Cuando Cristo Juez, en su futura Venida, diga a los que no han sido misericordiosos: "¡Lejos de mí, malditos!" (Mt 25,41), será todavía su Corazón el que hable; será también éste un gesto de su caridad; será también ésta una expresión de su Corazón amantísimo y misericordioso. [En la imagen: fragmento del "Sagrado Corazón de Jesús", pintura sobre el altar en la capilla del lado norte de Il Gesù en Roma, obra de Pompeo Batoni, en 1767; durante mucho tiempo fue la imagen "oficial" de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús].
Un corazón humano y divino
----------Como todos saben, el Papa ha publicado recientemente una encíclica, la Dilexit nos, dirigida al mundo entero atormentado por las guerras, con la cual el Santo Padre nos explica el amor con el cual Cristo nos ha amado y nos ama, y el amor con el cual nosotros debemos corresponder a tal amor a fin de colaborar juntos fraternalmente para la edificación de la paz. El corazón de Cristo es el corazón de un Dios que nos ama divinamente en un corazón y por medio de un corazón humano.
----------La encíclica del papa Francisco se puede poner en relación con la encíclica Haurietis aquas de Pío XII de 1956, donde el venerado Pontífice desarrolla más bien el tema de la devoción litúrgica al Sagrado Corazón de Jesús recordando las prerrogativas de este corazón humano-divino, gracias a la unión hipostatica de la naturaleza humana de Cristo con la persona divina y su obra reparadora y redentora para nuestra salvación.
----------El Papa nos dice que, al fin de cuentas, nuestra vida debe estar bajo el dominio del corazón, en la imitación del Corazón de Jesús y dejándonos amar por él, entendiendo con ello el ejercicio de la caridad, que se actúa en las diversas virtudes de la sabiduría, de la piedad religiosa, de la misericordia, de la prudencia, de la justicia, de la mansedumbre, del coraje, de la paciencia, de la ternura.
----------El corazón es visto en la Sagrada Escritura, pero también igualmente según una difundidísima e intuitiva metáfora popular, como siendo el centro de la misma persona, centro desde el cual emanan unitariamente y coordinadamente como de principio animador y propulsor todas las actividades, todas nuestras potencialidades y energías vitales físicas, psíquicas y espirituales. Claramente el corazón es símbolo del alma inmortal espiritual, forma sustancial del cuerpo humano, como dice el dogma católico.
----------Desde el punto de vista bio-neuro-psíquico, las funciones del corazón se acompañan con las del cerebro y se sostienen mutuamente. Corazón y cerebro, animados por el alma, se vitalizan a su vez recíprocamente: el corazón envía la sangre al cerebro, y éste provoca los latidos del corazón.
----------En este punto, nos podríamos preguntar: ¿cuál de las dos fuerzas, corazón o cerebro, contribuye más a mantener en vida al sujeto? ¿De qué depende más la vida? Ciertamente del corazón. El cerebro puede a veces deteriorarse; pero si el corazón funciona, el sujeto vive, tal vez de sólo vida vegetativa.
----------Pero si el corazón es el que cede, está muy claro que el sujeto está perdido. Esto, como es sabido, puede ocurrir o por la corrupción del corazón, como por ejemplo en los casos de infarto o por crisis cerebral, por lo cual el cerebro ya no sigue enviando los comandos al corazón.
----------Como es bien sabido, el cerebro es la sede de las funciones vitales superiores psíquicas e intelectuales, es la sede de los sentidos externos e internos, la sede de la razón, de la conciencia, de la voluntad, del libre albedrío; pero también el corazón juega su parte, aunque más bien de reflejo, en los sentimientos, en el dinamismo de los afectos, de las pasiones, de las emociones.
----------No en vano llamamos "coraje" a esa virtud que regula y modera la pasión de la ira, la virtud de la templanza. Llamamos "cordialidad" a esa virtud con la cual nos mostramos abiertos, sociables y acogedores, "miseri-cordia", "corazón por el mísero", esa virtud que practica la compasión por el sufriente, la indulgencia por el pecador, la ternura por el pequeño, la condescendencia con el frágil, la tolerancia con el débil, el perdón hacia el penitente, la clemencia con el derrotado, el socorro hacia el desventurado, la satisfacción del necesitado, la consolación para el afligido, la caridad hacia el pobre, la liberación del oprimido.
