lunes, 6 de febrero de 2023

La paz en Ucrania y el principio del Espíritu Santo

¿Qué tiene que ver el dogma de la Trinidad con el problema de lograr la paz en Ucrania? Tiene muchísimo que ver, porque esta guerra, como ha dicho y repetido el papa Francisco, sin negar todas las otras causas políticas, psicológicas, económicas y nacionales que la han provocado, es una guerra fratricida, entre hermanos no sólo en sentido humanista, que ya es grave, sino también en el sentido de hermanos en la común fe en Cristo. [En la imagen: una escena del encuentro los días 4 y 5 de enero de 1964, en Jerusalén, entre el papa san Paulo VI y el patriarca ortodoxo griego Atenágoras I, el primer encuentro de católicos y ortodoxos desde 1439].

Los nudos se deshacen con el peine
   
----------El Padre, de quien proceden el Hijo y el Espíritu Santo, es el principio de la unidad de la Trinidad.
----------El Espíritu Santo, procedente del Padre y del Hijo, es el principio de la unidad de la Iglesia.
----------La Iglesia está compuesta por el pastor y por el rebaño. El primado del Romano Pontífice depende del Espíritu que procede del Hijo. El Espíritu que procede del Padre es el principio de la obra del Hijo.
----------La obediencia al Romano Pontífice está motivada por la fe en que el Espíritu Santo procede del Hijo.
----------El rebaño no puede estar unido sin el pastor. El pastor va en busca de las ovejas que se han separado del rebaño para traerlas de vuelta al redil.
----------Los hermanos ortodoxos orientales mantienen la fe en la Santísima Trinidad, en Cristo Redentor y en el Espíritu Santo que procede del Padre. Gracias a su fe trinitaria y cristológica, ellos han permanecido en el rebaño de Cristo, aunque habiendo abandonado la obediencia al Romano Pontífice. Por esto mismo, la suya no es una pertenencia plena, no es una pertenencia suficiente, porque no corresponde a la plena voluntad de Cristo, que quiere que Pedro guíe a la Iglesia a la salvación en su nombre.
----------Creer o no creer en la procesión del Espíritu Santo del Hijo y, en consecuencia, estar sometidos o no estar sometidos al Romano Pontífice no es una elección facultativa, que no ponga en riesgo la salvación, porque la procesión del Espíritu Santo del Hijo es un artículo de fe y además Cristo ha querido al Romano Pontífice como su vicario en la tierra para guiar a la Iglesia y a la humanidad a la salvación.
----------El creer o no creer en estas cosas no es una cuestión de opiniones teológicas, sino que se trata de verdades de fe necesarias para la salvación. Aquí, basados en cómo nuestro Señor Jesucristo se ha expresado y ha querido y quiere, no es cuestión de legítima diversidad, de pluralismo o de libre elección, sino de obligación absoluta que vincula a todo hombre delante de Dios.
----------Ninguno, para salvarse, está exceptuado de la obligación de aceptar lo que Cristo ha querido y mandado para nuestra salvación. Naturalmente, están exentos de esta obligación y se salvan lo mismo, aquellos que, viviendo una vida honesta, no saben de buena fe y sin culpa propia estas cosas.
   
¿Qué tiene que ver esto con la guerra en Ucrania?
   
