El arzobispo emérito de Hong Kong, cardenal Joseph Zen, también ha intervenido en el amañado debate que se ha vuelto a agitar en estos tiempos acerca de la interpretación del Concilio Vaticano II. Por cierto, la voz de Zen es bienvenida en esta discusión: pocos como él pueden contar con similar autoridad moral y estar, como lo está, alejado de la más mínima sospecha de partidismo o mezquino interés personal, siendo, como lo es, incluso en su retiro, uno de los pocos defensores de la sufrida Iglesia Católica en China frente a los atropellos del gobierno comunista de ese país y la desviada chinapolitik vaticana.
----------En una entrevista concedida a CNA, el cardenal Zen ha defendido vigorosamente el Concilio Vaticano II frente a la postura de aquellos que él llama "los conservadores y los progresistas extremos", que han interpretado mal los documentos conciliares, rechazando su autoridad y autenticidad, para avanzar durante décadas en agendas "subjetivas" y "estrechas" dentro de la Iglesia, expresó tanto a la agencia de noticias como en un ensayo publicado este 17 de julio en su sitio web.
----------"El Vaticano II sucedió hace 50 años, pero seguramente no pertenece al pasado, su luz todavía conduce a la Iglesia a través de la oscuridad de su camino actual [...] Comencemos desde los fundamentos: ¿Para qué sirven los Concilios Ecuménicos? No son para la creación de una nueva Iglesia, sino para una nueva autocomprensión. [...] La Iglesia fue fundada por Jesucristo sobre los Apóstoles. La tradición de la Iglesia es la Iglesia viva, fundada en los Apóstoles. Los concilios ecuménicos son los hitos en este viaje de la Iglesia a través de los siglos. El primer Concilio Ecuménico de Jerusalén declaró: 'El Espíritu Santo y nosotros (los Apóstoles) hemos decidido...', no es sólo una cuestión de derecho canónico. Cada Concilio Ecuménico es un 'Sacrosanctum Concilium'!" expresó el indoblegable Cardenal, reafirmando lo que todo católico sabe por simple Catecismo, vale decir: que el don de infalibilidad con el que el Espíritu Santo asiste siempre a su Iglesia, no ha sido garantizado ni a los teólogos, ni a los exégetas, ni a los apologetas, ni a los historiadores de la Iglesia, sino solo al Papa, Sucesor de San Pedro, y también a los Obispos, Sucesores de los Apóstoles, cuando se reúnen en Concilio Ecuménico, unidos con el Papa y bajo la guía del Papa. "A través de esos documentos se escucha la verdadera voz del Espíritu Santo" dice el cardenal Zen.
Cardenal Zen: contra los conservadores y los progresistas extremos
----------Es evidente que estas intervenciones del cardenal Joseph Zen se inscriben en la polémica que algunos sectores de abusivo tradicionalismo han agitado estas últimas semanas; y en concreto frente a las declaraciones de personalidades respetables como las de mons. Carlo María Viganò, o las de mons. Athanasius Schneider, o las del historiador Roberto de Mattei, quienes, seguramente bien intencionados en ardorosa disputa contra los excesos progresistas que surgen por doquier actualmente en la Iglesia, sin embargo se acercan peligrosamente a las falsas posturas del tradicionalismo fijista lefebvriano.
----------Recordemos, por ejemplo, que el nuncio emérito Viganò dijo en una entrevista reciente que en el Concilio Vaticano II "fuerzas hostiles" causaron "la abdicación de la Iglesia Católica" a través de un "sensacional engaño", sin reparar en la imposibilidad dogmática de esa "abdicación" y "engaño" por parte de un Concilio Ecuménico de la Iglesia. Sin embargo, el ex nuncio en USA no cejó en sus erróneas afirmaciones, como cuando dijo: "Los errores del período posconciliar estaban contenidos in nuce en las Actas Conciliares", acusando al concilio, y no sólo al post-concilio, de error manifiesto. De modo similar se han expresado mons. Athanasius Schneider y el prof. Roberto de Mattei, cargando las tintas, con sentencias de las que lamentablemente se han hecho eco muchas páginas webs y blogs filo-lefebvrianos. Pero, por supuesto, Zen rechazó la idea de que las actas auténticas de un concilio ecuménico puedan contener errores de fe.
