sábado, 2 de septiembre de 2023

El sentido de Traditionis custodes y la actual ley litúrgica (1/5)

Con el motu proprio Traditionis custodes del 16 de julio de 2021, se ponía de manifiesto que el papa Francisco coincidía con una vieja convicción del teólogo Hans Urs von Balthasar, acerca de que el Rito romano en sus formas anteriores al Concilio Vaticano II se extingue. [En la imagen: fragmento de uno de los frescos de las Catacumbas de San Calixto, en Roma, Italia, "cunicolo dei sacramenti", pintura de la primera mitad del siglo III, representando el banquete eucarístico].

Los límites de la versión anterior del Rito Romano
   
----------Acerca del motu proprio Traditionis custodes del papa Francisco, ya he publicado varias notas en el momento de su promulgación, el 16 de julio de 2021. Pero ahora volveré sobre este documento para retomar el recorrido histórico que hemos venido realizando en las recientes notas sobre liturgia, considerando más en profundidad y más en detalle los pormenores del motu proprio Summorum pontificum, de 2007, y los avatares de su aplicación y vigencia durante catorce años.
----------La publicación por parte del Romano Pontífice de la carta apostólica Traditionis Custodes y de la Carta a los Obispos adjunta, que sustituye catorce años después al motu proprio Summorum Pontificum y a la Carta a los Obispos del papa Benedicto XVI, ha vuelto a conducir a la condición del Misal de 1962 (o de modo general al "vetus ordo" o "usus antiquior", como suele decirse de un modo no del todo inocente) a su originaria posición, vale decir, a su condición de ser aquella forma del rito romano que el Concilio Vaticano II resolvió reformar. Esta condición se mantuvo inalterada hasta 1984 y luego hasta 1988, cuando fue dada a los Obispos la facultad de conceder un "indulto" que permitiera, en determinadas y particulares condiciones, hacer uso de la forma precedente del rito, sólo en casos muy específicos.
----------Esto implica que las condiciones de acceso al Misal de 1962 han retornado desde el 16 de julio de 2021 sustancialmente a cuanto había concedido el papa san Juan Pablo II en 1988. Puede ser útil construir una breve sinopsis para ver qué había cambiado con Summorum pontificum y qué está sucediendo ahora, después de Traditionis custodes. De este modo, aparece con claridad que una teoría peligrosa y contradictoria, la idea de que la misma lex credendi pudiera expresarse en "dos formas" rituales paralelas, había provocado una incerteza del derecho que condujo a confusión, división y conflicto en la única Iglesia.
----------1Summorum pontificum en su artículo 1 decía que las "dos formas del rito romano" (es decir, el actual Misal y el Misal de 1962) eran ambas vigentes y lícitas. Traditionis custodes dice en cambio en su artículo 1 que existe una sola lex orandi, que es la del actual Misal (de 1969 y posteriores actualizaciones): "los libros litúrgicos promulgados por los santos Pontífices Pablo VI y Juan Pablo II, en conformidad con los decretos del Concilio Vaticano II, son la única expresión de la lex orandi del Rito Romano".
----------La posición clásica es la de Traditionis custodes, mientras que Summorum pontificum durante catorce años había introducido una lectura arriesgada y confusa de la tradición litúrgica. La afirmación de Summorum pontificum, según la cual "las dos formas no conducirán en modo alguno a una división de la lex credendi de la Iglesia" estaba privada de fundamento, era apodíctica y, sobre todo, tras los catorce años de vigencia de esa normativa, se reveló desmentida por la experiencia. Lo que Benedicto XVI afirmaba como verdadero a priori, Francisco lo ha verificado como infundado a posteriori.
----------2. Summorum pontificum, en su art.2, establece la libertad para todo sacerdote de poder celebrar "sin pueblo" con el Misal de 1970 o con el Misal de 1962, sin tener que responder ni ante el Obispo ni ante la Santa Sede. Para Traditionis custodes esta posibilidad no puede existir de ninguna manera, ni siquiera puede ser considerada, siendo vigente y lícito solamente el Misal de 1970, como dictan la razón y la tradición litúrgica.
----------Por este motivo en los artículos 4 y 5, Traditionis custodes requiere para todos los presbíteros que pretendieran celebrar con el Misal de 1962, la necesaria autorización del Obispo. El art.4 de Summorum pontificum añadía la posibilidad, para los individuales miembros del pueblo de Dios, de "ser admitidos" a las misas "sin pueblo" celebradas con el Misal de 1962, en clara contradicción con el principio general de participación activa, establecido por el Concilio Vaticano II.
----------3. El art.3 de Summorum pontificum establecía la autónoma decisión de utilizar ocasionalmente o establemente el Misal de 1962 por parte de los superiores de los Institutos de vida consagrada y de las Sociedades de vida apostólica, sin otras condiciones.
----------4. El art.5 de Summorum pontificum regulaba la presencia de "grupos estables" en las parroquias, invitando al párroco y al Obispo a acogerlos y a evitar cualquier discordia. El art.3 § 2 de Traditionis custodes excluye que se pueda celebrar con el Misal de 1962 en las iglesias parroquiales: ésta es la consecuencia razonable del hecho de que sólo esté vigente y lícito el Misal de 1970, no el Misal de 1962.
----------5. El ar.3 de Traditionis custodes prevé atribuir al Obispo diocesano el cuidado de las posibilidades de celebración con el Misal de 1962, valiéndose de un sacerdote encargado que se ocupe de la celebración y del cuidado pastoral, estableciendo días y lugares específicos, verificando la necesidad de las parroquias personales ya instituidas al efecto y no autorizar nuevos grupos.
----------6. Según Summorum pontificum art 5 § 3, se le podía pedir al párroco la celebración de la misa con el Misal de 1962 también con motivo de matrimonios, exequias o peregrinaciones. Al quedar excluida la competencia del párroco, en Traditionis custodes, también desaparece la posibilidad de estas solicitudes.
----------7. El art.9 de Summorum pontificum disponía también que el párroco, si lo consideraba oportuno, podía utilizar el "ritual precedente" a la reforma en la administración de los sacramentos del Bautismo, del Matrimonio, de la Penitencia y de la Unción de Enfermos; permitía que el Obispo pudiera usar "el precedente Pontifical Romano" para la Confirmación, y que los clérigos pudieran usar el Breviario Romano de 1962 para la oración de las horas. Ya nada de todo esto es posible con Traditionis custodes.
   
