jueves, 16 de julio de 2020

¿Es posible la evangelización de los Islámicos?

Para los que han seguido estos últimos años la reflexión ecuménica e interreligiosa, particularmente la relación entre Cristianismo e Islam, el nombre de Rudolf Voderholzer es bien conocido. En 2001, en el contexto del ataque a las Torres de New York publicó en Die Tagespost un ensayo subrayando las diferencias religiosas entre cristianos y musulmanes, particularmente su diversa concepción de Dios, su diferente noción de Revelación y, en definitiva, su muy diversa concepción de la vida eterna.

----------Quizás los lectores han tenido noticias de mons. Voderholzer en las últimas semanas, pues fue el Obispo que recibió a Benedicto XVI en su última visita a Alemania, y quien tuvo a su cargo la organización de los funerales de Georg Ratzinger, hermano del papa emérito. Voderholzer fue consagrado Obispo de Ratisbona por el cardenal Reinhard Marx, siendo co-consagrante el cardenal Gerhard Müller. En la actualidad Voderholzer se halla al parecer más cerca de Müller que de Marx a juzgar por sus duras declaraciones de comienzos del 2020, negativamente críticas hacia el Camino Sinodal emprendido por la Iglesia en Alemania. Pero no es esto lo que quiero resaltar de la prédica y el accionar de mons. Voderholzer, sino su marcada preocupación por el diálogo interreligioso con los musulmanes. Así por ejemplo, en 2016, la agencia católica de noticias KNA le hizo una entrevista a diez años de la famosa visita de Benedicto XVI a Baviera, donde Voderholzer volvió sobre el tema del Cristianismo y el Islam.
----------En ese reportaje de 2016, que fue reproducido por varios medios en lengua española, mons. Voderholzer es muy claro sobre el diálogo interreligioso Cristianismo-Islam, además de ser muy claro acerca de los méritos del famoso discurso del papa Benedicto XVI en 2006, en Ratisbona, que tan mal entendido fue por muchos que sacaron de contexto ciertas afirmaciones (siendo al parecer también criticado en medios afines al entonces cardenal Bergoglio, en Buenos Aires). "Opino que todas esas reacciones no fueron justas" dice mons. Voderholzer, quien además es muy claro en sus expresiones en dicha entrevista acerca de la necesidad de "avanzar en el 'ecumenismo' inter-islámico y en el diálogo cristiano-islámico".
----------Supongo que no tardaremos mucho en volver sobre los conceptos de mons. Voderholzer acerca del diálogo entre cristianos y musulmanes, pues antes de su episcopado ha sido un catedrático universitario muy competente en esa materia. Lo que quiero resaltar aquí es como ciertos medios filo-lefebvristas o de abusivo tradicionalismo, precisamente hoy han vuelto sobre declaraciones de mons. Voderholzer, pero manipulándolas y tergiversándolas, además de citarlas fuera de contexto, aplicándolas a la cuestión actual de la reconversión en mezquita del Museo de Santa Sofía, en Estambul. Por ejemplo, hoy mismo, jueves 16 de julio, el blog Chiessa e post concilio le atribuye al Obispo de Ratisbona la frase: "Sólo los falsos cristianos dialogan con el Islam", algo que jamás ha dicho mons. Rudolf Voderholzer, quien en realidad expresó que "sólo aquellos que no conocen o no toman en serio su fe pueden considerar una integración avanzada con el Islam como tal posible", lo cual es cierto, y está referido a una falsa concepción del ecumenismo, que es una de las desviaciones o malas interpretaciones del Concilio Vaticano II, que viene haciendo mucho daño y que, en cierto modo, también ha sido puesta de manifiesto en algunas ambiguas expresiones del papa Francisco. Precisamente a ese falso ecumenismo y diálogo interreligioso con el Islam es a lo que quiero referirme en esta nota.
----------Lo primero que hay que recordar (retomando lo que dije en mi nota de ayer) es que para el Concilio Vaticano II está claro que la única Iglesia y única verdadera religión es el Cristianismo, y que para los Padres conciliares el ecumenismo no es un fin en sí mismo, sino que forma parte integrante de la tarea de la evangelización, misión, o apostolado. Sólo los modernistas y los filo-lefebvrianos, como la web citada en el párrafo anterior, malentienden el ecumenismo o el diálogo interreligioso promovidos por el Concilio.
----------El problema del tan difundido pensamiento neo-modernista es que hoy en la Iglesia hay muchos que ya no entienden el Cristianismo como única verdadera religión, destinada a la conquista del mundo, sino que conciben a las diversas religiones como modos diferentes, igualmente legítimos, de honrar a Dios. Esos cristianos modernistas no auspician para todos una única religión, el Catolicismo, sino una federación de religiones, conviviendo pacíficamente, un poco como la Federación Suiza. Al respecto, recuerdo ahora cómo hace unos diez años, cuando en el 2010 el papa Benedicto XVI nominaba al cardenal Kurt Koch para encabezar el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, L'Osservatore Romano se hizo esta pregunta retórica: "¿Quién otro que mons. Koch, suizo, podía ser más adecuado para ser puesto en ese puesto, considerando cómo Suiza se ha habituado durante siglos a una coexistencia pacífica entre católicos y protestantes?". La expresión del diario vaticano era muy clara, quiero decir: muy claramente expresiva de esa desviada concepción del ecumenismo a la que hago referencia y trato aquí de explicar.
----------Lo que intento decir es que hoy se plantea una grave cuestión por el hecho de que el trabajo del ecumenismo y del diálogo interreligioso, yendo más allá de los límites legítimos establecidos por el Concilio Vaticano II, tiende a absorberse en sí mismo y, por lo tanto, a anular el trabajo del apostolado, de la evangelización y de la misión, que no pueden abandonar sus respectivas tareas de corregir los errores de las otras religiones, mostrando cómo pueden encontrar su plenitud solo en Cristo.
