martes, 22 de julio de 2025

Un bloguero mendocino contra el Magisterio de la Iglesia

Entre la nostalgia y el cisma: el combate de un confundido bloguero mendocino contra la Iglesia que camina. [En la imagen: fragmento de "Castel Gandolfo, Lago Albano, Italia", óleo sobre lienzo, s/d, obra de Christopher Pearse Cranch, perteneciente a la Corcoran Collection, National Gallery of Art de Washington D.C., USA].

"El que a vosotros escucha, a mí me escucha;
el que a vosotros rechaza, a mí me rechaza;
y el que me rechaza, rechaza al que me ha enviado" (Lc 10,16)
   
----------En torno a la enseñanza que acerca de la Sinodalidad está desarrollando actualmente el Magisterio de la Iglesia, intentaré aquí dar respuesta a una crítica pseudoteológica, más bien gnóstica, que, por su tono y sus presupuestos, se sitúa fuera del perímetro de la catolicidad. Frente a tales expresiones alejadas de la comunión católica no suelo intervenir con publicaciones en este blog, cuyos lectores son católicos. Pero cuando el error se disfraza de fidelidad "católica", y la desobediencia se reviste de celo "doctrinal", conviene al menos señalar el equívoco, para que los lectores no confundan la sombra con la sustancia.
----------Me refiero al texto publicado en su blog por el prof. Rubén Peretó Rivas (bajo alias “Eck”), titulado "La sinodalidad como última máscara del centralismo papal pseudorromano". El autor se presenta como defensor de la Tradición, pero lo hace desde una lógica que niega el Magisterio vivo, desfigura la eclesiología católica y erosiona la comunión con el Sucesor de Pedro. 
----------El artículo sostiene que “la sinodalidad es la última máscara del centralismo papal pseudorromano”; que bajo la apariencia de participación, el Papa concentra el poder en Roma “como nunca antes en la historia”. Tales afirmaciones revelan una lógica desacreditadora, no comprensiva, y justifican esta intervención de advertencia. Términos como “máscara”, “control ideológico” y “manipulación” indican una mirada ideologizada, no teológica.
----------Es comprensible que algunos sectores en el seno de la Iglesia -particularmente aquellos marcados por una sensibilidad tradicionalista que ha derivado en posturas pasadistas filolefebvrianas- experimenten desconcierto ante el lenguaje y las formas que el Magisterio actual emplea para hablar de sinodalidad. Pero ese desconcierto debe ser iluminado por la fe en la acción del Espíritu Santo y por una formación catequética profunda. La caridad exige distinguir entre el error y la persona, y reconocer que detrás de ciertas críticas hay, a veces, una búsqueda sincera de verdad, aunque mal orientada.
----------Una primera falsedad del artículo es presentar al Papa como impostor romano. Acusar a Francisco de haber instaurado un modelo “pseudorromano” no es una simple imprudencia: es una aberración teológica. Cuestionar la legitimidad del Magisterio pontificio es romper la comunión eclesial, y eso -le guste o no al autor- es cisma. Cito algunas expresiones del artículo sub examine: 
----------"La sinodalidad es la última máscara del centralismo papal pseudorromano. Es el modo en que el Papa Francisco ha logrado imponer un modelo de gobierno que, bajo la apariencia de participación, concentra el poder en Roma como nunca antes en la historia. [...] El Papa actual ha sustituido la figura del pontífice romano por la del gerente sinodal, que decide todo en nombre de una consulta que nunca es vinculante".