Disciplina litúrgica caricaturesca y ficticia, origen de escándalos
   
----------Obviamente, las cuestiones que han ido surgiendo desde hace dos años y que surgirán en adelante sobre la aplicación de Traditionis custodes ya no tendrán la interpretación "especial" que la Comisión Ecclesia Dei (hoy desaparecido en la Curia romana) había asegurado para Summorum pontificum. Recordamos bien el escándalo que se vivió en la Iglesia en 2011, cuando la Instrucción Universae Ecclesiae, emanada por la desaparecida Comisión, había tenido la desvergüenza de definir como "grupo estable" a un grupo de "al menos tres personas, incluso pertenecientes a tres diócesis diferentes".
----------Era evidente que estos criterios no tenían nada de realistas, sino que sólo apuntaban a multiplicar los entes (más claro: crear una realidad ficticia): si tres personas, de tres diócesis diferentes, podían constituir un grupo válido, entonces en tres diócesis resultaban tres grupos, constituidos siempre por las mismas tres personas. Estas mistificaciones, que han marcado gravemente el cuerpo eclesial y la vida de las comunidades y de los individuales fieles católicos, hoy con Traditionis custodes ya no son posibles. La competencia propia y específica del Dicasterio para el Culto Divino unifica la única lex orandi de rito romano bajo una misma autoridad y evita así caer en disciplinas caricaturescas y ficticias.
----------La retórica eclesial, alimentada por algunos hombres sin escrúpulos, había hecho circular la idea de que "el papa Benedicto" quería que cada parroquia tuviera al menos una misa según el Misal de 1962. El Papa nunca había dicho eso, pero algunos "amigos" se lo pusieron gustosos en sus labios (con tales amigos, ya era difícil discernir entre amigos y enemigos del papa Benedicto XVI).
----------Hoy con Traditionis custodes y las normas posteriores de aplicación, se ha podido por fin comprender que todo aquello se trataba simplemente de un grave error teológico eclesiológico, canónico, pastoral y espiritual. La tradición litúrgica vive en el único rito común, que debe ser plenamente valorado, en el Misal de 1970 con sus posteriores actualizaciones, y con el nuevo Ritual de los Sacramentos.
----------De esta manera, la razonabilidad ha prevalecido sobre la teorización poco realista y sobre la imprudente coexistencia contradictoria entre diferentes e irreversibles fases históricas del rito romano. Summorum pontificum, con una normativa legal contradictoria, había conducido al conflicto a causa de su confusión. Traditionis custodes vuelve al horizonte que puede promover la paz, por métido de su lineal claridad. Summorum pontificum había convertido de hecho en marginal y accesorio el Concilio Vaticano II, mientras que Traditionis custodes lo restablece claramente en su irreversibilidad.
   
