De modo similar a los profetas bíblicos, Edith Stein, por un momento atraída por las astucias de la antigua Serpiente, dándose cuenta del engaño, e iluminada por Cristo, derriba los ídolos paganos y nos ilumina con la luz de Cristo. Refutada la sabiduría del mundo, Edith nos dice con san Pablo, con su vida y con sus escritos, que no sabe nada más que Jesucristo, y Este crucificado (cf 1 Cor 2,2).
La diferencia entre el ente y el ser
----------Husserl al principio del desarrollo de su filosofía parecía querer rechazar el idealismo para volver a proponer el realismo, y en parte lo hizo con la recuperación de la intencionalidad y de la distinción entre sujeto y objeto. Él rehabilitó contra el idealismo el constatar, el intuir y el ver. Así lanzó su llamamiento con las famosas palabras: "¡volvamos a las cosas mismas!".
----------Sin embargo no usó el término Ding, que quiere decir res, la cosa en sí, el ente extramental, ya rechazado por los idealistas y aceptado por los realistas, sino que usó el término Sache, que tiene un menor alcance ontológico y se refiere más bien al pensamiento porque propiamente significa "hecho", "asunto", "causa jurídica".
----------Además no le interesaba el existir, sino la esencia, cosa que le acercaba al idealismo. En cuanto a la cuestión de lo real, no se preocupaba de afirmar tranquilamente que el ser fenomenológico no es real. Pero también tendía a afirmar que el ser fenomenológico no es ideal, como el ser de los idealistas.
----------Husserl llamó "fenomenología" a su filosofía, deduciendo el término de Kant, es decir fenómeno como manifestación a mí en la experiencia sensible de la cosa en sí, cuya esencia me queda desconocida en sí, pero fenómeno en el sentido de ser que se me aparece y se me revela, ser o esencia (Wesen) que yo intuyo en mi conciencia, como correlato de mi conciencia.
----------Sin embargo Husserl, no obstante este signo de realismo por el cual admitía la intuición del ser (Wesenschau), seguía al fin de cuentas siendo idealista, porque a pesar de su insistente afirmación de la objetividad y de la visión de las esencias, el ser intuido o visto era siempre un ser intramental y no un ser extramental, como el ser del verdadero realismo.
----------A favor del realismo Husserl decía que el objeto no es puesto por el sujeto, como sostenían los idealistas, sino que es "dado" al sujeto. Pero como esto "dado" no es externo sino interno al sujeto, he aquí que él permanecía siempre en el horizonte del idealismo.
----------Edith no se dio cuenta en un primer momento de la trampa que se escondía en el falso realismo de Husserl, entre otras cosas porque éste en sus inicios parecía rechazar el idealismo. Por esto sustituía la tesis idealista de la conciencia que "pone" (setzen) el objeto con la teoría de la conciencia que "da sentido" o "constituye" el objeto.
----------Pero con estos vocablos diferentes Husserl no evitaba de todos modos el idealismo para el cual el objeto no tiene un sentido o una constitución por cuenta propia antes e independientemente del acto cognoscitivo, sino que son puestos y decididos por el sujeto. El objeto de por sí es una pura forma vacía apriori, como en Kant, forma que se llena de sentido y significado por el sujeto. La tesis de la realidad externa no es negada, sino puesta entre paréntesis, en cuanto que solo interesa la actitud natural, pero no la filosofía.
----------La propuesta de Husserl de suspender o dejar de lado la actitud natural para asumir la actitud fenomenológica nos deja, por lo menos, perplejos y nos impulsa a preguntarnos: ¿pero entonces el método fenomenológico no es natural? Y si no es natural, ¿qué es? ¿Antinatural? ¿Contra natura? No se puede escapar a esta pregunta y Husserl, avergonzado, no responde ni aclara. Parece asumir una cierta actitud de doblez. No se atreve a decir que el método realista es falso y el único verdadero es el fenomenológico. Pero si el método natural vale, entonces ¿por qué lo suspende? ¿Sólo porque es "ingenuo" o porque admite un real externo?
----------El método fenomenológico ¿es simplemente más prudente y circunspecto o es el verdadero porque niega lo real externo, en cuanto lo real externo, afirmado por la actitud natural, no existe? Aquí Husserl se muestra ambiguo. De hecho, él niega explícitamente, en la misma huella de los idealistas, un real externo a la conciencia.
----------Entonces, ¿por qué no deducir que para él el realismo no es solo ingenuo, sino más bien falso, porque admite una realidad extramental? Pero como no se siente capaz de decirlo abiertamente, entonces habla de "ingenuidad" y de "suspensión del juicio" (epokhé).
