lunes, 8 de agosto de 2022

Evolución y creación, ciencia y metafísica, ciencia y fe (1/2)

En el ámbito de la ciencia tiene espacio y experiencia la teoría de la evolución. En el ámbito de la metafísica, más allá de la ciencia, nace la cuestión de la creación. ¿Pero cuál es la relación entre evolución y creación? ¿Qué relación hay entre ciencia y metafísica? ¿Qué relación hay entre ciencia y fe?

Introducción epistemológica: el método de la ciencia y de la metafísica
   
----------El conocimiento humano, partiendo de lo captado por los sentidos, tiene por objeto el ente real, del cual recoge su inteligibilidad en una representación conceptual, por cuanto lo real aparece comprensible dentro de los límites de las capacidades de la razón, la cual llega naturalmente hasta esos objetos a los cuales puede ser conducida haciendo uso de los sentidos.
----------Es necesario distinguir el conocimiento en general del saber. Conocimiento, en general, es la percepción o representación de un objeto, un acto del intelecto que puede ser ocasional, opinativo, teniendo un objeto sensible particular, contingente o casual, aunque ya a este nivel la razón pueda captar la verdad.
----------Pero el conocimiento puede devenir metódico, y entonces tenemos el verdadero saber o ciencia como cognitio certa per causas: el conocimiento demostrativo de la esencia o de las leyes de la realidad o de los fenómenos, bien establecido, partiendo de la experiencia y de premisas evidentes, para llegar por medio del medium demonstrationis, a una proposición conclusiva, la conclusión científica, implícitamente contenida en las premisas y por lo tanto explicitación de cuanto ya estaba contenido en las premisas.
----------Pero la razón puede alcanzar, aunque imperfectamente pero siempre con certeza, también objetos que van más allá de la experiencia y que ocupan el espacio ontológico de lo puro inteligible, o sea la sustancia puramente espiritual: aquella finita, el alma humana y el ángel; y aquella infinita, Dios.
----------El método que entonces aquí es necesario seguir, no es ya el de la abstracción de la esencia universal desde el dato empírico particular, como ocurre en la ciencia experimental, sino que es un método complejo, que se vale: 1) de la inducción de la causa desde el efecto, 2) de la negación de lo sensible y 3) de la eminencia de la perfección concebida (via causalitatis, negationis y eminentiae, cf. S.Tomás, Comm. al De Trinitate de Boecio, q.II, a.2), así como 4) de la analogía y 5) de la participación del ser.
----------El saber de lo real debe estar por tanto sujeto a dos grados fundamentales (tal como ya lo explicara Jacques Maritain, en Les degrés du savoir, Desclée de Brouwer, Paris 1932): el saber o ciencia experimental, que tiene por objeto los entes sensibles mutables o fenómenos sensibles; y el saber o ciencia metafísica, la cual, teniendo por objeto el ente analógico como tal (ens ut ens), se eleva desde el conocimiento del ente sensible e imaginable al ente puramente inmaterial y espiritual, hasta la causa primera, el Ser por sí subsistente (ipsum Esse per se subsistens), Dios.
----------La ciencia supone existente lo real sensible real o fenómeno viviente o no viviente, comprendido el hombre bajo el aspecto empírico, e indaga sobre su naturaleza, sobre sus leyes, sobre su actividad, sobre sus fines, sobre las influencias que recibe del medio, sobre su generación y sobre su corrupción. Aquí tiene espacio y experiencia la teoría de la evolución.
----------La ciencia se detiene en el umbral de lo suprasensible, de lo espiritual. Ella afronta a lo sumo la psicología animal y las funciones sensitivo-emotivas del alma humana. Conoce los sentidos externos y los sentidos internos, pero del intelecto no conoce la naturaleza y las funciones propias, si no indirectamente y oscuramente, como la "cosa en sí" kantiana, también porque al menos el científico en su indagaciones y conocimientos usa evidentemente el intelecto y cumple los característicos procesos abstractivos, que le permiten precisamente, mediante el uso de la lógica, la elaboración de las hipótesis y de las teorías científicas.
----------El científico, el antropólogo y el filósofo de la naturaleza por tanto indagan fenómenos que pueden inducir a admitir la espiritualidad del alma, como el lenguaje conceptual y el libre albedrío, pero los considera sólo en sus manifestaciones empíricas sin interrogarse sobre su causa espiritual, porque la ciencia experimental no dispone de una conceptualidad y de un método adecuados y proporcionados para demostrar la existencia y la naturaleza del espíritu. La misma autoconciencia y la introspección intelectual trascienden el método de la ciencia y son posibles sólo a la reflexión de la conciencia espiritual.
----------La psicología y la antropología filosóficas, con su extensión en la filosofía moral, constituyen para la psicología y la antropología experimentales el puente del pasaje hacia la metafísica. Con la metafísica, en efecto, entramos, como se ha dicho, en el horizonte desconfinado o ilimitado del ser puramente inteligible y espiritual. Aquí, por tanto, más allá de la ciencia, surge la pregunta no sólo sobre el origen del devenir y por tanto sobre la evolución, sino sobre el ser o bien sobre la existencia del ente tanto físico como espiritual. Este es el terreno natural en el cual nace la cuestión de la creación.
   
