jueves, 16 de octubre de 2025

¿El Jubileo de las organizaciones homosexuales en San Pedro? Entre la misericordia pastoral y la verdad doctrinal (3/3)

¿Puede la Iglesia callar cuando la Sagrada Escritura es manipulada para legitimar la sodomía? ¿Es la “recepción” de un mandamiento divino un asunto de gustos subjetivos, como aceptar o rechazar la invitación a fumar un cigarrillo? ¿Qué significa hablar de amor verdadero cuando la razón natural lo reconoce como desviado y falso? ¿Puede haber una pastoral que contradiga la doctrina, o es eso la peor de las hipocresías? ¿Cómo no estremecerse ante la confusión entre misericordia y aprobación tácita del pecado? ¿Qué rostro muestra la Iglesia al mundo cuando calla frente a la profanación de lo sagrado? ¿No es la misión de los pastores tocar la conciencia, suscitar arrepentimiento y guiar al hermano al Reino de Dios? [En la imagen: "Jubileo", fragmento de una acuarela sobre papel, 2025, obra de P.F., colección privada].

----------Siguen diciendo en sus emails mis interlocutores:
   
------------Padre, lea en cambio lo que ha declarado el obispo Athanasius Schneider, donde encontrará también respuesta a otras preguntas que usted me hace (de la entrevista de la periodista Dianne Montagna: aquí): Diane Montagna: Una foto viral de dos hombres homosexuales que se tienen descaradamente de la mano en la Basílica de San Pedro, uno con una mochila y la inscripción “F... the Rules”, y otra imagen de un joven con una camiseta “arcoíris” que se toma un selfie de su mano en forma de garra con el Baldaquino de Bernini al fondo, han dado la vuelta al mundo desde el 6 de septiembre. El grupo de peregrinos ha entrado también de algún modo en la Basílica llevando en alto una cruz “arcoíris”; no se sabe cómo un objeto semejante haya superado los controles de seguridad. La peregrinación ha sido aprobada por el Vaticano, en el marco del año jubilar convocado por el Papa Francisco. Excelencia, ¿cuál ha sido su primera reacción cuando ha visto estas fotos? Athanasius Schneider: Mi reacción ha sido un grito silencioso de horror, indignación y dolor. Todos los verdaderos creyentes en la Iglesia –tanto fieles como miembros del clero– que todavía sostienen la validez de los mandamientos de Dios y lo toman en serio, deberían vivir esta provocación como una bofetada descarada en la cara. Creo que muchos fieles católicos y miembros del clero permanecen, en cierto sentido, aturdidos por un golpe tan masivo y necesitan tiempo para reponerse. Un acto sin precedentes ha tenido lugar en la Basílica de San Pedro en Roma, un acto que puede ser apropiadamente descrito, con las palabras de Nuestro Señor, como una “abominación de la desolación puesta en el lugar santo” (cf. Mt 24,15).
------------¿Cuál es el significado de la Puerta Santa y de qué modo su significado influye en la realidad de lo sucedido el 6 de septiembre? Athanasius Schneider: Uno de los significados esenciales del Año Jubilar y de la Puerta Santa consiste en «conducir al hombre a la conversión y a la penitencia», como ha explicado el Papa Juan Pablo II en la Bula de convocación del Año Santo 2000. Otro signo distintivo es la indulgencia, que es uno de los elementos constitutivos del Jubileo. Por lo tanto, el Año Jubilar es un poderoso medio de la gracia de Dios para ayudar a los fieles a realizar un verdadero progreso en la santidad a través de una fructuosa recepción del sacramento de la penitencia y la obtención de la indulgencia, que implica un desprendimiento consciente de todos los pecados graves y de los desórdenes morales. En efecto, «la entrega libre y consciente al pecado grave… separa al creyente de la vida de gracia con Dios y por lo tanto lo excluye de la santidad a la que está llamado» (Juan Pablo II, Incarnationis Mysterium, 9). El objetivo declarado de las organizaciones LGBTQ+ que han reunido adherentes y activistas para esta peregrinación jubilar era que la Iglesia reconociera y legitimara los llamados derechos de los homosexuales, incluidos los actos homosexuales y otras formas de conducta sexual extramatrimonial. No ha habido signos de arrepentimiento y de renuncia a pecados homosexuales objetivamente graves y al estilo de vida homosexual por parte de los organizadores y de los participantes en esta peregrinación. Atravesar la Puerta Santa y participar en el Jubileo sin arrepentimiento, promoviendo al mismo tiempo una ideología que rechaza abiertamente el Sexto Mandamiento de Dios, constituye una especie de profanación de la Puerta Santa y una burla de Dios y del don de la indulgencia.
------------Los grupos implicados en el evento del sábado (Tienda de Jonatán, Red Global... y Outreach guiado por el padre James Martin, SJ) rechazan la idea de la conversión de un estilo de vida LGBTQ+ y creen en cambio que ha llegado el momento de que la Iglesia católica lo reconozca. ¿Qué dice, respecto al estado actual del Vaticano, el hecho de que este evento haya sido permitido? Athanasius Schneider: De este modo, las autoridades responsables de la Santa Sede han colaborado de hecho en minar y poner en discusión la validez del Sexto Mandamiento de Dios, en particular su explícita condena de la actividad homosexual. Han permanecido mirando y han permitido que Dios fuese ridiculizado y que sus mandamientos fuesen despreciativamente ignorados.
------------Antes de la peregrinación a través de la Puerta Santa, el obispo Francesco Savino, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Italiana, celebró una Misa en la Iglesia del Gesù, gestionada por los Jesuitas, en Roma. Todos estaban invitados a recibir la Sagrada Comunión. ¿La adhesión a todas las enseñanzas de la Iglesia (doctrina y moral) no es acaso una precondición para recibir a Nuestro Señor en la Sagrada Eucaristía? Athanasius Schneider: Sí, esta es ciertamente una precondición, como ha sido ordenado por Dios en la Sagrada Escritura a través de la enseñanza de san Pablo: «Quien come y bebe sin reconocer el cuerpo del Señor, come y bebe su propia condena. Por esto muchos entre vosotros son débiles y enfermos, y algunos han muerto» (1 Cor 11,29-30). La Iglesia ha mantenido este precepto inmutable y universal durante dos mil años y lo mantiene todavía en su enseñanza oficial. El Catecismo afirma claramente que: «Quienquiera que sea consciente de haber pecado mortalmente no debe recibir la Comunión sin haber recibido la absolución en el sacramento de la Penitencia» (n. 1415). Además, nótese, la Sagrada Escritura «presenta los actos homosexuales como graves depravaciones, [y] la Tradición ha declarado siempre que los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados. Son contrarios a la ley natural. Excluyen del acto sexual el don de la vida. No provienen de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. En ningún caso pueden ser aprobados» (n. 2357). Permitiendo tales Misas públicas para las organizaciones LGBTQ+ en Roma y concediéndoles el paso a través de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, las autoridades de la Santa Sede han mostrado al mundo entero una estridente contradicción entre la enseñanza oficial de la Iglesia y su práctica. Haciendo así, estas altas autoridades han de hecho repudiado la misma doctrina que están obligadas a sostener. A la luz de estos hechos manifiestos, evidentes para todos, hay que preguntarse: ¿puede todavía el mundo tomar en serio la enseñanza oficial de la Iglesia?