----------Estas frases revelan una acusación directa contra la legitimidad del ministerio petrino, al sugerir que el Sucesor de Pedro ha abandonado su identidad romana y ha adoptado una forma de gobierno manipuladora. La expresión “máscara” implica engaño deliberado, y el término “pseudorromano” niega la autenticidad del vínculo entre el Papa y la sede romana. En cambio, el Magisterio es claro:
----------“El colegio episcopal, en cuanto unido con el Romano Pontífice, su cabeza, y nunca sin él, tiene autoridad suprema y plena sobre la Iglesia universal” (Lumen gentium, n.22).
----------“La sinodalidad es un estilo, una actitud que nos ayuda a ser Iglesia, promoviendo auténticas experiencias de participación y comunión” (León XIV, Discurso ante el Consejo Ordinario del Sínodo, 26/06/2025).
----------Por lo tanto, lo que el artículo llama “pseudorromanismo” no sólo carece de base: es una negación de la legitimidad del Primado como garante de comunión.
----------Una segunda falsedad es calificar la sinodalidad como técnica de control. El artículo que analizamos expresa: "La sinodalidad es una técnica de control ideológico. Se presenta como apertura, pero en realidad es una forma de imponer una agenda progresista desde Roma. [...] Los sínodos actuales no son verdaderas deliberaciones eclesiales, sino simulacros de consulta donde todo está decidido de antemano".
----------Estas afirmaciones revelan una visión profundamente desconfiada del proceso sinodal, que lo reduce a una herramienta de manipulación. El uso de términos como “simulacro” y “agenda progresista” sugiere una lectura ideologizada que ignora la dimensión espiritual y teológica del proceso.
----------Frente a la acusación de ser la sinodalidad una estrategia de manipulación, el Magisterio enseña claramente que la sinodalidad es expresión del sensus fidei, del caminar juntos como Pueblo de Dios, bajo la guía del Espíritu y en comunión con los pastores.
----------“La sinodalidad es dimensión constitutiva de la Iglesia. Lo que el Señor nos pide, en cierto sentido, ya está todo contenido en la palabra ‘Sínodo’” (Francisco, Discurso del 17/10/2015).
----------“La sinodalidad indica el específico modo de vivir y obrar de la Iglesia como comunión […] en el participar activamente de todos sus miembros en su misión evangelizadora” (Comisión Teológica Internacional, La sinodalidad en la vida y en la misión de la Iglesia, n.6).
----------“La sinodalidad no es estrategia de gobierno, sino forma de obediencia al Espíritu” (León XIV, Homilía de la Misa de Pentecostés, 8 de junio de 2025).
----------Reducirla a caricatura ideológica revela ignorancia -culpable- de la doctrina conciliar y postconciliar. La sinodalidad, bien entendida, no es una técnica ni una estrategia: es una forma de obediencia comunitaria, donde el discernimiento se hace en comunión, no en competencia.
----------Una tercera falsedad del artículo en cuestión consiste en sentenciar la ruptura como dogma. Desde su primera línea se impone -sin discusión ni matices- la tesis de que el Concilio Vaticano II introdujo una ruptura doctrinal. Todo lo que sigue en el artículo -crítica al Papa, rechazo de la sinodalidad, desconfianza hacia el Magisterio- se funda en esta premisa ideologizada, ajena al pensamiento católico.
----------El artículo sub examine expresa: "La sinodalidad es hija directa del Concilio Vaticano II, que introdujo una eclesiología rupturista, ajena a la Tradición. Desde entonces, la Iglesia ha abandonado su estructura jerárquica para adoptar un modelo horizontal, más cercano a la democracia que a la Revelación. [...] La ruptura conciliar es evidente: basta comparar los documentos del Vaticano II con los de Trento o el Vaticano I para notar el cambio de paradigma". Estas afirmaciones no sólo presentan el Concilio Vaticano II como una ruptura doctrinal, sino que lo hacen con una lógica de condena, sin matices ni apertura al discernimiento. La acusación de “modelo horizontal” y “democrático” revela una lectura ideologizada que desconoce la continuidad viva del Magisterio.
