Si Abraham no hubiera querido sacrificar a su hijo, teniendo en conciencia la certeza de que en cambio Dios lo quería, habría pecado y no habría superado la prueba. Pero precisamente porque Abraham sigue su conciencia, aunque se trate de una conciencia errónea, Dios lo premia, por lo que nos damos cuenta que a Dios le interesa la buena fe, aunque objetivamente hagamos algo que Él no quiere. [En la imagen: fragmento de "El sacrificio de Isaac", óleo y claroscuro sobre lienzo, de alrededor de 1603, obra de Michelangelo Merisi da Caravaggio, conservado y expuesto en la Galería Uffizi, Florencia, Italia].
----------Acerca de la cuestión planteada por la exégesis del capítulo 22 del libro del Génesis, el lector con quien estoy manteniendo un interesante diálogo desde hace un par de artículos atrás, ha vuelto a plantear objeciones, ahora referidas a mi artículo del 20 de mayo, titulado Algo más sobre la interpretación de Génesis 22. Transcribo aquí literalmente sus intervenciones de los días 20 y 21 del corriente, divididas en sus puntos temáticos de interés, a los cuales hago seguir mi correspondiente respuesta.
----------1. Estimado padre Filemón, en primer lugar, deseo subrayar el diferente valor de dos afirmaciones sólo aparentemente consecuenciales, pero que, en mi opinión, no poseen el mismo valor de verdad: 1) Dios no puede querer sacrificios humanos; 2) Dios no puede poner a prueba la fe de un hombre, pidiéndole el sacrificio de su hijo. La primera afirmación es absolutamente verdadera, objetiva, aceptable, como usted bien ha explicado. A partir de esta primera afirmación, se podría convenir que también la segunda, consecuentemente, también es indiscutible. Pero en realidad, someter a prueba la fe humana, pidiendo fiarse de Dios incluso si Él pidiera sacrificar al propio hijo, no está en esencia, en contradicción con la verdad de la primera afirmación.
----------Respondo: Estimado padre Serafín, como siempre, respondo por partes.
----------Por cuanto respecta a la primera proposición por usted señalada, acerca de que Dios no puede querer sacrificios humanos, debemos decir que tal proposición es verdadera porque el sacrificio de un hombre no está proporcionado a la salvación de la humanidad.
----------Por cuanto respecta a la segunda proposición, debemos decir, en base a la primera, que Dios no puede poner a prueba a un hombre ordenándole sacrificar a su hijo.
----------Por este motivo, la afirmación de que Dios puede poner a prueba a un hombre ordenándole sacrificar a su hijo está en contradicción con la primera.
----------2. Y esto porque el "poner a prueba", por parte de Dios, no implica en absoluto dejar llevar a cabo al hombre, lo que Él pidió inicialmente, es más, lo excluye, y esto precisamente porque "la prueba" es concluida por Dios, sin derramamiento de sangre humana, en el momento en que el hombre Abraham ha demostrado la grandeza de su fe.
----------Respondo: Hago la observación de que la prueba impuesta por Dios a Abraham no consiste en pedirle inicialmente sacrificar a su hijo, sino que es Abraham quien en un primer momento malinterpreta el mandato, porque considera en conciencia que ésta sea la voluntad divina.
----------Por eso, en un momento dado, Dios interviene por medio del ángel para hacer entender a Abraham que se había equivocado al interpretar su voluntad divina.
----------La grandeza de la fe de Abraham no se refiere al contenido inicial de la fe misma de Abraham, es decir, no está constituida en la idea que Abraham se había hecho de tener que sacrificar a su hijo, sino en el hecho de obedecer a Dios, no obstante que creyera que Dios quería el sacrificio de su hijo.
----------3. La intervención del ángel marca el final de la prueba. El test, por lo tanto, en toda su duración, nunca ha entrado en contradicción con la primera aserción, precisamente porque en toda la duración de la prueba, nunca ha sido permitido por Dios el asesinato de Isaac por parte del padre.
----------Respondo: Es cierto que Dios por todo el curso de la duración de la prueba no ha permitido el asesinato de Isaac. Sin embargo, ha sido Abraham quien, en un primer momento, ha creído que Dios quisiera una cosa semejante. Como sabemos, ha sido el ángel el mensajero que, en nombre de Dios, ha revelado a Abraham la verdadera voluntad de Dios ordenándole que no hiciera ningún mal a su hijo. En efecto, Dios no quiere el mal de nadie, siendo Él Bondad infinita.
----------4. De ello se deduce también que el poner fin a la prueba no constituye un cambio del querer de Dios, porque el no querer que el hombre cometa sacrificio humano, nunca ha venido a menos en Dios, ni antes, ni durante, ni después de la prueba.
----------Tal vez podríamos decir que Dios, aprovechándose de las influencias sobre Abraham de las costumbres cananeas y de otros pueblos de la época, las haya secundado, utilizado precisamente para ponerlo a prueba. Así, el no excluir en absoluto el sacrificio humano, para el Abraham anterior a la intervención angélica, de alguna manera es el terreno fértil del cual se ha servido Dios, pero solo como medio, para verificar los límites de la fidelidad de Abraham.
----------Respondo: Indudablemente no es que Dios pida primero una cosa y luego mande otra cosa distinta, porque la voluntad de Dios es inmutable. En otros términos: Dios no da contraórdenes como hacemos los hombres, y mucho menos es voluble.
----------Sin embargo, es cierto que Dios permite que Abraham se engañe en buena fe. Pero esta permisión divina entra en la prueba que Dios impone a Abraham, prueba que no se debe considerar en su contenido en sí mismo, que no es correspondiente a la voluntad de Dios, sino que hay que calcular en relación con la voluntad con la cual Abraham ha obedecido a Dios aunque en buena fe lo hubiera malentendido.
----------5. Luego, a partir de la conclusión del episodio, con el holocausto del carnero que Dios ha hecho ver a Abraham, este último, y todos los judíos-cristianos después de él, sabrán aún más claramente que Dios no quiere sacrificios humanos.
----------En otras palabras (seguramente mis palabras son inadecuadas) deberíamos leer la petición a Abraham de sacrificar a su hijo, como si Dios le hubiera esencialmente dicho: "¿Cuán grande es tu fe hacia mí, Abraham? ¡Demuéstramelo!" y luego entra sí el "tú todavía crees que yo pueda aceptar sacrificios humanos. Te mostraré, seguidamente, que nunca ha sido así, ni jamás tendrá que serlo así, sino que ahora te pregunto: "¿continuarías siéndome fiel, si te pidiera en holocausto a tu hijo Isaac?".
----------Respondo: Por cuanto respecta a esta última pregunta, no me parece una pregunta que pueda ser hipotetizada. No me parece que Dios pueda haber puesto tal pregunta a Abraham. Es necesario atenernos a los hechos narrados por la Escritura.
----------Debemos reconocer, ciertamente, que el texto bíblico nos presenta a un Dios que pide el sacrificio del hijo. Aquí sin embargo hay un delicado problema de exégesis, que en el pasado no ha sido resuelto bien, porque se ha pensado que Dios efectivamente quisiera que Abraham sacrificara a su hijo, salvo luego para cambiar de voluntad, mediante el mensaje del ángel.
----------¿Cómo se resuelve este problema? Ateniéndonos al hecho de que Dios no puede pedir sacrificios humanos, la única solución es que Abraham se haya equivocado en buena fe y que es iluminado por el ángel sobre lo que es la verdadera voluntad de Dios.
----------Si el ángel ordena a Abraham "no hacerle ningún mal", ¿qué significa esto sino que el asesinar a Isaac era malo, es decir, era un pecado? Pero, ¿acaso puede Dios ordenar un pecado?
----------6. Dios quiere probar cuál es el límite de la fe de Abraham y lo hace a través de la petición más extrema, me atrevo a decir, la petición más inhumana posible, en relación con lo que es la mentalidad de Abraham de entonces.
----------Luego, inmediatamente después de haber conocido cuán grande es la fe de Abraham (que se convertirá en paradigmática de la fe granítica que mueve las montañas), Dios revela que esa petición, expresada en términos paradójicamente extremos, porque está en línea con lo que Abraham (y otros de sus contemporáneos) erróneamente consideraban plausible, nunca más deberá, ni siquiera dudosamente, ser hipotetizada como bien aceptada por Dios.
----------También en este episodio aparece clara la progresividad de la Revelación, subrayada por usted Padre Filemón, que tiene en cuenta la anterior mentalidad y cultura religiosa del hombre, respetando sus tiempos y su aptitud para crecer en la fe.
----------Respondo: En el momento en el cual Dios constata la obediencia de Abraham, en ese momento lo ilumina sobre su verdadera voluntad. La observación final que podemos hacer sobre este episodio fundamental de la historia de la salvación es que en esta circunstancia Dios, muy lejos de ordenar un sacrificio humano, que luego desmintiera por medio del ángel, nos enseña de una vez por todas que Él no quiere sacrificios humanos.
----------Ciertamente Dios en este momento pensaba en el sacrificio de otro hombre, que sin embargo no habría de ser un puro hombre, sino hombre-Dios, nuestro Señor Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre. En tal caso, entonces está claro que este es un sacrificio salvífico, porque la fuerza redentora y satisfactoria de tal sacrificio no viene de un hombre, sino que viene de Dios.
----------Está claro sin embargo que en este momento Abraham no sabe todavía nada de este divino sacrificio y por tanto continúa con el sacrificio del animal, propio del Antiguo Testamento.
----------La revelación del sacrificio divino nos será hecha en cambio por nuestro Señor Jesucristo.
----------7. Usted ha escrito: "En el Antiguo Testamento ciertas órdenes o mandatos o acciones atribuidas a Dios no pueden ser tomadas al pie de la letra, porque de ellas se derivaría el concepto de un Dios cruel y fautor de pecado, como por ejemplo cuando la Sagrada Escritura dice que Dios endureció el corazón del Faraón, o bien manda destruir Jericó en todas sus formas de vida, desde los hombres hasta los animales, o bien cuando manda a Saúl, por medio del profeta Samuel, practicar el así llamado herem, que era precisamente la destrucción total de una ciudad enemiga, con todos sus habitantes".
----------Una cosa es afirmar que Dios no pueda ser fautor del pecado, afirmación que comparto plenamente, diría también lógica consecuencia de la perfección divina, y por tanto una verdad adquirible ya con la sola razón filosófica.
