En el trasfondo de los motivos explícitos de la dimisión de Benedicto XVI en 2013: el complot de los modernistas. [En la imagen: una escena del atardecer del jueves 28 de febrero de 2013, con la cúpula de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, y el helicóptero del Estado Italiano conduciendo al papa Benedicto XVI a Castel Gandolfo, donde a las 20.01 finalizaba su pontificado tras 2.872 días, dos horas y 10 minutos, intensos hasta el último, más aún desde que el 11 de febrero de 2013 había anunciado su renuncia].
El complot de los modernistas
----------El pasado 18 de diciembre, el papa Francisco se refirió a una posible renuncia suya a su cargo. Ocurrió que periodistas del ABC de España, le preguntaron: "¿qué sucede si un Papa se ve repentinamente impedido por problemas de salud o un accidente?". Y Francisco respondió de modo muy tranquilo: "Ya firmé mi renuncia. Fue cuando Tarcisio Bertone era Secretario de Estado". Lo cual quiere decir que eso ocurrió en 2013, inmediatamente después del Cónclave, pues ese mismo año el cardenal Bertone se retiró y cedió su paso al cardenal Parolin. Y el Santo Padre siguió diciendo: "Firmé, y le dije: 'En caso de impedimento médico o que yo sepa, aquí está mi renuncia'. Se la dí. Seguramente Bertone se la habrá entregado al nuevo Secretario de Estado".
----------Aún más, al dar esa noticia por primera vez a los medios, el papa Francisco recordó que Pío XII había hecho lo mismo, para el caso de deportación por parte del ejercito nazi, que por entonces ocupaba Roma, y Francisco recordó también que el papa san Paulo VI había escrito, poco después de su elección en 1963, una carta de renuncia "en caso de enfermedad, que se presuma incurable, o de larga duración, y que nos impida ejercer suficientemente las funciones de nuestro ministerio apostólico".
----------No faltan testigos que han afirmado que el papa san Juan Pablo II expresó en cierta ocasión su intención de escribir una renuncia similar a esas anteriores. Acaso la llegó a escribir. No lo sabemos. Lo cierto es que en sus últimos años, con el empeoramiento de su salud, decidió continuar cargando con la cruz del pontificado. Podríamos muy bien suponer que así lo decidió, entre otros motivos, probablemente porque en una época en que los hombres en general se escandalizan del sufrimiento, olvidados o ignaros de que el sufrimiento tiene por causa el pecado, prefirió el Santo Pontífice dar su testimonio personal de la grandeza y nobleza del sufrimiento humano, que es precisamente el sentido de la cruz cargada con Jesucristo. En suma, lo hizo para confirmar su "sí" a Dios y como acto supremo del magisterio sobre la sacralidad de la vida.
----------El papa Benedicto XVI, en cambio, habiendo cumplido 85 años, decidió renunciar (el primer Papa desde hacía seis siglos: el último había sido el papa Gregorio XII, en el año 1415), y Benedicto lo hizo probablemente después de meditar sobre las opciones tomadas por sus predecesores, motivando su decisión de la siguiente manera: "Soy muy consciente de que este ministerio, por su esencia espiritual, debe cumplirse no sólo con obras y palabras, sino también y no menos con el sufrimiento y la oración. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a cambios rápidos y agitado por cuestiones de gran importancia para la vida de fe, para dirigir la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, también es necesario vigor tanto de cuerpo como de alma, vigor que, en los últimos meses, ha disminuído en mí de tal manera que debo reconocer mi incapacidad para administrar bien el ministerio que se me ha confiado. Por esta razón, consciente de la gravedad de este acto, declaro libremente que renuncio al ministerio de obispo de Roma, sucesor de San Pedro".
----------Sin embargo, al recordar, con emoción y respeto aquellas palabras del papa Benedicto en 2013, podemos preguntarnos: en el conjunto de variables y pormenores de diverso peso, importancia y gravedad, y, sin dudar en lo más mínimo acerca de la franqueza y veracidad de aquellas expresiones del papa Ratzinger, ¿qué se advierte en su trasfondo? ¿Cuáles han sido los motivos que, aún en su "vigor disminuído", le han llevado a su dimisión? Y para responder, retomo ahora la línea interpretativa que comencé a sugerir en mi nota de ayer. El caso es que, tras la sorpresa causada por el anuncio de la dimisión del papa Benedicto XVI, pronto estuvo claro para todo aquel que pudiera ver la situación sin preconceptos, que los modernistas habían conseguido poner al Romano Pontífice en las condiciones de tener que dar la dimisión. Ciertamente el papa Benedicto en la declaración en la cual explicaba los motivos de su renuncia no dice esto abiertamente, pero lo deja entender cuando menciona los graves problemas para la fe que están conectados con su gesto.
