martes, 30 de agosto de 2022

El gnosticismo de Giuseppe Barzaghi (2/2)

El gnóstico ve lo que otros no. Para el gnóstico es evidente lo que para la mayoría está oculto. Para el gnóstico, el pensamiento humano tiene la posibilidad de moverse en dos planos: o bien el plano categorial, ingenuo y vulgar, el de la apariencia, o bien el plano trascendental, el de la "verdad", solamente accesible a la gnosis.

El método típico de los idealistas
   
----------El pensamiento para Barzaghi, según el método característico de los idealistas, se plantea sobre dos planos, podríamos decir "dos registros": un plano originario, de tipo monista, que debe ser descubierto por medio de la filosofía (es decir, del cogito), en el "puro pensamiento", que él llama el "punto de vista de Dios" o la "mirada de Dios", correspondiente a la gnoseología idealista. Es el plano "trascendental", el plano de la "verdad". Barzaghi luego confunde este "punto de vista" idealista con la fe.
----------Y se da un plano o registro derivado, el de analogía y de la multiplicidad, correspondiente al ordinario sentido común no elevado a la filosofía, plano de la "apariencia" o del "aparecer", propio de la gnoseología realista, relativo a la letra del pensamiento de santo Tomás y de la misma Sagrada Escritura, y que corresponde a aquelllo que Barzaghi llama "punto de vista psicológico" o plano "categorial".
----------Sobre este plano, las cosas parecen ser diferentes del yo y estar fuera del yo, contingentes, espaciales y temporales; excepto que, sin embargo, si nos colocamos "desde el punto de vista de Dios", que no es el del simple pensar común, sino el de la verdadera sabiduría, aquí a Barzaghi le gusta referirse al ver sub specie aeternitatis de Baruch Spinoza [1632-1677], y entonces aquí las cosas aparecen una cosa sola, eterna, inmanente al yo, sustancialmente idénticas al yo en la unidad del "ser", un yo que ya no es el yo empírico, sino el yo "trascendental", momento a su vez del "Yo absoluto".
----------También la afirmación realista, según la cual la realidad es externa al pensamiento, es un pensado, por lo cual Barzaghi cree poder reabsorberlo en su idealismo, siempre en su presupuesto de la identificación del pensamiento con el ser.
----------La univocidad del ser lleva por tanto a Barzaghi a interpretar a santo Tomás en sentido panteísta: cómo existe un único y solo ser, el "ser que no puede no ser", en nombre del mismo principio de no-contradicción, que excluye la existencia del no-ser (el no-ser no puede ser), así existe un único y solo Dios.
----------Aquí el monoteísmo parecería estar asegurado. Excepto porque para Barzaghi el monoteísmo quiere decir que existe sólo Dios, todo está en Dios y no hay nada fuera de él. Por consiguiente, él no se contenta con decir que no existe otro Dios fuera de Él, sino que afirma que no hay nada fuera de Él. Así que no sólo hay un solo Dios, sino que sólo hay Dios.
----------Para Barzaghi, Dios crea el mundo no de la nada, sino de su esencia y en su esencia. Por tanto, el acto creador no es productio de nihilo, sino que es teofanía divina, de modo que no se ve cómo esté garantizada la distinción entre Dios y el mundo. Barzaghi conduce la creación no a la causa eficiente, que puede ser trascendente, sino a la causa formal, la cual es evidentemente inmanente al ente (aquí el mundo), de la cual es forma. Barzaghi dice explícitamente que "Dios no es trascendente, sino inmanente". Dios es un pensado. Pero lo pensado está en mí. Y por lo tanto Dios no está por encima de mí.
----------Así como para Severino, la creación no es pasaje de lo posible a lo real o del no-ser al ser o producción del ser desde la nada, porque esto ofendería el principio de no-contradicción, sino que es determinación y aparecer del puro Esse divino. Nada existe posible, sino que todo es real y actuado.
   
