lunes, 23 de enero de 2023

El católico y su obligado realismo (2/6)

¿Qué entiende el Magisterio de la Iglesia cuando condena el "idealismo"? Hasta el papa Francisco no nos lo había explicado, suponiendo que ya lo sabíamos, dada la existencia de óptimas críticas tomistas al idealismo, que se han ido sucediendo sobre todo en el siglo pasado. En cambio, el actual Romano Pontífice da del idealismo una definición tan clara como simple y profunda: "el primado de la idea sobre la realidad". Y lo define más ampliamente cuando habla del gnosticismo, aunque no use el término "idealismo", haciendo referencia a su pretensión de ser un saber que equivalga al saber divino, y lo acusa de hacer abuso del pensamiento abstracto con la consecuencia de olvidar la atención a las exigencias concretas del amor al prójimo. [En la imagen: fragmento de "El Pensador", pintura de Giorgio de Chirico, obra de 1973].

Caracteristicas del realismo
   
----------El realismo es el apego o la atención del intelecto a la realidad, es la adhesión del pensamiento a lo real tal como es, es el reconocer honestamente y fielmente las cosas tal como son, es la aceptación de lo real aun cuando no nos agrade. Realismo dice ciertamente con particular acento atención a lo concreto y a lo material. Pero en sentido más vasto y elevado es la pura y simple adhesión a lo que es verdadero, a la verdad no sólo de lo material sino también y sobre todo de lo espiritual.
----------El realista no se detiene en la apariencia, sino que verifica que ella corresponda a la realidad. Si, en cambio, es la misma realidad la que se le aparece o se le manifiesta, entonces la acoge voluntariamente. Que la realidad esté presente o ausente, oculta o evidente, que la realidad sea comprensible o incomprensible, trascendente o inmanente, material o espiritual, misteriosa o claramente perceptible, pensada o pensable, distinta o indistinta, al realista no le interesa; le basta con que sea la realidad.
----------El realista posee un intelecto alerta y reflexivo, por lo cual no se deja engañar por las apariencias. Se complace en verificar la exactitud de sus opiniones y está dispuesto a cambiar de idea si se da cuenta de haberse equivocado. Sabe que se puede equivocar, pero al mismo tiempo posee convicciones de base, puntos de partida del saber, acerca de los cuales está certísimo de que no está equivocado.
----------Exige que sea demostrado aquello que no es evidente, pero evita la insensatez de querer dar fundamento a una evidencia primera e inmediata como la del sentido o la de los primeros principios de la razón. Sabe que no existe un antes a lo que está primero, de lo contrario no sería primero.
----------Rechaza, por tanto, la acusación de ingenuidad que le viene del idealista, el cual cree conocer un fundamento del saber y una certeza más radical que las del realista, cuando en cambio las del idealista se trata de teorías que se refutan a sí mismas porque se ven obligadas a usar ese mismo realismo que quisieran superar o refutar, pues el realismo de hecho es natural al pensamiento. O el pensamiento es realista o el pensamiento no existe. El pensamiento está hecho para la realidad.
----------Obviamente, cuanto más alta es la realidad, tanto más le interesa al realista, por lo cual prefiere la realidad viviente a la realidad no viviente, la realidad humana a la realidad animal, la espiritual a la material, la sobrenatural a la natural, la divina a la creatural.
----------¿Qué es, o cuál es en general, esa realidad, a la cual el realista es absolutamente fiel, a la cual nunca quisiera perder, nunca quisiera separarse, nunca quisiera traicionar, nunca quisiera ocultar, siempre desea saber y mostrar, cueste lo que cueste?
----------Todos tenemos espontáneamente el concepto de realidad así como igualmente tenemos el concepto de "cosa", res, de lo cual viene realidad. Varían las opiniones acerca de aquello en lo cual consiste la realidad. Para el idealista, la realidad es precisamente la idea, el pensamiento o la autoconciencia o el yo. Para Husserl es el cogitatum. Para Hegel es el concepto. Para Bontadini es la unidad de la experiencia. Para Heidegger es el Dasein, el ser ahí, que para él es el hombre. Para Hume o para Berkeley es el sentido. Para el fenomenista es el fenómeno; para el materialista es la materia.