----------El expresado motivo de la debilidad de la salud tiene mucho el sabor de la así llamada "enfermedad diplomática", una tradicional excusa que se suele esgrimir para declinar un compromiso embarazoso o demasiado gravoso, un pequeño expediente del Papa en línea y consonancia con su estilo delicado y alusivo, quizás un poco tímido, que habían caracterizado los años de su Pontificado, sin que por otra parte hubieran faltado gestos y reclamos muy fuertes, como por ejemplo cuando mencionó la "inmundicia" en la Iglesia, y reiteradamente había denunciado el relativismo, el carrerismo o arribismo, la corrupción moral e incluso más a menudo la grave crisis de fe presente en la Iglesia, o había hablado del "bastón del pastor".
----------Indudablemente nadie conocía mejor que él, con su gran cultura teológica y la experiencia de veinte años al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, la situación de la fe en lo interno de la Iglesia, como ya daba a entender en la famosa entrevista que le había hecho Vittorio Messori, "Informe sobre la fe", publicada por las Ediciones Paulinas en 1983. Aquel libro era un análisis muy lúcido, cuyos términos esenciales habían seguido siendo hasta el último día de su pontificado, objeto de la atención y de la preocupación de Benedicto, sin que evidentemente por ello hubiera ignorado los aspectos positivos del catolicismo moderno, como efecto sobre todo de la renovación promovida por el Concilio Vaticano II.
----------De hecho, por cuanto respecta a la salud física y psíquica del Papa a principios del 2013, tal como se filtraba de buenas fuentes de información, ella seguía siendo hasta ese momento buena, naturalmente de modo compatible con una persona de su edad, en el sentido de que Benedicto XVI era todavía mentalmente lúcido, como lo venían demostrando los últimos discursos de su pontificado, y por lo demás, según manifestara, se proponía seguir estudiando y escribiendo incluso después de haber dejado el oficio petrino, aunque había dicho que quería dedicarse de manera especial a la oración y a la meditación.
----------Al mismo tiempo, sin embargo, Benedicto subrayó que "no dejaré a la Iglesia", y esto obviamente no en el sentido de que se le hubiera pasado por la cabeza dejar de ser católico y hacerse protestante, ortodoxo, modernista o lefebvriano, sino en el sentido de que con su experiencia en el Romano Pontificado todavía, durante su nuevo estado de emeritado pontificio, él iba a sentir el Rebaño de Cristo como su verdadera y propia familia, aunque naturalmente dejaría en el nuevo Papa la plena responsabilidad jurídica y moral de la guía del Pueblo de Dios, ciertamente en plena sumisión y comunión con el nuevo Pontífice.
----------Recuerdo muy bien que en aquellas semanas posteriores al 11 de febrero de 2013, todo me hacía pensar que en el ambiente modernista o filo-modernista, a todos los niveles, desde los fieles a los teólogos, pasando por obispos y cardenales, que de diversos modos y medidas propenden hacia las ideas modernistas, probablemente incluso desde antes de que el Papa diera su dimisión y más aún después de dimitir, los seguidores de esta tendencia se habían puesto en un gran movimiento de contactos y de consultas recíprocos para discutir sobre un nuevo posible sucesor que pudiera representarlos a ellos en el trono de Pedro.
----------En base a mi larga experiencia de estudios y de enseñanzas en el campo de la teología, así como en base a aquella comunión con la Iglesia que siempre me he esforzado por implementar desde mi más tierna edad, creo estar en condiciones de poder decir con seguridad y certeza que, por cuanto respecta a la fe, la insidia más importante hoy es la tendencia que hace cabeza en Karl Rahner.