El panteísmo
   
----------Por lo tanto, bajo el pretexto de que Dios es "todo" y que "nada se puede añadir a Dios", el mundo para Barzaghi no existe realmente distinto de Dios y fuera de Dios. El mundo sí existe, con la multiplicidad y el devenir, con su mezcla de afirmación y negación, ser y no ser, verdadero y falso, bueno y malo. Pero existe sólo en Dios. De aquí la consecuencia terrorífica de que afirmación y negación (la "dialéctica"), ser y no ser, verdadero y falso, bien y mal existen también en Dios. Por eso Barzaghi en uno de sus libros dice que Dios no quita el sufrimiento, sino que existe junto al sufrimiento, ya que en Dios mismo existe el sufrimiento.
----------Por tanto, para Barzaghi, a pesar de su monismo aparentemente optimista, los opuestos se reclaman entre sí, son necesarios, lógicos y divinos, como en Hegel. Por consiguiente, la afirmación en Dios no quita la negación, lo verdadero no quita lo falso, el mal no quita el bien. Sino que, en la concepción barzaghiana, todo está necesariamente y lógicamente conectado, todo es ser, todo es verdadero, todo es bueno, como en la concepción spinoziana. De hecho, Barzaghi no oculta su admiración por Spinoza.
----------En la visual de Barzaghi, donde todo es ser, el mal como privatio, como stèresis, es decir, como carencia de ser, no puede existir. Si de mal se quiere hablar, también el mal está en el horizonte del ser. ¿Cómo es ello? El mal está en el horizonte del ser como momento de la división de la unidad y de la distinción entre las cosas o, para expresarnos en términos hegelianos, como momento de la antítesis preparatorio a la síntesis. El mal es, por lo tanto, una división de la unidad originaria divina, por la cual la unidad divina reconjuga los elementos dispersos, los llama a sí misma para recomponerse a sí misma.
----------Ideas de Barzaghi como las que acabo de señalar, por ejemplo, la idea de que el mal también está en el horizonte del ser, como momento de la división de la unidad, son ideas que he expuesto en un artículo reciente sobre este blog, y también se las puede encontrar (como he señalado días atrás en un artículo) en el cardenal Giacomo Biffi, quien fue, por lo demás, un admirador de Giuseppe Barzaghi: véase el prefacio que ha hecho al libro de Barzaghi Lo sguardo di Dio (ed. Cantagalli, Siena 2003).
----------El mal, por lo tanto, en la concepción monista barzaghiana, no es algo repugnante, que deba o pueda ser removido, sino que es un ingrediente lógico y necesario de la unidad y de la totalidad. Querer eliminar el mal sería como querer eliminar la distinción entre las cosas. Por eso, para Barzaghi la Redención, como él dice expresamente con un acento de ironía, no es una reparación, sino simplemente una aparición de Dios en Cristo y en el hombre. Dios no salva del mal, sino que salva en el mal.
----------Como en toda visión dialéctico-panteísta, no existe el amor en el mundo de Barzaghi. En el mundo de la unidad absoluta, no puede existir la dualidad. Ahora bien, para amarse, es necesario ser en dos, se necesitan dos. O bien existe el conflicto, porque para el idealista distinguir quiere decir oponer.
----------De modo que, en conclusión, en los sistemas de la univocidad, donde falta la analogía, no existen la armonía, la diversidad y la reciprocidad, sino que por su esencia toda cosa, siendo todo, o se confunde con la otra cosa en la unidad absoluta o si es distinta, está contra la otra, porque un absoluto no puede tolerar otro absoluto, y está en oposición dialéctica, porque la distinción, que es oposición, es el principio del mal. Por consiguiente, existe sólo o la confusión o el antagonismo, el conflicto y la exclusión recíproca. Al lado de mi yo no hay lugar para otros yo. O por lo menos los otros tienen que ser aprobados por mí. O te identificas conmigo, o desapareces. Aparece el espectro de Hobbes: Homo homini lupus.
----------No existe para Barzaghi fuera de Dios una verdadera multiplicidad, sino que todo es uno en Dios, tanto que -por su expresa declaración- si fuera suprimido un solo elemento del todo, el todo sería negado, así como la negación de un atributo divino comportaría la negación de todos los demás.
----------Multiplicidad, devenir, espacio, tiempo, materia, generación y corrupción, nada, falso, mal, todo son meras apariencias, "puntos de vista psicológicos", que, para apreciar su valor, deben ser considerados sub especie aeternitatis o con la "mirada de Dios" y así tienen su propia necesidad en Dios o son apariciones de Dios.
----------Ciertamente que se puede hablar de ello a la manera ordinaria y "realista" de santo Tomás de Aquino y del dogma católico. Pero aquí estamos sobre el plano antropomórfico, derivado de las apariencias ordinarias, no sobre el plano originario y especulativo del pensamiento y de la pura ciencia, que en este punto aparece como verdadera "gnosis". Es necesario, por consiguiente, para Barzaghi, superar el imaginario popular y la ingenua representación realista y alcanzar con un acto de auto-conciencia y crítico, de elevación del pensamiento, el absoluto del Pensamiento y de la Conciencia.
----------Así Barzaghi habla de la necesidad de ir "más allá de Dios" ("oltre Dio", éste es el título de uno de sus libros) para llegar al Absoluto. Los dogmas de la creación, del pecado, de la Trinidad, de la Encarnación, de la Redención y de la gracia, son figuras o metáforas de la Verdad absoluta que limitan en la mitología, aunque útiles para la educación del pueblo. Son figuras del pensamiento ordinario, como tales normales y debidos, pero que no corresponden a la ciencia suprema del puro Inteligible y del puro Pensamiento. El lenguaje de la Iglesia, de la liturgia y del dogma no supera este plano inferior del pensamiento y del mismo lenguaje.