------------La organización Courage International es un apostolado que se ocupa de hombres y mujeres que sienten atracción por personas del mismo sexo, ayudándolos a conducir una vida de santidad en armonía con la plenitud de la fe católica. Si la peregrinación del sábado hubiese sido patrocinada por Courage, no habría habido ningún escándalo. ¿Cuál es su mensaje para las personas que han participado en el evento del sábado, que son engañadas por el padre James Martin y por el movimiento LGBTQ+? Athanasius Schneider: Mi mensaje para ellos es ante todo de compasión. Porque cuando una persona rechaza conscientemente el explícito mandamiento de Dios que prohíbe cualquier actividad sexual fuera de un matrimonio válido, se expone al peligro más grave: el de perder la vida eterna y ser eternamente condenada al Infierno. Debemos mostrar compasión hacia quienes sostienen la legitimación de la actividad homosexual y persisten en ella impenitentes e incluso con orgullo. El verdadero amor por estas personas consiste en invitarlas, dulcemente pero con insistencia, a una conversión auténtica a la voluntad revelada de Dios. Tales individuos son desviados y engañados por el espíritu maligno, por Satanás, el padre de la mentira, y son en definitiva infelices, aunque hayan sofocado la voz de la conciencia. Debemos estar llenos de gran celo para salvar estas almas, para liberarlas de engaños venenosos. Aquellos sacerdotes que los confirman en su actividad homosexual o en un estilo de vida homosexual son criminales espirituales, asesinos de almas, y Dios les pedirá cuentas severas, según su palabra: «Hijo de hombre, yo te he constituido centinela para la casa de Israel. Cada vez que oigas una palabra de mi boca, tú los advertirás de mi parte. Si yo digo al impío: “Impío, tú morirás ciertamente”, y tú no hablas para advertir al impío que se convierta de su camino, ese impío morirá por su iniquidad, pero de su sangre pediré cuenta a ti» (Ez 33,7-8).
------------Este evento había sido planificado antes de la elección del Papa León XIV. Algunos han sostenido que habría podido ser peor si el Papa Francisco hubiese estado todavía en vida. Subrayan que el Papa León no ha recibido una delegación del grupo LGBT+ durante la audiencia general del Jubileo en la Plaza de San Pedro el sábado por la mañana, ni ha enviado un mensaje al grupo. Athanasius Schneider: Estos argumentos no son convincentes. Para el Papa, recibir una delegación pro-LGBTQ+ habría sido realmente sin precedentes y habría representado el colmo del escándalo. El hecho de que el Papa León XIV no haya causado tal escándalo no justifica en modo alguno su consentimiento de hecho a este evento. En efecto, no se puede razonablemente presumir una ingenuidad de su parte, puesto que era del todo previsible que una organización pro-LGBTQ+, o al menos algunos de sus miembros, habría explotado la Puerta Santa y la Basílica de San Pedro como plataforma para promover una ideología que abiertamente desprecia y rechaza la voluntad explícita de Dios, expresada en su santo Mandamiento.
------------El padre James Martin ha difundido las fotos de una audiencia tenida con el Papa León varios días antes del evento. ¿Los papas antes del Papa Francisco encontraban personajes de este género de este modo? ¿Cuál es su opinión sobre esta y otras recientes audiencias, como la con la controvertida sor dominica Lucía Caram, que al parecer sostiene el “matrimonio gay”? Athanasius Schneider: Antes del pontificado del Papa Francisco, los sucesores de Pedro no recibían ni posaban para fotografías oficiales con aquellos que, con las palabras o con los hechos, rechazaban abiertamente la enseñanza doctrinal y moral de la Iglesia. A través de estos encuentros oficiales y de las fotografías, el Papa León ha de hecho enviado al mundo un mensaje de no distanciarse de su enseñanza y comportamiento heterodoxos y escandalosos, sobre todo porque la Santa Sede no ha ofrecido ninguna aclaración después y no ha corregido los mensajes triunfales del padre James Martin circulados en las redes sociales. Hay un dicho común que reza: “Qui tacet consentire videtur” – “Quien calla es considerado de acuerdo”.
------------Tradicionalmente, la Iglesia no se ha limitado a predicar la verdad, sino que también ha combatido activamente el error. Mientras el islam continúa creciendo en Occidente y Europa se descristianiza cada vez más, ¿qué arriesga la Iglesia católica si cede su autoridad moral a estas lobbies y movimientos? Athanasius Schneider: San Pedro y sus sucesores, los Romanos Pontífices, junto con la Santa Sede, y por lo tanto la Iglesia católica en cuanto tal, han recibido de Cristo mismo la más alta autoridad moral en este mundo. Esta autoridad consiste en enseñar al mundo entero – personas de todas las naciones y religiones – los mandamientos de Dios, es decir, observar todo lo que Cristo ha mandado (cf. Mt 28,20). En la medida en que la enseñanza de la Iglesia – en la Santa Sede y en el episcopado católico – se vuelve débil, poco clara, ambigua o incluso contradictoria, la influencia de la anti-verdad, en todas sus derivaciones ideológicas y formas religiosas, inevitablemente aumentará. La fuerza del islam puede ser cada vez más atractiva para algunos, pero el islam no confiere y no podrá nunca conferir al alma humana la fuerza espiritual necesaria para transformarse interiormente en una persona nueva a través de la gracia de Cristo. Vivo en una comunidad de mayoría musulmana que tiene también una fuerte presencia ortodoxa; cuando la gente asiste a estos eventos, tanto los líderes religiosos como la gente común se preguntan qué está sucediendo con el Papa y con la Santa Sede. Permitiendo eventos tan ultrajantes, las autoridades de la Santa Sede están de hecho silenciando la verdad de Cristo, la voz de Cristo. Es por lo tanto imperativo para nuestro tiempo que las palabras del Papa y de las autoridades de la Santa Sede respecto a la enseñanza de la Iglesia correspondan fielmente a sus acciones. Porque no existe autoridad moral más alta en este mundo que la de Jesucristo, que ha confiado su autoridad al Magisterio del Papa y del episcopado. ¡Qué tremenda responsabilidad! ¡Y qué inmensa futura responsabilidad delante del tribunal de Cristo!
