martes, 11 de junio de 2024

Las vías para llegar al conocimiento del espíritu (2/4)

Es curioso cómo en Platón y en el neoplatonismo, y subsecuente asunción por pensadores heterodoxos del primer cristianismo, como es el caso de Orígenes y Evagrio Póntico, el cuerpo sea visto como enemigo del espíritu, pero al mismo tiempo como grado inferior, imitación, sombra del espíritu. Esto hace, ciertamente, que el platonismo, como ha sucedido varias veces en la historia de la filosofía, pueda recibir también una interpretación sensualista y hedonista. [En la imagen: detalle de un dibujo sobre el funcionamiento cerebral, en un manuscrito del libro De Anima, de Aristóteles, apuntado por Johann Lindner de Mönchburg, ss.XV-XVI].

Luces y sombras de Platón: su equívoco concepto de espíritu
   
----------Recordemos que para Platón solo lo invisible, el espíritu, es eterno. Mientras que lo visible, lo corpóreo, es la apariencia, es lo efímero, lo despreciable, lo corruptible, destinado a disolverse y desaparecer en la nada. También el cristiano sabe bien que lo corpóreo es corruptible; como por lo demás existe también una corrupción espiritual, que es la del pecado. Pero la Biblia leída en la Iglesia nos enseña que lo corpóreo es corruptible no por sí mismo, como tal, sino solo porque el pecado original lo ha hecho corruptible.
----------En el plan originario edénico, el hombre, alma y cuerpo, era inmortal. Por lo tanto, para el cristiano no se trata de rechazar el cuerpo, sino de liberarlo de la corrupción, para que así el cuerpo, purificado de las consecuencias del pecado, pueda resucitar de muerte a vida inmortal. Por tanto, vemos que entre Platón y el cristianismo se da una oposición radical sobre el destino final del cuerpo: en Platón el cuerpo está destinado a la nada, necesariamente va a acabar en polvo. Para la Biblia, ciertamente, el cuerpo momentáneamente termina en polvo no por su naturaleza, sino porque está dañado por el pecado. El cuerpo, que es creado por Dios bueno como parte esencial de la naturaleza y de la persona humana, está destinado a resucitar a la vida eterna. Aquí vemos un abismo entre Platón y el cristianismo. Nietzsche, que decía que el cristianismo es un platonismo para el pueblo, evidentemente no había entendido nada del cristianismo.
----------Son interesantes aquí las consecuencias por cuanto respecta a la vida sexual, la cual es evidentemente esencial al cuerpo humano. Una cierta visión tradicional, influenciada por Platón, concibe la abstinencia sexual como realización incoativa de la vida eterna y, si bien acepta la resurrección del cuerpo, sin embargo entiende que en la resurrección el sexo no tiene ninguna relevancia.
----------Sin embargo, si consideramos cuidadosamente, como personalmente lo he hecho durante cuarenta años, el verdadero significado cristiano de la sexualidad y de la resurrección del cuerpo, nos daremos cuenta de que la vida sexual no está en absoluto excluida en el cielo, como si el cuerpo deviniera asexuado, aunque tal vida ya no sea procreativa, sino sólo expresión del amor. Para la espiritualidad cristiana la relación interpersonal varón-mujer es un factor esencial para la comprensión y la expresión de la esencia del espíritu. Por otra parte, hay que prestar atención a que del rigorismo sexual platónico se pueda recabar paradójicamente un total libertinaje, como resulta evidente de su famosa y escandalosa idea de la comunidad sexual de las mujeres. ¿Cómo se explica esta inversión de perspectiva? ¿Cómo Platón pasa del puritanismo a la sensualidad? Ya lo he explicado en otra parte de este artículo: por su mismo concepto equívoco de espiritualidad.
----------Platón no ve en el prójimo una imagen de Dios y no la ve tampoco en su propio yo. Es cierto que Platón conoce la inspiración divina, la cual no es desconocida para el mundo pagano, pero tal inspiración divina, en Platón tan solo sirve para elevar el espíritu al mundo de las ideas; no inspira, como en la Sagrada Biblia, una conducta moral que imite el actuar divino hacia el hombre.
