martes, 26 de mayo de 2020

Escritura, Tradición, Magisterio (1/4)

Probablemente no ha sido buena la idea de mi nota anterior, en la que continué con el tema de la tradición, el tradicionalismo y los tradicionalistas, pero partiendo de un hecho concreto, como el relato de lo sucedido en la conferencia de mons. Lefebvre, en Angers 1980, buscando enfocar el nudo del problema haciendo pie en las imprecisiones manifestadas por el "obispo rebelde". Yo también me he dejado llevar un poco por el "fervorín", la escritura a vuelo de teclado y la tentación de hablar "autour" y, en consecuencia, no han faltado quienes me han hecho ver, con toda razón, las imprecisiones y hasta los errores cometidos.

----------Es seguro que pronto tendré que re-escribir mi entrada de ayer, evitando mezclar relato con exposición doctrinal; pues parece que no soy competente para tanto. Castellani lo pudo hacer en Los papeles de Benjamín Benavidez, mezclar novela y exégesis, quiero decir, ¡pero Castellani era Castellani! De modo que, siendo un tanto más modesto en mis objetivos, retomaré aquí la cuestión, más escolásticamente, incluso partiendo de nociones básicas, las que estudiábamos en el tratado De Revelatione, y que aquí expondré en sucesivas notas más breves y elementales. Por supuesto, no hace falta decir que los lectores que ya conozcan estos temas, por ellos mismos se eximirán de leer esta y las entradas siguientes.
   
Tradición: una palabra equívoca
   
----------Un profesor de seminario que he conocido en mi juventud comenzaba sus clases de Introducción a la Filosofía diciendo que "las palabras, como las monedas, se gastan con el uso", van perdiendo su significado original, su univocidad, y se hacen equívocas. Decía aquello para referirse a la palabra filosofía, pero lo mismo pasa con la palabra Tradición, incluso sin salir del ámbito eclesial, del ámbito católico. Por ejemplo, podemos escuchar decir a alguien: "Según lo indicado por la Tradición esa afirmación debe ser considerada herética", y otro que nos dice: "La Tradición estuvo también presente en la masiva concentración pro-vida reunida en la plaza central de la ciudad", e incluso podemos escucharle a otro decir: "La feligresía asistió en gran número a la novena del Santo Patrono, honrando piadosamente esa Tradición". Los tres están usando la misma palabra, Tradición, pero cada uno la usa con significado diferente.
----------En notas anteriores ya fuimos "rumbeando" hacia el tema de la Tradición y, por lo dicho, se hace necesario tener bien claro de qué se está hablando cuando se habla de Tradición. La confusión sobre su concepto es general, tanto en ámbitos progresistas como en ámbitos conservadores.
----------A propósito de esos dos ámbitos. Particularmente después del Concilio Vaticano II, estamos asistiendo en la Iglesia a la presencia muy activa y combativa, a veces enconada, de una tendencia, minoritaria pero poderosa, llamada con desprecio por los progresistas o modernistas: tendencia "tradicionalista" o "conservadora". Precisamente en la nota de ayer relatábamos lo sucedido en 1980, en una conferencia de gran impacto del sector tradicionalista, liderado por uno de sus principales abanderados, el arzobispo emérito Marcel Lefebvre. Pues bien, tras cuarenta años de sucedido aquello, ese movimiento o tendencia tradicionalista ha ido creciendo, y sin dejar de ser minoritario, su fuerza y presencia es indiscutible en la actualidad.
----------A veces esa tendencia llega a bordear el cisma, pues da la impresión que pretende tener el monopolio de la Tradición y de la preservación inalterada del depósito de la fe, no solo en oposición contra los modernistas (sector herético o cripto-herético que en realidad carece de estos valores de respeto y ni siquiera de interés por la Tradición), sino también contra los católicos "normales" (si se me permite la expresión), que son la mayoría de los católicos, que están en comunión con la Iglesia y con el Papa. Porque sabido es que en varios sectores de tendencia tradicionalista (no en todos), el Papa actual es acusado de herejía y de haber traicionado la Tradición o incluso de no ser un verdadero Papa, dicen algunos, sino un intruso.
----------Ahora bien, siguiendo con esta serie de artículos, voy a tratar de los tres temas señalados en el título, Escritura, Tradición y Magisterio, pero pretendo concentrar la atención sobre todo en la cuestión de la Tradición. De la Escritura hablaré, entonces, solo en relación con el problema de la Tradición, porque es claro que es imposible definir la Tradición sin definir qué es la Escritura. Y a la vez, aclararemos el campo, los límites y las modalidades del Magisterio (que parece que ha sido el aspecto que más polémica y críticas ha causado en mis notas anteriores, y que, por ende, debo aclarar sin tardanza).
----------Sin hacer por el momento mayores precisiones, podemos decir que hay sectores extremos entre los tradicionalistas (a veces llamados ultra-tradicionalistas), que están tenazmente apegados a un conjunto fijo y convencional de valores católicos calificados de "tradicionales". El caso es que algunos de esos valores son verdaderamente esenciales e inmutables, pero otros ya no son tan actuales, sino más bien obsoletos, superados o corregidos por la Iglesia misma de hoy. Sin embargo, a todo ese conjunto indiferenciado, ellos siguen llamándolo "Tradición", e incluso hay sectores que lo consideran como única fuente de la Revelación y de la doctrina de la fe, excluyendo, por consiguiente, la Escritura y el Magisterio, a menos que se trate de textos presentes en la "Tradición", pero no posteriores al Concilio Vaticano II.
----------Esa falta de discernimiento o distinción en ese conjunto indiferenciado, nos hace comprender que esas tendencias tradicionalistas no tienen un concepto justo, verdaderamente católico, de Tradición, aunque esas tendencias tienden a considerarse católicas, e incluso más católicas que los católicos que ellas llaman "post-conciliares". De hecho, para esas tendencias, el Concilio Vaticano II no ha cumplido con su misión de iluminar con luz nueva la Tradición, no ha profundizado en la comprensión de la Tradición, sino que la ha traicionado e infectado de modernismo. Por lo tanto, esas tendencias ultra-tradicionalistas aceptan la Tradición solo como ha sido preservada por el Magisterio anterior al Concilio.
----------En resumen, lo que simplemente he querido poner de manifiesto en la brevedad de esta nota es que necesitamos definir el concepto estricto de Tradición como fuente de la Revelación o de la Doctrina Cristiana, distinguiendo ese sentido primario y fundamental, del resto de los sentidos, que incluso confunden los sectores considerados más tradicionalistas.

5 comentarios:

  1. Disculpe, don File, pero no entiendo eso de la Tradición como fuente de la Revelación.

    ResponderEliminar
  2. Estimada anastasia:
    Ya lo veremos en las próximas notas. Explicaremos qué es la Tradición, y veremos que nosotros, los fieles cristianos, podemos conocer la Revelación a través de la mediación de la Escritura y de la Tradición, mediadas a su vez por el Magisterio de la Iglesia.
    Su misma pregunta me está indicando que Ud. no tiene bien en claro el concepto primario y fundamental de Tradición, y lo confunde con otras cosas que también se suelen llamar "tradición".
    Ya lo veremos, téngame paciencia.

    ResponderEliminar
  3. Tradición Apostólica, Anastasia.

    ResponderEliminar
  4. ¿Esa imagen es la que está en la Basílica de la Santa Croce in Gerusalemme en Roma?

    ResponderEliminar

En ciertas horas del días se permitirán comentarios sin moderación. Los comentarios no cónsonos con el blog serán removidos. Igualmente los que falten a las normas del respeto personal.