miércoles, 30 de abril de 2025

¿Qué papel juega el Espíritu Santo en un Cónclave?

La elección de un Papa es un evento que siempre ha venido intrigando a muchos (también antes de la película "Conclave"). La opinión pública laica tiende a verlo como una historia de intrigas y secretos, pero no puede escapar al encanto y fascinación milenarios de los ritos de la Iglesia. En ciertos ámbitos católicos, particularmente los extremizados ideológicamente con el actual pasadismo (filolefebvrismo o "indietrismo" como decía el papa Francisco), ambas cosas se conjugan: ven la elección del Romano Pontífice como un culebrón de ocultas confabulaciones pero a la vez con un vago sentimiento estético pseudo-religioso y pseudo-místico, que sin embargo no llega a captar la substancia del hecho dogmático de la elección del Papa, precisamente por falta de recta y plena fe católica en el Papa, a quien no seguirán, si el Papa no los sigue a ellos. [En la imagen: Cardenales electores ingresando a la Capilla Sixtina para el acto de la elección de un nuevo Papa].

El hecho dogmático de la elección del Papa
   
----------Hoy estamos a sólo una semana no del estreno de una nueva película de Hollywood, sino de un verdadero Cónclave, y en los mass media impera el "toto Papa". Pero hay un aspecto que sigue siendo incomprendido, también por muchos católicos. Por un lado, lo más importante: ¿qué dice el Magisterio de la Iglesia acerca del Cónclave? Y por otro lado, en un nivel de importancia muy secundario: ¿qué parte tienen las lógicas políticas terrenales y cómo en ella entra en juego Dios?
----------En primer lugar, tengamos en cuenta que el hecho dogmático al que estamos haciendo referencia es la elección de un verdadero y propio Papasucesor de San Pedro en cuanto Vicario de nuestro Señor Jesucristo. Por consiguiente, el hecho dogmático no es necesariamente el Cónclave, el cual tiene una existencia relativa, o sea, relativa a la legislación positiva de la Iglesia, pues la sustancia del hecho dogmático de la elección de un nuevo Papa puede producirse por otro tipo de métodos, como se ha dado a lo largo de la historia de la Iglesia, no necesariamente mediante un Cónclave, como en la actualidad.
----------Cuando decimos "Papa" estamos diciendo lo siguiente: aquel hombre que garantiza a la Iglesia la sucesión apostólica petrina. Éste es el dato dogmático. Y digámoslo con más precisión: mientras Cristo es fundamento primario de la Iglesia, el Papa, es fundamento secundario de la Iglesia. Nos dice el dogma de la Iglesia: "Aunque el primer y precipuo fundamento de la Iglesia sea el unigénito Hijo de Dios Jesucristo, según lo que dice el Apóstol: 'Ha sido colocado un fundamento, fuera del cual no puede ser colocado ningún otro, y éste es Jesucristo' (1 Co 3,11), no obstante un segundo y secundario fundamento de la Iglesia es Pedro, aunque no el primero en el tiempo, pero eminente en la autoridad en medio de los demás, de los cuales dice el Apóstol Pablo: 'Ya no sois huéspedes ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y familiares de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y de los profetas' (Ef 2,19s)" (Inocencio III, Carta Apostolicae Sedis primatum a Juan, patriarca de Jerusalén, del 12 de noviembre de 1199, Denz. 774).
