martes, 10 de diciembre de 2024

Los errores de Karl Rahner: la gracia

En su análisis de la gracia, Karl Rahner jamás tiene en cuenta al desarrollar su discurso teológico los debidos fundamentos bíblicos y del Magisterio de la Iglesia, elaborando su teoría desde sus presupuestos idealistas y existencialistas, terminando por caer en patentes tautologías. Para evitar definir la gracia con la naturaleza (naturalismo), define la naturaleza con la gracia (sobrenaturalismo). En cualquier caso, Rahner indudablemente confunde la naturaleza con la gracia. Y no es éste el único error en la concepción rahneriana de la gracia. [En la imagen: fragmento del retablo de la Anunciación, témpera sobre panel, de 1333, obra de Simone Martini la figura central y de Lippo Memmi las laterales, retablo conservado en la Galería Uffizi, Florencia, Italia].

Una concepción de la gracia plagada de errores
   
----------En los artículos anteriores referidos a la antropología, hemos visto cómo para Rahner el hombre es autotrascendencia hacia Dios originariamente y constitutivamente puesto en el orden sobrenatural, a tal punto que Rahner define al hombre como "ente sobrenatural". Hombre y gracia se reclaman mutuamente como la tendencia (el hombre) es relativa a su término (la gracia) y viceversa. Hemos visto la tendencia. Veamos ahora el término u "horizonte" de tal tendencia. Pero así como el término está ya potencialmente en la tendencia y la tendencia no es más que la incoación del término, por la fuerza de las cosas ahora deberemos retomar cuanto ya hemos visto sobre el hombre, sólo que antes nos hemos detenido en considerar principalmente al hombre para ponerlo en relación con la gracia; ahora profundizaremos el examen de la concepción rahneriana de la gracia como término del desarrollo de la vida humana o cristiana.
----------La gracia, para Rahner, "es la determinación sobrenatural permanente del hombre, que se deriva por motivo de la autoparticipación divina como modificación del conocimiento trascendental a priori operado por esta gracia, que existe también cuando no es notada reflexivamente" (Nuevos ensayos, vol. V, op.cit., p.992). Ella "es el centro más íntimo de la existencia del hombre" (ibid., p.694).
----------"Una satisfactoria definición de la gracia, si no quiere fatalmente caer en el vacío verbalismo, en la mitología, en la afirmación gratuita, podrá solamente partir del sujeto, de su trascendentalidad y de su experiencia de una orientación necesaria hacia la realidad de la verdad absoluta [...] como actuación absoluta de la trascendentalidad del hombre, hecha posible por Dios, a través de su autoparticipación" (Nuevos ensayos, vol.III, op.cit., pp.58-59). "La naturaleza del hombre [...] 'espera' el propio cumplimiento [...] en la gracia y en la gloria" (Curso fundamental, op.cit., p.219).
----------"La gracia sobrenaturalmente elevante [...] es la conocida (no por ello conocida necesariamente de manera objetiva) radicalidad atemática de la trascendentalidad humana ilimitada, que a través de esta gracia elevante es finalizada por la visión inmediata de Dios" (Teología de la experiencia del Espíritu, op.cit., p.98).
----------"La capacidad para el Dios del amor personal, que se dona a sí mismo, es el existencial central y permanente del hombre en su realidad concreta [...]. La ordenación inevitable y obligatoria del hombre al fin sobrenatural, incluso previamente a la gracia, es una determinación real del hombre mismo y no sólo una intención, un decreto de la voluntad de Dios" (Ensayos de antropología sobrenatural, Ediciones Paulinas, Cinesello Balsamo 1969, p.68).
----------"La gracia puede ser concebida sólo como radicalización de la trascendentalidad en línea de principio ilimitada del conocimiento y de la libertad humanas en orden a la cercanía inmediata con Dios, que tiene su vértice y su cumplimiento en la visión directa de Dios" (Teología de la experiencia del Espíritu, op.cit., p.719).
----------"La gracia no es más que la radicalización de la naturaleza del hombre y para nada en absoluto un plan nuevo, adicional, que se superpondría a una construcción subyacente cerrada en sí misma llamada naturaleza humana. Y por lo tanto, una antropología profana radicalizada es ya una antropología teológica" (ibid., p.490). "La gracia, en verdad, no es un añadido categorial, particular, por más que sea de tipo elevado, sublime, a la 'naturaleza' del hombre, sino una determinación de la trascendentalidad del conocimiento y libertad del hombre como tal" (Sacramentum Mundi, vol.VIII, voz "Teología trascendental").