------------Durante el Gran Jubileo del 2000, Roma hospedó el primer World Pride (1-9 de julio de 2000). En aquella ocasión el Papa San Juan Pablo II denunció públicamente el evento, afirmando: «En nombre de la Iglesia de Roma no puedo sino expresar mi profunda tristeza por la afrenta al Gran Jubileo del Año 2000 y por la ofensa a los valores cristianos de una ciudad tan querida al corazón de los católicos de todo el mundo. La Iglesia no puede callar la verdad, porque faltaría a su fidelidad a Dios Creador y no ayudaría a distinguir el bien del mal» (CCC, n. 2358). A este propósito, deseo solo leer cuanto afirma el Catecismo de la Iglesia Católica, el cual, después de haber recordado que los actos homosexuales son contrarios a la ley natural, afirma: «El número de hombres y mujeres que tienen tendencias homosexuales profundamente arraigadas no es despreciable. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayor parte de ellos una prueba. Ellos deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Toda marca de injusta discriminación hacia ellos debe ser evitada. Estas personas son llamadas a cumplir la voluntad de Dios en su vida y, si son cristianos, a unir al sacrificio de la Cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición» (CCC, n. 2358) (Ángelus, 9 de julio de 2000).
------------Excelencia, ¿qué mensaje querría enviar al Papa León XIV? Athanasius Schneider: Querría implorar al Papa León XIV que repita, en sustancia, estas palabras del Papa Juan Pablo II, manifestando así al mundo entero la verdadera humildad en reconocer la culpa de la Santa Sede respecto al ultrajante evento LGBTQ+ en la Basílica de San Pedro. La humildad es coraje para la verdad. Si el Papa León XIV hiciera públicos actos de pesar e incluso de reparación, no perdería nada; si no lo hiciera, perdería algo a los ojos de Dios – y solo Dios cuenta. Desde lo profundo de mi corazón deseo al Papa León XIV la gracia de Dios, para que tenga el coraje de reparar este acto abominable que ha manchado la santidad del Año Jubilar, usando en toda verdad las palabras de san Pablo: «No me he sustraído al deber de anunciaros toda la voluntad de Dios» (Hechos 20,26-27). Por desgracia el Santo Padre no ha escuchado hasta ahora la súplica del obispo Schneider y de otros.
------------Usted me escribe: «el Santo Padre […] cuando aprobó que mons. Savino celebrase una Misa para el jubileo de los homosexuales, está claro que ni siquiera le pasó por la mente aprobar ese pecado, sino que quiso animar al obispo a estar cristianamente cercano a estas personas […] también para exhortar a aquellos que estuvieran apegados a este pecado o incluso quisieran legitimarlo, a comprometerse con espíritu de penitencia a hacer lo posible por liberarse de este pecado». Admitiendo incluso que esta fuese la intención del Papa, el medio escogido no es conforme al propósito, sino que está en contradicción, de hecho las organizaciones LGBT promotoras de tal peregrinación, como ha recordado la periodista Montagna en la entrevista a Schneider, cuales: Tienda de Jonatán, Red Global de Católicos Arcoiris y Outreach guiado por el padre James Martin, a diferencia de Courage, son promotoras no ciertamente de la castidad para los homosexuales, sino de que la Iglesia reconozca su “derecho” a donarse completamente el uno al otro, es decir, a la legitimación del pecado sodomítico (se puede ir al sitio, por ejemplo, de la Tienda de Jonatán, y verificar personalmente si lo que estoy diciendo es verdadero o no). Y mons. Savino ha declarado que el Papa le habría dicho: «usted vaya a celebrar el Jubileo organizado por la Tienda de Jonatán y de las otras asociaciones que se ocupan de hermanos y hermanas». El Vaticano no ha desmentido estas palabras, entonces, ¿qué debemos pensar nosotros? Puesto que estas asociaciones “se ocupan de hermanos y hermanas” de un modo no ciertamente conforme a la doctrina de la Iglesia, la intención del Papa de la que usted habla, es decir, «exhortar a aquellos que estuvieran apegados a este pecado o incluso quisieran legitimarlo, a comprometerse con espíritu de penitencia a hacer lo posible por liberarse de este pecado», entra en estridente contraste con el medio escogido.
------------La otra tesis suya, Padre Filemón, «si el Papa ha callado, ello depende simplemente del hecho de evitar discriminaciones al señalar hechos escandalosos, cosa inevitable porque no puede cada día hablar de hechos de este género», la encuentro sinceramente muy débil: los ojos de todo el mundo estaban puestos en esta peregrinación jubilar LGBT, y todos los medios le han dado amplio espacio, comentándola, casi siempre, como ulterior paso de la Iglesia, después de los de Francisco, hacia la normalización de la homosexualidad en la Iglesia. Por lo tanto me parece difícil compararlo con «Hechos escandalosos como los que han ocurrido en San Pedro suceden en centenares cada día en todo el mundo».
------------Acojo en cambio su interpretación, Padre Filemón, cuando dice que «con aquella expresión [“altamente improbable”] haya querido decir, casi ironizando, que nunca sucederá que la Iglesia cambie sobre la doctrina». Pero ciertamente esto confirma, a mi parecer, la inoportunidad, como dice también el obispo Schneider, de que los papas se presten a este tipo de comunicación. Usted concluye diciendo: «Un Papa prohíbe y prohibirá siempre el pecado de sodomía». Usted, con estas palabras, justamente, también por su forma mentis de teólogo, continúa concentrando su atención en los documentos y afirmaciones magisteriales en el plano doctrinal. El punto verdadero de la cuestión, a mi parecer, no es que «el Papa no afirmará nunca magisterialmente que la sodomía no es más pecado», sino que un Papa, mediante otros actos de su gobierno de la Iglesia, como el aliento a las asociaciones LGBT como La Tienda de Jonatán, a James Martin, a sor Jeanine Gramick, etc., a proseguir un “apostolado” que en realidad, en algunos aspectos fundamentales, está en contraste con la doctrina, no comete simplemente “una imprudencia”, sino que arriesga comunicar a todos los fieles, en la práctica, una doblez de enseñanza: por una parte está la doctrina que no es tocada, pero por la otra, es como si dijese… queridos hermanos y hermanas atraídos por el mismo sexo, mediante la pastoral es posible, en cierto modo, pasar por alto la doctrina, superar el obstáculo, y así podemos tolerar, en cierta medida, que vosotros incurráis en tal pecado.
------------Creo sinceramente que no podemos no preguntarnos: ¿pero puede haber en la Iglesia una pastoral que no esté en sintonía con la doctrina de siempre? O bien, en otras palabras, ¿podemos decir, sinceramente, que cuanto el Papa Francisco y hasta ahora el Papa León nos han comunicado respecto a la homosexualidad, sea plenamente conforme a: «Sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no, porque lo que pasa de esto, del maligno procede» (Mt 5,37)? Yo francamente me sentiría hipócrita al responder que sí. Pero con esto no me permito juzgar como tal a quien en buena fe está convencido de lo contrario. Recemos por el Papa.
   
