lunes, 28 de abril de 2025

Concepciones erróneas del infierno: Von Balthasar (3/3)

La concepción balthasariana del infierno, y es lo que debe llevarnos a nuestras conclusiones, deriva de una visión equivocada de la relación de Cristo con el pecado y con la justificación: se trata de una concepción de origen luterano pero extremizada por la dialéctica hegeliana. [En la imagen: fragmento de una ilustración medieval del infierno, en el manuscrito Hortus deliciarum, de 1180, obra de Herrada de Landsberg].

La tragedia de Dios
   
----------Observa Andereggen: "Así finaliza la Teodramática, el último acto es una tragedia. Esta tragedia está en Dios porque ciertamente, si sucede esto, es Dios que ha fracasado frente a los pecadores ('la absoluta inutilidad del perdón'). Hay también una reflexión sobre lo diabólico, sobre el mysterium iniquitatis. Balthasar concibe la realidad como un crescendo de 'sí' y de 'no'. El actuar de Cristo sirve para 'despertar' el no del mundo a Dios".
----------Andereggen encuentra esas ideas en Hans Urs von Balthasar, Teodramática, vol. 4, L'Azione, p.319: "Indudablemente, el advenimiento de Jesús ha despertado el no del mundo hasta entonces soñoliento; no inútilmente los demonios lo reconocen primeros, ellos deben 'antes del tiempo' (del 'juicio final': Mt 8,29) aparecer en la confrontación escatológica. Su oposición, pero mucho más aún la oposición creciente del pueblo elegido, 'esta generación adúltera y pecadora' (Mc 8,38), provoca la ira final del Hijo del hombre, el cual en el día de su gloria se avergonzará de aquellos que ahora se avergüenzan de sus palabras".
----------"Al mismo tiempo este crescendo está dentro de Dios. Dios tanto más ama cuanto más los pecadores lo odian. Y nosotros cuando entramo en la vida eterna entramos en este crescendo de contradicciones. Por eso él dice que los cristianos son los insensatos que se imaginan el cielo como los musulmanes lleno de bellas doncellas, etc. El cielo es una cosa dramática porque el cielo es ser como Dios, y Dios es el Padre que está en la distancia del Hijo, y el Hijo está en una distancia absoluta del Padre por el Espíritu Santo. Dios es aquel que ha asumido todas las consecuencias del pecado, y nosotros uniéndonos a Cristo asumiremos todo esto" (páginas 23-24 del texto original de la conferencia del padre Andereggen).
----------Dice Von Balthasar: "Para quien merece la singularidad absoluta de la relación del Hijo hacia el Padre no debería ya resultar discutible el hecho de que el Hijo como Dios-hombre ha experimentado un abandono del Padre que lo ha llevado mucho más allá del sheol y la gehenna. El que ha ascendido 'más allá de todos los cielos (creados)' es el mismo que ha descendido a las 'partes inferiores de la tierra' (Ef 4,9)" (ib. p.24).
----------"Una similar distancia es sin embargo posible sólo en lo interno de la Trinidad económica, que transfiere la absoluta alteridad recíproca de las personas intradivinas sobre el plano de la historia de la salvación, con inclusión -y de tal modo reconciliación- de la pecaminosa distancia de Dios" (Hans Urs von Balthasar, Teodramática, vol. 5, El último acto, p.219; p.25 texto de Andereggen).