----------"Los errores post-conciliares -expresó Zen- no pertenecen al Concilio, así como las herejías no pertenecen a la Biblia [...] Los conservadores radicales dicen: La Iglesia después del Vaticano II ya no es la Iglesia Católica en la que recibí el bautismo. Sin embargo, fuiste bautizado en una Iglesia que cree en una Iglesia apostólica, dirigida por el Papa y los Obispos como auténticos maestros de la fe [...] Los progresistas radicales dicen: antes del Concilio no se permitía que nada cambiara, ahora con el Vaticano II se han hecho muchos cambios, así que, se debe permitir que muchas cosas cambien también en el futuro". Rechazando ambas posturas, Zen se expresa vigorosamente citando al santo cardenal Newman: "La Iglesia es un cuerpo vivo; ciertamente crece y cambia, pero, como dice el cardenal John Henry Newman, el desarrollo es 'homogéneo', es decir, con la identidad sustancial no alterada. Un niño crece hasta la madurez y sigue siendo la misma persona [...] La auténtica obra de la reforma de la Iglesia viene sólo por una decisión de la autoridad legítima, no por una elección arbitraria de nadie, y ciertamente no por deshacer el pasado [...] El Espíritu Santo de hoy no contradice al Espíritu Santo de ayer", expresó Zen con meridiana claridad.
----------Ya hemos dicho y repetido en este blog lo difundida que está hoy la tesis de que el Concilio Vaticano II pudiera contener errores doctrinales; tesis obviamente falsa (y que podría ser calificada de herética, si ella se afirmara explícita y formalmente). Por supuesto, el Vaticano II puede contener errores pastorales, pero no doctrinales, porque es infalible en cuestiones de fe y moral, al menos con esa infalibilidad ordinaria al enseñar los dogmas ya definidos o al profundizar en el esclarecimiento de las doctrinas de fe o conexas con la fe. Es posible y de hecho se ha dado que un Papa o un Concilio Ecuménico (con el Papa y bajo el Papa) no enseñen con infalibilidad extraordinaria, al no definir solemnemente ningún nuevo dogma, pero nunca carecen de la infalibilidad ordinaria al enseñar doctrina de fe y moral.
Necesidad de redescubrir los verdaderos textos del Concilio Vaticano II
----------El cardenal Zen invita a los católicos a volver a los documentos del Concilio Vaticano II: "A través de esos documentos se escucha la verdadera voz del Espíritu Santo [...] Hay un dicho, no lejos de la verdad: un Concilio Ecuménico comienza con los esfuerzos humanos, luego viene el diablo para crear problemas, pero al final el Espíritu Santo lleva todo a un final feliz [...] Cuando por ejemplo el Papa Benedicto habló de una 'Reforma de la Reforma en la liturgia', no estaba repudiando la constitución litúrgica conciliar sino los abusos que se originaron de una interpretación distorsionada o incluso del repudio de esa constitución".
----------Zen estudiaba filosofía en Roma, desde 1961 a 1964, es decir, durante los primeros años del Concilio, años de su preparación y de las primeras sesiones: "Disfruté, como otros jóvenes sacerdotes y seminaristas de Roma, de todas las noticias y chismes diarios sobre el Concilio; las feroces batallas y el estereotipo de la división entre conservadores y progresistas; los Padres del Concilio acusándose unos a otros con panfletos volando sobre la plaza de San Pedro... ¡Las bromas!" recordó en su ensayo. Sin embargo, el Cardenal destaca que no hay que confundir las controversias, disputas, y los errores en las ponencias de los Padres conciliares, con el fruto último del Concilio: los documentos finales.
----------Y en este blog precisamente eso también se ha recordado: que son dos disciplinas distintas las del historiador (aunque sea católico) y la del teólogo. El teólogo católico tiene siempre el reaseguro de pivotear constantemente en su trabajo sobre el dato magisterial: en este caso, los documentos finales del Concilio Vaticano II, donde no existen errores (se lo dice su Fe). Mientras que el historiador, y por razones de autonomía disciplinar, y aunque se trate de un historiador católico, corre siempre el riesgo de extrapolar disciplinas, y considerar que las contraposiciones, los errores y las falsas doctrinas (que el historiador descubre al investigar la historia del desarrollo del Concilio) puedan haber pasado a los documentos finales, lo cual es imposible (se lo debería decir también su Fe). Una es la obra humana, la otra es la obra del Espíritu Santo.
