sábado, 26 de diciembre de 2020

La apostasía de la fe: concepto y desarrollo teológico (1/4)

Suele hablarse hoy fácilmente de "apostasía". Leo en una web española de neto perfil lefebvriano: "la apostasía de la cúpula de la Iglesia no se podrá evitar", "profesión de apostasía por parte de la cúpula de la iglesia bergogliana", "una gran apostasía encabezada por el Sucesor de Pedro"; y en un afiebrado blog argentino antipapista: "El obispo de Roma, sucesor de Pedro, ha apostatado públicamente de la fe de Nuestro Señor Jesucristo", "...es signo suficiente de apostasía", "hay una declaración implícita de apostasía", etc.

----------Efectivamente, suele hablarse hoy fácilmente de "apostasía", aunque en muchos casos es posible que se ignore el exacto concepto de apostasía y sus verdaderos alcances. Incluso se organizan campañas de apostasía de la fe o de renuncia al bautismo, movilizadas por corrientes anti-cristianas, y este fenómeno social puede ser hasta cierto punto medido estadísticamente en aquellos países donde la aplicación de las leyes impositivas está ligada a la declaración personal de fe o culto. También hoy se escuchan voces extremistas en ciertas corrientes de abusivo tradicionalismo católico apocalíptico, no carentes de un marcado perfil de soberbio neo-gnosticismo, que hablan de la apostasía en la que habría caído buena parte de la Jerarquía, incluido el propio Romano Pontífice, como si acaso eso fuera posible. Naturalmente, una gran ignorancia filosófica, teológica y hasta de buen sentido, es el contexto en el que crecen hoy estos fenómenos.
----------La apostasía, para la Sagrada Escritura, es un alejarse de la fe en Dios o un repudio de la fe antes poseída. El apóstata deja de creer en Dios. San Pablo habla de la "apostasía" de la fe en algunos pasajes de sus Cartas: "No se dejen perturbar fácilmente ni se alarmen, sea por anuncios proféticos, o por palabras o cartas atribuidas a nosotros, que hacen creer que el Día del Señor ya ha llegado. Que nadie los engañe de ninguna manera. Porque antes tiene que venir la apostasía y manifestarse el hombre impío, el Ser condenado a la perdición, el Adversario, el que se alza con soberbia contra todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto, hasta llegar a instalarse en el Templo de Dios, presentándose como si fuera Dios" (2 Tes 2,2-4) y "El Espíritu afirma claramente que en los últimos tiempos habrá algunos que renegarán de su fe, para entregarse a espíritus seductores y doctrinas demoníacas, seducidos por gente mentirosa e hipócrita, cuya conciencia está marcada a fuego" (1 Tim 4,1-2).
----------La palabra ἀπoστασία viene de aphistemi, compuesta de απο, apo, que tiene sentido de movimiento de lugar, alejamiento y, por lo tanto, rechazo, y στασις, stasis, que implica ser firme, estar quieto, resistir (pensemos en el conocido término latino status), implica la idea de la estabilidad, por lo tanto de lo robusto, de la seguridad, de la certeza, de la confiabilidad y de la fidelidad.
----------En efecto, creer en Dios, para la Escritura, da certeza porque la mente se apoya con seguridad sobre Aquel que es firmeza y fiabilidad e inmutabilidad absolutas. De aquí las repetidas exhortaciones: "Manteneos firmes en aquello que habéis aprendido" (2 Tim 3,14); "Estad firmes en la verdad que poseéis" (2 Pe 1,12). El deber de estar firme está motivado por el hecho que es firme sobre el cual debemos firmemente apoyarnos. Como el alpinista que fija bien el clavo en la roca para no precipitarse, así debemos asirnos con fuerza y con cuidado a aquellos valores perennes que otorgan fiabilidad.
----------La fe (tanto la fides qua como la fides quae) es Verdad absoluta, Palabra de Dios, de ese Dios, en Quien "no hay sombras de cambios" (Sgo 1,17), Ley divina cuyos preceptos no pasan: "él los afianzó para siempre, estableciendo una ley que no pasará" (Sal 148,6), una Ley que debe ser conservada: "La semilla que cayó en tierra fértil son los que escuchan la Palabra con un corazón bien dispuesto, la retienen, y dan fruto gracias a sus constancia" (Lc 8,15). Dios mueve todo, pero no es movido por nada. Mueve, actúa, pero no se mueve, no actúa sobre sí mismo, no deviene, no cambia, es fiel.