----------En el punto anterior hemos peinado ideas que no son meras opiniones teológicas, sino que constituyen principios básicos del dogma cristiano de la Santísima Trinidad. ¿Pero qué tiene que ver todo esto con el problema de obtener la paz en Ucrania? Tiene muchísimo que ver, porque esta guerra, como ha dicho y repetido el papa Francisco, sin negar todas las otras causas políticas, psicológicas, económicas y nacionales que la han provocado, es una guerra fratricida, entre hermanos no sólo en el sentido humanista de la palabra, que ya sería bastante grave, sino también en el sentido de hermanos en la común fe en Cristo. No podemos dejar de pensar en el doloroso y desafortunado cisma de 1054, todavía irresuelto.
----------La guerra en Ucrania, por tanto, constituye una gravísima ofensa al ecumenismo católico-ortodoxo, es una total ignorancia y es un total desprecio por las grandes ventajas para la paz y la concordia en la Iglesia y en la sociedad, que las actividades ecuménicas vienen aportando desde hace sesenta años. ¿Es que acaso todos estos esfuerzos, todos estos encuentros, todas estas conquistas, todas estas reconciliaciones, todas estas oraciones y sacrificios deben esfumarse? ¿Han sucedido para nada?
----------¿Qué es esta locura (es la palabra correctamente usada por el Papa), cuando tenemos en nuestras manos los instrumentos para ser sabios? ¿Qué es esta guerra cuando sabemos de dónde viene la paz, es decir, de Cristo? ¿Dónde está la escucha del Espíritu Santo? ¿Por qué se escucha más bien al demonio?
----------¿Qué se ha hecho hasta ahora en Ucrania y en Rusia en pos del diálogo entre cristianos católicos y cristianos ortodoxos orientales, después de siglos de sangrientas divisiones que continúan hasta el día de hoy? ¿Quieren nuestros hermanos ortodoxos orientales reflexionar sobre el hecho de que su situación actual (pensemos en el conflicto entre Moscú y Constantinopla) nunca ha sido tan trágica como lo es hoy? ¿De qué depende? ¿Qué ventajas les ha traído desvincularse de Roma? ¿Qué es esta insensatez de la "tercera Roma"? ¿Para qué ha venido el Concilio Vaticano II? ¿Para conciliar qué?

2 comentarios:

  1. Estimado padre Filemón,
    creo comprender todo el esfuerzo que viene haciendo desde comienzos del año pasado, por hacernos comprender, que el problema con los cristianos Ortodoxos Orientales, problema surgido en el cisma del 1054, tiene su última raíz en la herejía de negar el "Filioque".
    Ojalá que el papa Francisco, o su sucesor, pudiera advertir la importancia de este punto, para ir al nudo principal que divide a Occidente de Oriente, solucionando el cual se daría inicio al proceso de paz en Ucrania.
    Ahora bien, más allá de esta cuestión, me interesa un tema al que hace referencia en el primer punto de su breve artículo.
    "Creer o no creer en la procesión del Espíritu Santo del Hijo y, en consecuencia, estar sometidos o no estar sometidos al Romano Pontífice no es una elección facultativa, que no ponga en riesgo la salvación, porque la procesión del Espíritu Santo del Hijo es un artículo de fe y además Cristo ha querido al Romano Pontífice como su vicario en la tierra para guiar a la Iglesia y a la humanidad a la salvación".
    Entiendo que las carencias de la fe cristiana de los Ortodoxos Orientales, que usted evidencia respecto a la función del Espíritu Santo, Espíritu del Hijo y, por ende, al rol del Romano Pontífice, es un argumento que también se aplica a los demás cismas cristianos, es decir, los luteranos, y a partir de Lutero, los demás protestantes, evangélicos, y también los más recientes cismáticos como los lefebvrianos.
    Mi pregunta es: ¿En qué medida, en estos otros cismas, hay un desconocimiento teológico del dogma de la procesión del Espíritu Santo por medio del Hijo, en su desconocimiento del rol del Papa y en su desobediencia al Papa?
    Gracias.

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    Respuestas
    1. Estimado Ernesto,
      la procesión del Espíritu Santo del Hijo es común a todos los cristianos, excluidos los Ortodoxos Orientales. En cambio, como se sabe, el rechazo de la autoridad pontificia es común a todos los Cristianos no Católicos.
      Los Ortodoxos Orientales han aceptado el Papado hasta el cisma del 1054. En cambio, los otros Cristianos no Católicos niegan el principio mismo del Papado.
      Por cuanto respecta a los Lefebvrianos, ellos admiten la institución del Papado, pero no aceptan la autoridad del Papa a partir del Papa Juan XXIII.
      En mi opinión, el papa Francisco debería reunirse con el Patriarca Cirilo y abordar abiertamente la cuestión del Filioque, exhortándolo a abrazar la fe de los Apóstoles.

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