----------Es lo que afirma el cardenal Zen con todo vigor y claridad: "El Concilio Ecuménico concluyó con documentos [...] entonces es el deber de los Papas y Obispos hacer de esos documentos realidades vivas. [...] Desgraciadamente hay teólogos que se ponen por encima de los documentos del Concilio, pero, viceversa, hay laicos sobresalientes, dóciles al Espíritu Santo, que sacan de los documentos toda la sabiduría contenida en ellos [...] Creo que sería muy fructífero leer el discurso de apertura del Vaticano II por el papa Juan XXIII, donde explicó el verdadero significado del 'aggiornamento': frente a todas las amenazas de la civilización moderna, la Iglesia no debe temer, sino encontrar los caminos aptos para mostrar al mundo el verdadero rostro de Jesús, el Redentor del Hombre".
Cardenal Zen: contra los conservadores y los progresistas extremos
----------Es evidente que estas intervenciones del cardenal Joseph Zen se inscriben en la polémica que algunos sectores de abusivo tradicionalismo han agitado estas últimas semanas; y en concreto frente a las declaraciones de personalidades respetables como las de mons. Carlo María Viganò, o las de mons. Athanasius Schneider, o las del historiador Roberto de Mattei, quienes, seguramente bien intencionados en ardorosa disputa contra los excesos progresistas que surgen por doquier actualmente en la Iglesia, sin embargo se acercan peligrosamente a las falsas posturas del tradicionalismo fijista lefebvriano.
----------Recordemos, por ejemplo, que el nuncio emérito Viganò dijo en una entrevista reciente que en el Concilio Vaticano II "fuerzas hostiles" causaron "la abdicación de la Iglesia Católica" a través de un "sensacional engaño", sin reparar en la imposibilidad dogmática de esa "abdicación" y "engaño" por parte de un Concilio Ecuménico de la Iglesia. Sin embargo, el ex nuncio en USA no cejó en sus erróneas afirmaciones, como cuando dijo: "Los errores del período posconciliar estaban contenidos in nuce en las Actas Conciliares", acusando al concilio, y no sólo al post-concilio, de error manifiesto. De modo similar se han expresado mons. Athanasius Schneider y el prof. Roberto de Mattei, cargando las tintas, con sentencias de las que lamentablemente se han hecho eco muchas páginas webs y blogs filo-lefebvrianos. Pero, por supuesto, Zen rechazó la idea de que las actas auténticas de un concilio ecuménico puedan contener errores de fe.
----------"Los errores post-conciliares -expresó Zen- no pertenecen al Concilio, así como las herejías no pertenecen a la Biblia [...] Los conservadores radicales dicen: La Iglesia después del Vaticano II ya no es la Iglesia Católica en la que recibí el bautismo. Sin embargo, fuiste bautizado en una Iglesia que cree en una Iglesia apostólica, dirigida por el Papa y los Obispos como auténticos maestros de la fe [...] Los progresistas radicales dicen: antes del Concilio no se permitía que nada cambiara, ahora con el Vaticano II se han hecho muchos cambios, así que, se debe permitir que muchas cosas cambien también en el futuro". Rechazando ambas posturas, Zen se expresa vigorosamente citando al santo cardenal Newman: "La Iglesia es un cuerpo vivo; ciertamente crece y cambia, pero, como dice el cardenal John Henry Newman, el desarrollo es 'homogéneo', es decir, con la identidad sustancial no alterada. Un niño crece hasta la madurez y sigue siendo la misma persona [...] La auténtica obra de la reforma de la Iglesia viene sólo por una decisión de la autoridad legítima, no por una elección arbitraria de nadie, y ciertamente no por deshacer el pasado [...] El Espíritu Santo de hoy no contradice al Espíritu Santo de ayer", expresó Zen con meridiana claridad.
