domingo, 19 de febrero de 2023

Marchas por la Vida: defensa de valores no negociables

Las Marchas por la Vida, como la desarrollada en Washington el pasado mes, constituyen un llamado a la conciencia de todos, no sólo de los católicos, sino también de todos los cristianos, y de todos los creyentes o no creyentes; o sea, de todos los hombres de buena voluntad. Pero es claro que la buena voluntad, es decir, la voluntad de promover, custodiar y defender la vida humana, no puede no hacer referencia a Dios, supremo Bien y Fin último de nuestra vida, incluso si es conocido a la luz de la sola razón y no a la luz de la fe cristiana. [En la imagen: una escena de la 50° Marcha por la Vida en Washington DC, el 20 de enero de 2023].

----------Hace un mes, el pasado 20 de enero se reunieron 100.000 personas en Washington, sobre todo jóvenes, y también muchas familias, que desafiaron las frías temperaturas del invierno estadounidense, para participar en la ya tradicional Marcha por la Vida, que va ya por su quincuagésima edición y que tuvo por esta vez por lema: "Próximo objetivo: marchar hacia una América post-Roe".
----------Varias figuras políticas también estuvieron presentes, incluido el fiscal general de Mississippi, quien lideró el caso Dobbs vs. Jackson, el cual terminó por socavar la sentencia Roe vs. Wade, cuyo final, cincuenta años después de irrogada, fue sancionado el pasado mes de junio por la Corte Suprema, que ha permitido así una vez más a cada uno de los Estados norteamericanos proteger la vida de los niños por nacer. Y ese también ha sido uno de los motivos del entusiasmo general entre los adherentes a la Marcha, que finalizó este año frente al Capitolio, precisamente para pedir a las dos ramas del Congreso, ahora que tienen el poder para hacerlo, que restablezcan la protección para los niños desde el vientre materno. En particular, todo está focalizado ahora en la batalla legislativa para cancelar los fondos públicos proporcionados a Planned Parenthood, que habían sido ya eliminados por el entonces presidente Trump, pero lamentablemente restaurados con la administración Biden. Otro objetivo es bloquear el intento de los Demócratas para codificar el aborto como un "derecho".
----------De acuerdo a las más recientes investigaciones realizadas por la asociación National Right to Life, la cantidad de asesinatos en el vientre materno después de la sentencia Roe vs. Wade alcanzaría los 64,4 millones de bebés abortados. Una autentica masacre.
----------Sin embargo, consuela saber que hasta la fecha, suman ya diecisiete Estados norteamericanos que han aprobado en estos últimos meses leyes más restrictivas, tales como limitar o prohibir el aborto, y otros Estados parece que podrían hacerlo en el transcurso de 2023. Estas leyes, sin duda ninguna, ya han salvado y están salvado decenas de miles de vidas humanas.
----------No hay que pasar por alto que este gran evento de la Marcha por la Vida llevado a cabo hace un mes en Estados Unidos, forma parte de una serie de pasadas y exitosas iniciativas de este tipo, no sólo en el gran país americano, sino en todo el mundo, y también en Argentina, iniciativas a las cuales nuestro sitio ha dado siempre su adhesión, marchas que han sido apoyadas por un número siempre más numeroso de personas, asociaciones y grupos de creyentes y no-creyentes, pero todos conscientes de la sacralidad intangible de la vida humana, que en todo caso, también aquellos que no creen de modo explícito en Dios, saben que debe ser respetada según un "imperativo categórico" y la voz de un deber absoluto, para tomar las famosas expresiones de Immanuel Kant, quien, como es bien sabido, formula la ley moral presente en la conciencia de todos y cada uno así: "que sea tal tu acción que pueda ser elevada a la dignidad de una ley universal".
----------¿Y qué mayor valor universal, "no negociable", para nosotros los seres humanos, que aquel valor que atañe a la universalidad de esa vida humana de animal racional, que nos caracteriza necesaria y universalmente precisamente como seres humanos? Y por tanto, ¿qué obligación más universal y más vinculante podemos tener, desde el punto de vista humano, que el respeto absoluto y categórico a esta vida, que es nuestra vida, la de todos, en cuanto seres humanos, desde la concepción hasta la muerte?
----------Ciertamente los creyentes saben que esta vida funda su absolutez en el hecho de que el hombre -varón y mujer- es creado a imagen y semejanza de Dios. Pero no es imposible advertir esta absolutez también por parte de aquel que, como dice el Concilio Vaticano II, "todavía no ha llegado a un conocimiento explícito de Dios y se esfuerza, no sin la gracia divina, por llevar una vida recta" (Lumen Gentium, n.16).