----------El error de base es que se concibe el cristianismo no como el agua que debe ser distribuida en todo el mundo, sino como una especie de planta o de animal que debe coexistir con los demás. ¿Qué diríamos de un botánico que sostuviera que el abeto es el árbol más perfecto y que, por lo tanto, todos los demás árboles deben ser destruidos? ¿O del presidente de la Ford Motors en USA o de la FIAT en Italia, que dijeran que sus autos son los mejores y que, por lo tanto, todas las demás fabricas automotrices deben fabricar autos según modelos de la Ford o de la FIAT o de lo contrario deben cerrar sus puertas?
----------Ahora bien, existen hoy, incluso entre los católicos y también entre los teólogos católicos, algunos que entienden el Cristianismo de este modo. Tenemos que respetar lo diferente, dicen ellos. Y hasta allí yo estoy de acuerdo. Pero, me pregunto: ¿qué entienden ellos con diferente? El problema es que entienden lo falso. Entonces es como si uno estuviera diciendo algo así: no se debe pretender curar a una persona que padece cáncer; esa persona no está enferma, sino que ella es simplemente diferente de alguien que no tiene cáncer. Debemos respetarlo en su diversidad. ¿Lo ven los lectores?... Este modo de hablar muestra que no se sabe distinguir lo verdadero de lo falso. En el fondo, subyace aquí la cosmovisión relativista, un error filosófico del que espero hablar en mi nota de mañana.
----------En cambio, nosotros, los católicos, sabemos bien por nuestra Fe, que Cristo ha concebido su Evangelio como el agua que sacia todas las naciones sedientas por el pecado: y por eso es necesario distribuir el agua por todas partes. ¿Y si alguien no quiere beber? En tal caso, se insiste por un tiempo, con buenas maneras, y si realmente no quiere beber, entonces se lo deja en libertad, aunque también es cierto que, en tal caso, quien no acepta a consciencia el Evangelio tendrá un día que sufrir las consecuencias, porque eso también sabemos por nuestra Fe que lo ha dicho Nuestro Señor Jesucristo.
----------De modo que, hablando de ecumenismo y de diálogo interreligioso, hoy hay que insistir más que nunca en esto: el ecumenismo, el diálogo entre las religiones, la libertad religiosa, no son fines en sí mismos. Eso no es lo que intentó y promulgó el Concilio Vaticano II, el cual en el mismo documento dedicado al ecumenismo dice que el fin del ecumenismo es hacer que los hermanos separados entren en plena comunión con la Iglesia Católica. Por supuesto, no es lo mismo ecumenismo que diálogo interreligioso, porque no es lo mismo ser protestante (cristiano u ortodoxo) que musulmán; pero la acción pastoral hacia ellos es similar: el diálogo tiene por fin la búsqueda de su conversión.
----------El ecumenismo y el diálogo interreligioso, por lo tanto, según el Concilio Vaticano II, no son la cumbre de la acción cristiana. La cumbre de la vida del Cristianismo es la liturgia, fons et culmen totius vitae christianae, y el apostolado, con el cual se conquista el mundo para Cristo. El ecumenismo y el diálogo interreligioso son necesarios y preciosos, pero al fin de cuentas solo como etapa preparatoria de la acción apostólica, evangelizadora, misionera, que a su vez culmina en la conversión, que culmina y vive de la liturgia. Se debe recuperar esta relación entre el ecumenismo (entendido así en sentido amplio) y el apostolado o evangelización, de lo contrario somos traidores de nuestra fe, falsos cristianos. Y en esto coinciden en la práctica los modernistas y los lefebvrianos, quienes rechazan al ecumenismo y al diálogo interreligiosos así entendidos.
----------Con ese estilo nuevo, más evangélico, que nos ha enseñado el Concilio, debemos volver a las huellas de tantos santos, como san Francisco de Asís, san Francisco de Sales, san Pedro Canisio, san Francisco Saverio y tantos santos misioneros, que en su obra evangelizadora y de apostolado no veían que fueran obstáculos infranqueables las falsas creencias de cristianos cismáticos y musulmanes, y convirtieron multitudes de paganos e islámicos, o hicieron volver a miles de protestantes al Catolicismo.
----------Por eso mismo, no debemos asustarnos por el accionar de los terroristas y de los fundamentalistas islámicos, incluso si quisieran convertirnos por la violencia y las amenazas. Tratemos de asumir con confianza cuanto el Concilio nos enseña acerca de los valores contenidos en el Corán. Porque por primera vez en la historia, un Concilio reconoce con el peso de su autoridad doctrinal infalible los valores de otras religiones, sin por esto ignorar obviamente sus errores. ¿Nos damos cuenta del significado verdaderamente epocal de este punto de inflexión histórico en la Iglesia? ¿Nos damos cuenta de la esperanza que esta doctrina debe despertar en nuestros corazones? ¿O caeremos en las mismas falsas y heréticas interpretaciones del ecumenismo y del diálogo interreligioso que se han difundido en estos sesenta años, sea para promoverlas (como hacen los neo-modernistas) o para criticarlas (como los tradicionalistas abusivos) sin hacer nada al respecto?
----------Han sido catorce siglos que la Cristiandad y el mundo Islámico han estado luchando entre sí. ¿Cuánto tiempo más deberían continuar luchando sin dialogar? ¿Podría ser que el Espíritu Santo, con el Concilio, ha abierto una nueva era? No lo sé, porque no soy profeta, y no sé si se dará esa dorada restauración católica en la que tantos sueñan. Lo que sí sé, sin embargo, es que nosotros los católicos debemos estar unidos entre nosotros. Hay que convocar a todos, y ahora voy a decir algo de lo que soy consciente que puede ser mal interpretado, pero igual lo digo: hay que convocar a todos los católicos, a la laxitud, al neo-modernismo, al relativismo, a las herejías, a la religión del hazlo-tú-mismo. Abandonemos todos los fanatismos y divisiones, para unirnos en la Verdad de Cristo, proclamada indefectiblemente por su Vicario, por el Papa en cuanto Papa, para combatir valerosamente la "buena batalla", no tanto la de las armas, sino la del sacrificio, de la predicación, de la plegaria, del buen ejemplo y de la caridad.
----------Respecto al título de esta nota: efectivamente, no es nada más que otra pregunta retórica. La evangelización de los islámicos no sólo es posible, sino que es un deber para la Iglesia y para todo fiel católico.