----------Se trata del primado del Romano Pontífice como Cabeza y Pastor universal de la Iglesia sobre todo el cuerpo episcopal y sobre todo el pueblo de Dios. Nos dice también el dogma de la Iglesia: "La Santa Iglesia Romana posee el sumo y pleno primado y principado sobre toda la Iglesia Católica que ella veraz y humildemente reconoce haber recibido con la plenitud de la potestad de parte del Señor mismo en la persona del bienaventurado Pedro, príncipe o cabeza de los Apóstoles, de quien el Romano Pontífice es sucesor; y como está obligada más que las demás a defender la verdad de la fe, así las cuestiones que acerca de la fe surgieren, deben ser definidas por su juicio" (II Concilio de Lyon, del 1274, Denz. 861, citado en la Constitución dogmática Pastor aeternus, del Concilio Vaticano I, del 18 de julio de 1870, Denz. 3067).
----------Dado que esta secular doctrina dogmática en diversas ocasiones históricas ha sido discutida o incluso negada, el Magisterio de la Iglesia ha creído necesario darle definición dogmática, que es la siguiente: "Apoyados en los claros testimonios de las Sagradas Escrituras y siguiendo los decretos elocuentes y evidentes, ora de nuestros predecesores los Romanos Pontífices, ora de los Concilios universales, renovamos la definición del Concilio Ecuménico de Florencia, por la que todos los fieles de Cristo deben creer que 'la Santa Sede Apostólica y el Romano Pontífice poseen el primado sobre todo el orbe, y que el mismo Romano Pontífice es sucesor del bienaventurado Pedro, príncipe de los Apóstoles, y verdadero vicario de Jesucristo y cabeza de toda la Iglesia, y padre y maestro de todos los cristianos; y que a él le fue entregada por nuestro Señor Jesucristo, en la persona del bienaventurado Pedro, plena potestad de apacentar, regir y gobernar a la Iglesia universal, tal como aun en las actas de los Concilios Ecuménicos y en los sagrados Cánones se contiene'" (Concilio Vaticano I, Constitución dogmática Pastor aeternus, cit., Denz. 3059).
----------Por último, para completar brevemente esta señalización que estoy haciendo acerca del hecho dogmático de la existencia de la sucesión apostólica petrina en la Iglesia, hago presente que el primado del Romano Pontífice se realiza bajo diversos respectos, que son los siguientes: 1. En la doctrina. Confirma a tus hermanos. 2. En el gobierno y en la legislación eclesiástica. El Papa es el pastor universal de la Iglesia. Apacienta a mis corderos. a) Es el legislador del derecho canónico. b) Disfruta del poder coercitivo sobre cualquier fiel católico. c) Mantiene relaciones con los jefes de las otras religiones. d) Regula la relación de la Iglesia con los Estados. 3. En la santificación. El poder de las llaves: a) Es el supremo moderador del culto divino. b) Es el sumo sacerdote. c) Es infalible en la canonización de los santos. d) Concede el don de las indulgencias.
----------El lector interesado en más detalles sobre lo que acabo de señalar, puede consultar una introducción más extensa a esta temática en mi Resumen de las verdades de fe.
   
