No todo lo que se reviste de tradición honra la Tradición. Esta reflexión identifica una forma mentis, el filolefebvrismo, que, aunque difundido en pequeños círculos, es muy nocivo porque, al pretender custodiar la fe, termina por socavar la comunión. [En la imagen: fragmento de "Fridolin ayuda en la Santa Misa", acuarela sobre papel, ca. 1833, obra de Peter Fendi, que se encuentra en el Getty Center, en Los Ángeles, USA].
“Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti,
que también ellos sean uno en nosotros,
para que el mundo crea que tú me enviaste” (Jn 17,21)
Por qué hablar de filolefebvrismo
----------No escribo estas líneas por mero afán clasificatorio ni por vicioso hábito polemista. Tampoco por urgencia apologética ni por deseo de provocación. Hablar de "filolefebvrismo", desde esta pequeña atalaya en internet que es este modesto blog, responde a una inquietud pastoral creciente: la necesidad de nombrar con precisión una configuración teológica cada vez más extendida, cuya presencia en ambientes que se autoproclaman fieles y tradicionales termina por oscurecer o relativizar la comunión eclesial.
----------La palabra "filolefebvrismo" no es un insulto ni una condena. Es, sencillamente, una forma de pensar, sentir y argumentar que reproduce las tesis esenciales sustentadas por la Fraternidad Sacerdotal San Pío X y por otras agrupaciones cismáticas nacidas del núcleo lefebvriano impulsado por el obispo Marcel Lefebvre. Se trata de una forma mentis que, aunque no incorpore todo el corpus lefebvriano, reproduce su lógica teológica central, muchas veces sin referencia explícita ni consciente a su fuente.
----------El riesgo ciertamente no es sólo doctrinal, sino que es también eclesial en su conjunto, vale decir, no afecta solamente a la doctrina de la Iglesia, sino a toda su vida, tal cual ha sido querida por su divino Fundador. Porque esta ideología, aunque no se reconozca como tal, fractura silenciosamente la recepción del magisterio, corrompe el vínculo con la tradición viva y obstaculiza la comunión real entre los fieles. Opera como un esquema hermenéutico de ruptura que, revestido de piedad y adorno litúrgico, separa lo que debería verse unido: tradición y magisterio, belleza y obediencia, doctrina y comunión.
----------Por cierto, no han faltado lectores de este blog que se han escandalizado cuando, en entradas anteriores he utilizado el término "filolefebvrismo" para caracterizar ciertas posturas o discursos de actores concretos de la vida eclesial. Esta reflexión busca ofrecer, con humildad y precisión, los criterios que justifican su uso. No para señalar personas, sino para discernir ideas que, por detrás de gestos devotos y palabras cuidadosamente revestidas, desfiguran el rostro de la tradición, y debilitan la comunión en el Cuerpo de Cristo.
Qué entendemos por filolefebvrismo
----------Aclaremos que no todo apego a la liturgia tradicional ni toda crítica formulada con rigor teológico constituye "filolefebvrismo". Tampoco toda sensibilidad crítica merece ser juzgada como actitud cismática. Pero cuando esa sensibilidad se transforma en un marco doctrinal persistente, que reinterpreta la vida de la Iglesia desde una lógica de resistencia al Magisterio, conviene nombrarla con precisión.
----------El filolefebvrismo, tal como lo entiendo en este contexto, designa una forma mentis que reproduce los núcleos doctrinales esenciales del lefebvrismo histórico, sin incorporarse formalmente a sus estructuras. Es un fenómeno difuso, que se manifiesta bajo diversidad de ropajes concretos, pero reconocible, que opera como una corriente subterránea en sectores eclesialmente visibles, con lenguaje eclesial y aspiración de ortodoxia, pero con presupuestos teológicos que contradicen la recepción plena del Magisterio.
