sábado, 21 de diciembre de 2024

En preparación del Jubileo 2025 (3/3)

¿El papa Honorio I fue hereje? Esta pregunta que se blandía en pasadas épocas, pregunta a la cual historiadores filo-lefebvrianos como el italiano Roberto de Mattei o el sacerdote argentino Javier Olivera Ravasi responden afirmativamente, ha sido ya definitivamente resuelta por la respuesta negativa, tras las investigaciones de los historiadores católicos serios y coherentes con el dogma de la Iglesia. El papa Honorio I asumió una posición que fue condenada por el concilio Constantinopolitano III del 680, pero en el 682 el papa san León II desestimó la acusación y absolvió a su predecesor Honorio de la acusación de herejía, aunque reprochó su conducta pastoral. De hecho san León II dio a este Concilio una interpretación autorizada, que cerró definitivamente el caso en favor de Honorio. [En la imagen: fragmento de "IV Concilio Ecuménico de Calcedonia", óleo sobre tela, de 1876, obra de Vasily Ivanovich Surikov, estudio para un fresco para la Catedral de Cristo Salvador].

¿El Papa Honorio fue hereje?
   
----------Para complemento de lo que a continuación repasaremos acerca del Concilio de Calcedonia (según, como he dicho, los apuntes del padre Tomas Tyn), añado unas pocas palabras sobre la grave cuestión que se planteó en el siglo VII, con ocasión de la discusión sobre las dos voluntades de nuestro Señor Jesucristo. En efecto si Cristo tiene dos naturalezas, una naturaleza humana y la otra, naturaleza divina, es lógico pensar que tiene dos voluntades: una humana y la otra divina.
----------En aquel tiempo, el emperador de Constantinopla simpatizaba con el monofismo, para el cual Cristo es Dios, pero su humanidad es solo aparente. Al monofisismo correspondía el monotelismo, para el cual era la voluntad humana de Cristo la que era aparente, y en esta ocasión se produjo la desventura del papa Honorio, quien fue circunvenido por Sergio, Patriarca de Constantinopla, partidario del monotelismo.
----------El papa Honorio I [585-638] asumió una posición que fue condenada por el concilio Constantinopolitano III del 680, pero en el 682 el papa san León II [611-683] desestimó la acusación y absolvió a su predecesor Honorio de la acusación de herejía, aunque reprochó su conducta pastoral. De hecho san León II dio a este Concilio una interpretación autorizada, que cerró definitivamente el caso en favor de Honorio.
----------Presento aquí una breve exposición del caso hecha por el Siervo de Dios padre Tomas Tyn, que no fue un historiador de la Iglesia, sin embargo con gran lucidez nos presenta cómo han ido las cosas.
   