----------Es que la fe (y repito, tanto la fides qua como la fides quae, o sea tanto la fe como virtud como la fe como verdad de fe), está fundada sobre la Palabra de Cristo, palabra de vida eterna, que no pasa: "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán" (Mt 24,35). La fe es casa fuerte y robusta construida sobre la roca: "Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca" (Mt 7,24-25), es un bien precioso que debe ser "mantenido firmemente" (Ap 3,11), y conservado"he peleado hasta el fin el buen combate, concluí mi carrera, conservé la fe" (2 Tim 4,7); "guardan las tradiciones tal como yo se las he transmitido" (1 Cor 11,2), "manteniéndoos fieles hasta la muerte" (Ap 2,10), "conserva el bien que te ha sido confiado" (1 Tim 6,20); "Sé en quien he puesto mi confianza, y estoy convencido de que él es capaz de conservar hasta aquel Día el bien que me ha encomendado... Conserva lo que se te ha confiado, con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros" (2 Tim 1,12.14), "Guarda para ti, delante de Dios, lo que te dicta tu propia convicción. ¡Feliz el que no tiene nada que reprocharse por aquello que elige!" (Rom 14,22) porque es duradero y principio de salvación. Es el Evangelio que no debe ser cambiado: "No es que haya otro, sino que hay gente que los está perturbando y quiere alterar el Evangelio de Cristo" (Gal 1,7). Nada le debe ser añadido, y nada le debe ser quitado"Yo advierto a todos los que escuchan las palabras proféticas de este Libro: Si alguien pretende agregarles algo, Dios descargará sobre él las plagas descritas en este Libro. Y al que se atreva a quitar alguna palabra de este Libro profético, Dios le quitará su parte del árbol de la vida y de la Ciudad santa, que se describen en este Libro" (Ap 22,18-19).
----------Es el hombre pecador, más bien, delante de la inmutable verdad divina, el que debe mudar y reformar su conducta y rever sus falsas ideas, corregirse, purificarse, convertirse, abandonar los malos hábitos, devenir "nueva creatura", progresar en la verdad y en el bien, mejorarse, abrirse a la novedad del Espíritu de Verdad y de Santidad, arrepentirse y convertirse, para adecuarse a esta Palabra de salvación, para conocerla siempre mejor y aplicarla siempre mejor en la vida. Dios es fiel; es el hombre que puede serle infiel.
----------La verdad de fe es tradición y ley divina, que debe ser conservada"Los felicito porque siempre se acuerdan de mí y guardan las tradiciones tal como yo se las he transmitido" (1 Cor 11,2) y transmitida: "Por lo tanto, hermanos, manténganse firmes y conserven fielmente las tradiciones que aprendieron de nosotros, sea oralmente o por carta" (2 Tes 2,15); "no se dejen perturbar fácilmente ni se alarmen, sea por anuncios proféticos, o por palabras o cartas atribuidas a nosotros" (2 Tim 2,2); "Hermanos, les recuerdo la Buena Noticia que yo les he predicado, que ustedes han recibido y a la cual permanecen fieles. Por ella son salvados, si la conservan tal como yo se la anuncié; de lo contrario, habrán creído en vano. Les he trasmitido en primer lugar, lo que yo mismo recibí: Cristo murió por nuestros pecados, conforme a la Escritura" (1 Cor 15,1-3); "Toma como norma las saludables lecciones de fe y de amor a Cristo Jesús que has escuchado de mí" (2 Tim 1,12). Esa verdad de fe que es tradición y ley divina, que debe ser conservada y transmitida, debe además ser distinta de las tradiciones y leyes humanas, incluso eclesiales, que pueden o deben ser superadas o abandonadas"Los fariseos, en efecto, y los judíos en general, no comen sin lavarse antes cuidadosamente las manos, siguiendo la tradición de sus antepasados... Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de los hombres. Y les decía: Por mantenerse fieles a su tradición, ustedes descartan tranquilamente el mandamiento de Dios" (Mc 7,3.8-9); "No se dejen esclavizar por nadie con la vacuidad de una engañosa filosofía, inspirada en tradiciones puramente humanas y en los elementos del mundo, y no en Cristo" (Col 2,8).
