miércoles, 3 de septiembre de 2025

El espejismo del “hermano extraterrestre” y la fe de la Iglesia

En un tiempo de fascinación por lo “extraterrestre”, la fe y la razón recuerdan que la noción de hombre no admite híbridos ni fantasías de laboratorio. El monogenismo y la redención en Cristo ponen límites clarísimos a las especulaciones que confunden ciencia, cine y dogma. Frente a modelos importados de la ciencia ficción, la antropología cristiana afirma con firmeza la dignidad única e irrepetible de la humanidad creada por Dios. [En la imagen: fragmento de "Pablo VI en la Specola", acuarela sobre papel, 2020, obra de P.F., representando el momento en que san Paulo VI visitó el Observatorio Vaticano el 20 de julio de 1969].

"Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya,
a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó"
Génesis 1,27
   
¿Qué es lo que dice la razón?
   
----------Cuando nos planteamos la cuestión si una determinada cosa es posible, debemos tener presente que existen dos tipos de posibilidad: por un lado está la posibilidad ideal o concebibilidad, que atañe a la esencia de la cosa, y por otro lado está la posibilidad real, que atañe a la existencia, es decir, si la cosa puede efectivamente existir. Y luego es menester haber aclarado de qué cosa estamos hablando, es decir, es necesario dar una definición de la cosa de cuya posibilidad nos estamos ocupando.
----------Así, cuando se habla de “extraterrestres” o de “alienígenas”, ¿en qué estamos pensando? ¿Qué idea nos formamos de ellos? ¿Hacemos un discurso racional, científico o filosófico, o trabajamos con la fantasía o la mitología, pensamos en los personajes de las películas de ciencia ficción estadounidenses?
----------Si no queremos dar cuerpo a las fantasías, si no queremos confundir el ser con el ser pensado, si aspiramos a alcanzar la verdad e incluso saber qué es lo que Dios puede hacer o ha hecho, está claro que es preciso usar rigurosamente la experiencia y la razón y dejar de lado las películas americanas o los fantasiosos relatos televisivos propios para niños o adolescentes. Todas esas cosas pueden ser simpáticas, puede también tener un valor simbólico e incluso educativo, pero nada tienen que ver con la ciencia.
----------El problema, por consiguiente, es el de aclarar qué es lo que entendemos cuando hablamos del hombre, porque se presupone que el extraterrestre está evidentemente concebido como un personaje o un viviente que, si no es el hombre, debería asemejarse al hombre quizá en mejor modo.
----------Y he aquí que nos daremos cuenta, de hecho, que una vez aclarado el concepto de hombre, entonces el concepto de extraterrestre como personaje similar o quizá superior al hombre, pero que no es hombre, resulta un concepto contradictorio, un parto de una fantasía incontrolada, avulsa de la realidad, que denota una confusión de planos distintos de la vida o modos del ser, por lo cual no puede ser en absoluto objeto de consideración científica, pues la ciencia evita considerar cosas absurdas o contradictorias, pero tampoco se contenta con la mera posibilidad ideal, sino que exige siempre la posibilidad real.
----------Para un tema tan confusionario como el del “extraterrestre”, negado que sea un hombre, entonces no solo no existe posibilidad de existencia real, sino tampoco ideal o imaginaria, como existe para Papá Noel o Mickey Mouse, porque es un concepto contradictorio e ininteligible.
----------Para tener las ideas claras sobre todo esto, comencemos entonces por recordar que la razón nos dice que el hombre es el animal racional, es sustancia compuesta de espíritu y cuerpo, cuerpo vivificado por un espíritu, materia informada por un alma racional, sujeto físico inteligente, sujeto personal. Dondequiera que exista o pueda existir un ente de esta especie, éste es el hombre.
----------La experiencia nos dice, sin embargo, que el hombre es egoísta, frágil y pecador, por lo tanto necesitado de salvación, la cual no es capaz de procurarse por sí mismo si Dios no lo socorre. La experiencia también nos habla de la existencia de los creyentes en Cristo, quienes, con su vida, dan prueba de la posibilidad del hombre de liberarse del mal y de alcanzar niveles de virtud a los cuales no llegan los no-creyentes.
----------Ahora bien, desde el punto de vista filosófico, al resolver esta cuestión se debe excluir la posibilidad de una noción analógica, no unívoca, del hombre o del animal racional, noción aquí fuera de lugar, porque en tal caso crea confusión, discriminaciones y equívocos. La noción de hombre es unívoca.
----------La noción de el “extraterrestrista”, en lugar de hacer uso de las categorías de la identidad de la naturaleza humana —idéntica en todos los individuos humanos, entre sí diversos, en el común poseer de la razón, común a todos los individuos de la especie humana—, y en lugar de tener presente la igualdad y la universalidad de la naturaleza, la esencia o la especie humana o del género humano, hace un uso impropio y fuera de lugar de las categorías de la pluralidad, de la semejanza y de la diversidad, como si pudieran existir no solo diversos individuos humanos, o diferentes grados de ser humano, o diversas razas de la misma especie humana idéntica en todos los individuos por muy diferentes que sean entre sí, sino que se pudiera admitir la existencia de sujetos físicos inteligentes que no fueran hombres, pero sí similares al hombre. Esta es una idea absurda y Dios no puede en absoluto crear una monstruosidad de este tipo.
