jueves, 20 de junio de 2024

El Dios del Amor no puede querer el asesinato del inocente (1/2)

Decir que Dios es omnipotente no quiere decir que pueda llamar bien al mal u ordenar o cometer pecados o decir falsedad o hacer cosas absurdas o imposibles o cambiar de identidad o recompensar a los malvados y castigar a los buenos. Estas eran las ideas de Guillermo de Ockham, que de algún modo también se encuentran en el Corán. Pero este no es ciertamente el Dios de la razón y de la fe. Ciertamente no es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Este es el parto monstruoso de una fantasía enferma y malévola. [En la imagen: fragmento de "El sacrificio de Isaac", óleo sobre lienzo, de alrededor de 1616, obra de Pedro Orrente, conservado y expuesto en el Museo de Bellas Artes de Bilbao].

----------Uno de los habituales lectores de este blog, el padre Serafín Savelloni, me ha ofrecido recientemente por email nuevos elementos en la compleja e interesante discusión sobre el significado del sacrificio de Abraham, narrado en el cap. 22 del Génesis.
----------Esta vez se querría sostener la interpretación literalista en base a un concepto equivocado de la fe y del amor, que entran en contraste con la sana razón y con la conciencia moral natural.
----------Como lo he hecho en los anteriores artículos sobre este tema, indico primero, punto por punto, las intervenciones de mi interlocutor, y luego en cada caso publico mi correspondiente respuesta.
----------1. Estimado padre Filemón, a propósito de la tesis de André Wénin sobre la presunta comunicación ambigua, por parte de Dios, que dejaría libre a Abraham de elegir entre las dos opciones que, de todos modos, no estarían en contraste con el mandato divino, deseo señalar lo que, a mi parecer, constituye otro punto débil de esta tesis, además de los que usted ha expuesto.
----------Admitamos por hipótesis (sin concederlo) que, como sostiene Wénin, la prueba abrahámica pueda asimilarse a un test, de modo similar a los casos en que, para usar las palabras del mismo teólogo francés, "el profesor hace pasar por un test a un estudiante porque no sabe si el estudiante ha integrado las competencias que el curso se propone darle [...] pero cuando se ha verificado lo que se quería saber, el estudiante sabe o no sabe, el profesor ve si la hipótesis es correcta o no, y la prueba se detiene".
----------Por lo tanto, deben existir necesariamente una o más respuestas "correctas" que permitan pasar con éxito el test, y una o más respuestas "incorrectas" que causen el fracaso de quien ha sido sometido al test. Si fuera imposible fallar el test, este evidentemente no tendría sentido.
----------Ahora bien, si Abraham, ante el mandato de Dios, permanece siendo libre de elegir si sacrificar a Isaac o sacrificar un animal en presencia de Isaac, y si ambas opciones pueden ser, de algún modo, aceptadas por Dios como respuestas que se estimen "correctas" a su mandato, me pregunto: ¿cuál habría podido ser, en cambio (en la lógica de Wénin), la respuesta "equivocada", es decir, el comportamiento con el cual Abraham no habría superado positivamente el test?
----------Creo que, en general, a una prueba que Dios requiere de nosotros, el comportamiento no correcto de nuestra parte, sea el negarnos a cumplir Su voluntad. Por lo tanto, la respuesta "equivocada" por parte de Abraham habría sido si éste se hubiera rebelado, o al menos, se hubiera negado a cumplir el sacrificio, desobedeciendo así el mandato de Dios.
----------Pero esta respuesta "equivocada" solo habría sido posible si, a la conciencia de Abraham, le hubiera sido claro e inequívoco que Dios le hubiera pedido precisamente el sacrificio de su único hijo, Isaac. Solo en esta dramática situación interior a la conciencia de Abraham habría tenido sentido, no justificable pero comprensible por la fragilidad humana, desobedecer a Dios.
----------De otra manera, si Abraham, en cambio, hubiera percibido que podía existir una mínima posibilidad de arreglárselas con el simple holocausto de un animal, entonces habría intentado razonablemente seguir este camino, antes solo de pensar en no cumplir con el mandato de Dios.
