Ha sido la Iglesia misma, ha sido el Pueblo de Dios -he aquí la sinodalidad de la Iglesia- desde los inicios, el que ha visto en el Papa a su padre, guía y maestro, defensor de sus derechos, consolador en los sufrimientos, suprema instancia judicial para resolver las controversias, definidor de las verdades de fe, garante de la unidad, promotor de la evangelización, corrector de los errores, custodio del depósito revelado, infalible intérprete de la Escritura y de la Tradición. El disenso frente al Papa y a veces el mismo reproche -como vemos en los Santos reformadores, como en una santa Catalina de Siena, un san Pedro Damián, un san Bernardo- pueden ser lícitos o incluso útiles, debidos y necesarios, solo por cuanto se refiere al gobierno de la Iglesia, a la conducta moral o pastoral del Papa, pero no al magisterio doctrinal y a las leyes canónicas. [En la imagen: fragmento de "Constantino sosteniendo un modelo de la basílica de Constantinopla, Hagia Sophia a la Santísima Virgen María", detalle del mosaico de la entrada suroeste a la Basílica de Santa Sofía, Estambul, Turquía].
Quae sunt Caesaris, Caesari;
quae sunt Dei, Deo (Mt 22,21)
Los orígenes del Concepto de Moscú Tercera Roma
----------Como sabemos por la historia, el monje ruso Filoféi de Pskov de finales del siglo XV y principios del siglo XVI, fue el creador de la doctrina, formulada en un mensaje enviado al gran duque de Moscovia Basilio III, de "Moscú tercera Roma" como centro de un imperio cristiano, es decir, de la sucesión rusa a Bizancio. Según esta doctrina, la Roma de los Papas, llamada por Filoféi "primera Roma", la cual, decaída a causa del fin del Imperio Romano de Occidente en el 454, había sido sustituida y superada por la "segunda Roma", Constantinopla.
----------Pero caída también ésta a causa del colapso del Imperio de Oriente en 1453 bajo el dominio otomano, he aquí surgir una Tercera Roma, la Iglesia de Moscú, para recoger la herencia de la Primera Roma y llevarla a su definitiva perfección, por lo que el Patriarcado de Moscú se presenta como luz y guía de todos los discípulos de Cristo en todo el mundo hasta el fin de los siglos.
----------La idea de Moscú como Tercera Roma tuvo buena fortuna desde la antigua Rusia zarista. Pocos años después de la conquista de Constantinopla por parte de Mahomet II (soberano del Imperio otomano), ocurrida el 29 de mayo de 1453, algunos nombraron a Moscú Tercera Roma o Nueva Roma. En efecto, uno de los históricos apelativos de Constantinopla es Segunda Roma.
----------La idea se desarrolló durante el reinado de Iván III de Rusia, llamado Iván el Grande, Gran Duque de Moscú, que se casó con Sofía Paleóloga. Sofía era sobrina de Constantino XI, el último emperador de Constantinopla, e Iván reclamó la herencia histórica, religiosa e imperial de la ciudad que se llamaba Segunda Roma desde su fundación por voluntad del emperador Constantino como Νέα Ρώμη (Nueva Roma). Y el hecho de que numerosos nobles, obispos, científicos, matemáticos, filósofos y otras personas de alto rango del Imperio Romano de Oriente emigraran precisamente a Rusia reforzó la imagen y la idea de Rusia como heredera del Imperio Romano de Oriente y, por consiguiente, del Imperio Romano. Iván IV, nieto de Iván III, proclamó durante su coronación como zar de Rusia: ¡Dos Romas han caído pero no Moscú! ¡Y no habrá una cuarta Roma!
----------Es asombroso cómo la idea de Filoféi ha tenido tanto éxito en la historia de la Iglesia Ortodoxa moscovita hasta nuestros días. En efecto, el carisma de Pedro obispo de Roma, Pastor universal de la Iglesia ha sido querido por Cristo mismo. Pero la idea de Filoféi no solo carece de todo fundamento bíblico, sino que contradice abiertamente la voluntad de Cristo que todos conocen desde hace 2000 años.
La diferencia entre la Segunda y la Tercera Roma
----------La diferencia entre la Primera Roma y las otras dos es la fecha de 1054. La Tercera Roma, desde el punto de vista de los contenidos dogmáticos, no añade nada a la Segunda Roma. La Tercera Roma, en cambio, surgió de la voluntad de la Iglesia rusa de prevalecer sobre la Iglesia ortodoxa de Constantinopla en la idea de que el pueblo y el Estado ruso -he aquí el nacionalismo ruso- haya sido llamado por Dios para iluminar y dominar el mundo con la luz del Evangelio de manera superior y definitiva respecto a las otras dos Romas. Y aún hoy el Patriarca Cirilo mantiene esta convicción.