----------Es conveniente que notemos que la Sagrada Biblia distingue, por un lado, el corazón tierno, sabio, piadoso, "de carne", y por otro lado, el corazón endurecido, "de piedra", insensible, cruel. El corazón es, por lo tanto, una potencia espiritual que depende de la voluntad, que puede ser buena o mala.
----------El papa Francisco subraya en su encíclica que, en definitiva, la verdad sobre nuestro verdadero bien es conocida desde el corazón, más que por la razón y por el intelecto, porque cuando se trata de juzgar la dirección que debe tomar la conducta humana en orden a su fin celestial y sobrenatural, es imposible captar y practicar la verdad, si el juicio no viene del corazón, vale decir, no viene movido, motivado, iluminado, guiado y finalizado o dirigido, por el amor con el cual Cristo nos ha amado.
----------No hay ninguna duda de que la actividad racional, la ideación, la conceptualización, el acto del juicio, la meditación, la reflexión, la intuición intelectual, la decisión moral, el ejercicio de la libertad, tienen como referente físico inmediato el cerebro. Nosotros mismos, cuando ejercemos estos actos, sentimos físicamente que es el cerebro el que trabaja. Si en cambio se trata de las pasiones y emociones, de los impulsos psicofísicos al hablar, a la acción y al movimiento de las extremidades o del cuerpo, sentimos físicamente su origen desde el pecho, lo que quiere decir, desde el corazón.
----------Debemos tener presente que el cerebro y el corazón tienen relación con la masculinidad y con la feminidad. El varón, más inclinado a una mayor producción de contenidos mentales abstractos, a una elaboración y organización compleja y articulada de la conceptualidad, es más propenso a activar los centros cerebrales y en el ejercicio del pensamiento y de la acción a tener más en cuenta o hacer mayor referencia a las actividades cerebrales o a los estímulos cerebrales.
----------La mujer, en cambio, obviamente también recurriendo a la racionalidad, es más propensa a la percepción de lo concreto y de aquello que es personal, a juzgar en base a la emoción, al inconsciente, al sentimiento, al instinto o a la sensibilidad, podríamos decir al "corazón", por lo cual hace más referencia a los impulsos afectivos, pasionales y emotivos conectados con la actividad cardíaca.
----------El varón sabe ser más firme en la justicia: la mujer se deja conmover más fácilmente. Lo saben bien los niños, los cuales, para mitigar la severidad del papá recurren a la mamá. Prefieren el corazón al cerebro.
----------El Papa alude a la famosa polémica de Pascal contra Descartes en nombre de las "razones del corazón" y da razón a Pascal contra el voluntarismo racionalista cartesiano, aunque el concepto pascaliano de "sentir la verdad moral" no ponga al abrigo la ética pascaliana del sentimentalismo y no haga comprender las motivaciones racionales de la conducta moral, mientras que en teología trasluce el fideísmo jansenista allí donde se confían solo al "corazón" las razones de creer y no parecen reconocidos los derechos y los deberes de la razón en el discernir los motivos de credibilidad, que preparan e introducen al acto de fe.
----------El Papa nos pone en guardia tanto frente al racionalismo cartesiano basado sobre una razón matemática, gélida y despiadada, como frente a un sentimentalismo romántico, basado en la emoción, a la Schleiermacher, edulcorado y misericordista, entrambos privados de objetividad por motivos opuestos y nos estimula al juicio bien fundado, sereno, sabio, imparcial, donde la emoción está presente pero es razonable, donde la justicia se encuentra con la misericordia, donde el amor motiva el conocimiento y el conocimiento está dirigido al amor.
----------Una cosa, en efecto, es el juicio puramente racional, científico o especulativo, y otra cosa es el juicio afectivo, atinente a la práctica o a la vida moral. Santo Tomás de Aquino, siguiendo algunas sugerencias de Platón y de Aristóteles, llama a este modo de juzgar intuitivo y espontáneo, que co-implica la voluntad y la emotividad, juicio por connaturalidad o por inclinación y, en el campo del actuar cristiano, lo considera como efecto de los siete dones del Espíritu Santo, sobre todo como efecto de la caridad, podríamos decir del "corazón".
----------Por último, el Papa se detiene a explicarnos el significado y el valor de la sagrada imagen del Cristo misericordioso contemplada por santa Margarita María y por santa Faustina. Jesús aparece con una mirada dulcísima, tiernísima y compasiva. Pero preguntémonos: ¿a quién le interesa ser mirado así por Jesús? Evidentemente a nosotros que lo amamos y le pedimos perdón y misericordia.