----------Mis respuestas: Estimados amigos, respondo por puntos:
----------1) Me dicen: "En un artículo del mismo Martin en Outreach, él niega explícitamente que la Biblia… No sé si usted, Padre Filemón, haya oído jamás de tales exégesis disparatadas…" 
----------Respondo: Queridos amigos, en estas palabras del padre James Martin es evidente la confusión que él hace, por una parte entre los divinos mandamientos, los cuales son inmutables, y entre estos está la prohibición del pecado de sodomía, y por otra parte ciertas normas prácticas o jurídicas que corresponden a estadios superados o atrasados de la humana conciencia moral en sociedades antiguas, es decir, comportamientos que, gracias a la posterior difusión del Evangelio y al progreso moral que éste ha promovido desde entonces hasta hoy, han sido abandonados y hoy son incluso condenados.
----------2) Me dicen: "En el ámbito de Outreach, del cual Martin es uno de los fundadores… cuyos enlaces están reportados en esta página de Outreach, y dígame si son conformes a la doctrina católica..."
----------Respondo: No es difícil responder a esta pregunta. Puesto que estos autores dan falsas interpretaciones de los pasajes de la Escritura que se refieren a la sodomía, es evidente que su posición no es conforme a la doctrina católica expuesta en el Catecismo de la Iglesia Católica.
----------3) Ustedes me dicen: "El objetivo de tal “recurso” de Outreach, por lo tanto, es que aquel o aquella… persigue: manipular la Sagrada Escritura en clave homosexualista".
----------Respondo: Es evidente que una obra de evangelización, que tuviese como criterio un juicio positivo acerca de la práctica de la homosexualidad, sería del todo falsa y contraproducente.
----------4) Me dicen: "Y puesto que tanto el Papa Francisco como el Papa León XIV no podían ignorar todo esto… para las personas atraídas por individuos del mismo sexo…"
----------Respondo: Los contactos que el papa Francisco y el actual Pontífice han tenido con el P. Martin deben ser interpretados como la aprobación y el apoyo al aspecto positivo de su ministerio sacerdotal y de su pastoral a favor de los homosexuales. Al mismo tiempo está claro que los dos Pontífices, en cuanto Maestros de la fe, nos enseñan con absoluta claridad la ilicitud de las prácticas homosexuales.
----------Habiendo dicho todo esto, yo modestamente querría expresar alguna reserva respecto al comportamiento práctico que ha tenido el papa Francisco en este sector delicado de la problemática sexual. Querría decir que, aun en su ejemplar actitud de misericordia, a mi modo de ver el papa Francisco habría debido tener hacia los homosexuales una actitud paterna más adecuada para tocar en ellos su conciencia, de modo que suscitase en ellos un movimiento de reflexión y de arrepentimiento.
----------Ahora bien, por cuanto respecta a la vinculación del orgullo gay con el mes del Sagrado Corazón, como si se tratase de dos valores conjuntos, debemos decir que tal imagen suscita en un católico normal un profundo sentido de repugnancia y de justo desdén.
----------5) Me dicen: "En este artículo publicado por La Nuova Bussola Quotidiana… llamadas a practicar la castidad, pueden también practicar los actos homosexuales."
----------Respondo: Aquí se nota, ciertamente, el uso hipócrita del concepto de recepción o acogida. Es evidente que esta postura supone un concepto relativista de la moral, por el cual los Mandamientos divinos no se consideran universales y obligatorios para todos, sino que son opcionales. Ellos deben ser propuestos, pero en el caso de que la persona a la cual nosotros proponemos la obediencia a un determinado Mandamiento, por ejemplo la castidad, no agrade la propuesta, esta persona es libre de rechazarla.
----------Estos falsos teólogos ponen en el mismo plano la propuesta del Evangelio con lo que podría ser la oferta de un cigarrillo a otra persona. Puede suceder que esta persona nos diga que no fuma. Entonces retiramos la propuesta. Pero proponer la observancia del sexto Mandamiento a un homosexual no es lo mismo. Puesto que este Mandamiento lo obliga también a él, si él lo rechaza es evidente que comete pecado y no puede evitar las consecuencias, aunque puedan existir atenuantes subjetivos o formas de ignorancia invencible.
----------6) Ustedes me dicen: "El 5 de septiembre de 2017, en un simposio en la Universidad de Fordham, … que heroicamente buscan mantenerse castos."
----------Respondo: Les recuerdo cómo los últimos Pontífices han claramente excluido que la unión homosexual pueda definirse como matrimonio. La atracción homosexual ciertamente es una forma de amor, pero, según el dictamen de la razón natural, se trata de un amor desviado y falso.
----------En lo que respecta a la homofobia, hay que ver qué entendemos con esta palabra. En efecto, si entendemos el odio hacia los homosexuales, es evidente que puede asumir también los caracteres de un acto penalmente perseguible. Si en cambio por homofobia, como entienden los *genderistas*, entendemos la condena del pecado de homosexualidad, la acusación de homofobia se convierte en una hipocresía.
----------7) Por cuanto respecta a cuando me dicen: "El 29 de agosto en una entrevista en la Universidad de Villanova … una imagen de la Virgen envuelta en tal enseña."
----------Respondo: En lo que respecta al beso, sabemos todos que existen por un lado besos que son castos y por otro lado, besos que son sensuales. En lo que respecta en cambio a la tesis, según la cual quien abandona el vicio de la sodomía sufriría perturbaciones interiores y no sabría integrarse con la sociedad, es una tesis tan falsa, que no merecería siquiera dar una respuesta.
----------Lo que en cambio se debe decir y que corresponde a la más elemental experiencia humana es que, cuando uno de nosotros logra liberarse de algún vicio, su alegría es grande, porque prueba la satisfacción de haber conseguido en su espíritu dominar la carne, según lo que es el deseo de san Pablo, cuando habla del sufrimiento interior que probamos al constatar el conflicto en nuestro interior entre el espíritu y la carne.
----------8) Me dicen: "En diciembre de 2023, cuando el Papa Francisco publicó la declaración Fiducia supplicans … Obviamente, en el artículo de Martin no hay ninguna invitación a la castidad."
----------Respondo: En lo que respecta a la declaración Fiducia Supplicans, como observó el mismo papa Francisco, no se trata de bendecir el pecado, sino a las personas que son creadas a imagen de Dios, son llamadas a la santidad y poseen dones recíprocamente complementarios. Al mismo tiempo el cardenal Víctor Fernández recordó a estas parejas el deber de convertirse del pecado y, aunque él no usa la palabra sodomía, se entiende perfectamente de qué pecado se trata.
----------9) Me dicen: "El 12 de octubre de 2018 Martin escribió un artículo para America, … Tertium non datur"
----------Respondo: Las palabras del padre James Martin con las cuales rechaza el juicio que el Catecismo de la Iglesia Católica da acerca de la práctica homosexual son ciertamente erróneas. Sin embargo, yo sugeriría prestar más atención a lo que él dice acerca de la parte de sí de la persona homosexual capaz de amar (aquella que ama, incluso si es con un amor nunca expresado sexualmente).
----------Ahora bien, aquí, al margen de la tendencia homosexual, como hace el mismo Martin, ¿por qué no rastrear una referencia al hecho de que la pareja homosexual es una pareja de dos personas humanas capaces de amar según los dones recibidos de Dios?
----------10) "En 2019 Martin criticó el rechazo público… debe poder acceder a la Sagrada Comunión."
----------Respondo: En lo que respecta al caso de aquella pareja, yo creo que es bueno abstenerse de dar una valoración de las palabras del P. Martin por el hecho de que, tratándose de un caso particular, el sacerdote con su prudencia conserva su facultad de decidir si una pareja homosexual puede o no puede comulgar.
----------Obviamente el sacerdote en estos casos debe saber actuar con la debida delicadeza, hablando en vía reservada a la pareja y haciéndole presente la inconveniencia o la inoportunidad de acercarse a la Comunión y eventualmente haciendo referencia al n. 84 de la encíclica Familiaris Consortio de san Juan Pablo II. En cambio es absolutamente inconveniente que el sacerdote durante la Misa rechace la Comunión a una de estas parejas, que se presenta de modo imprevisto e inesperado.
----------11) "Siempre en 2019 Martin ha criticado el documento … con el texto del documento de la CDF)."
----------Respondo: Recuerdo que la distinción entre varón y mujer, además de ser una distinción de razón, es también verdad de fe. Ahora bien, Martin refleja claramente la típica mentalidad genderista, la cual concibe la naturaleza humana como sujeto espiritual que puede manipular a placer la parte material de la naturaleza.
----------En el trasfondo de esta concepción está la ética rahneriana de la persona. Como lo he dicho en otras ocasiones, Karl Rahner, en efecto, afirma que la naturaleza humana es indefinible, es decir, no existe una naturaleza humana fija, definida y universal. De aquí la consecuencia de que él niega la existencia de una ley moral natural universal e inmutable, por lo cual cada persona tiene derecho, en base a su libertad, de modelar su propio cuerpo según su voluntad. De aquí la licitud de crear artificialmente otras formas de sexualidad, como por ejemplo la transexualidad, distintas de las dos formas naturales del varón y de la mujer.  
----------Querido amigos, al margen de todos los discursos que ustedes hacen, la cuestión es muy simple. La práctica homosexual es pecaminosa, por lo cual la Iglesia sobre este punto no cambiará nunca.
----------Al mismo tiempo nuestro deber de la evangelización, de la educación cristiana, del respeto de las personas, de la compasión por los débiles, de llamar a los pecadores, de formar las conciencias y de guiar al hermano al reino de Dios, nos impone un compromiso serio de parte de todos, bajo la guía de nuestros Pastores y del Santo Padre León XIV, así como de la de los buenos teólogos y del magisterio de la Iglesia, en hacer todo lo posible, con la ayuda de la gracia, dando primeramente el buen ejemplo, a fin de que los pecadores se conviertan a nuestro Señor Jesucristo, poniendo a fruto los dones recibidos.
   
