miércoles, 29 de abril de 2020

De los Carbonarios a Bergoglio: el proyecto de la Nueva Iglesia (2/5)

Continuando con lo que hemos iniciado en nuestra entrada inmediatamente anterior, examinaremos ahora algunos textos extractados de la Instrucción Permanente de la Alta Vendita. Pero aclaro que lo que sigue no es toda la Instrucción de los Carbonarios, sino solamente aquellas secciones que me parecen más pertinentes para una reflexión acerca del momento presente.

----------El documento que secretamente difundían los Carbonarios expresa con gran énfasis: "Nuestro fin último es el mismo de Voltaire y de la Revolución Francesa, la 'destrucción final del catolicismo e incluso de la idea cristiana'. […] El Papa, quienquiera que sea, nunca vendrá a las sociedades secretas; corresponde a las sociedades secretas dar el primer paso hacia la Iglesia, con el objetivo de conquistarlos a ambos. […] La tarea que vamos a emprender no es el trabajo de un día, o de un mes, o de un año; puede durar varios años, quizás un siglo; pero en nuestras filas, el soldado muere y la lucha continúa".
----------"No pretendemos ganar al Papa para nuestra causa, ni hacerlo adepto a nuestros principios o propagador de nuestras ideas. Sería un sueño absurdo; y si en el caso de los prelados y cardenales, por iniciativa propia o sorpresivamente, llegasen a conocer parte de nuestros secretos, sería motivo suficiente para no hacer deseable su elección al solio pontificio. Tal elección supondría nuestra ruina. La sola ambición lo llevaría a la apostasía, y para obtener el poder se vería obligado a sacrificarse. A lo que debemos aspirar, lo que debemos pedir y esperar como los judíos a su Mesías, es un Papa que nos sea útil. […]"
----------"De esa forma podremos emprender con mayor seguridad un camino triunfal hacia el asalto a la Iglesia, mucho más que por medio de los escritos de nuestros hermanos en Francia o que con el oro de Inglaterra. ¿Sabéis por qué? Porque para destruir la poderosa Roca sobre la que Dios ha edificado Su Iglesia ya no tenemos necesidad del vinagre de Aníbal, de la pólvora, y ni siquiera de nuestros ejércitos y nuestras armas. Es preciso meter en el complot a la mano del sucesor de Pedro, y esa mano es tan valiosa para esta cruzada como la de todos los inocentes Urbanos o todos los san Bernardos de la Cristiandad".
----------"No tenemos la menor duda de que nuestros esfuerzos se verán coronados por el éxito y alcanzaremos nuestro objetivo. ¿Cuándo? ¿Cómo? Aún no nos es dado saberlo. A pesar de ello, como nada ni nadie debe apartarse del plan trazado tan meticulosamente, y como todos deberán empeñarse en su realización, como si ya a partir de mañana el éxito viniera a coronar la labor que ahora apenas esbozamos, queremos dar en esta Instrucción -que será secreta para los iniciados novicios- consejos para los oficiales a cargo de la Venta Suprema, los cuales deberán inculcarlos a todos sus hermanos, en forma de enseñanza o memorándum […]".
----------"Ahora bien, para asegurarnos un Papa acorde con nuestras necesidades, es necesario formarlo primero, […] y formar para ese Papa una generación digna del reino que soñamos. Dejemos de lado a los ancianos y los adultos de edad madura. Empecemos a partir de los jóvenes y, de ser posible, lleguemos hasta los niños. […] Sin esfuerzo nos ganaremos la reputación de buenos católicos y de patriotas sin doblez".