----------Para el realista no hay ninguna duda: la realidad es el ser real del ente o de la cosa. La realidad es lo que todos queremos conocer. La realidad es algo que tiene una esencia y tiene el ser, la realidad es algo existente. La realidad es la verdad objetiva. Real es el ente que está ante nosotros, el ob-iectum, objeto que nos es dado, que existe fuera de nosotros e independientemente de nosotros, objeto que existe incluso si no lo pensamos, objeto que no es producto de nuestra idea o de nuestro pensamiento, objeto que tal vez existía antes de que nosotros existiéramos y que continuará existiendo incluso después de que nosotros ya no seamos, como por ejemplo el cerro Aconcagua.
----------El realismo impone la atención a los fenómenos en cuanto manifestaciones empíricas de cosas o realidades materiales. Los fenómenos tienen una naturaleza propia y están regulados por leyes físicas formulables matemáticamente, respecto a las cuales le es posible al hombre un dominio racional sobre la naturaleza, que le consiente utilizar a la naturaleza para la satisfacción de sus necesidades físicas. No hay ningún problema en considerar los fenómenos como cosas, se trate de accidentes o de sustancias, fenómenos de los cuales es posible conocer su naturaleza o su esencia.
----------La famosa distinción kantiana entre fenómeno empíricamente observable y cosa en sí que permanece ignota, parece una distinción artificiosa. En todo caso, podría decirse que en las ciencias naturales no somos capaces de individuar las especies de fenómenos, cuya esencia sea reconducible a formas inteligibles distinguibles y diferenciadas formalmente. Conocemos de este modo amplísimas regiones de la realidad como, por ejemplo, la distinción entre el vegetal, el animal y el hombre; pero no conocemos la diferencia ontológica entre el asno y el caballo o entre la pantera y el leopardo. En tal sentido Kant tiene razón al decir que debemos detenernos en el fenómeno, mientras no conozcamos la cosa en sí.
----------El realismo también está atento a la realidad interior de nuestro espíritu, es decir, a los contenidos de la conciencia, de los sentidos internos y a las entes de razón formados a fin de conocer la realidad externa. La adecuación del intelecto al dato objetivo es para el realista un imperativo que él aplica tanto al mundo exterior como al mundo interior del propio espíritu y de la propia conciencia. La exigencia realista se extiende al mundo de los propios pensamientos, juicios, ideas y conceptos, el mundo del ente de razón lógico y el mundo de los entes matemáticos e imaginarios. La exigencia realista no es otra cosa que una exigencia de conocimiento y de verdad. Ciertamente, el realista se preocupa ante todo y sobre todo por el ente en su consistencia sustancial. Pero dondequiera que haya huellas de entidades, incluso ínfimas y debilísimas, aunque sean puramente mentales o fantásticas, allí el realista está interesado en captar lo verdadero.
----------La cuestión de la realidad está en efecto estrechamente ligada a la de la verdad como correspondencia entre el pensamiento y el ser, entre el intelecto y la realidad. Está relacionada con la cuestión del juicio objetivo, que es el juicio verdadero, adecuado a lo real, que refleja el estado de las cosas.
----------La objetividad del conocimiento es la verdad del conocimiento, el conocimiento que respeta o refleja su objeto, que es la realidad o bien el ente real o la cosa en sí tal como es. Objeto viene de ob-jectum: lo que está delante o frente a la potencia o facultad cognoscitiva. Y este objeto es la realidad.
----------Hoy es habitual que se hable de "objetos" para designar con ese término a las cosas físicas sensibles. Se trata de un uso impropio del término por no decir de un abuso, porque de tal modo surge la expresión ridícula de que el objeto del conocimiento experimental sería el objeto.