----------Para resolver esta cuestión es necesario entonces tener una correcta consideración de la dignidad del hombre y de sus límites y defectos: pot un lado no exagerar apoyándose demasiado en el espíritu, en el yo y en la conciencia, hasta identificar al hombre con el ser, con lo absoluto o con Dios o con el Todo, y por otro lado no degradar su dignidad espiritual bajo pretexto de su animalidad.
----------Por otra parte, definir qué cosa es el hombre basándose en la simple autoconsciencia sin mirar fuera a las cosas externas materiales que nos circundan y ese ser material corpóreo que nosotros mismos somos, significa tener la misma sabiduría de aquel borriquillo que quería elevarse en alto agarrándose de la cola.
----------Pero tampoco hay que tener una concepción demasiado baja, empirista, positivista o materialista del hombre, reduciéndolo a las dimensiones del animal o incluso a un compuesto químico. Para saber qué es el hombre no basta la química, la física o la biología o la zoología, sino que se necesita un concepto del espíritu; es decir, se necesita la antropología filosófica, que conoce, sí, el cuerpo, pero también el espíritu.
----------Y si nos colocamos desde el punto de vista de uno y de otro caso, la hipótesis de hombres en otros planetas es del todo plausible, porque, en el caso del materialismo, el hombre no es concebido como creado por Dios, cuerpo animado por un espíritu semejante a Dios, sino como producto del cosmos, y, en el caso del idealismo panteísta, es concebido como teofanía, es decir, aparición divina.
----------Además, nosotros no sabemos hasta qué punto y dentro de cuáles límites el alma humana acepte informar un determinado cuerpo. No sabemos cuáles sean las condiciones-límite bajo las cuales solamente y no más allá de las cuales un cuerpo puede ser informado por el alma. Nosotros sabemos que de hecho informa nuestro cuerpo, pero no sabemos si podría animar un cuerpo con tres ojos, cuarenta y dos dientes, seis dedos en las manos y en los pies y de cuatro metros de altura.
----------Por consiguiente, un sujeto físicamente muy diferente de nosotros e inteligente también, más que nosotros o menos que nosotros, carece necesariamente de la naturaleza del ser humano. Cuando fueron descubiertos los habitantes de las Américas nació en los descubridores la duda de si ellos poseían un alma racional, dado que tan diferentes parecían a a los Europeos. Pero ningún hombre sensato pensó que no eran hombres, sino solo sujetos semejantes a los hombres europeos. Lo que es imposible es un sujeto físico inteligente que no sea un hombre, porque sería como decir un hombre que no es un hombre.
----------Considerando, por otra parte, la omnipotencia divina, la razón nos dice que Dios, si quiere o si hubiera querido, pudo o puede o podría crear o podría haber creado una multiplicidad de humanidades, es decir, de individuos humanos en distintos planetas. Esta es una posibilidad ideal, la cual, sin embargo, no nos autoriza a deducir una posibilidad real.
----------La cosa puede ser tolerada en los científicos no-creyentes, porque solo de la divina Revelación sabemos que la humanidad ha tenido origen en una pareja en esta tierra, de modo que, para nosotros los cristianos católicos se excluye el poligenismo. Por eso la Specola Vaticana no yerra al reconocer a los científicos no creyentes el derecho, según su conciencia, de estar abiertos a intentar acoger o a enviar al espacio cósmico eventuales mensajes inteligibles descifrables para una vida inteligente como nosotros. Sin embargo, en cambio, si nos interrogamos en base a la razón sobre lo que de hecho Dios ha creado, constatamos la existencia de la humanidad en esta tierra y sabemos que los hombres se multiplican y aumentan por generación.
----------Poniéndonos siempre desde el punto de vista de los no-creyentes, tenemos que decir que, en el estado actual de nuestros conocimientos del universo, prescindiendo de la fe, no somos capaces de saber si en otros planetas hay otros sujetos humanos o creados allí por Dios o llegados allí partiendo desde la tierra. La hipótesis de que han llegado a otros planetas partiendo desde la tierra parece, sin embargo, insostenible, considerando el hecho de que para ello habría sido necesario el uso de una tecnología y de conocimientos astronómicos inmensamente superiores a los que poseemos hoy, precedidos por una evolución que retrocede hasta un estado de civilización inmensamente inferior al actual.
----------En conclusión, preguntarse si pueden existir los extraterrestres es una pregunta mal planteada, porque se basa en un concepto bastardo y contradictorio. Ya en base a la razón que forma un sano concepto de hombre, sabemos que el extraterrestre, tal como lo he definido, no existe y no puede existir. En cambio, no es contrario a la ciencia preguntarse si pueden existir seres humanos, aunque en base a la fe la respuesta sea negativa.
   