----------"Esa reputación difundirá nuestra doctrina tanto entre los sacerdotes más jóvenes, en los seminarios, como incluso en lo más profundo de los monasterios. En pocos años más, por la fuerza misma de las cosas, será inevitable que ese clero nuevo y joven llegue a ocupar todos los cargos y cumplir todas las funciones, forme el consejo del soberano, y sea llamado a elegir el Pontífice que deberá regir la Iglesia. Y este Pontífice, como la mayoría de sus contemporáneos, estará forzosamente imbuido de los principios patrióticos y humanitarios que comenzamos ahora a poner en circulación. Es una negra y diminuta semilla de mostaza la que estamos sembrando, confiando a la tierra; pero el amanecer del sol de la justicia la hará germinar y crecer, y nos conducirá a los más elevados poderes, y un día veréis la cosecha tan copiosa que habrá producido tan pequeña semilla".
----------"A lo largo del camino que estamos trazando, a los nuestros les será necesario superar numerosos obstáculos y dificultades de toda índole, pero triunfaremos gracias a la experiencia y la perspicacia. Mas nuestro objetivo es tan espléndido que se hace necesario desplegar todas las velas al viento para alcanzarlo. ¿Queréis revolucionar Italia? ¿Queréis encontrar al Papa cuyo retrato acabamos de dibujar? ¿Queréis fundar el reino de los elegidos sobre el trono de la prostituta de Babilonia? Hacedlo de modo que el clero marche tras nuestras banderas creyendo que marcha tras el estandarte de las llaves apostólicas. ¿Queréis hacer desaparecer hasta el último vestigio de tiranía y opresión, echad las redes como lo hacía Simón Bar-Jona. Echadlas en las sacristías, en los seminarios y en los monasterios, en vez del fondo del mar. Y si no os apresuráis, os prometemos una pesca más milagrosa que la suya. Así como aquel pescador de peces se convirtió en pescador de hombres, ubicaréis a vuestros amigos en torno a la sede de san Pedro. Habréis predicado una revolución vestida con la tiara y la capa pluvial, marchando con la cruz y sus estandartes. Una revolución que basta con encender mínimamente para que estalle en un fuego que se extienda a todos los rincones del mundo".
----------Para concluir este resumen de la Instrucción, he aquí un extracto de una carta enviada por "Nubius", jefe de la Alta Venta en Italia, a "Volpe", fechada el 3 de abril de 1824: "Se ha puesto sobre nuestros hombros una pesada carga, querido Volpe. Debemos volver inmoral la educación de la Iglesia y llegar por medios pequeños, bien graduados, aunque bastante mal definidos, al triunfo de la idea revolucionaria gracias a un Papa. En este proyecto, que siempre me ha parecido sobrehumano, marchamos aun tanteando […]". Los pseudónimos son explicables: recordemos que, por decisión del beato papa Pío IX, los nombres de los conjurados no debían ser revelados en la publicación de estos documentos.
----------A continuación, examinaremos qué tan exitoso ha sido este diseño en los doscientos años que han transcurrido desde cuando nacieron estos proyectos.
 