----------Otra cosa es afirmar que Dios no puede querer, por ejemplo, la destrucción de toda una ciudad, porque de lo contrario "se derivaría el concepto de un Dios cruel". Evidentemente, si toda una aldea es destruida por un terremoto, salvado el hecho de que todos estamos manchados por el pecado original, no solo perecen grandes pecadores, sino también personas buenas, caritativas y temerosas de Dios, lo que no convierte ciertamente a Dios en un Dios cruel, como usted ha señalado en muchas de sus intervenciones en este blog.
----------No es imposible, usted me enseña, que Dios pueda sacar de algo malo, algo bueno.
----------Respondo: Por cuanto respecta a la destrucción de Jericó, me parece evidente que la gente de entonces estaba convencida de que ello fuera cosa querida por Dios, pero aquí nos encontramos ante una concepción arcaica de la victoria militar, que prevé la destrucción total del enemigo, algo que hoy valoramos horrendo. Por tanto, no podemos hacer responsable a Dios por haber mandado una acción militar de tal crueldad, crueldad sin embargo de la cual somos conscientes, como he dicho, solo hoy, a partir de la profundización de las exigencias del Evangelio, que habla incluso del amor hacia el enemigo.
----------Por cuanto respecta al hecho de que un terremoto destruya una ciudad entera, está claro que aquí una voluntad humana destructiva, presente en cambio en el episodio de Jericó, está totalmente ausente y, por lo tanto, ni siquiera se plantea la cuestión de saber si una voluntad humana destructora ha sido ordenada por Dios. Por tanto, no se plantea tampoco la cuestión de si Dios pudo haber querido realmente un acto tan cruel, como la destrucción de Jericó.
----------Se podría hacer una ulterior consideración: muy probablemente esta destrucción total tiene un significado simbólico, en el sentido de que el pecado debe ser destruido totalmente. El problema es que se confunde el pecado con el pecador.
----------8. De paso, señalo que sobre el tema de Dios que "endureció el corazón del Faraón", en un artículo publicado en La Civiltà Cattolica, revista que no puede ser tachada de tradicionalismo (), su autor, el padre Roland Meynet, docente emérito de la Gregoriana, comentando Éxodo 14, no plantea objeciones acerca de la intención divina de lo explicitado por la letra del texto bíblico: "[...] el Señor está siempre presente y activo. Y esto desde las primeras líneas: 'informaron al rey de Egipto'. 'informaron', ¿quiénes? Esta voz pasiva es la voz divina, que tendrá una respuesta inmediata: 'El Faraón y sus servidores cambiaron de idea' (algunas traducciones proponen: 'el corazón del Faraón dio un vuelco'), lo que corresponde a lo que el Señor había anunciado: 'endureceré su corazón' (v. 4). [...]
----------Tercera escena (vv. 8-10): se cumple el plan del Señor. 'El Señor endureció el corazón del Faraón, el rey de Egipto, y este se lanzó en persecución de los israelitas, mientras ellos salían triunfalmente. [...] Pero el sujeto de la frase inicial es otro: 'El Señor endureció el corazón del Faraón'."
----------Secundar la obstinación del faraón, es el medio elegido por Dios, mediante el cual, para usar las palabras de Meynet "demostrará su gloria contra el faraón, y Egipto tendrá que reconocer que él es el Señor".
----------En el fondo, ¿quiénes somos nosotros para sindicar si Dios podía o no podía dejar obstinado, endurecido el corazón del faraón, para perseguir Su divino proyecto?
----------¿Y quiénes somos nosotros para sindicar si Dios podía o no podía servirse de la antigua costumbre, aunque repudiada por Él, del sacrificio humano, con el único fin de probar la fe de Abraham (y no ciertamente para hacerlo ejecutar realmente)?
----------Respondo: Por cuanto respecta a este famoso pasaje: "El Señor volvió obstinado el corazón del Faraón", a primera vista parece que Dios sea la causa del pecado de Faraón o, en otras palabras, que Él mueve la voluntad de Faraón a querer la muerte de los israelitas.
----------Ahora bien, es evidente que Dios no puede querer una cosa semejante, porque Dios no puede querer el pecado. Entonces, este pasaje debe ser interpretado en el sentido de que Dios permitió el pecado del Faraón para mostrar su misericordia hacia Israel matando a los Egipcios.
----------¿Es posible establecer una comparación con el episodio de Abraham? A primera vista parecería posible encontrar una semejanza: así como Dios quiere el sacrificio de Abraham, así quiere que el Faraón sea obstinado.
----------Ahora bien, en uno y en otro caso hemos visto cómo debe ser interpretada esta supuesta voluntad de Dios: Dios, en todo caso, no puede querer el pecado, se trate de un sacrificio humano, o se trate de la opresión con la cual los egipcios han oprimido al Pueblo elegido.
----------Como dice santo Tomás de Aquino: Dios no quiere el pecado, sino que quiere no impedir el pecado, porque del mal quiere sacar un mayor bien. Así sucede que a veces Dios quiere impedir al pecador que el pecado no ocurra; a veces no quiere impedirlo y lamentablemente el pecado ocurre.
----------¿Por qué a veces quiere impedir y a veces no impide? No lo sabemos. Esto es algo que está escondido en el misterio impenetrable de la voluntad divina, de la cual en todo caso sabemos que es infinitamente buena.
----------9. Usted ha escrito: "la intervención del ángel de Dios es una intervención esclarecedora para Abraham, no es una intervención que muestra un cambio en la voluntad de Dios, porque Dios es inmutable en su voluntad, de lo contrario ¿qué clase de Dios sería este Dios?"
----------Se podría objetar que la inmutabilidad de la voluntad divina consiste en el propósito de poner a prueba a Abraham, y al mismo tiempo en no querer verdaderamente la consumación del sacrificio humano, como traté de demostrar en mi primer comentario. Estas conjuntas voluntades divinas no sufren ningún cambio, y no están en contradicción la una con la otra.
----------Respondo: Estoy de acuerdo en el reconocer que Dios no ha querido el sacrificio de Isaac, sino que ha dejado que Abraham creyera que Dios le hubiera mandado hacerlo. Abraham sigue su conciencia, que en un primer momento le mandaba el sacrificio de Isaac, pero que luego ha sido iluminada por el ángel.
----------10. Por lo demás, en muchos otros ejemplos de la Escritura, se podría haber inducido, erróneamente, a tacharlos de "cambio en la voluntad de Dios".
----------Por ejemplo, si en el Antiguo Testamento, Dios prescribe a Moisés: "Si alguno hiciere una lesión a su prójimo, se le hará a él como él le hizo al otro: fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente, se le hará la misma lesión que él le hizo al otro" (Lev 24,19-20).
----------En el Nuevo Testamento, se leerá: "En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Habéis oído que fue dicho: Ojo por ojo y diente por diente; pero yo os digo que no os opongáis al malvado; más aún, si uno te golpea la mejilla derecha, tú le das también la otra [...]".
----------¿Sería lícito interpretar estas palabras de nuestro Señor como "cambio en la voluntad de Dios"? Ciertamente no.
----------Respondo: Yo diría que esas palabras de Jesús no presumen en absoluto cambiar cuanto Dios quería en el Antiguo Testamento. En efecto, si prestamos atención al principio "ojo por ojo", éste es de por sí el principio de la justicia conmutativa y de la justicia penal. Por lo tanto, me parece que Jesús, con sus palabras, no pretende excluir ese principio veterotestamentario, sino proponer una ética superior, inspirada en una mayor generosidad, tal como para evitar no digo el principio en sí mismo, sino su aplicación rígida e inexorable.
----------11. Como usted ha recordado en este mismo artículo, Dios es un Padre paciente y misericordioso que no pretende todo de inmediato. Su pueblo, en la época a la que se refiere el Levítico, no habría entendido. Entonces ha comenzado a mandar algo que los israelitas habrían podido entender. En un mundo donde el más fuerte muy a menudo prevalece al más débil, y donde las venganzas eran muy desproporcionadas respecto a la ofensa sufrida, Dios comienza a poner límites, preparando poco a poco al pueblo elegido para acoger Su voluntad, que será expresada y encarnada por Jesús.
----------Respondo: Sobre las palabras de este pasaje concuerdo plenamente.
----------12. Usted ha escrito: "ciertamente Dios quiere que Abraham haga un sacrificio, y Abraham es ejemplar en el obedecer, es para nosotros modélico en la obediencia a lo que entiende ser voluntad de Dios, pero Dios no quiere en absoluto un sacrificio humano".
----------Pero si Dios hubiera pedido simplemente el sacrificio de un animal a Abraham, ¿qué sentido tendría la expresión del texto génesis "Dios puso a prueba a Abraham"?
----------Sacrificar un animal a Dios, práctica antiquísima, si no descontada en el mundo cananeo (y no solo) de la época, ¿de qué modo habría constituido una prueba para Abraham?
----------Para hacer funcionar la nueva exégesis, ¿nos veríamos entonces obligados a reinterpretar también esta frase fundamental del sacrificio abrahámico, invirtiéndola en "Abraham creyó/imaginó/se convenció de que Dios quería ponerlo a prueba" y le pidiera sacrificar a su hijo, cuando en cambio el holocausto de un simple carnero habría bastado? No es sostenible.
----------Respondo: Ciertamente la prueba consiste en el hecho de que Abraham está convencido de que Dios le pida el sacrificio de su hijo. Ahora bien, ¿por qué razón esto es una prueba? No por el hecho de que Dios pida verdaderamente a Abraham el sacrificio de su hijo, sino que es una prueba en cuanto Abraham, ante la idea (equivocada) de tener que sacrificar a su hijo, ha quedado desconcertado y angustiado, y no obstante ha querido poner en práctica lo que él creía que fuera la voluntad de Dios.
----------Entonces, en esta prueba, no está en juego el contenido de la prueba, contenido que está vinculado a un equívoco de Abraham, sino que está en juego la voluntad de Abraham de obedecer, no obstante todo. De hecho, si Abraham no hubiera seguido su conciencia, habría de hecho desobedecido a Dios y por eso Dios interviene para hacer conocer Su voluntad divina.
