martes, 9 de agosto de 2022

Evolución y creación, ciencia y metafísica, ciencia y fe (2/2)

La ciencia nos muestra los aspectos sensibles y empíricamente verificables de aquello que la fe nos hace conocer más profundamente y en última instancia en su origen de Dios y en su orientación a Dios.

El nudo fundamental
   
----------El nudo fundamental a resolver con respecto a nuestro tema, más aún que el nudo que existe entre ciencia y metafísica, es el que existe entre ciencia y fe, es decir, entre los datos de la ciencia y los de la Biblia, y cuando digo Biblia entiendo la Revelación divina en la interpretación de la Iglesia católica.
----------El grave problema entonces, para ser precisos, es cómo conciliar los datos de la paleoantropología, que atestiguan una evolución mejorativa o perfeccionadora desde lo bajo, con los datos de la fe, que hablan en cambio de un episodio de decadencia desde lo alto, es decir, la experiencia del Edén y el pecado original.
----------Según la evolución, en un determinado momento de la historia de la tierra, desde lo animal ha tenido origen el hombre, mientras que para la Biblia el hombre, aunque haya sido creado por Dios después de la creación de los animales, es originariamente nobilísimo, inocente, perfecto, impasible e inmortal, incluso en gracia de Dios, en un ambiente paradisíaco (el Edén), señor del universo.
----------En la Biblia, por lo tanto, aparece claro y neto el salto ontológico desde los animales al hombre. Él es creado "a imagen y semejanza de Dios" (Gén 1,27), cosa que la Escritura no dice de los animales y que atestigua una espiritualidad que ellos no poseen, aunque también ellos hayan sido creados por Dios.
----------Pero esta dignidad tiene un precio: el libre albedrío. En el paraíso terrenal donde ha sido ubicado, el hombre, tentado por la "serpiente", claro símbolo de un sujeto perverso, él también personal, a diferencia de los animales que, estando privados de libre arbitrio, no pecan, ha pecado.
----------Expulsado por Dios del Edén, el hombre ha caído en un estado de miseria y de embrutecimiento, se ha convertido en similar a una bestia, pasible y mortal, durante toda su vida inclinado al pecado, sometido a la prepotencia y a las insidias de la naturaleza. Comienza el hombre a vivir infelizmente y pecaminosamente sobre esta tierra, en la cual nosotros también vivimos hoy.
----------Sin embargo (y siempre según la revelación bíblica), el hombre, no totalmente destruido sino solamente herido, ha tenido de Dios una posibilidad de rescate y de salir o ascender de este estado miserable. Es así que se inicia, precisamente desde el mismo trágico momento de la caída, aunque siempre en un estado de naturaleza caída y de mortalidad, una actividad de recuperación de los bienes morales y físicos perdidos, una evolución progresiva y ennoblecedora tanto del cuerpo como del alma, una recuperación de la habitabilidad del ambiente, del dominio del hombre sobre sí mismo, y sobre la naturaleza mediante el trabajo y la técnica, documentados por la historia de la civilización y por la misma paleoantropología, que destaca sobre todo la evolución corpórea, en un prolongadísimo tiempo histórico, a partir de un aspecto simiesco, evolucionando y progresando hacia un aspecto cada vez más noble, hasta llegar al hombre de hoy. El hombre parece recordar ese estado originario de felicidad y desea retornar allí con todas sus fuerzas.
----------Naturalmente, la ciencia no está en grado de probar la veracidad de estos datos del relato bíblico relativo a la mencionada perfección física y moral originaria del hombre, así como la perfecta habitabilidad del Edén; no puede demostrar nada de eso. Por otra parte la ciencia no tiene la posibilidad de establecer dónde y cuándo ha sucedido lo que relata la Biblia. El estado actual de miseria y la existencia del progreso humano pueden en cambio ser también para la ciencia el indicio de una catástrofe acontecida en el pasado, de cuyas consecuencias penosas la humanidad desea liberarse.
----------La teoría de la evolución, en cambio, no sugiere para nada este deseo de un retorno a un pasado feliz, que ella no constata en absoluto, sino que ve en el pasado sólo una condición de vida animalesca y extremadamente atrasada, mucho menos decente que la presente, que está en contínuo progreso hacia mejores condiciones de vida. De esta manera, sin embargo, ciencia y fe se encuentran al menos en la intención común de mejorar continuamente las condiciones de vida del hombre.
   