Un recuerdo de la época de la inminencia de Traditionis custodes
   
----------La promulgación de la carta apostólica en forma de motu proprio Traditionis custodes (y la paralela derogación del dictado del motu proprio Summorum pontificum) pudo haber sido una sorpresa sólo para observadores muy distraídos o desinformados de lo que había estado sucediendo con la aplicación durante catorce años de aquel documento del papa Benedicto XVI acerca del uso restaurado del Misal de 1962 y los demás ritos sacramentales del preconcilio. Pero debe recordarse que en los meses previos al 16 de julio de 2021, ya la Sede Apostólica daba las últimas señales anunciadoras del cambio inminente.
----------Debemos recordar que en abril de 2020, la Congregación para la Doctrina de la Fe había enviado un cuestionario a todos los Obispos de la Iglesia, con una serie de preguntas consultivas sobre la aplicación de Summorum pontificum. Las respuestas de los Obispos debían llegar a Roma antes del mes de agosto del mismo 2020. Al año siguiente, el lunes posterior a Pentecostés (24 de mayo de 2021), el papa Francisco, en un encuentro con la Conferencia de Obispos Italianos, comunicaba que se estaba trabajando en la redacción de un documento para reinterpretar el motu proprio Summorum pontificum.
----------Aquellas palabras del Santo Padre anunciaban lo que iba a suceder casi dos meses después, y encendió las luces de alerta en los sectores tradicionalistas. Fue entonces que comenzaron a circular los rumores de que las normativas que se estaban preparando tratarían de darle mayor autoridad en materia litúrgica a los Obispos, obviamente en referencia al uso del Misal de 1962. Aquellos rumores no resultaron infundados.
----------Al respecto, recuérdese que Benedicto XVI en la Carta que había acompañado la publicación de su motu proprio, había reconocido que "cada Obispo es moderador de la liturgia en su propia diócesis" y, a este respecto, citaba la constitución Sacrosanctum Concilium n.22. Sin embargo, la desaparecida Comisión Ecclesia Dei, en aquella infeliz Instrucción Universae Ecclesiae, del 30 de abril de 2011, sobre la aplicación el motu proprio de 2007, parece interpretar el documento subrayando la autonomía del sacerdote individual en relación con el Obispo (así, por ejemplo, en el n.23 de la Instrucción).
----------La autoridad del Obispo en materia litúrgica, en su respectiva diócesis, era indudablemente uno de los puntos débiles de Summorum pontificum y de su aplicación, como lo demostraba en 2020 la respuesta de la Conferencia de Obispos de Francia al cuestionario de la Congregación para la Doctrina de la Fe. De hecho, la principal crítica que los prelados franceses hacían a los grupos que celebraban según la que se llamaba "forma extraordinaria" del rito romano se puede resumir en las siguientes palabras: "...da la impresión de que la liturgia es una cuestión de gusto personal; las sensibilidades litúrgicas prevalecen sobre la comunión eclesial; la eucaristía que debe unir, divide. De esta manera, se favorece la formación de una Iglesia paralela y la autoridad del Obispo en estas comunidades es prácticamente nula".
----------Como lo recordábamos en este blog en un artículo de finales del mes de agosto pasado, el propio cardenal Joseph Ratzinger en 2001 (seis años antes de publicar Summorum pontificum), por entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, expresaba los mismos principios doctrinales que en 2020 expresaban los Obispos franceses en respuesta a la consulta del papa Francisco. Ratzinger afirmaba en 2001: "Si la eclesialidad deviene una cuestión de libre elección, si en la Iglesia hay iglesias rituales elegidas según un criterio de subjetividad, eso crea un problema. La Iglesia, está construida sobre los Obispos según la sucesión de los apóstoles, en la forma de Iglesias locales, por tanto con un criterio objetivo. Estoy en esta Iglesia local y yo no busco a mis amigos, yo encuentro a mis hermanos y a mis hermanas; y a los hermanos y a las hermanas, no se los busca, se los encuentra".
----------Marco Ansaldo, conocido corresponsal en el Vaticano, en su libro Un altro Papa. Ratzinger, le dimissioni e lo scontro con Bergoglio (Rizzoli 2020, pp.57-58), fue muy severo con Benedicto XVI y su entorno cuando allí afirmaba: "Que al papa Benedicto XVI le faltara el don de gobierno se lo entendía del modo como escogía a sus colaboradores. El primer círculo, el más cercano a él, pérfidamente definido como 'los íntimos de Carintia', pasó a primer plano cuando los miembros de la camarilla transformaron el motu proprio Summorum pontificum en un manifiesto de su soberbia ignorancia barroca en materia de doctrina y liturgia".
----------Ciertamente hay que reconocer también que esta expresión de Ansaldo puede sonar pérfida, pero solamente a lectores -otra vez- demasiado distraídos y desinformados de lo que venía estado ocurriendo desde que Summorum pontificum había entrado en vigor.
   