----------13. Por lo demás, usted mismo escribió más adelante: "Pues bien, es precisamente el hecho de que Abraham por fe aceptó esta angustia, aunque en buena fe creyera que Dios le hubiera verdaderamente ordenado un sacrificio humano, es precisamente la aceptación de esta angustia lo que ha constituido la superación de la prueba que Dios le había enviado. Por eso Dios, una vez constatado que Abraham aceptaba la prueba [...]".
----------Ahora bien, diciendo "es precisamente la aceptación de esta angustia lo que ha constituido la superación de la prueba que Dios le había enviado [...] Dios, una vez constatado que Abraham aceptaba la prueba", usted, Padre, reconoce que Dios había mandado a Abraham una prueba a superar.
----------Pues bien, ¿y cuál fue esa prueba? ¿Sacrificar un animal?
----------Si Dios "ha puesto a prueba" a Abraham, significa que Él le ha pedido a Abraham algo mucho más grave, mucho más difícil, mucho más comprometido, mucho más doloroso que matar a un cabrito...
----------Si nosotros excluimos que Dios pueda haber pedido a Abraham la disponibilidad a sacrificara a su propio hijo, ¿qué más podría haberle pedido que constituyera una prueba?
----------En otras palabras, si quitamos la petición divina del sacrificio de Isaac, viene a menos o fracasa la prueba a superar que Dios habría pedido a Abraham...
----------Y esto no me parece un problema menor para esta nueva exégesis de Génesis 22.
----------Respondo: La prueba no está en lo que Abraham creía que Dios quisiera, sino en el hecho de que Dios puso a Abraham en una situación psicológica de gran malestar, desconcierto y angustia, tanto por la prospectiva de tener que sacrificar a su hijo, como probablemente por la turbación que Abraham experimentó por el hecho de que en antecedencia Dios le había prometido una descendencia numerosísima, mientras que ahora, por cuanto parecía, le pedía el sacrificio de su hijo.
----------¿Cómo Abraham ha superado la prueba? Ha obedecido, aunque aquello que Dios le pedía, según su conciencia, lo hubiera perturbado profundamente. Pero sabiendo que en cualquier caso Dios es bondad infinita y que es fiel a sus promesas, obedeció igualmente en la certeza de hacer una obra buena.
----------Si Abraham no hubiera querido sacrificar a su hijo, teniendo en conciencia la certeza de que en cambio Dios lo quería, habría pecado y no habría superado la prueba. Pero precisamente porque Abraham sigue su conciencia, aunque se trate de una conciencia errónea, Dios lo premia, porque a Dios le interesa la buena fe, aunque objetivamente hagamos algo que Él no quiere.
----------Y esta fe atrae la benevolencia de Dios, por la cual Abraham conoce la verdad, que le viene revelada, y por tanto orienta su sacrificio en un sentido distinto de lo que en un primer momento había entendido. Lo que cambia es la conciencia de Abraham, pero en el fondo la voluntad de Dios sigue siendo siempre la misma, solo que al inicio Abraham no entiende, pero luego, cuando el ángel le habla, descubre la verdadera voluntad de Dios.
----------14. Usted ha escrito: "Las alabanzas que vienen hechas a Abraham en los textos de Judit y de Santiago, no se refieren tanto al hecho de que Abraham creyó que debía sacrificar a su hijo, sino a la tremenda angustia que él pasó creyendo que Dios le hubiera ordenado una cosa semejante".
Perdóneme, pero el texto de Judit dice, literalmente, algo diferente:
----------"Recordad lo que hizo con Abraham, qué pruebas hizo pasar a Isaac [...] como pasó al crisol a estos con el único fin de probar su corazón".
----------¿Quién es el sujeto del que hay que recordar "lo que hizo con Abraham, qué pruebas hizo pasar a Isaac"? ¿Y quién es el sujeto que "ha pasado al crisol a estos con el único propósito de probar su corazón"?
----------El sujeto es inequívocamente Dios.
----------Entonces, Dios ha hecho... con Abraham, Dios ha hecho pasar a Isaac... El libro de Judit confirma que la iniciativa de la prueba de Abraham, de la angustia que tuvo que experimentar, ha sido siempre de Dios.
----------Pero si Dios está en el origen de tal angustia, significa que Él ha consentido que Abraham creyera, aunque sea provisionalmente, que le había pedido el sacrificio de su hijo
----------Si no fuera así, deberíamos concluir que el libro de Judit se equivoca... pero ¿cómo puede equivocarse la Sagrada Escritura?
----------Imagino que usted me responderá que no es el libro de Judit el que se equivoca, sino mi interpretación literal, que no tiene en cuenta el progreso teológico-exegético.
----------Respondo: El texto de Judit habla de pruebas en un sentido indeterminado, sin ninguna referencia al sacrificio de Isaac.
----------15. Usted ha escrito: "Abraham nos da ejemplo en la fe porque, aunque indudablemente disgustado, está dispuesto a obedecer. Pero he aquí que la tempestad se calma, porque con la intervención del ángel Abraham entiende que Dios estaba satisfecho con su acto de total obediencia, por lo que había superado la prueba".
----------¿Cómo podía Dios estar "satisfecho con su acto de total obediencia" si, según esta nueva exégesis, Dios no le había pedido el sacrificio de su hijo?
----------¿Estaría Dios satisfecho con la obediencia a una petición... que Él no le había hecho? ¿No le parece que así caemos en una contradicción?
----------Respondo: Dios está satisfecho con nuestra buena fe, aunque objetivamente hagamos algo que Él no quiere.
----------16. Y, una vez más, si Abraham "había superado la prueba", significa que tal prueba, con toda la angustia que había comportado, le había sido pedida por Dios. De lo contrario, si no es solicitada por Dios, solo quedaría la interpretación de que "Abraham había superado la prueba de que él mismo se había impuesto", pero esto no tiene mucho sentido...
----------Respondo: La prueba de Abraham ha estado pedida por Dios. El problema exegético es el poder entender cómo deben ser interpretadas las palabras textuales, por las cuales Dios ordena el sacrificio de Isaac.
----------Si nosotros interpretamos estas palabras como si verdaderamente se refirieran a la voluntad de Dios, estaríamos obligados a concluir que Dios ha querido un sacrificio humano, salvo que luego se desmintió enviando a Abraham un ángel.
----------17. Luego noto también que la intervención del ángel, no ocurre inmediatamente después de que Abraham haya tomado la decisión de proceder al sacrificio de su hijo, sino solamente tres días después. ¿Por qué, si no era intención divina someterlo a la prueba del holocausto de su hijo, Dios no intervino inmediatamente para hacer entender a Abraham que no era esto lo que Él quería? ¿Por qué dejó que Abraham pasara esos tres días enteros, podemos imaginar, con qué angustia en el corazón?
----------La única respuesta plausible es que fue voluntad de Dios que Abraham sufriera ese sufrimiento, para poner a prueba su fe. Pero para que Abraham pudiera padecer ese sufrimiento, era necesario que Dios le secundara, aunque sea provisionalmente, que Dios mismo le hubiera pedido el holocausto de Isaac.
----------Respondo: Dios, cuando quiere enviar una prueba, se reserva fijar a su discreción el contenido y la duración. Por lo tanto, si queremos vivir bien nuestra fe, no es el caso de preguntarnos por qué Dios envía ciertas pruebas con ciertos contenidos y con ciertas duraciones. Él sabe lo que hace y lo hace por nuestro bien.
----------Estas consideraciones nos deben bastar para confiar en Él, para obedecerle y para soportar la prueba, en la certeza de que ella sirve para fortalecernos en la fe y en la virtud.
----------18. Observo que sobre mi citación de las palabras de Benedicto XVI, su respuesta no afronta explícitamente las consecuencias de las palabras del entonces pontífice, el cual afirmó claramente (audiencia del 4 de marzo de 2012) que "Abraham recibe de Dios el mandato de ofrecerlo en sacrificio", y no "Abraham creyó/pensó/imaginó/ se convenció de que Dios quisiera..."
----------Y también en la audiencia del 19 de diciembre de 2012, Benedicto XVI afirmó: "Dios le pide que sacrifique al hijo que le acaba de dar."
----------Si fuera verdadera esta nueva interpretación de Génesis 22 ¿debemos deducir que en ambas intervenciones, la exégesis del papa Benedicto del pasaje bíblico en cuestión, debe considerarse superada?
----------Respondo: La frase "Dios le pide sacrificar al hijo que le acaba de dar" debe ser interpretada no en el sentido de que Dios pida objetivamente y verdaderamente un acto tan contrario a la bondad divina, sino en el sentido de que a Abraham le parece, o bien está subjetivamente convencido de que Dios le pida tal cosa.
----------Abraham sigue su propia conciencia y sabemos que la conciencia siempre debe ser seguida, aunque sea errónea. Que se tratara de una conciencia errónea lo deducimos de la intervención del ángel, que prohíbe a Abraham "hacer daño a Isaac".
----------¿Qué significa esto? Que Abraham, sin darse cuenta, estaba haciendo algo que es malo. Pero, ¿es posible imaginar que Dios pueda ordenar hacer algo malo?
----------La ventaja de la nueva exégesis sobre la precedente, está dada por el hecho de que se evita creer que Dios pueda exigir un sacrificio humano, y además evita la impresión de que Dios cambie de voluntad a causa de la intervención del ángel, el cual ordena lo contrario de lo que Dios había dicho en precedencia.
----------Por cuanto respecta al papa Benedicto XVI, en su exégesis del sacrificio de Abraham parece que ceda a una concepción voluntarista e irracional de Dios, similar a la del Corán y a la de Guillermo de Ockham. En cambio, debemos recordar la gran agudeza de juicio del papa Benedicto, cuando tuvo el coraje de denunciar esa concepción equivocada de Dios, que está presente en el Corán, en su discurso en Ratisbona de 2006.
----------19. También sobre mi cita de las palabras del papa Francisco, no puedo dejar de observar que usted no se pronuncia explícitamente sobre las consecuencias del hecho de que el pontífice (ángelus del 2 de diciembre de 2013) había afirmado: "Una prueba similar a la del sacrificio de Abraham, cuando Dios le pidió a su hijo Isaac (Gén 22): renunciar a lo más precioso, a la persona más amada".
----------También en este caso el pontífice dice claramente "cuando Dios le pidió a su hijo Isaac", y no "cuando Abraham se convenció de que...".
----------Y también en la audiencia del 3 de junio de 2020, el papa Francisco reitera: "Hasta la prueba suprema, cuando Dios le pide que sacrifique precisamente a su hijo Isaac".