----------Comenta Andereggen: "A través del Hijo todo el pecado del mundo se recoge y se inserta en la distancia absoluta entre el Hijo y el Padre que es pecaminosa, es el pecado. Pero esto es posible porque el origen de lo que sucede en el mundo está en Dios. Es la infinita distancia. Él dice literalmente que es 'absoluta alteridad recíproca de las personas intra-divinas'. Aquí no está diciendo lo que afirma la teología clásica, esto es, que una persona no es la otra y que se distingue por la relación. Está afirmando una cosa distinta: 'Absoluta distancia intra-divina entre el Hijo y el Padre'. En efecto, el Hijo asume toda la negatividad contra Dios. Y por eso es claro que dentro de Dios no sólo existe el pecado sino la tiniebla misma" (pág. 25 del mismo texto).
----------"Dice Von Balthasar: La tiniebla en Dios [...] está sólo como 'una propiedad de su luz eterna de ser impenetrablemente superluminoso' (Teodramática, vol. 5, El último acto, p.226). Esto es Hegel ('la pura luz y la pura oscuridad son dos vacíos que son la misma cosa', G.W.F.Hegel, Ciencia de la lógica, Libro 1, La doctrina del ser), esto es Böhme, y es una cita de Von Speyr, naturalmente, porque todo el volumen 5 de Teodramática está hecho con sus citas. La tiniebla en Dios es una 'propiedad de su luz inaccesible'. Si entonces en el mundo la noche del pecado se contrapone al misterio divino de la luz, 'nuestra tiniebla no está sin embargo frente a su luz como un absoluto frente a un absoluto. Tampoco la tiniebla del pecado cae fuera del poder de Dios. Porque es posible que Dios envuelva graciosamente nuestra pecaminosa tiniebla con su tiniebla más grande y que cubra nuestra miseria dentro de su gracia. Se ve desde aquí que la potencia de Dios y su bondad son igualmente infinitas' (Teodramática, vol. 5, El último acto, p.226)" (p.26 del texto de Andereggen).
----------La tiniebla divina no es quoad nos, o sea, no significa el límite y la miseria de nuestro conocimiento y la trascendencia del misterio; sino que está precisamente en Dios mismo. Ahora bien, puesto que la tiniebla es símbolo de la mentira, del mal y del pecado, he aquí de nuevo todo esto en Dios.
----------Hay que señalar también aquí la concepción luterana de la gracia: ella no quita el pecado, sino que lo "envuelve" y lo "cubre", de modo que al final, llevando a las extremas consecuencias esta concepción, se llega a la teología hegeliana de Dios como principio justificador tanto del bien como del mal. Un Dios que hospeda en sí y aprueba tanto el pecado como la justicia, ya que -estamos siempre en lo mismo- se trata de dos polaridades inescindibles de la historia del mundo y de la historia de Dios. Todo está bien así como está: tenemos el principio conservador. Todo está mal, y por tanto debe ser quitado: tenemos el principio revolucionario. La dialéctica hegeliana, como ha sido señalado muchas veces, hace brotar de sí ambos dos principios. Todo es paraíso y todo es infierno: y estos dos principios coexisten en Dios.
----------La teología balthasariana, como señala el padre Andereggen, está demasiado bajo el signo de la metáfora y de la paradoja, como para exasperar de modo inaceptable, en el estilo de Lutero, aquella tendencia a la paradoja que también se encuentra en el lenguaje de un san Pablo. Ella indudablemente parece poner cada tanto los correctivos, los cuales sin embargo no hacen más que evidenciar las contradicciones y, en la mente de Von Balthasar, más que remedios, deberían ser la formal expresión del pensamiento dialéctico (el padre Ignacio Andereggen señala cómo Von Balthasar está influenciado por la llamada "teología dialéctica" de su connacional calvinista Karl Barth), el cual evidentemente según él sería el más adecuado en teología, en el puesto del tradicional lenguaje analógico y participativo.
   
