No podemos imaginarnos al papa Francisco, quien sabemos es tan hostil a un tradicionalismo superado, tan insistente en la defensa de la vida inocente, tan contrario a un Dios que mande asesinar, tan comprensivo hacia la falibilidad humana, tan respetuoso de la buena fe del pecador y de la libertad religiosa, que pueda ser favorable a la imagen arcaica semipagana, que hoy parece inadmisible, de un Dios que ordena a un padre sacrificar a su propio hijo, salvo para luego desmentirse para ordenarle no hacerlo. [En la imagen: detalle de "El sacrificio de Isaac", óleo sobre lienzo, 1849, obra de Gerhardt Wilhelm von Reutern, conservado y expuesto en el Museo de arte regional de Chernihiv, Ucrania].
----------8. Criticando la tesis de Wénin y Candido, usted escribió: "lo que absolutamente no podemos admitir es que Dios se haya expresado de manera ambigua, porque si hay un Ser que se expresa con inequívoca claridad y precisión de significados, este es precisamente Dios, dado que Dios es la Verdad subsistente y el principio de toda honestidad y lealtad del lenguaje, prohibiendo formalmente en Cristo mezclar el sí y el no".
----------Correctísimo. De ahí se sigue que el mandato dado por Dios a Abraham era necesariamente de "inequívoca claridad y precisión de significados". ¿Y cómo es posible entonces que Abraham lo haya confundido?
----------Si Dios nunca se expresa de modo ambiguo, si por lo tanto también ese Su mandato era inequívoco, ¿cómo ha podido Abraham malinterpretarlo? Si lo ha malinterpretado, entonces, consecuentemente, deberíamos decir que no era inequívoco.
----------Y en este punto, alguien podría decir, padre Filemón, que su tesis termina contradiciéndose.
----------Respondo. Ciertamente, las textuales palabras "ofrécelo en holocausto" son clarísimaas e inequívocas. Pero el problema no es éste. El problema es que alguien que sabe que Dios no puede querer sacrificios humanos, debería comprender inmediatamente que estas palabras esconden algo que no puede ser puesto en relación con la verdadera intención de Dios. Entonces, ¿qué debemos hacer? ¿Cómo resolver este problema? ¿Cómo explicar estas palabras? ¿A qué método exegético debemos recurrir, para no hacer de Dios un homicida?
----------Evidentemente, debemos renunciar a tomar en serio algunas palabras expresadas en el relato del capítulo 22 del Génesis. La única vía de salida para interpretar ese texto es suponer que no expresa objetivamente lo que Dios verdaderamente ha querido, sino que expresa lo que Abraham en conciencia, es decir, en buena fe, ha creído que Dios quisiera y por eso se dispuso a matar a su hijo. Y lo habría hecho, si el ángel no lo hubiera detenido revelándole lo que Dios verdaderamente quería y haciéndole entender que Abraham antes se había equivocado, probablemente influenciado por el ejemplo de ritos paganos.
----------Las primeras palabras atribuidas a Dios, probablemente son conformes a la religiosidad de algunos pueblos contemporáneos a Abraham, podemos pensar en particular en el pueblo del cual Abraham provenía, mientras que las palabras del ángel son verdadera y propia Revelación divina. Abraham reconoce el contraste y obedece prontamente a Dios suspendiendo, con suma satisfacción, cuanto estaba a punto de hacer a Isaac.
----------Además, hay que considerar que Abraham era por supuesto un hombre falible, como todos nosotros. Por lo tanto, Abraham ha progresado en el conocimiento de Dios, abandonando errores que probablemente había heredado de su tierra de origen.
----------9. Quizás, con un cierto "teologismo", se podría replicar que el hablar de Dios es inequívoco "en sí mismo", pero que el hombre, herido por el pecado original y objeto de los ataques de Satanás, puede de todos modos, en algunos casos, equivocarlo.
----------Respondo. No con un cierto "teologismo", sino que con una sana teología natural, no que "se podría", sino que sin embargo se puede y se debe replicar absolutamente que el hablar de Dios es inequívoco, porque Dios habla siempre de modo leal y límpido, unívoco e inteligible, por más misterioso y trascendente que sea respecto a la capacidad de comprensión de nuestra razón.
----------Comparto plenamente todo lo demás y no sería ajeno tampoco yo mismo a creer que en el error cometido por Abraham esté presente la mano del demonio.
----------10. Abraham, cuando recibió el mandato de Génesis 22, ya había realizado anteriormente un sacrificio de animales por mandato de Dios (Gén 15, 9-10), pero en aquel caso, las prácticas de sacrificio humano en uso en la época entre los cananeos, no lo habían influenciado ni siquiera mínimamente. ¿Cómo es posible que ocurra en la conciencia de Abraham, tal condicionamiento, tan fuerte como para confundir la palabra divina inequívoca, solo en Génesis 22 y no también en Génesis 15?