Concilio de Calcedonia
   
----------A. Comencemos en primer lugar por afirmar que la palabra οὐσία (essentia), tomada en sentido estricto, designa la esencia específica, abstracta, de un ser cualquiera. Se la distingue, por consiguiente, de φύσις (naturaleza), que designa la naturaleza individual del sujeto. A esta última palabra, sin embargo, se la reduce muy a menudo como veremos al sentido de οὐσία. Sobre la humanidad de Cristo, que es una realidad individual y creada, los Padres hablarán en primer lugar de naturaleza, mientras que, en el problema trinitario, usaban preferentemente el término οὐσία, esencia o sustancia.
----------B. La palabra φύσις (naturaleza) tiene un significado mucho más complejo. 1. Su primer sentido natural y directo es el de la naturaleza individual concreta; es la esencia realizada en los seres, en los cuales se la considera como principio de las operaciones. 2. Sin embargo, muy a menudo φύσις se acerca mucho a οὐσία: a. Cuando se habla de Dios, cuya naturaleza es esencialmente una. También en el estudio de la Trinidad estas dos palabras se tomaban la una por la otra, es decir, se utilizaban sin adjuntar distinción de significado, aunque se empleara más gustosamente el vocablo οὐσία. b. Cuando el término φύσις designa la totalidad de los individuos de la especie, en lugar de este o aquel individuo en particular. En este caso, sin embargo φύσις no puede confundirse con οὐσία, que designa la esencia o la especie como tal. 3. Además, φύσις también toma algunas veces el sentido de persona. Estos modos de expresarse derivan de la imprecisión de la idea de persona en muchos Padres y del punto de vista concreto bajo el cual estos Padres consideran a la persona. Pero es necesario tener presente que este sentido se le atribuye a φύσις solamente en materia cristológica, nunca en el campo de la teología trinitaria. Después de las controversias arrianas, la distinción en Dios de las personas o hipóstasis era ya un punto claramente definido y establecido.
----------C. La hipóstasis, ὑπόστασις. Cuando se trata de hipostasis, la cuestión de la palabra se complica por una cierta imprecisión de pensamiento y la una y el otro, o sea, la palabra y el pensamiento, dependen del punto de vista que domina la especulación oriental sobre estos temas.
----------1. La persona está en la especulación oriental ordinariamente considerada bajo su aspecto más concreto: ella es, como se expresan con Aristóteles los Escolásticos, la primera sustancia: el ser mismo que posee todos los atributos de la naturaleza completa, racional y autónoma.
----------Un tal ser es como bien se ve más que un accidente: es una sustancia, tiene una naturaleza completa: es en este sentido una naturaleza. Toda persona es φύσις. Así, el punto de vista concreto, al cual se refieren las cosas de las cuales razonamos, induce lógicamente a los Padres Griegos a poner en relieve todo lo que acerca la persona a la naturaleza, más que a distinguirla de la misma. El término hipostasis, ὑπόστασις, que originalmente significa sustancia, responde bien a esta concepción realista de la persona.
----------2. Desde el momento que toda hipostasis es physis, ¿debemos deducir entonces que también toda physis es una hipostasis? Leoncio de Bizancio [485-543] explicó que toda physis no es hypostasis, sino que toda physis tiene una hipostasis. Solamente el accidente es ἀνυπόστατος: pero entre lo anhipóstatos y la hypostasis hay lugar para un término medio: el ἐνυπόσττος, o sustancia puramente individual, que no tiene existencia propia, sino que existe en virtud de una hipóstasis o en una hipóstasisis extraña. Estas distinciones suponen la noción de hipóstasis abstracta, es decir, de aquella subsistencia que es el elemento formal y constitutivo de la persona, es decir, la existencia en sí y de por sí (se podría decir también la inseidad) de la naturaleza completa.
