lunes, 20 de mayo de 2024

Algo más sobre la interpretación de Génesis 22

En esta cuestión acerca de la correcta interpretación del relato de Génesis 22, debemos ciertamente mantener firme la verdad de que Dios no puede querer sacrificios humanos. Si ha querido el sacrificio de un hombre es porque este Hombre es el Hijo Unigénito de Dios, que con su muerte vence la muerte, que es la consecuencia del pecado original y ha entrado en el mundo por envidia del diablo. Por eso en un primer momento Abraham había interpretado mal. [En la imagen: fragmento de "El sacrificio de Abraham", óleo sobre lienzo, 1653, obra de David Teniers el Joven, conservada y expuesta en el Museo de Historia del Arte de Viena, Austria].

----------En mi anterior nota sobre el tema (cf. El sacrificio de Isaac a manos de su padre Abraham), de hace sólo unos días atrás, el mismo lector a quien le respondí en ella, me ha vuelto a plantear objeciones, en este caso seis, a las cuales respondo como suelo hacerlo, por orden y en detalle a las cuestiones planteadas. Transcribo por partes, entonces, las nuevas intervenciones del amable lector:
----------"Estimado Padre Filemón, en primer lugar, quiero vivamente darle las gracias por la atención y la consideración que presta a mis comentarios, como sugerencias para sus ulteriores profundizaciones y elucidadiones. Pero permítame decirle que continúo perplejo ante la nueva exégesis del sacrificio abrahamítico, que usted pretende proponer.
----------Reconozco y tomo nota de algunos límites y defectos que usted ha encontrado en los textos de La Civiltà Católica y del teólogo (en aquella época presbítero y hoy cardenal) Gianfranco Ravasi.
----------Y sin embargo, en mi humilde opinión, subsisten al menos seis consideraciones que apoyan la interpretación tradicional del sacrificio de su hijo Isaac, como iniciativa de Dios para poner a prueba la fe de su padre Abraham:"
----------1.1. Dice, entonces, mi interlocutor en su primera objeción: "En múltiples pasajes de la Sagrada Escritura, determinados pensamientos humanos son explícitamente descritos, precisamente como pensamientos generados en el sujeto humano, o como sueños, o como fantasías, o como delirios debidos a desesperación o locura, o incluso como engaños satánicos. En resumen, me parece lícito deducir que, en estos numerosos casos, esto no se debe solo a las peculiaridades artístico-comunicativas de los autores humanos, sino que también en este aspecto se puede leer una inspiración divina. Pues bien, esto no ha sucedido en el pasaje del Génesis en cuestión, donde no está escrito "Abraham pensó / soñó / imaginó / se había convencido de que... Dios quisiera ponerlo a prueba pidiéndole el sacrificio de Isaac", sino que está escrito "Dios puso a prueba a Abraham y le dijo [...] Toma a tu hijo, tu unigénito que amas, Isaac [...] y ofrécele en holocausto". La frase es lapidaria: el sujeto es inequívocamente Dios, no las suposiciones de Abraham".
----------Respondo: En el Antiguo Testamento ciertas órdenes o mandatos o acciones atribuidas a Dios no pueden ser tomadas al pie de la letra, porque de ellas se derivaría el concepto de un Dios cruel y fautor de pecado, como por ejemplo cuando la Sagrada Escritura dice que Dios endureció el corazón del Faraón, o bien manda destruir Jericó en todas sus formas de vida, desde los hombres hasta los animales, o bien cuando manda a Saúl, por medio del profeta Samuel, practicar el así llamado herem, que era precisamente la destrucción total de una ciudad enemiga, con todos sus habitantes.
----------Ciertamente, la Sagrada Biblia presenta ad litteram estas acciones como voluntad de Dios. Ahora bien, nosotros poseemos hoy un concepto de Dios más avanzado, evolucionado y perfeccionado, que nos ha sido enseñado por Cristo, concepto por el cual la bondad divina aparece en todo su esplendor y desaparece completamente la sospecha de que Dios pueda querer el pecado.
----------Dios quiere más bien el sufrimiento, no porque sea cruel, como creen los buenistas respecto al Dios del Antiguo Testamento (que los buenistas distinguen del Dios de Cristo, como también distinguía el hereje Marción en los primeros siglos), sino porque es justo, en cuanto castiga el pecado y es justo castigar el pecado. Y además Él nos hace partícipes del sufrimiento de Cristo, porque de tal modo nos liberamos del pecado aquí en la tierra y del sufrimiento en el cielo, comenzando aquí en la tierra. Dios por sí no quiere el sufrimiento. Si lo ha querido es solo porque hemos pecado y porque Él, siendo justo, castiga el pecado.
----------Esto no quita que Dios siga castigando, enviando pruebas purificadoras y sufrimientos, que tienen un propósito correctivo y educativo. Pero la teología hoy, siguiendo el moderno magisterio de la Iglesia, rehuye completamente de aquellas expresiones veterotestamentarias donde Dios parece querer el pecado.
----------Ahora bien, el sacrificio humano es un pecado ya condenado en el Antiguo Testamento, pero ¿Abraham no sabía esto? Quizás, no. De hecho, Abraham tenía en sus oídos la existencia de sacrificios humanos y puede ser que en su concepción primitiva de Dios, pudiera imaginar una cosa de ese género.
----------También recuerdo que la intervención del ángel de Dios es una intervención esclarecedora para Abraham, no es una intervención que muestra un cambio en la voluntad de Dios, porque Dios es inmutable en su voluntad, de lo contrario ¿qué clase de Dios sería este Dios?
----------Por consiguiente, ciertamente Dios quiere que Abraham haga un sacrificio, y Abraham es ejemplar en el obedecer, es para nosotros modélico en la obediencia a lo que entiende ser voluntad de Dios, pero Dios no quiere en absoluto un sacrificio humano y esto aparece evidente, porque cuando Abraham entiende, se da cuenta de que en realidad Dios no había querido el sacrificio de Isaac, sino el sacrificio del carnero.
