domingo, 12 de abril de 2020

Apuntes acerca del purgatorio (2/3)

Un segundo paso en nuestra reflexión será examinar detenidamente el drama interior de Martín Lutero. La idea infeliz de interpretar la experiencia interior de la severidad divina como crueldad de un falso Dios, más que como ocasión de expiación y llamada paternal a la conversión, ha sido de Lutero, el cual, por una parte no supo renunciar al pecado y por otra no quería la punición; por eso quiso encontrar una escapatoria para poder seguir pecando incluso con la certeza de salvarse.

----------Se había convencido a sí mismo de que con el esforzarse por dejar de pecar, no se podría lograr nada: tanto valía entonces seguir pecando. Y para encontrar paz ideó la famosa "fe fiducial" y la "justificación forense", tesis posteriormente condenadas por el Concilio de Trento (Denz. 1559, 1561).
----------Sin embargo, para honrar lo verdadero y ser justos, hay que decir que Lutero creía en la obra satisfactoria cumplida por Cristo. Lo que él negaba era que nosotros podamos participar con nuestras obras, por ejemplo la Misa, en esta obra salvífica. Hoy, sin embargo, existen teólogos llamados "católicos", como Schillebeeckx y Rahner, que se alejan del catolicismo aún más que Lutero, porque niegan que Cristo con su sacrificio haya dado satisfacción al Padre por nuestros pecados y por lo tanto llegan a negar el valor satisfactorio del sacrificio de la Misa de una manera aún más radical que Lutero.
----------Precisamente el Dios "misericordioso", que no lo castiga y que le había prometido salvarlo. ¡Sin embargo, castiga al Papa y a los papistas con el infierno! Y si la conciencia continúa con sus remordimientos, Lutero lo atribuye a la envidia del diablo, por lo cual, para hacerlo enfadar e irritar de rencor, aconseja cometer un buen pecado. Bien explica todo esto Jacques Maritain, en su conocido libro: Tres Reformadores. Lutero, Descartes, Rousseau. Con qué lógica hace Lutero este discurso, es difícil entenderlo. Pero lamentablemente sabemos cuán desleal fue Lutero en su razonamiento, para defender sus posiciones insostenibles.
----------También es interesante notar cómo está completamente equivocado en su lucha contra el demonio, tanto que llega a ver al diablo en los reproches de su conciencia y en la persona del Papa y sin darse cuenta de cuánto era engañado por el diablo en su idea fija de estar predestinado para la salvación.
----------En las oposiciones que encuentra, en los ataques que recibe, en las objeciones de los adversarios, en los reproches que le dirigen, en los golpes del destino, en las enfermedades que lo aquejan, en la angustia y en los remordimientos que lo carcomen, nunca jamás le viene en mente ver en todo esto una punición por sus pecados, un látigo a su orgullo, no ve ninguna invitación a la humildad, ninguna apelación providencial a la penitencia, al arrepentimiento, a la conversión. Nada.
----------No sabe sacar de todo ello ninguna lección celestial, ninguna reflexión cuaresmal, ningún rastro del verdadero Dios misericordioso. Todo se desliza como agua sobre la roca. Para él, todo esto no es más que el odio del demonio y de los papistas, que quieren perderlo y contra quienes debe luchar con todas sus fuerzas. Está convencido de que está siempre con él el Dios "misericordioso" que le ha prometido llevarlo al paraíso.
----------En nuestra próxima nota examinaremos qué sentido tienen las penas del purgatorio.

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