Fr Filemón de la Trinidad
La Plata, 8 de octubre de 2025 

13 comentarios:

  1. Está bien. Sólo es de esperar una remisión a la vigente categoría de "pecados que claman al Cielo por castigo", milenaria categoría receptada por el Catecismo de la Iglesia Católica, y que ha desaparecido en los últimos años, por razones de corrección política.

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    1. Estimado Anónimo,
      por cuanto respecta a la expresión “pecados que claman al cielo” no es una categoría caduca ni “desaparecida” como usted dice, sino una formulación tradicional que sigue teniendo vigencia en la enseñanza de la Iglesia. El Catecismo de la Iglesia Católica, en el n. 1867, los enumera explícitamente: la sangre inocente derramada, el pecado sodomítico, la opresión del pobre, la defraudación del salario al trabajador. Por tanto, no se trata de una invención medieval ni de una categoría abandonada, sino de una enseñanza que permanece.
      Ahora bien, cuando usted habla de “remisión”, habría que aclarar qué es lo que usted entiende. Si se refiere a que en la exposición catequética actual no se insiste tanto en la fórmula “pecados que claman al cielo”, es cierto que el lenguaje pastoral ha cambiado, pero la sustancia doctrinal permanece. Otra cosa es que, en algunos ambientes, se prefiera evitar expresiones que puedan sonar duras o incomprensibles al oído contemporáneo.
      En este punto conviene rechazar la idea de que se trate de una “desaparición por corrección política”. La Iglesia no adapta su doctrina a las modas del mundo: lo que puede variar es el modo de expresarla, buscando que sea comprensible y pastoralmente fecunda. Pero la verdad de fe y de moral permanece intacta. La supuesta “corrección política” no explica, por tanto, la menor visibilidad de esta categoría en ciertos discursos; lo que hay es un esfuerzo de pedagogía pastoral, no una renuncia doctrinal.
      Dicho esto, no podemos ignorar que, aunque la enseñanza oficial de la Iglesia es clara y completa, existen ambientes o comunidades donde, por una suerte de “corrección política doméstica”, se calla sobre la gravedad de ciertos pecados que claman al cielo. Recuerdo, por ejemplo, que durante la pasada pandemia seguí semanalmente por internet las homilías de una cercana comunidad lefebvriana y, durante dos años, jamás se habló de dos de esos pecados: la opresión del pobre y la defraudación del salario al trabajador. Ese silencio selectivo también es política, aunque de carácter interno, y muestra cómo la omisión puede ser tan ideológica como la exageración.
      Lo importante es no confundir el cambio de estilo pastoral con un cambio doctrinal. La Iglesia no ha dejado de enseñar que ciertos pecados tienen una gravedad particular, porque hieren directamente la justicia divina y social.
      En resumen: la categoría sigue vigente, aunque quizá menos subrayada en el lenguaje corriente. Y la “remisión” de la que usted habla convendría precisarla: ¿se refiere a la remisión en el sentido de perdón sacramental, o a la remisión en el sentido de referencia explícita en los documentos recientes?

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  2. Gracias, Padre Filemón! Aprecio mucho su ayuda para el discernimiento (partes 1, 2 y 3 de este artículo).
    El Señor sostenga su Obra, que considero ser de una gran caridad espiritual e intelectual, para usar una terminología rosminiana, formas de caridad que no son menos que la caridad puramente material.

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    1. Estimado Carlos,
      le agradezco sus buenas palabras, que me animan a proseguir mi trabajo en favor de las almas y de la Iglesia.