----------D. La palabra πρώσοπον. En el ámbito de la teología trinitaria, esta palabra es, después del siglo IV, sinónimo de hipóstasis o de persona. También en cristología tal palabra significa, sí ciertamente, persona, pero con ciertos matices que hay que precisar bien.
----------1. Por un lado, para los alejandrinos (san Cirilo y su escuela), que insisten en materia cristológica sobre el concepto de persona hasta el punto de anudarlo al de naturaleza (en sus escritos ὑπόστασις y φύσις pueden traducirse con la fórmula persona sustancial), prosopon es la mayoría de las veces un sinónimo de hipóstasis y dentro de ciertos límites también de φύσις. Esta palabra nunca tiene en san Cirilo el sentido amplio de personalidad o de persona moral.
----------2. Por otro lado, para los antioquenos que tienen una tendencia diofisita muy acentuada, ya que insisten ante todo en el concepto de naturaleza hasta el punto de reducir a ella el concepto de hipostasis (traducimos aquí φύσις y ὑπόστασις con la fórmula naturaleza sustancial), el vocablo prosopon se contrapone a la hipostasis y designa a la persona que posee la naturaleza. Por otra parte, este concepto de persona más o menos ligado al concepto de naturaleza resulta muy débil en Antioquía. Sin embargo, los católicos insisten en el atribuir a la persona una verdadera realidad; pero los nestorianos conciben dicha persona como puramente moral y accidental. El término prosopon significa, por tanto, para estos últimos, "personalidad" en el sentido amplio, más que persona física: de hecho, la palabra prosopon no tiene, quizás, otro significado que el de personalidad en la fórmula prosopon físico de Nestorio [380-451]. De todos modos, tal es el sentido en la fórmula prosopon de unión tan querida por el heresiarca de Constantinopla.
----------San Cirilo de Alejandría [370-444]. El error de los nestorianos estaba precisamente aquí. Distinguiendo en Cristo excesivamente el hombre y Dios, no admitiendo entre el hombre y Dios más que una unión moral y relativa, los nestorianos escindían a Cristo. No estando la humanidad, según Nestorio, unida al Verbo más que por un tenue vínculo, esta humanidad asumía, para los nestorianos, una autonomía que la elevaba a dignidad de persona. He aquí por qué Cirilo proclama, claramente y fuertemente, contra ellos, que entre la humanidad y la divinidad hay algo mucho más profundo que un simple acercamiento o una simple conexión (συνάφεια), sino que hay una verdadera y sustancial unión (ἕνωσις). Y para siempre mejor especificar el realismo de tal unión, Cirilo la llama unión en la hipóstasis (secundum hypostasim, καθ ὑπόστασις), no ya porque él suponga una nueva hipóstasis, sino porque la unión se realiza en la hipóstasis preexistente del Verbo. 
----------Con una fórmula menos feliz, Cirilo llama también a esta unión unio secundum "naturam" (ἕνωσις κατά φύσιν o bien ἕνωσις φύσική), no porque ella tenga como resultado una nueva naturaleza (naturaleza, persona, φύσις), sino porque la humanidad ha sido misteriosamente poseída por el Verbo encarnado, en el cual existe una única φύσις (naturaleza autónoma), la de Dios. La humanidad del Salvador, aunque en sí y de por sí completísima, no es una φύσις en el sentido estricto del vocablo, el cual vocablo importa, según Cirilo, la autonomía, el existir por su cuenta, per se, y por tanto el carácter personal. He aquí por qué el obispo de Alejandría a menudo ama hablar de la única "naturaleza" (μία φύσις) del Cristo.
   