----------Respondo. No debemos extrañarnos de este cambio de ideas en la vida de Abraham, porque debemos recordar que estamos en un período arcaico de la teología, un período en el cual pulubalan ideas de carácter idolátrico, por lo cual debemos pensar, con todo el respeto hacia Abraham, que él no tuviera plena claridad sobre el modo de ofrecer sacrificios a Dios.
----------Y esto explica el hecho de que en algún momento Abraham adquiere la convicción de tener que sacrificar a su hijo, creyendo que ha recibido una revelación divina. ¿Cómo se explica una cosa de tal género? Se puede explicar precisamente con un engaño del demonio. Sin embargo, Dios no permite que sus santos sean engañados, salvo por un breve tiempo, porque Él quiere salvarlos, por lo cual, si son engañados, envía un "ángel" para iluminarlos.
----------11. Estimado padre Filemón, reconozco haber exagerado al escribir que "la hipótesis de Wénin... elimina de hecho, en el origen, la posibilidad, aunque solo sea teórica, de que Abraham pueda incurrir en un comportamiento indeseable para Dios...".
----------Sin lugar a dudas, Abraham está siempre libre de desobedecer a Dios. Incluso en la hipótesis exegética de Wénin, Abraham podría haberse negado a realizar cualquier tipo de sacrificio.
----------Sin embargo, no podemos dejar de preguntarnos: ¿qué sentido podría tener una elección de tal género?
----------Abraham, después de haber recibido de Dios tantos dones, después de que el Señor le había ayudado en tantas difícilísimas situaciones, después de haberle dado el hijo tan esperado por él y por su mujer, ya de muy avanzada edad, después de que le hubiera prometido una grandiosa descendencia y establecido con él un pacto, etc... después de que Dios había hecho todo esto por Abraham... a la petición de un sacrificio que, según Wénin, habría podido cumplir incluso dando muerte a un animal, ¿habría podido Abraham desobedecer a Dios?
----------De manera puramente teórica, podemos responder que sí, pero siendo realistas debemos reconocer que se trata de una posibilidad de tal modo remota, tan improbable, que acaba por invalidar el aspecto de la "prueba", subrayado por el incipit de Génesis 22, que sigue siendo fundamental para la inteligencia de todo el episodio del sacrificio abrahámico.
----------Y esto considero que es un punto débil, no banal, de la exégesis de Wénin, al proponer la libertad de elección para Abraham entre los dos tipos de sacrificios.
----------Respondo. A pesar de que Abraham haya sido ciertamente un hombre virtuoso y lleno de celo por Dios, y aunque conservara memoria de las estupendas promesas del Señor, además de la ayuda que había recibido de Él, seguía siendo siempre un hijo del Adán pecador, por lo cual de por sí, al sentir que debía sacrificar a su hijo, habría podido negarse.
----------Habría podido, con una reflexión más atenta, darse cuenta, incluso sin la revelación del ángel, que Dios no puede pedir un sacrificio humano y, por tanto, hacer presente a Dios que no era digno de Él pedir algo así. Dios, por su parte, habría podido reconocer que Él efectivamente no quería tal cosa, sino que era Abraham quien se había engañado. Y la prueba habría funcionado lo mismo, aunque de manera diferente. Dios habría alabado a Abraham por su inteligencia teológica. Pero no podemos pedir a un semita de hace 4000 años que tenga la perspicacia teológica de un santo Tomás de Aquino.
----------12. Usted replica a mi comentario "no es admisible que Dios exija a un hombre como prueba de fe el asesinato de su hijo".
----------¿Acaso yo he sostenido que el significado de la prueba, a la cual Dios somete al patriarca, se reduce a pedir a Abraham simplemente que mate a Isaac? No, yo escribí en su lugar:
----------"Ese mandato divino, válido por la duración de la prueba, que requiere afrontar un recorrido físico / espiritual, de tres días ("vete al territorio de Moria [...] sobre un monte que yo te señalaré"), con la idea de tener que sacrificar al propio hijo amado, pide, esencialmente, que el hombre se disponga a la obediencia. ¿Hasta qué punto Dios puede pedir tanto al hombre? Hasta el punto de que, a incuestionable juicio divino, haya demostrado cuán grande es su fe obediencial [...] Dios, ordenando, en el ámbito de la prueba, el sacrificio de Isaac, ¿quiere de veras la muerte de Isaac? Ciertamente no, ya que pone fin a la prueba precisamente deteniendo la mano de Abraham".