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  3. Querido Padre, le transcribo a continuación otros conceptos que compartimos con Paolo y Horacio, luego de leer sus últimas respuestas.
    Su afirmación: «Los contactos que el papa Francisco y el actual Pontífice han tenido con el P. Martin deben ser interpretados como la aprobación y el apoyo al aspecto positivo de su ministerio sacerdotal y de su pastoral a favor de los homosexuales» denota un intento, en sí loable de —permítame decirlo— venir en socorro de los dos papas, y sin embargo, a mi parecer, no fotografía de modo del todo correcto la realidad.
    El discurso es delicado porque se camina sobre una cresta bastante sutil donde se corre siempre el riesgo de caer de un exceso al otro. Un exceso es la pretensión de querer “enseñar al Papa cómo se hace de papa”, que debemos censurar; el otro exceso es el de rehusarse a ver en los comportamientos, en las acciones del Papa, aspectos que resultan objetivamente contradictorios, creyendo que de ese modo se ayuda al Papa y a la Iglesia.
    Ahora bien, si un papa se da cuenta de que un determinado presbítero, o una determinada religiosa, desarrolla un apostolado importante que presenta, contemporáneamente, digamos, dos aspectos: uno positivo (por lo tanto que hay que alentar) y uno bastante negativo porque está en contraste con la doctrina (por lo tanto que hay que corregir y en algunos casos sancionar con medidas disciplinarias), me parece lícito esperarse que, a raíz de los encuentros tenidos por el Pontífice con los dos consagrados y de otras comunicaciones (epistolares, telefónicas, etc.) habidas, después de cierto tiempo, aquel presbítero o aquella religiosa continúen sí en la parte positiva y apreciada de su apostolado, pero también que corrijan la parte negativa que ha sido objeto de reprimenda, por parte del Pontífice, relativa al mismo apostolado.
    El Papa Francisco antes, el Papa León hoy, no podían ignorar que el apostolado del Padre Martin no invita a las personas homosexuales practicantes a abandonar las relaciones carnales. Y Martin, por lo que se sabe, no ha cambiado nunca en lo sustancial su enfoque hacia las personas llamadas LGBT. En 2017 el Papa Francisco lo nombró consultor de la Secretaría para las Comunicaciones en el Vaticano. Fue también llamado a participar en el Sínodo sobre la sinodalidad, se encontró en más de una ocasión con el Papa Francisco, el cual también le escribió personalmente, y siempre, tanto de los encuentros como de las cartas —repito, siempre— Martin recibió (porque hechos públicos) elogios y alientos, a pesar de que más de un obispo (entre ellos el cardenal Sarah) había públicamente denunciado las faltas del jesuita estadounidense. Y lo mismo, puntualmente, está sucediendo con el Papa León (véase el punto 2 de nuestros mails que usted, Padre Filemón, ha publicado en el primer artículo de este diálogo).
    Ahora bien, si un Papa pide a un sacerdote o a una religiosa corregir un cierto aspecto de su apostolado, y esto no se verifica, pasa el tiempo (años en el caso de Martin), y desde el Vaticano no llega ningún llamado disciplinario, parecería lícito deducir que en la sede de Pedro se sienta una persona débil que, a pesar de la ayuda del Espíritu Santo, prefiera dejar correr el error (grave) y no valerse del poder de “atar y desatar en la tierra”. ¿Pero es realista una tal suposición?
    Nosotros tenderíamos más bien a pensar que la intervención de corrección, por parte de los mencionados Pontífices, si es que la hubo, haya sido tan “ligera” que el sujeto que la recibió pudo bastante tranquilamente descuidarla y continuar por su camino.
    ¿Es maliciosa esta tesis, o de simple buen sentido? ¿Hay quizá una tercera posibilidad que se nos escapa?

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    1. Con respecto a la entrevista en la que el Padre Martin decía a un homosexual practicante, que iba a misa: «Espero que en una decena de años puedas besar a tu pareja. ¿Por qué no? ¿Qué hay de terrible?», usted, Padre, comentó: «En lo que respecta al beso, sabemos todos que existen por un lado besos que son castos y por otro lado, besos que son sensuales».
      No sé si lo suyo quería ser una broma de ingenio (en cuyo caso lo aprecio y correspondo sonriendo...), porque de lo contrario debería recordarle que aquí no se está hablando del beso en las mejillas que comúnmente se intercambia entre parientes e incluso entre amigos, sino justamente de «besar a tu pareja», la pareja, no el amigo, por lo tanto análogamente a como un hombre y una mujer enamorados se besan para comunicarse su amor que no es puramente o simplemente una amistad.

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    2. Si yo, o Paolo, o bien Horacio, declaramos que Fiducia supplicans cae en la blasfemia, en la herejía y ha sido una “repugnante sorpresa”, usted, Padre, se sentiría justamente en el deber de reprenderme. Pero se da el caso de que los susodichos tres juicios han sido expresados, respectivamente, por el cardenal Gerhard Müller, prefecto emérito de la “Congregación para la Doctrina de la Fe”, por el cardenal Robert Sarah, prefecto emérito de la “Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos”, y por el cardenal Joseph Zen, y me parece bastante improbable que tres sucesores de los Santos Apóstoles de este “calibre” puedan haber malentendido del todo la Declaración redactada por el cardenal Fernández.
      Permítame, Padre, hacer alguna observación mía sobre FS que desarrollaré en varios comentarios.
      En el texto, desde la breve presentación, se afirma la posibilidad de bendecir “a las parejas irregulares y a las parejas del mismo sexo”. Y este es el punto principal de la Declaración: la verdadera novedad consiste precisamente en la bendición de las parejas irregulares y de las llamadas “parejas” del mismo sexo. En efecto, la bendición de personas individuales, aun si grandes pecadores, siempre ha sido posible en la Iglesia. Por lo tanto, la Declaración concierne específicamente a la petición de dos personas que no piden ser bendecidas individualmente, como pecadores individuales (como lo somos todos), sino como pareja, en cuanto pareja unida no por una relación de amistad, sino por una relación afectiva/sexual.
      En una óptica puramente humana, a nivel de sola razón, ¿qué es lo que hace de dos personas, una pareja? Su relación afectiva. Y, permaneciendo siempre en un punto de vista puramente humano y racional, por relación afectiva debemos entender una relación de amor (al menos en las intenciones el uno hacia el otro), es decir, una relación que implica la dimensión del eros, y que se promete ser fiel, por lo tanto exclusiva.
      Se sigue que bendecir a las dos personas, no individualmente, sino precisamente en cuanto pareja, implica inevitablemente bendecir su relación amorosa. Sostener que, bendiciendo a la pareja, se está bendiciendo simplemente a las dos personas, o bien que se bendice a la pareja pero no a la unión, o que se bendice la amistad entre los dos… aparece como un modo capcioso, sofístico, para intentar eludir la problematicidad que plantea esta nueva bendición para parejas pecaminosas. Si, en efecto, a la “pareja” se le quita el vínculo, la relación amorosa/sexual que media entre los dos, ¿qué queda de la pareja misma? Quedan solo las dos personas individuales, que obviamente pueden ser separadamente bendecidas, pero entonces ya no se debe hablar de bendición de las parejas, que es en cambio el objeto específico y de verdadera novedad de la Declaración, sin la cual, repetimos, tal documento no habría tenido razón de nacer.