La opinión del Director de la Specola Vaticana
   
----------En L’Osservatore Romano del 14 de mayo de 2008 Salvatore Valiante entrevistaba al padre José Gabriel Funes, Director por entonces de la Specola Vaticana. El padre Funes es un sacerdote católico argentino (nacido en Córdoba, en 1963), miembro de la Compañía de Jesús y posee un doctorado de la Universidad Nacional de Córdoba, de Argentina, y también un doctorado de la Universidad de Padua, en Italia. Tiene en su haber, asimismo, un título de filosofía de la Universidad del Salvador, con sede en Buenos Aires junto con un título en teología de la Universidad Pontificia. Como miembro de la Compañía de Jesús, fue ordenado sacerdote en 1995. Se unió al Observatorio Vaticano como investigador en el año 2000. Seis años más tarde, el 19 de agosto de 2006, era nombrado su director, reemplazando a George Coyne. Sus tareas allí terminaron el 18 de septiembre de 2015. El diálogo con Salvatore Valiante es interesante. Transcribo aquí algunas de las preguntas y respuestas, añadiendo mis muy breves observaciones o respuestas a lo afirmado:
----------1“En el Génesis se habla de la tierra, de los animales, del hombre y de la mujer. ¿Esto excluye la posibilidad de la existencia de otros mundos o seres vivos en el universo?”
----------“A mi juicio, esta posibilidad existe. Los astrónomos consideran que el universo está formado por cien mil millones de galaxias, cada una de las cuales está compuesta por cien mil millones de estrellas. Muchas de ellas, o casi todas, podrían tener planetas. ¿Cómo se puede excluir que la vida se haya desarrollado también en otros lugares? Hay una rama de la astronomía, la astrobiología, que estudia precisamente este aspecto y que ha hecho muchos progresos en los últimos años. Al examinar los espectros de la luz que proviene de las estrellas y de los planetas, pronto se podrán identificar los elementos de sus atmósferas —los llamados biomakers— y entender si existen las condiciones para el nacimiento y el desarrollo de la vida. Además, formas de vida podrían existir en teoría incluso sin oxígeno o hidrógeno.”
----------"¿Se refiere también a seres similares a nosotros o más evolucionados?"
----------"Es posible. Hasta ahora no tenemos ninguna prueba. Pero ciertamente, en un universo tan grande no se puede excluir esta hipótesis."
----------Respondo: Hago la observación que si hubiese sido el padre Funes habría preguntado al entrevistador: ¿qué entiende por "seres similares a nosotros o más evolucionados"? ¿Seres humanos? ¿Seres humanos diferentes a nosotros? ¿Seres no humanos pero similares a nosotros, los hombres? Es necesario distinguir. Hipotetizar la existencia en otros planetas de otros seres humanos similares a nosotros, de razas o conformaciones o dimensiones diferentes, es una hipótesis conceptualmente inteligible, quedando en suspenso si hay o no razón para plantearla.
----------Preguntarse, en cambio, si pueden existir seres similares a nosotros, los hombres, pero que no sean hombres, es una hipótesis absurda porque sería como preguntarse si puede existir otro triángulo equilátero similar a él, pero que no sea equilátero. Ahora bien, si hablamos de especies físicas experimentales, vale ciertamente el principio de la analogía: el gato se parece al ocelote o al puma.
----------Pero si entramos en el campo de las especies inteligibles, ontológicas, o bien en los grados del ser categorial, entramos en el campo de la univocidad, como en matemática. La analogía, en cambio, funciona entre las nociones trascendentales. Y por eso Aristóteles decía que las especies categoriales son como los números: cambian con la adición o la sustracción de una unidad.
----------No hay aquí lugar para la semejanza. No decimos que 2+2 se parece a 4, sino que es 4. Ahora bien, la noción de hombre no es analógica: el ente hombre o es hombre o no es hombre. No hay matices, grados o formas intermedias, pasajes sin solución de continuidad entre el hombre y el no hombre, como creía Darwin.
----------Tengamos presente que no existen gradaciones del ser humano como en las realidades analógicas, por ejemplo en la vida, en el pensamiento, en la luz, en el amor, en la bondad, en la virtud y así sucesivamente. La especie humana no tiene encima o debajo de sí una forma similar, sino una especie simplemente diferente: por arriba tiene al ángel; y por abajo tiene a la bestia. Se quita una unidad -la razón- y obtenemos la bestia. Se añade una unidad -la intuición- y obtenemos el ángel.
----------2"¿Y eso no sería un problema para nuestra fe?"
----------"Yo creo que no. Como existe una multiplicidad de criaturas en la tierra, así podrían existir otros seres, también inteligentes, creados por Dios. Esto no contrasta con nuestra fe, porque no podemos poner límites a la libertad creadora de Dios. Para decirlo con san Francisco, si consideramos a las criaturas terrenas como "hermano" y "hermana", ¿por qué no podríamos hablar también de un "hermano extraterrestre"? Sería parte de la creación."