El monje Eutiques
   
----------Eutiques [378-454], nacido alrededor del año 378 y apenas treinta años (408) archimandrita de un gran convento de 300 monjes en Constantinopla, había sido después del concilio de Éfeso un decidido adversario de los nestorianos. Al llegar en el 441 a Bizancio al poder el eunuco Crisafio, ahijado de Eutiques, este último se hizo omnipotente y usó toda su influencia con extremo vigor contra todo lo que era sospechoso de nestorianismo. Desgraciadamente, sin embargo, Eutiques era un ingenio obtuso, carente de toda agudeza y de toda esbeltez y, lo que es peor, desprovisto de toda cultura teológica. San León lo juzgó imprudens et nimis imperitus (Ep.XXVIII, c.1). Eutiques se la tomó con las fórmulas cirílicas sin entenderlas, ateniéndose a la letra y acusando de hereje a todo aquel que no admitiera el mismo literalismo. He aquí que hubo protestas. El patriarca de Antioquía lo denunció al emperador en año 448, pero en vano. En noviembre del mismo año, sin embargo, el obispo Eusebio de Dorilea presentó un verdadero y propio acto de acusación contra Eutiques presentando este acto al obispo de Constantinopla, Flaviano, así como también a un sínodo permanente  (una especie de concilio de obispos que tenía sede permanente en Constantinopla). Eutiques fue invitado a comparecer. Pero el viejo monje (que tenía ya 70 años) no se presentó hasta la tercera citación. El interrogatorio categórico que sufrió puede reducirse a dos preguntas: 1. ¿Jesucristo era de la misma sustancia que la nuestra? Eutiques respondió que no. 2. ¿Había en Jesucristo dos naturalezas? La respuesta fue: antes de la encarnación hubo dos, pero después hubo una sola.
----------Eutiques sostuvo que tal era la doctrina de los Santos Padres y se negó a condenarla. Fue excomulgado, depuesto, interdicto, la cual es una sentencia que tal vez haya sido demasiado severa tratándose de un viejo cuyo mayor mal era la ignorancia y la testarudez. Pero la dura sentencia se explica y justifica muy bien dado el temor de que esas ideas se difundieran y contaminaran el patrimonio de la fe, tanto más cuanto que el condenado las había expresado y hacía de ellas propaganda abierta.
----------San León Magno [390-461, quien fue papa desde el año 440] quería ante todo fórmulas simples y que no se hablara acerca de problemas insolubles. Por consiguiente, es de suponer que el caso del monje Eutiques debía disgustarle a primera vista. Pidió información a Flaviano. Habiendo sido el concilio convocado por el Emperador, León lo aceptó, pero se encargó de definir la fe católica en una Instrucción dogmática, muy amplia, dirigida a Flaviano, entregándola junto con otras cartas a sus legados que partieron para Éfeso. Esta instrucción que se conoce como Tomo a Flaviano es un documento dogmático de primer orden, aunque el influjo teológico sea mucho más débil que en las obras de San Cirilo y aunque no aparezca la especulación propiamente dicha. Todo lo doctrinario pontificio se resume en la fórmula que acabó por prevalecer: una sola persona y dos naturalezas: el Cristo es una sola persona en dos naturalezas.
----------Dióscoro I de Alejandría, patriarca desde el 444, aquel que tenía de la corte la orden de presidir el nuevo concilio de Éfeso [desde el 8 al 22 de agosto de 449], se presentaba ante él como defensor de la fe y de las fórmulas de san Cirilo, pero estaba ante todo preocupado por la idea de humillar, Una vez más 59, la cátedra de Constantinopla que desde el 381 pretendía ser superior a la cátedra alejandrina en Oriente. Con el apoyo de las tropas cesareas y de una banda de monjes fanáticos armados de porras, Dióscoro impuso sus deseos a una asamblea de 135 obispos incluso aterrorizados. Sin tener para nada en cuenta las instrucciones pontificias, Dióscoro rehabilitó el 8 de agosto a Eutiques y depuso el 22 a varios obispos: Eusebio de Dorilea, Teodoreto, Iba, Domno de Antioquía y especialmente a Flaviano, que murió después de tres días a causa de los golpes recibidos. A los legados no les quedó otra salida que la huida llevando consigo las cartas de apelación de las víctimas de aquella asamblea que el papa León (Ep.95) calificó del título de Latrocinio de Éfeso ("latrocinium ephesinum"), título que los siglos sancionaron. Las decisiones de tal concilio, por injustas que fueran, fueron aprobadas y mantenidas en vigor por Teodosio II hasta su muerte [450].
   