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    3. Por lo tanto, FS, abriendo a la posibilidad de bendecir “parejas del mismo sexo”, permite bendecir la relación afectiva homosexual que media entre los dos, aquello que los constituye como “pareja”. Y sin duda en este sentido es recibida por el mundo, en particular por la “comunidad LGBT”. Ya a partir de estas consideraciones de simple buen sentido se entiende que, a la crítica de este nuevo tipo de bendición, no se puede replicar con “el Señor bendice a todos y por lo tanto a nadie se debe negar la bendición”, porque se trata de una argumentación no pertinente respecto a la crítica que se hace, por lo tanto una argumentación inválida, en cuanto, una vez más, aquí no está en discusión la bendición de ninguna persona como individual (siempre posible), sino de la pareja en cuanto tal.
      Se sigue que bendecir a las dos personas, no individualmente, sino precisamente en cuanto pareja, implica inevitablemente bendecir su relación amorosa. Sostener que, bendiciendo a la pareja, se está bendiciendo simplemente a las dos personas, o bien que se bendice a la pareja pero no a la unión, o que se bendice la amistad entre los dos… aparece como un modo capcioso, sofístico, para intentar eludir la problematicidad que plantea esta nueva bendición para parejas pecaminosas. Si, en efecto, a la “pareja” se le quita el vínculo, la relación amorosa/sexual que media entre los dos, ¿qué queda de la pareja misma? Quedan solo las dos personas individuales, que obviamente pueden ser separadamente bendecidas, pero entonces ya no se debe hablar de bendición de las parejas, que es en cambio el objeto específico y de verdadera novedad de la Declaración, sin la cual, repetimos, tal documento no habría tenido razón de nacer.
      Por lo tanto, FS, abriendo a la posibilidad de bendecir “parejas del mismo sexo”, permite bendecir la relación afectiva homosexual que media entre los dos, aquello que los constituye como “pareja”. Y sin duda en este sentido es recibida por el mundo, en particular por la “comunidad LGBT”. Ya a partir de estas consideraciones de simple buen sentido se entiende que, a la crítica de este nuevo tipo de bendición, no se puede replicar con “el Señor bendice a todos y por lo tanto a nadie se debe negar la bendición”, porque se trata de una argumentación no pertinente respecto a la crítica que se hace, por lo tanto una argumentación inválida, en cuanto, una vez más, aquí no está en discusión la bendición de ninguna persona como individual (siempre posible), sino de la pareja en cuanto tal.

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    4. Otro punto de la Declaración que deseo comentar es el n.27, en el cual se reportan algunas palabras del Papa Francisco:
      “[…] El Papa Francisco ha propuesto una descripción de este tipo de bendiciones que se ofrecen a todos, sin pedir nada […] «Es Dios quien bendice. En las primeras páginas de la Biblia es un continuo repetirse de bendiciones. […]. Así nosotros para Dios somos más importantes que todos los pecados que nosotros podamos cometer, porque Él es padre, es madre, es amor puro, Él nos ha bendecido para siempre. Y no dejará nunca de bendecirnos».”
      Las bendiciones divinas en los capítulos iniciales del Génesis, citadas por el Papa, son sí “sin condiciones”, pero porque conciernen a objetos intrínsecamente buenos en cuanto creados por Dios. Y la única relación de amor humano que es bendecida por Dios es la que existe entre hombre y mujer (Gen 1,27-28). Como ya se ha dicho, bendiciendo a la única verdadera pareja humana, Dios bendice también la diferencia sexual varón-mujer, finalizada a la complementariedad portadora de vida, colaboración humana al proyecto divino, realizándose en el hacerse una sola carne, comunión de amor-única-familia, como el mismo Jesús recordará a los fariseos:
      “[…] ¿No habéis leído que el Creador desde el principio los hizo varón y hembra y dijo: Por esto el hombre dejará al padre y a la madre y se unirá a su mujer y los dos se harán una sola carne?” (Mt 19, 4-5).
      Podemos ciertamente decir que todo ser humano, en el momento de su concepción, es bendecido por Dios, y continuará siendo amado por Él a pesar de muchos pecados, pero no podemos afirmar que todos los hombres, en todas sus situaciones y cualquiera que sea su comportamiento, continúen de todos modos siendo bendecidos. Por ejemplo, permaneciendo en los primeros capítulos de la Biblia, ¿qué dice Dios Padre a Caín, después del fratricidio?
      “[…] ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano grita a mí desde el suelo. Ahora sé maldito, lejos del suelo que ha abierto la boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano.” (Gen 4, 10-11).
      Y, en los Evangelios, en Mt 16,23, las palabras de Jesús son ciertamente dirigidas a Satanás, pero Pedro, que le ha dado voz, ¿podemos decir que en ese momento sea bendecido por el Señor? Y en Lc 13, 25-28, ¿podemos decir que sean bendecidos aquellos a quienes el dueño de casa, figura de Dios, dirige las siguientes palabras: “Vosotros, no sé de dónde sois. Apartaos de mí, todos vosotros obradores de injusticia. Allí habrá llanto y rechinar de dientes, cuando veáis a Abraham, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros en cambio echados fuera”?
      Y cuando en Mt 25,41-43, el Hijo del hombre anuncia su retorno en la Gloria, las palabras que Él dirigirá a aquellos que estarán a su izquierda, no pueden ciertamente ser interpretadas como bendición:
      “Entonces dirá también a los que estarán a la izquierda: ‘Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno, preparado para el diablo y para sus ángeles, porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, era extranjero y no me acogisteis, desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis’.”

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    5. ¿Y podemos afirmar que aquellos que no se han esforzado en pasar “por la puerta estrecha” reciban de todos modos del Señor su bendición? ¿Y en la parábola de los viñadores homicidas, podemos decir que estos al final sean bendecidos? Ciertamente no. Y finalmente, aquel que peca contra el Espíritu Santo, dado que no puede ser perdonado, ¿se puede sostener que sea igualmente bendecido por Dios?
      «A quien hable contra el Hijo del hombre, le será perdonado; pero a quien hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este mundo ni en el futuro» (Mt 12,32).
      ¿Por qué, entonces, tanta dificultad, tanta obstinada resistencia, en Fiducia supplicans, en reconocer que la bendición de Dios no va siempre y de todos modos a todos los hombres, en cualquier momento de su vida y cualquiera que sea lo que hagan?
      Además, no es verdad, como se afirma en varios puntos de FS, que las bendiciones divinas sean siempre “incondicionadas”. Por ejemplo, en el punto 16 de la misma Declaración se cita la bendición de Moisés al pueblo de Israel en Éxodo 39,43. Pero bastaría leer el versículo de la bendición, junto con el que inmediatamente lo precede, para notar que Moisés procede a bendecir solo después de haber constatado que los israelitas habían cumplido lo que el Señor había ordenado:
      «Los israelitas habían ejecutado todo el trabajo como el Señor había ordenado a Moisés. Moisés vio toda la obra y constató que la habían ejecutado como el Señor había ordenado. Entonces Moisés los bendijo» (Ex 39, 42-43).