----------"Aunque el espíritu (que es apertura hacia Dios, libertad y autoposesión consciente) no sea posible en sustancia sin esa trascendencia que tiene, como su cumplimiento absoluto, precisamente el dinamismo ilimitado de la naturaleza, que sería absurdo sin la gracia y la visión de Dios [...] incluye objetivamente en su esencia lo sobrenatural como fin intrínseco necesario. En esto no se tiene todavía ninguna amenaza inmediata a la sobrenaturalidad y gratuidad de este fin" (ibid.).
----------A propósito del título de "corredentora" atribuido a la Virgen María, Rahner parece asumir una posición diametralmente opuesta a su concepción de la gracia como "existencial sobrenatural" o como "auto-trascendencia", concepto que, como veremos mejor, lo conduce a una forma de naturalismo. En efecto, como afirma Rahner, María "no deviene 'corredentora' junto al Cristo, como si la Madre y el Hijo participaran en la redención en una especie de 'sinergismo'. María, en cambio, coopera en la redención del mundo, en cuanto ella hace, para la salvación de todo el mundo y no solo para la propia, todo lo que un hombre puede y debe hacer en virtud de la gracia y por la gracia: recibirla (sie empfagen)" (cf. "Sobre el significado del dogma de la Asunción", en Ensayos de cristología y mariología, Ed. Paulinas 1965, p.462.).
----------Aquí Rahner, a propósito de la Virgen, subraya de manera excesiva la pasividad de la creatura frente a la gratuidad de la gracia, aunque obviamente María sea modelo excelso de docilidad a la gracia. Sin embargo, en este pasaje Rahner parece olvidar que es precisamente la perfección suprema de gracia recibida por María la que la conduce a una colaboración con Cristo, colaboración cuya excelencia viene precisamente designada tradicionalmente con el título de corredención.
----------Por consiguiente, si había una creatura a propósito de la cual Rahner habría debido subrayar el carácter de la gracia como autotrascendencia, ésta era precisamente la Virgen María; y a la inversa, se tiene la impresión de que, en Rahner, precisamente María sea una creatura más pasiva que todas las demás.
----------Como es posible a todas luces advertir por los pasajes anteriormente citados, en la concepción rahneriana de la gracia -cosa que ha sido notada por muchos analistas de los textos rahnerianos- existen graves contradicciones. En efecto, la gracia aparece a la vez gratuita y obligatoria, don libre y orientación necesaria, fin natural y fin sobrenatural, participación de la vida divina y cumplimiento del hombre.
----------Lo que es debido no puede ser gratuito, lo que depende del libre querer de la voluntad no puede depender de una orientación necesaria, lo que es fin de la naturaleza no puede ser un fin "elevante" más allá de la naturaleza; lo que es sobrenatural está por definición por encima de lo natural, lo que es auto-participación divina trasciende a la naturaleza humana, si no queremos hacernos panteístas. Si "la auto-comunicación de Dios" es "el constitutivo del cumplimiento de la naturaleza" (Curso fundamental, op.cit., p.149), entonces la naturaleza es cuanto menos potencialmente divina, y estamos de vuelta en el panteísmo.
----------Pero Rahner declara abiertamente la imposibilidad de distinguir la naturaleza respecto de la gracia: "Dado que no podemos distinguir con una simple reflexión a Dios como horizonte de la trascendentalidad espiritual y a Dios como fin para poseer de manera directa (el uno y el otro en cuanto aprioridad atemática del espíritu), la tesis de la consciencia apriórica de la gracia no equivale en absoluto a postular que ella deba poder ser distinguida en cuanto tal, a través de una reflexión objetiva, de la espiritualidad natural del hombre" (Teología de la experiencia del Espíritu, op.cit., p.98).
----------Retorna otra vez una contradicción señalada para otros casos: se supone la distinción entre dos términos (en este caso entre natural y sobrenatural) y, sobre la base de esta suposición, se la declara imposible.
----------Luego, en cuanto al concepto rahneriano de gracia como "auto-comunicación divina", ese concepto va más allá de la noción ortodoxa de "participación de la naturaleza divina" y se extiende desproporcionadamente hasta involucrar la misma naturaleza divina sic et simpliciter, reproponiendo de nuevo el panteísmo: "El Dios uno se participa a sí mismo como absoluta autoexpresión y absoluto don del amor. Su comunicación ahora [...] es verdaderamente auto-comunicación, vale decir, que Dios no hace solamente partícipe 'de sí', creando y donando realidades finitas, por medio de su omnipotente causalidad eficiente, sino que en una causalidad cuasi-formal se da verdaderamente en el sentido más estricto de la palabra a sí mismo" (Ensayos de teología, Ed. Paulinas, Cinisello Balsamo, 1965, p.622). "Autoco-municación de Dios significa, por tanto, que lo comunicado o participado es realmente Dios en su propio ser" (Curso fundamental, op.cit., p.149).