Algunas cuestiones secundarias
   
----------Habiendo ya expuesto con lo anterior las premisas que son suficientes para esclarecer la posibilidad de la armonía entre ciencia y metafísica, y sobre todo entre ciencia y fe, expliquemos algunas cuestiones secundarias vinculadas con el tema tratado.
   
1) ¿Un mito etiológico?
   
----------Algunos problemas se refieren a la interpretación de la Sagrada Escritura. En primer lugar, suponiendo que el relato de la creación del libro del Génesis haya sido puesto por escrito alrededor del siglo V a.C., cabría preguntarse entonces en base a qué datos el hagiógrafo ha podido elaborar dicha narración, dado que evidentemente el hagiógrafo no estuvo presente en los hechos. Una respuesta podría ser que haya recogido una prolongadísima tradición precedente referida a la creación de la pareja primitiva.
----------La interpretación dada por algunos, de que se trate de un "mito etiológico" para explicar la existencia actual del mal en el mundo, no se sostiene y es contraria a la constante enseñanza de la Iglesia, la cual sostiene que el relato tiene un valor histórico, es decir, se trata de hechos realmente acontecidos, liberados, se entiende por supuesto, de algunos aspectos poéticos, simbólicos o inventados, que son de fácil reconocimiento para un ojo habituado a distinguir la teología de la poesía, el mythos del logos.
----------Por otra parte, si efectivamente ciertos aspectos sirven suficientemente para explicar la existencia de la maldad y del sufrimiento humanos, como el hecho de la desobediencia a Dios, una simple reflexión sobre la presente situación del hombre deja en el aire, sin aparentes respuestas, la cuestión de la actual hostilidad de la naturaleza hacia el hombre, y además aparece superflua o en todo caso innecesaria, como factor concurrente a nuestra actual situación, la intervención del demonio, explicación que por otra parte está ausente en las antropologías racionalistas sobre los orígenes del mal.
----------Por eso, la presencia de estos ulteriores elementos hace comprender que el hagiógrafo estaba en posesión de información sobre el origen del pecado del hombre, que iba más allá de lo que la simple razón y la experiencia podían sugerir como causa lejana de los males presentes.
----------De ahí la conclusión que podemos sacar de que el hagiógrafo haya creído en una tradición sagrada precedente de origen divino, en sustancia, que haya hecho un acto de fe en una revelación divina que le llegó ulteriormente desde un lejanísimo pasado, ni más ni menos que como sucede con nosotros, los creyentes de hoy, sobre todo en referencia a la noción del Edén, que podría eventualemente ser imaginado también como un lugar ideal, como en Platón o en los antiguos mitos gnósticos, dada su belleza, pero de cuya efectiva existencia el hagiógrafo no tenía ninguna prueba ni racional ni experimental.
----------Ahora bien, está claro que el ambiente edénico, tal como lo presenta la Biblia, no existe ya en esta tierra, en la cual la naturaleza nos es hostil y en muchos casos inhabitable, aunque sabemos cuánto, a lo largo de los milenios, el hombre ha logrado hacer para convertirla en habitable. Por lo demás, como narra siempre la Escritura, el hombre ha sido expulsado por Dios del jardín terrenal, y no tiene por ahora la posibilidad de retornar a él, sino que sólo puede mejorar en el curso del tiempo el ambiente físico y humano, por lo cual él se acerca continuamente a esas condiciones originarias, sin embargo sin alcanzarlas nunca.
   