Monofisismo
   
----------El monofisismo puro es aquel que, tomando literalmente la palabra physis (naturaleza), enseña que en Cristo hay verdaderamente unidad de naturaleza en la estricta acepción de los vocablos, mientras que el monofisismo mitigado atempera bastante esta enseñanza, al menos en los términos, si no propiamente en la sustancia, llegando a ello por medio de vías transversales, mucho más políticas que teológicas. La forma radical del monofisismo es también llamada eutiquianismo por más difícil que sea conocer el genuino pensamiento de Eutiques. El monofisismo se presenta en cuatro formas principales y en varias formas secundarias, más o menos derivadas de aquellas. Las formas principales son cuatro: la primera se refiere a la humanidad, la segunda a la divinidad y la tercera y la cuarta se refieren a la unión de estos dos elementos en Jesús.
----------a. Algunos monofisitas enseñaban la absorción de la humanidad por parte de la divinidad que solo subsiste como la gota de miel viene absorbida por el agua del mar que la disuelve. Estos herejes debían atribuir lógicamente los dolores de Jesús a la naturaleza divina, es decir, debían ser teopasquistas absolutos porque tal vocablo es usado a menudo para indicar en sentido amplio a todos los monofísitas por la fórmula qui crucifixus est pro nobis, agregada al Trisagio. Al respecto, recuérdese que el Trisagio es la triple repetición de la palabra "santo" pronunciada por los ángeles en el libro del Apocalipsis y que se encuentra en la liturgia de la Misa, por lo tanto, es prácticamente una referencia a la Santísima Trinidad. La adición de la "crucifixión", venía por tanto a sobreentender que el Hijo como tal había sido crucificado, descuidando el hecho de que en cambio la crucifixión no se refiere a la divinidad de Cristo sino a su humanidad.
----------b. Otros enseñaron el desvanecimiento del Verbo en la humanidad, según la frase de San Pablo: Exinavit semetipsum, que traduce ἐκένοσεν ἑαυτόν del original: es la doctrina llamada de la Kenosis. Estas teorías fueron atribuidas a Eutiques y también a ciertos apolinaristas.
----------c. La forma clásica del monofisismo es aquella que admite, en Jesús, la mezcla de la divinidad y de la humanidad, mezcla cuya consecuencia es un compuesto divino-humano, una naturaleza teándrica: es decir, en el Cristo no existe más que una sola esencia, no existe más que una propiedad. El más conocido partidario de tal sistema es Sergio el Gramático, combatido por Severo de Antioquía [456-538].
----------d. La forma más sutil del monofisismo puro es aquella que enseña la composición en un todonatural, sin mezcla, de la humanidad y de la divinidad, como dos sustancias incompletas, el alma y el cuerpo, se unen para formar hombre, sustancia nueva completa con esta diferencia, sin embargo, que en la encarnación el compuesto teándrico supone que los dos elementos son y permanecen completos. Tal doctrina, derivada del apolinarismo, fue durante mucho tiempo atribuida no sin apariencia de racionalidad a los principales corifeos del monofisismo mitigado y especialmente a los severianos ...
----------El monofisismo en Constantinopla. En el 482, Zenón, para ver de reconciliarse sobre todo a los adversarios de Calcedonia, publicó un sedicente edicto de unión (ἑνωτικών, Enoticon), en el sentido de la Contra-Encíclica de Basilisco (usurpador predecesor de Zenón, protector del monofisismo). En este Enótico se anatematizan a Nestorio y a Eutiques y se afirma la humanidad y la divinidad de Jesucristo, pero se evita usar la palabra uno y la fórmula dos naturalezas: hay luego un desdichado grabado que condena "a quien haya optado de manera diferente sea en Calcedonia como en otro lugar". De esta manera el mismo concilio de Calcedonia fue indirectamente condenado por el Enotico, en el cual se declaraba que la regla de fe consistía únicamente en el símbolo niceno con las adiciones aportadas por el concilio de Constantinopla, en los doce anatemas de San Cirilo y en las decisiones de Éfeso. Como todo el mundo ve, el Enotico no contenía nada expresamente heterodoxo, sino que representaba un verdadero abandono de Calcedonia, abandono muy peligroso en esa tensión de los espíritus, tanto más que para agravarlo se combinaba con una alusión perversamente tendenciosa.
----------81. Leoncio de Bizancio [485-543] hacía notar a los nestorianos que es verdad que el Verbo τέλειος (perfecto) ha tomado una humanidad completa, τελέια: pero que, si estos dos elementos son completos y perfectos considerados en sí mismos, no se consideran luego respecto al Verbo encarnado, del cual constituyen los elementos que como partes incompletas, de la misma manera que el cuerpo y el alma con respecto al hombre. Por tanto, en Cristo no hay más que una sola persona. La humanidad de Jesús, aunque completa, no es la hipóstasis, sino solo una naturaleza enhipostasiada.
----------Pero Leoncio tenía especialmente como objetivo el monofisismo. El ἐνυπόστατον rechaza el concierto de la naturaleza-esencia específica (abstracta) que los severianos, a pesar de sus declaraciones, parecen haber tenido más bien como objetivo inmediato principio de las propiedades humanas reconocidas a Jesús. Si la humanidad de Cristo es llamada enhipostasiada, se afirma con ello su carácter bien concreto e individual: se la debe, a rigor de términos, llamar naturaleza, physis, y nada nos impide considerarla, también en la unión, independientemente de su naturaleza divina. Leoncio no rechaza decir, con los monofisitas, ex duobus naturis, lo que se puede entender tanto de la formación de Cristo mediante la unión de las dos naturalezas, como del estado de Cristo realmente formado que resulta compuesto "de dos naturalezas", es decir, "subsiste en dos naturalezas" (in duabus naturis): la cual última fórmula calcedonense no debe ser excluida de la precedente, menos límpida sí, pero también ortodoxa. En cambio la forma μία φύσις, que podría explicarse a rigor en el sentido de μία ὑπόστασις es muy insidiosa e impropia; y Leoncio la tolera de mala gana.
   