----------Quien sostiene tales tesis no sólo yerra: roza el terreno de la herejía. Niega la acción del Espíritu en el discernimiento conciliar y sustituye la fe por sospecha. El Concilio no fue revolución, sino reforma fiel al Evangelio. Criticarlo desde la ruptura equivale a separarse de la comunión eclesial.
----------El Magisterio de la Iglesia, en cambio, ha enseñado y enseña, autorizado por nuestro Señor Jesucristo, que el Concilio debe ser leído en continuidad con la Tradición. Negar esa continuidad es negar la capacidad del Espíritu para guiar a la Iglesia, y eso -insisto- no es católico.
----------El Magisterio reciente ha reafirmado esta continuidad. El papa Benedicto XVI expresó con claridad: “La hermenéutica de la reforma, de la renovación en la continuidad del único sujeto-Iglesia, es la clave correcta para interpretar el Concilio Vaticano II” (Discurso a la Curia Romana, 22/12/2005). León XIV, en plena consonancia, ha afirmado que “la sinodalidad es un estilo, una actitud que nos ayuda a ser Iglesia, promoviendo auténticas experiencias de participación y comunión” (26 de junio de 2025), y que “expresa felizmente el modo en el cual el Espíritu modela la Iglesia” (Pentecostés, 7 de junio de 2025).
----------La sospecha de ruptura respecto del Concilio y de los Papas del postconcilio, que nutren estos sectores del pasadismo filolefebvriano, ha sido alimentada por interpretaciones apresuradas y experiencias pastorales mal conducidas. Son fieles que, especialmente formados en una teología preconciliar, han vivido con dolor los cambios litúrgicos y doctrinales. Esa herida, aunque real, debe ser sanada, no canonizada.
----------La nostalgia por formas pasadas, cuando se absolutiza, se convierte en criterio exclusivo de verdad. Es legítimo preguntarse cómo se articula la continuidad en medio de la renovación. Pero esa pregunta debe hacerse desde la fe, no desde la ideología. 
----------Aunque la crítica al Concilio puede nacer de una pasión por la pureza doctrinal, la belleza litúrgica o la claridad moral, si no se vive en comunión, se transforma en soberbia. La Tradición no es un museo: es una corriente viva, guiada por el Espíritu, en la comunión con el Sucesor de Pedro.
----------En conclusión, el texto del artículo que hemos analizado, no es una crítica teológica, sino un panfleto ideológico. Su lenguaje (tal como estamos habituados en los textos publicados por este bloguero mendocino) es agresivo, arrogante, vulgar, y despectivo de todo lo que huela a Concilio Vaticano II, y su lógica rupturista y eclesiología son incompatibles con la fe católica. Pues no basta con invocar a los Padres: hay que vivir la Tradición bajo el Magisterio, en la Iglesia real, no en la imaginada.
----------“La puesta en acción de una Iglesia sinodal es el presupuesto indispensable para un nuevo impulso misionero que involucre a todo el Pueblo de Dios” (CTI, Sinodalidad, n.9). León XIV, en su reciente discurso a los obispos latinoamericanos (2/07/2025), recordó que la comunión eclesial no es opcional: la fidelidad a la fe exige obediencia al Magisterio y pertenencia plena a la Tradición viva.
----------Que el Señor nos libre de los falsos profetas que, en nombre de la Tradición, siembran división.
   