----------Respondo: También en el caso del papa Francisco podemos hacer observaciones similares a las que hemos hecho para las expresiones del papa Benedicto.
----------Las palabras del papa Francisco relativas a la voluntad divina acerca del sacrificio de Isaac, debemos interpretarlas a la luz de la doctrina del papa Francisco sobre la dignidad de la conciencia, la cual siempre debe ser seguida, aunque se equivoque.
----------En base a esta consideración, debemos interpretar las palabras del Santo Padre, relativas a la prueba de Abraham, en relación con la conciencia misma de Abraham, quien es premiado no porque quisiera matar a su hijo, sino porque obedeció a su conciencia, aunque fuera errónea.
----------Y además Abraham es alabado por Dios por haber escuchado al ángel, quien le ha hecho entender que Dios no quiere sacrificios humanos.
----------20. Por lo tanto, también el actual Papa confirma la interpretación tradicional del sacrificio abrahámico, como "prueba suprema" en la que "Dios le pide sacrificar precisamente a su hijo Isaac".
----------En las palabras del papa Francisco, así como en las del papa Benedicto, no hay rastro del autoengaño en que habría caído Abraham, como querría la nueva exégesis.
----------¿Deberíamos concluir, pues, que también el papa Francisco, hasta ahora, habría, al menos parcialmente equivocado la interpretación de Génesis 22, y que tarde o temprano deberá corregirla?
----------¿O no sería más justo quedarse en la exégesis de los papas Francisco, Benedicto (y tantos otros), y suspender el aplauso a la nueva interpretación, al menos hasta que tuviera lugar un pronunciamiento magisterial a su favor? Pienso que: tertium non datur.
----------Respondo: Estimado padre Serafín, tenga usted presente que el autoengaño propiamente es una culpa moral, con la cual el sujeto se miente a sí mismo. Nada hay de todo eso en Abraham, que no desea otra cosa más que la verdad y el obedecer a Dios, Maestro de bondad y de verdad. Como he dicho y repetido, Abraham simplemente comete un error en buena fe o, en otras palabras, sigue una conciencia errónea, que, en cualquier caso, debe ser seguida y eso es lo que hace Abraham.
----------Por eso Dios lo aprueba y reconoce que ha superado la prueba, pero lo aprueba no porque Abraham se haya equivocado, sino porque ha obedecido según conciencia, es decir, según el conocimiento de Dios que tenía en aquel momento.
----------El cambio de conducta de Abraham depende de una corrección de su error acerca de la bondad de Dios, ya que se da cuenta, advertido por el ángel, de que Dios no quiere sacrificios humanos.
----------Se puede hacer una comparación con san José. También él malinterpreta, y en buena fe está convencido de que Dios, a través de la Ley, le diga que debe repudiar a María.
----------Pero a José le sucede algo parecido a cuanto le ha sucedido a Abraham, es decir, el ángel le hace conocer la verdad y por lo tanto corrige la falsa impresión que se había hecho de María. Entonces José toma como esposa a María, iluminado por la verdadera voluntad divina.
----------21. Usted ha escrito: "Está claro que Isaac es una figura profética de nuestro Señor Jesucristo [...] el sacrificio de su hijo [...] prefiguración del sacrificio de Cristo".
----------Pero si esto es verdad, y no hay duda de que sea así, ¿qué consecuencias tiene esta verdad teológico-bíblica respecto a la nueva exégesis que estamos debatiendo? ¿Qué imagen de Dios sale de esto?
----------Intento explicarme con palabras ciertamente inadecuadas, pero tratando de simplificar y sintetizar esta nueva exégesis:
----------1) Dios había pedido a Abraham un sacrificio (que podía ser cumplido con el holocausto de un animal);
----------2) Abraham se convenció, engañándose, de que Dios le habría pedido que sacrificara a su hijo;
----------3) Dios intervino para detener la mano de Abraham, haciéndole entender que no le había pedido eso, sino que le ofrecía en holocausto un animal;
----------4) Desde ese momento, es voluntad de Dios que el sufrimiento que Abraham ha experimentado a causa de su autoengaño, se convierta en prefiguración del sacrificio del Verbo encarnado, Hijo de Dios.
----------Pero en este punto me pregunto: ¿cómo puede un sufrimiento, originado por un error de apreciación humano, como el de Abraham, que malinterpretaría la petición divina, convertirse en prefiguración del sacrificio de Cristo, detrás del cual no hay ningún tipo de valoración errónea, sino que de hecho se realiza por voluntad del Padre y del Hijo en el Espíritu Santo?
----------Por más que una prefiguración sea solo una anticipación simbólico-alegórica de un acontecimiento fundamental posterior, una combinación entre estos casos específicos parece irrespetuosa de la realeza de Cristo y de la grandiosidad sublime de su sacrificio.
----------Además, si en su omnisciencia y previsión, Dios siempre quería que el sacrificio abrahámico se convirtiera en prefiguración del sacrificio de Cristo, esto significa que Dios quería, desde siempre, que Abraham sintiera el sufrimiento de sacrificar a su propio hijo amado, y por lo tanto, se sigue que esta convicción de Abraham debe haber sido también algo querido, y por tanto inducido, por Dios, y no un malentendido de Abraham, a fin de que Isaac se convirtiera en profecía creíble de Cristo.
----------Y por lo tanto, también sobre el tema de la prefiguración del sacrificio de Cristo, esta nueva exégesis de Génesis 22, resulta bastante problemática.
----------Respondo: El parangón del sacrificio de Isaac con el sacrificio de Cristo está fuera de toda discusión. También el parangón del Padre Celestial con Abraham está fuera de discusión.
----------Sin embargo, es fundamental tener presente que Abraham no se imaginaba en absoluto que el Padre Celestial pudiera sacrificar a su Hijo Encarnado, también porque Abraham no sabía nada acerca del misterio de la Santísima Trinidad. Somos nosotros, que a cosas hechas, hemos venido a ver en el sacrificio de Isaac un precursor del sacrificio de nuestro Señor Jesucristo.
----------Dicho esto, no es en absoluto el caso de hipotetizar que el sacrificio de Cristo esté basado en un error, es decir, en el hecho de que Abraham se había equivocado al entender lo que Dios quería de él. De hecho, no hay que preocuparse tanto por este error, sino más bien por la buena fe de Abraham. Dios no aprueba el error de Abraham, sino que aprueba su buena fe.
----------Este es el mérito de Abraham en relación con Isaac, en el cual ciertamente nosotros hemos venido a ver hoy una prefiguración de nuestro Señor Jesucristo, en cuanto Isaac, como luego hará Cristo, se pone totalmente en las manos del padre.
----------Por lo tanto, la prefiguración del sacrificio de Cristo no está dada por lo que hace Abraham, sino que está dada por la disponibilidad de Isaac a obedecer al padre.
----------Por lo tanto, el error de Abraham no constituye en absoluto el presupuesto del sacrificio de Cristo.
----------Abraham debe estar vinculado no con Cristo, sino con el Padre Celestial, y es necesario decir así: mientras que Abraham evidentemente se equivoca al creer que debe sacrificar a su propio hijo, el Padre Celestial tiene toda la autoridad de ordenar al Hijo Encarnado que se sacrifique por la humanidad, porque en este caso, como dice la Carta a los Hebreos, el sacrificio de Cristo es más que suficiente, porque es el sacrificio de un hombre que es el Hijo de Dios en persona.
----------22. Para la inteligencia del sacrificio abrahámico, no se puede pasar por alto la importancia de la Carta a los Hebreos.
----------Dejo hablar al padre James Swetnam, en la conferencia ofrecida en el Pontificio Instituto Bíblico en 2003, al término de su actividad de enseñanza académica:
----------"La epístola a los Hebreos pone de relieve la fe de Abraham en su exégesis de Génesis 22: 'Por la fe Abraham, puesto a prueba, ofreció a Isaac y precisamente él, que había recibido las promesas, ofreció a su único hijo, del cual se había dicho: En Isaac tendrás un linaje que llevará tu nombre. En efecto, pensaba que Dios es capaz de hacer resucitar incluso de entre los muertos: por eso lo recuperó y fue como un símbolo' (Heb 11,17-19).
----------[…] El verbo 'ofrecer [en sacrificio]' se repite dos veces en el versículo 17 [...] es decir, la disposición de Abraham a sacrificar a su hijo es el punto clave del Génesis 22 que el autor quiere elegir como base para su interpretación de todo el texto [...] Los términos de la prueba se expresan claramente: Abraham estaba ofreciendo a su 'único hijo' (monogenê), precisamente 'que había recibido las promesas' (ho tas epaggelias anadexamenos). Y se especifica cuál era la promesa: '...del cual se había dicho: En Isaac tendrás una descendencia que llevará tu nombre" (pros hon elalêthê hoti en Isaac klêthêsetai soi sperma). Estas observaciones indican que el autor de la epístola ha leído el texto de Génesis 22 con cuidado, y que ha entendido los parámetros de la prueba con precisión. Lo que sigue es una interpretación extraordinaria del razonamiento que está detrás de la fe de Abraham en Dios: "...Él pensaba que Dios es capaz de hacer resucitar incluso de entre los muertos" (logisamenos hoti kai ek nekrôn egeirein dunatos ho theos).
----------[…] el razonamiento de Abraham parece ser bien fundado y verosímil, dada su fe anterior en el nacimiento de Isaac de su cuerpo 'muerto' y del útero 'muerto' de Sara. Dada la fe heroica manifestada en Génesis 22 no hay nada arbitrario o forzado en esta exégesis. Si la promesa de Dios de una descendencia a través de Isaac (v. 18) debía ser aceptada con fe sin reserva, y si el mandato de sacrificar a Isaac era, para Abraham, requerido por Dios, la fe en la resurrección de los muertos parece ser una conclusión legítima, de hecho, quizás la única conclusión posible.
----------Respondo: Estimado padre Serafín, tenga usted presente que la afirmación de que Abraham estuviera convencido de que Dios puede hacer resucitar de entre los muertos, creo que es una cosa indudable, tanto más cuanto que nos lo dice la Carta a los Hebreos.