El monotelismo
   
----------Las iniciativas de Justiniano [527-565], lejos de poner fin a las oposiciones monofisitas, habían llevado a una organización cada vez más sólida y completa de las Iglesias Jacobitas en Siria y en Egipto. Esta cristiandad se estaba haciendo tan hostil a Bizancio que, al reinar Heraclio [610-641], cuando el imperio tembló bajo la amenaza de los persas y, después del 634, bajo la de los árabes, se pudo temer que ellos se aliaran con los enemigos. Para prevenir este problema el patriarca Sergio [610-638], hombre de Estado más que de Iglesia, intentó devolverlas al imperio presentándoles el catolicismo bajo una forma atenuada, una especie de término medio entre el monofisismo herético y el duofisismo católico: he aquí el monotelismo, doctrina que afirma una única voluntad (o actividad) en Nuestro Señor Jesucristo. Laboriosas y perseverantes maniobras de aproximación, conducidas del 620 al 630 y coronadas en el 631 por la promoción a la sede patriarcal de Antioquía 319 de Ciro, devotísimo de las ideas de Sergio, llegaron finalmente, en el 633, a una unión de todo Egipto, unión que consiste en el aceptar de una parte y otra un formulario de 9 anatematismos. Los armenios siguieron este ejemplo el año siguiente [634]. Pero desde el 633 algunos católicos perspicaces protestaban contra las concesiones de Sergio y así se abrieron en el terreno cristológico otras y nuevas controversias que duraron cincuenta años, es decir hasta el VI Concilio del 680-681.
   
Contenidos doctrinales del monotelismo
   
----------a) No parece que los monotelitas basaran la "operación teándica" de la cual hablaban en una naturaleza mixta resultado de una mezcla de lo divino y de lo humano (monofisismo rígido). Pero muchos la entendían en el sentido de que en Cristo no había más que un solo principio activo, dinámico: el Verbo y la naturaleza divina; la humanidad era más o menos inerte, sin vida propia, semejante a un simple instrumento, similar a los órganos corporales que sacan toda su energía del alma: las facultades naturales de Jesús, incapaces de actuar, eran como inexistentes, aunque permanecían in re. Se llamó, a tal doctrina, monoenergismo, una especie de sucedáneo del monofisismo. No es imposible que Sergio mismo haya adoptado al principio esta manera de ver; sin embargo, la cosa no es segura debido a la imprecisión del vocablo ἐνέργεια, que a veces significa energía, principio activo de la operación, y otras veces asume el sentido de la operación en curso. De todos modos, Sergio renunció pronto, al menos aparentemente, a esta fórmula para adoptar otra aún más equívoca y por lo tanto más favorable a sus designios.
----------b) Es el término voluntad, θέλημα, la palabra que mejor responde a la exposición de la cuestión que desde el 634 el patriarca Sergio hizo en la carta al papa Honorio.
----------En esa carta que codifica el monotelismo propiamente dicho, Sergio narra a su manera el origen de la controversia, resume la disputa con Sofronio y se esfuerza por ganar al Pontífice para su nueva táctica: el silencio sobre las dos fórmulas incriminadas. Bastará decir: "Un solo y mismo Hijo de Dios, Nuestro Señor Jesucristo, obra las acciones divinas y las acciones humanas". En cuanto a la expresión "una energía", que también se encuentra en los Padres, es necesario evitarla, porque perturba y sorprende: como luego la fórmula "dos energías", ella es de nuevo problemática, escandaliza y resulta peligrosa, porque hace entender que en Jesús existían dos voluntades contrarias, mientras que su humanidad perfectamente movida (κινομένη), accionada y dirigida por el Verbo, se había apropiado el querer divino, la divina voluntad del Verbo mismo (θέλημα θεῖον). Sergio finalmente declara a Honorio que éñ, aunque partidario del silencio, ha enviado al Emperador la carta de Menas al papa Vigilio conteniendo el testimonio de los Padres sobre la única energía y sobre la única voluntad del Cristo.
   