Más allá de toda especulación política
   
----------Ahora bien, dado que hemos podido distinguir, mediante la breve explicación anterior, lo substancial (el hecho dogmático de la sucesión apostólica petrina) de lo accidental (el cónclave), venimos ahora a plantearnos la pregunta del título: ¿qué papel juega el Espíritu Santo en un cónclave?
----------Para empezar a responder a esa pregunta, me viene al recuerdo que hace ya casi tres décadas, en 1997, durante los años del pontificado de san Juan Pablo II, le hicieron más o menos esa misma pregunta al cardenal Joseph Ratzinger, quien por entonces era Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la fe. En aquella entrevista para la televisión bávara, se le preguntó precisamente si era el Espíritu Santo el responsable de la elección de los papas y el futuro Benedicto XVI respondió textualmente:
----------"Yo no diría así, en el sentido de que es el Espíritu Santo quien lo elige. Diría que el Espíritu Santo no toma exactamente el control de la cuestión, sino más bien, por ser ese buen educador que es, nos deja mucho espacio, mucha libertad, sin abandonarnos totalmente. De manera que el papel del Espíritu Santo debe ser entendido en un sentido mucho más flexible, no en el sentido de que él dictara al candidato por el cual uno debe votar. Probablemente la única seguridad que el Espíritu ofrece es que la cosa no puede ser totalmente arruinada. Existen demasiados ejemplos de Papas que evidentemente el Espíritu Santo no habría elegido".
----------Aquella respuesta que dio Ratzinger hace casi treinta años, parece sencilla, pero expresa profundos conceptos teológicos, que por ser profundos pueden ser mal interpretados por quienes ven la vida de la Iglesia con ojos demasiado seculares, demasiado mundanizados o politizados. Al fin de cuentas, lo que Ratzinger allí explicaba es que Dios respeta siempre nuestra libertad, vale decir, que respeta también la libertad de los cardenales llamados a elegir al Papa. Bajo la mirada de Dios, el hombre nunca es una marioneta de la que él tira de los hilos, sino que es un hijo que elige libremente.
----------Ahora bien, decir eso, ¿significa decir que Dios es indiferente a las decisiones del cónclave? Obviamente no. Existen, cada vez que muere un Romano Pontífice, nombres que están en el corazón y en la mente de Dios, y el Espíritu Santo ilumina a los cardenales que se ponen a escuchar su inspiración. Pero también hay quien persigue sus propios planes y lógicas mundanas. Y puede prevalecer.
----------En efecto, la Iglesia pide a todos los cristianos que recen para que los electores hagan la elección correcta. Porque Dios quiere siempre "pasar" a través de los hombres, a través de su libre "sí" al designio divino. Por lo tanto, cada cardenal puede aceptar la inspiración del Espíritu Santo o seguir otras lógicas.
----------De hecho, pueden ser elegidos también papas que humanamente podríamos pensar que no eran los correctos. En la historia de la Iglesia hemos tenido de todos los tipos: excelentes, buenos, mediocres y pésimos. Y, observaba Ratzinger, no se pueden atribuir estos últimos al Espíritu Santo.
----------Aquello que el Espíritu Santo garantiza -precisaba también Ratzinger- es que, aun en el caso de Papas equivocados, inadecuados o "indignos", la obra de la salvación "no puede ser totalmente arruinada": de hecho, incluso en los períodos oscuros y tempestuosos, la Cabeza principal (e invisible) de la Iglesia sigue siendo nuestro Señor Jesucristo y Él, al final, la guía al buen puerto.
----------Sin embargo, no se puede decir que "un Papa vale lo mismo que otro". Por eso, sobre los cardenales recae una enorme responsabilidad porque elegir un mal Pontífice puede ser un gran problema, para la Iglesia y para el mundo, como ha demostrado sobradamente la historia de la Iglesia.