----------1.2"Por lo tanto, ¿por qué el Espíritu Santo no habría inspirado al autor (o a los autores) humanos del libro del Génesis, a fin de que estuviera claro que se trataba de un autoengaño de Abraham? ¿Y por qué el Espíritu Santo habría dejado que, a lo largo de tantos siglos, Padres de la Iglesia, santos, doctores de la Iglesia y también los pontífices, incluidos los últimos, siguieran engañándose sobre un hecho de esta magnitud?".
----------Respondo haciendo la observación de que la Escritura se expresa de modo de empeñar las energías de nuestra razón y de nuestra capacidad interpretativa de modo tal que el resultado de nuestras investigaciones va también a mérito de nuestra capacidad crítica y de nuestra inteligencia espiritual.
----------Ciertamente Dios, si hubiera querido, podía ofrecernos una revelación que fuera inmediatamente clara para todos, incluso para los indoctos. En cambio, así como nos ha creado capaces de razonar y de conquistar el saber con nuestras fuerzas, ha querido que el conocimiento de su divina palabra no dependiera solamente de la claridad de esta palabra, sino también del empeño que ponemos para comprenderla.
----------En este compromiso humano se incluye ante todo el trabajo explicativo del Magisterio de la Iglesia y, en segundo lugar, el trabajo de los exegetas, de los teólogos, de los profetas, del pueblo de Dios y de los santos, que contribuyen en su parte junto con el Papa, a hacernos comprender la Palabra de Dios.
----------Desde este punto de vista, debemos tener presente que ciertas expresiones del Antiguo Testamento tienen que ser interpretadas a la luz del Nuevo Testamento y se descubre que ellas son relativas a un concepto de Dios, que ha sido superado por el del Nuevo Testamento.
----------2. La segunda objeción de mi interlocutor es la siguiente: "En la continuación del relato bíblico, también la posterior intervención del ángel del Señor detiene sí la mano de Abraham, pero con esto no explicita, no declara que esto no se hubiera pedido, en su momento, por Dios, no suena a reproche hacia Abraham, por haber creído posible que Dios le hubiera pedido tal sacrificio: "Ahora sé que temes a Dios y no me has rechazado a tu hijo, tu unigénito". Por lo tanto, el ángel-voz de Dios confirma que la disponibilidad de Abraham a sacrificar a su hijo viene juzgada una confirmación de su temor de Dios, es decir, de su fe. Y particularmente significativo es aquel "no me has rechazado a tu hijo" donde, si la traducción a cargo de la CEI es correcta, el verbo rechazar solo puede significar "no querer aceptar, dar, conceder" cuanto ha sido pedido por algún Otro respecto al no rechazante Abraham. Por lo tanto, también la intervención del ángel confirma que la petición divina de ofrecer a Isaac en holocausto, no ha sido parto exclusivo de la mente de Abraham sugestionada por las usanzas cananeas de la época, sino que Dios ha tenido parte precisa".
----------Respondo: El ángel no reprocha a Abraham, sino que simplemente le advierte que lo que está haciendo en realidad no es la voluntad de Dios, sino solo lo que a él parecía ser la voluntad de Dios.
----------En cuanto a las palabras del ángel: "Ahora sé que temes a Dios y no me has rechazado a tu hijo, tu unigénito", podemos decir que ciertamente Abraham tuvo temor de Dios y ha sido movido por el espíritu de obediencia. En este sentido el ángel lo alaba.
----------Por cuanto respecta a las palabras "no me has rechazado a tu hijo", el ángel se pone desde el punto de vista de Abraham, no desde el punto de vista de Dios, porque Abraham creía ser un deber el sacrificar a su hijo, mientras que Dios finalmente le ordena sacrificar un carnero.
----------De todos modos, se mantiene el hecho de que la preciosidad del sacrificio de Abraham consiste esencialmente en el sacrificio de su propia voluntad y más precisamente consiste en el hecho de que Abraham pone a disposición de la voluntad de Dios a su propio hijo. En este sentido, Abrahán, sin darse cuenta, anticipa el acto mismo de voluntad de nuestro Señor Jesucristo, como lo dirá la Carta a los Hebreos (cap.10), en cuanto es el sacrificio de la propia voluntad humana obediente al Padre.
----------Hay que decir además que si Dios no puede cambiar su voluntad, sin embargo en la historia sagrada, a partir de Abraham para llegar a Cristo, Dios muestra cada vez mejor su voluntad, la va haciendo cada vez más clara a los hombres, pasando del ordenar sacrificios de animales a la orden hecha al Hijo Encarnado de ser el Cordero que quita los pecados del mundo.
----------En esta maravillosa historia, Abraham juega el papel de un iniciador en la comprensión de la voluntad salvífica del Padre con su total puesta a disposición de su propia voluntad respecto a la voluntad del Padre, pero, indudablemente, todavía no sabe que el Padre le habría de pedir efectivamente a un hombre, Jesucristo, que se ofreciera para la salvación del mundo.
----------Pero es evidente que, si la obediencia de Cristo es la obediencia de un hombre, el poder salvífico es la voluntad divina del Hijo, cuya voluntad es idéntica a la del Padre.