----------Ya hemos dicho y repetido en este blog lo difundida que está hoy la tesis de que el Concilio Vaticano II pudiera contener errores doctrinales; tesis obviamente falsa (y que podría ser calificada de herética, si ella se afirmara explícita y formalmente). Por supuesto, el Vaticano II puede contener errores pastorales, pero no doctrinales, porque es infalible en cuestiones de fe y moral, al menos con esa infalibilidad ordinaria al enseñar los dogmas ya definidos o al profundizar en el esclarecimiento de las doctrinas de fe o conexas con la fe. Es posible y de hecho se ha dado que un Papa o un Concilio Ecuménico (con el Papa y bajo el Papa) no enseñen con infalibilidad extraordinaria, al no definir solemnemente ningún nuevo dogma, pero nunca carecen de la infalibilidad ordinaria al enseñar doctrina de fe y moral.
Necesidad de redescubrir los verdaderos textos del Concilio Vaticano II
----------El cardenal Zen invita a los católicos a volver a los documentos del Concilio Vaticano II: "A través de esos documentos se escucha la verdadera voz del Espíritu Santo [...] Hay un dicho, no lejos de la verdad: un Concilio Ecuménico comienza con los esfuerzos humanos, luego viene el diablo para crear problemas, pero al final el Espíritu Santo lleva todo a un final feliz [...] Cuando por ejemplo el Papa Benedicto habló de una 'Reforma de la Reforma en la liturgia', no estaba repudiando la constitución litúrgica conciliar sino los abusos que se originaron de una interpretación distorsionada o incluso del repudio de esa constitución".
----------Zen estudiaba filosofía en Roma, desde 1961 a 1964, es decir, durante los primeros años del Concilio, años de su preparación y de las primeras sesiones: "Disfruté, como otros jóvenes sacerdotes y seminaristas de Roma, de todas las noticias y chismes diarios sobre el Concilio; las feroces batallas y el estereotipo de la división entre conservadores y progresistas; los Padres del Concilio acusándose unos a otros con panfletos volando sobre la plaza de San Pedro... ¡Las bromas!" recordó en su ensayo. Sin embargo, el Cardenal destaca que no hay que confundir las controversias, disputas, y los errores en las ponencias de los Padres conciliares, con el fruto último del Concilio: los documentos finales.
----------Y en este blog precisamente eso también se ha recordado: que son dos disciplinas distintas las del historiador (aunque sea católico) y la del teólogo. El teólogo católico tiene siempre el reaseguro de pivotear constantemente en su trabajo sobre el dato magisterial: en este caso, los documentos finales del Concilio Vaticano II, donde no existen errores (se lo dice su Fe). Mientras que el historiador, y por razones de autonomía disciplinar, y aunque se trate de un historiador católico, corre siempre el riesgo de extrapolar disciplinas, y considerar que las contraposiciones, los errores y las falsas doctrinas (que el historiador descubre al investigar la historia del desarrollo del Concilio) puedan haber pasado a los documentos finales, lo cual es imposible (se lo debería decir también su Fe). Una es la obra humana, la otra es la obra del Espíritu Santo.
----------Es lo que afirma el cardenal Zen con todo vigor y claridad: "El Concilio Ecuménico concluyó con documentos [...] entonces es el deber de los Papas y Obispos hacer de esos documentos realidades vivas. [...] Desgraciadamente hay teólogos que se ponen por encima de los documentos del Concilio, pero, viceversa, hay laicos sobresalientes, dóciles al Espíritu Santo, que sacan de los documentos toda la sabiduría contenida en ellos [...] Creo que sería muy fructífero leer el discurso de apertura del Vaticano II por el papa Juan XXIII, donde explicó el verdadero significado del 'aggiornamento': frente a todas las amenazas de la civilización moderna, la Iglesia no debe temer, sino encontrar los caminos aptos para mostrar al mundo el verdadero rostro de Jesús, el Redentor del Hombre".
Agradezcamos a Dios porque nos ha dado este santo Cardenal que mantiene tanta lucidez y Fe!
ResponderEliminarNo entiendo cómo en este blog se ataca de tal modo a santos varones como Viganó, Schneider y De Mattei. ¿Qué buscan?
ResponderEliminarDon Minutella dio la clave de este comortamiento del Card. Zen.
ResponderEliminarHay que ver en su canal de youtube las explicaciones.
Mientras se van a perder en explicaciones para defender el CVII, haciendo piruetas y buscando la interpretación ortodoxa. Esto ya lo intentó el P. Julio Meinviele en su apéndice de De Lamenais a Maritain.
