lunes, 4 de mayo de 2020

La existencia de una dialéctica diabólica (1/2)

Quizás puede sorprender a mis lectores, o quizás incluso puede irritar a  otros, que intentemos aquí un acercamiento de la dialéctica, que es un método eminentemente racional, con el diablo, sobre todo para quien considera al diablo como residuo de una religiosidad arcaica o como mitológica representación del mal, especialmente en la visión racionalista de la dialéctica, típica de la hegeliana o de la marxista.

----------Sin embargo, si prestamos atención a la etimología de los respectivos términos, dialéctica y diabólica no son dos palabras que están tan distantes entre sí, por cierto. Mi tesis es que existe una dialéctica "diabólica", considerando al diablo no según ciertas representaciones tradicionales más o menos fantasiosas o grotescas, sino en el sentido riguroso y estricto de la dogmática católica, con su necesaria referencia a la metafísica, es decir, a la dinámica del ser y del pensamiento. Trataré de explicarlo.
----------De hecho, según la mencionada etimología, debe decirse ante todo que en ambos términos entra la preposición griega "dià", la cual expresa la idea de diferencia, separación, oposición, pero también atravesamiento, o sea conexión entre dos términos. Ahora bien, entonces, respectivamente, la palabra griega diaforà, que es la diferencia y diàlogos, que implica conexión entre los dos dialogantes.
----------Ahora bien, entonces dialéctica es un término español que viene de dià-lego y diablo viene de dià-ballo. Lego: reúno, digo, hablo, de logos: palabra, razón. Es una palabra cercana dià-noia, el pensamiento. Ballo: lanzo, tiro, poso, pongo. Dialéctica dice, por lo tanto, obra de la razón o del pensamiento para la cual ella opone, contrapone y separa: el sí y el no, afirmación-negación.
----------Diabólica, por su parte, dice lanzo o enfrento uno contra otro, pongo discordia, establezco oposición, contraste: aquí está el diablo, el divisor, el sembrador de guerras y discordias. En uno como en otro caso la mente va fácilmente a la idea de la contradicción, tanto en el sentido de lógicamente contradictorio, como en el sentido del contraste, de la lucha, del conflicto o de la oposición real y ontológica.
----------El filósofo que aborda sin casi ninguna identificación la dialéctica, vinculada al pensamiento, a la diabólica, ligada al ser, es Georg Wilhelm Friedrich Hegel [1770-1831], con su famosa concepción del ser como pensamiento, en base a su bien conocido principio "lo que es real es racional, lo que es racional es real"; pero el pensamiento-ser en devenir por oposiciones, de hecho a través de contradicciones. Por lo cual en Hegel, tanto lo real como el pensamiento son "dialécticos", pero también son "diabólicos". La síntesis dialéctica en Hegel no excluye sino que incluye la división y la oposición, de hecho la contradicción.
----------Por lo demás, como es bien sabido, el pensamiento hegeliano es un pensamiento monista. El "Entero", la "totalidad" hegeliana es Dios mismo, o sea, es el Absoluto, que, si queremos, es el ipsum Esse de santo Tomás de Aquino y el Pensamiento subsistente de Aristóteles, con la diferencia de que mientras el ipsum Esse y el pensamiento subsistente aristotélico-tomista son distintos del mundo, en Hegel, en cambio, son idénticos al mundo, vale decir, existe un "pasaje", un devenir del uno al otro.
----------Para el monismo hegeliano sólo Dios existe, y todo el mundo está virtualmente contenido en Dios idéntico a Dios: el panteísmo. El mundo es Dios y Dios es el mundo. Y es panteísmo idealista por la identificación del ser con el pensamiento, no sólo en Dios, sino en todo, incluso en el hombre, en cuanto todo es Dios. Es un Dios "dialéctico", ya que el ser-pensamiento es dialéctico, Dios que deviene dialécticamente por contradicción. Por consiguiente, la contradicción está en Dios: lo verdadero y lo falso, el bien y el mal. Dios causa de la santidad como del pecado, de la vida como de la muerte.
----------El Dios de Hegel podría ser considerado una extremización racionalista del Dios de Martín Lutero [1483-1546], que aparece sub contraria specie: Dios aparece como diablo y el diablo como Dios. Dios aparece como opresor, falso y malvado, mientras el diablo aparece como liberador, sincero y bueno. Según Hegel, Adán y Eva han hecho bien en rebelarse contra Dios escuchando al diablo, porque así se han vuelto "libres", "conociendo el bien y el mal", mientras que antes eran como ingenuos y estúpidos  "animales". Rebelándose al Dios trascendente, han inmanentizado a Dios en sí mismos y se han vuelto Dios.

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