----------Respondo: Hago la observación que la fe nos dice que la única humanidad existente es la humanidad que reside en esta tierra, a menos que en tiempos pasados –cosa extremadamente improbable– alguien de esta tierra haya partido desde aquí para colonizar otro planeta. Pero la fe nos dice también que la humanidad ha tenido origen en una sola pareja y por lo tanto está excluido el poligenismo, es decir, el hecho de que Dios haya creado otras humanidades en otros planetas, si bien, si hubiese querido, habría podido hacerlo.
----------Además, la fe nos enseña que la culpa original se transmite por generación, cosa que requiere el monogenismo, porque de otro modo sería imposible la transmisión de la culpa original.
----------3"¿Y por cuanto respecta a la redención?"
----------"Tomemos prestada la imagen evangélica de la oveja perdida. El pastor deja las noventa y nueve en el redil para ir a buscar aquella que se ha perdido. Pensemos que en este universo puedan existir cien ovejas, correspondientes a diversas formas de criaturas. Nosotros, que pertenecemos al género humano, podríamos ser precisamente la oveja perdida, los pecadores que necesitan al pastor. Dios se hizo hombre en Jesús para salvarnos. Así, si también existiesen otros seres inteligentes, no está dicho que ellos deban haber necesitado la redención. Podrían haber permanecido en amistad plena con su Creador."
----------Respondo: Hago la observación que hay que notar cómo el padre Funes no razona en base a aquella noción filosófica unívoca del hombre, a la cual me he referido arriba, noción confirmada por el dogma (cf. la definición de la naturaleza humana compuesta de espíritu y cuerpo en el Concilio Lateranense IV del 1215, y del alma como forma sustancial del cuerpo en el Concilio de Viennes del 1312), sino que el padre Funes hace más bien pensar que se inspire en modelos extravagantes y fantásticos inventados y proporcionados por la producción cinematográfica de ciencia ficción americana.
----------Notemos de hecho la ambigüedad de su modo de expresarse. Él habla de "diversas formas de criaturas". ¿Qué son? ¿Animales razonables? ¿Ángeles corpóreos? ¿Espíritus materializados? ¿Sujeto físicos inteligentes? ¿Entes personales físicos? ¿Son o no son seres humanos?
----------No existen en todo lo creado, ni pueden existir, formas mixtas o intermedias entre el hombre y la bestia, y entre el hombre y el ángel. Si el alma es sensitiva y no espiritual, tenemos la bestia. Si el espíritu vive como naturaleza completa sin cuerpo, tenemos el ángel. Donde el viviente cognoscente no es el hombre, tenemos o el ángel o la bestia. No hay escapatoria.
----------Funes habla asimismo de "seres inteligentes". ¿Seres corporales inteligentes? Si tienen cuerpo, ¡son seres humanos! Se diría que Funes no tiene clara la diferencia entre la bestia, el hombre y el ángel.
----------La prueba de que el padre Funes (al menos en esa entrevista del 2008) está trabajando con la fantasía y no razona ni científica ni filosóficamente, y por tanto tampoco con el dogma antropológico, está dada en el hecho de que distingue a esos seres de "nosotros que pertenecemos al género humano", como si estos seres no fueran hombres sino algo parecido. ¿Pero qué son? Si son seres físicos inteligentes, por muy físicamente diferentes que sean de nosotros, ¡son hombres! Incluso los pigmeos y los aborígenes australianos son hombres. El padre Funes se mete en líos con sus propias manos.
----------4"Insisto: si en cambio fuesen pecadores, ¿sería posible una redención también para ellos?"
----------"Jesús se ha encarnado una vez para siempre. La encarnación es un evento único e irrepetible. De todos modos, estoy seguro de que también ellos, de algún modo, tendrían la posibilidad de gozar de la misericordia de Dios, así como ha sido para nosotros los hombres."
----------Respondo: Hago la observación que aquí Funes llega ciertamente a liberarse de su concepto espurio de extraterrestre y habla claramente de hombres también para los otros planetas, pero eso no basta para salvar su discurso de la heterodoxia, porque hipotetiza como posible la existencia de otros seres humanos heridos por el pecado original en otros planetas, hombres no llegados desde la tierra, sino creados por Dios en ese lugar, según el principio del poligenismo, que, como hemos visto, contrasta con la fe.
----------Es necesario decir entonces, con pesar pero con franqueza, que estas ideas sobre los extraterrestres, una vez que fueran puestas en práctica, conducirían a toda forma de arbitrio, abuso, desigualdad, clasismo, racismo, favoritismo, discriminación, tiranía, opresión del hombre sobre el hombre y nacionalismo, en abierto contraste con el incesante llamamiento del papa Francisco a la fraternidad, a la mutua colaboración, a la igualdad, a la solidaridad, a la común filiación divina, pese a la legítima variedad de las elecciones y de culturas, en perfecta continuidad con la más pura tradición evangélica y cristiana.
   
