viernes, 29 de enero de 2021

Un resumen de la doctrina moral católica sobre el aborto

El tema del aborto, sea desde el punto de vista de la antropología y de la ética filosóficas, como desde el punto de vista de la antropología y la moral teológicas, ya ha sido tratado en este blog. Los lectores que deseen recordar lo dicho pueden recurrir a dos publicaciones (que no son las únicas referencias al tema que llevamos haciendo): Aportes filosóficos a la campaña pro-vida, y Aborto legalizado en Argentina. Una tercera intervención sobre el mismo asunto, es la que hoy propongo, con un apretado elenco de breves proposiciones, a modo de resumen de la doctrina que es necesario recordar siempre.

----------1. La cuestión moral acerca del aborto, a pesar de lo que podría sugerir el actual silencio, la complicidad, el relativismo, y el desistimiento que se advierte en gran parte de la Iglesia docente y de la autoridad eclesiástica, puede ser afrontada, y resulta conveniente afrontarla haciendo referencia a algunos valores fundamentales de la vida humana, cuales son el amor entre el hombre y la mujer y la ley moral.
----------2. De hecho, el aborto es un acto que parece profundamente en contradicción, ya sea con las exigencias auténticas del amor entre hombre y mujer, como de la ley moral.
----------3. Como dice el Concilio Vaticano II, la unión entre hombre y mujer, que se expresa en modo eminente en el matrimonio y en la edificación de la familia, constituye el paradigma fundamental de toda comunión humana.
----------4. Como encontramos en el libro del Génesis (cap. 1) y como resulta de la experiencia humana más evidente y universal, la unión entre el hombre y la mujer, como sucede en todo el mundo de los vivientes, está orientada a la generación, a la propagación y a la formación de la vida.
----------5. Por otra parte, como encontramos también en el libro del Génesis (cap. 2) y resulta de las adquisiciones más recientes y acreditadas de la antropología científica y filosófica, la diferencia entre hombre y mujer emana esencialmente de la naturaleza humana común a ambos sexos, naturaleza humana que se expresa en dos modalidades recíprocamente complementarias, siempre en un plano de paridad, que constituyen precisamente la masculinidad y la feminidad.
----------6. Por cuanto respeta a la ley moral, debemos recordar que ella es un dictado de la razón práctica, fundado sobre la naturaleza humana y que prescribe el deber moral, vale decir, prescribe aquello que el hombre debe cumplir para alcanzar el fin de su vida.
----------7. A su vez, el deber moral corresponde a una exigencia natural del hombre, exigencia presente en orden a la consecución del fin de su vida.
----------8. Ahora bien, esta exigencia natural, por cuanto respecta a la relación hombre-mujer, se expresa en los actos del amor entendido como ejercicio conjunto de la voluntad y de la emotividad en orden dos finalidades mancomunadas: al bien de la pareja y a la generación de la vida.
----------9. Llegados a este punto, podemos tomar en consideración la cualificación moral del aborto voluntario o procurado, definiendo el aborto como asesinato de una vida humana en el período prenatal, el cual va desde el momento de la concepción al momento del nacimiento.
----------10. Considerando que las finalidades de la unión entre hombre y mujer, como ya hemos dicho, son el amor recíproco y la propagación de la vida, aparece claramente evidente cómo el aborto es contrario ya sea al bien de la pareja, que se expresa en el amor recíproco, ya sea a aquel bien, que es la vida humana, que surge de la conjunción del hombre y de la mujer.
----------11. El crimen del aborto viene puesto en acto o implementación desde el momento en el cual se suprime el cigoto, el cual surge por la conjunción de dos gametos, masculino y femenino. El cigoto, que es una sustancia viviente y está en posesión del propio e irrepetible código genético, posee ya un alma humana, precisamente por el hecho de que el individuo humano adulto resulta de la división celular de esta primera célula, primera célula que es precisamente el cigoto, la cual tiene su existencia autónoma respecto al organismo de la madre, organismo cuyas células tienen un diverso código genético.
----------12. Ahora bien, dado que el individuo adulto es el mismo individuo, que al inicio de su existencia existe bajo la forma de cigoto, y la forma sustancial del individuo adulto es el alma espiritual, lo que es también verdad de fe (Definida por el Concilio de Viennes del 1312. Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, nn.362-369), se debe concluir que también el cigoto está animado por un alma espiritual, creada inmediatamente por Dios según la razón y la fe católica ("La fe católica nos impone creer que el alma humana es creada inmediatamente por Dios", como enseña Pío XII en la encíclica Humani Generis del 1950), y por consiguiente es una persona humana. Por lo tanto, el cigoto no está destinado a devenir hombre, como algunos creen, sino que es ya hombre. Por esto, matar el cigoto es un homicidio.
----------13. A tal respecto, es necesario prestar atención para no confundir la persona con las manifestaciones propias de la persona, que son el entender y el querer (actuación de inteligencia y voluntad), y por consecuencia el lenguaje. Estas funciones son posibles solo cuando se ha formado la estructura neuro-física del sujeto. En cambio, la persona en sí misma no es otro que un sujeto viviente animado de un alma racional dotada de sus facultades, pero estas facultades no pueden actuarse hasta que no ha madurado la base neuro-física. Por consiguiente, la persona existe ya antes que sean posibles sus manifestaciones.
----------14. Consecuencia de lo hasta aquí dicho es que el aborto procurado sin motivos suficientes es un crimen grave en cuanto comporta el asesinato voluntario de una persona humana inocente, la cual es una creatura hecha a imagen y semejanza de Dios, por lo cual desde el punto de vista moral el aborto no es solo una ofensa hecha al hombre, sino también a Dios que es su Creador.
----------15. El venerable papa Pío XII enseña que el aborto es lícito solamente en el caso que deba ser salvada la vida de la madre en peligro de muerte.
----------16. Para comenzar a remediar la actual plaga del aborto que se extiende cada vez más por nuestro mundo a la manera de una ilimitada red de responsabilidades personales criminales y genocidas, es muy importante devolver a los jóvenes aquella formación en la virtud de la templanza, la cual en el pasado no tan lejano permitía evitar con mayor facilidad caer en este pecado.
----------17. Por último, no se debe perder de vista que en un moderno Estado democrático, que acoge en su seno muchos individuos, en los cuales no se puede pretender el máximo de la virtud, es justo que se conceda una cierta tolerancia entre los límites razonables regulados por la ley.

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