----------Sin embargo, el atolladero en el cual él se ha metido el Patriarca Cirilo al cualificar incluso como "guerra santa" a la invasión rusa de Ucrania y a Putin nada menos que "hombre enviado por Dios", ha escandalizado y apartado de sí a muchos de sus súbditos en Ucrania, induciéndolos a pasar entre los fieles de la Iglesia ucraniana independiente de Moscú y ligada a Constantinopla.
----------A esta altura de los eventos que están a la vista de todos, Cirilo debería preguntarse seriamente de una buena vez por todas si la cualificación de Tercera Roma que Moscú se ha arrogado en el siglo XV tiene verdaderamente un fundamento divino y evangélico o si está revelándose una trágica trampa que ha sido creada subrepticiamente por el demonio al pueblo ruso, haciendo palanca en su ambición y en su orgullo nacionalista. La teoría de la Tercera Roma se está revelando no el baluarte sino la ruina del pueblo ruso, hoy reprochado y condenado por su guerra a Ucrania por el mismo mundo de la ortodoxia.
----------Es necesario, entonces, que de una buena vez y por todas la Iglesia ortodoxa oriental y el pueblo ruso en su conjunto se convenzan de que no es en absoluto con la feroz defensa de la Tercera Roma que ellos cumplen la voluntad de Dios, ni cumplen la misión que Dios les ha dado, ni ponen en práctica sus buenas aptitudes, ni corrigen sus defectos, ni afirman y defienden su propia identidad y sus peculiares tradiciones religiosas cristianas, morales, culturales y civiles, sino por el contrario es precisamente renunciando a ese loco mito que ha instilado en los Rusos solo éxitos efímeros y contraproducentes, ilusiones y manías de grandeza, y los ha empujado a la prepotencia y a la crueldad, así como ha causado desastres, derrotas y tragedias, de las cuales, ciertamente, no es la menos importante la actual guerra en Ucrania.
----------Nadie niega la grandeza y la originalidad del pueblo ruso y la riqueza de sus dotes. Nadie niega la sinceridad de sus tradiciones religiosas y tradiciones de santidad. Nadie niega la responsabilidad de Rusia como gran potencia en el conjunto de las grandes potencias de la humanidad para asegurar una coexistencia pacífica y justa internacional. La verdadera Santa Rusia no es en absoluto la Tercera Roma, sino la Rusia del primer milenio de la Santa Iglesia, una, santa, apostólica y católica.
----------Y está claro que si a comienzos del siglo XIX Rusia ha sabido detener el avance imperialista de Napoleón Bonaparte, no lo ha hecho ciertamente en nombre del mito de la Tercera Roma, sino que ha sido por la fuerza de las insistentes oraciones confiadas de los monjes, como lo canta con tonos apasionados y conmovedores y de modo tan bello el gran compositor ruso Chaikovski en la espléndida Sinfonía 1812.
----------De manera similar, durante la segunda guerra mundial, cuando la patria Rusia estaba en peligro, han sido las súplicas de los cristianos, a los cuales el ateo Stalin, en ese momento oscuramente consciente del poder de la religión, había pedido socorro, para dar a los soldados la fuerza para expulsar al enemigo, y no ciertamente la ideología atea de esa Rusia soviética, que cuatro años antes había estipulado un infame pacto malvado con Hitler, Unión Soviética que se derrumbaría sin gloria ni honor 50 años después. Y no ha sido tampoco la Tercera Roma la que entonces venció, sino la recuperación de las más auténticas raíces cristianas de Rusia, de los tiempos en que estaba en comunión con la única verdadera Roma, la de los Papas.
----------En efecto, los valores más buenos y bellos del pueblo ruso en su conjunto han destellado en la historia de la humanidad en la medida en que no han sido viciados y estropeados por la soberbia y por el vano deseo tártaro de dominar a los demás pueblos, sino por la voluntad evangélica de servir a la humanidad y a Dios en la justicia, en la observancia de sus mandamientos y en la comunión con la Iglesia católica.
----------En realidad el pueblo ruso tiene sus cualidades espirituales peculiares y una misión propia en favor de la Iglesia universal, una propia tradición milenaria de ortodoxia y de santidad, también prescindiendo del cisma constantinopolitano, las cuales, lejos de exigir un rol desproporcionado y sacrílego de Tercera Roma por encima de la Roma de Pedro, oportunamente y vitalmente colocadas en el seno de la Iglesia católica, pueden y deben dar una contribución esencial e insustituible al desarrollo general de la Iglesia y a la salvación del mundo.