----------Pero, volviendo a la pregunta del título, y precisándola: ¿en qué consiste la inspiración del Espíritu Santo para los cardenales? ¿Es algo vago, abstracto, imposible de definir? No. En la Capilla Sixtina deben pedir ser "iluminados" para comprender quién pueda defender mejor el Credo de la Iglesia, defender mejor a la Iglesia misma, y anunciar mejor a Jesucristo salvación del mundo. Este es el criterio. Luego cada Papa actúa con su personal sensibilidad, pero ningún Papa está en la Cátedra de Pedro para afirmar sus opiniones personales. Está allí para custodiar el "depositum fidei" sin atenuaciones, sin oportunismos, sin retrocesos y sin hallazgos personalistas. Este es un "deber ser" para el Papa, pero también es un "ser", un hecho dogmático: no puede ser de otro modo. Es esto lo que garantiza el dogma de la sucesión apostólica petrina.
----------Lo aclaró, en la homilía para la toma de posesión de la Cátedra romana, el 7 de mayo de 2005, precisamente Benedicto XVI: "Esta potestad de enseñanza asusta a muchos hombres dentro y fuera de la Iglesia. Se preguntan si ella no amenaza la libertad de conciencia, si no sea una presunción contrapuesta a la libertad de pensamiento. No es así. El poder conferido por Cristo a Pedro y a sus sucesores es, en sentido absoluto, un mandato para servir. La potestad de enseñar, en la Iglesia implica un compromiso al servicio de la obediencia a la fe. El Papa no es un soberano absoluto, cuyo pensamiento y voluntad son ley. Al contrario: el ministerio del Papa es garantía de la obediencia a Cristo y a su Palabra. Él no debe proclamar sus propias ideas, sino vincularse constantemente a sí mismo y a la Iglesia a la obediencia a la Palabra de Dios, frente a todos los intentos de adaptación y de atenuación, como frente a todo oportunismo".
----------Pero no nos confundamos: lo que Benedicto XVI nos recordó aquella vez no es sólo el "deber ser" del Papa, sino el "ser", porque creemos en la sucesión apostólica petrina, lo que significa creer que, al menos en lo esencial, todo Papa garantiza a la Iglesia el cumplimiento substancial de su oficio de sucesor de Pedro en cuanto Vicario de Cristo. Por eso los cristianos católicos rezamos para que los Cardenales se dejen inspirar por el Espíritu Santo y no por otras "voces", que eventualmente son las de las ideologías dominantes.
----------Y ya que he recordado a Joseph Ratzinger antes de llegar a Papa, vuelvo a recordarlo en un ensayo suyo de 1971, en el cual, reflexionando sobre el concepto de "poder" en los Padres de la Iglesia, analizaba la mitología pagana con el lenguaje de Orígenes y san Agustín y explicaba que "el espacio ocupado por el aire" es "visto por los cristianos como plaga de los demonios [...], los demonios son lo que 'se encuentra en el aire', la potencia anónima de un determinado clima espiritual, según el cual el hombre se orienta y del que se deja dominar".
----------Pero, añadía Ratzinger, el verdadero testigo cristiano, "es aquel que no se ha orientado en conformidad con estas potencias de la opinión común... sino que las ha superado en la fe en el poder más grande de Dios. Su victoria es el sufrimiento, el decir no a las potencias que determinan la opinión pública".
----------Pues bien, en las vísperas del Cónclave que elegirá el 267° Papa, precisamente en estos días de esta semana, hasta el 7 de mayo en que iniciará el Cónclave, estas "potencias del aire" están indudablemente muy activas y hacen enormes presiones, sirviéndose de cualquier medio, de grandes y poderosos medios de comunicación, y también de pobres e incautos blogueros ideologizados. Depende de los cardenales decidir si obedecer a esas "potencias del aire" o escuchar al Espíritu Santo.
----------El papa san Juan Pablo II, en la Constitución Apostólica "Universi Dominici gregis" que es la que regula el Cónclave, escribe que en la Capilla Sixtina, bajo la representación del Juicio Universal, obra de Miguel Ángel, donde se vota, "todo concurre a alimentar la conciencia de la presencia de Dios, ante cuya presencia cada uno deberá presentarse un día para ser juzgado". En otros términos, el Santo Pontífice les recuerda y les advierte a los Cardenales electores: tendrán que rendir cuentas a Dios también de su voto.
   