----------No existe en Platón, como en la Sagrada Biblia, un Dios que sana, purifica, libera, salva y eleva a Sí mediante la gracia. En Platón el hombre debe arreglárselas por sí solo, como pueda, mediante el esfuerzo ascético, el cumplimiento del deber y el ejercicio de la contemplación para purificarse y para elevarse al mundo de lo divino, para auto-trascenderse hacia la eterna visión de las ideas.
----------La práctica del amor al prójimo en Platón no sirve para alcanzar la visión de las ideas y, por tanto, la unión con Dios. No surge de la necesidad de imitar la bondad divina o de obedecer a su ley o a su voluntad. Las ideas me iluminan, pero no me hablan. Me mueven hacia ellas, pero no hacia el prójimo. Al relacionarnos con los demás no aprendemos cómo comportarnos con Dios. El amor que recibimos de los demás, según Platón, no nos hace comprender el amor de Dios por nosotros. Platón no alcanza el espíritu por estos caminos, a diferencia de la enseñanza bíblica, muy rica acerca de estos temas.
----------Platón ha entendido, sin embargo, que al acto de la visión intelectual sigue el acto de la voluntad, que desea el bien visto por el intelecto. La idea platónica es, pues, modelo de la acción moral y a la vez objeto de contemplación y de amor, fuente de felicidad. Platón ha entendido que existe una jerarquía en las ideas: nuestro conocimiento inicia con las ideas de las cosas sensibles y posteriormente se eleva al descubrimiento de las ideas de realidades cada vez más nobles y elevadas hasta llegar a la suprema Idea, que es la del Bien, de la cual dependen todas las demás ideas y que ilumina todas las demás ideas. Es la idea de Dios.
----------Ciertamente, mérito de Platón ha sido el de distinguir el intelecto del sentido, lo inteligible (noetón) de lo sensible (aisthetón). Sin embargo, no explica cómo el sentido es superado por el intelecto, el cual parece realizar simplemente un salto desde la tierra al cielo. Esto significa que Platón no logra conectar los dos actos, los cuales incluso parecen contrastantes, porque el intelecto parece negar lo que percibe el sentido. La verdad parece ser alcanzada solo por el intelecto, mientras que el sentido permanece en el mundo de las apariencias y opiniones. El sentido, por lo tanto, más que una ayuda al intelecto, parece ser un obstáculo.
----------Pero este escepticismo respecto al valor del sentido corresponde a una concepción pesimista de la realidad material. En efecto, Platón ha creído que el estímulo a pecar no viene del intelecto y de la voluntad, porque emanan del espíritu, es decir, del mundo ideal, que no puede sino ser bueno, más bien divino, sino que viene del confuso y turbio mundo de los cuerpos, mundo engañoso, ilusorio, mutable, coercitivo y corruptible, principio por tanto de maldad y no de bondad, de muerte y no de vida.
----------Platón sentía fuertemente cómo nuestras pasiones y nuestra propia voluntad son seducidas y desviadas por la concupiscencia y por los deseos sensuales, pero creía que esos estímulos malos venían de la misma naturaleza del cuerpo y de las pasiones, y no sabía, como nos enseña la Sagrada Biblia, que, en cambio, ellos son consecuencias del pecado original, ya que cuerpo y pasiones, lejos de ser enemigos del hombre, concurren de por sí a constituir la integralidad de la naturaleza humana creada por Dios.
----------De ahí la consecuencia de que, para adquirir la libertad y la virtud, es necesario que nuestro espíritu, con la muerte, se afirme en toda su pureza, se libere de la cárcel y de las impurezas del cuerpo, de las vanas ilusiones y atractivos de los sentidos y de las pasiones, y vaya a contemplar eternamente las Ideas eternas.
----------Platón, por tanto, no ha conocido la distinción entre el espíritu bueno y el espíritu maligno, porque según él no es el espíritu, sino la materia la que instiga al pecado. Para Platón el espíritu solo puede ser bueno. Lo espiritual, por el hecho mismo de ser espiritual, es bueno y deseable.