El equívoco de Calcedonia
----------Para intentar hacer algo de luz en la absurda teoría del ruso Filoféi y explicar de alguna manera cómo esa teoría le pudo haber venido en mente a este monje, debemos retroceder muy atrás en el tiempo y observar que la doctrina de la Tercera Roma parece ser un efecto del cisma de Constantinopla de 1054, que a su vez fue la consecuencia nefasta de una tendencia que aparece incluso en el Concilio de Calcedonia del año 451, cuando una parte conspicua de sus Padres conciliares decretó el famoso canon XXVIII, que luego no fue reconocido por el papa León, canon donde con expresión equívoca se habla ya de una "Nueva Roma", vale decir, Constantinopla, distinta de una "Antigua Roma", la del Papa, la cual en el pasado había poseído al emperador, mientras que ahora el emperador se encuentra en Constantinopla.
----------Doble error: primero, ese de hablar de una "nueva Roma", Constantinopla, como si ésta fuera más avanzada y mejor que la antigua; y segundo error, hacer depender la presidencia de la Iglesia universal de la importancia de la ciudad en la cual reside la presidencia.
----------Como para decir: si la guía de la Iglesia antes correspondía al Obispo de Roma, ahora que el emperador ha pasado de Roma a Constantinopla, la guía de la Iglesia corresponde al Obispo de Constantinopla, olvidando el hecho de que Cristo no ha ligado en absoluto la sede de la guía de la Iglesia a una ciudad de particular importancia, sino que ha querido que esta guía, el Papa, fuera el Obispo de Roma, independientemente del hecho de que Roma pudiera llegar a ser territorialmente o políticamente menos importante que otras ciudades.
----------En el plan de Cristo, el Papa está siempre en Roma en cuanto Obispo de Roma. Dios habría podido perfectamente establecer que el Papa fuera Obispo de Ravenna o de Aquilea, o bien que fuera Obispo a veces de tal ciudad o a veces de tal otra. En cambio lo ha querido Obispo de Roma hasta el fin de los siglos. ¿Por qué? ¿Teniendo en cuenta la importancia de la ciudad de residencia? No, en absoluto. Aquí está el error de la Segunda y de la Tercera Roma. Ciertamente, Pedro residió en Roma en el máximo de su esplendor imperial. Pero eso no significa nada. Por lo tanto, si alguna ciudad se vuelve más importante que Roma, Pedro no tiene que mudarse allí. Buenos Aires está hoy más poblada que Roma. Sin embargo, Bergoglio, una vez elegido Papa, ha venido a Roma. ¿No era Papa también si hacía de Obispo de Buenos Aires?
----------¿Por qué el papa Francisco, cuando fue hecho Papa no se ha ido allí y sin embargo se ha quedado en Roma? Recordemos que cuando los Papas se trasladaron a Aviñón, permanecieron siempre Obispos de Roma, porque, para decirlo con Dante, "Cristo es romano" y no constantiniopolitano ni mucho menos moscovita.
----------Por otra parte, es falsísima la tesis común a los protestantes y a los ortodoxos según la cual la teoría del primado romano sería una invención de los Papas para dar un semblante de justificación a su deseo de dominar sobre toda la Iglesia e incluso sobre la misma sociedad civil. Si algún Papa, como Bonifacio VIII, ha podido ceder en alguna medida a esa tentación, Dios se la ha hecho pagar cara y ningún Papa desde entonces ha tenido jamás esa tentación, por muy autoritarios que fueran. Sino que se han limitado a sus competencias de maestros de la fe y jefes de la Iglesia. Lo que, si acaso, se puede reprochar a ciertos Papas es precisamente descuidar su deber de custodios de la fe y de pastores celantes y valientes.
----------En realidad ha sido la Iglesia misma, el Pueblo de Dios -he aquí la sinodalidad de la Iglesia- desde los inicios, el que ha visto en el Papa a su padre, guía y maestro, defensor de sus derechos, consolador en los sufrimientos, suprema instancia judicial para resolver las controversias, definidor de las verdades de fe, garante de la unidad, promotor de la evangelización, corrector de los errores, custodio del depósito revelado, infalible intérprete de la Escritura y de la Tradición.
----------El disenso frente al Papa y a veces el mismo reproche -como vemos en los Santos reformadores, como en una santa Catalina de Siena, un san Pedro Damián, un san Bernardo- pueden ser lícitos o incluso útiles, debidos y necesarios, solo por cuanto se refiere al gobierno de la Iglesia, a la conducta moral o pastoral del Papa, pero no al magisterio doctrinal y a las leyes canónicas.