Anexo: Textos del papa León XIV relativos a la sinodalidad eclesial

----------"Quisiera que renováramos juntos, hoy, nuestra plena adhesión a ese camino, a la vía que desde hace ya decenios la Iglesia universal está recorriendo tras las huellas del Concilio Vaticano II. El Papa Francisco ha recordado y actualizado magistralmente su contenido en la Exhortación apostólica Evangelii gaudium, de la que me gustaría destacar algunas notas fundamentales: el regreso al primado de Cristo en el anuncio (cf. n.11); la conversión misionera de toda la comunidad cristiana (cf. n.9); el crecimiento en la colegialidad y en sinodalidad (cf. n.33); la atención al sensus fidei (cf. nn.119-120), especialmente en sus formas más propias e inclusivas, como la piedad popular (cf.123); el cuidado amoroso de los débiles y descartados (cf.n.53); el diálogo valiente y confiado con el mundo contemporáneo en sus diferentes componentes y realidades (cf. n.84, Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 1-2). Se trata de los principios del Evangelio que animan e inspiran, desde siempre, la vida y la obra de la Familia de Dios" (Discurso al Colegio Cardenalicio, 10 de mayo de 2025).
----------"Ustedes son valiosos. Al mirarlos, pienso en la variedad de sus procedencias, en la historia gloriosa y en los duros sufrimientos que muchas de sus comunidades han padecido o padecen. Y quisiera reiterar lo que dijo el papa Francisco sobre las Iglesias orientales: Son Iglesias que deben ser amadas: custodian tradiciones espirituales y sapienciales únicas, y tienen tanto que decirnos sobre la vida cristiana, la sinodalidad y la liturgia" (Discurso a los participantes en el Jubileo de las Iglesias Orientales, 14 de mayo de 2025).
----------"Consciente de que sinodalidad y ecumenismo están estrechamente relacionados, deseo asegurar mi intención de proseguir el compromiso del papa Francisco en la promoción del carácter sinodal de la Iglesia Católica y en el desarrollo de formas nuevas y concretas para una sinodalidad cada vez más intensa en el ámbito ecuménico" (Discurso a las delegaciones ecuménicas e interreligiosas convenidas para el inicio del ministerio petrino, 19 de mayo de 2025).
----------"La tarde de mi elección, mirando con conmoción al pueblo de Dios aquí reunido, recordé la palabra 'sinodalidad', que expresa felizmente el modo en el cual el Espíritu modela la Iglesia. En esta palabra resuena el syn —que quiere decir con— que constituye el secreto de la vida de Dios. Dios no es soledad. Dios es 'con' en sí mismo —Padre, Hijo y Espíritu Santo— y es Dios con nosotros. Al mismo tiempo, sinodalidad nos recuerda el camino —odós— porque donde está el Espíritu hay movimiento, hay camino. Somos un pueblo en camino. Esta conciencia no nos aleja, sino que nos sumerge en la humanidad, como levadura en la masa, que la fermenta toda. El año de gracia del Señor, del que es expresión el Jubileo, tiene en sí este fermento. En un mundo quebrantado y sin paz el Espíritu Santo nos educa a caminar juntos. La tierra descansará, la justicia se afirmará, los pobres se alegrarán y la paz volverá si dejamos de movernos como predadores y comenzamos a hacerlo como peregrinos. Ya no cada uno por su cuenta, sino armonizando nuestros pasos con los pasos de los demás. No consumiendo el mundo con voracidad, sino cultivándolo y custodiándolo, como nos enseña la Encíclica Laudato si’. Queridos hermanos y hermanas, Dios ha creado el mundo para que nosotros estuviésemos juntos. 'Sinodalidad' es el nombre eclesial de esta conciencia. Es el camino que pide a cada uno reconocer la propia deuda y el propio tesoro, sintiéndose parte de una totalidad, fuera de la cual todo se marchita, incluso el más original de los carismas. Miren: toda la creación existe sólo en la modalidad del existir juntos, a veces peligroso, pero aun así juntos siempre (Laudato si’ n.16; n.117). Y esto que nosotros llamamos 'historia' toma forma sólo en la modalidad de reunirse, de una convivencia, frecuentemente en medio de disensos, pero aun así una convivencia. Lo contrario es mortal y desgraciadamente está ante nuestros ojos cada día..." (Discurso durante el Jubileo de los Movimientos, Vigilia de Pentecostés, 7 de junio de 2025).
----------"El segundo tema de este Simposio es la sinodalidad. El Concilio de Nicea inauguró un camino sinodal que la Iglesia debe seguir para tratar las cuestiones teológicas y canónicas, a nivel universal. La contribución de los delegados fraternos de las Iglesias y comunidades eclesiales de oriente y de occidente en el reciente Sínodo sobre la Sinodalidad que se tuvo aquí en el Vaticano, fue un valioso estímulo para una más amplia reflexión sobre la naturaleza y la práctica de la sinodalidad. El documento final del Sínodo notaba que 'el diálogo ecuménico es fundamental para desarrollar una comprensión de la sinodalidad y de la unidad de la Iglesia. Nos empuja a imaginar prácticas sinodales auténticamente ecuménicas, incluso hasta formas de consulta y discernimiento sobre cuestiones urgentes de interés común' (Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión, n.138). Tengo la esperanza de que la preparación y la conmemoración conjunta del 1700º aniversario del Concilio de Nicea será una ocasión providencial 'para profundizar y confesar juntos la fe cristológica y poner en práctica formas de sinodalidad entre los cristianos de todas las tradiciones' (cf. Íbid., n.139)" (Discurso a los participantes en el Simposio Ecuménico dedicado al 1700º aniversario del Concilio de Nicea, 7 de junio de 2025).
----------"La prudencia pastoral es la sabiduría práctica que guía al Obispo en sus decisiones, en el gobierno, en las relaciones con los fieles y con sus asociaciones. Una clara señal de prudencia es el ejercicio del diálogo como estilo y método en las relaciones, y también en la presidencia de los organismos de participación, es decir, en la gestión de la sinodalidad en la Iglesia particular. En este aspecto, el papa Francisco nos ha hecho dar un gran paso adelante, insistiendo, con sabiduría pedagógica, en la sinodalidad como dimensión de la vida de la Iglesia. La prudencia pastoral permite al Obispo guiar a la comunidad diocesana valorizando sus tradiciones y promoviendo nuevos caminos y nuevas iniciativas" (Meditación del Santo Padre con motivo del Jubileo de los Obispos, 25 de junio de 2025).
   