2) La creación de los animales prehistóricos
   
----------Hay otra consideración para hacer. Según el relato del Génesis, Dios, incluso antes de crear al hombre, había preparado para él en el Edén un mundo inferior puesto a disposición del hombre, un mundo maravilloso, sobre el cual el hombre podía tener pleno dominio. Todo este mundo precedente al hombre, subsecuentemente al pecado, se ha vuelto hostil al hombre. Pensemos solamente en la presencia de los gigantescos animales prehistóricos: ¿cómo habría podido el hombre primitivo convivir con ellos?
----------Por lo tanto, se podría pensar que la divina Providencia haya querido extinguir estos animales para permitirle al hombre vivir felizmente en esta tierra. Por otro lado, sabemos por la Sagrada Escritura que la muerte ha sido introducida en el mundo a consecuencia del pecado; por consiguiente, se podría pensar que Dios haya decidido extinguir a estos animales precisamente en previsión del pecado del hombre, pero al mismo tiempo para permitirle una vida tranquila en el Edén originario, sin peligros.
----------O bien se podría pensar en otra hipótesis razonable: que la pareja edénica fuera lo suficientemente poderosa como para dominar incluso a esos monstruos primitivos.
----------Otra hipótesis para explicar la extinción de estos animales es el ver su muerte como hecho natural, independiente del pecado original, pero como una fase entre las otras del proceso evolutivo.
----------Otra cosa a tener presente es que debemos situar el Edén originario en el período en el cual ha aparecido el hombre sobre la tierra. Tal período últimamente los científicos han tendido a hacerlo retroceder hasta alrededor de dos millones de años. Pero se mantiene el problema de saber si ciertos hallazgos pertenecen a simios o bien al hombre. Hipotetizar, como hacen los materialistas, la existencia de un viviente intermedio entre el animal y el hombre, es una absurdidad, como ya hemos visto. Por más que un simio hubiera evolucionado hasta el umbral de la humanidad, se mantiene siempre siendo un animal irracional. Y a la inversa, por más que un hombre sea primitivo, sigue siendo siempre un animal racional.
----------Además, nosotros no sabemos cuáles son los límites de los rasgos corpóreos por debajo de los cuales no existe el hombre sino el animal, ni sabemos, por tanto, cuáles son los límites por encima de los cuales ya no existe el animal sino el hombre. No sabemos hasta qué punto un hombre puede asemejarse a un simio permaneciendo hombre. Tampoco sabemos cuánto puede un simio asemejarse a un hombre permaneciendo simio. Sin embargo, las diferencias actuales entre hombre y simio son notabilísimas.
----------Indudablemente, podemos estar ayudados en el discernimiento de esa cuestión por el eventual hallazgo, en las inmediatas cercanías de los hallazgos óseos, de objetos manufacturados de variada índole. Pero no siempre podemos estar seguros de que esos objetos hayan pertenecido o hayan sido utilizados o producidos por el sujeto vecino del cual son los huesos que han quedado.
   
3) ¿Adán y Eva engendrados por dos simios?
   
----------Ahora bien, como hemos visto, y ahora lo repetimos, dada la importancia del tema, entre la ausencia de la razón y la posesión de la razón no puede haber una evolución o un desarrollo, como por ejemplo puede darse desde la edad infantil a la edad adulta o entre dos especies animales o entre dos seres humanos que han vivido en diferentes tiempos históricos, porque la razón es una facultad espiritual, como tal no susceptible de grados cuantitativos, que son propios y exclusivos de la materia. No es imposible, si Dios quiere, que un animal genere un hombre; pero entonces deberá ser Dios mismo quien crea de la nada el alma de ese hombre, sustituyendo a la precedente alma sensitiva.
----------Sin embargo, parece inconveniente que nuestros primeros progenitores ​​del Edén, nacidos de simios, tuvieran verosimilmente un aspecto simiesco, lo cual en cambio parece más conveniente para el hombre después del pecado. Por eso, aunque el venerable papa Pío XII admita la hipótesis de la descendencia desde el simio, en las mencionadas condiciones, recordemos que se trata sólo de una hipótesis hoy también para muchos científicos, y no una certeza apodícticamente demostrada.
----------El caso es que nadie ha estado presente en aquel parto. Y la Sagrada Escritura no nos dice nada al respecto. A menos que hipoteticemos, en el pasaje del simio al hombre, un salto ontológico y cualitativo no solo espiritual sino también físico. ¿Entonces Adán y Eva habrían tenido simios como genitores? Quizás se podría pensar que Dios haya infundido un alma humana masculina y femenina en cuerpos adultos de otra especie. Y esta podría ser una interpretación de las palabras del papa Pío XII en la Humani generis.
----------Por otra parte hay que señalar que nuestros primeros progenitoress, como de hecho es narrado por la Escritura, deben ser imaginados como ya adultos, iluminados por Dios, porque sería absurdo pensar que hayan sido educados por simios. Y esto por lo demás está confirmado por las actuales ciencias de la educación.
   