Fr Filemón de la Trinidad
Mendoza, 27 de agosto de 2025

75 comentarios:

  1. He hablado de este tema con mis alumnos y siempre he dicho que la Iglesia no se ha pronunciado al respecto. Añadí también (En el argumento inicial sobre la creación, de principio de año) que si existieran serían un refuerzo del hecho de que Dios es creador también de estos seres y que solo si encontraran el ADN del cuerpo de Jesús (que no creo en absoluto) el cristianismo dejaría de existir. Pero si existieran estos seres no sería un problema para nuestra fe cristiana.

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    1. Roberto: realmente la iglesia se ha expresado y no cree en los extraterrestres 🛸

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    2. No es así señora Irene, y la Specola vaticana se interesa por el universo y por estas cuestiones.

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    3. Una prueba de la relación entre astronomía y fe se encuentra en una entrevista con el padre Funes, director del Observatorio Vaticano años atrás. "El extraterrestre es mi hermano", por Francesco M. Valiante.
      Aquí: https://www.vatican.va/news_services/or/or_quo/interviste/2008/112q08a1.html

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    4. Espero que esto le demuestre que la Iglesia es posibilista.

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    5. Estimado Roberto,
      usted plantea un problema educativo muy delicado, porque yo sé bien cómo los chicos siguen con mucho interés las películas de ciencia ficción. Sin embargo, el maestro tiene una grave responsabilidad, porque debe encontrar la manera de formar a estos niños, tanto en una mentalidad científica y posiblemente también en la fe.
      Ahora bien, la hipótesis de los extraterrestres como sujetos similares a nosotros, como he demostrado en mis artículos (no solamente en éste, sino en otros anteriores que usted puede entrar en este mismo blog), es una hipótesis científicamente infundada. Si acaso se podría decir que si Dios hubiera querido, habría podido crear otros seres humanos en otros planetas.
      En este punto, si los muchachos son capaces de seguir, se les puede hacer presente el dato de fe, según el cual, dada la existencia del pecado original, como ya he explicado en mis escritos, no podemos admitir la existencia de otros seres humanos en otros planetas.

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    6. Estimado Roberto,
      con respecto a la cuestión de la existencia de extraterrestres, que debemos entender como seres humanos, el magisterio de la Iglesia no se ha pronunciado en absoluto, pero esto no significa que nosotros teólogos no podamos dar una respuesta cierta sobre este difícil problema, porque los pronunciamientos del magisterio confirman anteriores doctrinas teológicas.
      En esta cuestión la ciencia obviamente tiene una función esencial, pero luego es necesario que escuche lo que es la visión superior que nos viene de la revelación cristiana.
      A este respecto ya he explicado en mis escritos que la doctrina del pecado original prohíbe admitir la existencia de otros seres humanos en otros planetas.
      En cuanto al P. Funes, del que en mi artículo se reproducen amplios fragmentos de una entrevista suya, hay que decir con toda franqueza que no solo no refleja el magisterio de la Iglesia, sino que avanza doctrinas que entran en contraste con lo que la Iglesia ya ha definido, especialmente en relación con el pecado original.