----------Esta situación ambigua no podía prolongarse para siempre. En un momento dado, Husserl descubrió sus cartas, llegando a hacer abiertamente las alabanzas de Descartes y de Kant, sin llegar a aceptar a Hegel. En este punto varios discípulos, sobre todo los católicos, escandalizados lo dejaron, y Edith abrió los ojos, aunque en su gran caridad y amplitud de visión supo y quiso conservar el aspecto válido de la fenomenología, que se puede considerar como una introducción a la metafísica en cuanto pasaje del ser que aparece al ser realmente existente fuera del pensamiento y regla del pensamiento.
----------Edith Stein continuó practicando la fenomenología como toma de conciencia, análisis y descripción sistemática de los datos inmediatos y mediatos de conciencia, así como de las construcciones y ordenamientos sistemáticos, sintácticos, lógicos, imaginarios, intencionales, proyectuales, mnemónicos, experienciales, del espíritu, los llamados "vividos" (Erlebnisse), es decir el vasto y diversificado mundo de las actividades del yo, propias del intelecto y de la voluntad, las ciencias y las virtudes, la sensibilidad y las emociones, el mundo interior, que sigue siendo siempre el mundo del yo humano, que por ningún motivo -observo yo- puede convertirse en ese "yo puro" que soñaba Husserl, el yo con la pretensión de sustituirse al Yo divino.
Por qué Edith Stein dejó a Husserl por Santo Tomás
----------La necesidad de interioridad, de verdad, de certeza y de absoluto, y de ver claro en su propio yo, que Edith Stein sentía, la llevó a seguir las lecciones de Husserl en Gotinga hasta licenciarse en filosofía con él, en la esperanza de obtener de Husserl una respuesta.
----------En un primer momento, durante algunos años ella permaneció entusiasmada, creyendo haber encontrado la verdad. Sin embargo, Edith, que ya en lo íntimo quizás inconscientemente estaba en contacto con Dios, "per ea quae facta sunt" (Rm 1,20), se dio cuenta de que la propuesta de Husserl de concebir la conciencia como autosuficiente y como un absoluto, cerrada al ser extramental, no la conducía al encuentro con aquel Dios, que obscuramente ella percibía, presente en su conciencia, el verdadero Dios trascendente extraconsciencial, creador del mundo exterior y de nuestro propio yo.
----------Enseñando junto a las Hermanas Dominicas de Spira, ellas le presentaron la doctrina de santo Tomás y entonces Edith se dio cuenta que esa actitud natural que Husserl consideraba ingenua, era en realidad la correcta y sabia por la posibilidad que daba de descubrir a Dios creador del mundo, mientras que su concepto husserliano de la conciencia divinizaba el yo sustituyéndolo a Dios. Tomás hizo comprender a Edith que la verdadera "reducción fenomenológica" no es dejar todo por el propio yo, sino dejarlo todo por Cristo.
----------Así, en efecto, sintetiza la propia Edith Stein en sus escritos el desenlace feliz y liberador del difícil camino que la había llevado a darse finalmente cuenta del engaño de la fenomenología husserliana, cuyos lados positivos, por otra parte, siempre conservó con gratitud a su maestro en filosofía:
----------"La cuestión que la reflexión trascendental se propone es la siguiente: para una conciencia que no puedo escrutar sino desde lo interno, ¿cómo se construye el mundo: mundo interior y mundo exterior, mundo de la naturaleza y mundo de la mente, mundo de los bienes materiales y también el mundo ordenado por el sentido religioso, el mundo de Dios?". [...] "El camino de la fenomenología trascendental ha llegado a poner como punto de partida y centro de la investigación filosófica al sujeto humano.
----------Todas las cosas se refieren al sujeto. El mundo, que se construye en los actos del sujeto, sigue siendo siempre un mundo para el sujeto. Imposible por esta vía (y era la objeción que constantemente el círculo de sus alumnos hacía al fundador de la fenomenología) conseguir dejar la esfera de la inmanencia para reencontrar aquella objetividad, de la cual había partido sin embargo y que tendía a garantizar: imposible rencontrar una verdad exenta de cualquier relatividad subjetiva.
----------El intelecto que busca la verdad nunca estará satisfecho con la transposición que resulta de la búsqueda trascendental y que consiste en identificar la existencia con un proceso de auto-manifestación de la conciencia. Y esta transposición, en primer lugar, porque relativiza a Dios mismo, está en contradicción con la fe. Venimos aquí a tocar la oposición más neta que separa la fenomenología de la filosofía católica: por un lado, la orientación es teocéntrica, por otro, egocéntrica" (citado por Elizabeth de Miribel, Edith Stein. De la Universidad al campo de Auschwitz, Ediciones Paoline, Milán 1987).