----------La cuestión de la realidad también está estrechamente conectada con la cuestión del ser. El ente real es aquello que está en el acto de ser. Ahora bien, este es el objeto de la metafísica. Por lo tanto, el realismo es fundamentalmente el método de la metafísica.
   
Características del idealismo
   
----------¿Qué entiende el Magisterio de la Iglesia cuando condena el "idealismo"? Hasta el papa Francisco no nos lo había explicado, suponiendo que ya lo sabíamos, dada la existencia de óptimas críticas tomistas al idealismo, que se han sucedido sobre todo en el siglo pasado. En cambio, el actual Pontífice da del idealismo una definición tan clara como simple y profunda: "el primado de la idea sobre la realidad". Y lo define más ampliamente cuando habla del gnosticismo, aunque no use el término "idealismo", haciendo referencia a su pretensión de ser un saber que equivalga al saber divino, y lo acusa de hacer abuso del pensamiento abstracto con la consecuencia de olvidar la atención a las exigencias concretas del amor al prójimo.
----------El idealista no es un burdo sensista, materialista, positivista o empirista cerrado en los límites de la sensación o de la imaginación. No parece a primera vista ser ese hombre carnal del que habla san Pablo, sino un hombre espiritual, tal vez un asceta, o en todo caso una mente elevadísima de altísima cualidad, un genio o un gigante del pensamiento, superior a santo Tomás y a Cristo mismo con su ingenuo realismo.
----------Él, parece, en el encanto de su palabra o en la oscuridad de su lenguaje esotérico, un maestro y garante de certezas absolutas y de verdades definitivas, un indagador y escrutador insuperable de las mayores profundidades del espíritu, una mente abierta a la totalidad del ser, un razonador exigente, impecable, riguroso e irrefutable. Pero si prestamos atención a lo implicado y a lo sobreentendido de lo que dice, entonces nos daremos cuenta de que su discurso se convierte en lo opuesto y que uno de los extremos de su dialéctica lleva como consecuencia a la producción del otro extremo.
----------Pero a decir verdad, el idealista, que quisiera a todo trance sustituir a la realidad por la idea, apela precisamente a la realidad para negar la realidad. Fichte dice que es el idealismo y no el realismo el que capta la realidad, demostrando en tal modo no saber qué es la realidad, con su afán de sustituir lo real por lo ideal y considerar real lo que es fruto de la imaginación.
----------El pensamiento humano, en efecto, por su naturaleza está orientado a lo real y si se pone por objeto lo ideal es porque supone que tenga relación con la realidad. Incluso cuando el pensamiento está en el error, el pensante todavía cree que está en la verdad, es decir, en la adecuación a la realidad.
----------Incluso cuando miente, el hombre quiere dar al otro la ilusión de que él está diciendo una verdad, es decir, que está diciendo algo que adhiere a lo real. Es en el dudar que la mente es separada de la realidad, pero precisamente por el simple hecho de que el dudar no es un verdadero pensar, sino una simple oscilación del pensamiento que no sabe o no quiere decidir dónde afirmarse.
----------La diferencia, por tanto, entre realista e idealista no radica en el hecho de que el primero contacta con la realidad, mientras que el otro se repliega en sus ideas, porque la mente de ambos está por naturaleza inclinada a la realidad. La diferencia radica en el hecho de que mientras el realista voluntariamente consiente al movimiento natural del pensamiento, el idealista lo mueve contra la naturaleza, lo tuerce y lo distrae de su destino natural y lo repliega forzadamente sobre sí mismo, sobre su propia falsa idea.
----------Pero al hacerlo el idealista escinde, desdobla y pone al pensamiento contra sí mismo, porque obligado a servir a lo real, quisiera a la vez servirse a sí mismo. Pero, como nos advierte Cristo, no podemos servir a dos señores y nuestro hablar no puede ser al mismo tiempo sí y no. Este principio lógico y ético es expresado en el principio del llamado "tercero excluido".