Conclusiones
   
----------En definitiva, respondiendo a la pregunta señalada en el título de este artículo, los católicos creemos que el Espíritu Santo garantiza la elección de un hombre que, indudablemente y en cualquiera de los casos, garantiza la sucesión apostólica y que cumplirá lo que es esencial para el oficio del Romano Pontífice: enseñar infaliblemente la doctrina y guiar a la Iglesia hacia el Reino de Dios.
----------Claro que es obvio que el Espíritu Santo actúa respetando siempre el libre albedrío de cada uno de los Cardenales electores. Además, como decía el cardenal Ratzinger en 1997, en base a este supuesto no está para nada excluido que obtenga la mayoría un Cardenal cuya conducta personal sea moralmente defectuosa. No está excluido, por otra parte, que sea un Cardenal que en el gobierno de la Iglesia pueda cometer imprudencias e injusticias. Es evidente que estas faltas no pueden ser atribuidas al Espíritu Santo. Sin embargo, Él las permite para que el Pueblo de Dios, probado en la fe, pueda aumentarla.
----------En todo caso, el Espíritu Santo hace siempre que cada Papa cumpla sus deberes esenciales, aunque personalmente no sea un santo, de modo que la Iglesia sea gobernada de tal manera de caminar hacia el Reino de Dios, bajo la guía de Cristo, del cual el Papa es el Vicario.
----------Otra cosa que el Espíritu Santo no puede permitir es que las elecciones sean inválidas, porque eso supondría interrumpir la Sucesión apostólica petrina, la cual es algo que nuestro Señor Jesucristo nos ha garantizado absolutamente. Esto es lo que no tienen en cuenta los herejes y los cismáticos, quienes de tal modo pierden la fe en el carisma petrino y ponen en peligro su alma en orden a la salvación.

24 comentarios:

  1. Estimado padre Filemón: su artículo, interesante, me ha dejado con un par de preguntas, acerca del papel que juega el Espíritu Santo en la elección de un Papa. Supongamos que en un determinado cónclave no se cumplen con toda exactitud las normas prescriptas por la constitución Universi Dominici Gregis, de Juan Pablo II, en tal caso: ¿qué nos asegura que el hombre elegido sea verdaderamente Papa? Esa sería mi primera pregunta. Y la segunda de mis preguntas me surge al constatar que, dada su reflexión en este artículo, me parece entender que según usted sería falso creer que la elección de un Papa pueda ser inválida... Pero entonces, pregunto: ¿cómo se concilia esta afirmación suya con los que -según tengo entendido- han sido 40 antipapas de la historia de la Iglesia?

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    1. Estimado Silvio,
      debo hacerle presente que en su cuestionamiento usted mezcla y confunde temas y problemas que son distintos. En particular, en la objeción suya acerca de la existencia de antipapas en la historia de la Iglesia. Sobre tal cuestión del antipapa es necesario distinguir dos cosas: 1. una es la certeza de fe que Dios nos asegura del verificarse de la sucesión apostólica; y 2. otra cosa bien distinta es la cuestión de saber si uno que ha sido declarado Papa lo es verdaderamente.
      Pues bien, como ya lo he explicado en otras ocasiones, es muy simple señalar el motivo por el que nosotros, los católicos, estamos seguros de que el Papa elegido lo ha sido válidamente, y el motico es que precisamente tenemos esa certeza cuando escuchamos el anuncio "Habemus Papam", que atestigua el hecho de que el Colegio Cardenalicio al completo ha elegido al nuevo Papa, y que el nuevo Papa ha aceptado el cargo. Frente a tal hecho, caen todas las objeciones que se pudieran plantear a nivel jurídico.
      En segundo lugar, en cuanto se refiere a la posibilidad de impugnar la elección de un supuesto Papa, tal posibilidad nos es dada cuando sabemos que la elección no fue hecha por el Colegio Cardenalicio al completo y que por lo tanto ha habido Cardenales que no han querido votar.
      Pongo al respecto un ejemplo con lo sucedido en el anterior cónclave del 2013. Pues bien, frente a la objeción que, en su momento pusieron los "bene-vacantistas", de que el Papa "dimisionario" hubiera seguido siendo Papa, es fácil argumentar en contra que, si Benedicto XVI hubiera permanecido como Papa en el cargo, los Cardenales, o al menos una parte de ellos, se habrían opuesto a la convocatoria del Cónclave y habrían hecho presente el riesgo de elegir un Antipapa. Ahora bien, en 2012-2013 a ningún Cardenal le ha venido en mente hacer una objeción de este tipo, lo que demuestra a la evidencia que el Papa Francisco ha sido el Papa legítimo.