----------Señalo algunos rasgos que permiten identificar el fenómeno del "lefebvrismo" e individuarlo a tiempo, antes de que empiece a contagiarnos con su nocividad doctrinal. El elenco de notas caracteristicas que presento a continuación no son todas, sino las que me parecen particularmente reveladoras de su postura ideológica:
----------1. Una resistencia doctrinal al Concilio Vaticano II y a todo lo que huela a él, resistencia expresada no sólo en disputas interpretativas, sino en su deslegitimación práctica.
----------2. Una oposición teológica a recientes explicitaciones doctrinales como la sinodalidad, el ecumenismo, al diálogo interreligioso, la colegialidad episcopal, así como una no recepción del magisterio postconciliar cuando implica desarrollos doctrinales legítimos respecto del preconcilio.
----------3. Una resistencia al reconocimiento de la igual dignidad del varón y de la mujer, acompañada de la negativa a dar a la mujer su debido rol en la vida eclesial.
----------4. Un rechazo a la reforma litúrgica impulsada por el Concilio, rechazo que se manifiesta en un liturgismo excluyente o hiperliturgismo o liturgicismo, que absolutiza la forma preconciliar del Rito romano y malinterpreta el Novus Ordo Missae considerándolo una deformación litúrgica. De hecho, en la práctica, esto es una actitud que se aproxima peligrosamente al rechazo de la validez del Novus Ordo Missae, lo cual puede ser teológicamente insostenible y sospechoso de desviación grave (herejía).
----------5. Una lectura selectiva de la tradición, que opera como criterio superior al magisterio y lo somete a su aprobación, o más bien un pseudo concepto de tradición, que confunde Tradición inmutable como fuente de la divina Revelación con las tradiciones humanas históricas contingentes y mutables.
----------6. Una crítica sistemática al Vicario de Cristo y a los Obispos en comunión con él, presentada como fidelidad profética pero que termina por construir un espacio doctrinal paralelo.
----------Considero que este breve elenco de notas características puede ser suficiente para describir una estructura o perfil teológico que se repite en mayor o menor medida, con mayor o menor gravedad, con más débil o más profunda desviación de la enseñanza doctrinal y pastoral de la Iglesia, en cada autor o predicador o divulgador o publicista filolefebvriano, más allá de las diferencias del tono con que se expresa. Y esa estructura o perfil -por más devoción que revista- no puede tener por resultado otro que la fractura de la comunión eclesial, la pérdida del sentido de la obediencia y la relativización de la identidad católica.
Algunos exponentes del discurso filolefebvriano
----------A diferencia del lefebvrismo como corriente cismática (que vive en la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, en la Sociedad Sacerdotal de los Apóstoles de Jesus y María, y en sectas similares a estas dos, que remiten siempre al obispo Marcel Lefebvre), el filolefebvrismo no remite a una persona ni a una afiliación formal; sino que se trata de una configuración doctrinal suficientemente reconocible, que opera como una sensibilidad teológica persistente, con lenguaje eclesial y aspiración de ortodoxia católica, pero con presupuestos que socavan la recepción plena del magisterio del Concilio Vaticano II y posterior.
----------Diversos autores, algunos de ellos con autoridad eclesial, otros con influencia mediática o académica, han contribuido a la normalización del discurso filolefebvriano. Lo han hecho mediante libros, artículos, conferencias, intervenciones litúrgicas o campañas telemáticas que, al ser analizadas teológicamente, reproducen los núcleos doctrinales esenciales del lefebvrismo, aunque eviten asumirlos explícitamente. Entre los exponentes del filolefebvrismo pueden citarse a los siguientes:
----------Cardenal Raymond Burke. Si bien no parece adherirse estrictamente al filolefebvrismo en sentido estricto (ni doctrinal ni institucional), sin embargo comparte con ese mundo determinadas preocupaciones litúrgicas y eclesiológicas. Más que un simpatizante de las tesis lefebvrianas, Burke es un defensor de la tradición doctrinal y litúrgica dentro de los márgenes del derecho canónico. Sin embargo, con sus críticas reiteradas a los nuevos desarrollos doctrinales y pastorales como el proceso sinodal, con su participación en actos explícitamente pasadistas; y con su defensa cerrada de la liturgia preconciliar actualmente abrogada, de hecho, Burke es un firme defensor del "usus antiquior" como expresión privilegiada de la lex orandi.