La extinción del Rito romano preconciliar
   
----------Con el motu proprio Traditionis custodes se ponía de manifiesto que el papa Francisco coincidía con una vieja convicción del teólogo Hans Urs von Balthasar [1905-1988], acerca de que el Rito romano en sus formas anteriores al Concilio Vaticano II se extingue.
----------Al hacer en esta serie de artículos el recorrido histórico de los documentos pontificios en materia litúrgica de estos dos últimos años, es útil retomar un texto de Hans Urs von Balthasar al que hice referencia en una publicación de tiempo atrás en este blog. Se trata de un documento importante que ayuda a comprender la posición pastoral razonable adoptada por el papa Francisco con el motu proprio Traditionis Custodes. Se trata de algunas páginas importantes, que nos vienen de un pensador, fundamentalmente un teólogo, que de ninguna manera podría ser reducido a ideología progresista o, peor aún, modernista. Von Balthasar sabía bien cómo estaban las cosas en el postconcilio, y qué significa el desarrollo orgánico de la tradición litúrgica.
----------En un texto de hace más de cuarenta años, Von Balthasar examinaba, con gran lucidez, el destino del vetus ordo. Ya en 1980 Balthasar tenía muy claro que esa "forma" del rito romano había sido definitivamente superada por la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II. Publico aquí de nuevo las páginas fundamentales de aquel texto, a las que pretendo añadir sólo algunas consideraciones dirigidas a la actualidad eclesial. Por tanto, cito en primer lugar el texto, tomado de H.-U. Von Balthasar, Pequeña Guía para los Cristianos (Jaca Book, Milano 1986, edición originaria de 1980, pp.111-114):
----------Dice Von Balthasar en el pasaje que nos interesa: "Desde no hace mucho... la protesta se eleva desde aquellos grupos que se han apartado a la derecha, y se eleva en parte en franca oposición al último Concilio en nombre de la tradición antecedente, en parte quedándose al margen de la Iglesia y apoyándose donde puede: sobre evidentes errores de los progresistas, sobre el mantenimiento de las viejas formas de liturgia y de piedad, y, no menos importante, sobre numerosas revelaciones privadas, sean o no reconocidas por la Iglesia oficial (como las más de las veces). [...]
----------La oscilación entre estos dos extremos (apego obstinado a viejas formas y humilde imploración a la voluntad del cielo) revela una falta de centralidad y de equilibrio. Se subraya la ecclesia apostolica y sancta, pero el grupúscolo protestatario quiere ser al mismo tiempo la una y, y es imposible, la catholica, que por su naturaleza no puede consistir en una oposición. Lo que más inquieta, en la situación de la Iglesia de hoy, es esto: al ala izquierda, algo caótica pero fuerte mediáticamente, se contrapone a derecha una cantidad de formaciones ciertamente celantes pero más o menos introvertidas, casi sectarias, que naturalmente plantean todas ellas la pretención de ser ellos el centro, mientras que de hecho impiden que tome cuerpo uno que se erija por encima de ellos y represente vivamente la viva tradición.
----------Toma o da escándalo, como hubo de sentenciar Romano Guardini, quien pretende tener razón aduciendo argumentos 'penúltimos', es decir, no perentorios. Similares razones penúltimas son en este caso el clamoroso abuso del nuevo Ordo litúrgico por parte de un gran número de eclesiásticos, mientras que la razón última habla, a pesar de todo, a favor de la Iglesia del Concilio y contra los tradicionalistas. La Santa Misa tenía urgente necesidad de renovación, sobre todo de esa participación activa de todos los fieles en la acción sacra que en los primeros siglos era algo absolutamente pacífico. A lo sumo -como han reafirmaron el padre Louis Bouyer y también el cardenal Ratzinger- se habría podido tolerar por un determinado tiempo la vieja misa preconciliar (en la cual, desde los tiempos de Pío V, han sido aportadas varias veces numerosas y sustanciales modificaciones); y poco a poco esta misa habría acabado por extinguirse orgánicamente.
----------Además, lo que los tradicionalistas no consideran, es que casi todo lo 'nuevo' insertado en el misal de Pablo VI deriva de las más antiguas tradiciones litúrgicas, que su punto fuerte, el Canon Romano, se ha mantenido inalterado, que recibir la hostia en la mano y de pie ha sido habitual hasta el siglo IX y los Padres de la Iglesia atestiguan que los fieles se tocaban devotamente los ojos y las orejas con la hostia antes de consumirla. No debemos olvidar, dice Ratzinger, 'que no sólo nuestras manos están impuras, sino también nuestras lenguas', de hecho Santiago dice que la lengua es nuestro miembro más pecaminoso (Sgo 3,2-12), 'y también nuestro corazón... El máximo riesgo y al mismo tiempo la máxima expresión de la misericordiosa bondad de Dios es que sea lícito tocar a Dios no sólo con las manos y la lengua, sino también con el corazón" (J.Ratzinger, Eucharistie. Mitte del Kirche, Vier Predigten, München, Erich Wewel, 1978, p.45).