----------La consecuencia lógica de esta consideración mía, si está fundada, es que deberíamos entonces excluir que, para Abraham, se haya planteado el dilema sobre qué tipo de sacrificio Dios le estaba pidiendo.
----------La hipótesis de Wénin de que, junto al sacrificio de Isaac, se le plantee a Abraham "también" el sacrificio de un animal, elimina de hecho, en su origen, la posibilidad, aunque solo sea teórica, de que Abraham pueda incurrir en un comportamiento indeseable a Dios, es decir, excluye la posibilidad de una respuesta "equivocada" a la prueba/test al cual Dios somete a Abraham, pero de tal modo, hace que la "prueba" en cuanto tal no tenga sentido (aún más si es asimilada a un puro test como hace Wénin) que, en cambio, constituye un aspecto esencial del relato genesíaco desde el inicio ("Después de estas cosas, Dios puso a prueba a Abraham...").
----------Y, por lo tanto, al rechazar la tesis de Wénin, somos necesariamente reconducidos a la traducción/lectura más tradicional de Génesis 22, por lo cual Dios, en el ámbito de la prueba a la cual sometió Abraham, pidió al patriarca, sin ambigüedad alguna, que ofreciera en holocausto a su hijo Isaac.
----------Respondo. Creo que incluso en la hipótesis de la elección (hipótesis que rechazamos) Abraham de por sí habría podido rechazar tanto la una como la otra propuesta.
----------2. Estimado padre Filemón, si bien por un lado comparto en gran parte sus críticas al pensamiento de André Wénin, por otro lado confirmo mi disenso con su tesis de que el mandato de sacrificar a Isaac sea fruto de un malentendido por parte de Abraham.
----------No hay duda de que Dios no quiera sacrificios humanos, y la intervención del ángel en Gén 22,12 ("¡No extiendas tu mano contra el muchacho y no le hagas nada!") lo certifica de manera inequívoca.
----------Pero, en mi opinión, esto no significa que, siempre en lo interno de la prueba, y subrayo, limitadamente en el espacio de la prueba, Dios no pueda haber mandado a Abraham que vaya al monte en el territorio de Moria para ofrecerle a su hijo en holocausto.
----------Como he tratado de argumentar en mis anteriores intervenciones en su blog, la "prueba" es una dimensión aparte, con su espacio y su tiempo bien delimitados, y no se refiere a la realidad y a la vida digamos así... "normal", con respecto a la cual es como un paréntesis temporal.
----------Para hacer una similitud, aunque sea poco vinculante... con la vida práctica: imaginemos que en fase de diseño industrial, se decide someter a "prueba" la resistencia de un determinado material. Durante tal prueba, el material se verá sometido gradualmente a tensiones cada vez mayores, hasta su límite de resiliencia, más allá del cual colapsará. Terminada la prueba, si, en las realizaciones industriales (es decir, en la vida "normal"), se decidiera utilizar ese material, se deberá prestar gran atención a fin de que no sea sometido al grado de tensión que, durante la prueba, ha llevado a su colapso.
----------Fuera de metáfora, lo que puede ser "correcto" en lo interno de la prueba (ir hasta el extremo límite), puede no serlo en absoluto en la realidad "normal", fuera de la prueba.
----------El hecho de que, en Gén 22,1 Dios mande el sacrificio de un hijo como prueba "extrema", ¿significa que Dios nos está comunicando que quiere que, en nuestra vida, se hagan sacrificios humanos? Absolutamente no, porque esa orden solo tiene sentido dentro de la prueba de Abraham. Y de esto el lector es inmediatamente informado por el incipit del capítulo.
----------En consecuencia, afirmar que no se puede aceptar el mandato de Génesis 22 como proveniente de Dios, porque significaría que Dios sea favorable a los sacrificios humanos, es, en mi opinión, erróneo.
----------Ese mandato divino, válido por la duración de la prueba, que requiere afrontar un recorrido físico / espiritual, de tres días ("vete al territorio de Moria [...] sobre un monte que yo te señalaré"), con la idea de tener que sacrificar al propio hijo amado, pide, esencialmente, que el hombre se disponga a la obediencia.