El problema es que los Papas lo actuaron de otra manera. Aceptaron la pluralidad de religiones y siguieron una evolución litúrgica que desdice esta interpretación "ortodoxa".
A esta posición podríamos llamarla la interpretación ortodoxa del CVII a pesar de los papas posteriores.
Anónimo de las 07:32: No creo que este blog ataque a nadie. En todo caso ataca los errores de quienes los difundan.
ResponderEliminarRespecto a los tres nombres que Ud. menciona, son personalidades respetabilísimas del mundo católico de hoy, pero son hombres, y pueden cometer errores como cualquier ser humano.
Si Ud., como católico, ha aprendido el Catecismo Católico, entonces debe saber que un Concilio no puede cometer errores. Y cuando digo "un Concilio" me estoy refiriendo obviamente a los DOCUMENTOS FINALES de un Concilio, que son expresión del Espíritu Santo a través de la obra de los Padres Conciliares con y bajo el Papa. Puede haber errores ANTES y DESPUES de los documentos conciliares, en los debates y discusiones conciliares, y en la aplicación e interpretación postconcilares, pero NUNCA en los documentos Conciliares.
Eso se lo dice su Catecismo. Si Ud. ha aprendido otra cosa en su Catecismo, entonces no le han enseñado el Catecismo Católico.
Ahora bien, tanto Viganó, Schneider y De Mattei, así como muchas respetables páginas webs y blogs (Adelante la Fe, por mencionar una muy respetable) han cometido y siguen cometiendo esos mismos errores: atribuir errores contra la doctrina de fe y moral al Concilio Vaticano II. Eso es "tradicionalismo abusivo" como acostumbra escribir y decir el padre Filemón (y se lo he escuchado decir personalmente). Yo diría que casi es lefebvriano, con todas las consecuencias que eso implica.
Anónimo 7:43:
ResponderEliminarLos Papas aceptan la pluralidad de religiones como HECHO, porque es una realidad: o sea, en el mundo existe pluralidad de religiones. Eso no quiere decir que los Papas hayan renunciado a la Verdad de que la única religión de origen divino, querida por Dios es la Judeo-Cristiana, y que la única Iglesia divinamente fundada sea la católica.
Por lo demás, existe obviamente una evolución litúrgica: la liturgia de la Iglesia no es la misma desde los primeros siglos, al siglo X, o la del siglo XIII, o la de 1938, o la de 1958, o la de 1962, o la de 1969, o la de 2020. Es un hecho. ¿Lo niega Ud.?
Sin contar con la diversidad de ritos... ¿O la diversidad de ritos es un "mal" que los tradicionalistas sólo aceptan como mal menor, o sólo lo soportan?...
ResponderEliminarAnónimo 08:09: El problema que plantea el anónimo anterior, es un típico problema lefebvriano. Son los "monstruos" gracias a los cuales subsisten y lamentablemente logran incautos, que poco a poco van perdiendo la recta Fe. El "monstruo" de la herética libertad religiosa defendida por el Concilio Vaticano II (dicen ellos), el "monstruo" de la Nueva Misa de Pablo VI, herética e inválida (llegan a decir algunos de ellos, incluso contradiciendo a su fundador), los "monstruos" que ven en Gaudium et Spes, Unitatis redintegratio, Nostra aetate, etc... y en todo sacerdote u obispo que no use sotana. Todo muy infantil y lo más grave: olvido del Catecismo Católico. En suma: pérdida de la recta Fe. Por eso no se trata sólo de cripto-cisma, sino sobre todo de cripto-herejía.
ResponderEliminarAnónimo 07:43: Ud. ha escrito: "El problema es que los Papas lo actuaron de otra manera. Aceptaron la pluralidad de religiones y siguieron una evolución litúrgica que desdice esta interpretación "ortodoxa"."
ResponderEliminar¿Quiere decir que los Papas cometieron errores contra la Fe y la moral? ¿Quiere decir que los Papas post-conciliares han cometido errores?
Si eso es lo que Ud. ha querido decir, entonces: repase su catecismo...
Aquí se está insistiendo en los errores de los "conservadores extremistas" como dice el cardenal Zen. Pero no nos olvidemos de los que Zen llama los "progresistas extremistas", que han sido los errores más manifiestos en el Postconcilio. Lamentablemente un extremo genera el abuso del otro extremo.
