El papa San Pío X [1903-1914], es otro Santo que, estimado lector, deberías conocer.
----------San Pío X es el Papa que, ante todo, debemos vincular con el Concilio Vaticano II si queremos comprender este Concilio y, al mismo tiempo si queremos comprender a este santo Papa. Los lefebvrianos, en cambio, que han tomado al gran Papa como su estandarte y creen que son sus auténticos intérpretes, pero contraponiéndolo al Concilio Vaticano II, en realidad lo entienden mal, lo malinterpretan. Se equivocan interpretando el Concilio Vaticano II, del mismo modo que se equivocan interpretando el sentido del pontificado del papa san Pío X. Porque es bien cierto que san Pío X se ubica en una línea pastoral opuesta a la línea en la que se ubica el Concilio; pero ello no quiere decir que Pío X la excluye, en absoluto, sino que le es complementaria. De hecho, la acción de la Iglesia hacia el mundo siempre tiene una doble dirección posible: ora la refutación, ora la integración, y no puede sino tener esta doble dirección, por propio mandato evangélico. La Iglesia, en la historia, acoge los valores del mundo, y rechaza los venenos del mundo. El Concilio Vaticano II acogió lo bueno; san Pío X rechazó lo malo.
----------En la época de san Pío X, la cuestión de la modernidad se había vuelto explosiva. La modernidad golpeaba a las puertas de la Iglesia, llamaba, pidiendo con agitación, ansiosamente, entrar a la Iglesia. La modernidad, madurada desde la época de René Descartes [1596-1650] y de Martín Lutero [1483-1546], en tres siglos había acumulado una gran masa de valores, ¡claro que sí!, pero también de dañinos venenos. Los modernistas intentaron resaltar los valores, cosa que la Iglesia no había hecho hasta entonces, mientras que se había dedicado a condenar los errores. En cambio, los modernistas intentaron una operación de modernización en la Iglesia, pero con un criterio equivocado, un criterio contaminado por esos mismos venenos, en lugar de referirse a santo Tomás de Aquino [1225-1274], como había exhortado a hacer el papa León XIII [1878-1903] treinta años antes en la encíclica Aeterni Patris de 1879.
----------Hay que afirmar, rotundamente, que el papa san Pío X no era en absoluto contrario a la modernidad, como quizás podría parecer a una mirada superficial. El santo Papa era contrario a una modernidad que estuviera contra Nuestro Señor Jesucristo. Y en eso evidentemente tenía perfectamente la razón. Este es el sentido de la famosa encíclica Pascendi, cuya redacción ciertamente ha requerido en el Papa un coraje heroico. La encíclica volvió a proponer a santo Tomás de Aquino como criterio para valorar la modernidad.
----------El Concilio Vaticano II ha asumido, ¡no los venenos!, sino los valores de la modernidad en línea de continuidad con el pensamiento tradicional de la Iglesia y con santo Tomás de Aquino, cuya obra y método han sido recomendados también por el propio Concilio, tantas veces desoído en esto. Y por lo tanto vemos que, bien lejos de contraponerse a la obra de Pío X, el Concilio sabiamente ha realizado aquella obra de integración de la modernidad, de la que carecía la carta encíclica Pascendi, sin por esto negar en absoluto, como suponen los modernistas, las condenas de la Pascendi.
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