----------¿Hasta qué punto Dios puede pedir tanto al hombre? Hasta el punto de que, a incuestionable juicio divino, haya demostrado cuán grande es su fe obediencial. Entonces la prueba podrá concluirse porque significa que ese hombre ama a Dios: "Si me amáis, guardaréis mis mandamientos" (Jn 14,15).
----------La conclusión de la prueba abrahámica se resuelve en la comunicación, que Dios hace al patriarca, de no querer la muerte de Isaac ya que había sido mandada con el único fin de poder afirmar que "Ahora" "sé que temes a Dios y no me has rechazado a tu hijo, tu unigénito [...] porque has hecho esto y no has ahorrado a tu hijo, tu unigénito, yo te colmaré de bendiciones [...]" (Gén 22,12;16-17).
----------Dios, ordenando, en el ámbito de la prueba, el sacrificio de Isaac, ¿quiere de veras la muerte de Isaac? Ciertamente no, ya que pone fin a la prueba precisamente deteniendo la mano de Abraham.
----------Dios, ordenando, en el ámbito de la prueba, el sacrificio de Isaac, ¿quiere entonces avalar los sacrificios humanos, o bien probar hasta el extremo la fe de Abraham? La respuesta me parece obvia.
----------Por lo tanto, entre la verdad de que Dios no quiere sacrificios humanos y el mandato de Génesis 22,1 (en el ámbito de la prueba), no hay verdadera contradicción.
----------Respondo. Estimado padre Serafín, yo diría que la prohibición de sacrificios humanos es un precepto divino que vale siempre y en todas partes, no solo en la vida ordinaria, sino también en los momentos de prueba, y no es admisible que Dios pretenda de un hombre como prueba de fe el asesinato del hijo.
----------Sé que usted puede objetar citando la letra del texto, pero como le he dicho y repetido, la exégesis moderna, que ha asumido por mandato mismo de la Iglesia el método histórico-crítico, ha comprendido que en ciertos casos, si se hace una interpretación literal, se cae en concepciones teológicamente erróneas.
----------Ya conocemos bien por la historia cuáles son los enormes inconvenientes que surgieron en ocasión del caso Galileo Galilei, precisamente a causa de una interpretación literal, que la exégesis moderna ha superado de manera totalmente razonable.
----------De manera similar, el papa Francisco, en virtud de su autoridad apostólica, ha interpretado en la oración del Padrenuestro en lengua italiana, la expresión literal "non indurci in tentazione" (no nos induzcas a la tentación) en el sentido de "non abbandonarci alla tentazione" (no nos dejes caer en la tentación).
----------3. En el año 2022, Vita e Pensiero, publicó "Parlare delle Scritture sacre" de Paul Beauchamp, presentado como uno de los más importantes exegetas del Antiguo Testamento del siglo XX.
----------En Gén 22, Beauchamp escribe: "Toda la instancia, y, si queremos, la sustancia de esta historia es que Dios se contradice ordenando primero una cosa y luego su contraria. Y es importante mantener la audacia de un relato que atribuye a Dios dos rostros tan diferentes, según sus dos fases. En la segunda fase aprendemos que Dios no quiere la muerte de Isaac, quiere su vida, la vida del hijo; que él viva en unión con el padre. Es la verdad, y por consiguiente debería bastar. Y sin embargo, no es suficiente".
----------Beauchamp nos está diciendo que la verdad de que Dios no quiere la muerte de Isaac es, paradójicamente, inseparable del mandato inicial que parece contradecir tal verdad, so pena de no comprender plenamente el mensaje de Génesis 22.
----------Respondo. Debería quedar claro que Dios no puede mandar lo que es pecado.
----------Ahora bien, un Dios que pide a Abraham el asesinar a su hijo sería un Dios que manda el pecar. Por eso, como he dicho y repetido, se debe rechazar una interpretación literal del texto, porque implicaría la idea de un Dios, que manda un pecado.
----------De tal modo una exégesis histórico-crítica sugiere una solución del tipo de la que yo he propuesto.