----------Pero entonces, ¿cómo es que san Juan en el Apocalipsis ve a un Jesús cuyos "ojos son como una llama de fuego" (Ap 19,22)? ¿Quiénes son aquellos a quienes Él mira así? Evidentemente, no son aquellos que le aman, sino aquellos que lo odian; no son los salvados, sino los perdidos, no son los justos, sino los réprobos.
----------Son éstos los que se ven mirados por Cristo de tal manera terrible. Pero ellos en su soberbia no se sienten en absoluto intimidados o afligidos, sino que continúan mirando a Cristo con tono de desafío satisfechos por haber hecho lo que han querido: desobedecer a Dios. A ellos no les interesa nada ser compadecidos por Cristo, porque consideran haber actuado bien y no tener necesidad de ningún perdón ni de ninguna misericordia. ¿Van al infierno? Que sea bienvenido el infierno, para estar lejos de Dios y seguir odiándolo por la eternidad.
----------Entonces, ¿qué es lo que significa todo esto? Que Cristo tiene una mirada misericordiosa para los humildes, los penitentes, los obedientes y los inocentes, pero tiene una mirada severa para los rebeldes, los arrogantes, los impíos y los soberbios.
El Corazón de Jesús es justo y misericordioso
----------El sagrado Corazón de Jesús ama a todos y ofrece a todos su amor, pero no todos lo aceptan, como dicen aquellos que habían recibido las cien monedas de plata: "No queremos que este venga a reinar sobre nosotros" (Lc 19,14). Jesús no obliga a nadie a seguirlo.
----------El Corazón de Jesús es justo y misericordioso: misericordioso con aquellos que lo aman, justo con aquellos que lo odian, como dice de Él el Apocalipsis. Él es "Fiel y Veraz; él juzga y combate con justicia. Sus ojos son como una llama ardiente y su cabeza está cubierta de numerosas diademas. Lleva escrito un nombre que solamente él conoce y está vestido con un manto teñido de sangre. Su nombre es: La Palabra de Dios. Lo siguen los ejércitos celestiales, vestidos con lino fino de blancura inmaculada y montados en caballos blancos. De su boca sale una espada afilada, para herir con ella a las naciones. [...] En su manto y en su muslo lleva escrito este nombre: Rey de los reyes y Señor de los señores" (Ap 19,11-16).
----------Cuando Cristo Juez, en su futura Venida, diga a los que no han sido misericordiosos: "¡Lejos de mí, malditos!" (Mt 25,41), será todavía su Corazón el que hable; será también éste un gesto de su caridad; será también ésta una expresión de su Corazón amantísimo y misericordioso.
----------Dios justifica al pecador, pero no al pecado. Vuelve justo al pecador, no al pecado. Conserva al pecador, pero quita el pecado. Es aquí donde Lutero se equivocó. Hace devenir bueno al pecador, pero no hace que el mal se vuelva bueno. Dios tolera la tendencia a pecar, aquí abajo ineliminable, pero no tolera el pecado. No hay que confundir la bondad con el buenismo, ni la justicia con la crueldad. Tanto la justicia como la misericordia son expresiones del Corazón amantísimo de Cristo.
----------El Corazón de Cristo cambia la voluntad del pecador de mala a buena; cambia ésta porque Él lo quiere; no cambia a aquella porque es ella que no lo quiere. Infunde en el corazón del pecador el arrepentimiento; pero sabe que el justo peca siete veces al día (Sal 119,164) y lo acepta porque también el justo no logra evitar totalmente el pecado. Lo evita singularmente, pero no en su conjunto.
----------Jesús no les hará a ellos misericordia, y no serán misericordiados no porque Él no les ofrezca también a ellos misericordia, sino porque ellos mismos, en su soberbia, no la quieren, están convencidos de no tener necesidad de ella y por tanto no la desean ni la piden. O si la piden, lo hacen de modo insincero, porque no están arrepentidos y porque desearían gozar del pecado sin sufrir sus consecuencias penales.