La causa del ser
   
----------La ciencia indaga sobre las causas o bien sobre el origen de las cosas. Lo hace la paleoantropología, que es una forma de antropología experimental de tipo histórico, y lo hace la metafísica. La primera, retrocediendo en el tiempo con la mirada vuelta a nuestro planeta, se pregunta según cuáles formas el hombre ha evolucionado en el pasado para llegar hasta la forma actual. Ella nota un progreso desde formas primitivas casi animalescas hasta la forma actual, que da lugar a una actividad inmensamente superior a aquella de la cual quedan huellas en los hallazgos arqueológicos.
----------Esta evolución que constatamos en larguísimos períodos de historia no se ha producido evidentemente por casualidad, precisamente por su constante y progresivo realizar un modelo cada vez más alto de humanidad, por lo cual ella nos da el testimonio de haber sido guiada por una precisa intención de mejoramiento y de progreso, fundada a su vez sobre un conocimiento cada vez mejor de las más altas necesidades y de las más elevadas aspiraciones del hombre, por lo cual en los tiempos más antiguos advertimos una humanidad que apenas llega a sobrevivir en una naturaleza hostil y peligrosa, mientras, a medida que nos acercamos más al homo sapiens, vemos cómo se perfeccionan gradualmente todas las actividades, desde la satisfacción de las necesidades materiales, al dominio sobre la naturaleza, al cuidado de la salud, a la organización social, a los signos cada vez más claros de la cultura, del respeto por las leyes, por la religión, por el progreso del saber, de la virtud y de la civilización.
----------Como es sabido, la teoría de la evolución nos ofrece una visión del origen mismo del hombre desde formas vivientes inferiores precedentes. Y también en este pasaje no nos es lícito hablar de "casualidad" o "azar", sino que notamos en la obra, si no ciertamente la intención del hombre, que aún no existe, al menos la ejecución de un plan o proyecto racional e inteligente, que ha pretendido elevar la vida desde el plano de la animalidad al de la humanidad.
----------El científico, por su parte, constata experimentalmente, a partir de los hallazgos en su poder, este maravilloso pasaje o progreso; pero su propio método científico no le permite individuar la Inteligencia y la Voluntad que han precedido a la ejecución de ese plan, así como la Causa ontológica del ser o de la existencia de este plan y de la evolución que de él es conseguida. Es esto de competencia de la metafísica y de la filosofía de la naturaleza.
----------El metafísico que se interroga sobre la causa de la existencia de las cosas, comprende que el hombre ha sido y es creado por Dios. Por eso el entero proceso de la evolución que desde el animal ha conducido al hombre y desde el hombre primitivo ha conducido al homo sapiens ha sido creado por Dios. Por lo tanto, la existencia del hombre y la misma evolución no se explican sin la creación, entendida como acto divino con el cual Dios crea el mundo de la nada.
----------Dios es ciertamente el creador del ser y el motor del devenir, por lo tanto del movimiento ascendente de la evolución desde las formas de vida más bajas hasta las más altas. En última instancia, es Dios quien da al ser y al devenir su dirección progresiva hacia metas cada vez más elevadas de la existencia, hasta el límite de guiar al hombre hacia la consecución de su Fin último y supremo Bien, que es precisamente Dios.
----------La evolución supone el mundo en evolución. El científico se interroga acerca de qué es la evolución, cómo funciona, qué produce, hacia dónde tiende, cuáles son sus formas más primitivas, qué le da el impulso, cuáles son sus fases. El científico, por tanto, presupone el mundo ya existente y ya constituido como sujeto o agente de la evolución.
----------Pero no se pregunta por qué existe el mundo o cuál es su origen o su causa. No retrocede en las causas, no va más hacia la raíz desde la evolución del mundo al mundo mismo como tal, porque sucede que tiende a identificar la evolución con el mundo mismo, como si la evolución no tuviera su sujeto, sino que fuera una evolución subsistente, lo que evidentemente es una pura abstracción o ficción.
----------Por el contrario, el método científico correcto es el de abstenerse de pronunciarse acerca del origen de la existencia del mundo, ya que con ello mismo el científico se saldría de sus competencias e invadiría el campo del metafísico, por lo que con la pretensión de dar él una respuesta a una cuestión metafísica, es decir, sobre el ser, acerca de la cual no tiene competencia, su respuesta sería necesariamente errónea. Y así surgen esas cosmologías ateas y materialistas, que absolutizan la evolución y la convierten en un ídolo fin por sí mismo y fundado sobre sí mismo, lo cual es del todo anti-científico y metodológicamente incorrecto.
