La violencia no depende de la fuerza y de la convicción con las cuales nos adherimos a la verdad absoluta, no depende del pensamientos fuerte, no presupone un ser fuerte, sino que, por el contrario, depende de la falsedad, del apego a lo relativo, de la claudicación ante el mal, que desciende a pactos con el mal y por tanto se deja vencer por el mal. [En la imagen: fragmento de "Verdad", bajorrelieve de 1896 de Olin Warner, completado por Herbert Adams, en la puerta de bronce a la izquierda, en la entrada principal de la Biblioteca del Congreso, Edificio Thomas Jefferson, en Washington DC, USA].
La Iglesia prefirió a Aristóteles en lugar de Platón
----------Cuando los Padres de la Iglesia, en los primerísimos siglos del Cristianismo, se acercaron al pensamiento griego, a la filosofía griega, en busca de cuanto podía en él ser utilizado para edificar la teología cristiana, prefirieron utilizar a Platón antes que a Aristóteles porque les parecía ser más religioso, más espiritual y más sublime de cuanto lo era Aristóteles. En realidad, sin embargo, no se dieron cuenta de que, más allá de las apariencias, era el pensamiento aristotélico más verdadero y más realista que el pensamiento platónico y que, de hecho, el pensamiento platónico ocultaba graves errores que no estaban presentes en la filosofía aristotélica. Nos detenemos aquí en la cuestión de la verdad y de la falsedad.
----------Tanto para Platón como para Aristóteles la verdad es correspondencia del pensamiento con el ser, por lo cual tanto Platón como Aristóteles, admiten que mientras el hombre está en la verdad adecuando su propio pensamiento a la realidad, Dios (tanto sea el Motor inmóvil de Aristóteles, como el Demiurgo de Platón) produce lo real actuando su propio pensamiento como modelo de lo real.
----------La ventaja de la filosofía de Aristóteles sobre la de Platón, es que Aristóteles admite un saber cierto y científico de las cosas sensibles y mutables, acerca de las cuales Platón permanece en una posición escéptica, confiándolas sólo a la apariencia, la doxa, no habiendo alcanzado aclarar la inteligibilidad del devenir, que a Platón, vinculado aquí con Parménides, le parece contradictorio.
----------Los antiguos Padres de la Iglesia no se dieron cuenta de que la Escritura no admite en absoluto este escepticismo, dado que para la Biblia las realidades materiales (incluido el cuerpo humano, varón y mujer) han sido creadas por Dios y, por tanto, son inteligibles y dotadas de su propia verdad, por lo cual también en relación con ellas se trata de distinguir lo verdadero de lo falso. Ahora bien, Aristóteles con sus obras sobre física, cosmología, biología y psicología, estaba en perfecta sintonía con la epistemología bíblica. Incluso hemos tenido que esperar hasta el siglo XIII para que el pensamiento aristotélico fuera adoptado por la Iglesia con la obra de comentario realizada por Tomás de Aquino y su utilización en campo teológico.
----------Como consecuencia de este arduo y muy meritorio trabajo cumplido por el Aquinate, es digno de mención, por tanto, respecto a esta cuestión del fundamento de la verdad y de la falsedad, el hecho de que la Iglesia recomiende al respecto la doctrina de santo Tomás, a quien la Iglesia ha nombrado Doctor Común de la Iglesia, recomendándolo de manera especial entre todos los demás Doctores de la Iglesia.
Los sofistas de los que habla Aristóteles corresponden a los hipócritas de los cuales habla Cristo
----------Aristóteles distingue al filósofo del sofista para significar que el filósofo modestamente no se considera un sabio (sofós), sino simplemente alguien que ama la sabiduría y la busca (filía tes sofias), mientras que llama irónicamente "sofistas" a aquellos que dan a entender a los ingenuos que son ellos (los sofistas) los que tienen el saber, haciendo de la sabiduría una profesión para obtener éxito y dinero con razonamientos capciosos y engañosos que dan por cierto lo que es dudoso y dan por dudoso lo que es cierto, sorprendiendo a los incautos oyentes haciendo parecer verdadero lo que es falso y haciendo parecer falso lo que es verdadero.
----------Aristóteles no se atreve a considerarse sabio (sofós), sino que, consciente de su falibilidad y del esfuerzo que se necesita para la conquista de la verdad, modestamente se designa simplemente como amante de la sabiduría, mientras que en realidad es el más sabio de los filósofos griegos.