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    7. Gracias por su exhaustiva respuesta, Padre Filemón, no pongo en duda sus palabras, solo quería decir que no me parece que la autoridad eclesial, leyendo también lo que declaran los responsables de la Specola, hayan excluido la existencia de otros seres inteligentes en el cosmos. Claro que no deseo en modo alguno negar el pecado original, quizás me había expresado mal. Para mí lo que cuenta es no caer en herejías porque deseo estar siempre en sintonía con el Magisterio. La investigación teológica, claro, implica también posiciones diferentes siempre que no contradigan el Magisterio. Un cariñoso saludo.

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    8. Estimado Roberto,
      con respecto a las declaraciones del P. Funes, el magisterio de la Iglesia no se ha pronunciado. Entonces eso significa que no las aprobó ni desaprobó. Pero eso no quiere decir que no sean reprensibles, como he demostrado en mis artículos anteriores.
      El hecho de que la Iglesia no haya intervenido no debe entenderse como una especie de aprobación, sino como una simple decisión pastoral o de oportunidad, dejada a la libre discusión de nosotros los fieles.
      Para detectar un error de un teólogo no es necesario esperar un pronunciamiento del magisterio, sino que un teólogo bien preparado está perfectamente cualificado para refutar el error de otro teólogo, aunque el crítico no sea infalible.

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  2. Un discurso ejemplar, padre Filemón. Gracias.

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    1. Estimado Roberto,
      le agradezco su consenso y que mi publicación le haya sido de utilidad.

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  3. Sin duda hay otros sujetos en el cosmos que han alcanzado la autoconciencia.

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    1. Estimado Jorge,
      ¿cómo hace para saberlo? ¿Se lo han dicho ellos? De la revelación divina no resulta y de la ciencia aún menos.

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    2. ¡Equivocado, equivocado!

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    3. Estimado Jorge,
      quedo a la espera que me digas por qué me equivoco y que me lo fundamentes, con argumentos, del mismo modo que yo he dado argumentos para decir que se equivocan quienes afirman lo que tú.

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  4. "Tengo otras ovejas que no son de este redil."

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    1. Estimado Jorge,
      a esto ya te he respondido en otra ocasión. ¿Quieres volver otra vez a cantarme tu misma cantinela de frases hechas sin dar argumentos?

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  5. Sí, pero tienen miedo de nosotros, así que no se manifiestan.

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  6. Padre: Como la ciencia se basa en los hechos y en su verificación experimental, ya que conocemos una sola forma de vida que es la terrestre y una sola especie inteligente,.... que es el hombre, científicamente no podemos, por ahora, decir si hay formas de vida en otros mundos y formas con características espirituales similares al hombre. Esto no quiere decir que sus argumentaciones estén en lo cierto, sino más bien que nuestro conocimiento científico tiene muchos límites aún y algunos límites parecen ser insuperables para siempre.

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    1. Es imposible que no existan

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    2. No es necesaria la ciencia, es suficiente con el buen sentido.

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    3. Estimado Juan,
      como he explicado repetidamente, el concepto de hombre es unívoco: animal racional.
      Por lo tanto, imaginar formas de vida "con características espirituales similares al hombre" significa caer en un concepto análogo de hombre, que implica varios niveles de humanidad y por lo tanto una superhumanidad y una subhumanidad, y además un concepto de diversidad que destruye la universalidad de la especie y aquella que es la igualdad humana, sobre la cual el papa Francisco se ha detenido durante toda la duración de su pontificado.
      Por lo tanto, como ya he demostrado en artículos anteriores, imaginar que la ciencia en un futuro pueda encontrar superhombres o infra-hombres o diferentes humanidades es una cosa absurda y contraria a la ciencia. Significa que se han alimentado demasiado de las películas americanas de ciencia ficción.

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    4. Estimado Jorge,
      no es así. El problema es muy delicado y puede y debe ser abordado por la ciencia. Solo que, como he demostrado, sobre la base de la misma ciencia se llega a la conclusión de que no pueden existir sujetos físicos inteligentes en otros planetas que no sean seres humanos. Pero la conclusión de que no hay otros seres humanos en otros planetas, como ya he demostrado, no depende de la ciencia, sino de la fe. El sentido común, por tanto, no es suficiente para dar una respuesta a una cuestión tan difícil, sino que se necesita un razonamiento riguroso para definir lo que es la esencia del hombre y además hay que tener en cuenta el dato revelado, en particular el pecado original.

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    5. Basta el sentido común.

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    6. Todos los seres que han alcanzado la autoconciencia están manchados por el pecado original y todos los seres son pecadores. Quien pueda entender, entienda.

