.
----------Ahora bien, es cierto que la Escritura dice que en el principio "la tierra era informe y desierta y las tinieblas cubrían el abismo y el Espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas" (Gén 1,2). Es cierto que tanto estas tinieblas como el abismo, el desierto y las aguas, pueden recordar la idea pagana del caos entendido como confusión, desorden o algo informe. Pero debemos tener presente que estos datos suponen la existencia del mal. Ahora bien, en este momento el mal aún no existe, sino que todo es bueno.
----------Y tampoco podemos pensar en la materia informe, aquello que Aristóteles llama "materia prima" (prote yle). Ciertamente, la materia prima tiene un esse, es un bien, no es un mal; pero es difícil que el hagiógrafo piense en la materia prima de Aristóteles, porque el hagiógrafo concibe aquí la tierra como mantenida de por sí, cosa que no es la propiedad de la materia de Aristóteles, la cual es sólo parte del ente.
----------Por tanto, podemos decir que el hagiógrafo, autor del libro del Génesis, quizás se refiere a la condición inicial del universo, al grado mínimo de existencia material a bajísima energía, a ese núcleo originario o primordial, densísimo y concentradísimo de materia cósmica, que los científicos consideran hoy como el sujeto del así llamado "big bang", efecto de la ilimitada energía latente en el núcleo originario.
----------Entonces, por consiguiente, que Dios cree el cielo y la tierra quiere decir que Dios crea todo, tanto el espíritu como la materia. Ningún caos preexistente. El "Espíritu de Dios que aletea sobre las aguas" (Gén 1,2) significa el poder espiritual de Dios que domina sobre la materia primordial, creada por Él, que no es en absoluto caótica sino precisamente ya formada por el Espíritu.
----------La "luz" (Gen 1,3) consecuentemente creada es la forma o idea que da forma, es el explotar luminoso de las estrellas del mismo big bang. La separación de la luz de las tinieblas (v.4) no significa la distinción entre lo verdadero y lo falso, entre el bien y el mal, entre el orden y el caos, porque en este momento todo es verdad, todo es bueno, todo es orden. El pecado no existe todavía. Esa distinción simplemente significa la distinción del ser de la nada. Dios separa el ser del no-ser. El caos será, después del pecado, la confusión del ser con el no-ser, del sí con el no, como ocurrirá en la filosofía de Hegel.
----------Ahora bien, Dios crea en el Logos, como dice san Juan evangelista, "per Quem omnia facta sunt", y Logos significa Pensamiento, Concepto, Idea, Razón, Causa y Orden. Por consiguiente, la conclusión es que el caos es la consecuencia del pecado, es obra de Satanás, el príncipe de las tinieblas.
   