Las raíces del error
   
----------La concepción balthasariana del infierno deriva de una visión equivocada de la relación de Cristo con el pecado y con la justificación; es de origen luterano pero extremizada por la dialéctica hegeliana.
----------Ya en Lutero la gracia no elimina el pecado, sino que convive con el pecado: simul iustus et peccator. Él se empuja a creer que Cristo haya sufrido la pena del infierno, pero no llega a pensarlo como pecador. Cuando Dios manda la prueba de la cruz, Dios aparece como Satanás, pero no se identifica como Satanas: Lutero mantiene el dogma de la inocencia de Cristo y de la infinita bondad divina. Sin embargo, su convicción de la simultaneidad de la gracia y del pecado, queriéndole encontrar una raíz teológica, impulsa inevitablemente a concebir la coexistencia del bien y el mal en Dios mismo y en Cristo mismo, en cuanto autor de la gracia. Este pasaje será cumplido en el siglo XVII por el místico alemán protestante Jakob Böhme, admirado por Hegel.
----------Se agrega a esto la confusión entre mal de pena y mal de culpa, ya de algún modo vislumbrada en Lutero, con su malentendimiento de la expresión paulina según la cual Dios Padre "trató a Jesús como pecado" (2 Cor 5,21), por lo cual Jesús habría padecido la pena del infierno.
----------El descenso de Jesús a los infiernos no fue un descenso al infierno. Los infiernos eran un lugar temporáneo de pena leve que guardaba a los justos antes de la venida de Cristo; el infierno, por el contrario, es la pena severa y eterna consecuente a la impenitencia final por el pecado mortal contra la prospectiva cristiana de la salvación. Los infiernos existían antes de la Redención y han sido extinguidos por Cristo con la Redención. El infierno es la pena para aquellos que no aceptan la Redención y por tanto comienza a existir después de la venida de Cristo. Sin embargo, también aquellos que en los infiernos no hayan esperado en la venida del Mesías son castigados con el infierno.
----------Tal confusión deviene casi inevitable en Lutero, en quien por una parte falta una clara doctrina del libre albedrío y por otra el actuar humano es reconducido a una espontaneidad o impulsividad emotivista y pasional, por lo cual la culpa (acto de la libre voluntad) es confundida con el sufrimiento (estado emotivo).
----------Estas tendencias confusionarias vienen llevadas al extremo en la dialéctica hegeliana, donde los opuestos coinciden (gracia-pecado; voluntad-instinto; actuar-padecer; salvación-condenación; bien-mal).
----------Pero, como se sabe, la sutileza de la dialéctica hegeliana, que quiere salvar de algún modo el principio de no-contradicción, está en el hecho, muchas veces declarado por Hegel, que lo "negativo" no conduce a una simple nada, sino que es una "nada determinada", de lo cual brota un ser superior. Así, en la aplicación balthasariana, de la dialéctica pecado-gracia, de derivación luterana, pero encuadrada en la dialéctica hegeliana, se tiene que el pecado viene "eliminado", pero al mismo tiempo "conservado" junto con la gracia.
----------La gracia que niega y "anula" el pecado, no produce una pura nada, sino, al contrario, se afirma a sí misma con el pecado que ella niega pero conserva superándolo. Así como la gracia está a un nivel superior (ha "superado" el pecado), parecería salvado el principio de no-contradicción, según el cual la gracia sigue siendo distinta del pecado. Pero si luego al final el pecado permanece, uno se pregunta cómo en realidad el principio sea respetado y cuál sea la eficacia de la gracia. Lutero cree que el pecado permanezca en el hombre justificado, pero se guarda bien de concebir al pecado también en Dios. Hegel, y Balthasar en sus huellas, probablemente bajo el influjo de Böhme, superan también este umbral.
----------Es el mecanismo de la famosa Aufhebung hegeliana, la cual significa "sacar a" tanto en el sentido de suprimir o eliminar, cuanto en el sentido de tomar-para conservar, como en el sentido de tomar-sobre, elevar. Lo que es superado está implícitamente mantenido mientras que al mismo tiempo es formalmente negado por el ser superior que de él es puesto mediante la negación.
----------Uno se puede preguntar entonces cómo Von Balthasar haya podido tener tanto éxito en el mundo católico. Creo que esto se explique en parte con el ansia ecuménica de muchos católicos que en el post-concilio, deseosos de encontrar puntos comunes con los protestantes, se han acercado demasiado a ellos. Está claro por otra parte que la inmensa producción balthasariana, no obstante los lados negativos que aquí hemos señalado, presenta también muchos aspectos positivos. Es el fruto de una inmensa erudición histórica y demuestra una notable capacidad de síntesis y de comprensión profunda del alma de los individuales pensadores que él examina. Von Balthasar nos ha dejado una crítica muy aguda de los errores de Rahner.
----------Por otra parte, es necesario decir, como excusa de Von Balthasar, que no es siempre fácil entender si las expresiones que recuerdan a Hegel o Barth dependen de una consciente imitación suya o de una imprudente asunción de su lenguaje en el deseo de ser "moderno" o "ecuménico". No está siempre claro si las posiciones ortodoxas y también literariamente bellas y profundas que hacen de pendant a las hegelianizantes pretenden contrabalancear y redimensionar aquello a lo cual ellas conducirían, o bien denotan en Von Balthasar una cierta ausencia de sabiduría metafísica y falta de coherencia lógica (es la comentario que le dedica Andereggen).
----------En Von Balthasar, la dimensión conceptual, sistemática y raciocinante del pensamiento -digamos la dimensión científica, pues también la teología es ciencia- parece frecuentemente superada por una exuberante sensibilidad estética y por una opulenta y digamos también genial imaginación poética, las cuales sin embargo, precisamente porque no son controladas y disciplinadas por una seria y objetiva conceptualidad especulativa y dogmática, lo conduce a visiones grandiosas y entusiásticas, pero al final decepcionantes y bastante peligrosas, ciertamente sin que el Autor se haya dado cuenta o tenga la intención.

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