----------4. Prosigue Beauchamp: "Se requiere también la primera fase: Dios pide la ofrenda de Isaac en holocausto. ¡Se requiere porque es tan fácil ir repitiendo que Dios nos ama, creyendo saber lo que significa! También Abraham habría podido decir 'Dios, mi hijo y yo estamos unidos por el amor'. Pero, diciendo así, habría podido creer que Dios era como él. Ahora bien, para responder con las palabras de san Juan de la Cruz: 'Si quieres ir a lo que tú no sabes, debes pasar por dónde tú no sabes y para ir a lo que tú no ves debes pasar por dónde lo que tú no ves', es decir, a través de la noche.
----------Fue necesario que Abraham aprendiera lo que significa decir 'Dios ama' pasando por el punto en el que él ya no ve en absoluto qué significa esa palabra porque no ve más que su contrario, y, sin embargo, sigue adelante paso a paso".
----------Respondo. Por cuanto respecta al ejercicio del amor, ya se trate del amor divino o del amor humano, en todo caso el amor debe fundarse en el verdadero bien.
----------Ahora bien, el hombre tiene el deber de no asesinar, por el hecho de que Dios mismo, Señor de la vida, no quiere la muerte de los vivientes. Por eso, lo que Dios pide verdaderamente a Abraham, como lo revela el ángel, no es el asesinato de Isaac, sino la muerte del carnero.
----------Por cuanto respecta a Abraham, el patriarca entiende por error en un primer momento que Dios lo ame como para ordenar el asesinato de su hijo único, pero como narra el propio relato bíblico, Abraham viene luego iluminado por el ángel sobre aquello que es el verdadero amor, el cual no puede implicar en absoluto el homicidio, sino que en cualquier caso, requiere el sacrificio de un animal.
----------5Abraham está llamado a purificar su fe, saliendo de la lógica puramente retributiva, por la cual "amo a Dios y le obedezco mientras que, en esta vida, me haga el bien". Para que esto sea posible, es necesario que en la prueba Abraham pase por la noche oscura... A fin de que los hombres aprendan que cualquier dolor, desgracia o injusticia les pueda suceder, nunca deberán negarse a tener fe y a hacer la voluntad de Dios.
----------Respondo. La prueba que Dios pide a Abraham, según la letra del texto, no es el estar dispuesto a sufrir, sino el cumplir un acto que, por su ilicitud, no puede ser mandado por Dios, porque Dios no puede mandar pecar. Por eso es necesario superar el sentido literal para evitar ese grave inconveniente y dar una interpretación que exonere a Dios de la acusación de querer el mal.
----------No se debe confundir el mal de culpa con el mal de pena. Las pruebas que Dios nos envía no nos inducen a pecar, sino que son sufrimientos que hay que soportar. Las pruebas que nos llevan a pecar no vienen de Dios, sino del diablo.
----------6. Para decirlo con las palabras del cardenal Martini: "La prueba de Abraham es, como toda prueba seria, un poner al hombre frente al caso límite, donde el hombre muestra verdaderamente lo que es. La fe de Abraham viene provocada hasta el límite extremo".
----------Respondo. Es verdad que Dios nos envía las pruebas para que precisamente nosotros demos prueba del máximo de nuestras fuerzas, pero en ello está sobreentendido que el objeto de esta prueba sea una acción buena y no una acción mala, como sería el realizar un sacrificio humano.
----------7. Beauchamp toma luego en consideración un tipo de exégesis que se acerca a la suya, padre Filemón: "Se podría, y se lo hace con frecuencia, contar la historia de otra manera: Abraham, guiado por su fanática generosidad, impresionado por la cruel generosidad de los paganos, que sacrificaban realmente a menudo un hijo a su dios, decide ofrecer a Isaac inmolándolo, pero Dios le revela que no quiere la muerte. En esta forma, solo la segunda fase implicaría una palabra de Dios".
----------Y el juicio del exegeta francés acerca de tal interpretación es negativo: "Lectura 'edificante', pero me parece que este resultado se obtiene solo después de haber expurgado un poco el texto, suavizado sus aristas y, en definitiva... haber escrito otro texto.