----------Pero siempre tenemos el inconveniente de que Abraham estaba convencido en buena fe de que Dios le hubiera pedido un sacrificio humano. Entonces, ¿cómo razona Abraham? Parece como si se dijera: "Yo sacrifico a mi hijo, eso me cuesta muchísimo, pero lo hago de buena voluntad, porque sé que luego Dios lo resucitará". Pero esto, ¿es un razonar justificado? ¿Supone una idea coherente de Dios? ¿Qué Dios es el Dios que manda asesinar con la promesa de hacer resucitar? ¿No parece tener todo el aire de una broma?
----------Sin embargo, hay que tener presente que Abraham estaba en perfecta buena fe, porque, como he dicho ya repetidas veces, probablemente se había dejado influenciar por ciertos cultos paganos, que además están formalmente prohibidos por la Sagrada Escritura.
----------23. [...] esta atribución a Abraham de la fe en la resurrección se adapta al contexto de la fe heroica del patriarca como se describe en Génesis 22. La segunda parte de Hebreos 11,19 confirma la opinión que el autor de la epístola relacionaba la reintegración de Isaac con la resurrección de Jesús, porque dice que tal reintegración fue un 'símbolo' de la resurrección de Jesús.
----------Respondo: La vinculación que la Carta a los Hebreos hace entre la fe, que Abraham tenía que Dios podría hacer resucitar a su hijo Isaac, y la fe en la resurrección del Señor, es ciertamente más que oportuna.
----------Sin embargo, hay que tener presente que este vínculo no lo hace Abraham precisamente, que nada sabía acerca de Cristo, sino que lo hace de hecho la Carta a los Hebreos, el autor de la cual, en cambio, sabía muy bien que nuestro Señor Jesucristo había resucitado de entre los muertos.
----------24. [...] la obediencia de Abraham es recompensada por Dios con el don de Isaac como símbolo de la resurrección de Jesús. Así, la fe de Abraham entra en la Providencia Divina en el llevar a cumplimiento el rol de Cristo como sumo sacerdote para toda la humanidad. Según Hebreos 11,17-19, Abraham recibió a Isaac como 'símbolo' (parabolên [...] de la realidad escatológica que es Jesús resucitado.
----------Respondo: Tengamos presente que, como he dicho, Abraham no sabía absolutamente nada de la futura resurrección del Señor, por lo cual, que su sacrificio haya sido símbolo del sacrificio de Cristo, es un pensamiento de la Carta a los Hebreos, no de Abraham.
----------El sacrificio de Abraham prepara simplemente en la lejanía de los tiempos el sacrificio de nuestro Señor Jesucristo. La divina Providencia lleva a cumplimiento el rol de Cristo como sumo sacerdote para toda la humanidad, no en el sacrificio de Abraham, que no es más que una preparación muy lejana, sino en la fundación y en el desarrollo de la Iglesia, la cual, como Cuerpo Místico de Cristo, está unida a su sacrificio redentor y lo perpetúa mediante el Sacrificio eucarístico.
----------Está claro que en la mente de Dios, que es Autor de la Biblia, todo está ya presente, por lo cual existe tanto el sacrificio de Abraham como el sacrificio de Cristo, ab aeterno, antes de que ocurrieran en el tiempo. Pero desde el punto de vista de nosotros los hombres, está igualmente claro que la humanidad solo ha aprendido gradualmente las verdaderas intenciones del Padre Celestial, las cuales se han ido realizando a lo largo de la historia hasta llegar a nuestros días.
----------25. La razón de Abraham se expresa en Hebreos 11,19a: 'Él pensaba que Dios es capaz de hacer resucitar incluso de entre los muertos'. Luego, el texto continúa, 'por eso (hothen) lo recuperó y fue como un símbolo'. En otras palabras, la confianza de Abraham es recompensada con el don no solo de Isaac sino de Jesús, que es prefigurado por Isaac [...] el don supremo de la resurrección de Jesús y todo lo que de ella se deriva es en cierto sentido un 'premio' por la fidelidad de Abraham que ha superado la prueba impuesta por Dios".
----------Respondo: Ciertamente, Abraham ha sido recompensado por Dios por haber superado la prueba a la que había quedado sometido. ¿Pero en qué consistió esta recompensa o premio? No ciertamente en el prever el sacrificio de Cristo, del cual, como he dicho, Abraham no sabía nada.
----------El premio ha consistido más bien en el hecho de que Abraham ha mantenido y fortalecido su fe en el Dios Único, Providente y Misericordioso. En segundo lugar, el premio ha consistido en la humildad con la cual Abraham ha reconocido haberse equivocado y se ha sometido inmediatamente y con docilidad absoluta al mensaje del ángel, que le ha revelado la verdad.
----------En tercer lugar, el premio también ha consistido en el hecho de que Abraham ha tenido la inmensa satisfacción de sentirse confirmado por Dios en la promesa de ser padre de muchos pueblos.
----------Además, Abraham ha tenido la gran satisfacción de recuperar a su hijo Isaac, cuando creía que lo había perdido, y de compartir con Isaac la fe en un Único Dios.
----------Finalmente, ha podido entregar a su esposa Sara su hijo Isaac, y Abraham y Sara han podido regocijarse juntos y con Isaac por la Providencia y la Bondad de Dios.
Queridísimo padre Filemón: usted sabe que aunque no aparezco aquí tan seguido con mis comentarios, no me pierdo una sola de sus notas diarias. Estoy siguiendo atentamente este debate sobre el sacrificio de Abraham, y no puedo menos que felicitarlo (a usted y al comentarista que dialoga con usted) por la altura del debate, por el respeto recíproco, y por la sincera búsqueda de la verdad hermenéutica que se manifiesta en ambos, en el común respeto al Magisterio de la Iglesia.
ResponderEliminarQuerido Ernesto,
Eliminarsiempre doy por descontado que sigues este blog, aunque nada comentes en este foro.
Te agradezco tus buenas palabras acerca del diálogo que mantenemos con el padre Serafín; él, como muchos de mi generación, no hemos perdido gracias a Dios el hábito del diálogo respetuoso, escuchando la posición de nuestro interlocutor, evitando los inútiles apasionamientos, alejándonos sobre todo de los partidismos, y focalizándonos en la búsqueda de la verdad, como tú dices, siempre en la fiel obediencia al Magisterio de la Iglesia, que es columna y fundamento de verdad.
ResponderEliminar---------"-Por cuanto respecta al papa Benedicto XVI, en su exégesis del sacrificio de Abraham parece que ceda a una concepción voluntarista e irracional de Dios, similar a la del Corán y a la de Guillermo de Ockham"
Y donde quedan sus afirmaciones sobre el Magisterio infalible del Papa?
Prof. Luis Mattini
Estimado Anónimo,
Eliminaracabo de revisar la audiencia del 19 de diciembre de 2012 del papa Benedicto XVI. El tema es el de la obediencia, por lo cual el Papa parangona la obediencia de Abraham a la de la Virgen, pero no entra en el mérito si Abraham se hubiera equivocado en buena fe. El papa Benedicto se contenta con retomar la interpretación tradicional.
No he encontrado ninguna coincidencia en la audiencia del 4 de marzo de 2012.
En este punto, no me atrevo a decir que el Papa se ha equivocado al interpretar el episodio de Abraham. Simplemente se ha limitado a retomar la interpretación tradicional, sin hacer una obra de exégesis.
Siendo así las cosas, no podemos considerar las palabras del Papa como Magisterio.
Conclusión: magisterio es lo que a mí me parece.
EliminarProfesor Mattini
Estimado Anónimo,
Eliminarlas palabras del papa Benedicto XVI concernientes al sacrificio de Abraham se limitan a citar el texto bíblico tal como suena. Sobre la base de este texto, existe la interpretación tradicional, la cual sostiene que Dios ha querido el asesinato de Isaac.
Al citar las palabras textuales de la Biblia, el Papa no excluye la posibilidad de la interpretación histórico-crítica, que yo he propuesto, porque el Papa no quiere hacer una exégesis del texto. Por lo tanto, está dado el campo libre a la mencionada interpretación histórico-crítica.
¿Las palabras del Papa constituyen magisterio?
Constituirían magisterio si esas palabras confirmaran la interpretación tradicional en virtud de la autoridad pontificia, cosa que Benedicto no ha hecho.
Por lo tanto, aquí no se trata en absoluto de dudar acerca de la autoridad del magisterio y de reducirlo a una opinión subjetiva. Yo distingo muy bien mis opiniones de las del magisterio. Una cosa es lo que me parece a mí, y otra cosa es la enseñanza del Papa.
Yo no soy un modernista que reduce el magisterio a una opinión, sino que soy un teólogo fiel al magisterio, que distingue sus opiniones (las mías) de la doctrina de la Iglesia. Y por otra parte, aunque yo no sea un biblista, sé también cuál es la competencia del biblista, al cual el magisterio no le prohíbe en absoluto interpretar el texto bíblico según la moderna exégesis, la cual puede corregir a la precedente exégesis.
El magisterio entraría en juego si quisiera dar un juicio acerca de la interpretación moderna.
Tengamos también presente cuanto el papa Francisco enseña acerca del V Mandamiento, es decir, con cuánto vigor enseña la sacralidad de la vida humana y con cuánta fuerza condena el homicidio. Recordemos de modo particular que el papa Francisco nos ha enseñado que no se puede matar en nombre de Dios. ¿Cómo no ver en estas palabras del Santo Padre la condena de los sacrificios humanos?
Una cosa es la voluntad de Dios y otra es su interpretación en la conciencia de cada uno de nosotros, según los tiempos y según los lugares. Si no hacemos esta distinción, muchos pasajes de la Sagrada Escritura vienen a ser malinterpretados.
Abraham es y sigue siendo ejemplo de obediencia, porque ha actuado según su conciencia. Y por eso es presentado como modelo de creyente y obediente. Tanto es verdad esto, que Abraham obedece prontamente al ángel, cuando le manifiesta la verdadera voluntad de Dios. Y esto demuestra la rectitud de su conciencia.
Efectivamente, es fácil reconocer la recta conciencia y la buena fe en Abraham.
Usted se ha encaprichado con una interpretación que va contra la letra natural de la Escritura, que claramente dice que el Señor le habló a Abraham y le pidió a su hijo. Como le hace ruido, liquida la dificultad ¨interpretando¨que Abraham creyó que Dios le hablaba. Eso, respecto de un hombre que hablaba con frecuencia con Dios y que seguramente sabía discernir la voz del Señor de su propia imaginación (de lo contrario también podríamos invalidar la voz que recibió para salir de Haram, la teofanía del encinar de Mambré, el regateo por los justos de las ciudades, etc). Muy forzado lo suyo, cualquiera que tenga pràctica de escritura encuentra su interpretación arbitraria, contraria al texto y en definitiva, dinamita la inerrancia de la Escritura. Hay aquí modernismo e inmanencia, sí señor.
