Con un puñado de vanos argumentos, fácilmente refutables, en referencia a la cuestión del infierno, Karl Rahner afirma repetidamente la no existencia de condenados, en abierta y explícita oposición al dogma. [En la imagen: fragmento de El psicoanálisis. “Con rabia roía el cráneo por dentro y por fuera”, obra de Marcia Schvartz, de 2018, de una serie que recrea el "Infierno", de la Divina Comedia, de Dante Alighieri].
Rahner, contra el dogma, excluye la posibilidad de la existencia de los condenados
----------La condenación para algunos, según Rahner, no es un dato de hecho, sino una simple posibilidad: "el dogma del infierno afirma que la vida del hombre está amenazada por Ia posibilidad real [Rahner mismo escribe en cursiva la palabra "real"] de un fracaso eterno; posibilidad que reside en que el hombre puede disponer libremente de sí mismo y puede también rechazar libremente a Dios [Caso rarísimo, donde Rahner cita correctamente el libre albedrío]. Esta posibilidad del hombre Ia testifica Jesús directamente cuando amonesta que se tenga cuidado con las consecuencias del arbitrario y obstinado encerrarse en si mismo (que se libren de las faltas contra el amor, norma del juicio), con imágenes acostumbradas en su tiempo [...]. No existe ninguna revelación ni afirmación del magisterio eclesiástico con respecto a la realización práctica de esta posibilidad en el hombre" (Diccionario de teología, voz "Infierno", op.cit., col. 341-342.).
----------"En virtud de la antropología y escatología cristianas, en una interpretación seria y prudente de la sagrada Escritura y de sus afirmaciones escatológicas, no estamos obligados a afirmar que sabemos con seguridad que para determinadas personas la historia de la salvación como historia de la perdición termina efectivamente en la condenación absoluta" (Curso fundamental, op.cit., p.500). "La doctrina bíblica de las penas del infierno (redactada en el género literario de los 'discursos de amenaza') viene hoy interpretada en el sentido de que ella afirmaría, sí, una real posibilidad de tales penas, pero no diría nada acerca del dato de hecho de si tal perdición definitiva se verificará alguna vez realmente en la historia concreta" (Nuevos ensayos, vol. V, op.cit., p.199).
----------Veremos cómo la afirmación de que no existan pronunciamientos del Magisterio acerca de la existencia de condenados es falsa, de modo que se debe decir que, como siempre ha sucedido en la Tradición, la "interpretación seria y prudente" de la Escritura, es decir, fiel a la Tradición, debe conducirnos a afirmar con certeza no sólo la posibilidad de la existencia de condenados, sino también su existencia efectiva.
----------Es necesario distinguir cuidadosamente, como veremos por los pasajes citados, en las intervenciones de Cristo sobre el tema: 1. las palabras de advertencia y de exhortación; 2. las palabras de amenaza; 3. las previsiones de hechos que acontecerán.
----------1. Respecto a las palabras de advertencia y de exhortación en nuestro Señor Jesucristo, véase por ejemplo, "Si tu mano o tu pie son para ti ocasión de pecado, córtalos y arrójalos lejos de ti, porque más te vale entrar en la Vida manco o lisiado, que ser arrojado con tus dos manos o tus pies en el fuego eterno" (Mt 18,8); "Te aseguro que el que no renace de lo alto no puede ver el Reino de Dios" (Jn 3,3); "Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna" (Jn 3,16); "El que cree en el Hijo, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios" (Jn 3,18); "Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas" (Jn 3,20); "El que cree en el Hijo tiene Vida eterna. El que se niega a creer en el Hijo no verá la Vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él" (Jn 3,36); "Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes" (Jn 6,53); "Si no creen que Yo Soy, morirán en sus pecados" (Jn 8,24); "El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna" (Jn 12,25); "El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he anunciado es la que lo juzgará en el último día" (Jn 12,48).
----------2. Respecto a las palabras de amenaza, véase por ejemplo, "Y tú, Cafarnaúm, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno" (Mt 11,23); "¿Cómo podrán escapar a la condenación de la Gehena?" (Mt 23,33); "Serás precipitada hasta el infierno" (Lc 10.15).
----------3. Respecto a las previsiones de hechos que acontecerán, véase por ejemplo, "El Hijo del hombre separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda. Entonces dirá a los que tenga a su derecha: "Vengan, benditos de mi Padre [...]. Luego dirá a los de su izquierda: "Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno [...]. Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna" (Mt 25,31-46, palabras citadas por el Catecismo de la Iglesia Católica, en el n.1034); "Se acerca la hora en que todos los que están en las tumbas oirán su voz y saldrán de ellas: los que hayan hecho el bien, resucitarán para la Vida; los que hayan hecho el mal, resucitarán para la condena" (Jn 5,28-29); "Entonces yo les manifestaré: Jamás los conocí; apártense de mí, ustedes, los que hacen el mal" (Mt 7,23); "Les digo que muchos vendrán de Oriente y de Occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob, en el Reino de los Cielos; en cambio, los herederos del reino serán arrojados afuera, a las tinieblas, donde habrá llantos y rechinar los dientes" (Mt 8,11-12); "El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y estos quitarán de su Reino todos los escándalos y a los que hicieron el mal, y los arrojarán en el horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de dientes" (Mt 13,41-42, palabras citadas por el Catecismo de la Iglesia Católica en el n.1034); "Vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes" (Mt 13,49-50); "Muchos son llamados, pero pocos son elegidos" (Mt 22,14); "Será abreviado aquel tiempo, a causa de los elegidos" (Mt 24,22); "Enviará a sus ángeles para que, al sonido de la trompeta, congreguen a sus elegidos de los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del horizonte" (Mt 24,31); "Ninguno de los que antes fueron invitados ha de probar mi cena" (Lc 14,24); "Entre ustedes y nosotros se abre un gran abismo. De manera que los que quieren pasar de aquí hasta allí no pueden hacerlo, y tampoco se puede pasar de allí hasta aquí" (Lc 16,26); "Uno será llevado y el otro dejado" (Lc 17,34).