----------La Biblia, en cambio, no tiene problemas en presentar la figura y el modelo del sabio, poseedor de la sabiduría (hokmáh). Ciertamente, también la Escritura es muy consciente de la falibilidad humana y es obvio que hable del amor por la sabiduría. Pero la Biblia no tiene un equivalente del término griego "filosofos". Y opone al sabio dos figuras: la del necio y la del hipócrita o mentiroso. El sofista aristotélico está bastante cerca del hipócrita. El necio de la Escritura es el torpe, el obtuso de mente, y corresponde al hombre carnal, del cual habla san Pablo, mientras que el sabio corresponde al paulino hombre espiritual.
----------Aristóteles, en cambio, considera a Protágoras un sofista, quien, como es sabido, sostenía que la medida del conocimiento no son las cosas, sino que la propia mente del hombre es la medida (metron) de las cosas, por lo cual la medida de lo verdadero no es el dato objetivo externo, eso verdadero que es uno para todos, independientemente de cada uno, sino que es verdadero lo que me parece a mí aunque a ti no te lo parezca.
----------Esa es precisamente la concepción relativista de la verdad. "Quot capita, tot sententiae", como dirán los Latinos. Es también el principio del historicismo: "veritas filia temporis". Cabe señalar que aquí no tienen nada que ver el progreso del saber ni la relatividad y multiplicidad de las opiniones, lo cual es completamente normal y legítimo, dada la humana falibilidad. Sino que aquí la pretensión equivocada reside en el relativizar el concepto mismo de verdad, negando la posibilidad de una verdad absoluta y metafísica, de modo que se viene a negar la universalidad, objetividad e inmutabilidad de la verdad.
----------Por consiguiente, para Protágoras no es el saber el que es relativo a la realidad, sino que es la realidad la que es relativa al saber, como si no la mente divina sino la mente humana fuera la ideadora y proyectadora de las cosas. Y nótese que no se trata del simple aparecer o el simple manifestarse o el simple revelarse, "salir de su escondite", como dice Heidegger, apoyándose en el término a-létheia, porque eso significaría que se manifiesta lo verdadero, sino que se trata en cambio de confundir e identificar la apariencia con la verdad, por lo cual no se plantea el problema de verificar si lo que se me aparece es verdadero, sino que lo verdadero es simplemente lo que me parece a mí, no interesa si hay o no hay algo fuera de mí, que deba hacer de medida de mi saber. No tengo necesidad de ello: me bastan mis propias ideas.
----------Ahora bien, Aristóteles, sobre la cuestión de la verdad del saber, establece la distinción entre el verdadero saber y aquel saber sólo aparente, falso o simulado, por lo cual se finge lo que no es, o el saber disimulado, disfrazado, por el cual se esconden con astucia, por intereses turbios. las propias intenciones bajo apariencias inocentes, diferentes o contrarias a lo que realmente se piensa, de modo de expresarse de tal manera que el otro entienda lo contrario o diferentemente a lo que realmente pensamos. Por ello, la veracidad o sinceridad del hablar no está dada por el simple hecho de decir lo que se piensa, sino que es necesario anticipadamente que el hablante haya verificado que lo que piensa corresponde a verdad.
----------Aristóteles, en los Elencos sofísticos, enumera una serie de formas o modalidades de falso saber y de lenguaje falso, ilusorio y engañoso, causado por una serie de procedimientos silogísticos equivocados. El razonar debe seguir ciertas reglas para alcanzar la verdad, transgrediendo las cuales, se cae en el error. Los errores en filosofía, metafísica y teología son causados por la falta de respeto de estas reglas, por su incumplimiento, así como, naturalmente, por la falta de percepción del objeto del saber.
----------El término élencos tiene aquí el significado de refutación, por lo que el título de la mencionada obra de Aristóteles, Elencos sofísticos, quiere decir demostración de los trucos usados por los sofistas para engañar a la gente. Un resumen del contenido de esta obra de Aristóteles lo podemos encontrar en aquel querido manual de filosofía aristotélico-tomista con el cual hemos dado nuestros primeros pasos en el pensamiento sistemático los viejos sacerdotes de mi generación: Joseph Gredt, Elementa philosophiae aristotelico-Thomisticae, Ediciones Herder, Friburgi Brisgoviae 1937, obra en dos volúmenes.