EliminarLa orden que Dios le da a Abraham es durísima pero no es contraria a la justicia. Dios puede cortar la vida de cualquier ser humano en el momento en que El disponga. De modo que no es un acto malo ejecutar la voluntad de Dios cuando se trata de cesar la vida humana. No hay voluntarismo en este concepto. De hecho, el mismo Pedro fulmina a Ananías y a Safira.
Tampoco hay dificultad en el ¨cambio¨de la voluntad de Dios, que ha puesto a prueba a Abraham pero que no ha decretado la muerte de Isaac. En la Escritura es frecuente la idea de que Dios se ¨arrepiente¨, por ejemplo, de haber creado al hombre antes del diluvio. No es que se arrepienta, naturalmente, sino que manifiesta un efecto distinto al efecto previo.
Profesor Luis Mattini.
Estimado Anónimo,
Eliminarrespondo siguiendo los puntos de su intervención.
1. "Usted se ha encaprichado con una interpretación que va contra la letra natural de la Escritura, que claramente dice que el Señor le habló a Abraham y le pidió a su hijo."
Respondo. Es verdad que el texto dice "ofrécelo en holocausto" (Gn 22,2). Indudablemente las palabras son clarísimas. Sin embargo, en el momento en que Abraham alza el cuchillo, un ángel lo detiene diciendo: "No le hagas ningún daño" (Gn 22,12).
Por lo tanto, ¿qué es lo que significan estas palabras? Que Abraham estaba haciendo el mal. ¿Y cuál era ese mal? El asesinato del hijo. ¿Entonces Dios le había mandado hacer el mal?
¿Es acaso posible que Dios mande hacer un pecado y luego se arrepienta?
2. "Como le hace ruido, liquida la dificultad ¨interpretando¨ que Abraham creyó que Dios le hablaba. Eso, respecto de un hombre que hablaba con frecuencia con Dios y que seguramente sabía discernir la voz del Señor de su propia imaginación (de lo contrario también podríamos invalidar la voz que recibió para salir de Haram, la teofanía del encinar de Mambré, el regateo por los justos de las ciudades, etc.)".
Respondo. Mi respuesta al primer punto demuestra claramente que el texto bíblico debe ser interpretado de modo que resulte una conducta de Dios compatible con su dignidad divina. Está claro que un Dios que primero manda pecar y luego se arrepiente es absolutamente contrario a cuanto la razón y la fe enseñan acerca de la bondad divina.
Por lo tanto, es evidente que el versículo 22,2 debe ser interpretado no como la verdadera voluntad de Dios, sino según cuanto Abraham en buena fe había entendido que Dios dijera. Abraham, por mucho que tuviera buena voluntad, seguía siendo un hombre falible. Su mérito ha sido doble. Primero obedeció, creyendo que se tratara de la voluntad de Dios, y luego obedeció una vez más al llegar al conocimiento de la verdadera voluntad de Dios.
En la Sagrada Escritura no son pocos los casos en que se presenta como voluntad de Dios lo que en aquellos tiempos era considerado correcto. Esto se nota por ejemplo en la así llamada ley del "herem", según la cual quien vencía al enemigo debía destruirlo completamente.
No es necesario poseer una especial sensibilidad ética para comprender, hoy por hoy, que un mandato de este tipo no podía venir de Dios, sino que responde a lo que entonces se consideraba que era voluntad de Dios.
La Biblia de Jerusalén observa al respecto que entonces los cultos cananeos permitían el sacrificio humano y al respecto del sacrificio de Abraham dice que el significado de este sacrificio es precisamente el de prohibir el sacrificio humano. Pero si nos detenemos solo en el 22,2 y no se tiene en cuenta 22,12 no se entiende esta enseñanza de la Escritura. Por lo tanto, la interpretación del pasado, según la cual Dios habría querido verdaderamente el asesinato de Isaac, es evidentemente contraria a cuanto Dios verdaderamente ha querido.
Una prueba evidente de cuanto digo es el mandato de Jesús de amar al enemigo. Esta es la verdadera voluntad de Dios, principio que por lo demás corresponde a la moderna conciencia moral.
3. "Muy forzado lo suyo, cualquiera que tenga práctica de escritura encuentra su interpretación arbitraria, contraria al texto y en definitiva, dinamita la inerrancia de la Escritura. Hay aquí modernismo e inmanencia, sí señor".
Respondo. La moderna exégesis histórico-crítica nos hace comprender mejor que en el pasado en qué consiste la inerrancia de la Escritura. La inerrancia de la Escritura implica el hecho de que Dios nos comunica su revelación por medio de hagiógrafos que están ligados a la mentalidad de su tiempo, la cual, a la luz de ese progreso moral y teológico del cual la misma Escritura es suprema fautora, se revela en ciertos casos contraria a cuanto la misma Palabra de Dios quiere decirnos.
Y el sacrificio de Abraham es precisamente uno de estos casos.
4. "La orden que Dios le da a Abraham es durísima pero no es contraria a la justicia. Dios puede cortar la vida de cualquier ser humano en el momento en que El disponga. De modo que no es un acto malo ejecutar la voluntad de Dios cuando se trata de cesar la vida humana".
EliminarRespondo. A propósito del hecho de que Dios es el Señor de la vida y de la muerte, es necesario que nos entendamos. Ante todo se debe decir que Dios es el Dios de la vida, que no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva. Así que hay que distinguir entre el asesinar y el poner término a una vida.
Dios pone término a nuestra vida por un motivo de justicia. En el Edén nos había advertido que si comíamos del fruto prohibido moriríamos.
Otra cosa es el homicidio. Jesús dice claramente que el homicida no es Dios, sino el demonio. Por lo tanto, Dios, poniendo término a nuestra vida, no hace nada malo, mientras que es una concepción blasfema de la divinidad creer que la divinidad pueda asesinar, como en la mitología pagana de Shiva y de Pachamama.
Por lo tanto, hipotetizar que Dios había querido un sacrificio humano sería como imaginar un Dios asesino. Le pregunto a usted si éste es el Dios de la Biblia.
5. "No hay voluntarismo en este concepto. De hecho, el mismo Pedro fulmina a Ananías y a Safira".
Respondo. Imaginar a un Dios que quiera un sacrificio humano, se lo puede justificar solo con una mentalidad voluntarista, vale decir, con una concepción de Dios que se contradice, vale decir, un Dios voluble, una idea absolutamente contraria a la dignidad de la voluntad y de la sabiduría divinas.
En cuanto al gesto de Pedro, no tiene nada que ver con cuanto Dios verdaderamente ha querido en ocasión del sacrificio de Abraham, porque Pedro es instrumento de la justicia divina y en el episodio de Abraham, como he dicho, prohíbe sacrificios humanos. La intervención del ángel significa exactamente que Dios no quiere sacrificios humanos.
6. "Tampoco hay dificultad en el ¨cambio¨ de la voluntad de Dios, que ha puesto a prueba a Abraham pero que no ha decretado la muerte de Isaac. En la Escritura es frecuente la idea de que Dios se ¨arrepiente¨, por ejemplo, de haber creado al hombre antes del diluvio. No es que se arrepienta, naturalmente, sino que manifiesta un efecto distinto al efecto previo".
Respondo. Tenga también presente que el proyecto de Dios sobre Abraham se mantiene coherente. La aparente voluntad divina de sacrificar a Isaac no quita esta continuidad entre el proyecto originario y la ejecución de este proyecto al conceder a Abraham una numerosísima posteridad en Isaac.
Por eso, respecto a la imagen del Dios que se arrepiente o que cambia de idea, debería quedar claro que se trata de una pura metáfora. En efecto, actos de este género pueden convenir a la creatura, pero no se pueden adscribir en absoluto al Creador, cuya voluntad coincide con su mismo acto de ser, que, como dice san Juan, es Amor.
¨Un ángel lo detiene diciendo: "No le hagas ningún daño" (Gn 22,12).
EliminarPor lo tanto, ¿qué es lo que significan estas palabras? Que Abraham estaba haciendo el mal. ¿Y cuál era ese mal? El asesinato del hijo. ¿Entonces Dios le había mandado hacer el mal?
¿Es acaso posible que Dios mande hacer un pecado y luego se arrepienta?
Niego la mayor- no quiere decir que estaba haciendo un mal, estaba cumpliendo la voluntad de Dios, que es señor de vida y de muerte. Y no es que Dios se arrepienta, sencillamente revela que su Voluntad era poner a prueba la fe de Abraham. Es un tema elemental, en la Biblia muchas veces cambian los efectos de la Voluntad divina, esto no significa que Dios cambie su Voluntad.
¨Mi respuesta al primer punto demuestra claramente que el texto bíblico debe ser interpretado de modo que resulte una conducta de Dios compatible con su dignidad divina. Está claro que un Dios que primero manda pecar y luego se arrepiente es absolutamente contrario a cuanto la razón y la fe enseñan acerca de la bondad divina¨
EliminarFalso de nuevo, Dios no manda pecar si pide una vida, El es señor de vida ky muerte. De lo contrario, cada vez que muere una persona Dios estaría pecando. Es elemental nuevamente. Por otra parte el texto no dice ¨Ve y mata a tu hijo¨, sino ¨ofrécelo en holocausto¨, que es exactamente lo que hizo Abraham, luego de lo cual Dios le manifiesta que es suficiente.
¨La inerrancia de la Escritura implica el hecho de que Dios nos comunica su revelación por medio de hagiógrafos que están ligados a la mentalidad de su tiempo, la cual, a la luz de ese progreso moral y teológico del cual la misma Escritura es suprema fautora, se revela en ciertos casos contraria a cuanto la misma Palabra de Dios quiere decirnos¨
EliminarTexto absolutamente modernista que no resiste una lectura de la Divino Afflante Spirito.
Por lo tanto, hipotetizar que Dios había querido un sacrificio humano sería como imaginar un Dios asesino. Le pregunto a usted si éste es el Dios de la Biblia.