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    7. "La posición central del ser humano en el panorama de la creación depende de dos elementos. El primero es que la Revelación judeo-cristiana está dirigida a los seres humanos y viene al encuentro de su búsqueda de Dios; el segundo es que una visión limitada y antropocéntrica del cosmos era la dominante en la época en que el pueblo de Israel ponía por escrito su experiencia religiosa, visión que continuará en el primer milenio de la era cristiana. Se trata, pues, de un antropocentrismo que depende tanto del destinatario como del protagonista de la historia sagrada. No se trata, en cambio, de un antropocentrismo normativo respecto a la imagen de Dios y las relaciones entre Dios Creador, la naturaleza y el género humano. Una lectura atenta de la sagrada Escritura y de las reflexiones de los autores cristianos muestra fácilmente una visión cósmica y universal de la creación, que va mucho más allá del horizonte del planeta Tierra y de la vida humana. Por tanto, el ser humano no está en el centro de la creación, sino en el centro de una Revelación divina dirigida a él, destinada a hacerle conocer su dignidad, su bien y su felicidad." Tanzella Nitti

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    8. "Los expertos de la Specola Vaticana: posibles formas de vida extraterrestre"

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    9. "El hermano Guy Consolmagno, director del Observatorio, destaca: «Como creyentes, hemos aprendido que confinar nuestra comprensión de Dios solo al planeta Tierra ha hecho a Dios - o por lo menos, a nuestra imagen de Dios - demasiado pequeño. El salmista lo sabía bien, por otra parte, así como los profetas: cuando hablaban de las estrellas cantaban a Dios, su Creador. Pero precisamente porque apreciamos la inmensidad de la creación podemos darnos cuenta de lo inmenso que es Dios»".

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    10. "A partir de esto, prosigue Consolomagno, podemos comprender que un Dios infinito puede concentrar su atención amorosa sobre cada uno de nosotros, no solo aquí y ahora en el planeta Tierra sino sobre cualquier otra criatura que exista, pueda existir o haya existido, de cualquier manera en este universo."

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    11. "¿La existencia de una forma de vida extraterrestre es compatible con nuestra fe en Dios? ¿Con la centralidad del hombre en la creación divina? ¿Con la encarnación de Jesucristo? Son preguntas que muchos creyentes justamente se hacen y hay que dar una respuesta.
      Lo ha hecho recientemente el padre Athos Turchi, profesor de filosofía en la Facultad Teológica de Italia Central, explicando que «el Dios en el que creemos los cristianos no es ciertamente un Dios de brazo corto, que crea solo lo mínimo indispensable», indispensable para la aparición de la vida (porque con «un universo más pequeño y más joven nuestra aparición no hubiera sido posible ya que no habría habido tiempo para "cocer" a fuego lento los elementos necesarios para la vida», explicó el famoso astrónomo de Harvard, Owen Gingerich, en "Buscando a Dios en el universo", Lindau 2010), pero también la inmensa belleza incluso en los detalles más pequeños de la naturaleza."

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    12. " ... explicó el padre Turchi, «no es contradictorio ni herético pensar que puedan existir en otros planetas formas de vida racional, y por lo tanto asimilables al ser humano, que vivan de su propia existencia: hay espacio para todos y también mucho"

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    13. "Recordemos, por último, que la Iglesia católica abrió la posibilidad de la vida extraterrestre en el lejano 1277, cuando el obispo de París declaró herético limitar a la sola Tierra la potencia creadora de Dios."

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    14. "Se puede hacer una estimación. Mil trillones de galaxias en el universo observable, cada una con un promedio de cien trillones de estrellas son cien trillones de billones. Sí, cien mil billones de billones de estrellas con quizás diez billones de billones de planetas similares a la Tierra alrededor de estrellas similares al sol en el universo observable."

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    15. Es insensato pensar que no hay otros seres vivos aparte de nosotros.

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    16. Estimado Jorge,
      es necesario que nos entendamos sobre lo que significa y simboliza la palabra "centro". Nosotros por ejemplo decimos: el centro de la ciudad; decimos que la conciencia es el centro de la persona; Cristo es el centro del universo. A partir de estos ejemplos comprendemos que el centro es más importante que la periferia. Ahora bien, el hecho de que Galileo haya fundado el heliocentrismo y por tanto la tierra haya perdido esa importancia central que se le daba antes, es un hecho que no afecta al conjunto del universo, sino solo a nuestro sistema solar. Si en cambio consideramos el universo en su totalidad, debemos decir que la persona humana es la criatura corporal más alta entre todas las cosas del universo físico. En este sentido podemos decir que el hombre está en el centro del universo, como leemos también en Gaudium et Spes n.12: "Creyentes y no creyentes están generalmente de acuerdo en considerar que todo lo que existe sobre la tierra debe referirse al hombre, como a su centro y a su vértice".