----------3. "La tradicional interpretación del sacrificio de Abraham, como descrita por Génesis, encuentra correspondencia, y por tanto confirmación, en otros textos de la Escritura. Ya he citado el libro de Judit (8,26-27): 'Recordad cuanto ha hecho Abraham, cuáles pruebas ha hecho pasar a Isaac [...] cómo los ha hecho pasar por el crisol con el único fin de probar su corazón'. ¿Qué sentido tendría esta invocación, si la prueba hecha pasar a Abraham e Isaac hubiera nacido de una errónea convicción de Abraham mismo, y no de la intención divina de querer precisamente 'probar su corazón'? Pero también en el Nuevo Testamento encontramos correspondencia y confirmación a la tradicional interpretación del sacrificio abramítico. En la Carta de Santiago, en la cual se subraya lo importante que es que a la fe sigan las obras, de lo contrario 'la fe sin las obras está muerta' (St 2,26), Santiago indica como ejemplo a Abraham quien, mostrándose dispuesto a sacrificar a su hijo según la petición de Dios, 'creyó a Dios y se le atribuyó como justicia, y fue llamado amigo de Dios' (St 2,23)".
----------Respondo: Las alabanzas que vienen hechas a Abraham en los textos de Judit y de Santiago, no se refieren tanto al hecho de que Abraham creyó que debía sacrificar a su hijo, sino a la tremenda angustia que él pasó creyendo que Dios le hubiera ordenado una cosa semejante.
----------Pues bien, es precisamente el hecho de que Abraham por fe aceptó esta angustia, aunque en buena fe creyera que Dios le hubiera verdaderamente ordenado un sacrificio humano, es precisamente la aceptación de esta angustia lo que ha constituido la superación de la prueba que Dios le había enviado. Por eso Dios, una vez constatado que Abraham aceptaba la prueba, entonces, por medio del ángel, le ha abierto los ojos y le ha hecho lanzar un inmenso suspiro de alivio al comprender que Dios no quiere sacrificios humanos.
----------Por otra parte, Abraham no sabía todavía, como dirá siglos después la Carta de los Hebreos, que en realidad Dios querrá el sacrificio de un hombre, el cual sin embargo -como bien sabemos- no será solo un hombre, sino que será el Hijo de Dios Encarnado.
----------Probablemente Abraham ya tenía sus designios humanos sobre Isaac, pero he aquí que de repente se produce la inesperada y desconcertante intervención divina, que Abraham entiende como orden de sacrificar a su hijo. En este punto, Abraham nos da ejemplo en la fe porque, aunque indudablemente disgustado, está dispuesto a obedecer. Pro he aquí que la tempestad se calma, porque con la intervención del ángel Abraham entiende que Dios estaba satisfecho con su acto de total obediencia, por lo que había superado la prueba.
----------De tal modo, Abraham cumple un normal y tradicional sacrificio cultual y no ciertamente un sacrificio humano, que estará prohibido en Israel.
----------4. "También en el magisterio de los dos últimos pontífices, la interpretación del sacrificio abramítico es la tradicional. El papa Benedicto XVI en una homilía del 4 de marzo de 2012 dijo:
----------'Pero un día Abrahán recibe de Dios la orden de ofrecerlo en sacrificio. El anciano patriarca se encuentra ante la perspectiva de un sacrificio que para él, padre, es ciertamente el mayor que se pueda imaginar. Sin embargo, no duda ni siquiera un instante y, después de preparar lo necesario, parte junto con Isaac hacia el lugar establecido [...] Abrahán se fía de Dios hasta tal punto que está dispuesto incluso a sacrificar a su propio hijo y, juntamente con el hijo, su futuro, porque sin ese hijo la promesa de la tierra no servía para nada, acabaría en la nada. Y sacrificando a su hijo se sacrifica a sí mismo, todo su futuro, toda la promesa. Es realmente un acto de fe radicalísimo. En ese momento lo detiene una orden de lo alto: Dios no quiere la muerte, sino la vida; el verdadero sacrificio no da muerte, sino que es la vida, y la obediencia de Abrahán se convierte en fuente de una inmensa bendición hasta hoy'.
----------Por lo tanto, para Benedicto XVI, es Dios quien manda a Abraham el sacrificio de Isaac, y la fe de Abraham es tan grande que se dispone a obedecer a un mandato tan doloroso, y esta obediencia suya será 'fuente de una inmensa bendición hasta hoy'.
----------Benedicto XVI, durante su mensaje en una audiencia general, el 19 de diciembre de 2012, volvió sobre el tema con las siguientes palabras:
----------'El camino de fe de Abrahán comprende el momento de alegría por el don del hijo Isaac, pero también el momento de la oscuridad, cuando debe subir al monte Moria para realizar un gesto paradójico: Dios le pide que sacrifique el hijo que le había dado. En el monte el ángel le ordenó: No alargues la mano contra el muchacho ni le hagas nada. Ahora he comprobado que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, a tu único hijo (Gn 22,12). La plena confianza de Abrahán en el Dios fiel a las promesas no disminuye incluso cuando su palabra es misteriosa y difícil, casi imposible, de acoger. Así es para María; su fe vive la alegría de la Anunciación, pero pasa también a través de la oscuridad de la crucifixión del Hijo para poder llegar a la luz de la Resurrección'.
----------También en este caso, la petición de sacrificar al propio hijo no viene juzgada por Benedicto XVI como un autoengaño de Abraham, sino como palabra de Dios aún cuando es 'es misteriosa y difícil, casi imposible, de acoger'..."
----------Respondo brevemente con dos puntos fundamentales.
----------Primero. Dios no puede querer sacrificios humanos. Si ha querido el sacrificio de un hombre es porque este Hombre es el Hijo Unigénito de Dios, que con su muerte vence la muerte, que es la consecuencia del pecado original y ha entrado en el mundo por envidia del diablo.
----------Por eso en un primer momento Abraham había interpretado mal.
----------Segundo. El ángel dice a Abraham: "No extiendas tu mano contra el muchacho, ni le hagas ningún daño" (Gn 22,12). ¿Qué significa esto? ¿Puede Dios querer que hagamos el mal? Por lo tanto, esas palabras significan que Abraham había interpretado mal, y el ángel lo corrigió prohibiéndole matar a su hijo y mandándole cumplir un normal sacrificio cultual con animales.