----------Los buenos católicos, los buenos fieles, los buenos filósofos y teólogos, los apóstoles del Evangelio, los Santos suscitan la fe, la esclarecen, la sostienen, la refuerzan, y la vuelven viva, operosa, indagadora y contemplativa. Los malos fieles y los apóstatas, malos filósofos y maestros, obran de otro modo: pensemos en la advertencia de san Pablo recién recordada: "No se dejen esclavizar por nadie con la vacuidad de tradiciones puramente humanas" (Col 2,8). Obran de otro modo los falsos teólogos y los falsos doctores, es decir, los herejes: "El Espíritu afirma claramente que en los últimos tiempos habrá algunos que renegarán de su fe, para entregarse a espíritus seductores y doctrinas demoníacas, seducidos por gente mentirosa e hipócrita, cuya conciencia está marcada a fuego. Esa gente proscribe el matrimonio y prohíbe el consumo de determinados alimentos que Dios creó para que los creyentes y los conocedores de la verdad los comieran dando gracias" (1 Tim 4,1-3); "Porque llegará el tiempo en que los hombres no soportarán más la sana doctrina; por el contrario, llevados por sus inclinaciones, se procurarán una multitud de maestros que les halaguen los oídos, y se apartarán de la verdad para escuchar cosas fantasiosas" (2 Tim 4,3-4); "En el pueblo de Israel hubo también falsos profetas. De la misma manera, habrá entre ustedes falsos maestros que introducirán solapadamente desviaciones perniciosas, y renegarán del Señor que los redimió, atrayendo sobre sí mismos una inminente perdición. Muchos imitarán su desenfreno, y por causa de ellos, el camino de la verdad será objeto de blasfemias. Llevados por la ambición, y valiéndose de palabras engañosas, ellos se aprovecharán de ustedes. Pero hace mucho que el juicio los amenaza y la perdición los acecha" (2 Pe 2,1-3) siembran la duda y la cizaña, ponen en crisis la fe, enfrían la certeza, le quitan los motivos, la vuelven incierta, la abajan al nivel de simples opiniones, la ennegrecen, la obscurecen, obnubilan los ojos de la fe, haciéndola aparecer falsa y absurda, la debilitan, la hacen vacilar y al final la extinguen y la hacen morir.
----------Al momento de recordar estas cosas me viene también a la mente aquellos sentimientos que embargaban la conciencia de santo Tomás de Aquino, cuando a sus 31 años, cuatro años antes del límite prefijado por la legislación universitaria de la época y gracias a una dispensa acordada por el Papa, se le promueve al cargo de Maestro en Teología juntamente con su amigo Fray Buenaventura. Hoy la palabra Maestro en Teología no nos evoca más que un grado cualquiera; pero la sabia ingenuidad del siglo XIII veía en el cargo de Maestro todo lo que, según su forma esencial, como dice Jacques Maritain, "significaba de derecho en la realidad espiritual del magisterio: al Maestro en teología la Iglesia le confía la misión de engendrar la sabiduría sagrada en la inteligencia de quienes le escuchan" (El Doctor Angélico, Buenos Aires 1942, p.29).
----------De modo que el Maestro en Teología tiene el poder de la verdad sobre las almas, poder terrible del que deberá rendir cuenta, pues "provocar una duda sin saberla resolver, es lo mismo que concederla, es abrir un abismo y no cerrarlo" (santo Tomás de Aquino, sermón De Vetula). Ojalá recordaran estas palabras del Doctor Común de la Iglesia aquellos que hoy se erigen en nuevos pseudo-maestros de teología y profetas que se despachan con tal soltura de cuerpo sobre la actual "evidente apostasía en el vértice de la Iglesia": lefebvristas y filolefebvristas, minutellianos, viganistas y otras yerbas del neo-gnosticismo autóctono.
----------Pues bien, habiendo hecho pie con esta primera nota en la Sagrada Escritura, en la próxima entrega profundizaremos sobre el verdadero concepto teológico moral de apostasía, y seguiremos avanzando en nuestra reflexión, si Dios providente nos lo permite.