----------En otras palabras, el relato genesíaco nos dice que Dios no pretende "de veras", es decir, hasta el final, que un hombre asesine a su propio hijo como prueba de fe, sino que quiere que Abraham lo crea posible hasta un cierto punto, en lo cual Dios revelará el significado de la prueba.
----------Respondo. Si Abraham tenía la idea de tener que sacrificar a su hijo, esto se debía a su convicción en buena fe de que fuera Dios quien se lo pedía. Si usted insiste en decir que Dios al principio quería este sacrificio, ¿cómo puede escapar a mi objeción de que así haríamos de Dios un asesino?
----------Usted dice que Dios no exigió el sacrificio "hasta lo último". Por lo tanto, lo pretendió al comienzo. Pero entonces tengo razón yo al decir que usted sostiene que, al menos al inicio, Dios habría querido el sacrificio, salvo para luego cambiar de idea o para dar un contraorden mediante el ángel.
----------13. Al juzgar ese mandato divino no podemos dejar de considerar la intención que lo mueve, que, claramente, no es la voluntad de que Isaac muera, sino que todos nosotros conozcamos cuán grande es la fe de Abraham (Dios en su previsión ya lo sabe). Si hemos comprendido cuál es la intención del mandato divino, en el ámbito de la prueba, y cómo Dios quiere que termine tal prueba (de modo incruento), ¿cómo podemos afirmar que Dios "exige" del hombre el asesinato de su hijo, como prueba de fe?
----------Respondo. Está totalmente claro que la intención divina es que Abraham sacrifique al carnero y no a su hijo Isaac. De hecho, es Abraham quien malinterpreta el mandato divino, hasta que es iluminado por el ángel. Sin embargo, Dios permite que Abraham malinterprete su mandato. ¿Por qué? Porque, obviamente, cuesta inmensamente más sacrificar a un hijo que a un animal. Por lo tanto, esto ha requerido de Abraham una fe y una obediencia mucho mayores. Este ha sido el vértice de la prueba, donde Abraham ha adquirido mayor mérito. Dios ha permitido que Abraham se equivocara solo por este motivo.
----------14. Al contrario de cuanto usted afirma, me parece que es precisamente usted quien quiere detenerse en el mero significado literal de las palabras del mandato divino, extrapolando del texto sagrado y de todo el contexto, solo las concretas palabras "Toma... a Isaac... y ofrécelo en holocausto", para someterlas al tribunal de la teología dogmática y de las últimas expresiones papales, obteniendo así contraste e incompatibilidad, para llegar a la conclusión de que todo el mandato de Génesis 22,1 no solo no pueda ser tomado al pie de la letra, sino que deba ser profundamente reinterpretado. Sin embargo, en mi modesto parecer, usted no se limita a reinterpretar ese mandato en clave simbólica, sino que lo cambia radicalmente o, por usar las palabras de Beauchamp, "escribe otro texto".
----------Respondo. Yo no "tomo al pie de la letra", vale decir, no hago literalismo, ni tampoco reinterpreto o cambio el texto, sino que doy la interpretación sanamente literal, que, como he dicho en precedencia, es la comprensión de lo que el Autor sagrado ha querido decir, más allá de lo que a primera vista podría parecer a una mirada ingenua, y para tal fin he aplicado el método histórico-crítico, que en estos casos difíciles es más que nunca útil, por no decir indispensable, para salvar las exigencias de la razón y de la fe y no caer en el voluntarismo irracionalista y fatalista de Ockham o de Lutero, ya señalado en su tiempo por Benedicto XVI en el famoso discurso de Ratisbona contra el Corán.
----------15. Algún exegeta podría sostener que mandando sacrificar a Isaac, Dios no está pidiendo el sacrificio cruento del hijo, sino que Abraham debe sacrificar su apego posesivo a Isaac que, por un lado, impide al hijo realizar libremente su propia vida, y por otro, encadena a Abraham a amar el don más que al Dador. No me interesa ahora entrar en el mérito de este tipo de exégesis, cuanto señalar que ella no pone en duda el origen divino del mandato, sino que "se limita" a leer al Isaac a sacrificar, como la "idea de Isaac" cultivada por Abraham, junto con su modo de vivir el don recibido de Dios, que deben ser sacrificados al Señor. Es un ejemplo de reinterpretación en clave simbólica.