----------Cardenal Robert Sarah. Sostiene una lectura del Novus Ordo Missae como ruptura litúrgica, defendiendo lo que él llama "liturgia tradicional" como baluarte teológico; ha promovido la celebración ad orientem, ha defendido la misa tridentina (en obvia oposición a la reforma del Concilio) y ha expresado reservas ante el motu proprio Traditionis custodes, considerando que la reforma litúrgica postconciliar ha debilitado el sentido del sacrificio y la adoración. Ha criticado doctrinalmente a documentos pontificios recientes, como la exhortación Amoris Laetitia, y ha calificado de “herética” a la declaración Fiducia supplicans, denunciando una ruptura con la enseñanza moral tradicional y una confusión doctrinal que, según él, pone en riesgo la fe de los fieles. En suma, su discurso es afín con el ethos lefevbrista sin ruptura formal. Firme sostenedor de una exaltación de la estética preconciliar como criterio teológico, manifiesta ambigüedad en la recepción del Concilio Vaticano II.
----------Obispo Athanasius Schneider. Sostiene un rechazo explícito de la doctrina de la libertad religiosa enseñada por el Concilio Vaticano II; cuestiona acerbamente recientes desarrollos doctrinales y pastorales; y promueve una “tradición” que excluye el Concilio Vaticano II como fuente normativa. Si bien estas tres afirmaciones requieren una lectura e interpretación matizada, no hay duda que Schneider adhiere de modo firme a la liturgia anterior al Concilio, señalando en él errores doctrinales (lo cual es en línea de principio herético) en temas como ecumenismo y libertad religiosa, y proponiendo una interpretación purificada de sus textos. Además, Schneider ha mostrado una afinidad doctrinal con la Fraternidad San Pío X, defendiendo la tradición como criterio hermenéutico y denunciando la “anarquía litúrgica” como signo de una crisis profunda en la Iglesia.
----------Roberto de Mattei. Su perfil filolefebvriano se articula en torno a una crítica histórica y doctrinal al Concilio Vaticano II, al que considera una ruptura con la tradición eclesial, como expone en su libro Il Concilio Vaticano II. Una storia mai scritta. Defiende una hermenéutica contrarrevolucionaria, inspirada en Plinio Corrêa de Oliveira, que interpreta la historia de la Iglesia como una lucha entre tradición y modernidad. Finalmente, De Mattei promueve una separación activa de aquellos a los que llama “malos pastores” y una fidelidad al magisterio perenne, lo que lo acerca al ethos de la Fraternidad San Pío X sin adoptar una posición cismática.
----------Javier Olivera Ravasi. Reivindica una malinterpretada Tradición como criterio supremo, cuestionando el Magisterio pontificio postconciliar y promoviendo una lectura crítica del Concilio Vaticano II. Defiende la Misa Tridentina y el catolicismo preconciliar, alineándose con una visión teológica y litúrgica cercana al lefebrvrismo. Promueve la resistencia cultural y doctrinal, a través de sus iniciativas editoriales y su actividad mediática, con fuerte tono contrarrevolucionario. Se distancia del magisterio postconciliar, especialmente del pontificado de Francisco, al que acusa de favorecer una deriva modernista. Los valores que pudieran existir en su discurso se ven empañados por un cerrado fundamentalismo, una concepción superada de la relación Iglesia y Estado, y una visión fascista de la organización del Estado, que lo ha llevado a manifestaciones públicas de abierta oposición a los procesos democráticos y de justicia social en la Argentina.
----------Rubén Peretó Rivas. Docente y publicista mendocino, que expone una filosofía de la historia que relativiza el Concilio Vaticano II, acompañada de una lectura metafísico-gnóstica impermeable a la recepción magisterial. Goza de alguna influencia en círculos académicos y litúrgicos pasadistas de Argentina, pero los aspectos positivos que pudieran existir en su análisis se ven inevitablemente empañados por una actitud periodística amarillista, intrigante y conspiratoria, elitista y despectiva de todo desarrollo doctrinal y pastoral que implique un diálogo sinodal que atente contra una visión eclesial anclada en un pasado idealizado.