----------El tradicionalismo se apoya en formas no basadas en una teología y una filosofía vivas y que, por esta sola razón, no pueden reivindicar una validez hoy persuasiva. Obviamente la situación varía según las regiones; otra cosa es que en un cierto país enteros ambientes se aparten rabiosamente y publiquen sus hojas y periódicos, otra cosa es que en otro cierto país puñados de laicos generosos se embarquen en una batalla con el clero progresista, constituyendo grupos de oración intensiva, sosteniendo casas de ejercicios espirituales con un amplio radio de influencia, publicando folletines realmente edificantes. Aquí el espíritu genuino tiene una chance de vencer al Goliat de una carta poderosamente organizada en entidad burocrática. Aquí la llamada 'derecha' se acerca a ese centro que es el único del que puede emanar la ansiada renovación conciliar y sobre la cual pueda edificarse una teología abierta tanto a una revelación no disminuida como a las necesidades de la hora: el centro que sólo -por encima de derechas e izquierdas, que se han vuelto incapaces del dialogo- es capaz de conferir nueva fuerza también entre los hombres a la Palabra de Dios".
----------La singularidad del enfoque de Hans Urs Von Balthasar, que sin embargo, como es del todo evidente, no puede ser considerado ideológico, ni en modo alguno progresista (y menos modernista), no duda en formular con gran claridad la necesidad del acto reformador, sobre todo de la Misa. Ahora bien, está claro que, en el momento en el cual se admite a claras letras la necesidad de la Reforma, el rito precedente, aun cuando continúe subsistiendo, sólo puede serlo por caridad, por prudencia pastoral, por contingente oportunidad, pero en vista de su desaparición y en modo alguno según un paralelismo estructural, que en tal caso se opondría no sólo a la tradición litúrgica, sino sobre todo al más elemental buen sentido común.
----------Este a mi parecer es el punto sobre el cual Von Balthasar enuncia una verdad antigua y que hoy, gracias al motu proprio Traditionis custodes del papa Francisco, debería recibir una rápida adquisición no sólo por parte de los funcionarios eclesiales, sino diría sobre todo por ese grupo de teólogos y pastores que habían demostrado haberse vuelto extrañamente indulgentes con esta idea, especialmente extraña, según la cual el rito precedente pudiera convivir estructuralmente junto con el rito reformado.
----------Si la conocida autobografía ratzingeriana (Joseph Ratzinger, Mi vida, Ediciones Encuentro, Madrid 2006, pp.166-169) con toda su indudable emoción, parece sugerir que la Reforma debiera asumir carácter accesorio, considerando "intocable" el rito tridentino en la versión de 1962 (y podemos así constatar cuánto de autobiográfico tenía también en sí mismo Summorum pontificum), a la inversa, la lectura del texto de Von Balthasar siente la necesidad de subrayar con claridad la necesidad insuperable de la Reforma, aunque se pueda admitir un régimen limitado y provisorio de tutela de la forma precedente del rito romano, la cual sin embargo reconoce que está "destinada a extinguirse". Al releer atentamente este texto de Von Balthasar después de más de cuarenta años, sus palabras son singularmente instructivas, pues indican la única vía posible para salir de un vergonzoso bloqueo cada vez más paralizante:
----------1. La reanudación de la Reforma litúrgica no puede proceder sin que todos trabajen sobre un único rito.
----------2. El acceso al rito precedente, destinado a extinguirse y caducar, sólo puede suceder para condiciones excepcionales, bajo la supervisión de la autoridad territorial competente: el Obispo.
----------3. La elaboración o evolución o desarrollo o crecimiento, del nuevo rito, con todas las correcciones y las promociones necesarias, puede realizarse sobre una única mesa: no existe ninguna posibilidad de que la convivencia paralela de "dos formas rituales", de las cuales una ha nacido para enmendar y sustituir a la otra, pueda producir más que división, laceración y discordia.
----------Precisamente el perfil, digamos, "conservador" (y hasta podríamos decir, perfil "de derechas", de Von Balthasar), está fuera de toda sospecha. Este doctísimo teólogo sabía, hace ya más de cuarenta años, que el diseño de paralelismos rituales estructurales no era "la venganza eclesial del pasado contra el futuro" como se le escuchó decir a un conocido vaticanista en uno de sus fervorines, sino la resistencia emocional y nostálgica de un pasado ya sin futuro. Desde este punto de vista, y bajo este perfil, la coherencia de Von Balthasar fue asumida, con gran lucidez, por el papa Francisco en el texto de Traditionis custodes.

