He repasado comentarios del foro de las últimas semanas, publicados y no publicados. Un puñado de lectores de mis notas están algo inquietos por el uso de la expresión "herejía" en algunos de mis calificativos. No los culpo de nada, y los comprendo; pero el asunto puede estar necesitando explicación. Allá vamos.
----------Santo Tomás de Aquino trata de la herejía en la 2a-2ae de la Suma Teológica, al tratar de las virtudes teologales, al considerar la fe; y en el artículo 11 define la herejía como "una especie de infidelidad, propia de quienes profesan la fe en Cristo, pero corrompiendo sus dogmas". En algún lugar explica Castellani que la herejía es, en amplio sentido, una parte de un sistema que se disgrega de su todo y pretende asimilárselo, atacándolo con elementos del mismo todo, "exactamente lo que es el cáncer en lo biológico", recuerdo que escribe en uno de sus artículos periodísticos. Por consiguiente, las herejías cristianas no son sino hombres que atacan la Iglesia usando las palabras de la Iglesia; y eso es lo que fundamenta su peligro y su carácter pernicioso, pues son cuña del mismo palo.
----------También dice el Aquinate que ningún hombre puede prescindir de algún disfrute; por lo cual, cuando no sabe o no quiere disfrutar de los placeres del espíritu y de la virtud, se vuelve hacia los placeres de la carne. Si se pierde el gusto por la verdad, fácilmente el alma es atraída por otras atracciones degradantes o vergonzosas. Se necesita un amor muy fuerte por la verdad, para no ceder a la presión de las malas pasiones, que impulsan al hombre hacia el pecado, ya sean pecados espirituales o carnales.
----------Uno de los fenómenos más graves de la vida católica de nuestros días tanto en los laicos como en el clero es un extendido escepticismo o agnosticismo frente a la verdad, y me refiero en modo particular a la verdad de las proposiciones de fe, acerca de las cuales con frecuencia se hace difícil entender que deben ser verdaderamente el fundamento de la conducta moral del cristiano. O bien sucede que acerca de ciertas verdades puramente dogmáticas no nos damos cuenta de su reflejo en la vida moral.
----------A menudo, cuando se habla de fe, no nos referimos a dogmas, sino que se habla de una cierta "experiencia" llamada eventualmente "existencial" o como "encuentro personal", de tipo histórico o concreto, donde el aspecto inteligible desaparece, para dar espacio a una no mejor determinada emotividad, la cual careciendo de contenidos conceptuales, corre el riesgo de pescar en aguas turbulentas y de favorecer sentimientos que en realidad son pecaminosos.
----------Por otra parte, existe en los Pastores una cierta tendencia (podríamos calificarla entre las mejores tendencias) a insistir, sí, en las verdades morales, con la consecuente condena de los comportamientos contrarios, pero por otra parte existe un silencio casi total acerca de las verdades especulativas, objeto de pura contemplación, como por ejemplo, la visión beatífica, los atributos divinos, el Misterio Trinitario, la Persona de Cristo en Sí misma y las obras realizadas por Dios en la historia de la salvación.
----------Es necesario que recuperemos la conciencia de que nuestra conducta moral depende de nuestras ideas. Es cierto que podemos tener ideas correctas y una conducta incorrecta; pero será difícil que con ideas equivocadas podamos tener una conducta correcta.
----------¿Hace falta dar ejemplos? Por citar algunos: la pedofilia, particularmente por parte del clero, la corrupción moral en el clero, la homosexualidad en los más altos vértices de la Iglesia, podrían mencionarse como los ejemplos más impactantes; sobre los cuales poco o más bien nada se ha hecho en casi ocho años del actual pontificado. Se trata de problemas ciertamente gravísimos y escandalosos, sobre todo en los sacerdotes; pero preguntémonos: ¿Qué ha sucedido en la mente de estos ministros del Señor? ¿Cómo es que han sucumbido? ¿Han recibido una buena formación teológica y espiritual en el seminario? ¿Su Obispo ha intervenido prontamente para corregir los errores teológicos presentes en su Diócesis? ¿Ha promovido y defendido la posición de esos pocos sacerdotes que hoy, con coraje y en el sufrimiento, tratan de cumplir con su deber apoyando y defendiendo al Papa en cuanto Papa, y al Magisterio de la Iglesia?
----------La última pregunta que acabo de hacer quizás pueda hacer comprender el sentido de este blog a quienes aún no lo han comprendido.
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