4) El alma humana es creada inmediatamente por Dios
   
----------Volviendo al discurso sobre el alma humana, ella no es una forma que surja de la potencialidad o virtualidad de la materia como surgen de la materia por transformación las actividades materiales, como una piedra expuesta al sol comienza a calentarse o un perro que duerme se despierta o una semilla de roble se convierte en un roble. En estos casos el sujeto tiene en sí la potencia activa o pasiva o la energía potencial o latente para hacer aquello que hace o para devenir aquello que llega a ser.
----------El alma racional, en cambio, es una forma inteligible, simple, inextensa, inmutable, no empírica e inmaterial, independiente del espacio-tiempo y por tanto independiente del devenir. Por eso, el alma racional no debe estar sujeta a ninguna evolución o cambio esenciales: o el alma racional está toda y completa en su esencia, siempre desde el inicio de su existir, o no existe. No está hecha de partes o de grados de desarrollo, de modo que los unos puedan agregarse a los otros.
----------El alma humana, alma racional, no tiene niveles de intensidad o de grandeza o de tamaño o de cualidad, no tiene dimensiones espaciales, por lo cual pueda extenderse en el espacio como el fuego o dilatarse como un gas o aumentar como el calor o cambiar de forma como la materia que se transforma en energía. Por lo tanto el alma humana no puede ser el punto de llegada de una evolución precedente, como el adulto es el punto de llegada del crecimiento del niño. El alma humana está toda desde cuando comienza a existir y toda permanece para siempre, idéntica a sí misma e incorruptible en su esencia.
----------La forma exterior del sujeto material cambia en virtud de una energía o movimiento o impulso que proviene de su interior, correspondiente a lo que el sujeto puede hacer o ser. El acto no puede superar la potencia, si ella no se actúa en virtud de otro acto más potente, superior al primero.
----------El efecto no puede superar las fuerzas de la causa. Debería crear aquello que le falta, lo cual es absurdo, porque sólo Dios es creador. Si un viviente superior es generado por un viviente inferior, este hecho no depende del genitor, sino de la causa primera. La causa debe ser proporcionada al efecto. Uno no puede dar lo que no tiene, sino que puede dar solo lo que tiene. La causalidad de la creatura es limitada.
----------Sólo Dios creador omnipotente puede causar en un agente efectos superiores a aquellos de los cuales el agente es naturalmente capaz. En cambio, el mundo consecuente al pecado es el mundo de la naturaleza humana caída, aunque luego sea redimida por Cristo.
----------Ahora bien, la ciencia considera el mundo que precede a la aparición del hombre en el Edén originario, por ejemplo el mundo de los animales prehistóricos y el mundo consecuente al pecado, que llega hasta nuestros días. En cambio, es característica exclusiva de la fe la de considerar la naturaleza humana edénica originaria; pero la fe sabe también del mundo precedente y del mundo consecuente.
----------La ciencia no está en grado de percibir el Edén, por lo cual los datos que nos aporta nos muestran una evolución que pasa de los primates al hombre. Pero ciertos hallazgos paleantropológicos podrían referirse no a los simios, sino al hombre embrutecido por las consecuencias del pecado original.
----------El Edén originario es uno de los signos de la presencia de Dios en el mundo, como lo han sido la vida terrena de nuestro Señor Jesucristo, sus milagros, su resurrección, las apariciones de Jesús resucitado, su ascensión al cielo, como lo son también todos los milagros cumplidos por los santos en el curso de la historia, y como lo será la parusía de Cristo en el fin del mundo.
----------Ha sido debatida la cuestión del "lugar" del Edén. Lo que podemos hipotetizar es que el Edén en realidad haya sido nuestro propio universo, antes del pecado, en cuanto que era enteramente cognoscible, conquistable, gobernable, fruible, habitable y disfrutable por la humanidad en el estado de inocencia.
----------En base a esto, podemos considerar como posible la habitabilidad de otros planetas, que un día el hombre podrá alcanzar expandiendo sus poderes sobre el universo y por tanto recuperando así ese dominio que le fue concedido en el Edén originario. Esto, por lo demás, estaría en consonancia con el advenimiento de esa "nueva creación" que nos es prometida por Cristo.
----------En conclusión, la ciencia nos muestra los aspectos sensibles y empíricamente verificables de aquello que la fe nos hace conocer más profundamente y en última instancia en su origen de Dios y en su orientación a Dios.

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