ResponderEliminarEl cardenal Zen, en su entrevista, parece girar siempre con un pie en el dogma que el padre Filemón se ha encargado de recalcar en muchas de sus notas: la INFALIBILIDAD DE UN CONCILIO CON EL PAPA Y BAJO EL PAPA. Por supuesto, me estoy refiriendo aquí a la infalibilidad ordinaria (ya que no es infalibilidad extraordinaria, porque en el Vaticano II no existen nuevos dogmas o definiciones dogmáticas). Por supuesto, la excusa de lefebvrianos y filo-lefebvrianos de que se trata de un concilio "pastoral" es sólo un pretexto engañapichanga, para giles; porque aunque se trate de un Concilio con intención pastoral, diferente por lo tanto a todos los concilios anteriores, eso no quiere decir que no enseñe doctrina, como bien lo expuso de modo explícito el papa Pablo VI. Más aún, en muchas partes de la Doctrina Católica de siempre el Vaticano II ha hecho grandes progresos de esclarecimiento; y menciono sólo uno: el de la libertad religiosa, cuya enseñanza completa y complementa lo que antes habían dicho Pío IX y León XIII. Por supuesto, entonces, el Vaticano II es dogmático, tiene doctrina, cuenta incluso con dos constituciones llamadas "dogmáticas" y, por lo tanto en toda la doctrina de fe y moral que lleva implícita es infalible, con infalibilidad ordinaria, por gracia del Espíritu Santo a todo Concilio Ecuménico con y bajo el Papa.
ResponderEliminarLa libertad religiosa del CVII contradice Cuanta cura, Syllabus y todo el magisterio precedente. Y la aplicación de ese documento en Así I, II y III y en la rehabilitación de Lutero contradice cualquier doctrina. Fueron lugares de idolatría lisa y llana y de elogio de un heresiarca.
ResponderEliminarPara Uds, en cambio, es todo un problema del tradicionalismo abusivo...
Anonimo 12,40
ResponderEliminarTe sugiero que estudies con mas ahinco tu catecismo, y no te dejes guiar por ideologias.
Acaso eres lefebvrista?
Además, qué tiene que ver asís con la doctrina?
Quién ha rehabilitado a Lutero? Qué quieres decir con rehabilitar?
Te han enseñado un panfleto ideológico y lo repites sin reflexionar.
Tu Catecismo debe haberte enseñado que el Papa y el Concilio con el Papa, son infalibles en fe y moral.
Rezo por tu conversion.
Anónimo de las 13:08
ResponderEliminarTiene que ver y se lo explico: la fe se vive y en cómo se vive, se conoce. Y los actos de un pontífice muestran cómo interpreta la fe. Por eso dice la carta de Santiago: yo te mostraré mi fe por mis obras.
A los que preguntan les aclaro que soy cristiano, o -al menos- intento serlo.
Anónimo 13:08:
ResponderEliminarCreo entender que cuando dice que "tiene que ver..." se refiere a los Encuentros de Asís. Bueno, tienen explicación, y ya se los ha explicado largamente. Incluso un tradicionalista tan extremo como De Mattei, aunque le desaconsejó al papa Benedicto XVI el último encuentro de Asis, afirmaba que no había nada en contra doctrinalmente. Se trata de medidas pastorales, que pueden ser criticables, pero que están entre las posibilidades de libre gobierno de un Papa, en lo que se refiere al diálogo ecuménico, o a la oración en común con otros creyentes no cristianos.
Pero hay algo más grave, creo ver, en su posición: y es que no advierte que, como católico, no puede rechazar el dogma de la infalibilidad ordinaria de un Papa, o de un Concilio Ecuménico (cum et sub Petro). Es un dogma, una doctrina que por obediencia (eso es la fe, obediencia intelectual voluntaria) el católico debe aceptar. Luego vendrán los problemas de cómo explicar tal o cual enseñanza del Papa. Pero lo que Ud. debe aceptar, si es católico (Ud. no lo dice, sólo dice que es "cristiano"), lo que debe aceptar si es católico es que EL PAPA Y EL CONCILIO NO PUEDEN FALLAR EN LA FE.