----------"La esencia ontológica de dicha auto-comunicación sólo puede conceptualizarse [...] usando conceptos análogos de tipo óntico [...], como el concepto de una causalidad formal interna, a diferencia de una causalidad eficiente, que por así decir tiende hacia fuera. Mediante este concepto podemos decir entonces que en la propia comunicación de sí mismo Dios en su ser absoluto se comporta a manera de causalidad formal con el ente creado, es decir, que originariamente él no produce y suscita algo distinto de sí mismo en la criatura, sino que, comunicándose, convierte su propia realidad divina en constitutivo de la consumación de la criatura" (Curso fundamental, op.cit., p.153). "Dios no confiere cualquier don numinoso o misterioso, como algo distinto de él, sino que se entrega a sí mismo" (Curso fundamental, op.cit., p.157).
----------Es necesario hacer la observación de que Dios debe ser visto como causa eficiente de la gracia y no como causa formal de la creatura, siempre para evitar el panteísmo, ya que el primer tipo de causalidad salva la distinción y la trascendencia de la causa respecto al efecto, cosa que no es salvada por el segundo tipo de causalidad (de hecho, la Escritura presenta el crear divino como un producir, tomando inspiración del obrar técnico-artístico, y no lo entiende por tanto como un dar forma a algo preexistente, como el demiurgo de Platón). Además, es necesario recordar que la gracia, aunque siendo de esencia divina, sin embargo es un don creado y por consiguiente finito. Existen infinitos grados y formas de gracia.
----------Por otra parte, es verdad que Dios donando la gracia "se da a sí mismo". Pero es necesario entender bien este "se da a sí mismo", pues no quiere decir que el Dios de la gracia de forma a la esencia del hombre o que complete la naturaleza humana. También esto sería panteísmo. Dios se da al hombre en el sentido de acogerlo como íntimo amigo y como hijo, o bien en el sentido de la inhabitación divina en el alma en gracia, residiendo en nuestro cuerpo, como dice san Pablo, como en un templo. ¡Pero una cosa es Dios y otra cosa es el templo en el cual reside! La intimidad de una relación de amor no excluye la distinción de los amantes.
----------Otro error de la concepción rahneriana de la gracia, al cual ya hemos señalado al presentar la antropología, es la idea de que la gracia está presente siempre y en todas partes. Todos están en gracia. Es éste el principio fundamental del buenismo. Principio desastroso porque propone la falsa convicción de salvarse cualquiera sea el modo como sucedan las cosas, elimina la vigilancia contra el pecado, causa el laxismo moral, extingue la humildad y favorece la soberbia, es fuente de altanería y de oportunismo, hace servir a dos señores, vuelve esclavos del juicio de los otros, debilita las defensas contra las fuerzas del mal, genera la indiferencia doctrinal y religiosa, convierte en inútiles las prácticas penitenciales y ascéticas, hace caer en la abulia y en la necedad. Presentemos algunos pasajes que desarrollan este tema.
----------"La gracia no tiene necesidad de ser pensada como acontecimiento intermitente de Dios en un mundo en sí profano, sino que es un existencial de la creatura espiritual permanentemente dado, que finaliza la creatura al contacto inmediato con Dios [...]. Está siempre ínsita en la naturaleza y en la historia del hombre, como su dinámica y su finalización. Es un objeto espiritual a priori" (Nuevos ensayos, vol.V, op.cit., p.689).
----------"Si la teología católica toma en serio la doctrina, evidente para ella, de la gracia divinizante y de la universal voluntad salvadora de Dios, de la necesidad de la gracia interior elevante [...], y la aplica eficazmente también cuando se trata del concepto de la revelación, en ese caso puede y debe reconocer [...] la historia de la revelación y lo que ella suele llamar simplemente revelación, como la interpretación histórica y categorial de sí misma [...], que es dada con la comunicación sobrenatural de Dios, inherente por gracia pero ineludiblemente siempre, a todo espíritu" (Revelación y Tradición, op.cit., p.12).