----------Ocurre por tanto que el idealista en el plano de la conducta moral es llevado a la hipocresía, a la simulación, a la duplicidad y a la falsedad. Y en la convivencia humana y social este modo de ejercitar el pensamiento y de practicar el lenguaje es fuente de infinitos malentendidos y conflictos por el hecho de que quot capita, tot sententiae, como observa agudamente santo Tomás (Sum. Theol., I, q.84, a.2).
----------El idealismo, por tanto, muy lejos de ser el modo radical y crítico del pensar, muy lejos de ser la revelación de la verdad y de la realidad que permanecería oculta al realista, basado como está en la duda sistemática y no en la certeza objetiva, es un pensar contra natura y contradictorio, es el suicidio del pensamiento, es la negación de la realidad y del ser, es la afirmación del nihilismo, es el escepticismo total, es la negación de la verdad y la apología de la mentira.
----------El idealismo es condenado por el Magisterio de la Iglesia bajo el nombre de "subjetivismo". ¿Qué quiere decir la Iglesia con este término? ¿Por qué condena el subjetivismo? ¿Y por qué es sinónimo de idealismo? El término "sujeto" (Subjekt) ha sido abusivamente tomado del término escolástico sub-jectum, que significa el sujeto cosmológico (ypokéimenon) de la forma, es decir, la materia.
----------De tal modo, Schelling, y más tarde Hegel, se han valido de ese término, "sujeto", para expresar el cogito cartesiano, filtrado por el Yo pienso (Ich denke) kantiano y por el Yo (Ich) fichtiano. Dado que el subjectum cosmológico es subsistente, Schelling y Hegel han encontrado útil ese término precisamente para expresar la subsistencia del cogito cartesiano.
----------Pero hay más. En la gnoseología idealista el cogito ha perdido su relatividad al objeto, es decir, a la cosa, a la realidad externa, aspecto del realismo que permanece en Descartes, y así el cogito deviene el yo absoluto, de modo que ya no es el sujeto el que se adecúa al objeto, sino que, de acuerdo con la "revolución copernicana" de Kant, es el objeto, es decir, la cosa o bien lo real, lo que es relativo al sujeto.
----------De ahí la sujeción o dependencia de lo real a la idea, principio que es propio del idealismo alemán, que va más allá del idealismo cartesiano, que por lo tanto es en el fondo sólo un realismo aparente, y que Fichte había visto correctamente al rastrear en el cogito cartesiano la absolutización del yo que habría de ser típica del idealismo alemán. He aquí el subjetivismo y por qué la Iglesia lo condena en cuanto auto-absolutización o auto-divinización del yo humano por parte de sí mismo.
----------Un buen panorama del idealismo alemán es el de Nicolai Hartmann [1882-1950], en su libro La filosofía del Idealismo alemán (Sudamericana, Buenos Aires, 1960), quien sin embargo presenta el idealismo como si fuera una grandiosa y global visión de la realidad capaz de explicar sistemática y exhaustivamente en el ideal y en la auto-conciencia de la totalidad de lo real humano y divino, sin darse cuenta absolutamente de sus radicales aporías, que lo vuelven absurdo en sus mismos fundamentos.
----------Si el idealismo ha de ser rechazado como una indebida reducción de lo real a la idea o al concepto o al pensamiento o a lo pensado o al pensante o a la conciencia, en cambio el ideal es siempre algo valioso, apreciable y respetable, como modelo y paradigma de perfección moral, espiritual, estética y artística, técnico y poética. El ideal es el deber ser, el fin al cual debe tender el actuar moral.
----------Quien disuelve el ser en el pensamiento, la materia en el espíritu, lo real en lo ideal, esconde y produce el exacto opuesto de lo que inicialmente dice: la carne reducida a espíritu deviene espíritu reducido a carne; la materia reducida a pensamiento deviene pensamiento materializado; lo real reducido a idea deviene sensualidad. La res cogitans de Descartes se transformará en el hombre-máquina de La Mettrie; el idealismo inmaterialista de Berkeley tiene como consecuencia reactiva el escepticismo empirista de Hume; el idealismo historicista de Hegel se invierte en el materialismo dialéctico de Marx.