4 comentarios:

  1. Estimado P. Filemón: en relación a su nota de ayer y esta de hoy, me sería muy útil que nos aclarara en qué sentido puede decir el Concilio Vaticano II, y creo que el papa Francisco también (por ejemplo en el documento de Abu Dhabi), en qué sentido Cristianos y Musulmanes adoramos al mismo Dios.

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  2. Las "verdades" (mezcladas con errores) en el Islam, o sea, lo "bueno" del Islam, puede no ser tan bueno como nos gustaría creer. Desde hace años los cristianos árabes en los Estados Unidos vienen alertando al gobierno sobre el hecho de que los musulmanes prominentes "agradables" que recibían invitaciones a la Casa Blanca en los tiempos de Obama, y fondos del gobierno para sus organizaciones (también en los tiempos de Obama) hablan y escriben en tonos completamente diferentes en árabe para su audiencia musulmana. Aparentemente, era necesario que llegara Trump para que el gobierno de los Estados Unidos se interesara un poco más en esta información. Los "buenos" musulmanes son a menudo "Caballos de Troya" que buscan lo que ISIS ha logrado por otros medios (lo cual es totalmente coherente con las instrucciones escritas por Mahoma en el Corán).

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  3. Angel del Castillo17 de julio de 2020, 4:34

    16 de julio de 2020 a las 08:32: ¿En qué difiere la pregunta que Ud. hace con esta otra: ¿los testigos de Jehová y los católicos adoran al mismo Dios? ¿Los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y los católicos adoran al mismo Dios? Entiendo que la respuesta es: NO.
    Sin embargo, ¿qué pasa si pensamos en la llamada Comunidad de Cristo (o como se llamaba anteriormente, Iglesia Reorganizada de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días), que retornó a, o tal vez (no estoy seguro) nunca abandonó, la creencia en la Trinidad? Quizás la pregunta subyacente es: si dos religiones enseñan que solo hay un Dios, ¿cómo puede no ser el mismo Dios? Puede que se le den erróneamente atributos inadecuados, pero ¿Cómo puede ser Dios diferente si creen en un solo Dios? Si los atributos erróneos convierten a Dios en un ser diferente, ¿entonces muchos errores doctrinales harán que los cristianos (heréticos) crean de hecho en un Dios diferente?

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  4. En realidad de verdad, no hay otro Dios que el que nació en Belén.

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