El oficio de Pedro y el de César
----------Cuando Constantino se convirtió, se tomó muy en serio el deber de emperador cristiano, pero por un exceso de celo, terminó casi en la pretensión de ponerse en el lugar de un Obispo o del mismo Papa, no como sometido espiritualmente al Papa, sino como si el Papa fuera su representante. Era la misma mentalidad de los precedentes emperadores romanos. Ellos distinguían ciertamente el poder temporal respecto del poder sacerdotal, pero pretendían tener en sus manos al uno y al otro.
----------Santo Tomás de Aquino, por su parte, en pleno siglo XIII, cuando el Papado dominaba no solo de modo espiritual sino también político sobre toda la Europa católica, fiel a la distinción evangélica entre poder político y poder religioso, sostenía que el príncipe secular o jefe del Estado no es vicarius Christi, sino vicem gerens multitudinis y de tal manera anticipó siete siglos la doctrina de la democracia, que por lo demás retomaba la de Aristóteles, mientras evitaba ese defecto de la Iglesia ortodoxa de ser demasiado obediente al poder político dejándole en manos un poder sagrado, que no pertenece al emperador, sino al Obispo y al Papa.
----------Lo que ocurrió ha sido que cuando el emperador Constantino se convirtió al cristianismo, no logró entender, como correspondía, su autoridad en un sentido meramente temporal, sino que tomó inspiración de los precedentes emperadores romanos, quienes se consideraban a sí mismos no simplemente como soberanos temporales, sino como representantes de Dios, Mediadores entre Dios y el pueblo. No olvidemos que el título de summus pontifex deriva del pontifex optimus maximus del emperador romano.
----------Por eso en la antigua Roma existía ciertamente la figura del sacerdote, en su religión pagana. Pero debe aclararse que ese sacerdote no era en absoluto el representante de Dios en forma superior al papel desempeñado por el emperador, como en el cristianismo; sino que al contrario, el sacerdote era simplemente un representante del emperador en sus funciones de mediador de Dios.
¿Moscú se someterá en Roma?? ¿Putin debería obedecer a los Rothschild, que dirigen el Vaticano??? Lo veo un poco difícil. Por suerte.
ResponderEliminarEstimado Vicente,
Eliminarmi deber es decirle con toda franqueza y verdad, que usted no está razonando con la mente de un católico, sino con la mente de un masón.
Trate de elevar su mente a consideraciones superiores, y esfuércese por darse cuenta y comprender que la Iglesia no es una sociedad en comandita por acciones, sino que es el Cuerpo Místico de Cristo, la Señora de la historia, la Luz del mundo, la Sal de la tierra y la Salvación de la humanidad.
Estimado Padre,
Eliminarpadre, estoy profundamente deprimido por sus palabras. Hoy el Enemigo mortal de la Roma católica es el Judío AMERICANISMO con los omnipotentes Banqueros Askenazitas y ciertamente no Putin con el Primado Kirill. NO HA ESCRITO USTED NI UNA PALABRA SOBRE LAS DEMENTES OLIMPIADAS PARISINAS DE MACRON, TÍTERE DE LOS BANQUEROS JUDÍOS, Y LUEGO LE DISPARAMOS A PUTIN???!!!
Gracias, pero paso de todo eso.
Vicente: El gran dilemaes : o yo o Dios... si eliges tu propio yo, sucede lo que sucede...
EliminarQuerido padre Filemón, ¿puedo añadir una cosita?... la Iglesia, Esposa de Cristo...
EliminarVicente: Noto un ligero, aunque muy ligero, antisemitismo..... figurémonos si ahora cto los diamantes de la Torá....( se sabe que muchos judíos también comercian con piedras preciosas...) se desata la tormenta 😂🤣😂🤣😎( Cito de todos modos a San Pablo....)
Eliminar"No quiero que ignoréis, hermanos, este misterio, para que no seáis arrogantes; la obstinación de una parte de Israel está en marcha hasta que todas las naciones hayan entrado. Todo Israel será salvo, como está escrito: De Sión saldrá el libertador, Él quitará la maldad de Jacob. Será esta mi alianza con ellos cuando destruya sus pecados" (Romanos,11,25-27).
Estimado Vicente,
Eliminarsí, ciertamente, no tengo ninguna dificultad en admitir, y el hecho es bien conocido, que desde hace 2.000 años existe un poderoso judaísmo anticristiano, que tiene sus orígenes en el Talmud y en la Cabalá, y sabemos muy bien cuánto Nuestro Señor debatía contra los fariseos y los escribas, apegados al dinero. ¿Acaso no son ellos los que le han crucificado?