----------Por otra parte, si el cuerpo es malvado, y Dios espíritu es bueno, para Platón el cuerpo no puede tener entonces origen en Dios. Pero surge el riesgo de hipotetizar un dios malo como autor de la materia. Ciertamente Platón no llega hasta este punto, por lo cual la materia se mantiene de por sí increada junto a Dios, y sin embargo Platón deja abierta esa posibilidad, que no dejará de ser realizada por el maniqueísmo, precisamente con la teoría del dios malo, autor de la materia mala.
----------Aristóteles no llega a admitir la creación de la materia, pero se acerca bastante, dado que la potencialidad material (dynamis) pertenece al ámbito del ser y por lo tanto es buena.
----------Por otra parte, Platón, para explicar el hecho de que el espíritu humano se encuentre en la cárcel del cuerpo y en una oscura caverna, plantea la hipótesis de una caída originaria (aunque Platón no explica el por qué de esta caída) desde el mundo de las ideas. Es una caída que recuerda de algún modo el pecado original. El posterior neoplatonismo, retomado en el siglo XIX por Hegel, explicará esta caída del espíritu finito desde el Espíritu absoluto como una necesidad del mismo Absoluto de retornar a sí mismo (epistrofé), después de haber salido de sí (proodos) en la permanencia en sí (moné).
----------Pero hay que tener presente que existe una gran diferencia en la doctrina neoplatónica de la caída respecto de la doctrina bíblica del pecado, pues mientras que en el neoplatonismo la caída del espíritu finito forma parte de un proceso divino necesario, en la Biblia el espíritu humano deja el principio divino a causa del pecado, acto de la voluntad, por lo cual la tentación al mal no viene del cuerpo, sino del "corazón", como dice Cristo. El problema, entonces, para el cristiano, no es tanto evitar la corporeidad, sino más bien la conversión del corazón y un sano dominio del cuerpo, de por sí bueno.
----------El cuerpo humano es sexuado y por eso la idea de un cuerpo que induce a la tentación tiene su correspondencia en la concepción del sexo como fuerza instigadora al pecado. La justificación platónica de la abstinencia sexual es muy diferente de la justificación cristiana. En la concepción platónica se trata de anticipar aquella libertad del cuerpo de la cual el alma disfrutará después de la muerte; en la visión cristiana la abstinencia es un expediente ligado a la presente condición de la naturaleza caída a la espera de un ejercicio del sexo en la resurrección futura en la libertad de la actual miseria de la naturaleza caída.
----------En tercer lugar, Platón no llega a entender la relación que existe entre espíritu y cuerpo en el hombre. Platón no llega a ver la armonía entre espíritu humano y cuerpo humano, y cómo el uno se une al otro para formar la única sustancia que es la persona humana. Pasa de un extremo a otro: del conflicto a la confusión. Por una parte, el cuerpo es concebido como peligro y daño para el espíritu. Pero por otra parte, el sentido y la pasión son simples participaciones e imitaciones del intelecto y de la voluntad, sin por tanto una esencia autónoma similar y distinta de la del espíritu. En cambio, parecen participar o imitar la esencia del espíritu, asumiendo la esencia misma del espíritu tanto por imitación como por participación.
----------En Platón falta la analogía entre cuerpo y espíritu, analogía que por una parte salva la diferencia esencial, pero por otra asegura la unión y la armonía. Por consiguiente, el riesgo de la espiritualidad platónica, tan dualista, es el de provocar precisamente lo que quiere evitar, por ser demasiado drástica en quererlo evitar: el espíritu confundido con la materia; el espiritualismo reducido a sensualismo.
----------En cambio, es precisamente la visión analógica de espíritu y cuerpo, por la cual ambos son buenos, aunque de manera diferente, lo que asegura la superioridad del espíritu sobre el cuerpo, uniéndolos en una única sustancia humana, sin oponer esto a aquello y sin arriesgar reducir aquello a esto.
   