----------José Antonio Ureta. Subraya la primacía de una malinterpretada Tradición (concebida reductivamente) frente a las novedades doctrinales y pastorales promovidas desde la Santa Sede desde el postconcilio. Critica la sinodalidad como ruptura eclesiológica, alertando sobre su potencial para democratizar la Iglesia y diluir su estructura jerárquica. Denunció el cambio de paradigma del pontificado de Francisco, interpretándolo como una desviación respecto a la misión tradicional de la Iglesia. Reivindica lo que él llama la "resistencia fiel" o "auténtica", sin caer en el cisma, como deber moral ante enseñanzas o reformas que comprometen la integridad doctrinal (por ende, niega la infalibilidad del Papa en su magisterio ordinario).
----------Marco Tosatti y Aldo Maria Valli. Publicistas italianos que han venido desarrollando en la última década un periodismo militante con narrativa de crisis eclesial, periodismo que en ellos ha funcionado como amplificación de voces filolefebvrianas y difusión de teorías conspirativas sobre el Concilio Vaticano II.
----------Peter Kwasniewski. Subordina el Magisterio a la Tradición, afirmando que la autoridad eclesial debe custodiar y no alterar el depósito de la fe, y no otorga al Magisterio ninguna autoridad explicitativa de la Tradición ni impulsora de su evolución. Critica la reforma litúrgica impulsada por el Concilio Vaticano II, sosteniendo que el Novus Ordo Missae representa una ruptura con la lex orandi tradicional. Sostiene la legitimidad de la resistencia frente a disposiciones papales que contradigan la doctrina recibida, sin romper la comunión formal con Roma. Reivindica y absolutiza la Misa Tridentina como expresión plena de la fe católica, afirmando su valor teológico superior a cualquier otra modalidad ritual.
----------Taylor Marshall. El perfil filolefebvriano de este influencer convertido al catolicismo en 2006, se configura por su crítica sistemática al Concilio Vaticano II, al que considera fuente de ambigüedad doctrinal y ruptura con la tradición, como expone en su libro Infiltration. Promueve una visión providencialista y apocalíptica de la historia eclesial, interpretando los acontecimientos recientes como parte de una infiltración masónica en la Iglesia. Además, mantiene una afinidad explícita con figuras como los obispos Schneider y Viganò, defendiendo la misa tridentina, la teología moral clásica y una resistencia activa frente al magisterio actual. Su estilo combativo y su presencia mediática lo han convertido en un referente del tradicionalismo digital, con ecos del ethos lefevbrista aunque sin vinculación formal con la cismática FSSPX.
----------John Rao. Su perfil filolefebvriano se define por una crítica histórica y teológica al liberalismo moderno, al que considera incompatible con la fe católica, como expone en varios de sus ensayos. Promueve una relectura contrarrevolucionaria de la historia eclesial, inspirada en el pensamiento de Dietrich von Hildebrand y en la defensa de la Cristiandad como orden sobrenatural. Además, Rao sostiene una afinidad doctrinal con el tradicionalismo litúrgico preconciliar, colaborando con medios como The Remnant y organizando simposios que reúnen a pensadores cercanos al ethos de la FSSPX. Organizador del Roman Forum, espacio de resistencia doctrinal; con una narrativa que presenta a la Iglesia como en estado de colapso.
----------Jean-Pierre Maugendre y Abbé Claude Barthe: promotores de la Misa tradicional como única forma legítima. Crítica sistemática al Concilio Vaticano II y al Magisterio reciente, manteniendo vínculos con la FSSPX y con iniciativas litúrgicas excluyentes.
----------Stefano Fontana: director del Osservatorio Van Thuân, que desarrolla una extrema crítica a la sinodalidad y al ecumenismo, que sin embargo son claramente doctrinas dogmáticas en el Magisterio eclesial. Promociona también una “teología de la tradición” que excluye explícitamente el Concilio Vaticano II.