La Ilustración, amigo mío, está "soplando en el viento"
 
----------Ya hemos dicho que los documentos que conforman la Permanente Instrucción de la Alta Vendita corresponden al período 1820-1846. Ahora bien, con el transcurso del tiempo, a lo largo del siglo XIX, la sociedad se fue transformando mentalmente. Las causas políticas de esa transformación son evidentes: tras la Revolución Francesa, con la caída y la progresiva desaparición de las monarquías católicas, con la muerte de reyes y príncipes, las ideas liberales se iban difundiendo cada vez más. Durante los años 1800s la sociedad se había ido permeando a los principios liberales de la Ilustración y la Revolución Francesa, en detrimento de la Fe Católica y del Estado Católico. En el antiguo régimen los monarcas habían sido los garantes de la defensa de la Fe y la moral católicas. Pero ahora, las nociones supuestamente "más amables y suaves" del pluralismo religioso, o el indiferentismo religioso (que en realidad llevaba al ateísmo), la difusión de la idea de una democracia que cree que toda la autoridad proviene del pueblo, las nociones falsas de libertad y de separación de Iglesia y Estado, las reuniones interreligiosas y otras novedades, fueron ideas que se apoderaron de las mentes gracias a la publicitada Ilustración en Europa y en las colonias, infectando por igual tanto a estadistas como a eclesiásticos.
----------Para decirlo en una sola frase: se iba desarrollando la progresiva apostasía de las sociedades y de las naciones. Tras la francesada de 1789, y durante dos siglos, las sociedades y las naciones conservaron sólo restos de la Fe y la vida de Fe que había imbuido los siglos anteriores al Renacimiento, escombros, sólo un barniz católico cada vez más débil y cada vez menos reconocible. ¿Se trata de la Iglesia de Sardes del Apokalypsis? Probablemente. "Escribe también al ángel de la iglesia de Sardes... Conozco todas tus obras, y que tienes nombre de estar vivo, pero estás muerto. Vigila y conserva todo lo demás que todavía queda, y que estaba a punto de morir..." (Ap 3,1-6). Pero en estas notas no estoy haciendo exégesis de la profecía de Juan, sino filosofía y teología de la historia, intento bucear en la metafísica de la historia.
----------Sin embargo, los Papas del siglo XIX y principios del XX emprendieron la guerra contra estas peligrosas tendencias ("Vigila y conserva todo lo demás que todavía queda..."), y lo hicieron, providencialmente, de modo cuasi-militar. Esos Papas, durante siglo y medio más o menos, con una clara mentalidad arraigada en las certezas de la Fe, sin compromisos con el mundo, no se engañaron a sí mismos, ni engañaron al rebaño a ellos confiado. Sabían que los malvados principios del liberalismo y de la Ilustración, por muy honorables que pudieran parecer, no podían dar buenos frutos. Supieron reconocer que los principios de la Revolución eran malvados, y aún peor, pues estaban arraigados no solo en la herejía, sino también en la apostasía.
----------Al igual que un general al mando, que reconoce el deber de mantenerse firme a toda costa en la batalla, estos Papas apuntaron sus cañones a los errores del mundo moderno, y contra ellos dispararon incesantemente. Sus misiles fueron sus Encíclicas, y nunca erraron su objetivo. Uno de esos misiles, quizás el más explosivo y devastador fue el monumental Syllabus de Errores de 1864, del beato papa Pío IX. Y entonces -para seguir con las metáforas militares- cuando desapareció el humo y la polvareda, el alboroto y la agitación producidos por el Syllabus, todos los involucrados en la batalla no tenían dudas de quién estaba de cada lado. Las líneas de demarcación de la Iglesia y de la anti-Iglesia habían sido claramente trazadas.
----------Es un hecho histórico innegable que todos los Papas que se sucedieron tras la Revolución Francesa y hasta Pío XII inclusive, no cesaron de proclamar la verdad y condenar los "errores modernos que envenenan las almas y las sociedades", como decía Pío IX al principio de su encíclica Quanta Cura [1864], que contiene el Syllabus o "catálogo de los errores modernos". La encíclica Quanta Cura y el Syllabus, constituyen un gran proyecto, y estoy convencido que se alinean en aquel pedido del Señor al Ángel de la Iglesia de Sardes: "Vigila y conserva todo lo demás que todavía queda..." (Ap 3,2). Lo cual se transformó en definido plan de estudios para los eclesiásticos y para los seglares de las instituciones católicas.
----------Pío IX condenaba los errores del mundo moderno porque esas nuevas ideas tenían sus raíces en el naturalismo panteísta y, por lo tanto, eran incompatibles con la Fe católica, y eran destructivas para la sociedad. Esto fue indudablemente reconocido por ambos bandos: los lineamientos del programa del Syllabus estaban dictados contra el liberalismo, y a su vez los principios del liberalismo estaban ordenados contra el Catolicismo. Por ejemplo, el padre Denis Fahey [1883-1954], filósofo y teólogo irlandés de la Contra-Revolución, se refirió a este enfrentamiento en los mismos términos en que lo había hecho el papa Pío IX: había que "combatir contra la deificación panteísta del hombre" escribió en su libro El cuerpo místico de Cristo en el mundo moderno (The Mystical Body of Christ and the Reorganization of Society, Dublín 1939, cap.VII). Y hablando por el otro bando, el francmasón Ferdinand Buisson, reconocido promotor de la enseñanza laica, declaró: "Una escuela no puede permanecer neutral entre el Syllabus y la Declaración de los Derechos del Hombre".
----------Sin embargo, pese a los esfuerzos de los Papas y de la gran mayoría del clero, los buenos obispos y sacerdotes de aquellos años, el siglo XIX vio aparecer una nueva raza de católicos embriagados con las utopías modernas: los católicos liberales. La Ilustración, el liberalismo, el modernismo, la Masonería y, en concreto, la Alta Vendita, estaban "soplando en el viento"...
  
(Pronto la tercera parte)

1 comentario:

  1. Es difícil precisar la efectiva causalidad o eficacia de aquella Instrucción masónica de los primeros años del 1800, pero lo cierto es que el proyecto de los Carbonarios se cumplió a la perfección a mediados del siglo XX: los católicos liberales que dominaron el Concilio Vaticano II eran en su mayoría sinceros católicos, que no se daban cuenta que estaban marchando detrás de las banderas de la anti-Iglesia. Si no me lo entienden en sentido ofensivo, habría que decir que fueron los idiotas útiles que llevaron a su realización aquel proyecto de la Alta Vendita.

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