La condena del monotelismo
   
----------La respuesta de Honorio fue la de un hombre mal informado y también, ¿por qué no decirlo?, poco clarividente. En una primera carta (ciertamente del 634) él declara aprobar que se renuncie a las fórmulas de una o dos operaciones y que se insista en la unidad de persona de la cual derivan las dos categorías de acciones, añadiendo: "Nosotros confesamos una única voluntad de Nuestro Señor Jesucristo, porque según toda evidencia la divinidad ha tomado nuestra naturaleza, pero no ya el pecado que en ella se encuentra". Estas últimas palabras demuestran que el papa, prevenido por Sergio, quiere excluir una oposición humana a la voluntad divina y es evidentemente en este sentido que aprueba sin reservas las propuestas del patriarca.
----------La segunda carta del papa Honorio I al patriarca Sergio de Constantinopla, del 635, afirma de nuevo la necesidad de evitar las fórmulas incriminadas, pero también declarando explícitamente que reconoce la operación específica de cada una de las dos naturalezas. Sin embargo, el pontífice rechaza la fórmula de las "dos energías" insinuadas por el astuto Sergio, tan peligrosa.
----------Lo que podemos decir es que el papa Honorio, con su actitud presta, aunque no queriéndolo y aunque permanezca en la plena ortodoxia, le concede armas y argumentos a la herejía monotelita. He aquí cómo se explican, al menos parcialmente, las severidades del Concilio del 680.
----------Cuando se leyeron en la XIII sesión del concilio Constantinopolitano III del 680, las epístolas de Honorio a Sergio, el Concilio condenó también a ese pontífice en estos términos: "Nosotros Somos de la opinión de que debemos desterrar de la santa Iglesia de Dios y anatematizar no sólo a estos (es decir, a los herejes Sergio, Ciro etc.), sino también con ellos a Honorio, ya papa de la antigua Roma, porque nosotros hemos encontrado en las cartas enviadas por él a Sergio que él siguió en todo la opinión del mencionado Sergio y que sancionó las impías enseñanzas del mismo patriarca" (Mansi, Conc. XI, col. 556).
   
San Juan Damasceno, el doctor de la Encarnación
   
----------Las conclusiones de san Juan son las siguientes: 1. Adoración debida a la humanidad de Jesucristo, considerada no ya separada del Verbo, sino unida al Verbo hipóstaticamente. 2. Filiación divina de Jesús, puesto que el nombre de Hijo designa una relación de la Persona; filiación que, si se tiene cuidado, excluye en Jesús la relación de siervo respecto al Padre. 3. Communicatio idiomatum, de la cual el Damasceno expone las reglas y justifica el uso. 4. Compenetración recíproca de las naturalezas unidas, περιχώρεσις, divinización (θείωσις) de la humanidad por obra de la divinidad, divinización que no implica ya una transformación sustancial de la humanidad, sino una comunicación en el grado máximo posible de los dones, de los privilegios, de la potencia de acción y de operación de la divinidad: se trata en definitiva de una participación en la energía divina. 5. Ausencia de toda ignorancia en Jesùs: el progresar de su sabiduría fue simplemente aparente. La perfección misma de la humanidad excluye igualmente todo lo que, en las pasiones humanas y en los sufrimientos humanos, es incompatible con dicha perfección: ninguna pasión perversa en Jesús; sino subordinación absoluta de la parte inferior a la voluntad: imposibilidad para el cuerpo, por lo demás pasible, de ser tocado por el sufrimiento hasta el punto de sufrir una corrupción contraria a su dignidad. 6. Por último, dualidad de operaciones y de voluntad.

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