----------"Dios se ha comunicado libremente por gracia a su mundo, y esta comunicación de gracia es un carácter esencial permanente e inseparable de la creatura espiritual" (Nuevos ensayos, vol.II, op.cit., p.373).
----------"Nuestra experiencia trascendental [...] no sólo tiene siempre ante ella su posibilidad más radical, sino que la alcanzará también, es más, en el movimiento hacia ese alcanzar está llevada siempre por la auto-comunicación del futuro, hacia el que camina dicho movimiento como a su consumación absoluta" (Curso fundamental, op.cit., p.158).
----------"Por medio de dicha gracia acontece la autorrevelación histórica, libre y gratuita de Dios a todos los tiempos.  Por tanto, la historia es siempre  y en todo lugar historia de Ia revelación y de la salvación" (Diccionario Teológico, Editorial Herder, Barcelona 1966, voz: "Revelación". col.643-644).
----------Hago la observación que si la gracia está presente en todos al menos en una forma atemática e inconsciente, la predicación del Evangelio no servirá nunca para suscitar la fe y la gracia, sino simplemente para hacer sí que el destinatario del mensaje, escuchando las palabras del predicador, sea estimulado a tomar consciencia de esa fe que ya posee y para expresarla en conceptos y palabras: "La palabra predicada testimonia sobre una realidad anterior [o sea, la gracia], que es inherente desde siempre a la realidad y a la actividad total del hombre concreto inserto en el orden actual, porque Cristo y por tanto la 'Iglesia' son una realidad de la existencia concreta de cada uno" (Ensayo sobre los sacramentos, op.cit., p.289).
----------"Sería pensar en términos milagrosistas y casi mitológicos afirmar que la gracia de la fe viene dada en el momento en el cual la predicación del Evangelio llega al oyente. En ese momento ella deviene actual, eficaz y estimulante, pero precisamente porque es existente desde siempre, en cuanto existencial perenne del hombre, aunque de orden sobrenatural" (Nuevos ensayos, vol.IV, op.cit., p.630).
----------A continuación, en el mismo texto, Rahner explicita: "El predicador del Evangelio se dirige a personas que ya poseen la gracia justificante, al menos en el estado de oferta o incluso de libre si bien no temática aceptación, y que por tanto son cristianos anónimos" (ibid., p.632).
----------Y enseguida dice: "La gracia tiende, por su específica naturaleza, en el ámbito de la historia colectiva de la revelación y de la historia individual de la fe, a la propia objetivación conceptual, llamada precisamente doctrina de la fe, en la cual el que la disfruta y la misma gracia llegan a la propia autoposesión. La gracia precede a la predicación como condición de su posibilidad" (ibid., p.637).
----------Rahner eleva aquí a ley general aquello que es un hecho que puede verificarse, pero también no verificarse. Ciertamente, cuando el predicador anuncia el Evangelio, se dirige a personas que en cuanto tales poseen todas necesariamente una inteligencia y una voluntad, cosas que por lo tanto siempre están presupuestas al contacto con el predicador. Pero esto no quiere decir que en cualquier caso en el destinatario del mensaje preexista siempre la gracia y la fe, incluso a nivel inconsciente. Puede darse aquella circunstancia en la cual el Espíritu Santo quiera servirse precisamente de la palabra y del testimonio del apóstol para suscitar en el oyente la gracia y la fe. Si Cristo ha liberado a Magdalena de siete demonios, se debe suponer que antes de encontrar al Señor esa mujer no fuera exactamente aquella que se llama una santa.
----------Si la gracia está presente siempre y en todas partes, no tiene sentido para Rahner hablar de una ausencia, de una adquisición o del aumento o de la pérdida de la gracia. Para él no tiene sentido pensar que la gracia esté en una persona y no esté en otra y que pueda alternar presencia y ausencia en una misma persona: "La gracia y las ayudas sobrenaturales se concibieron alguna vez como realidades particulares y de algún modo regionales, que pueden también faltar completamente en el pecador o en el no creyente. En cambio, mi convicción teológica fundamental [...] es que lo que nosotros denominamos gracia es, sí, obviamente, una realidad que viene de Dios en una relación dialógicamente libre y es por tanto indebida y sobrenatural". Debe notarse que aquí Rahner no tiene el coraje de decir "alguna vez" la Iglesia o el Concilio dicen así, sino que cita su convicción personal, con la cual por otra parte quiere oponerse a la doctrina tradicional.