Fr Filemón de la Trinidad
Mendoza, 21 de julio de 2025

13 comentarios:

  1. Cuando uno grita mucho, la verdad se ahoga…
    Vi el artículo. Y vi también el polvo que se levanta cuando se barre lo que no se entiende... Los que hablan como si supieran, suelen olvidar que la Iglesia no es una consigna.... Ni una franquicia… ni un escudo. El que se mete a defenderla a los codazos, suele dejarla magullada....Hay palabras que hieren más que los errores que critican.... Y hay silencios que enseñan más que cien arengas.
    No hay que hacer espectáculo del celo…
    Ni del dolor ajeno.

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  2. Por fin alguien escribe como si el teclado no fuera un púlpito sino un altar doméstico…
    Filemón, usted no grita. Usted hilvana.
    Y eso ya lo pone en peligro entre quienes confunden volumen con virtud.
    Leí el artículo, claro.
    Y sentí esa mezcla de acidez y desmemoria que se cocina cuando el celo llega sin sal y sin contexto.
    Ahora resulta que la tradición se defiende como quien cierra filas en una pelea de bar…
    Y que la doctrina se invoca con la elegancia de un meme mal catequizado.
    Ah, los cruzados digitales…
    Van con estandarte, pero sin dirección.
    Y creen que el Espíritu Santo tiene cuenta en todas las redes, menos en la del corazón.
    Yo, mientras tanto, sigo leyendo a los que preguntan más de lo que pontifican…
    Y escriben como quien reza con la tinta, no con el ego.

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    1. El silogismo es simple: el Papa en su magisterio, incluso el ordinario, es infalible. Por lo tanto, lo que contradice el magisterio del Papa es erróneo.
      Pedro Luis

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    2. Eso ni siquiera es un herejía. Es una burrada.

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    3. Coincido, Anónimo, lo que publicó Peretó Rivas no alcanza a herejia..., es una burrada... El hereje debe al menos saber hacer funcionar su mente... Pobre Peretó, recemos por él...

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  3. Peretó Rivas es irredimible (si me permiten la herejía).... No debemos perder las esperanzas, pero está demasiado embarrado en el lefebvrismo... y no le importa vivir enel cisma como si fuera lo más normal... Recita herejías como nosotros los católicos recitamos el Credo en la Misa...

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    1. El artículo de Peretó Rivas es un cachetazo de lucidez en medio de tanto humo clerical: el tipo no sólo piensa, sino que se anima a decir lo que muchos callan. Criticarlo por romper esquemas es no entender que el Evangelio también incomoda; Peretó Rivas no desvaría, despabila.