10 comentarios:

  1. ¡No hay ni una sola palabra sobre el Rituale Romanum en el Motu Proprio Traditionis Custodes! Entonces ¿dónde está el título jurídico para prohibir los demás sacramentos del Vetus Ordo?
    Me refiero al punto "7" y a una conclusión totalmente sin el fondo normativo…

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    1. Estimado Carlos,
      entiendo su preocupación, pero usted debe comprender que, habiendo quedado abrogado todo aquello que es anterior a lo que dispone ahora Traditionis custodes, es obvio que el silencio no es asentimiento, sino negación. Por lo tanto, hay una palabra jurídica, y es muy clara.

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    2. El punto 7. es una conclusión sin fundamento jurídico. No hay ni una sola palabra sobre el Rituale Romanum en Traditionis Custodes.

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    3. Estimado Carlos,
      acerca del asunto que a usted puntualmente le preocupa en las normativas de Traditionis custodes, repito que la palabra jurídica es precisamente el silencio. Al quedar abrogado todo lo que precede, se entiende excluido lo que no está dicho. No se puede utilizar ningún ritual romano distinto del Ritual Reformado de los sacramentos.

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    4. Estimado padre Filemón: Muchas gracias por intentar aclararme esta cuestión. Pero, sea como sea, se trata de un acto normativo restrictivo. Y el principio de interpretación de los actos restrictivos (favoralia sunt amplianda, odiosa sunt restringenda) ¿no es aplicable en este caso?

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    5. Estimado Carlos,
      no es mi especialidad el derecho canónico. Quizás algún lector de este foro podría venir a su auxilio respondiendo a la cuestión precisa que usted plantea, que se refiere a una muy específica problemática de sistematización jurídica, para especialistas.
      Yo simplemente puedo decirle que, en cuanto a la idea de la derogación, cualquiera que lea con buen sentido común (y no hace falta para esto ser un especialista en derecho canónico) puede comprender que, cuando se hace una reforma orgánica o general sobre una determinada área de la vida de la Iglesia, se "deroga" la forma legislativa anterior en esa misma área eclesial, sin necesidad de decirlo. Esto evidentemente no lo ha entendido el papa Benedicto XVI en Summorum pontificum.