----------Sigue diciendo Rahner en el mismo texto: "Pero para mí la gracia es contemporáneamente una realidad que está dada siempre y en todas partes en el centro más íntimo de la existencia humana -hecha de conocimiento y de libertad-, en el modo de la oferta o del rechazo [Se evidencia cómo Rahner busca esconder su doctrina de la gracia poseída efectivamente por todos con la doctrina tradicional de la gracia ofrecida a todos y que por tanto puede ser rechazada. Con esta doctrina uno viene a poseer la gracia también si no la quiere], de modo que el hombre no puede nunca salir de esta característica trascendental de su esencia" (La gracia como centro de la existencia humana, cit. por I. Sanna, op.cit., pp.127-128).
----------Pero estas palabras aparentemente tan consoladoras, típicas del buenismo, cuestan caras a Rahner, porque de ellas se puede fácilmente deducir nada menos que el pecado no existe, si es verdad que el pecado, al menos el mortal, implica la ausencia o la pérdida de la gracia.
----------Como conclusión de este parágrafo, agrego el parecer de dos eminentes teólogos italianos: el cardenal Giuseppe Siri y monseñor Brunero Gherardini.
----------El aspecto de la teoría rahneriana, que viene puesto en luz por el ilustre Purpurado, es la contradicción que él detecta en lo interno de la misma teoría. Él afirma, en efecto: "Rahner dice que la apertura de la naturaleza hacia lo 'existencial sobrenatural' es una 'ordenación íntima'. Y añade -lo que nubla nuevamente la claridad del pensamiento- 'con tal que no sea incondicionada'. En esta declaración hay una contradicción fundamental, porque si la apertura a este existencial sobrenatural es una 'ordenación íntima', esta apertura, pues, es universal y constituye una condición fundamental de nuestra naturaleza humana" (Getsemaní. Reflexiones sobre el movimiento teológico contemporáneo, op.cit., p.75).
----------"Podemos preguntarnos: si la naturaleza incluye objetivamente en su esencia lo sobrenatural como un fin intrínseco y necesario, [...] ¿cómo se puede luego afirmar que de la esencia íntima de la gracia se desprende la imposibilidad de una disposición a la gracia para la naturaleza del hombre? Y aún más ¿cómo se puede afirmar que si esta disposición es necesaria, ya pertenece, por consiguiente, al orden sobrenatural? Y también ¿cómo afirmar que esta disposición aniquila el concepto de la gratuidad de la gracia?" (ibid., p.76).
----------En pocas palabras, la contradicción es la siguiente: ¿cómo puede Rahner hablar simultáneamente de la gracia como don gratuito divino y como ordenación necesaria a lo sobrenatural intrínseca a la naturaleza? Lo que es gratuito no puede ser debido, y lo que es debido no puede ser gratuito.
----------Mons. Gherardini hace un análisis de la citada teoría rahneriana similar al análisis del cardenal Siri. El famoso teólogo romano, fallecido en 2017, dice que en Rahner "el hombre, ya en cuanto hombre 'se mueve hacia la salvación' y es 'cristiano' aunque sea 'anónimo' precisamente por eso" (B. Gherardini, Naturaleza y gracia. El equívoco de Karl Rahner, en las citadas Actas del Congreso sobre Rahner, p.48). Gherardini añade que "el mismo Rahner era consciente del peligro de una latente naturalización de la gracia y, para conjurarlo, confiaba su cristianismo anónimo 'a la ilimitada apertura (del hombre) hacia Dios'. Una tautología evidente, y con ella un verdadero sin-sentido, así como un colosal error theologicus" (ibid., pp. 48-49).
----------Gherardini habla de tautología en cuanto Rahner, para evitar definir la gracia con la naturaleza (naturalismo), define la naturaleza con la gracia (sobrenaturalismo). En cualquier caso, se tiene la confusión de la naturaleza con la gracia.
----------Monseñor Gherardini concluye su análisis con las siguientes palabras: "Es el error que deriva de sus premisas idealistas y existencialistas, por las cuales en su discurso teológico es conducida al ostracismo la función fundante de la prueba bíblica y de la prueba del magisterio. A análogo ostracismo vienen por Rahner condenados los grandes maestros del pasado, sobre todo los escolásticos, incluso cuando a ellos se apela, reivindicando para ellos una interpretación improponible en cuanto forzada: la interpretación de Rahner es solamente la apropiada. La suya es una interpretación orientada por la falta de estima -si no por su neto rechazo- hacia su sistema filosófico. Las consecuencias, que antes he dicho, de 'polvo y cenizas', tienen en efecto el sabor amargo del veneno" (ibid., p.49).

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