----------Por lo tanto, hago la observación que no es correcto llamar "misteriosa" a la voluntad de Dios, así como en un primer momento Abraham la había interpretado, sino que debemos decir con toda claridad que Abraham en un primer momento había entendido (incorrectamente, por los supuestos motivos que he venido indicando, que Dios le mandaba lo que objetivamente era un pecado, aunque hay que precisar que Abraham estaba en buena fe y subjetivamente pensaba que esa era realmente la voluntad de Dios.
----------5. "El Papa Francisco, en el Ángelus del 22 de diciembre de 2013, dijo: 'Y el Evangelio dice: Como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado (Mt 1,19). Esta breve frase resume un verdadero drama interior, si pensamos en el amor que José tenía por María. Pero también en esa circunstancia José quiere hacer la voluntad de Dios y decide, seguramente con gran dolor, repudiar a María en privado. Hay que meditar estas palabras para comprender cuál fue la prueba que José tuvo que afrontar los días anteriores al nacimiento de Jesús. Una prueba semejante a la del sacrificio de Abrahán, cuando Dios le pidió el hijo Isaac (cf. Gn 22): renunciar a lo más precioso, a la persona más amada. Pero, como en el caso de Abrahán, el Señor interviene: encontró la fe que buscaba y abre una vía diversa, una vía de amor y de felicidad: 'José -le dice- no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo' (Mt 1,20).
----------Por lo tanto, el Papa Francisco declara que la prueba que Dios ha pedido a Abraham era precisamente para encontrar la fe que buscaba, hasta qué punto podía llegar, en las obras, la fe de Abraham.
----------Por último, en la audiencia general del 3 de junio de 2020, el Papa Francisco volvió sobre el tema diciendo: 'Así Abraham se hace familiar de Dios, capaz también de discutir con Él, pero siempre fiel. Habla con Dios y discute. Hasta la prueba suprema, cuando Dios le pide que sacrifique a su propio hijo Isaac, el hijo de la vejez, el único heredero.Aquí Abraham vive su fe como un drama, como un caminar a tientas en la noche, bajo un cielo esta vez desprovisto de estrellas. Y tantas veces nos pasa también a nosotros, caminar en la oscuridad, pero con la fe. Dios mismo detendrá la mano de Abraham que ya está lista para golpear, porque ha visto su disponibilidad verdaderamente total (cf. Gn 22,1-19)'."
----------Respondo en dos puntos. Primero. La comparación que el papa Francisco hace de Abraham con san José es ciertamente correcta, porque el uno y el otro habían malinterpretado la voluntad de Dios: Abraham, creyendo que Dios quería un sacrificio humano, del cual fue apartado por el ángel; José, creyendo que María lo hubiera traicionado, pero es iluminado por el ángel en un sueño. No es Dios quien cambia su voluntad, sino que son Abraham y José quienes hacen un camino para comprenderla plenamente.
----------Segundo. Está claro que Isaac es una figura profética de nuestro Señor Jesucristo, pero Abraham aún no sabía nada del Mesías y, por lo tanto, no podía imaginar que el sacrificio de su hijo fuera la prefiguración del sacrificio de Cristo. Lo que sí en cambio Abraham se dio cuenta, advertido por el ángel, es que Dios no quiere sacrificios humanos, aun cuando Dios se había contentado con el hecho de que Abraham había superado la prueba, dispuesto a obedecer a Dios en lo que creía que Dios quería, sino que, en cambio, se revelaría muchos siglos después con el sacrificio del Hijo Encarnado.
----------Por cuanto respecta al acto de fe de Abraham, me gustaría recordar que la fe siempre tiene un contenido, por pequeño que sea. San Juan de la Cruz habla de una especie de candela en la oscuridad, pero la candela está ahí. El alma del creyente nunca se encuentra en la oscuridad total.
----------Como dice san Juan, la fe no es un caminar en las tinieblas, porque así uno no sabe a dónde va (1 Jn 2,9-11). Ciertamente, el contenido de la fe es misterioso, por lo que trasciende los límites de nuestra comprensión y por lo tanto representa como las tinieblas que están más allá de la pequeña luz que vemos.
----------Debemos añadir también otro hecho, y es que la verdad de fe en muchos casos en un primer momento, que es el tiempo de nuestra prueba, nos parece contraria a nuestra razón. Pero esto no porque sea realmente contraria, sino porque es nuestra razón la que funciona mal después del pecado original.
----------En la experiencia de fe, después del primer momento, que puede ser de escándalo, de angustia o de desconcierto, si no resistimos a confiarnos en Dios no obstante todo, Dios nos ilumina, como ha hecho con Abraham y como ha hecho con José, dándoles serenidad y alegría.
----------6. "Por último, pienso que la aceptación de la nueva interpretación del sacrificio de Abraham, que usted ha preconizado, debería tener consecuencias también en el plano litúrgico.
----------La secuencia 'Lauda Sion', atribuida, si no me equivoco, a santo Tomás, que se reza con ocasión del Corpus Christi, dice:
----------'In figuris praesignatur,
----------cum Isaac immolatur,
----------agnus Paschae deputatur,
----------datur manna patribus'.
----------('Con los símbolos se anuncia,
----------en Isaac dado a muerte,
----------en el cordero de Pascua,
----------en el maná dado a los padres').
----------¿Cómo podría ser rezada todavía la muerte de Isaac, como símbolo preanunciador del sacrificio del Hijo divino, si se había tratado de un autoengaño de Abraham?".
----------Respondo: Por cuanto respecta a este conocido himno de santo Tomás de Aquino, la composición es tan bella que es bueno dejarlo como está, sobre todo porque expresa la interpretación de la Iglesia del sacrificio de Abraham como profecía del sacrificio de Cristo.
----------Recordemos que la fe, virtud teologal, debe ser acompañada por la caridad y por la esperanza.