Aristóteles conjuga el espíritu con el cuerpo
   
----------Con posterioridad a Platón, Aristóteles ha comprendido que la idea platónica es, en suma, un producto de la mente, es una representación mental, por lo cual, por más que ella sea importante, no vale tanto como la realidad, es decir, el ente (on) que ella representa. Por eso Aristóteles ha entendido que el espíritu es captado en la idea, pero en sí mismo es realidad, es ente, es sustancia.
----------Aristóteles ha comprendido que las ideas platónicas son objetos interiores captados por el espíritu que reflexiona sobre sí mismo, solo que ha sustituido la idea con el concepto (noema), porque ha querido poner de relieve no tanto los modelos o paradigmas ideales como pretendía hacer Platón, cuanto más bien la obra interior y espiritual de la razón en la formación del pensamiento, es decir, esa representación inmaterial de lo real externo, que la razón produce sobre la base de la experiencia sensible de lo real mismo.
----------Aristóteles se ha dado cuenta del orden interior espiritual con el cual la razón dispone los conceptos, los juicios y los razonamientos en su trabajo tendiente a alcanzar el saber y la verdad, y por lo tanto ha añadido al saber físico y metafísico otra forma de saber, esta vez reflejo, que estudia estos productos del espíritu a fin de conseguir la verdad del saber. Estos productos inmateriales y espirituales constituyen el objeto de la lógica. Por eso, Aristóteles debe considerarse el fundador de la lógica.
----------Aristóteles divide la lógica formal, que estudia las leyes de la corrección y coherencia del razonamiento prescindiendo del contenido, de la lógica material, que considera el recto pensar bajo el perfil de la materia y por lo tanto de la verdad y fundamento del razonamiento. Los idealistas, en cambio, llaman con desprecio y altivez "lógica formal" a la lógica realista aristotélica, hecha luego propia por la teología católica, juzgándola ingenua y acrítica, incapaz de captar la sustancia del pensamiento, que ellos identifican con el ser. El idealista Husserl, por ejemplo, llama "trascendental" a su lógica, que para él, como ya para Hegel, coincide con la metafísica (cf. su Lógica formal y lógica trascendental, Editorial UNAM, México 1962).
----------En segundo lugar, Aristóteles admite la existencia de la sustancia espiritual (usía coristé); pero es más prudente que Platón en el mostrar cómo nuestro intelecto llega a captarla. Platón cree que podemos tener una visión inmediata del espíritu, que él identifica con la idea.
----------Por el contrario, Aristóteles sabe que las cosas no son tan simples; el espíritu existe y es el objeto principal del saber, pero nosotros venimos a descubrir su existencia solo partiendo de la percepción de las cosas sensibles y yendo por analogía con ellas. Así como son éstas y no el espíritu las que se ofrecen inmediatamente y originariamente al intelecto, el riesgo del platonismo, más allá de sus óptimas intenciones, es al fin de cuentas el de reducir lo inteligible a lo sensible.
----------Por otra parte, Aristóteles se inspira en la idea platónica para elaborar la doctrina de la forma (morfé); y así como para Platón existen también ideas, que son los espíritus, así para Aristóteles existen también puras formas o formas separadas (usía coristé) de la materia. Son las sustancias espirituales. Entre ellas, Aristóteles distingue aquellas separadas por esencia, correspondientes a las que para la Biblia son los ángeles y las sustancias separables, que son las almas humanas.
----------La forma aristotélica, sin embargo, no es forma ideal sino forma real. La forma aristotélica no es un ente mental, sino un ente real. Es verdad que también Platón distinguía la idea del concepto humano, el cual es imperfecta representación de la idea. Sin embargo, es un hecho que Platón no considera, como Aristóteles, el ente real en sí mismo para relacionarlo con el pensamiento, es decir, con lo verdadero trascendental o verdad del ente (alethés), sino que toma lo verdadero, es decir, la idea como coincidente con lo real. La verdad del ser coincide en Platón con la verdad del pensamiento.
----------Claro que existe así en Platón el germen de ese idealismo que reaparecerá muchos siglos después en Descartes con el agravante que al menos para Platón la idea es subsistente, es divina, es sobrehumana, es objetiva, es extramental y trascendente, mientras que Descartes no hace más que hipostasiar la idea humana innata elevando el pensamiento humano al mismo nivel del pensamiento divino.
----------Para Aristóteles la forma no es modelo de la materia, sino forma de la materia. Aristóteles admite de hecho formas trascendentes a las cosas materiales, los espíritus, el alma y Dios; pero para él la forma sustancial, que es forma de la materia, pertenece a la misma sustancia material, no la trasciende.
----------Por otra parte, para Aristóteles el cuerpo no es, como para Platón, simple participación o imitación imperfecta del espíritu, es decir, de la idea, sino que tiene su propia perfección ontológica, análoga a la del espíritu, es decir, o sea a la forma separada. Es ente tanto el cuerpo como el espíritu. Es ente el mismo Dios, Pensamiento del Pensamiento, por tanto purísimo Espíritu y purísima Autoconciencia.
----------Es curioso, por tanto, cómo en Platón el cuerpo sea visto como enemigo del espíritu, pero al mismo tiempo como grado inferior, imitación, sombra del espíritu. Esto hace, ciertamente, que el platonismo, como ha sucedido varias veces en la historia de la filosofía, pueda recibir también una interpretación sensualista y hedonista, como en el neoplatonismo del humanismo florentino del siglo XV.
----------En cuanto a Aristóteles, hay que decir, como ya se ha señalado muchas veces, que se le ha escapado la importancia de la doctrina platónica de las ideas divinas, que en cambio podrá ser utilizada por san Agustín para entender que Dios crea las cosas mediante un modelo de la cosa presente en su mente, a semejanza del artista, que produce dando forma a una materia. He aquí por tanto la potencia del espíritu. Platón y Aristóteles no tienen dificultad en reconocer la existencia de acciones y potencias físicas. Solo que se han dado cuenta que ellas están explicadas y causadas por la acción superior del espíritu y de Dios mismo.
----------Sin embargo, indudablemente Aristóteles tiene la ventaja sobre Platón de que no ve como Platón oposición entre el cuerpo y el espíritu, sino que para Aristóteles materia y forma pueden formar una única sustancia (sinolo), como es el caso de la persona humana.

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