----------Se trata de una insidia o trampa muy peligrosa porque la obra de Rahner, como es bien sabido, se presenta como interpretación y desarrollo de las doctrinas del Concilio Vaticano II, mientras que ha sido ya demostrado por muchos, que Rahner en realidad falsifica la enseñanza del Concilio, porque lo interpreta en sentido modernista, es decir, según esa "exégesis de ruptura", a la cual Benedicto XVI varias veces se había referido, tanto que incluso en aquellos últimos días de su pontificado, casi como para despedirse de su servicio pastoral, en su discurso al Clero Romano, de nuevo había hablado de la necesidad de la recta interpretación y aplicación del Concilio poniendo en confrontación un "Concilio virtual", fruto de una falsificación operada por los mass-media, con el "Concilio real", en las siguientes palabras: "el verdadero Concilio ha tenido dificultad para materializarse, para realizarse; el Concilio virtual ha sido más fuerte que el Concilio real".
----------Es claro por otra parte que el papa Benedicto no quiso referirse simplemente a una falsificación operada por los periodistas, en cuanto que, si ellos habían podido operarla con tanto éxito, era porque lamentablemente detrás de ellos tenían una muy específica corriente teológica, que es precisamente la modernista.
----------Repito lo que he expresado ya muchas veces: el gran problema de la fe en el seno de la Iglesia de hoy está dado por la enorme difusión del pensamiento rahneriano que se viene dando desde hace décadas, a tal punto de que tal corriente herética se ha instalado firmemente en todo el mundo y en todos los ambientes, incluso en las Facultades Pontificias y, lo que es más inquietante y perturbador, también en ciertos ambientes del Episcopado, así como incluso en algunos exponentes del Colegio Cardenalicio.
----------De esta crisis de fe surge obviamente una crisis moral y dado que la fe toca los principios de toda la existencia cristiana ha sucedido que en estas últimas décadas ha surgido una crisis en la conducta moral de los católicos, que ha llegado a tocar prácticamente todos los aspectos de la vida cristiana, desde la vida personal a la familia, a los ambientes de la economía, de la sociedad, de la política y de la cultura.
----------A mi entender, el sucesor de Benedicto, debía afrontar esta dificilísima situación, la cual ciertamente va acompañada de muchos aspectos positivos que, como he dicho, son frutos auténticos del Concilio ideado por un Papa Santo, como fue san Juan XXIII, y de la guía que nos ha sido dada por los Papas del postconcilio entre los cuales tenemos un Beato, Juan Pablo I, y dos Santos, Paulo VI y Juan Pablo II.
----------Tales aspectos positivos, así como se manifestaban en 2013 y se siguen manifestando también hoy, diez años después, son ciertamente de consolación y de aliento no sólo para el actual Romano Pontífice, sino también para todo el Pueblo de Dios, y tales valores fruto del Concilio de nuestro tiempo deben seguramente también sostener la moral de los Cardenales colaboradores del papa Francisco, y que algún día, no sabemos cuando, deberán prepararse para elegir al sucesor del Papa actual, sobre todo teniendo en cuenta que entre los citados Santos Pontífices del postconcilio es posible encontrar un modelo para el actual Obispo de Roma y para quien sea su sucesor, en cuanto tenemos delante ejemplos excelsos de santidad.
----------¿Podrán los modernistas alguna vez poner a alguien de su propio partido en el trono de Pedro? Difícil predecirlo, pero la cosa es posible, precisamente dado el gran poder que ellos han logrado conquistar en estos últimos años incluso en los ambientes de la Santa Sede. Con el papa Francisco, más allá de ciertas apariencias que pudieran engañar a algunos, los modernistas han sufrido una gran desilusión. Sea como sea, estamos seguros que el trono de Pedro siempre será ocupado por alguien que garantizará el cumplimiento de las palabras de Cristo hasta el fin de los tiempos: portae inferi non praevalebunt.
----------La gran esperanza que debe seguir animándonos, en cambio, es la de que hoy la divina Providencia siga fortaleciendo al papa Francisco en el fiel cumplimiento de su misión, y que mañana pueda ser elegido un Papa capaz de hacer frente a esta situación, un Papa de virtud que pueda continuar con valentía anunciando la Palabra de Dios, refutando los errores y ofreciéndose generosamente por el bien de la Iglesia, aun cuando, por cuanto humanamente se puede prever, no podrá haber una solución radical e inmediata.