12 comentarios:

  1. Serafín Savelloni20 de mayo de 2024, 17:26

    Estimado padre Filemón, en primer lugar, deseo subrayar el diferente valor de dos afirmaciones sólo aparentemente consecuenciales, pero que, en mi opinión, no poseen el mismo valor de verdad:
    1) Dios no puede querer sacrificios humanos;
    2) Dios no puede poner a prueba la fe de un hombre, pidiéndole el sacrificio de su hijo.
    La primera afirmación es absolutamente verdadera, objetiva, aceptable, como usted bien ha explicado.
    A partir de esta primera afirmación, se podría convenir que también la segunda, consecuentemente, también es indiscutible.
    Pero en realidad, someter a prueba la fe humana, pidiendo fiarse de Dios incluso si Él pidiera sacrificar al propio hijo, no está en esencia, en contradicción con la verdad de la primera afirmación.
    Y esto porque el "poner a prueba", por parte de Dios, no implica en absoluto dejar llevar a cabo al hombre, lo que Él pidió inicialmente, es más, lo excluye, y esto precisamente porque "la prueba" es concluida por Dios, sin derramamiento de sangre humana, en el momento en que el hombre Abraham ha demostrado la grandeza de su fe.
    La intervención del ángel marca el final de la prueba. El test, por lo tanto, en toda su duración, nunca ha entrado en contradicción con la primera aserción, precisamente porque en toda la duración de la prueba, nunca ha sido permitido por Dios el asesinato de Isaac por parte del padre.
    De ello se deduce también que el poner fin a la prueba no constituye un cambio del querer de Dios, porque el no querer que el hombre cometa sacrificio humano, nunca ha venido a menos en Dios, ni antes, ni durante, ni después de la prueba.
    Tal vez podríamos decir que Dios, aprovechándose de las influencias sobre Abraham de las costumbres cananeas y de otros pueblos de la época, las haya secundado, utilizado precisamente para ponerlo a prueba. Así, el no excluir en absoluto el sacrificio humano, para el Abraham anterior a la intervención angélica, de alguna manera es el terreno fértil del cual se ha servido Dios, pero solo como medio, para verificar los límites de la fidelidad de Abraham.
    Luego, a partir de la conclusión del episodio, con el holocausto del carnero que Dios ha hecho ver a Abraham, este último, y todos los judíos-cristianos después de él, sabrán aún más claramente que Dios no quiere sacrificios humanos.
    En otras palabras (seguramente mis palabras son inadecuadas) deberíamos leer la petición a Abraham de sacrificar a su hijo, como si Dios le hubiera esencialmente dicho: "¿Cuán grande es tu fe hacia mí, Abraham? ¡Demuéstramelo!" y luego entra sí el "tú todavía crees que yo pueda aceptar sacrificios humanos. Te mostraré, seguidamente, que nunca ha sido así, ni jamás tendrá que serlo así, sino que ahora te pregunto: "¿continuarías siéndome fiel, si te pidiera en holocausto a tu hijo Isaac?".
    Dios quiere probar cuál es el límite de la fe de Abraham y lo hace a través de la petición más extrema, me atrevo a decir, la petición más inhumana posible, en relación con lo que es la mentalidad de Abraham de entonces.
    Luego, inmediatamente después de haber conocido cuán grande es la fe de Abraham (que se convertirá en paradigmática de la fe granítica que mueve las montañas), Dios revela que esa petición, expresada en términos paradójicamente extremos, porque está en línea con lo que Abraham (y otros de sus contemporáneos) erróneamente consideraban plausible, nunca más deberá, ni siquiera dudosamente, ser hipotetizada como bien aceptada por Dios.
    También en este episodio aparece clara la progresividad de la Revelación, subrayada por usted Padre Filemón, que tiene en cuenta la anterior mentalidad y cultura religiosa del hombre, respetando sus tiempos y su aptitud para crecer en la fe.

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  2. Serafín Savelloni20 de mayo de 2024, 18:07

    Usted ha escrito: "En el Antiguo Testamento ciertas órdenes o mandatos o acciones atribuidas a Dios no pueden ser tomadas al pie de la letra, porque de ellas se derivaría el concepto de un Dios cruel y fautor de pecado, como por ejemplo cuando la Sagrada Escritura dice que Dios endureció el corazón del Faraón, o bien manda destruir Jericó en todas sus formas de vida, desde los hombres hasta los animales, o bien cuando manda a Saúl, por medio del profeta Samuel, practicar el así llamado herem, que era precisamente la destrucción total de una ciudad enemiga, con todos sus habitantes".
    Una cosa es afirmar que Dios no pueda ser fautor del pecado, afirmación que comparto plenamente, diría también lógica consecuencia de la perfección divina, y por tanto una verdad adquirible ya con la sola razón filosófica.
    Otra cosa es afirmar que Dios no puede querer, por ejemplo, la destrucción de toda una ciudad, porque de lo contrario "se derivaría el concepto de un Dios cruel". Evidentemente, si toda una aldea es destruida por un terremoto, salvado el hecho de que todos estamos manchados por el pecado original, no solo perecen grandes pecadores, sino también personas buenas, caritativas y temerosas de Dios, lo que no convierte ciertamente a Dios en un Dios cruel, como usted ha señalado en muchas de sus intervenciones en este blog.
    No es imposible, usted me enseña, que Dios pueda sacar de algo malo, algo bueno.
    De paso, señalo que sobre el tema de Dios que "endureció el corazón del Faraón", en un artículo publicado en La Civiltà Cattolica, revista que no puede ser tachada de tradicionalismo (https://www.laciviltacattolica.es/2022/07/29/creyeron-en-el-senor-y-en-moises-su-servidor/), su autor, el padre Roland Meynet, docente emérito de la Gregoriana, comentando Éxodo 14, no plantea objeciones acerca de la intención divina de lo explicitado por la letra del texto bíblico: "[...] el Señor está siempre presente y activo. Y esto desde las primeras líneas: 'informaron al rey de Egipto'. 'informaron', ¿quiénes? Esta voz pasiva es la voz divina, que tendrá una respuesta inmediata: 'El Faraón y sus servidores cambiaron de idea' (algunas traducciones proponen: 'el corazón del Faraón dio un vuelco'), lo que corresponde a lo que el Señor había anunciado: 'endureceré su corazón' (v. 4). [...]
    Tercera escena (vv. 8-10): se cumple el plan del Señor. 'El Señor endureció el corazón del Faraón, el rey de Egipto, y este se lanzó en persecución de los israelitas, mientras ellos salían triunfalmente. [...] Pero el sujeto de la frase inicial es otro: 'El Señor endureció el corazón del Faraón'."
    Secundar la obstinación del faraón, es el medio elegido por Dios, mediante el cual, para usar las palabras de Meynet "demostrará su gloria contra el faraón, y Egipto tendrá que reconocer que él es el Señor".
    En el fondo, ¿quiénes somos nosotros para sindicar si Dios podía o no podía dejar obstinado, endurecido el corazón del faraón, para perseguir Su divino proyecto?
    ¿Y quiénes somos nosotros para sindicar si Dios podía o no podía servirse de la antigua costumbre, aunque repudiada por Él, del sacrificio humano, con el único fin de probar la fe de Abraham (y no ciertamente para hacerlo ejecutar realmente)?