----------Pero en otro lugar Rahner excluye sin más ni más la posibilidad de la existencia de los condenados: "Con la historia de la salvación y de la revelación en Jesucristo y después de Jesucristo [...] se puede decir excluida y superada la posibilidad de un último rechazo en la existencialidad sobrenatural de la historia por parte de la libertad de la humanidad" (Dios y revelación, op.cit., p.429).
----------Rahner presenta la esperanza de que todos se salven en las vestes paulinas de la "esperanza contra toda esperanza", no obstante la existencia de tantos horrores y crímenes morales, que por el contrario nos inducirían a convencernos de la existencia de condenados. Pero esta persuasión reflejaría una "sabiduría del mundo" que es necesario rechazar: "La esperanza universal no es un cómodo analgésico en la miseria de nuestro tiempo, más bien, considerada desde el punto de vista del hombre, una exigencia inaudita a él impuesta; ella es una forma moderna de la insensatez de la cruz, de la esperanza contra toda esperanza, una insensatez que es la sabiduría de Dios contra la sabiduría del mundo" (Nuevos ensayos, vol. X, pp. 412-413).
----------Aquí Rahner cita a despropósito el dicho paulino, el cual no se refiere a la esperanza de que todos se salven, sino que en general se refiere al poder de la esperanza teologal, la cual obtiene de Dios bienes que humanamente sería imposible esperar. Pero entre estos bienes no está la salvación de todos. Además no es "sabiduría del mundo" afirmar que no todos se salvan, sino doctrina de fe; sabiduría del mundo es en cambio afirmar, sin base bíblica, que todos se salvan.
----------Rahner confunde la indudable obligación de condicionar la propia salvación a la laboriosidad por la salvación de los demás con su convicción de que estemos obligados a esperar en la salvación de todos: "Hoy ¿quién tendría el coraje de confiar en el propio futuro absoluto, en la propia perfección definitiva si no reconociera la obligación beatífica de esperar también por todos los otros?" (Ibid., p.414). Respondo diciendo que quien tiene este coraje, tiene el coraje de la fe.
----------Un argumento absolutamente nulo a favor de la salvación de todos es el hecho de que la humanidad es "una" y por tanto debe ser salvada toda. Aquí Rahner cae en una sorprendente confusión entre la unidad de esencia y la unidad colectiva: ciertamente que la humanidad es una como esencia humana universal; pero esto no implica necesariamente una unidad colectiva y concorde en la unión con Cristo. Parece que aquí nos encontramos con una especie de origenismo: "La humanidad es una y está salvada en cuanto una por el hecho de que el Logos eterno en Jesús se encarna en esta unidad; por eso él debe comunicar su salvación definitiva (que conviene necesariamente a él cual Logos de Dios), porque la unidad de la historia humana resultaría disuelta, si la salvación que uno de sus miembros posee necesariamente no tuviera ninguna importancia para la posibilidad de salvación de la humanidad una" (Nuevos ensayos, vol VI, op.cit., p.325).
----------Al respecto, hago la observación de que nuestro Señor Jesucristo se ha encarnado solamente en su singular individualidad humana, no en la humanidad entera, aunque todo hombre esté llamado a participar del misterio de la Encarnación; pero no todos, como dice el Concilio de Trento (Denz. 1523), se hacen disponibles, por culpa suya, a vivir en Cristo. El hecho que no todos se salven no implica una "disolución de la historia", como dice Rahner, sino una realización suya que puede producir alguna dificultad a nuestra razón, pero que se comprende con los ojos de la fe. La historia de la salvación no se reduce simplemente, como cree Rahner, a la historia de la humanidad vista con ojos simplemente humanos.
----------¿"Cristo debe comunicar su salvación definitiva"? Sí, digamos que "debe", aún cuando sólo es por amor y misericordia y no porque esté obligado hacia nadie. Pero luego, también con haber hecho esa precisión, se debe decir que Cristo ha hecho su parte, pero si el pecador no hace la suya, Cristo no entra. Vana es por tanto, entre otras, la idea origenista según la cual la obra de Cristo habría al menos parcialmente fallado si no se salvaran todos. En realidad, ¿qué es lo que podía hacer Cristo, más de cuanto ha hecho por nosotros? Si nos perdemos, por tanto, es sólo culpa nuestra, no culpa suya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios que carezcan del debido respeto hacia la Iglesia y las personas, serán eliminados.
Se admiten hasta 200 comentarios por artículo.