EliminarLe contesto, Dios no puede ser ¨asesino¨de ningún modo. Es elemental, de nuevo, la vida mortal dura lo que Dios quiera. Y Dios no quiso ningún sacrificio humano, quiso poner a prueba la fe de Abraham en la resurrecciòn de los muertos.
¨Por eso, respecto a la imagen del Dios que se arrepiente o que cambia de idea debería quedar claro que se trata de una pura metáfora¨
EliminarNadie lo discute. Es usted el que sostiene que una disposición de Dios que cambia una previa implica una mutación en la Voluntad divina. No es así, es elemental, lea a su Santo Tomás.
¨En cuanto al gesto de Pedro, no tiene nada que ver con cuanto Dios verdaderamente ha querido en ocasión del sacrificio de Abraham, porque Pedro es instrumento de la justicia divina y en el episodio de Abraham, como he dicho, prohíbe sacrificios humanos. La intervención del ángel significa exactamente que Dios no quiere sacrificios humanos¨
EliminarToda muerte es instrumento de la justicia divina, pues el hombre es acreedor a ella por el pecado original. El como y el cuando es de la Providencia..
Estimado Anónimo,
Eliminar"Niego la mayor- no quiere decir que estaba haciendo un mal, estaba cumpliendo la voluntad de Dios, que es señor de vida y de muerte. Y no es que Dios se arrepienta, sencillamente revela que su Voluntad era poner a prueba la fe de Abraham. Es un tema elemental, en la Biblia muchas veces cambian los efectos de la Voluntad divina, esto no significa que Dios cambie su Voluntad."
Pero yo le pregunto: ¿es posible que Dios quisiera que Abraham matara a su hijo? Como ya le he dicho, Dios es el Señor de la muerte, no en el sentido de que procure la muerte. Este es el diablo. Sino que, en cambio, Dios es Señor de la muerte en el sentido de que pone término a la vida, como castigo por el pecado original.
Es verdad que la voluntad de Dios es una sola y cambian los efectos, pero estos efectos se ponen siempre en el plano del bien y no del mal. Dios siempre quiere actos virtuosos y nunca quiere el pecado.
Estimado Anónimo,
Eliminar"Falso de nuevo, Dios no manda pecar si pide una vida, El es señor de vida ky muerte. De lo contrario, cada vez que muere una persona Dios estaría pecando. Es elemental nuevamente. Por otra parte el texto no dice ¨Ve y mata a tu hijo¨, sino ¨ofrécelo en holocausto¨, que es exactamente lo que hizo Abraham, luego de lo cual Dios le manifiesta que es suficiente."
Es verdad que Dios pide una vida, más aún, pide la vida de todos nosotros. Pero esto debe ser interpretado en el sentido de que pide dar nuestra vida por Él, no en el sentido de que quiere nuestra muerte.
Cada vez que una persona muere significa que termina esa vida cuyo límite ha sido establecido por Dios, no en el sentido de asesinar, sino en cuanto, como resultado del pecado original, el hombre ha perdido el don de la inmortalidad.
Es evidente que ofrecer en holocausto significa matar a la víctima.
El único caso en el cual Dios ha querido el asesinato de un hombre, ha sido el de Jesucristo, porque Jesús ha sido el único hombre cuyo sacrificio ha sido suficiente para salvar a la humanidad, pero el sacrificio de Isaac no habría tenido en absoluto este valor salvífico, que es exclusivamente propio del Hijo de Dios, que como hombre ha muerto y como Dios ha resucitado su propia humanidad.
Estimado Anónimo,
Eliminar"Texto absolutamente modernista que no resiste una lectura de la Divino Afflante Spirito."
la Divino afflante Spiritu insiste en la inerrancia en referencia al hecho evidente de que la Palabra de Dios no puede nunca ser falsa. Por lo tanto, todas las veces que el hagiógrafo presenta la palabra de Dios, enseña una verdad revelada.
La encíclica no toma en consideración el problema de la interpretación de la mentalidad del hagiógrafo, cosa que en cambio viene hecha por el Documento "La interpretación de la Biblia en la Iglesia" de la Pontificia Comisión Bíblica, del 15.4.1993.
Por lo tanto, el modernismo, aquí no entra para nada.
- Encíclica Divino afflante Spiritu:
https://www.vatican.va/content/pius-xii/es/encyclicals/documents/hf_p-xii_enc_30091943_divino-afflante-spiritu.html
- Documento de la Pontificia Comisión Bíblica "La interpretación de la Biblia en la Iglesia":
https://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/pcb_doc_index_sp.htm
https://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/pcb_documents/rc_con_cfaith_doc_19930415_interpretazione_it.html
Estimado Anónimo,
Dios mediante, mañana estaré respondiendo a sus demás intervenciones.
Estimado Anónimo,
Eliminarusted objeta mi afirmación de que, por lo tanto, hipotetizar que Dios había querido un sacrificio humano sería como imaginar un Dios asesino. Le pregunto a usted si éste es el Dios de la Biblia.
Y me contesta: "Dios no puede ser ¨asesino¨de ningún modo. Es elemental, de nuevo, la vida mortal dura lo que Dios quiera. Y Dios no quiso ningún sacrificio humano, quiso poner a prueba la fe de Abraham en la resurrecciòn de los muertos".
Respondo: es verdad que la vida mortal dura cuanto Dios quiere, pero no en el sentido de que quiera interrumpirla, porque esto sería un homicidio, sino en el sentido de que la prolonga tanto como ella es prolongable.
Si ella tiene un término, no es porque Dios trunque una vida que de por sí podría continuar, sino porque conduce hasta el final a una vida mortal.
Por lo tanto, queda siempre que Dios es promotor de la vida, naturalmente hasta donde esta vida pueda durar, pero si una vida es mortal, eso no es culpa de Dios, sino que es consecuencia del pecado original. Lo que Dios realmente quiere darnos es la vida eterna y, si obedecemos su santa voluntad, estamos seguros de obtenerla.
Ciertamente Dios ha querido poner a prueba la fe de Abraham, pero el problema es cómo interpretar las palabras "ofrécelo en holocausto" (Gn 22,2). Tampoco la exégesis tradicional ha sostenido nunca que aquí estamos ante la revelación de un dato de fe. Por tanto, aquí no está en juego la inerrancia bíblica. Por eso el exégeta tiene la posibilidad de darse cuenta de que está ante uno de esos versículos de la Escritura, que no tienen como contenido la Palabra de Dios, sino que reflejan la mentalidad del hagiógrafo.
Le doy otro ejemplo de un episodio bíblico donde el exégeta puede rastrear el condicionamiento cultural recibido del hagiógrafo. Pensemos en el famoso episodio en el cual el profeta Samuel anuncia a Saúl que ha sido castigado por Dios por no haber hecho el herem. Ahora bien, la buena fe puede implicar dos aspectos: o el creer que sea bueno lo que en realidad es malo, y este es el caso de Abraham; o el creer que es malo lo que en realidad es bueno, y este es el caso de Samuel, quien en buena fe creyó que el herem fuera voluntad divina. Quien, en cambio, en esta coyuntura, muestra un sentido de humanidad, que hoy es algo normal en los códigos de guerra, es Saul.
Estimado Anónimo,
Eliminarrespecto a mi afirmación de que respecto a la imagen del Dios que se arrepiente o que cambia de idea debería quedar claro que se trata de una pura metáfora, usted me indica que: "Nadie lo discute. Es usted el que sostiene que una disposición de Dios que cambia una previa implica una mutación en la Voluntad divina. No es así, es elemental, lea a su Santo Tomás.
Respondo: ¿qué es un cambio de voluntad? Es el hacer suceder a un acto de voluntad, que tiene un cierto contenido, otro acto de voluntad, que tiene un contenido contrario.
Ahora bien, el hecho de un Dios que primero manda un sacrificio y luego lo prohíbe, ¿cómo no sería un Dios que cambia de voluntad? Aparte del hecho de que primero ordena un homicidio y luego lo prohíbe. ¿Le parece esto un comportamiento digno de Dios? ¿O quizás hay espacio para el exegeta para salvar la dignidad divina, sin caer en tales contradicciones?
En cuanto a santo Tomás, conozco bien su posición. Pero aquí, por desgracia, el gran Aquinate, todavía ignaro de las modernas ciencias bíblicas, cae lamentablemente en una posición voluntarista, que es del todo ajena a su ejemplar doctrina acerca de la absolutidad, la inmutabilidad y la universalidad de los divinos mandamientos, por lo cual ateniéndonos a estos principios resulta que la prohibición de asesinar al inocente no admite excepciones, y puesto que es Dios mismo quien la ha establecido, Él es el primero en ponerla en práctica, por lo cual sería inconcebible que Él faltara a lo que Él mismo ha querido de modo absoluto.
Estimado Anónimo,
Eliminarpor último, usted se refiere a mi afirmación de que en cuanto al gesto de Pedro, no tiene nada que ver con cuanto Dios verdaderamente ha querido en ocasión del sacrificio de Abraham, porque Pedro es instrumento de la justicia divina y en el episodio de Abraham, como he dicho, prohíbe sacrificios humanos. La intervención del ángel significa exactamente que Dios no quiere sacrificios humanos.
Respecto a ello me objeta: "Toda muerte es instrumento de la justicia divina, pues el hombre es acreedor a ella por el pecado original. El como y el cuando es de la Providencia".
Respondo: es necesario distinguir en la voluntad de Dios lo que Dios quiere positivamente, en base a su justicia, y aquí está indudablemente la pena de la muerte; y lo que Dios quiere no impedir, y esto es el homicidio, cuya culpa por tanto no se remite a Dios, sino que se remite al homicida.
Por ejemplo: ¿quién ha querido la muerte de Cristo? La ha querido el Padre, por amor a nosotros, a fin de que Cristo se sacrificara por nosotros. Pero es evidente que la muerte de Cristo ha sido también un homicidio, y aquí está claro que Dios no entra para nada, sino que la culpa es toda de aquellos que lo han matado. Entonces sería una blasfemia decir que el Padre es un homicida por el hecho de que ha querido la muerte sacrificial del Hijo.
En base a cuanto he dicho resulta que el hecho de morir no es siempre necesariamente efecto de la justicia divina. Por ejemplo, el hecho de que Abel haya muerto a manos de Caín, no es ciertamente efecto de la justicia divina, sino que es efecto de la justicia divina solo aquella muerte que constituye el castigo del pecado, como ha sucedido con Adán y Eva.