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    6. Esta posición expresada por la Declaración aparece de muy difícil sostenibilidad, pero es lo que viene ulteriormente explicitado en el sucesivo punto 12, pero también en otros, como, por ejemplo, el punto 25:
      “12. Se debe asimismo evitar el riesgo de reducir el sentido de las bendiciones solamente a este punto de vista, porque nos llevaría a pretender, para una simple bendición, las mismas condiciones morales que se piden para la recepción de los sacramentos. En efecto, existe el peligro de que un gesto pastoral, tan amado y difundido, sea sometido a demasiados prerrequisitos de carácter moral, los cuales, con la pretensión de un control, podrían poner en sombra la fuerza incondicionada del amor de Dios sobre el cual se funda el gesto de la bendición”.
      “25. […] cuando las personas invocan una bendición no debería ser puesta un exhaustivo análisis moral como precondición para poder conferirla. No se debe requerirles una previa perfección moral”.
      Amar a Dios comprometiéndose a observar sus mandamientos y a rechazar lo que contrasta con el Evangelio, incluida una relación sexual antitética al proyecto divino de la unión nupcial, no “reduce el sentido de la bendición” y no se trata de un simple “punto de vista” como otro, sino que, si queremos… es el punto de vista de Dios para nosotros. Además, para la bendición individual del pecador, no se requiere en absoluto la “perfección moral” para recibirla, de modo que la afirmación del punto 25 resulta no pertinente, si no engañosa, puesto que, como ya se ha subrayado tantas veces, estamos hablando de bendecir no a los pecadores individuales sino a una relación pecaminosa, y por lo tanto, en cierto modo, al mismo pecado.
      Por lo demás, de lo afirmado en el texto, se debería deducir que las bendiciones litúrgicas, en cuanto requieren determinados prerrequisitos morales, corren el riesgo de poner en sombra la fuerza incondicionada del amor de Dios. Ignoro si existe algún texto magisterial, o también algún teólogo que haya jamás temido este riesgo, este potencial “defecto” de las bendiciones litúrgicas…
      Además, en el precedente punto 8 de FS, que entra en la sección titulada “El sentido de las diversas bendiciones”, se había afirmado:
      “[…] las bendiciones tienen por destinatarios personas, objetos de culto y de devoción, imágenes sagradas, lugares de vida, de trabajo y de sufrimiento, frutos de la tierra y de la fatiga humana, y todas las realidades creadas que remiten al Creador, las cuales, con su belleza, lo alaban y lo bendicen”.

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    7. ¿Pero se puede sostener que una relación homosexual, con su “belleza”… remita al Creador, lo alabe y lo bendiga? Evidentemente no, al contrario, no siendo la relación homosexual creada por Dios, contradice Su voluntad y Su proyecto para la humanidad, de modo que es también un rebelarse contra el Creador, no ciertamente un bendecirlo. Se sigue que el punto 8 de FS niega de hecho que una relación homosexual pueda ser destinataria de bendición, terminando así por contradecir… toda la declaración Fiducia supplicans.
      Una última reflexión a partir del punto 38 de la Declaración, en el cual se dice:
      “[…] En la breve oración que puede preceder a esta bendición espontánea, el ministro ordenado podría pedir para ellos la paz, la salud, un espíritu de paciencia, diálogo y ayuda mutua, pero también la luz y la fuerza de Dios para poder cumplir plenamente su voluntad.”
      “Un espíritu de paciencia, diálogo y ayuda mutua” suenan mucho como un aliento a la pareja homosexual a reforzarse como pareja, a seguir adelante como una pareja normal… pero al final se dice que se está pidiendo la ayuda de Dios también para poder “cumplir plenamente su voluntad”. Ahora bien, aparte del hecho de que esta referencia, este auspicio no resultan obligatorios para el presbítero (el verbo, en efecto, está en condicional: “podría pedir”…), ¿por qué, una vez más, vuelve esta expresión en sí justa, pero que hoy, y subrayo hoy, se presta fácilmente a ser mal interpretada? ¿Por qué no se recuerda nunca de manera clara, explícita, en este como en otros documentos recientes como Amoris laetitia, en qué consista la única voluntad de Dios para aquellos que practican relaciones carnales homosexuales?

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    8. Estimados Fernando, Horacio y Paolo,
      ustedes tocan un problema que se puede cualificar como histórico, vale decir, se trata de un cambio en la conducta del Papado, que ha surgido después del Concilio Vaticano II.
      ¿Qué es lo que ha sucedido? Lo que ha sucedido es que ha surgido un movimiento modernista, que de algún modo ha logrado imponerse en los ambientes eclesiales dirigenciales.
      Hemos tenido Papas santos, incluso canonizados como tales, pero, siendo también ellos criaturas frágiles como todos nosotros, han debido adaptarse a esta situación dolorosa.
      Les pongo un ejemplo. Yo, por un amigo mío, he sabido con absoluta seguridad que el papa Francisco le ha confiado en una determinada ocasión: «Tengo las manos atadas». Esta frase lo dice todo. Si tenía las manos atadas, ¿qué podía hacer?
      Como ya les he dicho y repetido, y esto lo vengo diciendo desde hace años, el papa Francisco en particular ha sido demasiado indulgente con los modernistas. Pero no podemos negar que Francisco se puede llamar el Papa de la misericordia.
      El papa Benedicto dió la dimisión: ¿ha hecho bien? Y en lo que respecta al papa Juan Pablo I, ¿se han preguntado ustedes alguna vez el porqué de su muerte repentina?
      Llegados a este punto yo quisiera darles un consejo. Si yo fuera ustedes, dejaría de extenderme tan abundantemente, como lo hacen ustedes en sus críticas, a la conducta de los últimos Papas respecto a aquellos que pecan contra el VI Mandamiento.
      En cualquier caso, lo esencial es que los Mandamientos del Señor son claros y ningún Papa los cambiará jamás. Por lo demás, ustedes saben bien que cualquier Papa, incluso el más santo, puede pecar, excepto en la fe.
      Por consiguiente, llego ahora a la conclusión. Ustedes me dan la impresión de querer hacer una especie de proceso judicial al Papa. ¿Qué es lo que esperan con eso? ¿No les conviene acaso limitar sus pretensiones? ¿No les conviene acaso vivir sus jornadas de cristiano, en nuestra breve vida de peregrinos en esta tierra, limitando su radio de acción a aquel ambiente eclesial sobre el cual ustedes pueden influir concretamente?
      Una cosa que siempre podemos hacer es rezar por el Papa, para que sea valiente y dispuesto también a sufrir el martirio con tal de testimoniar la verdad de Nuestro Señor.

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