Sin embargo, tenga en cuenta que san Pablo, en la Carta a los Romanos (capítulos 9-11) prevé la conversión de Israel en la Parusía de Cristo.
Por cuanto respecta a Putin y Cirilo, su desgracia es la idea fija que tienen de constituir la Tercera Roma, que según ellos debe evangelizar y dominar el mundo, por encima de la Roma de los Papas. De modo que Putin y Cirilo no causan más que daño al propio Pueblo Ruso, porque, en lugar de utilizar sus recursos espirituales, evocan el alma tártara cruel y bestial, que los mismos rusos reconocen con disgusto. Reitero y confirmo, por lo tanto, mi firme convicción de que la paz en Ucrania no se logrará hasta que la tercera Roma se someta a la Primera.
Estimado Padre Filemón: NO comparto nada de su razonamiento. Precisamente los trágicos acontecimientos de la terrible guerra en Ucrania nos dicen una vez más que la LIBERTAD RELIGIOSA DEPENDE DE LA LIBERTAD POLÍTICA. El Primado de Moscú Cirilo se PUEDE permitir decir la Verdad sobre Kiev, Capital del vientre en alquiler, precisamente porque goza del favor de Putin y de su gobierno, que no ha permitido a los habituales banqueros Mundialistas judíos Askenazis, los varios Soros, Klaus Schwabb Rothschild, Rockefeller, etc... de instalar ojivas nucleares a cinco minutos del Kremlin para destruir Rusia. LAS FINANZAS JUDÍAS SON LAS PRIMERAS CULPABLES DE LA TRAGEDIA UCRANIANA. Ante esta aterradora realidad, ¿qué ha hecho el Vaticano???? Balbuceos de la OTAN, que va a gritar en las fronteras de Rusia!! ? ¿Qué le dijo el Vaticano al católico Joe Biden, presidente de los EE.UU., CULPABLE Y BENEFICIARIO DE LA GUERRA EN UCRANIA, ÉL Y SU HIJO? ¿Algún vago recuerdo a la FRATERNIDAD, concepto típicamente masónico?? Y entonces??? ¿Queremos recordar que hasta el año 1958 en las Iglesias Católicas se rezaba PRO PERFIDIS IUDAEIS? ¿Queremos hacer Nombres y Apellidos de la horrible tragedia palestinense con Netanyahu, Nazisionista, que bombardea a los niños palestinos? ¿O pensamos que con palabras, más o menos diplomáticas, nos lavamos el alma, y de todos modos podemos salvarnos del inminente Desastre Nuclear?? DECEPCIÓN Y DESALIENTO EN TODA LA LÍNEA !!!
EliminarEstimado Vicente,
Eliminarno puedo hacer otra cosa más que repetirle lo que ya le he dicho.
En primer lugar, repito que no tengo dificultad en reconocer el intento de la masonería y de la gran finanza judío-americana de alcanzar una hegemonía mundial que someta a Rusia.
Pero por otra parte, en segundo lugar, ¿cómo negar que la Tercera Roma quiera imponer su cristianismo en todo el mundo?
Por lo tanto, nosotros como católicos, necesitamos basar nuestro juicio sobre la actual guerra en Ucrania, no tanto en consideraciones de carácter económico, político, militar o nacional, sino que debemos evaluar esta situación a la luz de la fe y darnos cuenta de que esta guerra (y toda guerra en general), en cuanto acción humana, es efecto de una decisión de la voluntad en base a convicciones que pueden ser religiosas.
Del mismo modo, nosotros los católicos sabemos hacernos promotores de paz partiendo del nivel de este criterio de juicio, el cual, mediante la caridad y la justicia, crea el acuerdo de las mentes y la unión de los corazones.
Precisamente porque nos encontramos ante un conflicto que desencadena enormes fuerzas de carácter económico-político, debemos recurrir más que nunca a la luz que viene de la fe y a la fuerza de la caridad, de lo contrario deberíamos renunciar a llamarnos católicos, y llamarnos entonces más bien masones, sionistas o marxistas, dejándonos así arrastrar por la sucesión de los dramáticos acontecimientos actuales hasta la eventual y previsible catástrofe final.
Vicente: Escribir en mayúsculas equivale a gritar, no es necesario gritar si se dialoga de manera tranquila y razonable, sino que significa una sola cosa: imponer sus opiniones haciéndolas pasar por verdad absoluta y esa actitud no es más que violencia, violencia verbal... y seguramente los señores de la guerra antes de lanzar bombas gritan sus letales comandos...
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