4 comentarios:

  1. Padre: sería bueno que profundizara mucho en esta temática porque el modernismo en la Iglesia es fácil de reconocer pero los distintos "tradicionalismos", sedevacantismos y benedecantismos son muy seductores porque abundan en doctrina pero carecen de otras para considerarnos católicos. Se de un español en you tube que tiene muchísimos seguidores entre el pueblo de habla hispana no la mayoría por supuesto. Pero hacen mucho ruido y que acusan al Santo Padre de cosa aberrantes para la fe del pueblo fiel. Y lo hacen con tanta convicción y fuerza que se termina pensando que el errado es uno mismo, gracias

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  2. Querido juanm:
    Algunas puntadas:
    1) Lo de "considerarNOS católicos" supongo ha sido un acto fallido.
    2) Lo de "...muy seductores" hay que aclarar: para quienes se dejan seducir.
    3) Lo de "abundan en doctrina" hay que aclarar: pseudo-doctrina, falsa doctrina.
    4) Y nuevamente: "se termina pensando", supone haberse dejado seducir antes.

    El remedio o terapia (o mejor aún, la prevención) a todos estos problemas que plantea Ud. es tener en cuenta que en cuestiones de Fe (a las que está relacionado el pecado de apostasía) es tener en cuenta que la primera actitud ante la DUDA (repito: sobre cuestiones de Fe) es la HUIDA.
    Para poner algunos ejemplos y que Ud. me entienda y que yo me explique mejor: nada impide, si me creo firme en mi Fe y suficientemente formado en doctrina, leer una página web antipapal o lefebvriana, o un blog sedevacantista o lefebvriano, o un youtuber benevacantista, mientras trate cuestiones pastorales o de gobierno de la Iglesia. Podrán acertar o equivocarse, podrán gustarnos o no. Pero cuando traten de cuestiones de Fe o Moral, lo correcto es HUIR a la primera ocasión que formulen una sentencia ajena al dogma o al Magisterio vivo de la Iglesia. A menos que seamos teólogos y necesitemos conocer sus argumentos para considerar el mejor modo de exponer la refutación a sus errores, en orden a servir a la Verdad. ¿Para qué demorarse en una web o blog donde se niegue al Papa la infalibilidad en cuestiones de Fe incluso en el magisterio ordinario? ¿Para qué demorarse, sin motivos suficientes, en un blog donde se rechace el magisterio infalible del Concilio Vaticano II?
    Supone morbo patológico espiritual de malsana curiosidad el demorarse sin motivo en esa literatura, es consentir a tentaciones satánicas, y la principal tarea hoy de Satanás es debilitar nuestra obediencia de Fe a Pedro y al actual Magisterio de la Iglesia.

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  3. Muchas gracias por su respuesta y como le dije, es importante que si ud puede profundice en esta temática a mi me sirve mucho para centrarme en la Fe Católica. Tengo familiares que corren atrás de todos esos sitios "católicos" anti Francisco. Alguna vez los he escuchado lamentablemente. Gracias

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  4. Querido juanm:
    Referido a los sitios "anti-Francisco", vale hacer una aclaración.
    Nada nos impide hacer críticas o disentir con lo expresado por el Papa en cuestiones pastorales o de gobierno de la Iglesia, siempre que lo hagamos con el debido respeto y el suficiente discernimiento de la cuestión, tomando como primera actitud la de suponer a priori que el Papa aún en cuestiones pastorales y de gobierno haya elegido lo mejor para la Iglesia. Aún así, repito, en tales cuestiones, podemos disentir.
    Cosa muy distinta ocurre respecto a las expresiones del Papa en materia de Fe y Moral, cuando actúa como Maestro de la Fe y Moral, aún en la enseñanza ordinaria, él es maestro infalible, o sea enseña la verdad y no puede no hacerlo (no me refiero a cuestiones teológicas o morales en las cuales él también puede equivocarse, actuando como doctor privado).

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