El Dios acusador
   
----------En estos tiempos de imperante misericordismo, en que jugamos, en medio de nuestros pecados no expiados, y nos drogamos con un Dios fantástico todo ternura y todo caricias -aparte de la dificultad de ver esa ternura en la tragedia de la pandemia o en la psicosis de la no-vacuna, o en la calamidad de la guerra-, puede parecer una nota discordante o una provocación la de Luigino Bruni, que nos golpea en la cara al profeta Oseas, desagradable como todos los profetas, al presentarnos un Dios que nos reprocha y nos acusa, como si no tuviéramos ya muchos problemas en otros aspectos.
----------Y sin embargo -nos hace entender el artículo de Luigino junto con los textos de Oseas- es precisamente este Dios quien, con su paterna severidad, suscita en nosotros un saludable temor, y nos incita al arrepentimiento y a la penitencia, el Dios que nos da la paz y la salvación. No hagamos entonces como hizo Lutero, que quería un Dios que no le reprochara absolutamente nada, sino que fuera sólo misericordioso y tolerante, cómodo y conveniente pretexto para poder pecar sin ser castigados.
----------Es interesante la acusación de Oseas; es la de privar al pueblo de ese conocimiento de Dios que es la base del amor al prójimo: "perece mi pueblo por falta de conocimiento. Porque tú rechazas el conocimiento, te rechazaré como mi sacerdote; te has olvidado de la ley de tu Dios" (v.6).
----------Llegado a este punto, Bruni comenta de esta manera: estos sacerdotes "inducen al pueblo a cultos erróneos y lo hacen por motivos viles y vergonzosos, usan al pueblo para servirse a sí mismos. Y Dios los rechaza. Esta es una crisis enteramente interna al mundo religioso, su primera y radical perversión, el origen de toda forma de abuso". Y continúa Bruni correctamente: "hoy las crisis religiosas pueden adoptar otras formas, entre las cuales aquella que niega la misma idea de Dios y considera la religión un bluff o auto-engaño. En el mundo de Oseas, las críticas ateas eran imposibles o impensables. Las crisis profundas eran (son) aquellas por él descriptas: las personas seguían siendo religiosas".
----------Sin embargo, Bruni concluye aquí de manera sumamente extraña: "he aquí por qué son las idolatrías, no los ateísmos, los enemigos más peligrosos de las religiones, incluida la idolatría consumista-nihilista de nuestro tiempo, porque el ídolo ocupa el lugar de Dios".
----------No se entiende el por qué de esta conclusión. Incluso tomada en sí misma, la tesis es extraña. Hace una comparación entre ateísmo e idolatría. Pero en realidad el ateísmo no es un pecado diferente de la idolatría: el ateísmo es la forma más sutil de idolatría, y por eso mismo la más impía e insidiosa.
----------¿Qué es la idolatría? Es el culto de la criatura en lugar del Creador. La idolatría entra en la categoría de la superstición, como dice santo Tomás de Aquino (en la Summa Theologiae, II-II, q.94, a.1), y la superstición es una corrupción de la virtud de la religión, la cual superstición incluye también el exceso en el culto religioso o una manera incorrecta de practicarlo, como por ejemplo pueden ser hoy el hiperliturgismo pasadista o la excesiva credulidad en las revelaciones privadas o el exceso en el culto a los santos.
----------Y se comprende que cuanto mayor o más elevado sea el valor que se sustituye a Dios, tanto más difícil es reconocer la idolatría, dada la semejanza a Dios del valor con el cual Dios viene sustituido. En el pasado existía el culto a los ángeles. Pero hoy en día en el clima secularista que estamos viviendo, este culto ya no interesa a nadie, si no a algún ocultista o esoterista. Probablemente podamos encontrar alguna nexo con este culto en el espiritismo. El antiguo politeísmo pagano probablemente, como señala san Agustín a raíz de las Escrituras, era un culto a los demonios. El culto esotérico masónico despierta fuertes sospechas de que se trate de culto al demonio. Así también hoy existen grupos satanistas.
----------El caso es que Luigino Bruni sitúa el nihilismo entre las formas de la idolatría. Yo conectaría el nihilismo con el satanismo más que con el consumismo, ligado al vicio de la gula y de la codicia. El nihilismo es una forma de culto a Satanás, aquel que, como lo llama Cristo, es "homicida desde el principio". En efecto, nihilismo quiere decir odio por el ser, voluntad de la nada, de la muerte y de la destrucción. El ateísmo, por su parte, en cuanto odio contra el Dios de la vida, tiene algo de nihilismo.
----------El ateísmo, en definitiva, es adorar al hombre en lugar de adorar a Dios, como en Ludwig Feuerbach, Karl Marx, Auguste Comte o Friedrich Nietzsche. El ateísmo nace de la soberbia que surge del rechazo a someterse a Dios. Por eso el ateísmo es afín al panteísmo, con la diferencia de que mientras en el panteísta el hombre se hace Dios, en cambio en el ateísmo el hombre sustituye a Dios.
----------En los grados de lo real desde el hombre se desciende hacia abajo. Tenemos así la adoración de la ciencia, como en el gnosticismo, la adoración a los ancestros, como en el sintoísmo, la adoración de la técnica, como en la tecnocracia, la adoración del Estado, como en el totalitarismo, la adoración al poder, como en la magia y el superhombre de Nietzsche, la adoración al sexo, como en el freudismo, la adoración a los animales, como en el chamanismo, el culto a los astros, como en la astrología, la adoración a la madre tierra, como en el culto a Pachamama, la adoración del dinero, como en la ética utilitarista.

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