----------Después de todo, el mismo Jesús habla explícitamente, por cuanto respecta a la Iglesia, de una co-presencia de trigo y lolio, de grano y paja. Incluso si no podemos pedirle a ningún Papa que quite la cizaña, cosa que solo podrá suceder al final de los tiempos, creo que estamos en el derecho de pedirle que haga este discernimiento para poder vivir pacientemente junto al lolio mientras aguardamos la beata esperanza.
Querido padre Filemón,
ResponderEliminarMis mejores deseos para usted en este comienzo del 2023, y que el Señor le siga dando fuerzas y luz para mantener su cotidiano trabajo en bien de tantos.
Me preguntaba, leyendo este segundo artículo, y teniendo en cuenta lo dicho en el primero... Su insistencia en el "complot modernista"... como detonante de la renuncia de Benedicto... ¿no será excesivo?
Sé que usted no es amigo de exageraciones, ni se presta fácilmente a hipótesis conspiracionistas; pero en este caso, no veo tan fácil afirmarlo, sin traer hechos, al menos algunos, que lo sugieran.
Aunque, ahora que me doy cuenta, quizás me estoy adelantando al contenido de los demás artículos de la serie.
Estimado Ernesto,
Eliminarme sorprende que te maravilles de lo que digo, pues no es la primera vez que hablo del tema, y sé muy bien que sigues mis artículos y lo que vengo pensando y escribiendo desde hace muchos años. El complot de los neo-modernistas, y en particular de los rahnerianos, contra Benedicto XVI se remonta a unos cuarenta años atrás, cuando Joseph Ratzinger advirtió el giro hegeliano-panteísta en Karl Rahner, y lo atacó fortísimamente en su libro sobre los Principios de la Teología Católica. Por lo demás, si lo que precisas son hechos que lo demuestren, ellos sobran, y basta con mencionarte la trama de San Gallo.
Son puntos que, seguramente, iré tocando en las próximas notas de esta misma serie.
Por lo demás, agradezco tus buenos deseos hacia mí para el 2023, y te los retribuyo. Que la Virgen Santísima acompañe tu caminar de este nuevo año, por las huellas de Nuestro Señor.
Padre, usted dice "¿Podrán los modernistas alguna vez poner a alguien de su propio partido en el trono de Pedro? Difícil predecirlo, pero la cosa es posible, precisamente dado el gran poder que ellos han logrado conquistar en estos últimos años incluso en los ambientes de la Santa Sede."
ResponderEliminar¿Acaso no han logrado eso con el papa Francisco? ¿No ha sido llevado al trono de Pedro a través de las maniobras de los modernistas?
Entonces...
Estimada Ana María,
Eliminares cierto que el grupo de San Gallo, compuesto por modernistas rahnerianos, orquestaron la sucesión de Benedicto XVI en la persona del cardenal Bergoglio, quien fue de hecho elegido en 2013, tras la dimisión de Benedicto.
Y es también cierto que los confabuladores esperaban haber hecho elegir a un Papa dócil a sus tramas rahnerianas, pero sus consideraciones fueron meramente humanas, sin prever la acción del Espíritu Santo, más allá del orden natural de las cosas.
Y es cierto que, una vez elegido, el papa Francisco ha tenido alguna postura que podría ser interpretada en sentido rahneriano, pero el conjunto de su pontificado, como no podía ser de otro modo, ha sido y es una negación del rahnerismo en cuanto herejía. Los modernistas rahnerianos esperaban un Papa herético, pero eso el Espíritu Santo no lo puede absolutamente permitir.
Bergoglio ha sido elegido en 2013 por los modernistas para ser candidato a Papa, porque Bergoglio es un modernista.
ResponderEliminarEstimado Anónimo,
Eliminarel que Bergoglio haya sido elegido en 2013, entre otros cardenales perfectamente ortodoxos, también por algunos cardenales modernistas, es no solo posible, sino que, de hecho, creo que es un dato histórico, al menos considerando a los rahnerianos que formaron parte del grupo de San Gallo.
Más allá de lo que pudieran ser las ideas y las decisiones pastorales del cardenal Bergoglio durante su vida anterior (de lo cual no abro juicio, por no ser yo un especialista en su biografía), es imposible que, una vez Papa, su enseñanza y sus decisiones respondieran a la herejía modernista. Pues un Papa no puede ser hereje y, de hecho, quien así lo piensa, pasa a su vez a ser él de hecho un hereje.