----------El idealista no es más inteligente que el realista, el idealista no es el sabio que alardea de alejar al realista de la ignorancia de lo que es la subjetividad, el pensar, la autoconciencia y el espíritu, no es el que lo disuade de lo que el idealista llama el dogmatismo del realista, de su grosería, de su ingenuidad y de su ilusiones, ofreciéndole una mirada crítica y el verdadero principio de la certeza y del saber.
----------Para el idealista, el realista tomista es un frustrado enredado en las ataduras del dogma católico. Según el idealista, el realista es una mente mezquina, atrasada y servil de mirada miope, ignorante de la dignidad y del poder infinito del pensamiento, sometido al poder clerical e incapaz, ya sea por miedo o por conveniencia, de usar libremente la propia cabeza para pensar.
----------El idealista no acepta presuponer nada que no esté puesto por sus propias ideas. No acepta los límites de su propia razón, sino que se niega a someter a su razón a la regla de la razón divina. Kant, que afecta o finge humildad al poner límites exagerados a la razón especulativa, hasta el punto de prohibirle ir más allá de la experiencia, comprometiendo así la posibilidad de la metafísica, en el campo de la moral le da luego a la razón un poder ilimitado, casi como si ella supiera de sí misma su propio deber sin recabarlo en absoluto del conocimiento de la ley natural y divina, de modo que reaparece aquí una metafísica apriorista y pragmática de marca cartesiana, que prepara el camino al idealismo ético de Fichte del yo que no se siente en absoluto creado por Dios, sino del yo que se pone a sí mismo como si fuera Dios.
----------Sin embargo, no es por nada que santo Tomás habla de la verdad como adaequatio. El verdadero saber supone una obediencia, una receptividad, una apertura, una aceptación de la realidad tal como es, aunque no nos guste, aunque nos gustaría que fuera diferente. De ahí el intento del idealista de hacer decir a lo real no lo que lo real quiere decirle, sino lo que el idealista quiere que lo real le diga.
----------El idealista no acepta que lo real tenga una forma por cuenta propia, sino que él mismo quiere dar forma a lo real, como son las "formas a priori" del intelecto kantiano. Por lo tanto, el papa san Pío X, a principios del siglo pasado, hizo bien en acusar a los modernistas de soberbia, si bien es cierto que también se pueden encontrar rastros de idealismo en espíritus elegidos y en buena fe, sin embargo, en filósofos con intenciones realistas, dada la falibilidad de la razón humana.
----------El idealismo se opone al realismo de modo similar a como la ideología se opone a la ontología. Hoy el término "ideología" ya no tiene el sentido que le atribuía Rosmini, es decir, la doctrina del origen, de la naturaleza y de los fines de las ideas humanas, sino que ha asumido el sentido negativo de visión distorsionada y tendenciosa de la realidad cubierta por ideas preconcebidas, en lugar de ser realidad manifestada, lo que es precisamente el vicio del idealismo condenado por la Iglesia.
----------Sin embargo, el valor de lo ideal no está dado tanto por el hecho de que sea una idea concebida por la mente, sino que hablando precisamente de ideal, para que el ideal sea válido, para que sea un verdaderamente benéfico ideal, siempre será necesario que el ideal se refiera a la realidad y precisamente a un fin bueno y lícito. Así se dirá, por ejemplo, que el ideal de la justicia es dar perfectamente o del modo posible, a cada uno lo suyo, siguiendo los mejores ejemplos.
----------En el idealismo condenado por la Iglesia se han de incluir aquellas teorías que no insisten sobre la temática más propiamente idealista de la reducción de la realidad a la idea, como por ejemplo la ontología de Heidegger y el eternalismo de Severino.

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