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  3. Serafín Savelloni20 de mayo de 2024, 18:30

    Usted ha escrito: "la intervención del ángel de Dios es una intervención esclarecedora para Abraham, no es una intervención que muestra un cambio en la voluntad de Dios, porque Dios es inmutable en su voluntad, de lo contrario ¿qué clase de Dios sería este Dios?"
    Se podría objetar que la inmutabilidad de la voluntad divina consiste en el propósito de poner a prueba a Abraham, y al mismo tiempo en no querer verdaderamente la consumación del sacrificio humano, como traté de demostrar en mi primer comentario. Estas conjuntas voluntades divinas no sufren ningún cambio, y no están en contradicción la una con la otra.
    Por lo demás, en muchos otros ejemplos de la Escritura, se podría haber inducido, erróneamente, a tacharlos de "cambio en la voluntad de Dios".
    Por ejemplo, si en el Antiguo Testamento, Dios prescribe a Moisés: "Si alguno hiciere una lesión a su prójimo, se le hará a él como él le hizo al otro: fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente, se le hará la misma lesión que él le hizo al otro" (Lev 24,19-20).
    En el Nuevo Testamento, se leerá: "En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Habéis oído que fue dicho: Ojo por ojo y diente por diente; pero yo os digo que no os opongáis al malvado; más aún, si uno te golpea la mejilla derecha, tú le das también la otra [...]".
    ¿Sería lícito interpretar estas palabras de nuestro Señor como "cambio en la voluntad de Dios"? Ciertamente no.
    Como usted ha recordado en este mismo artículo, Dios es un Padre paciente y misericordioso que no pretende todo de inmediato. Su pueblo, en la época a la que se refiere el Levítico, no habría entendido. Entonces ha comenzado a mandar algo que los israelitas habrían podido entender. En un mundo donde el más fuerte muy a menudo prevalece al más débil, y donde las venganzas eran muy desproporcionadas respecto a la ofensa sufrida, Dios comienza a poner límites, preparando poco a poco al pueblo elegido para acoger Su voluntad, que será expresada y encarnada por Jesús.

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  4. Serafín Savelloni21 de mayo de 2024, 5:07

    Usted ha escrito: "ciertamente Dios quiere que Abraham haga un sacrificio, y Abraham es ejemplar en el obedecer, es para nosotros modélico en la obediencia a lo que entiende ser voluntad de Dios, pero Dios no quiere en absoluto un sacrificio humano".
    Pero si Dios hubiera pedido simplemente el sacrificio de un animal a Abraham, ¿qué sentido tendría la expresión del texto génesis "Dios puso a prueba a Abraham"?
    Sacrificar un animal a Dios, práctica antiquísima, si no descontada en el mundo cananeo (y no solo) de la época, ¿de qué modo habría constituido una prueba para Abraham?
    Para hacer funcionar la nueva exégesis, ¿nos veríamos entonces obligados a reinterpretar también esta frase fundamental del sacrificio abrahámico, invirtiéndola en "Abraham creyó/imaginó/se convenció de que Dios quería ponerlo a prueba" y le pidiera sacrificar a su hijo, cuando en cambio el holocausto de un simple carnero habría bastado? No es sostenible.
    Por lo demás, usted mismo escribió más adelante: "Pues bien, es precisamente el hecho de que Abraham por fe aceptó esta angustia, aunque en buena fe creyera que Dios le hubiera verdaderamente ordenado un sacrificio humano, es precisamente la aceptación de esta angustia lo que ha constituido la superación de la prueba que Dios le había enviado. Por eso Dios, una vez constatado que Abraham aceptaba la prueba [...]".
    Ahora bien, diciendo "es precisamente la aceptación de esta angustia lo que ha constituido la superación de la prueba que Dios le había enviado [...] Dios, una vez constatado que Abraham aceptaba la prueba", usted, Padre, reconoce que Dios había mandado a Abraham una prueba a superar.
    Pues bien, ¿y cuál fue esa prueba? ¿Sacrificar un animal?
    Si Dios "ha puesto a prueba" a Abraham, significa que Él le ha pedido a Abraham algo mucho más grave, mucho más difícil, mucho más comprometido, mucho más doloroso que matar a un cabrito...
    Si nosotros excluimos que Dios pueda haber pedido a Abraham la disponibilidad a sacrificara a su propio hijo, ¿qué más podría haberle pedido que constituyera una prueba?
    En otras palabras, si quitamos la petición divina del sacrificio de Isaac, viene a menos o fracasa la prueba a superar que Dios habría pedido a Abraham...
    Y esto no me parece un problema menor para esta nueva exégesis de Génesis 22.

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  5. Serafín Savelloni21 de mayo de 2024, 5:24

    Usted ha escrito: "Las alabanzas que vienen hechas a Abraham en los textos de Judit y de Santiago, no se refieren tanto al hecho de que Abraham creyó que debía sacrificar a su hijo, sino a la tremenda angustia que él pasó creyendo que Dios le hubiera ordenado una cosa semejante".
    Perdóneme, pero el texto de Judit dice, literalmente, algo diferente:
    "Recordad lo que hizo con Abraham, qué pruebas hizo pasar a Isaac [...] como pasó al crisol a estos con el único fin de probar su corazón".
    ¿Quién es el sujeto del que hay que recordar "lo que hizo con Abraham, qué pruebas hizo pasar a Isaac"? ¿Y quién es el sujeto que "ha pasado al crisol a estos con el único propósito de probar su corazón"?
    El sujeto es inequívocamente Dios.
    Entonces, Dios ha hecho... con Abraham, Dios ha hecho pasar a Isaac... El libro de Judit confirma que la iniciativa de la prueba de Abraham, de la angustia que tuvo que experimentar, ha sido siempre de Dios.
    Pero si Dios está en el origen de tal angustia, significa que Él ha consentido que Abraham creyera, aunque sea provisionalmente, que le había pedido el sacrificio de su hijo
    Si no fuera así, deberíamos concluir que el libro de Judit se equivoca... pero ¿cómo puede equivocarse la Sagrada Escritura?
    Imagino que usted me responderá que no es el libro de Judit el que se equivoca, sino mi interpretación literal, que no tiene en cuenta el progreso teológico-exegético.