----------Lo que nos sorprende enormemente y nos impulsa a interrogarnos con aprensión, es este doble aspecto del misterio del sagrado Corazón de Jesús, que san Juan, como ningún otro autor neotestamentario, pone en luz de modo tan vivísimo, de una manera que parece crear un abismo entre los dos aspectos, como si existiera una aparente contraposición entre un Cristo amantísimo, tiernísimo y misericordiosísimo, tal como aparece en el Evangelio y en las Cartas de Juan, y un Cristo vengador terrible, airado, aterrador, justiciero y destructor de multitudes de enemigos exterminados, tal como aparece en el Apocalipsis.
----------Muchos de aquellos que creen en Dios hoy experimentan repugnancia o hacen un enorme esfuerzo para conciliar estos dos aspectos del Corazón de Jesús. Subrayando el concepto de que Dios es bondad infinita, son tentados a aceptar solo los pasajes evangélicos del Cristo misericordioso beatificante, y dejar de lado aquellos en los que Cristo aparece juez castigador. Pero no es ésta la solución, porque en realidad entre los dos aspectos del Corazón de Cristo, entre la misericordia y la justicia divina, no existe contradicción, sino reciprocidad, como he explicado en mis publicaciones en estos últimos años.
Algunas anotaciones
----------Deseo ahora hacer algunas anotaciones acerca de puntos que pueden causar problema. El primero se refiere a una cita de Dostoyevski, donde se excluye que el hombre pueda ser interior a sí con el espíritu, cosa ciertamente falsa, dado que la existencia de la autoconciencia, además de ser supuesta en la doctrina paulina del "hombre interior", es conocida desde los tiempos de Platón.
----------Es del todo admisible que el corazón reflexione sobre sí mismo, pero precisamente en cuanto coincide con el espíritu. De hecho, todos los filósofos saben que esta reflexión total sobre sí es precisamente una característica del espíritu desde santo Tomás de Aquino hasta Hegel, desde Aristóteles hasta Descartes. Dostoyevski no hace aquí una buena figura.
----------Aunque tales palabras se encuentran materialmente en la encíclica, no podemos ciertamente decir que el Papa las haya hecho suyas. A menos que Dostoyevski con el término espíritu se refiera no al concepto realista sino al idealista de espíritu. He aquí la cita: "12. Lo íntimo del hombre está en el corazón y no en el espíritu. Que la interioridad resida en el espíritu no es propio de lo humano. Mas cuando el corazón no vive, el hombre está no en sí mismo sino junto a sí mismo".
----------Otras palabras de la encíclica que crean dificultades son un pasaje de Heidegger: "16. Para Heidegger, según la interpretación que hace de él un pensador actual, la filosofía no comienza con un concepto puro o una certeza sino con una conmoción: 'El pensar tiene que haber sido conmovido antes de trabajar con conceptos o mientras trabaja con ellos. Sin una emoción profunda el pensar no puede comenzar. La primera imagen mental sería la piel de gallina. Lo primero que hace pensar y preguntar es la emoción profunda. La filosofía siempre sucede en un estado de ánimo fundamental (Stimmung)'. Y aquí aparece el corazón, que 'alberga los estados de ánimo, trabaja como ‘un custodio del estado de ánimo'. El 'corazón' oye de una manera no metafórica 'la silenciosa voz' del ser, dejándose templar y determinar (armonizar y unificar) por ella".
----------La expresión "Stimmung des Gemüts" significa "disposición de ánimo". Como lo he explicado en otras ocasiones, Gemüt es un término alemán difícilmente traducible, de origen medieval, ligado a la mística. Conjuga intelecto, voluntad, sentimiento, gusto, intuición, sentido e imaginación. Reaparece en el romanticismo alemán e incluso está presente en la fenomenología husserliana.
----------Aristóteles al inicio de su Metafísica observa cómo el comienzo del filosofar está, sí, conectado con una emoción, pero tal emoción es la maravilla o admiración. Llevo sesenta años cultivando la filosofía y he leído a muchísimos autores, pero nunca había visto describir de esta manera la propia experiencia filosófica. La imagen de la piel de gallina nos asombra porque es ajena al estilo habitual de Heidegger, que nos ha acostumbrado a una gran seriedad en el tratamiento de los profundos problemas del espíritu.
----------Normalmente son los chicos los que experimentar tener la piel de gallina en el espectáculo de una película americana de terror o sobre platillos voladores. ¿Qué decir de esto? Probablemente al papa Francisco le gustó esa comparación infantil de tratar con el mismo Heidegger con una pizca de ironía esa seria filosofía que sabe escuchar la voz del ser, pero no la del Corazón de Jesús.
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