jueves, 21 de mayo de 2020

Resumen de las tesis de la dogmática misericordista


Podría pensarse que la siguiente nota fueran palabras de consolación mutua en período del Covid-19, pero los lectores pronto se darán cuenta que no es esa precisamente mi intención. En realidad se trata de un elenco de 29 formulaciones (todas erróneas) en las que resumo la herejía del buenismo misericordista.
   
----------1. Que Dios mande el sufrimiento es incompatible con la bondad divina. Dios es únicamente pura misericordia para todos. Dios no es nunca severidad, sino solamente ternura. No quiere el sufrimiento de nadie, sino que simplemente lo permite para que lo combatamos. Si cuando ocurre por ejemplo una inundación por el colapso de una presa, uno se pregunta dónde está la ternura de Dios, solo debemos pensar que Dios no está involucrado y más bien pensar en la imprevisibilidad de los geólogos.
----------2. Por lo tanto, el sufrimiento no depende de Dios. Por consiguiente, Él no puede hacer nada para eliminarlo. Existe, pero ni siquiera Dios sabe por qué existe. Dios convive con el sufrimiento y nosotros debemos hacer lo mismo y no podemos hacer otra cosa.
----------3. De hecho, Dios es misericordioso y nos libera del sufrimiento. Sin embargo, él no es omnipotente: hace lo que puede, pero nunca lo logra del todo, porque el sufrimiento no proviene de Él, sino que está ante Él por cuenta propia y contra Él. También Él sufre. El sufrimiento no le perdona tampoco a Él.
----------4. Dios sufre con el sufrimiento, convive con el sufrimiento, porque, como hemos dicho, el sufrimiento existe ineludiblemente, misteriosa e inexplicablemente por sí mismo, independientemente de Dios y nadie sabe de dónde viene, ni por qué surge y por culpa de quién. No tenemos que hacernos estas preguntas porque no tienen respuestas. Lo esencial es soportar y combatir el sufrimiento, sin desmoronarse nunca, porque Dios está con nosotros y sufre con nosotros.
----------5. La Biblia y las religiones intentan explicar el misterio del sufrimiento y del mal con teorías de carácter gnóstico o mitológico, que sin embargo no satisfacen, porque hablan de un Dios "castigador", que exige "satisfacción", Dios al que es necesario ofrecer "sacrificios" para "aplacarlo". Pero el verdadero Dios no se enoja en absoluto, no pide ninguna satisfacción y perdona a todos gratuitamente sin obligación de compensaciones o reparaciones y sin necesidad de penitencias, de obras, de méritos o de sacrificios.
----------6. Dios no es un Dios en sí que exista por cuenta suya, independientemente del hombre, sino que es un Dios-para-el-hombre. No existe un Dios que no tenga necesidad del hombre para ser Dios, sino que Él en esencia tiene necesidad de derramar su bondad sobre el hombre.
----------7. Del mismo modo, a Dios nosotros no podemos imaginarlo sino como un Dios-para-nosotros, a nuestro servicio para la satisfacción de las exigencias de la vida presente, en particular para la liberación del sufrimiento. Un Dios que no nos libera ahora, sino en una vida post-mortem, nos deja perplejos y parece la promesa de quienes quieren aprovechar nuestra credulidad para mantenernos oprimidos.
----------8. Sin embargo, la misericordia divina no es un atributo divino que supone la creación y la existencia del hombre, de modo que, si Dios no hubiera creado al hombre, no habría tenido motivo de ejercer la misericordia. No. Para el buenista o misericordista, la misericordia es un atributo de la esencia divina, de modo que Dios no podría existir sin el hombre, a quien hacer misericordia. "Sin el mundo -dice Hegel- Dios no sería Dios".
----------9. Nadie hace voluntariamente el mal al otro. Por lo tanto, en tal sentido, el pecado no existe. Sino que solo existe la equivocación, el error o el descuido.
----------10. Por eso Dios no castiga a nadie. Sería injusto. Él nunca hace justicia porque no existe necesidad de ella, porque nadie hace el mal voluntariamente, nadie es malo, nadie es culpable. La culpa no existe. No existe mal de culpa, sino solo mal de pena: el sufrimiento.
----------11. Por tanto, quien peca, no lo hace de mala intención ni de mala voluntad, sino solo por debilidad. Por consiguiente no debería ser castigado, sino solo compadecido. No tiene necesidad de arrepentirse, de cumplir una pena o de hacer penitencia, así como si nos sucediera una desgracia, no tenemos necesidad de ningún arrepentimiento, sino si acaso de soportarla.
----------12. Dios perdona a todos, da a todos incondicionadamente la gracia y salva a todos, no solo a los oprimidos, sino también a los opresores. El Dios de los buenistas o misericordistas es una bendición para todos los criminales, que seguramente se saldrán con la suya. Es como un paraíso fiscal donde los capitalistas no pagan los impuestos.