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  6. Serafín Savelloni21 de mayo de 2024, 5:40

    Usted ha escrito: "Abraham nos da ejemplo en la fe porque, aunque indudablemente disgustado, está dispuesto a obedecer. Pero he aquí que la tempestad se calma, porque con la intervención del ángel Abraham entiende que Dios estaba satisfecho con su acto de total obediencia, por lo que había superado la prueba".
    ¿Cómo podía Dios estar "satisfecho con su acto de total obediencia" si, según esta nueva exégesis, Dios no le había pedido el sacrificio de su hijo?
    ¿Estaría Dios satisfecho con la obediencia a una petición... que Él no le había hecho? ¿No le parece que así caemos en una contradicción?
    Y, una vez más, si Abraham "había superado la prueba", significa que tal prueba, con toda la angustia que había comportado, le había sido pedida por Dios. De lo contrario, si no es solicitada por Dios, solo quedaría la interpretación de que "Abraham había superado la prueba de que él mismo se había impuesto", pero esto no tiene mucho sentido...
    Luego noto también que la intervención del ángel, no ocurre inmediatamente después de que Abraham haya tomado la decisión de proceder al sacrificio de su hijo, sino solamente tres días después. ¿Por qué, si no era intención divina someterlo a la prueba del holocausto de su hijo, Dios no intervino inmediatamente para hacer entender a Abraham que no era esto lo que Él quería? ¿Por qué dejó que Abraham pasara esos tres días enteros, podemos imaginar, con qué angustia en el corazón?
    La única respuesta plausible es que fue voluntad de Dios que Abraham sufriera ese sufrimiento, para poner a prueba su fe. Pero para que Abraham pudiera padecer ese sufrimiento, era necesario que Dios le secundara, aunque sea provisionalmente, que Dios mismo le hubiera pedido el holocausto de Isaac.

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    1. Estimado padre Serafín,
      con sumo gusto comentaré y responderé lo antes posible a sus comentarios y objeciones.

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  7. Serafín Savelloni21 de mayo de 2024, 6:52

    Observo que sobre mi citación de las palabras de Benedicto XVI, su respuesta no afronta explícitamente las consecuencias de las palabras del entonces pontífice, el cual afirmó claramente (audiencia del 4 de marzo de 2012) que "Abraham recibe de Dios el mandato de ofrecerlo en sacrificio", y no "Abraham creyó/pensó/imaginó/ se convenció de que Dios quisiera..."
    Y también en la audiencia del 19 de diciembre de 2012, Benedicto XVI afirmó: "Dios le pide que sacrifique al hijo que le acaba de dar."
    Si fuera verdadera esta nueva interpretación de Génesis 22 ¿debemos deducir que en ambas intervenciones, la exégesis del papa Benedicto del pasaje bíblico en cuestión, debe considerarse superada?
    También sobre mi cita de las palabras del papa Francisco, no puedo dejar de observar que usted no se pronuncia explícitamente sobre las consecuencias del hecho de que el pontífice (ángelus del 2 de diciembre de 2013) había afirmado: "Una prueba similar a la del sacrificio de Abraham, cuando Dios le pidió a su hijo Isaac (Gén 22): renunciar a lo más precioso, a la persona más amada".
    También en este caso el pontífice dice claramente "cuando Dios le pidió a su hijo Isaac", y no "cuando Abraham se convenció de que...".
    Y también en la audiencia del 3 de junio de 2020, el papa Francisco reitera: "Hasta la prueba suprema, cuando Dios le pide que sacrifique precisamente a su hijo Isaac".
    Por lo tanto, también el actual Papa confirma la interpretación tradicional del sacrificio abrahámico, como "prueba suprema" en la que "Dios le pide sacrificar precisamente a su hijo Isaac".
    En las palabras del papa Francisco, así como en las del papa Benedicto, no hay rastro del autoengaño en que habría caído Abraham, como querría la nueva exégesis.
    ¿Deberíamos concluir, pues, que también el papa Francisco, hasta ahora, habría, al menos parcialmente equivocado la interpretación de Génesis 22, y que tarde o temprano deberá corregirla?
    ¿O no sería más justo quedarse en la exégesis de los papas Francisco, Benedicto (y tantos otros), y suspender el aplauso a la nueva interpretación, al menos hasta que tuviera lugar un pronunciamiento magisterial a su favor?
    Pienso que: tertium non datur.

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  8. Serafín Savelloni21 de mayo de 2024, 7:32