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    2. Silvio Romanelli1 de mayo de 2025, 3:58

      Discúlpeme, Padre, pero me parece que usted afirma cosas que la historia no demuestra ni el derecho canónico permite. ¿Acaso si toda una clase de estudiantes de una facultad de matemáticas se pone de acuerdo para afirmar que 2+2 es 5, sólo por eso es realmente 5?...

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    3. Estimado Silvio,
      un Cónclave de Cardenales para elegir un nuevo Papa, no tiene competencia para establecer verdades de fe, sino que lo que debe hacer es simplemente tomar una decisión práctica, eligiendo al hombre que será el nuevo sucesor de San Pedro.
      Por eso es comprensible para cualquiera en uso normal de su razón, que el voto expresado por un Colegio Cardenalicio al completo no puede más que determinar al Papa legítimo, además del hecho de que nosotros como católicos sabemos que en cada elección del nuevo Papa está presente el Espíritu Santo, que garantiza la sucesión apostólica petrina, que Cristo implícitamente ha prometido a Pedro, sucesión apostólica petrina que es necesaria para que el Evangelio pueda ser anunciado a todo el mundo hasta el fin de los siglos.

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    4. Silvio Romanelli2 de mayo de 2025, 8:40

      Estimado Padre, con todo respeto... me da la impresión, al fin de cuentas, que usted desvirtúa el cónclave, y lo presenta meramente en su faz humana, como una especie de reunión de propietarios en un condominio habitacional, que se reúnen sólo para tomar "simplemente una decisión práctica, o hacer una elección simplemente práctica"?! ¿Y aquí dónde entra el Espíritu Santo? Por lo demás, ¿el Espíritu debería tomarse la molestia de intervenir para avalar una "elección simplemente práctica"? Por otra parte, hay otra perlita de su discurso: "Cristo ha prometido implícitamente a Pedro"...¿¿¿ implícitamente??? ¡Fue de lo más explícito! Me he quedado mudo ante sus expresiones... No salgo de mi sorpresa...

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    5. Estimado Silvio,
      tengo la firme impresión de que usted no ha entendido mi pensamiento. Le he hecho saber que el Colegio Cardenalicio, reunido en Concave para la elección de un nuevo Pontífice, está asistido por el Espíritu Santo de manera infalible para asegurar la sucesión apostólica, que he dicho ser solo implícitamente ordenada por Cristo en la tarea dada a Pedro, por el simple hecho de que dicha sucesión no resulta explícitamente del mandato de Cristo, pero es claro que se recaba necesariamente y lógicamente de la tarea dada a Pedro de enseñar el Evangelio hasta el fin del mundo.

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  2. Querido padre Filemón; interpretando el comentario de un lector incapaz de escribir nada sin faltar el respeto al prójimo, le planteo una objeción, para que me la responda:
    Dado que ya no gobierna la Iglesia el papa Francisco, ¿por qué sigue usted criticando a los pasadistas? ¿Por qué sigue hablando de pasadismo o de indietrismo?

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    1. Querido Paolo,
      las enseñanzas que el papa Francisco ha proporcionado al Pueblo de Dios durante todo su pontificado, se ubican en dos ámbitos: 1. el pastoral-gubernativo-disciplinario, y 2. el doctrinal-dogmático.
      1. Respecto a sus enseñanzas en el primer ámbito, se trata de lo que llamamos sus directrices de gobierno pastoral o disciplinario, las cuales, debiendo ser recibidas y obedecidas por todos los fieles, no son sin embargo inmutables, sino cambiables y contingentes. Ellas permanecen firmes mientras un nuevo Papa no las cambie.
      2. Por el contrario, sus enseñanzas doctrinales, vale decir, cuando el Papa explica la Palabra de Cristo y el modo de aplicarla a nuestra vida, son enseñanzas inmutables, porque se ubican en el plano dogmático, ámbito docente en el que Cristo ha garantizado a Pedro y a sus sucesores, plena veracidad.
      Ahora bien, las enseñanzas del papa Francisco referidas a lo que él llamó "indietrismo" (y que yo acostumbro llamar pasadismo, o filo-lefebvrismo) son enseñanzas veraces, inequívocas, irreformables, o, como suele decirse más habitualmente, infalibles. Precisamente porque se ubican en el ámbito de la transmisión de la fe y de la enseñanza acerca de la vida de fe, o vida en gracia.