Dios quiere la muerte del culpable, pero no del inocente. Ahora bien, Isaac era inocente.
El caso de Jesús es indudablemente el asesinato del inocente, pero en este caso el asesinato es el de la única víctima eficaz para la salvación de toda la humanidad, lo que sería impensable en el caso de que hubiera sido sacrificado Isaac.
Estimado padre Filemón, en su primera respuesta a lo que le había escrito como comentario al artículo anterior, no puedo dejar de notar, que al presentar mi texto, usted lo trunca, inmediatamente después de estas palabras: "1) Dios no puede querer sacrificios humanos; 2) Dios no puede poner a prueba a un hombre ordenándole sacrificar a su hijo". [… ] Y usted no se refirió a mis siguientes palabras: "Pero en realidad, someter a prueba la fe humana, pidiendo fiarse de Dios incluso si Él pidiera sacrificar al propio hijo, no está en esencia, en contradicción con la verdad de la primera afirmación".
ResponderEliminarDe este modo, usted tiene buen juego al afirmar, inmediatamente después, que "la afirmación de que Dios puede poner a prueba a un hombre ordenándole sacrificar a su hijo está en contradicción con la primera".
Pero la explicación del por qué la segunda afirmación no está, en mi opinión, realmente en contradicción con la primera, yo he intentado esbozarla precisamente en estas sucesivas palabras mías, que usted sin embargo cita solo más adelante: "Y esto porque el 'poner a prueba', por parte de Dios, no implica en absoluto dejar llevar a cabo al hombre, lo que Él pidió inicialmente, es más, lo excluye, y esto precisamente porque 'la prueba' es concluida por Dios, sin derramamiento de sangre humana, en el momento en que el hombre Abraham ha demostrado la grandeza de su fe".
Entiendo decir que Dios deja creer a Abraham que le está pidiendo el sacrificio del hijo, con el propósito de probar los límites de su obediencia y de su fe, pero, al mismo tiempo, nunca ha querido, ni por un instante, que Abraham de veras llevara a cabo este holocausto.
No encuentro nada mejor, para explicarme ulteriormente, a riesgo de forzar el texto bíblico, que es como si Dios le hubiera preguntado a Abraham: "si Yo llegara incluso hasta pedirte sacrificar a tu hijo (pero en verdad no te lo estoy pidiendo), ¿tú me obedecerías? ¡Demuéstramelo!".
Es decir, Dios le está preguntando: "¿Cuán grande es tu fe? ¿Hasta qué punto llega tu obediencia?".
Esta es la "substancial" petición de Dios, detrás de la "formal" petición del sacrificio. En este sentido, la exégesis puede legítimamente ser impulsada más allá de la letra del texto bíblico.
Y si nosotros, los hombres, respondiéramos "no Señor, es imposible que tú nos pidas la fe obediencial absoluta, con esta modalidad, es decir, hasta estar dispuestos a sacrificar a quien más amamos en la tierra, porque estarías en contradicción con el principio de que el sacrificio humano es pecado", nosotros entonces estaríamos pecando de presunción... Permítame una broma, que espero no suene irreverente: en lo relativo a cuáles modalidades, a cuáles entre las "vías infinitas", con las cuales puede pedir algo a los hombres... me parece que está claro que el Señor no debe pedir permiso a los teólogos.
Me atrevo a aventurar que quizás, las palabras atribuidas por Génesis 22 a Dios, en su extrema radicalidad, serán de alguna manera vueltas a pronunciar y renovadas por nuestro Señor Jesucristo:
"El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí" (Mt 10,37).
De todos modos, estoy seguro de que en usted, padre Filemón, no había ninguna intención maliciosa en el modo con el cual escribió la secuencia de mis palabras.
Padre Filemón, me inspiro en sus propias palabras en este artículo:
ResponderEliminar"Sin embargo, es cierto que Dios permite que Abraham se engañe en buena fe. Pero esta permisión divina entra en la prueba que Dios impone a Abraham [...] Dios puso a Abraham en una situación psicológica de gran malestar [...] por la prospectiva de tener que sacrificar a su hijo [...]".
Trato de considerar, estas sus palabras, en la perspectiva de Abraham y, en la medida de lo posible, en la perspectiva del Creador.
Si "Dios permite que Abraham se engañe", dejándole creer que deba sacrificar a su único hijo, y con esto dejar a Abraham "en una situación psicológica de gran malestar", durante tres días, y esto "entra en la prueba que Dios impone a Abraham", me pregunto: para Abraham, a nivel existencial-psicológico, ¿habría sido muy diferente si Dios le hubiera pedido el sacrificio de Isaac?
O sea, entre el "pedir" el sacrificio de Isaac, y "dejar creer que ha pedido" tal sacrificio, en el fondo, ¿qué cambia para Abraham, por cómo ha vivido, por cómo se ha sentido durante esos tres días?
Paralelamente, en la perspectiva divina, dejar creer a Abraham haberle pedido el sacrificio de su hijo, para ponerlo a prueba, ¿no puede en el fondo leerse como una diferente "modalidad de comunicación" del pedirle tal sacrificio, de todos modos finalizada, en ambos casos, con el único propósito de probar los límites de la obediencia y de la fe de Abraham?
En otras palabras: "pedir el sacrificio del hijo" (exégesis tradicional) y "dejar creer que se ha pedido el sacrificio del hijo" (exégesis moderna), significa, en ambos casos, que Dios ha querido que en la mente, en la conciencia de Abraham persista, de alguna manera y por un cierto tiempo, la petición de sacrificar a su hijo.
Por lo tanto, bajo el aspecto fundamental de la "prueba", las dos exégesis no están tan alejadas.
Si Dios ha dejado que, por un tiempo determinado, Abraham creyera que tenía que sacrificar a su hijo para ponerlo a prueba, significa que ha sido "voluntad de Dios" que en la conciencia de Abraham resonaran las palabras "Toma a tu hijo, tu unigénito al que amas, Isaac, ve al territorio de Moria y ofrécelo en holocausto", coherentemente a lo que el texto del Génesis reporta.
Puedo apreciar que la nueva exégesis que usted propone quiera enfatizar que la petición del sacrificio del hijo, haya inicialmente partido de Abraham y no de Dios (porque Él es contrario a los sacrificios humanos), pero no puedo compartir que la voluntad de Dios haya sido únicamente la de pedir a Abraham el sacrificio de un animal, y que el sacrificio del hijo haya sido únicamente un engaño nacido de la mente de Abraham, sobre el cual solo casi accidentalmente se habría injertado ese proyecto divino, que usted mismo ha definido "episodio fundamental de la historia de la salvación".
El Señor, en su omnisciencia y previsión, sabía que Abraham en conciencia habría de creer en la petición del sacrificio de su hijo, y el Señor "ha querido" secundar este pensamiento en la mente del patriarca, para ponerlo a prueba (voluntad permisiva de acuerdo, pero siempre voluntad divina), y también para instituir el sacrificio de Isaac como prefiguración del sacrificio de Cristo, así como usted ha escrito:
"Ciertamente Dios en este momento pensaba en el sacrificio de otro hombre, que sin embargo no habría de ser un puro hombre, sino hombre-Dios, nuestro Señor Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre".
He tenido ocasión de hablar con más de un sacerdote de mi conocimiento, sobre esta nueva exégesis, y debo constatar que todos se han mostrado más bien asombrados, aunque también ignorantes respecto a ella.
ResponderEliminarA este propósito, ¿podría quizás preguntarle, padre Filemón, cortésmente, si usted puede ofrecerme algunas indicaciones sobre artículos, ensayos, intervenciones, publicaciones, relativas precisamente a esta nueva lectura exegética del sacrificio de Isaac por parte de Abraham?
Usted ha escrito: "[...] precisamente porque Abraham sigue su conciencia, aunque se trate de una conciencia errónea, Dios lo premia, porque a Dios le interesa la buena fe, aunque objetivamente hagamos algo que Él no quiere [...] Las palabras del papa Francisco relativas a la voluntad divina acerca del sacrificio de Isaac, debemos interpretarlas a la luz de la doctrina del papa Francisco sobre la dignidad de la conciencia, la cual siempre debe ser seguida, aunque se equivoque [...]".
ResponderEliminarMe permito observar que la afirmación "la conciencia siempre debe seguirse, aunque se equivoque" está bien, pero hasta cierto punto...
También el terrorista-integrista que se hace saltar en los aires en medio de la gente puede estar convencido, en su conciencia, de que está cumpliendo la voluntad divina.
No por casualidad, el Catecismo subraya la importancia de que la conciencia esté rectamente formada:
"1783: Hay que formar la conciencia, y esclarecer el juicio moral. Una conciencia bien formada es recta y veraz [...]
1784: La educación de la conciencia es una tarea de toda la vida [...]
1786: Ante la necesidad de decidir moralmente, la conciencia puede formular un juicio recto de acuerdo con la razón y con la ley divina, o al contrario un juicio erróneo que se aleja de ellas.
1790: [...] sucede que la conciencia moral puede estar afectada por la ignorancia y puede formar juicios erróneos sobre actos proyectados o ya cometidos.
1791: Esta ignorancia puede con frecuencia ser imputada a la responsabilidad personal. [...] Así sucede cuando el hombre no se preocupa de buscar la verdad y el bien y, poco a poco, por el hábito del pecado, la conciencia se queda casi ciega. En estos casos, la persona es culpable del mal que comete" (Catecismo de la Iglesia Católica).
Estimado padre Serafín,
Eliminarhe tomado conocimiento de sus nuevas intervenciones, les he dado una primera lectura, volveré a leerlas y, Dios mediante, las estaré comentando en un próximo artículo que publicaré lo antes posible.
Estimado padre Serafín,
Eliminartal vez ya lo ha advertido, pero igual le aviso: hoy he publicado las respuestas a sus intervenciones, en un nuevo artículo, que usted puede encontrar en:
https://linumfumigans.blogspot.com/2024/05/abraham-maestro-de-libertad-religiosa.html
Hitler también estaba en buena fe, estaba convencídisimo que lo que hacía era bueno.
ResponderEliminarProf. Jira Fales.
Estimado Anónimo,
Eliminares muy fácil creer que Abraham estuviera en buena fe; es muy difícil creer que Hitler estuviera en buena fe.