----------Quizás estos no católicos o no cristianos o no creyentes, se consideren a sí mismos "ateos", sin embargo, con su respeto por el hombre, demuestran no serlo verdaderamente, de lo contrario, si lo fueran verdaderamente, deberían negar también al hombre, dado que, así como el hombre deriva su altísima dignidad de Dios, negar a Dios trae como consecuencia lógica la negación del hombre.
----------Viceversa, la pretensión del ateísmo de fundar al hombre sobre sí mismo, o de afirmar o absolutizar al hombre en lugar de Dios o incluso negando a Dios, se muestra lógicamente e inevitablemente falaz, como es demostrado por las trágicas consecuencias prácticas de quienes caen víctimas de similar error.
----------Los organizadores de las Marchas por la Vida hacen por tanto un llamamiento a todos los hombres "de buena voluntad", creyentes y no creyentes. Pero es claro que la buena voluntad, es decir, la voluntad de promover, custodiar y defender la vida humana, no puede, una vez más, no hacer referencia a aquel "Eterno Amor", como lo llama Dante, a ese supremo Bien y Fin último de nuestra vida, que es precisamente siempre Dios, incluso si es conocido a la luz de la sola razón y no a la luz de la fe cristiana.
----------En efecto, el conocimiento que nosotros, los católicos, sin nuestro mérito sino sólo por gracia, tenemos de Dios como Padre, Hijo y Espíritu Santo, no invalida la verdad del conocimiento del Dios uno, único y verdadero que tienen los fieles de aquellas religiones monoteístas, empezando por nuestros hermanos de la Antigua Alianza. Y ya este conocimiento es capaz de justificar y fundar el respeto absoluto por la vida humana.
----------Una finalidad de toda Marcha por la Vida es la de obtener de la pública autoridad civil una legislación sobre el tema del aborto que proteja la vida naciente desde el instante de la concepción por libre decisión de la madre y sin grave perjuicio para su salud, y por tanto con una clara y firme prohibición del mismo aborto voluntario y procurado, que el Concilio Vaticano II, como sabemos, no duda en calificar de "abominable delito", en cuanto asesinato de una persona humana inocente.
----------Por lo tanto, es necesario rechazar claramente y con toda firmeza una cierta concepción de la persona, que lamentablemente también se ha deslizado en ciertos ambientes católicos, según la cual "persona" sería solo el sujeto auto-consciente, capaz de relacionarse con las otras personas, es decir, el sujeto que puede decir "yo", porque sabe que es una persona. Pero el saber que se es persona no coincide siempre con el ser persona. El hombre es una persona que es ya persona incluso antes de saber que lo es o de ser reconocido como tal por los actos externos propios de la persona (vale decir, el entender y el querer). El hombre ya es persona por el hecho de haber sido concebido por sus genitores.
----------Por ello, todo individuo humano debe ser absolutamente respetado sólo por el hecho de ser persona, independientemente del hecho de que su estructura neuropsíquica sea o no sea capaz de realizar los actos propios de la persona, o también de que su conducta moral sea o no sea conforme a la dignidad de la persona. De ahí la actual justificable tendencia a la abolición de la pena de muerte para los criminales, no porque se quiera tolerar el crimen, sino porque el criminal también es una persona y como tal debe ser respetado.
----------Estas grandes y pacíficas demostraciones populares que son las Marchas por la Vida son un poderoso llamado a la conciencia de todos, sobre todo de los gobernantes, los políticos, los juristas, los legisladores, las autoridades religiosas de todo género, y los comunes ciudadanos, creyentes y no-creyentes, a fin de que se rencuentre ese respeto por la vida naciente, en la atención a las legítimas exigencias y facultades de la mujer y de la madre, respeto que en siglos pasados ​​ha sido el fundamento no sólo de la civilización cristiana, sino de la misma civilización humana, un respeto que no puede ser sólo de ayer, sino que debe ser también de hoy y del futuro, porque está fundado en la inmutable esencia y dignidad de la persona humana, bien conocida por la sana filosofía y más aún por nosotros los cristianos, discípulos de aquel Cristo que, precisamente anunciando el destino divino del hombre, dijo: "Cielo y tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán".

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