----------13. Por tanto, no hay distinción entre buenos y malos. Sino que todos, en el fondo, son buenos. Todos, aunque no lo sepan, están orientados hacia Dios. Hitler (quien ni siquiera sufrirá un período de purgatorio) y San Francisco están juntos en el cielo. Incluso quien que se considera ateo, es un creyente sin darse cuenta.
----------14. Aquellos que nosotros llamamos "malos" son solo personas frágiles y heridas, que no saben lo que hacen, por lo que no deben ser castigadas, sino compadecidos. No se debería condenar a nadie. Sería bueno abolir las cárceles. Los estadounidenses en 1945 han hecho mal al terminar con Hitler: en el fondo no tenía malas intenciones.
----------15. El perdón divino de los pecados no es el hecho de que Dios los cancele, sino que no los toma en cuenta.
----------16. No hay necesidad de pagar por los pecados o expiar las culpas, porque el pecado ya está perdonado en el mismo momento en que se comete.
----------17. No conocemos el origen del pecado ni el del sufrimiento. Ellos simplemente existen desde la creación del mundo por cuenta propia, por sí mismos, independientemente de Dios, quien, siendo bueno, no los querría. Pero no proviniendo de Él, Él es incapaz de manejarlos o controlarlos o moderarlos o utilizarlos para un bien. Por lo tanto ni siquiera Él puede quitárselos.
----------18. El sufrimiento no es consecuencia del pecado, porque existe quien peca sin sufrir y quien sufre sin haber pecado.
----------19. Debemos soportar y combatir el sufrimiento. El sufrimiento debe combatirse a cualquier costo. Si existe un mal, este no es pecado, que es involuntario y en todo caso siempre perdonado, sino que es sufrimiento, que siempre hay que combatir porque siempre retorna de nuevo.
----------20. La naturaleza nos procura desventuras, desgracias, pero no sabemos por qué. Quizás porque la hemos ofendido tratándola mal. De cualquier modo, la desgracia nunca es consecuencia o castigo del pecado. De lo contrario, no se explicaría por qué sufren los inocentes.
----------21. El sufrimiento nunca debe ser aceptado como enviado por Dios. Si lo enviara, Él no sería bueno. Por consiguiente, amar el sufrimiento pensando que viene de Dios y que puede valer algo, es ofender a Dios y es autolesión o un suicidio.
----------22. Antes que aceptar un sufrimiento insoportable, es mejor quitarse la vida (suicidio) o suprimir al que sufre (asesinato, eutanasia).
----------23. De modo similar a como el relato del pecado original es un mito etiológico, el concepto del paraíso es una utopía consolatoria.
----------24. De hecho, el pecado original no ha sido un pecado realmente cometido al principio del mundo por una pareja humana que realmente haya existido alguna vez, Adán y Eva, pecado que habría sido castigado por Dios con las desgracias de la vida presente. El hombre, en realidad, nace bueno; pero llega a un mundo donde el mal existe sin que sepamos por qué existe y de dónde viene.
----------25. De modo similar, la así llamada "vida eterna" no es una verdadera bienaventuranza después de la muerte, sino que es un marco de referencia ideal, una idea-límite, que sirve para que nos sostengamos en la lucha contra el sufrimiento.
----------26. Cristo no ha venido a dar satisfacción al Padre por nuestros pecados, para pagar o expiar en nuestro lugar por nuestras culpas, gracias a sus méritos infinitos como Hijo de Dios, sino que ha venido para estar cerca de los que sufren y para enseñarnos a combatir el sufrimiento. En consecuencia, el cielo (que es una metáfora de la felicidad de aquí abajo) no puede ser merecido, porque es del todo gratuito.
----------27. Cristo no murió por voluntad del Padre a fin de liberarnos del pecado con un sacrificio redentor y expiatorio, sino para testimoniar con la vida su amor y su compasión por los que sufren.
----------28. La gracia que Cristo nos da no se suma a la vida humana que vivimos ahora, sino que es su plenitud en la historia; no es una abstracta "vida eterna" atemporal, ultraterrena, inmutable, por encima ("sobrenatural") de la vida que ahora vivimos en el devenir, en la fragilidad y en la caducidad, sino que es la vida divina en la historia.
----------29. La salvación que Cristo nos trae no es la remisión de los pecados gracias a su sacrificio expiatorio, sino la fruición de la misericordia divina en la vida presente.
----------Observación final, que rige y explica todas las ideas buenistas, misericordistas o neo-marcionitas: el Dios del misericordista no es el verdadero Dios de la razón y de la fe, que existe en sí y por sí, independientemente de lo que yo piense de Él, sino que es un Dios ad usum delphini, que me he construido yo para poder pecar libremente sin ser castigado.

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