----------[...] ¡Qué contraste con el estilo de la Biblia, para la cual 'Abraham, Abraham [...] ofrece en holocausto!' es una palabra de Dios y '¡Abraham, Abraham [...] no extiendas tu mano contra el muchacho!' es una segunda palabra de Dios. En efecto, Dios estaba con él en el final, porque estaba con él en el inicio y en el medio de la prueba. Es así si Dios es Dios. Abraham se engañaba creyendo que Dios quería la muerte. Ciertamente. Pero la Biblia prefiere ver en el error de Abraham una palabra de Dios, tan segura está de que Dios hable en Abraham, que Dios esté presente en Abraham incluso cuando Abraham parece alejado de Dios".
----------En esencia, Beauchamp nos invita a no alterar la palabra de Dios en la Escritura, bi siquiera si, añadiría yo, nos parezca que no está en línea con nuestro esquema teológico-metafísico.
----------Respondo. No hay duda de que Dios siempre ha estado con Abraham, desde el inicio hasta el fin de la prueba: primero inspirando su buena fe, por la cual Abraham confunde por Palabra de Dios una práctica pagana; y a continuación iluminándolo sobre lo que Él quería verdaderamente. Y también Abraham ha estado siempre con Dios: primero con su buena fe y luego obedeciendo al ángel.
----------No se trata de alterar la Palabra de Dios, sino de dar la recta interpretación, para impedir, como he dicho varias veces, que de una interpretación literalista resulte un Dios que quiere los sacrificios humanos.
----------Debo por tanto hacer la observación de que, razonando con la mentalidad literalista de Beauchamp, se vendría a dar a la famosa frase de Josué "Detente, oh sol", un significado literal tal que por el cual se verificaría un milagro realmente absurdo. De hecho, la moderna exégesis histórico-crítica interpreta esas palabras en el sentido de que la batalla se prolongó hasta altas horas de la noche. En sustancia, ese pasaje del texto bíblico, con la expresión del sol que se detiene, entiende decir que la batalla continuó todavía durante mucho tiempo. Por lo tanto, la expresión "detente, oh sol" no debe ser tomada a la letra, sino que es solo un modo de decir para expresar que Dios le dio a Israel mucho tiempo para poder derrotar al enemigo.
----------Al respecto, hay que tener presente que no se debe confundir la interpretación literal con el literalismo. La primera es la comprensión de lo que el Autor sagrado quiere decir teniendo presentes los diversos modos de decir en las diversas lenguas, en los diversos tiempos, en las diversas culturas y en los diversos géneros literarios, como enseña el método histórico-crítico.
----------El literalismo, en cambio, es una interpretación que se puede calificar de perfectamente ingenua, irreflexiva, impreparada y acrítica, por la cual se viene a hacer decir al hagiógrafo lo que no quiere decir y se pueden asignar a Dios atributos que no Le convienen en absoluto.
----------Por esto es necesario, además de la exégesis histórico-crítica, dado que la verdad de fe no puede estar en contraste con la verdad de la razón, hacer uso también de una buena teología natural (o teología filosófica o teodicea) y de una buena metafísica, las cuales nos dicen por anticipado con absoluta certeza racional lo que Dios puede ser o hacer y lo que no puede ser o no puede hacer, para que así podamos entender que cuando el texto bíblico parece asignar a Dios cosas que no Le convienen, comprendamos inmediatamente que no podemos tomar el texto materialmente a la letra, como suena a nuestros oídos según el modo común o científico de expresarnos nosotros hoy, sino que es necesario interpretarlo críticamente y descubrir de qué género literario se trata, si mitológico o histórico o anecdótico o especulativo o sapiencial, o bien de qué modo de expresarse se trata, si antropomórfico o metafórico o simbólico o poético.
----------En efecto, decir que Dios es omnipotente no quiere decir que pueda llamar bien al mal u ordenar o cometer pecados o decir falsedad o hacer cosas absurdas o imposibles o cambiar de identidad o recompensar a los malvados y castigar a los buenos.
----------Estas eran las ideas de Guillermo de Ockham, que de algún modo también se encuentran en el Corán. Pero este no es ciertamente el Dios de la razón y de la fe. Ciertamente no es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Este es el parto monstruoso de una fantasía enferma y malévola.

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