----------El uso del procedimiento sofístico puede ser voluntario o involuntario. Si es involuntario, entonces es provocado por ignorancia o por falta de educación de la razón. Si, en cambio, es voluntario, tenemos actos moralmente reprobables, como la mentira, el engaño, el fraude, la impostura, la elusión, el subterfugio, el engaño, la hipocresía, la falsedad, la doblez, la deshonestidad, la deslealtad, intelectuales.
----------Aristóteles establece cuatro formas de falsedad intelectual no exentas de culpa moral reconducible a la presunción, a la soberbia (ybris), a la arrogancia o al sobre-pensar, el trans-cogitare, es decir, ese género de pensar que se sale de los límites correctos: el pensamiento del escéptico (skeptikós), el del protervo o perverso (apáideutos), el del mentiroso (pseustes) y el del sofista (sofistés).
----------El escéptico es aquel que duda de todo, y que no quiere dar nada por cierto, por lo cual según él nada se puede conocer y, en definitiva, nada existe; por consiguiente, para el escéptico la verdad no existe. El escéptico no posee el arte del dudar, sino que duda de modo irracional, es decir, no duda acerca de lo que es dudable, sino de aquello de lo cual no se puede dudar, porque es indudable. El escéptico, en lugar de dudar de una conclusión o de una apariencia o de una semblanza o de una opinión subjetiva, duda en cambio acerca de lo que es evidente, duda de lo que todos saben, duda de los primeros principios, que son aquellas verdades universales inmediatas, objetivas y evidentes, absolutamente ciertas, innegables o incontrovertibles, de sentido o de razón, del devenir y del ser, que permiten resolver toda duda.
----------El protervo o indócil (apáideutos) se asemeja en cierto modo al escéptico, en cuanto también el protervo niega toda certeza, por lo cual niega la evidencia irrefutable del principio de no-contradicción y pretendería demostrarlo, mientras que esto es imposible, porque se trata del primer principio, que es precisamente principio y base de toda demostración. La diferencia del protervo con el escéptico radica en el hecho de que mientras éste, no creyendo en la verdad, evita pronunciarse o tomar posición neta sobre cualquier cosa, el protervo en cambio pretende tener razón contra el realista y refutarlo, tomando al realista por un desprevenido o impreparado, que no conoce la verdad, la cual, según el sofista, radica precisamente en negar que sea la verdad en cuanto identidad del ente, porque según él los contradictorios están juntos, el sí está junto con el no.
----------Al protervo no le importa contradecirse, más bien, el contradecirse confirma, según él, que tiene razón al sostener que lo real es contradictorio. El protervo fácilmente basa su tesis en el hecho del devenir, el cual puede efectivamente parecer algo contrario al principio de identidad.
----------La diferencia entre el escéptico y el protervo radica en el hecho de que mientras al escéptico no le interesan la filosofía y la metafísica, que él considera ilusiones y pérdida de tiempo, e ironiza de quienes creen en los valores absolutos, el protervo se considera un genio del saber y elabora sistemas, como por ejemplo han hecho Descartes y Hegel, convencidos de haber alcanzado el saber absoluto.
----------El mentiroso dice lo que no corresponde a verdad, engañando por ello al prójimo. De tal modo él cae víctima del error (plane), que es el tomar lo verdadero por falso y viceversa o confundir la apariencia (doxa) con la verdad. El mentiroso es también aquel que pronuncia mentiras sobre el prójimo ya sea por envidia o por venganza o por celos o por espíritu de contienda: el calumniador, el maldiciente, el denigrador, el difamador. También es mentiroso el hereje, que enseña dogmas falsos en el campo de la fe ya sea por impiedad o por ventajas personales o por soberbia.
----------El sofista es aquel que, no por una verdadera búsqueda de la sabiduría, sino para hacerse un nombre (Cristo habla de aquellos que no buscan la gloria que viene de Dios, sino la que viene de los hombres), razona y produce pruebas o argumentos no probatorios, haciendo parecer verdadero lo que es falso y viceversa. En los Elencos sofísticos, Aristóteles muestra los medios utilizados por el sofista para llevar a engaño y los refuta. El sofista es el estafador, el impostor, el simulador, el disimulado, el hereje, el hipócrita, el "sepulcro blanqueado", el "lobo vestido de oveja", el "serpiente", "raza de víboras", el falso cristo y el falso profeta.
