Esta semana ha habido crónicas periodísticas que aseguran que el papa Francisco ya ha firmado el documento que determina la reforma de la Curia Romana, la constitución que llevará el título de Praedicate Evangelium, que ahora está siendo traducido a distintos idiomas, para su promulgación y publicación. La noticia no es oficial, se trata solo de versiones confiables.
----------Ha sido el periodista Robert Mickens quien ha publicado en La Croix tales versiones, pero sin especificar detalles del contenido del documento, "quizá el proyecto más ambicioso del actual pontificado" dice Mickens, quien asegura "más de dos docenas de cardenales romanos tendrán que ser jubilados". "Con independencia de cuándo se haga público el documento, las ramificaciones serán múltiples y probablemente históricas -sigue diciendo el cronista-. Una de las primeras y más visibles será una remodelación masiva del personal".
----------Mi primer comentario a esto es: si Mickens escribiera en USA no ganaría el Pulitzer por esta noticia, pues lo que dice me hace acordar a esos cronistas de medio pelo cuya única habilidad es dar vueltas y vueltas a una misma frase, sin decir nada, pero logrando llenar el hueco que necesitan llenar para cerrar la edición del día. Mi segundo comentario es: sea en el verano europeo o, lo más probable, en el otoño, las noticias sobre la reforma de la Curia Romana serán de las más destacadas en el Vaticano.
----------Todo hace suponer que estamos en el tramo final de este pontificado que ha venido teniendo un perfil marcadamente político y lamentablemente no docente y magisterial, como muchos deseábamos. Por lo tanto, y siempre que la Providencia se lo permita, el papa Francisco no terminará sus días como Pontífice Romano sin dar cumplimiento a uno de sus primeros anuncios en 2013, al inicio de su pontificado: la reforma de la Curia Romana, uno de sus máximos objetivos políticos intra-eclesiales.
----------Por consiguiente, como es muy probable que en los próximos meses, antes de que salga a la luz el nuevo documento papal, y también después de su publicación, los chimenteros vaticanistas (blogueros que no están solamente en Roma sino por todas partes, y también en nuestros pagos) nos atosigarán con sus "brillantes interpretaciones" acerca de las intenciones políticas y gubernativas de tal o cual nombramiento, reemplazo, jubilación, cambio de oficio, o defenestración de tal o cual funcionario por parte del Papa, creo que podría yo cumplir un buen servicio en este blog, ofreciendo una serie de reflexiones acerca de lo que podríamos denominar el status teológico de la Curia Romana, su historia, su sentido, su constitución, y su finalidad. Vale decir: hacer una especie de vacunación preventiva antes de que brote la epidemia de vendedores de humo.
----------Ya saben: los chimentos sobre el Papa y los Obispos argentinos y extranjeros son fáciles de buscar, encontrar o fabricar (así es esa maldita profesión de periodista, ya anatematizada por Castellani), y mucho más fáciles de divulgar. Si los lectores no pueden resistir a la tentación del chusmerío eclesiástico, saben donde buscarlo. Pero no en este blog.
----------Nos encontramos, entonces, a partir de mañana, con una serie de reflexiones teológicas sobre la Curia Romana aunque no según el papa Francisco (pese a lo que diga el título) sino según la Fe, la historia de la Iglesia, y el buen sentido común. Para conocer en realidad lo que el papa Francisco desea de su Curia deberemos todavía esperar a su documento.
----------Todo hace suponer que estamos en el tramo final de este pontificado que ha venido teniendo un perfil marcadamente político y lamentablemente no docente y magisterial, como muchos deseábamos. Por lo tanto, y siempre que la Providencia se lo permita, el papa Francisco no terminará sus días como Pontífice Romano sin dar cumplimiento a uno de sus primeros anuncios en 2013, al inicio de su pontificado: la reforma de la Curia Romana, uno de sus máximos objetivos políticos intra-eclesiales.
----------Por consiguiente, como es muy probable que en los próximos meses, antes de que salga a la luz el nuevo documento papal, y también después de su publicación, los chimenteros vaticanistas (blogueros que no están solamente en Roma sino por todas partes, y también en nuestros pagos) nos atosigarán con sus "brillantes interpretaciones" acerca de las intenciones políticas y gubernativas de tal o cual nombramiento, reemplazo, jubilación, cambio de oficio, o defenestración de tal o cual funcionario por parte del Papa, creo que podría yo cumplir un buen servicio en este blog, ofreciendo una serie de reflexiones acerca de lo que podríamos denominar el status teológico de la Curia Romana, su historia, su sentido, su constitución, y su finalidad. Vale decir: hacer una especie de vacunación preventiva antes de que brote la epidemia de vendedores de humo.
----------Ya saben: los chimentos sobre el Papa y los Obispos argentinos y extranjeros son fáciles de buscar, encontrar o fabricar (así es esa maldita profesión de periodista, ya anatematizada por Castellani), y mucho más fáciles de divulgar. Si los lectores no pueden resistir a la tentación del chusmerío eclesiástico, saben donde buscarlo. Pero no en este blog.
----------Nos encontramos, entonces, a partir de mañana, con una serie de reflexiones teológicas sobre la Curia Romana aunque no según el papa Francisco (pese a lo que diga el título) sino según la Fe, la historia de la Iglesia, y el buen sentido común. Para conocer en realidad lo que el papa Francisco desea de su Curia deberemos todavía esperar a su documento.
Estimado, tiene poco sentido que el papa Francisco reforme la Curia a esta altura de su pontificado. ¿Cuántos años más de Papa Francisco tendremos? ¿Uno, dos, cinco?... Aunque se trate de diez años más de Papa Francisco (lo que me parece improbable, o hasta imposible), una medida política tal como la reforma de gobierno en la Curia Romana debería haber sido hecha al principio de su período de gobierno. El sentido común dice que el Papa que decida una nueva reforma de la Curia deberá aplicarla él mismo. ¿Y qué es lo que puede aplicar a estas alturas un anciano como Bergoglio?
ResponderEliminarEn todo caso, si ese documento existe como se dice y se promulga una nueva reforma de la Curia, si al próximo Papa lo quiere y tiene suficiente poder como para hacerlo, puede volverla atrás o hacer una nueva reforma, como se le antoje.
Es cierto, no parece de sentido común reformar nada en la Curia Romana en este final de pontificado. Lo vemos en política secular: asume el presidente de un país, y una de sus primeras medidas (incluso antes de asumir) es anunciar y llevar a cabo una reforma de ministerios, por ejemplo.
ResponderEliminarToda reforma de la Curia Romana implica un Papa personalmente fuerte, y con poder efectivo más allá de sus deseos, para llevarla a cabo. No parece ser ése el caso del papa Francisco, al final de su vida.
La cuestión no es solo política. Las funciones de la Curia Romana dependen, por un lado, de la concepción de Iglesia y de misión de la Iglesia; y por otro lado, de las condiciones históricas del mundo y la sociedad en la que la Iglesia desarrolla su misión.
ResponderEliminarDime qué concepción de Iglesia tienes, y te diré que Curia precisas.
Bueno, Fr Filemón, no sea tan estricto. Quizás un poco de curiosidad por lo que sucede en los pasillos eclesiales no sea tan malo. Ayuda a tener cierta objetividad. Es como un touch and go, un cable a tierra. Lo importante es conocer la realidad, sin quedarse allí, sino para elevarse luego a la contemplación. ¿No le parece?
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