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  3. Te quiero ver con el próximo papa a vos con tus múltiples personalidades teniendo que decir que el Misal de S Pío V no fue abolido y que el rito nuevo es para descartar.
    Bienvenido al siglo XXI

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    1. Querido Anónimo, hemos llegado a la encrucijada, resurrección o abismo, preparémonos; ninguna via media será posible para la Iglesia, o Cristo o satanás;
      En el segundo caso asistiremos a la batalla final, vivos o muertos.

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    2. Sergio Villaflores6 de mayo de 2025, 11:24

      Anónimo: Realmente piensa usted que un Papa va a decir que la Misa reformada por el Concilio Vaticano II es "para descartar"? Este tipo de fantasías las ha imaginado usted solo o se las enseñó algún otro? ¿Algún obispo? ¿Quién?

      Sergio Villaflores (Valencia, España)

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    3. Sergio: No es para asombrarse... ya que hace sesenta años que los lefebvrianos viven en una fantasía... Son sueños irrealizables...

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    4. Estimado Anónimo,
      no comprendo lo que usted quiere decir referente a "múltiples personalidades". Haría bien en aclarármelo.
      Ahora bien, por cuanto respecta al resto de su intervención, mi opinión es que ciertamente una tarea delicada del próximo Papa será la de coordinar mejor Novus Ordo y Vetus Ordo. ¿En qué sentido?
      Pues bien, ante todo teniendo en cuenta que el Novus Ordo Missae es actualmente la única lex orandi ecclesialis para toda la Iglesia católica (es decir, la de Rito romano, el único rito universal en la Iglesia). Y en segundo lugar, ofreciendo a aquellas almas que aún son tardas en comprender la reforma litúrgica establecida por el Concilio Vaticano II, alguna posibilidad, temporal o transitoria, para que puedan seguir orando según el vetus ordo. Siempre asegurándose que estas almas no sean filo-lefebvrianos, es decir, que su apego al vetus ordo oculte en realidad una oposición doctrinal al Concilio Vaticano II.
      Entiendo que, en el ámbito de la pastoral, el próximo Papa debe hallar una mejor solución y más equilibrada a esta cuestión litúrgica, porque Benedicto ha sido demasiado permisivo con respecto al Vetus y Francisco demasiado restrictivo.

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    5. Estimado Mariano,
      puedo, en algunos aspectos, estar de acuerdo con usted en su intervención, aunque me parece que usted debería aclarar un poco más los términos que utiliza.
      Por ejemplo, eso de que "hemos llegado a la encrucijada, resurrección o abismo". Si usted se refiere a la constante batalla que cotidianamente debemos dirimir en nuestra vida de cristianos, entre Cristo y Satanás, estoy de acuerdo. Pero si usted se refiere a la resolución del fin del mundo, pues no, porque nadie puede decir que conoce ni el dia ni la hora.

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    6. Estimado Sergio,
      comparto su sorpresa ante las afirmaciones del Anónimo comentarista.
      El Concilio Vaticano II ha decidido, por impulso de los Papas san Juan XXIII y san Paulo VI, una reforma integral de la liturgia romana, tal como se expresa en su inicio la constitución Sacrosanctum Concilium. Y estamos a apenas 60 años de su inicio en ser aplicada, lo que aún resta en gran parte por hacer.
      Esta reforma ha pretendido, según la explícita intención de los Padres conciliares asistidos por el Espíritu Santo, reformar el vetus ordo de la Misa y de todos los ámbitos de la liturgia. Sería absurdo e impensable pensar que pudiera volverse a restituir el vetus ordo, con todas sus carencias, que el Concilio precisamente ha pretendido remediar.