Desde Husserl a Heidegger
----------Pero a la oposición de Husserl debía hacer seguir la de Heidegger, el cual agravaba el egocentrismo de Husserl con una concepción del ser inspirada en Parménides y en Heráclito. De esa concepción del ser que añade al ser de conciencia la existencia y la historicidad, surgía el humanismo de Heidegger, según el cual el hombre mismo coincide con la existencia.
----------Heidegger mantiene la concepción husserliana del ser como fenómeno, como aparición; el Ser es la "presencia del presente", el "no oculto", aunque sea también "nada". Pero para Heidegger el ser ya no es la esencia, el eidos, el cogitatum, sino "destino" (Geschick), "proyecto" (Entwurf), evento (Ereignis), es por esencia histórico y temporal.
----------Poner, como hace santo Tomás, la verdad en el acto del juicio, Heidegger lo considera subjetivismo y prefiere definir la verdad como revelación del ser. Heidegger tiene razón en fundar la verdad sobre el ser, pero una cosa es el fundamento ontológico de la verdad y otra cosa es la esencia de la verdad.
----------El ser cierto aparece como verdadero al intelecto, pero la esencia de la verdad está en el adecuarse del intelecto al ente. El subjetivismo está dado por el plegar el objeto al sujeto; la objetividad se da cuando es el sujeto que es relativo al objeto. Ahora bien, es precisamente en la tomista adaequatio intellectus et rei donde se verifica la primera cosa, mientras que en la concepción heideggeriana de la verdad como apariencia del ser al sujeto se produce la segunda cosa.
----------Heidegger no se da cuenta de que con su teoría el verdadero subjetivista es él. De hecho, santo Tomás de Aquino hace notar que mientras el ente como verdadero (por lo tanto la verdad) supone la relación del intelecto con el ente, el ente como ente no supone en absoluto al hombre que piensa el ente. El ser podría perfectamente existir incluso si no existiera el hombre.
----------El hombre mismo en Heidegger deviene el Ser-allí (Dasein) del ser. El ser es el ser humano y el ser humano es el ser. La antropología coincide con la metafísica. Pero, como ya en Hegel, el ser es historia.
----------Ya en Husserl el ser soy yo, pero en Heidegger, este yo se ensancha, se socializa, deviene la comunidad, deviene pueblo, y aparece incluso, detrás de la sugestión de Hölderlin, de Fichte y de Nietzsche, y quizás de Lutero, que el hombre por excelencia es el alemán. "Quien hace filosofía -sentenció Heidegger- habla alemán".
----------La llamada "diferencia ontológica" entre ente y ser, sobre la cual tanto insistía Heidegger, cosa que podía antes aparecer como una intuición del ipsum esse divino que trasciende y crea el ente, fue explicada por Heidegger en términos totalmente decepcionantes, cuando aclaró que él por "ser" entendía el finito confinante con la nada y dijo que el ser no puede subsistir solo, pero tampoco puede prescindir del ente. Así que Dios aquí no tiene nada que ver.
----------E incluso cuando Heidegger habla del "Dios divino" o de lo "sagrado como horizonte de lo divino" o afirma que "solo un Dios nos puede salvar", mientras excluye de Dios el ser, la personalidad y la causalidad, nos preguntamos de qué Dios habla. Porque no basta con usar la palabra "Dios" para significar correctamente el verdadero Dios. También los nazis tenían el lema "Dios con nosotros", pero hay que dudar de la corrección de su concepto de Dios.
----------Hay que añadir, para entender la crítica de Stein a Heidegger, que en la ontología heideggeriana el humanismo husserliano, todavía expresión empírica del yo puro y de la conciencia absoluta, que son los resultados sublimes de la reducción fenomenológica, asume carne y sangre, poder y reino, eficacia e historicidad, como "ahí" del Ser, y deviene pre-comprensión, estado emotivo, concreción, existencia, revelación, autenticidad, apertura, decisión, proyecto, angustia, desecho, destino, cuidado, culpa, ser-para-la-muerte, historicidad, libertad, alegría. Dice Heidegger:
----------"La auto-proyectación anticipatoria en la posibilidad insuperable de la existencia (la muerte) garantiza sólo la totalidad y autenticidad de la decisión" (Heidegger, Ser y tiempo, p.459). "El Ser arrojado está ciertamente abandonado a sí mismo y a su poder-ser; sin embargo, en cuanto ser-en-el-mundo, el Ser arrojado está asignado a un 'mundo' y existe efectivamente con los otros" (ibid.). "La decisión mediante la cual el Dasein retorna sobre sí mismo abre las singulares posibilidades efectivas de un existir auténtico a partir del legado que él, en cuanto arrojado, asume. El retorno decidido al ser arrojado trae consigo una transmisión de herencia" (ibid., p.460). "Sólo el ser libre para la muerte ofrece decisivamente al Dasein su propio fin e instala la existencia en su finitud" (ibid.).