----------Por otra parte, es cierto que es impensable también separar el mundo de su evolucionar. Sería otra falsa abstracción, porque el mundo está por su esencia en evolución, y esta no se le añade como una tapa se añade a una olla o se añade el motor al chasis de un automóvil.
----------Sin embargo, el científico debería reflexionar que si hay un devenir tiene que haber un sujeto, un algo, un ser que deviene. Si el devenir es un pasar de la potencia al acto de algo, se debería tener que admitir que el sujeto que deviene es el mismo que está antes en potencia y luego está en acto. Si un bloque de mármol en las manos de un escultor que lo trabaja está deviniendo una estatua, es necesario decir que la materia del mármol y la de la estatua es la misma.
----------Por eso, por debajo del devenir está el ser que no deviene y el mismo devenir está en función del ser de lo devenido. Y por eso, tratándose de dos cosas diferentes, la causa del devenir no puede ser la misma que la causa del ser.
----------Si ha habido una evolución del simio al hombre, ¿cuál es la causa de la existencia de ese sujeto viviente que de simio ha devenido hombre? El problema del ser es ineludible. Y este es el problema, que ciertamente no es el del científico, quien se interesa sólo del devenir.
----------Es en cambio el problema metafísico, que responde con la teoría de la creación, lo que le presta al científico un servicio fundamental, porque si no existiera el sujeto de la evolución, tampoco habría evolución y entonces el científico trabajaría en el vacío. Y una cosa no deviene para devenir sino para devenir algo en acto de ser. El devenir proviene del ser y se funda sobre el ser, así como tiende al ser y se cumple o realiza en el ser.
----------Ciertamente el ente inerte está incompleto o frustrado; el ente actúa y debe actuar, pero en vista de un fin como recita el principio de finalidad: omne agens agit propter finem et quidem finem ultimum, el cual es inmóvil. Una evolución fin de sí misma no existe y es un caos irracional, que nada tiene que ver con la ciencia, sino más bien con la enfermedad mental.
----------Por eso Aristóteles pronunció la famosa sentencia contra Heráclito, por la cual, si no existiera lo inmóvil, no tendríamos tampoco el devenir. Quien sostiene el devenir contra el ser, destruye precisamente ese devenir que él quisiera sostener. En el momento en el cual se hace del devenir lo absoluto y lo eterno se mitifica o idolatra el devenir falsificando la realidad del propio devenir.
----------Confrontando por tanto evolución y creación, podemos decir en síntesis lo siguiente. Evolución dice transformación de un sujeto presupuesto. En nuestro caso, se trata de un sujeto viviente, que con el tiempo cambia asumiendo formas diferentes, como el animal que en un cierto momento de la historia de la tierra, asume una forma humana. Creación implica en cambio ausencia de sujeto presupuesto, porque el acto creador divino produce el mismo sujeto de la nada.
----------La producción creativa o, como la llama santo Tomás de Aquino, productio totius entis, conlleva el hacer el entero ente desde la posibilidad a la actualidad, y se diferencia de nosotros, que cuando producimos, nos limitamos a hacer pasar un ente real presupuesto desde la potencia al acto.
----------La presuposición y la no presuposición del sujeto no deben ser concebidas como simultáneas, porque esto implicaría contradicción y la creación se tornaría imposible. Aquí radica el error de Emanuele Severino que niega la creación en base al principio de no contradicción. En efecto, Severino, quien no admite la existencia del ente contingente, hace coincidir ilegítimamente el pasaje del no-ser al ser, típico del ser creado o del crear, con una improbable identificación del ser con el no-ser.
----------En cambio, la no-existencia del sujeto en el hecho creativo precede a su existencia, por lo cual la creación implica la realización de un posible, cosa perfectamente compatible con el principio de no-contradicción. Está claro que en una metafísica como la de Severino, donde todo está en acto y no hay lugar para la potencia ni para lo posible, este realizar no es concebible.
----------Pero entonces es la propia visión de Severino la que está fuera de la realidad. Y por otra parte es necesario admitir que lo contingente ha sido creado, porque de lo contrario se lo debería concebir como necesario. Y entonces, sí, habría una contradicción, por lo cual la creación, lejos de implicar contradicción, debe ser admitida precisamente para evitar la contradicción, como señaló en su momento Gustavo Bontadini.
   