No sé por cuál motivo se agarran la cabeza. Claro que creo en la infalibilidad, con las condiciones que el mismo dogma pide: que quiera enseñar a toda la Iglesia una doctrina para ser creída de modo definitivo.
ResponderEliminarEsas condiciones deben quedar claras en la enseñanza.
Un par de semanas atrás un funcionario alemán opinó que hoy Martín Lutero estaría más cercano a los Católicos que a los Luteranos.
ResponderEliminarMe parece haber entendido que algo así quiso decir Fr Filemón en una nota de algunos días atrás cuando escribió sobre el proceso de desarrollo de las herejías.
Conozco la FSSPX, y tengo suficiente conocimiento experiencial del clero y el laicado de la Fraternidad. Digo Fraternidad y FSSPX, porque creo que es la denominación correcta. Y no lefebvrianos o lefebvristas, que es la corrupción de la Fraternidad. Por eso respeto lo que en este blog se dice, porque me parece que se critica sólo al lefebvrismo y no a la FSSPX o, en todo caso, a la FSSPX en cuanto ha derivado en lefebvrismo.
¿Se han preguntado ustedes por qué razón el arzobispo Lefebvre firmó los documentos del Concilio Vaticano II como los demás Padres Conciliares?...
¿Piensan ustedes que mons. Lefebvre hubiera firmado esos textos si hubiera pensado que en los documentos finales del Vaticano II se escondían herejías?
Lefebvre firmó esos documentos porque Lefebvre era más católico que los lefebvristas actuales. Firmó esos documentos porque creyó que en ellos NO HABIA ERRORES CONTRA LA FE, aunque afirmó que había otra clase de errores, ambiguedades, equívocos, consejos inconvenientes, bombas de tiempo de relojería,, etc., etc., pero no errores contra la Fe.
Como dijo aquél funcionario alemán sobre Lutero: pienso que si hoy Lefebvre viviera estaría más cerca de Roma que de la FSSPX lefebvriana.
Anónimo 16:07: Ud. se ha quedado solo con lo que dice el Vaticano I, y encima mal comprendido.
ResponderEliminarParece Ud. estar hablando sólo de la infalibilidad extraordinaria, pero no de la ordinaria.
La pregunta que debe hacerse Ud. es más sencilla: ¿creo en lo que cualquier Papa y cualquier Concilio Ecuménico me enseña sobre Fe y Moral? Si su respuesta es afirmativa: Ud. es católico. Si su respuesta es negativa: lamento decirle que no lo es (al menos inconscientemente).
Cuanto maestro siruela por aquí. Cómo les gusta tomar examen y decidir sobre los demás.
ResponderEliminarEstimado Papagayo, aquí no se trata de conocer si a su juicio soy católico, sino sobre el tema en cuestión.
Anónimo querido, no se me vaya por la tangente.
ResponderEliminarNo soy maestro siruela, simplemente seguí su razonamiento.
1) Respecto al "tema en cuestión", como Ud. dice, precisamente, estoy en el tema en cuestión: le dije que a) Ud se quedó en el vaticano I mal comprendido. Porque el Vaticano I sólo habla de la infalibilidad extraordinaria, que no es la única, como Ud. debe saber, porque Ud. es un buen católico (no sólo cristiano, ¿no es cierto? ¿O Ud. es sólo cristiano?). b) Porque también es tema en cuestión la Fe en el Papa y en el Concilio Ecuménico, en las condiciones en que esa Fe debe expresarse, y no sólo con respecto a la infalibilidad extraordinaria.
2) Respecto a tomarle examen, nada de eso. Simplemente le sugerí una pregunta que Ud. podría hacerse. Por caso: si yo le preguntara: ¿Ud. cree que María es Madre de Dios? Si responde afirmativamente: Ud. es católico, si negativamente, no lo es.
Pues de la misma manera, y CON EL MISMO ALCANCE DOGMÁTICO Y CONSECUENCIAS, yo le pregunté: ¿creo en lo que cualquier Papa y cualquier Concilio Ecuménico me enseña sobre Fe y Moral? Si su respuesta es afirmativa: Ud. es católico. Si su respuesta es negativa: lamento decirle que no lo es (al menos inconscientemente).
Por favor, no pretendo que me responda. Sólo espero que no se me escape por la tangente. Ya no soy un peque de catecismo.