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    2. JP: Peretó Rivas escribe como si gritar bastara… pero a veces, la palabra que sacude no sana.... Peretó se queda sólo en su grito..., da la impresión que se ahoga en su grito... Su grito no convoca, aísla y divide... Pero lefebvriano como es, es precisamente lo que él parece querer... dividir...
      Hay gestos que buscan despertar… y otros que apenas inquietan para no quedarse callados.

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    3. Hola Rosa Luisa. Hace bien usted en mencionar al autor del blog. Está en todo, y esta en todos sus alias, y es como usted dice. Para quienes lo conocemos, ya aburre, repite siempre lo mismo, y da la impresión que gira sobre si mismo, como calesita. Eso sí, no es irredimible, mientras tenga uso de razón y pueda hacer un acto libre de conversion. Pero... parece tan difícil... Siempre es posible que se convierta al catolicismo, pero, como su única aspiración parece ser que sea mencionado por el Papa, entonces da la impresión que si no existe un gran milagro de Dios, morirá lefebvriano... Oremos por él.

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  4. Serafín Savelloni22 de julio de 2025, 10:55

    Estimado padre Filemón,
    he leído con interés la entrada del blog, que como es habitual en usted, no se limita a narrar una inquietud sino a hacerla resonar teológicamente. Y quisiera aquí afinar una cuestión que se cuela entre líneas: el carácter magisterial —o no— de los desarrollos sobre la sinodalidad.
    Vale recordar que no toda enseñanza que proviene de un ámbito eclesial tiene automáticamente estatuto magisterial. La sinodalidad, como principio teológico en construcción, atraviesa una fase de elaboración donde conviven intuiciones pastorales, clarificaciones doctrinales y fórmulas aún tentativas.
    ¿Hay magisterio en ello? Sí, pero en grados diversos. En lo que emana del Papa, cuando enseña con intención doctrinal, hay autoridad magisterial… aunque no siempre en grado definitivo. En cambio, muchas expresiones del proceso sinodal son testimonios eclesiales, valiosos y reveladores, pero que no pretenden enseñar con autoridad vinculante.
    La clave está en no confundir resonancia espiritual con formulación normativa. Y tampoco en convertir toda intervención en trinchera.
    Usted, padre Filemón, acierta al sugerir que lo sinodal corre el riesgo de ser apropiado como arma arrojadiza por algunos… y como eslogan por otros.
    Mi sugerencia: leer estos procesos como parte de un camino de discernimiento, no como catálogo de preceptos.
    Y cuando haya enseñanza auténtica, recibirla sin dramatismo ni trivialidad.
    Como diría Newman, la verdad crece en el tiempo… pero no siempre bajo aplausos.

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  5. Yo no soy teóloga, pero algo he aprendido del sentido del tiempo litúrgico… y del tiempo histórico. He leído el artículo del bloguero, y he escuchado —hace ya años— al Dr. Peretó Rivas en una mesa redonda. Su modo de argumentar tiene la agilidad de quien domina las fuentes, pero también cierta prisa por cerrar conclusiones que, al menos desde la historia, merecen más lentitud y menos certidumbre.
    Quizás el problema no sea lo que dice, sino cómo lo instala… como si en cada frase no se jugara sólo una tesis, sino un gesto.
    La historia —al menos la medieval— suele enseñarnos que el conflicto, cuando se estudia de cerca, se vuelve más complejo que cualquier manifiesto.

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    1. Entonces no hable mas, Nencia

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    2. Sí, Anónimo, es lo mismo que sentí en aquella mesa redonde, hace tanto tiempo: Peretó parecía querer decirme eso mismo, desde una visceral misoginia que he podido comprobar leyendo los posts de su blog. Pero aquella vez no me lo pudo decir a la cara. Y ahora lo dice usted desde el anonimato... Bueno, se sacó las ganas... Si eso le deja felíz...

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