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  2. Mientras haya misas scout, carismáticas y cía., como única alternativa, el Vetus Ordo no se extinguirá.
    La búsqueda de lo sagrado supera el legalismo de los Motu Proprio...
    ¡La autoridad de este Papa es casi nula!
    ¡Lo demuestra la situación en Alemania con el sínodo anti-Vaticano II y la puesta en escena años atrás de la dimisión del cardenal Marx! ¡Su posición podría tener éxito en un momento de fuerte autoridad del papado! ¡Ahora mismo el Papa no hace más que abrir nuevos frentes de división! ¿Por qué razón en Alemania no se interviene con la misma dureza?... ¡Allí también se cuestiona el Vaticano II!
    ¡Porque la verdadera cuestión en juego no es la de aceptar el Vaticano II sino superarlo hacia posiciones ultra progresistas! sobre la eucaristía, el sacerdocio, y los valores básicos!
    Cordialmente...

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    1. Estimado José,
      la alternativa, y la solución a los abusos en el Novus Ordo Missae, es precisamente la promoción del uso del nuevo Misal, no ciertamente entendido como un "ritus servandus", sino como "ritus celebrandus", y no por el sólo ministro ordenado, sino por toda la asamblea celebrante. Este es el giro pastoral, con pleno fundamento dogmático, que ha querido dar hace sesenta años el Concilio Vaticano II, y que debe llevar adelante la Reforma litúrgica, la cual, naturalmente, no ha finalizado con la promulgación en 1969 del nuevo Misal.
      La autoridad litúrgica del papa Francisco ha quedado más que testimoniada y confirmada (si ello le hubiera hecho falta a algunos escépticos) por su motu proprio Traditionis custodes, que ha restituido a la Reforma litúrgica su camino institucionalmente olvidado en 2007, y también ha restituído su autoridad al Concilio Vaticano II, que algunos pretendían haber relativizado, haciéndolo un "optional".
      Pero Traditionis custodes no es toda la solución. Es sólo un primer paso en la dirección correcta, luedo de catorce años de confusión, desorientación, engaño e ilusión.
      Nadie duda que existan los problemas, y no sólo en la Iglesia en Alemania. Pero el Santo Padre, en su gobierno pastoral, a su modo, con sus luces y sus sombras, con sus aciertos y también con sus errores, trata de corregir lo corregible y hacer progresar a la Iglesia en el conocimiento de la Palabra de Cristo y en la vida de la gracia. No es (no puede ser) intención del Papa "ir más allá del Vaticano II", como piensan lamentándose los pasadistas lefebvrianos y alegrándose los modernistas rahnerianos. Pensar que el Papa pudiera caer en las herejías del modernismo, es para quien así lo afirmara, caer él mismo en la herejía.

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  3. Estimadísimo padre Filemón, ¡¡TOTALMENTE DE ACUERDO!!
    Y le diré aun más. Es necesario reformar completamente el rito romano, con estas premisas:
    1) revisión completa de las perícopas escriturísticas y su sistematización fijada en el año litúrgico;
    2) revisión completa del sistema de la oración de los fieles, que debería posponerse hacia el final de la misa y se debería hacer facultativa para evitar abusos;
    3) canto del kyrie, del gloria, del credo y del pater noster y agnus dei, en las melodías gregorianas, obligatorio los domingos y días festivos (unidad del rito participado);
    4) revisión completa de la Semana Santa según los ritos presentes en 1570 (retorno a las fuentes);
    5) guerra contra la mediocridad y el populismo sensiblero, que se hace pasar por noble simplicidad;
    6) altar y ambón como lugares celebrativos y no de exhibición;
    7) volver a centrar el tabernáculo.
    A partir de estas premisas se puede razonar y trabajar. ¡¡¡La liturgia es concretez!!!

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    1. Estimado Capitán Hastings
      no teniendo alternativas, es necesario abordar las individuales cuestiones. Sin embargo, en su comentario veo que la tendencia a mirar los abusos en lugar de recuperar los usos es tentadoramente muy fácil.

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