----------"Si el Dasein, anticipando la muerte, la erige en su amo, entonces, libre por ella, se comprende a sí mismo en la ultra-potencia de su libertad finita" (ibid.). "Pero dado que el Ser-ahí, cargado de destino por el hecho de ser-en-el-mundo, existe siempre y por esencia como ser-con-los-otros, su historizarse es un co-historizarse que se constituye como destino-común. Con este término entendemos el historizarse de la comunidad del pueblo" (ibid., p.461).
----------"Sólo en la comunicación y en la lucha se hace libre la fuerza del destino común. El destino que el Dasein tiene en común con su 'generación' y en su 'generación' expresa el historizarse pleno y auténtico del Dasein. El destino como ultra-potencia impotente y valiente del tácito y angustiado auto-proyectarse del propio ser-en-culpa requiere como condición ontológica la temporalidad" (ibid.).
----------Vemos aquí como el Ser (Dasein) de Heidegger, que para él es el hombre, es el eterno temporalizado, el ser nulificado, lo espiritual materializado, lo infinito finitizado, la esclavitud y la guerra generadoras de libertad, la vida en la muerte, la impotencia omnipotente, la culpa principio de inocencia, el ser arrojado como principio de comunidad, la confusión de lo relativo con lo absoluto, del hombre con Dios.
----------Por esto Edith en los años 30, ya monja carmelita, Sor Teresa Benedicta de la Cruz, bien consciente del gravísimo peligro que amenazaba a Europa, a la Iglesia y al mundo, presagiaba el desenlace del nazismo, dispuesta a ofrecer su vida por su pueblo, que en pocos años habría de ser víctima de las consecuencias prácticas de la ontología de Heidegger, escribió dos valiosas obras de metafísica, obras muy exigentes y desafiantes, dedicándose a distinciones sutiles e importantísimas, allí donde Heidegger confundía, Acto y potencia. Estudios para una filosofía del ser y Ser finito y ser eterno. Por una elevación al sentido del ser (Ediciones Encuentro, Madrid 2023).
----------Edith Stein con sus obras Acto y Potencia, Ser finito y ser eterno, nos da preciosas distinciones metafísicas en el horizonte de la analogía del ser, disipando la nefasta confusión que conduce al egocentrismo, al ateísmo, al panteísmo, al materialismo, al nihilismo, a la idolatría y a la impiedad.
----------De modo similar a los profetas bíblicos, Edith, por un momento atraída por las astucias de la antigua Serpiente, dándose cuenta del engaño, e iluminada por Cristo, derriba los ídolos paganos y nos ilumina con la luz de Cristo. Refutada la sabiduría del mundo, Edith nos dice con san Pablo, con su vida y con sus escritos, que no sabe nada más que Jesucristo, y Este crucificado (cf 1 Cor 2,2).
Estimado Padre Filemón, como también resulta de este artículo suyo, el término alemán "Dasein", generalmente traducido con "ser ahí", pero según algunos sería más correcto, en la óptica heideggeriana, traducirlo "estar presente en", siguiendo el modelo del verbo latino adesse, fue importante para la filosofía existencialista.
ResponderEliminarSi para Karl Jaspers indica no solo el hombre, en su condición existencial, sino todas las cosas en cuanto simplemente presentes en el mundo, con Heidegger el "Dasein" es el modo de ser propio del hombre y, respecto a los otros entes, tiene la característica de no ser algo dado de manera estable, sino de estar siempre en tensión, en devenir... en relacionarse con el propio ser, es decir, para usar las palabras del filósofo alemán: "en su ser, de este ser mismo se deriva".
Como traducción literal del término, siempre he encontrado "estar aquí", o incluso "estar aquí y ahora". He notado que usted, padre Filemón, lo traduce como "estar allí"; ¿hay un motivo particular para ello?.
Estimado Sergio,
Eliminaryo me había detenido en el significado de Dasein que había propuesto, pero no conocía lo que usted propone, que me parece bastante interesante y viene a complementar la interpretación que yo daba.
De hecho, este "adesse" me da la impresión de poder relacionarlo con la categoría de la relación y en particular con el concepto de Husserl para el cual el ser es el ser-por-la-conciencia, que sería el ser fenoménico, del que habla Husserl.
Entonces significa que nos quedamos en el ámbito del idealismo, que tiende a confundir el ser con la apariencia.