----------Para Barzaghi el mundo es simple negación dialéctica del infinito, según el principio de Spinoza: omnis determinatio est negatio (infiniti). El mundo es o una "finitización de Dios" o una simple "explicación" de Dios, como en el Cusano. Es el "aparecer de los eternos", como en Severino.
----------Este concepto de creación, que excluye que el ser pueda tener inicio y fin, lleva como consecuencia, por cuanto respecta al dogma de la Encarnación, que Barzaghi haga suya la tesis de Severino según la cual la humanidad de Cristo no ha tenido inicio y fin en el tiempo, o sea en la historia (concepción y muerte de Cristo), sino que, como se expresa el mismo Severino, no es sino el aparecer en el mundo de una "Encarnación" que existe ab aeterno: "el Verbo que eternamente ha tomado la carne ha entrado en el aparecer". El caso es que en realidad Barzaghi apoya esta concepción sobre una falsa traducción del texto de Ap 13,8, según la cual "el Cordero ha sido inmolado desde la fundación del mundo".
----------En el ámbito de la antropología, para Barzaghi, el hombre no es un animal racional, sino sobre el plano del saber empírico ordinario (véase la antropología tomista), pero en su esencia profunda, que es la verdadera concepción cristiana del hombre según Barzaghi, el hombre es "la eterna mirada de Dios con la cual Dios se contempla a sí mismo". Por eso, como ocurre en Meister Eckhart de Hochheim [1260-1328], "la mirada con la cual el sabio mira a Dios es la misma mirada con la cual Dios mira al hombre".
----------En el ámbito de la moral, para Barzaghi, el pecado es, sí, ciertamente, una negación, pero el pecado no se plantea sobre el plano de un no-ser externo a Dios, porque para Barzaghi no existe nada externo a Dios, sino que se plantea sobre el plano de la única existencia del no-ser que es aquella existencia interna a Dios. Por consiguiente, el mal tiene origen en Dios, y sustancialmente el mal es bien, aunque sólo sea como relativo al bien, puesto que Dios es bondad infinita.
----------De ahí el hecho de que, en el ámbito de la soteriología, la redención y la misericordia divinas no deben ser entendidas como expiación y liberación del mal y del sufrimiento, sino que deben entenderse como Dios que ve el mal como bien y "está al lado del sufrimiento". Es necesario tener la "mirada de Dios sobre el sufrimiento", en cuanto Dios lo ve como un bien y Él mismo sufre, dice Barzaghi.
----------Como en Karl Rahner, jefe principal del gnosticismo de estos últimos sesenta años, la gracia no es don de Dios, creado por Dios, sino que es Dios mismo, de modo que el cristiano se identifica con Cristo, es decir, con Dios, de manera similar a la concepción de Eckhart y de Rahner. La naturaleza humana no es un ente realmente distinto de otro ente, el ente divino, sino que es simplemente el aparecer de Dios.
----------Todos están ya salvados desde ahora y arraigados en Dios, aunque sean pecadores (simul iustus et peccator) o, como dice Barzaghi con una de sus características frases icásticas: "Todo es ahora". O como recita el subtítulo de uno de sus libros: omnia in omnibus. "Todo está en todo", "Todo está bien tal como está": el problema es solo el de darse cuenta de esto. Visión spinozista.
----------El sistema de Barzaghi puede ser clasificado como una forma de gnosticismo panteísta monista no de tipo historicista, como el hegeliano, sino de tipo eternalista como el de Severino.
----------En efecto, en este sistema está el principio fundamental del gnosticismo, que es la orientación del pensamiento no hacia el ser como otro o distinto del pensamiento, para adecuarse -adaequatio- al ser, sino que el pensamiento es entendido él mismo como ipsum esse, así como el ser es pensamiento, por lo cual se da el retorno del pensamiento sobre sí mismo a causa de la resolución del ser en el ser pensado: esse est percipi. El pensamiento gira sobre sí mismo autónomamente de la realidad.
----------En estas condiciones, la fe dogmática con su sello realista evidentemente pierde todo su sentido. A lo sumo queda como un "punto de vista psicológico", pero no se eleva a la ciencia suprema del sabio o, como ama decir Barzaghi, del "genio"; por lo cual viene sustituida con una razón o con la "conciencia" del "Yo trascendental", que es la última consecuencia del cogito cartesiano, que invoca para sí la infinidad del saber divino. Y esto es precisamente el gnosticismo.
----------Confirmando lo hasta aquí dicho, la ética que desciende o se deriva de este pensamiento, evidentemente tiende a la libertad como libertad absoluta y auto-fundada, libre de cualquier ley que no sea la voluntad del individuo, o bien como divina necesidad, independiente de un Dios trascendente, así como el pensamiento se eleva a la absolutidad del pensamiento divino.
----------Ahora bien, si el gnóstico (o el "genio", como le encanta decir a Barzaghi), mantiene cotidianamente la observancia de un determinado código moral honesto y cristiano, lo hace solamente por condescendencia o conveniencia y para permanecer sobre ese plano ordinario y parcial del "punto de vista psicológico", desde el cual el "genio" asciende para elevarse al plano divino del "Entero" o del "puro pensamiento".

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