----------Naturalmente, el presente elenco no es totalmente exhaustivo del filolefebvrismo, pero creo que es suficientemente ejemplificativo. Estos autores, aunque con estilos diversos y grados distintos de radicalidad, convergen en una estructura teológica que reproduce el esquema de las tesis lefebvrianas: que se balancea entre la desconfianza y el rechazo total al Concilio Vaticano II, con exaltación de una tradición selectiva y resistencia al magisterio vivo. No se trata de juzgar intenciones, sino de discernir ideas que configuran un relato alternativo de la Iglesia, donde la comunión se debilita y la obediencia se redefine como resistencia.
Espacios digitales donde se intenta legitimar el filolefebvrismo
----------La circulación del discurso filolefebvriano no se limita a libros o gestos litúrgicos. Ha encontrado su ecosistema más fértil en ciertos portales digitales que, en nombre de una sedicente fidelidad doctrinal y de la defensa de lo que entienden por "tradición", han contribuido a normalizar estructuras teológicas que reproducen el esquema de tesis lefebvrianas, en mayor o menor medida y con mayor o menor sofisticación.
----------En esta reflexión me limitaré, por razones pastorales y editoriales, a analizar sólo tres sitios web en lengua española -los más influyentes en nuestro entorno hispanohablante-, sin perjuicio de que el fenómeno se extienda también en otras regiones y plataformas.
----------InfoCatólica: Nacido originariamente con vocación de fidelidad al Magisterio, ha degenerado hospedando como propios y partes integrantes del mismo portal -en ambigua coexistencia- a blogs que promueven una teología de la sospecha o bien del rechazo, relativizando el Concilio Vaticano II y deslegitimando el magisterio postconciliar. Aunque algunos de sus autores han denunciado el filolefebvrismo, el mismo portal ha favorecido silenciosamente su difusión, dando espacio a discursos que configuran un verdadero "magisterio paralelo", como decía el papa san Paulo Vi respecto del rahnerismo. Su tono institucional y lenguaje eclesial contribuyen, paradójicamente, a presentar el discurso filolefebvriano con pretensión de ser parte legítima de la diversidad católica, cuando en realidad opera desde una lógica de ruptura.
----------InfoVaticana: Sitio web de perfil más combativo que el anterior, este portal ha articulado una oposición acerba y persistente al Magisterio pontificio, especialmente bajo el pontificado del papa Francisco. Promueve narrativas de crisis y declive eclesial, dando amplificación y difusión a voces afines al universo lefebvriano, ya sea por convergencia doctrinal o por estrategia editorial. Su estilo de periodismo militante refuerza una lógica confrontativa, donde el discernimiento cede ante la urgencia del combate.
----------Adelante la Fe: De menor incidencia que los anteriores, este sitio web está abiertamente vinculado con la FSSPX, sin disimulo ni ambigüedad. Promueve tesis doctrinales lefebvrianas, rechaza explícitamente el magisterio postconciliar, y configura un relato de la Iglesia en clave de colapso. Su tono profético, excluyente y apologético deja atrás toda voluntad de comunión, y se sostiene en una teología de la sospecha y del conflicto.
----------Estos portales no son simples vitrinas de opinión. Son plataformas doctrinales que configuran imaginarios eclesiales alternativos, donde el Magisterio deja de ser criterio, la tradición se convierte en trinchera, y la comunión se vuelve una realidad marginal.
Discernir sin escándalo, pensar sin ingenuidad
----------No hay caridad sin claridad. Y no hay comunión auténtica sin discernimiento teológico. Este artículo no nace del deseo de censurar ni de la voluntad de polemizar, sino del compromiso pastoral con una Iglesia que busca caminar no hacia atrás, ni hacia fuera, sino hacia el corazón de Cristo por los caminos que el Espíritu le abre en cada generación, pero siempre en no declamada sino efectiva comunión con el Romano Pontífice, Vicario de Cristo Maestro de la Fe, y Pastor de toda la Iglesia peregrina hacia la Patria del Cielo.