----------Respondo. Experimentar horror al pensamiento de sacrificar al hijo no es morboso apego afectivo, sino comprensibilísimo y muy debido amor de padre. Ningún impedimento al hijo para realizar libremente su propia vida que haya venido de la anulación del sacrificio. Al contrario, hay que imaginar más bien que Isaac ha quedado traumatizado al ver al padre que estaba por asesinarlo y haya dado un gran suspiro de alivio al ver al ángel que le detenía el cuchillo.
----------Es con la muerte, no permaneciendo con vida, que Isaac habría visto trágicamente truncada la libre realización de su propia vida de joven inocente. El padre que quiere que el hijo viva, como todo padre normal, no ama más el don que el Dador, sino que muestra con gratitud y fidelidad su voluntad de amar más al Dador, que es Señor de la vida y el creador de su hijo.
----------16. A la inversa, usted, padre Filemón, ante la frase que contiene el mandato divino, propone una doble transformación de la misma:
----------1. "Toma a tu hijo, tu unigénito al que amas, Isaac [...] y ofrécelo en holocausto", se debe leer como "Toma un carnero [...] y ofrécelo en holocausto".
----------2. Se debe luego añadir, como sobreentendido, "pero Abraham se convenció de que Dios quería que fuera su unigénito y amado Isaac quien tuviera que ser ofrecido en holocausto".
----------Más allá de todas las problemáticas planteadas por el malentendido de Abraham, en mi opinión, ésta se configura más como una "reescritura", que como una "reinterpretación" del texto sagrado.
----------Respondo. A la objeción n.1, respondo que yo no transformo nada, sino que simplemente doy la única interpretación posible para no hacer de Dios un asesino.
----------A la objeción n.2, repito por enésima vez que yo no hago ninguna reinterpretación ni reescribo la Escritura, sino que interpreto. Encuentre Usted, si es capaz de ello, la manera de dar una interpretación distinta de la mía respetando los derechos del Dios de la vida y del amor. Todo lo que Usted es capaz de decir es que Dios no quiere la muerte de Isaac, pero al mismo tiempo quiere la muerte de Isaac.
----------Sé que con mi interpretación estoy en minoría, pues ella está en contraste con la interpretación que tiene como su consuelo y fuerza una tradición milenaria. Pero cuando al interpretar la Escritura nos damos cuenta de haber encontrado una explicación que evita inconvenientes en los que no se había pensado, ¿por qué no la deberíamos adoptar? ¿Quién hoy toma al pie de la letra el "¡deténte, oh sol!" de Josué? Sin embargo, esa interpretación valía desde hacía más de 1600 años. Y lo mismo ocurre con otros casos en los cuales el literalismo ha sido corregido por la verdadera interpretación literal.
----------La Iglesia no se ha pronunciado sobre la interpretación tradicional del sacrificio de Abraham. El hecho de que ella no haya intervenido hasta ahora no quiere decir que la apruebe, sino que la permite y que a los exegetas les ha concedido libertad de interpretación. Si la discusión sobre este punto, muy importante por sus implicaciones teológicas y morales, debiera continuar, no se puede excluir que un día de mañana la Iglesia dé su interpretación clarificadora y definitiva. Pero supongo que acogerá mi propuesta, sobre todo hoy cuando más que nunca proclama la importancia de la buena fe y de la libertad religiosa, así como el Dios de la vida y la promoción y el respeto de la vida, condenando el asesinato de la vida inocente.
----------17. Usted apela a la autoridad apostólica del papa Francisco, pero en las dos ocasiones que ya le señalé: a) en el Ángelus del 22 de diciembre de 2013; b) en la audiencia general del 3 de junio de 2020 dice claramente que fue Dios quien pidió a Abraham el sacrificio de Isaac.
----------Aceptando su exégesis y al mismo tiempo su referencia al Dios que nunca quiere sacrificios humanos, reafirmado con énfasis por el papa Francisco, ¿debo concluir que el Papa, en las dos ocasiones mencionadas, se ha contradicho?
----------Respondo. Nadie cuestiona la historicidad del relato de Dios que pide a Abraham sacrificar a su hijo. Está claro que un Papa no puede sino repetir las palabras de la Sagrada Escritura que nos transmite ese relato, y un Papa no está obligado a entrar en cuestiones exegéticas.
----------Pero es igualmente claro que no podemos imaginarnos al papa Francisco, quien sabemos es tan hostil a un tradicionalismo superado, tan insistente en la defensa de la vida inocente, tan contrario a un Dios que mande asesinar, tan comprensivo hacia la falibilidad humana, tan respetuoso de la buena fe del pecador y de la libertad religiosa, que pueda ser favorable a la imagen arcaica semipagana, que hoy parece inadmisible, de un Dios que ordena a un padre sacrificar a su propio hijo, salvo para luego desmentirse para ordenarle no hacerlo.
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