Este lunes la Belloc Night será muy especial: se trata del 150° aniversario del nacimiento de Hilaire Belloc [1870-1953], el sesquicentenario del genio de Sussex, que se nos fue hace solo sesenta y siete años. Magnífico apologeta, defensor fidei ante sus tontos contemporáneos liberales y modernistas, diferente a ellos por la caridad que le impulsaba, y por una fidelidad a la Iglesia que no admitía claudicaciones.
----------Para muchos el nombre de Belloc está asociado al de Gilbert Keith Chesterton [1874-1936], pareja genial a la que el secularista G.B. Shaw apodó el "monstruo ChesterBelloc". Montaron con sus libros, artículos y demás intervenciones, un circo de fe y cultura, una especie de espectáculo itinerante juntos. Creo que hoy ambos serían youtubers, y sólo tendrían un par de centenares de católicos suscriptores; aunque en su momento atrajeron animadas y masivas audiencias. Por supuesto, los dos fueron eminentes maestros de la Fe, de la historia, del buen decir, de la belleza y, no hace falta decirlo, del idioma inglés; y probablemente hoy los analfabetos podrían demandarnos por estar usando para ellos la palabra "maestros".
----------Entre otras cosas Belloc compartió con Chesterton la firme esperanza de que la actual crisis (cuya nota característica más temible, según Belloc -que habló de esto en tiempo futuro- no es la liviandad de costumbres, sino la crueldad) no sea la última, y el deseo de la conversión de Europa, que a su vez sería la resurrección del mundo. ¿Se han equivocado en esto Belloc y Chesterton? Chi lo sa... Belloc postula esa tesis en su obra maestra: Europa y la Fe, es decir, postula una "conversión de Europa" como condición única del salvamento de la civilidad occidental en la actual crisis del mundo.
----------Con ese don natural de profecía que poseen los grandes historiadores, Belloc nos enseña historia sugiriendo profecía. Hoy más que nunca necesitamos volver a sus obras de historia, que jamás son superficiales. Claro que con sus libros de historia logró lo que merecía: no podía esperar otra cosa sino que los historiadores profesionales se burlaran de él, ya que su comprensión de estos "otros mundos, que están en éste" desafía el anacronismo en el que se basan la mayoría de las historias contemporáneas. Belloc logró entender los motivos de las pasadas generaciones y de sus grandes hombres, incluidos los que se pasaban al "lado oscuro". Y aunque, para nuestra estrechez, él puede parecer políticamente incorrecto, eso es así porque amaba la verdad y, por lo tanto, odiaba el error.
----------Con ese don natural de profecía que poseen los grandes historiadores, Belloc nos enseña historia sugiriendo profecía. Hoy más que nunca necesitamos volver a sus obras de historia, que jamás son superficiales. Claro que con sus libros de historia logró lo que merecía: no podía esperar otra cosa sino que los historiadores profesionales se burlaran de él, ya que su comprensión de estos "otros mundos, que están en éste" desafía el anacronismo en el que se basan la mayoría de las historias contemporáneas. Belloc logró entender los motivos de las pasadas generaciones y de sus grandes hombres, incluidos los que se pasaban al "lado oscuro". Y aunque, para nuestra estrechez, él puede parecer políticamente incorrecto, eso es así porque amaba la verdad y, por lo tanto, odiaba el error.
----------La actualidad de Belloc es indiscutible; basta con recordar su magistral descripción de la actual herejía (la que él describe como quinta herejía, la idolatría modernista) de nuestros tiempos, en su libro Las Grandes Herejías, donde dice que pareciera explícitamente no negar ningún dogma cristiano, sino falsificarlos a todos, teniendo por resultado lo que él llama "la soledad del alma". Belloc explica esto como desaparición gradual del sentimiento de lo sacro, que es uno de los peores síntomas de la decadencia del mundo moderno, en el cual crece a la par de esa pérdida el sentimiento contrario de la crueldad, que, repito, el profeta de Sussex pone como una de las notas de esa última herejía, "que no tiene nombre todavía, porque el de modernismo ya le queda chico -dice Castellani, parafraseando a Belloc- herejía que es la falsificación de la religión más temible que ha existido, y que será sin duda la religión del Anticristo".
----------Sin mencionar otra muy sugestiva intuición (profecía histórica) de Belloc en otro de sus libros, Las Cruzadas, apuntando que el Islam puede el día menos pensado renacer como Imperio Anticristiano más poderoso y temible que antes. Castellani llama la atención sobre esto, diciendo que es "una conjetura aventurada, pero no temeraria", y sospecho que si el jesuita argentino hubiera vivido en nuestros días, ya no hablaría en esos términos, sino afirmándola casi como profecía de inminente cumplimiento.
----------Fue Belloc quien logró explicar, a los que tuvieron la buena voluntad de escucharlo en el mundo incomprensible de hace más de un siglo, cuando el imperialismo todavía estaba funcionando, que los musulmanes aún no habían muerto; que habíamos fallado en encajonarlos con las Cruzadas, que sólo "habían pasado a la clandestinidad", y el ardoroso calor de su fe en Alá todavía podía triunfar sobre nuestra tibia fe en Cristo. Verdadero historiador por vocación, como pocos, al ubicarse muy por detrás de su propio tiempo, él se adelantó mucho incluso a nuestro propio tiempo, los que vivimos a siete décadas de su muerte. Amaba a la Iglesia por sobre todo, pero con un amor que no parpadeaba constantemente, como el amor de tantos hoy. Por supuesto, la Reforma llegó a odiarlo más de lo que él amaba todas las cosas inglesas. Pocos ingleses amaron las cosas inglesas como este hombre mitad francés y realmente pan-europeo.
----------Fue Belloc quien logró explicar, a los que tuvieron la buena voluntad de escucharlo en el mundo incomprensible de hace más de un siglo, cuando el imperialismo todavía estaba funcionando, que los musulmanes aún no habían muerto; que habíamos fallado en encajonarlos con las Cruzadas, que sólo "habían pasado a la clandestinidad", y el ardoroso calor de su fe en Alá todavía podía triunfar sobre nuestra tibia fe en Cristo. Verdadero historiador por vocación, como pocos, al ubicarse muy por detrás de su propio tiempo, él se adelantó mucho incluso a nuestro propio tiempo, los que vivimos a siete décadas de su muerte. Amaba a la Iglesia por sobre todo, pero con un amor que no parpadeaba constantemente, como el amor de tantos hoy. Por supuesto, la Reforma llegó a odiarlo más de lo que él amaba todas las cosas inglesas. Pocos ingleses amaron las cosas inglesas como este hombre mitad francés y realmente pan-europeo.
----------Sí, hoy se celebra una especial Belloc Night en Shipley. Un viernes 27 de julio de 2012 estuve allí, y las £5 estuvieron bien gastadas, no tanto por el pan, el queso y los pepinillos, sino por el ambiente, el espíritu, el alma que animaba aquel grupo de mujeres y hombres añosos. Supongo que con las actuales restricciones y normas de distanciamiento social, esta noche no será del todo igual en los alrededores de King's Land, y no creo que se pueda cantar, pero eso no impedirá que se vuelvan a recitar versos de Cautionary Tales for Children y, una vez más, Belloc vuelva a estar vivo en su siempre amado Sussex...
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