----------El filolefebvrismo, tal como ha sido expuesto, no es sólo un conjunto de ideas discutibles o una variante espiritual más; sino que es una forma de percibir la Iglesia que, bajo la apariencia de fidelidad, desvía el sentido del discernimiento teológico, debilita la recepción del Magisterio pontificio, y encierra la tradición en un molde rígido, incapaz de dialogar con el tiempo sin traicionarse a sí misma.
----------No pocos promotores del filolefebvrismo son personas verdaderamente sinceras, que se sienten movidas por un amor profundo por la sagrada liturgia, por la verdad dogmática, y por el misterio eucarístico. Pero hay que tener presente que la sinceridad no garantiza la comunión eclesial, y el fervor no siempre se traduce en obediencia católica. Hay una pseudo forma de amar a la Iglesia que termina por golpearla, exigiéndole pruebas de su identidad, mientras se le niega lo que el Espíritu le susurra desde la historia.
----------Como han venido diciendo todos los Papas desde hace seis décadas, aceptar el Concilio Vaticano II no es una opción opinable en el catálogo de sensibilidades. Es parte integral de la recepción católica de la tradición. Resistirlo, ignorarlo, relativizarlo o reinterpretarlo desde marcos ajenos a su lógica constitutiva, implica una ruptura eclesial que, aunque no se formalice, ya opera desde el corazón.
----------El Magisterio de la Iglesia no es un adorno doctrinal ni un obstáculo a la verdad. Es una gracia de nuestro Señor Jesucristo a su Iglesia, expresión viva de su permanencia. Su recepción no se negocia con prudencias tácticas ni se pospone en nombre de fidelidades mayores. Quien se aparta del Magisterio vivo, termina por instalarse en una Iglesia que sólo existe en su propia memoria selectiva.
----------Por eso, la presente reflexión no concluye con un anatema, sino con una invitación, no a callar, sino a escuchar, no a ceder, sino a discernir. Invito a cada lector -a cada hermano y hermana que ama la tradición y la belleza de la fe- a vivir esa belleza en comunión eclesial, y no en resistencia. A pensar sin ingenuidad, pero también sin escándalo. A dejar que el Espíritu Santo forme en nosotros un corazón católico, capaz de amar la Iglesia en su debilidad y en su grandeza, sin exigirle más que lo que Cristo le dio.
----------Porque la verdadera fidelidad católica no se expresa con barricadas doctrinales ni con purismos nostálgicos farisaicos, sino con el coraje humilde de caminar con la Iglesia real, la que vive hoy, la que se deja modelar por el Espíritu Santo, la que ora, sufre y espera.
Fr Filemón de la Trinidad
Mendoza, 15 de julio de 2025
Como católico agradecido por la Tradición que he recibido, quiero aplaudir con sinceridad esta reflexión, cuyo filo parece tan sereno como firme. Señalar el filolefebvrismo como una forma mentis más que como una filiación institucional es, en mi opinión, un acierto metodológico. Porque de hecho lo que preocupa no es la historia de ciertos grupos sino la tentación más amplia —y más difusa— de absolutizar lo tradicional como criterio último del juicio eclesial.
ResponderEliminarEn mi humilde experiencia, esa tentación no siempre nace de la soberbia, sino del dolor. El dolor de ver confusión litúrgica, laxitud doctrinal, debilidad pastoral. Pero justamente allí es donde la fe verdadera se prueba, no en la nostalgia del orden perdido, sino en la obediencia confiada al Misterio vivo, que se revela en la comunión eclesial y en el discernimiento bajo el Magisterio.
Gracias, entonces, por una crítica que no demoniza pero tampoco se anestesia. Por mostrar que la defensa de la Tradición exige comunión, y que fuera de ella no hay verdadera fidelidad, sino una deriva que parece noble pero que termina desfigurando el rostro de la Iglesia.
Sergio Villaflores (Valencia, España