    Usted ha escrito: "Está claro que Isaac es una figura profética de nuestro Señor Jesucristo [...] el sacrificio de su hijo [...] prefiguración del sacrificio de Cristo".
    Pero si esto es verdad, y no hay duda de que sea así, ¿qué consecuencias tiene esta verdad teológico-bíblica respecto a la nueva exégesis que estamos debatiendo? ¿Qué imagen de Dios sale de esto?
    Intento explicarme con palabras ciertamente inadecuadas, pero tratando de simplificar y sintetizar esta nueva exégesis:
    1) Dios había pedido a Abraham un sacrificio (que podía ser cumplido con el holocausto de un animal);
    2) Abraham se convenció, engañándose, de que Dios le habría pedido que sacrificara a su hijo;
    3) Dios intervino para detener la mano de Abraham, haciéndole entender que no le había pedido eso, sino que le ofrecía en holocausto un animal;
    4) Desde ese momento, es voluntad de Dios que el sufrimiento que Abraham ha experimentado a causa de su autoengaño, se convierta en prefiguración del sacrificio del Verbo encarnado, Hijo de Dios.
    Pero en este punto me pregunto: ¿cómo puede un sufrimiento, originado por un error de apreciación humano, como el de Abraham, que malinterpretaría la petición divina, convertirse en prefiguración del sacrificio de Cristo, detrás del cual no hay ningún tipo de valoración errónea, sino que de hecho se realiza por voluntad del Padre y del Hijo en el Espíritu Santo?
    Por más que una prefiguración sea solo una anticipación simbólico-alegórica de un acontecimiento fundamental posterior, una combinación entre estos casos específicos parece irrespetuosa de la realeza de Cristo y de la grandiosidad sublime de su sacrificio.
    Además, si en su omnisciencia y previsión, Dios siempre quería que el sacrificio abrahámico se convirtiera en prefiguración del sacrificio de Cristo, esto significa que Dios quería, desde siempre, que Abraham sintiera el sufrimiento de sacrificar a su propio hijo amado, y por lo tanto, se sigue que esta convicción de Abraham debe haber sido también algo querido, y por tanto inducido, por Dios, y no un malentendido de Abraham, a fin de que Isaac se convirtiera en profecía creíble de Cristo.
    Y por lo tanto, también sobre el tema de la prefiguración del sacrificio de Cristo, esta nueva exégesis de Génesis 22, resulta bastante problemática.

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  9. Serafín Savelloni21 de mayo de 2024, 8:23

    Para la inteligencia del sacrificio abrahámico, no se puede pasar por alto la importancia de la Carta a los Hebreos.
    Dejo hablar al padre James Swetnam, en la conferencia ofrecida en el Pontificio Instituto Bíblico en 2003, al término de su actividad de enseñanza académica (https://www.biblico.it/doc-vari/swetnam_gn22_ita.html):
    "La epístola a los Hebreos pone de relieve la fe de Abraham en su exégesis de Génesis 22: 'Por la fe Abraham, puesto a prueba, ofreció a Isaac y precisamente él, que había recibido las promesas, ofreció a su único hijo, del cual se había dicho: En Isaac tendrás un linaje que llevará tu nombre. En efecto, pensaba que Dios es capaz de hacer resucitar incluso de entre los muertos: por eso lo recuperó y fue como un símbolo' (Heb 11,17-19).
    […] El verbo 'ofrecer [en sacrificio]' se repite dos veces en el versículo 17 [...] es decir, la disposición de Abraham a sacrificar a su hijo es el punto clave del Génesis 22 que el autor quiere elegir como base para su interpretación de todo el texto [...] Los términos de la prueba se expresan claramente: Abraham estaba ofreciendo a su 'único hijo' (monogenê), precisamente 'que había recibido las promesas' (ho tas epaggelias anadexamenos). Y se especifica cuál era la promesa: '...del cual se había dicho: En Isaac tendrás una descendencia que llevará tu nombre" (pros hon elalêthê hoti en Isaac klêthêsetai soi sperma). Estas observaciones indican que el autor de la epístola ha leído el texto de Génesis 22 con cuidado, y que ha entendido los parámetros de la prueba con precisión. Lo que sigue es una interpretación extraordinaria del razonamiento que está detrás de la fe de Abraham en Dios: "...Él pensaba que Dios es capaz de hacer resucitar incluso de entre los muertos" (logisamenos hoti kai ek nekrôn egeirein dunatos ho theos).
    […] el razonamiento de Abraham parece ser bien fundado y verosímil, dada su fe anterior en el nacimiento de Isaac de su cuerpo 'muerto' y del útero 'muerto' de Sara. Dada la fe heroica manifestada en Génesis 22 no hay nada arbitrario o forzado en esta exégesis. Si la promesa de Dios de una descendencia a través de Isaac (v. 18) debía ser aceptada con fe sin reserva, y si el mandato de sacrificar a Isaac era, para Abraham, requerido por Dios, la fe en la resurrección de los muertos parece ser una conclusión legítima, de hecho, quizás la única conclusión posible.
    [...] esta atribución a Abraham de la fe en la resurrección se adapta al contexto de la fe heroica del patriarca como se describe en Génesis 22. La segunda parte de Hebreos 11,19 confirma la opinión que el autor de la epístola relacionaba la reintegración de Isaac con la resurrección de Jesús, porque dice que tal reintegración fue un 'símbolo' de la resurrección de Jesús.
    [...] la obediencia de Abraham es recompensada por Dios con el don de Isaac como símbolo de la resurrección de Jesús. Así, la fe de Abraham entra en la Providencia Divina en el llevar a cumplimiento el rol de Cristo como sumo sacerdote para toda la humanidad. Según Hebreos 11,17-19, Abraham recibió a Isaac como 'símbolo' (parabolên [...] de la realidad escatológica que es Jesús resucitado. La razón de Abraham se expresa en Hebreos 11,19a: 'Él pensaba que Dios es capaz de hacer resucitar incluso de entre los muertos'. Luego, el texto continúa, 'por eso (hothen) lo recuperó y fue como un símbolo'. En otras palabras, la confianza de Abraham es recompensada con el don no solo de Isaac sino de Jesús, que es prefigurado por Isaac [...] el don supremo de la resurrección de Jesús y todo lo que de ella se deriva es en cierto sentido un 'premio' por la fidelidad de Abraham que ha superado la prueba impuesta por Dios".

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    1. Estimado padre Serafín,
      con sumo gusto comentaré y responderé lo antes posible a sus comentarios y objeciones de los días 20 y 21 de mayo en un mismo artículo que publicaré.

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    2. Estimado padre Serafín,
      acabo de publicar mis comentarios y respuestas a sus intervenciones de los días 20 y 21 de mayo.
      Encuentra el artículo en:
      https://linumfumigans.blogspot.com/2024/05/abraham-estaba-en-buena-fe-pero-es.html

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