Un conflicto que no existe
   
----------No obstante cuanto he observado hasta aquí, es un prejuicio frecuente el de quien cree que a propósito del origen del hombre se deba elegir entre creación y evolución, y que por tanto éstas se excluyen mutuamente. De ahí el otro prejuicio aún más nefasto, por ser más radical y presupuesto, según el cual la ciencia excluye la fe y viceversa. Si la ciencia es verdad, la fe es mentira o a lo máximo fábula para niños y si la fe es verdad, la ciencia es expresión de la soberbia humana.
----------Nada más falso. Sin embargo, sin ampliar el discurso a las relaciones generales entre ciencia y fe, decimos en cambio entrando en nuestro tema que la suposición es falsa, porque una cosa es el ente -en este caso específico el hombre- y otra cosa distinta es la evolución del ente -la evolución de los vivientes. La creación explica el origen del hombre; la evolución explica los cambios de los vivientes y del hombre en la historia.
----------La teoría evolucionista podría sustituir a la creacionista sólo en el caso de que se imaginara que el hombre deriva su origen, como precisamente sostiene el evolucionismo materialista, de una forma animal similar e inferior, sin solución de continuidad entre la naturaleza animal y la naturaleza o especie humana, de tal manera de negar la creación inmediata del alma humana por parte de Dios.
----------En cambio es necesario decir que la existencia de un viviente intermedio entre el animal y el hombre es imposible, porque la naturaleza humana, como ya sabía Aristóteles, añade a la simple naturaleza animal la razón, la cual es expresión y potencia de una forma o alma superior, no compuesta, sino inmaterial y por lo tanto simple, inmortal y espiritual, la cual, en cuanto tal, no puede ser el vértice o el término de una formación o evolución precedente, sino que es perfecta y completa desde el inicio. De ahí la necesidad de admitir que sea creada inmediatamente por Dios.
----------La evolución puede, por lo tanto, concordar con la doctrina de la creación, si, como advertía en su momento Pío XII en la encíclica Humani generis del 1950, se admite precisamente que Dios crea inmediatamente el alma humana, aunque se admita o hipotetice que ella venga infundida en un viviente infrahumano precedente (ex iam exsistente ac vivente materia).

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