sábado, 11 de enero de 2025

Los errores de Karl Rahner: el diálogo ecuménico e interreligioso

Conforme a la declaración Nostra Aetate, del Concilio Vaticano II, sabemos que las religiones no-cristianas poseen valores que conducen a Cristo y provienen de Cristo, incluso si sus respectivos fieles no lo saben. Pero ellos, si siguen su recta consciencia, si viven su religión en buena fe, pueden igualmente recibir la gracia y llegar a la salvación. Karl Rahner acoge estas enseñanzas, pero no se detiene sólo en ellas. Su agnosticismo conceptual, según el cual dos conceptos contradictorios pueden ser entrambos verdaderos, le permite afirmar que también los errores de las otras religiones pueden ser salvíficos.

Ecumenismo y diálogo interreligioso descaminados en Rahner
   
----------Una concepción insuficiente de la enseñanza del Concilio Vaticano II operada por Karl Rahner se refiere al ecumenismo y al diálogo interreligioso.
----------Esa concepción rahneriana se puede resumir en los siguientes puntos:
----------1. El Concilio no invita a todos los hombres a entrar en la Iglesia Católica, sino que se limita a enseñar: a) que existen valores comunes a todas las religiones, sobre todo comunes a las tres religiones monoteístas (cristianismo, judaísmo, islamismo); b) la libertad religiosa; c) el deber de una convivencia pacífica entre los fieles de las diversas religiones en la recíproca colaboración por la justicia y la paz; d) la importancia de la convicción personal de consciencia, con la cual todo hombre está obligado a cumplir aquel bien y a reconocer aquello verdadero en hecho de religión que aparecen a su mente.
----------Acerca de este primer punto nos basta un pasaje para entender lo que quiere decir Rahner: "El Concilio, en el decreto sobre la actividad misionera y en la constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo, en el decreto sobre el ecumenismo y las Iglesias orientales, en las declaraciones sobre la libertad religiosa y sobre la relación de la Iglesia con las religiones no cristianas, demuestra no esperar en absoluto que la Iglesia devenga, en un tiempo en cualquier caso predecible, la Iglesia de todos los hombres en forma socialmente experimentable" (Nuevos ensayos, vol. III, op.cit., p.408).
----------Se debe decir, por el contrario, que la Iglesia ejercita por su esencia el mandato de nuestro Señor Jesucristo de anunciar a todos los hombres el Evangelio, invitándolos a formar parte visiblemente de la Iglesia. Sin embargo, indudablemente Cristo no ha anunciado que llegará un día en cualquier caso predecible en el cual todos los hombres pertenecerán visiblemente a la Iglesia. De hecho, san Pablo habla de una apostasía general que precederá al fin del mundo, y a la vez prevé la conversión de los hebreos. Por lo demás, la Iglesia espera que muchos puedan pertenecerle invisiblemente o inconscientemente, ya que Dios salva también sin los sacramentos y sin la escucha de la predicación eclesial.
----------2. Para Rahner, como ya he demostrado, el catolicismo es la expresión categorial e histórica mejor alcanzada de la universal experiencia trascendental sobrenatural; sin embargo los conceptos dogmáticos están históricamente condicionados y por tanto son mutables y relativos. El misterio cristiano puede ser expresado también con otros conceptos, opuesto, pero al mismo tiempo válidos.
----------3. Siempre según Rahner, para resolver el problema ecuménico y encontrar la unidad, la Iglesia Católica, de acuerdo con los hermanos cristianos separados, debería reelaborar el elenco de las verdades comúnmente compartidas, mientras que, por cuanto respecta a las convicciones de fe propias de cada singular confesión o comunidad cristiana, cada una de ellas debería pedir la adhesión sólo a aquellas convicciones que pertenecen exclusivamente a los propios fieles y no a aquellos de otra confesión.
----------A tal respecto afirma Rahner: "A la hora de proceder a la unión con una Iglesia, el ministerio de la Iglesia católica puede contentarse con que se llegue a una posición de fe en la que ambas partes pueden confesar de forma expresa las verdades auténticamente fundamentales de la revelación cristiana, sin necesidad de exigir un asentimiento positivo a todas las sentencias que, a lo largo del proceso histórico de la conciencia de fe, la Iglesia católica romana ha ido declarando como objetivamente contenidas en la revelación divina" (La unión de las Iglesias. Una posibilidad real, Herder, Barcelona 1987, p.53). "No debe pedírseles a estas Iglesias un asentimiento positivo de fe a las doctrinas de fe específicamente romanas. Puede conseguirse así una unidad de fe suficiente entre todos aquellos que creen en el Dios trino, confiesan a Jesús como nuestro Señor y Salvador y han recibido el bautismo" (ibid., p.56).
----------Rencontramos aquí la distinción rahneriana entre verdades "fundamentales" y doctrinas "periféricas" o "secundarias": las primeras obligatorias; las segundas facultativas. Y con estas ideas Rahner cree interpretar la doctrina conciliar acerca de la jerarquía de las verdades. El Magisterio subsiguiente ha tenido luego cuidado en precisar que en realidad todas las verdades de fe, ya sean primarias o secundarias, deben ser sinceramente acogidas por todo buen católico.
----------En cuanto al diálogo con las otras religiones, se debe decir que el Concilio enseña que en ellas se encuentran indudables valores, de los cuales Dios puede servirse para conducir a los fieles de esas religiones a la salvación, aunque la plenitud de las verdades salvíficas se encuentre sólo en la Iglesia Católica. En efecto, como dice el Concilio, "la Iglesia Católica no rechaza nada de cuanto es verdadero y santo en estas religiones" (Declaración sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no-cristianas, Nostra Aetate, n.2). Tales valores conducen a Cristo y provienen de Cristo, incluso si sus respectivos fieles no lo saben. Pero ellos, si siguen su recta consciencia, pueden igualmente recibir la gracia y llegar a la salvación.
----------Rahner acoge estas enseñanzas, pero no se detiene aquí. Su agnosticismo conceptual, según el cual dos conceptos contradictorios, como hemos visto, pueden ser entrambos verdaderos, le permite afirmar que también los errores de las otras religiones pueden ser salvíficos: "En sus instituciones y objetivaciones teoréticas, las religiones no-cristianas pueden ser las mediaciones categoriales de genuinos actos salvíficos, [...] porque las mismas realidades religiosas concretas, objetivamente equivocadas y depravadas, pueden también ser una mediación de la trascendentalidad sobrenatural genuina del hombre" (Dios y revelación, op.cit., p.432). De tal modo, Rahner llegará a decir, como veremos, que también un ateo a nivel temático puede ser creyente, de hecho es creyente a nivel atemático trascendental.

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