La verdad es la fuerza que elimina la violencia
----------Como hemos visto por que llevamos dicho hasta aquí, la violencia no depende de la fuerza y de la convicción con las cuales nos adherimos a la verdad absoluta, no depende del pensamientos fuerte, no presupone un ser fuerte, sino por el contrario depende de la falsedad, del apego a lo relativo, de la claudicación ante el mal, que desciende a pactos con el mal y por tanto se deja vencer por el mal. Bajar el ser, hacer decaer el ser, significa bajar o hacer decaer o disminuir el bien y dar espacio al mal. Debilitar el pensamiento quiere decir carecer de aquellas convicciones que dan esperanza de vencer a la guerra contra el mal.
----------Entonces, en base a cuanto he dicho, resulta que la certeza metafísica es absolutamente necesaria para eliminar la violencia y toda forma de mal. Y por ende, la falsedad es violencia hecha al intelecto. La violencia es la imposición de algo ajeno o contrario a un sujeto que no está hecho para recibirlo y por tanto siente repugnancia por ello y se siente oprimido por esa imposición.
----------Ahora bien, si el intelecto, hecho naturalmente para la verdad, siente repugnancia ante la propuesta que se le hace de aceptar la verdad, es señal de que es un intelecto enfermo o malsano, que debe ser curado por la verdad misma, la cual tiene la tarea de insertarse en esa verdad que el intelecto enfermo ya posee, para que sea él mismo el que se libere y acoja la medicina que refute su error. El intelecto, por tanto, queda liberado y curado, no violentado por la verdad.
----------Es Satanás, es el sofista, no el verdadero filósofo, el que se siente violentado por la verdad, porque quiere establecer él la verdad, manipularla él, que se ha puesto en el lugar de Dios. Es la persona falsa y engañadora, es quien no cree en la verdad y desprecia la verdad, el que hace violencia a los demás. Por el contrario, es la persona sincera y honesta la que libera a los demás de la violencia que sufren como víctimas del error.
----------La liberación de la violencia, la victoria sobre la violencia surge del culto de la veracidad. Sólo la veracidad nos asegura la asistencia del Dios de la verdad, del Dios-Verdad que es el mismo nuestro Señor Jesucristo. La verdad absoluta y subsistente es Dios mismo, y quien no tiene a Dios por aliado se mantiene derrotado por la mentira o cede al odio y a la violencia.
----------Es necesario distinguir la verdad del juicio de la verdad como veracidad del habla o veracidad en el hablar, también llamada sinceridad. La verdad del juicio es la "adaequatio intellectus et rei" y puede ser gnoseológica, si es adecuación del juicio a la cosa, u ontológica, si es adecuación de la cosa al juicio. La verdad es también la identidad intencional del pensamiento con el ser; es el acto del intelecto en acto de conocer, es el conocer en acto. Ésta es la parte de verdad del idealismo.
----------En cambio, el pensamiento en potencia es realmente distinto de lo pensable, que es lo pensado en potencia. Sin embargo, así como el idealismo ignora la potencia y por tanto sólo admite el acto e identifica el pensamiento con el ser, así también el idealismo sólo admite el ser y el pensamiento divinos, por lo cual el pensar humano es identificado por el idealista con el pensar divino. Por consiguiente, para el idealista, la verdad es sólo la absoluta, y la verdad relativa es identificada con la absoluta.
----------Por el contrario, para Vattimo la verdad es sólo la verdad débil, modesta, disminuída, pero esto no evita en él el absolutismo porque, en cualquier caso, no puede dejar de pronunciarse de modo absoluto. Es la trampa habitual en la cual caen todos los escépticos: es verdadero que no existe la verdad.
----------Tratando de lo que se opone a la verdad o niega o excluye la verdad, también es necesario distinguir el error de lo falso. Error es simplemente el vicio de un juicio que no refleja la realidad; es un juicio equivocado. Se puede errar en buena fe o en mala fe, es decir, sin saberlo o sabiéndolo. Lo falso, en cambio, es un juicio intencionalmente errado pronunciado para engañar: es la mentira.
----------Por tanto, entonces, es necesario distinguir la falsedad del juicio de la falsedad como vicio moral. El error del juicio es la propiedad de un juicio que afirma lo que no corresponde a lo verdadero, es decir, que no corresponde a las cosas tal como son. Se trata de un juicio erróneo o falso. En cambio, la falsedad como vicio moral es el decir lo falso con el objetivo de engañar; o sea, es el mentir.
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