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    7. Estimada Rosa Luisa,
      concuerdo con su intervención.

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  4. Estimado padre Filemón: no dejemos de orar y de invitar a la oración... pero no para que el Espíritu Santo nos regale un Papa amoldado a nuestros gustos, a nuestras pobres visuales, a nuestras mediocres perspectivas, a nuestros pequeños y mediocres sentimientos, sino un Papa que logre unir junto a sí (quiero decir: junto a su Fe) a todos los católicos, y logre convocar junto a sí a los no católicos... Creo que mis deseos se conforman a lo que nosotros los católicos creemos que es el Papa, por lo que estoy segura que el Espíritu Santo nos escuchará, sea cual sea el hombre elegido por el colegio cardenalicio para esta tarea. Nuestra Fe nos dice que mañana, pasado mañana, o pronto, "tendremos Papa": esa es nuestra Fe, y nuestra Fe nos vinculará a su Fe, y también a sus directivas pastorales, sean o no estas de nuestro gusto... Por eso es lamentable que, precisamente en este momento, haya quienes vuelvan a plantear estos temas en los reducidos perímetros de sus mezquindades humanas... incluídas sus mezquindades litúrgicas y sus nostalgias estéticas y farisaicas...

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    1. Un Papa católico con fe católica con liturgia católica.
      Sin más.

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    2. Querido Anónimo: me gustaría hablarle a un fiel católico... porque si usted fuera católico, simplemente le recordaría que un Papa no puede no ser católico... él nos confirma en la fe católica... y la liturgia es cada vez más católica: basta recordar el mega trabajo en todo el mundo católico que dio origen a la liturgia que hoy tiene la Iglesia católica, un rito romano cada vez más católico... (si usted entiende lo que quiere decir católico).

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    3. Sergio Villaflores7 de mayo de 2025, 16:59

      Estimada Rosa Luisa: es interesante lo que usted dice acerca de la "catolicidad" de la elaboración del actual Rito Romano, su universalidad, con la colaboración y aportes de enorme cantidad de actores, experiencias y conferencias episcopales a lo largo de varios años. Puede decirse que también es más "católico" el cónclave que actualmente está en desarrollo: con cardenales numerosos representando a más de 70 conferencias episcopales de todo el mundo. La reforma del Colegio Cardenalicio ha sido, en mi opinión, uno de los altos méritos del pontificado de Francisco.

      Sergio Villaflores (Valencia, España)

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    4. Estimada Rosa Luisa,
      no puedo menos que compartir los términos y conceptos de su intervención, plenos de entendimiento católico de lo que significa Pedro en la Iglesia.

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    5. Estimado Anónimo,
      un Papa católico no puede ser sino "católico", porque es precisamente el Sucesor de Pedro quien establece las condiciones para que nosotros, sus hijos espirituales, podamos ser llamados "católicos".
      En segundo lugar, el Papa no puede sino tener fe católica. Es más, es la única persona en toda la humanidad que no puede pecar contra la virtud de la Fe, porque así nos lo ha prometido Cristo.
      Por último, es el Papa quien tiene el poder pastoral-gubernativo-disciplinar de establecer la lex orandi eclesialis, vale decir, aquella liturgia que, en plena vigencia de la lex orandi divina, sea actuada conforme a las leyes que él es competente para establecer.

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    6. Estimada Rosa Luisa,
      comparto lo que usted dice. Particularmente en lo referente a la universalidad del actual Rito Romano, elaborado y aplicado por el esfuerzo, premura y afán de miles y miles de pastores dispersos por todo el orbe católico. Y aún la reforma litúrgica sigue en marcha.

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    7. Estimado Sergio,
      concuerdo substancialmente con su intervención.

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