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    17. El Hermano Guy no menciona en absoluto la posibilidad de la existencia de extraterrestres, sino simplemente nos recuerda la doctrina de los Salmos, que alaban la grandeza de Dios, considerando la grandeza del universo.

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    18. Estimado Jorge,
      en este pasaje hay que aclarar qué se entiende por criatura, porque, si nos referimos a la criatura humana, como he demostrado abundantemente en mis artículos, solo estamos nosotros en el universo. En cambio, si se refiere a las criaturas angélicas, hay que distinguir los ángeles santos de los caídos. En cuanto a los ángeles santos, ellos normalmente están en el cielo, a menos que reciban una misión especial de Dios, como el arcángel Gabriel. Los demonios se encuentran tanto en el infierno como en esta tierra. En cuanto al ángel guardián, está a nuestro lado y por lo tanto se encuentra aquí con nosotros en esta tierra.

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    19. Estimado Jorge,
      si lee mis artículos anteriores sobre este mismo tema, encontrará que ya he refutado estos argumentos. Si en principio se puede admitir la posibilidad de que la omnipotencia divina dé lugar al poligenismo o cree otros seres humanos en otros planetas, considerando el dato de fe del pecado original, hay que concluir que la única humanidad existente es la que se encuentra en esta tierra. Además, el P. Turchi demuestra que no posee un concepto unívoco del ser humano, lo cual rompe la igualdad humana e introduce toda forma de discriminación e injusticia entre los hombres.

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    20. ¿La existencia de una forma de vida extraterrestre es compatible con nuestra fe en Dios? ¿Con la centralidad del hombre en la creación divina? ¿Con la encarnación de Jesucristo? Son preguntas que muchos creyentes justamente se hacen y hay que dar una respuesta.
      Lo ha hecho recientemente el padre Athos Turchi, profesor de filosofía en la Facultad Teológica de Italia Central, explicando que «el Dios en el que creemos los cristianos no es ciertamente un Dios de brazo corto, que crea solo lo mínimo indispensable», indispensable para la aparición de la vida (porque con «un universo más pequeño y más joven nuestra aparición no hubiera sido posible ya que no habría habido tiempo para "cocer" a fuego lento los elementos necesarios para la vida», explicó el famoso astrónomo de Harvard, Owen Gingerich, en "Buscando a Dios en el universo", Lindau 2010), pero también la inmensa belleza incluso en los detalles más pequeños de la naturaleza.
      Poner al hombre en el centro del universo es la "regulación fina" con la que parece haber sido diseñada su aparición, su inmensa complejidad (pensemos en el cerebro, la computadora más poderosa de todo el universo), su capacidad de preguntarse el sentido de su vida, «frente al cual la creación material de estrellas y planetas y todo lo demás, es cosa para reírse». Sin embargo, explicó el padre Turchi, «no es contradictorio ni herético pensar que puedan existir en otros planetas formas de vida racional, y por lo tanto asimilables al ser humano, que vivan de su propia existencia: hay espacio para todos y también mucho».

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    21. Extraterrestres y cristianismo, no hay contradicción.
      Para comprenderlo es necesario comprender el motivo por el cual Cristo se encarnó entre los hombres: «Estamos a lo que nos dicen las Sagradas Escrituras. El Hijo de Dios, Jesucristo, se encarnó y entró en la historia humana, porque el hombre ha pecado y porque Dios había decidido salvarlo: Dios amó tanto al mundo que envió a su Hijo para que los hombres tuvieran vida (Jn. 3,16). Si el hombre no hubiera pecado, la encarnación no habría existido, ya que el hombre siempre habría vivido al lado de Dios mismo». La encarnación, por lo tanto, se hizo necesaria para los hombres, Dios decidió intervenir en un cierto momento de la historia para llamar al hombre, que corría el riesgo de perderse, a su destino, es decir, a su comunión con Dios. Respecto a los "extraterrestres", «si también estos otros vivientes han tenido, ellos también, nuestros mismos problemas, nada podría impedir a Dios poner en práctica algo parecido a la encarnación». En conclusión, explicó, «ya sea que como seres inteligentes estemos solos y únicos, o que en el universo haya otros seres inteligentes más o menos similares a nosotros, no cambia el concepto de Dios creador, porque no es un Dios con visión estrecha».

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    22. Extraterrestres: los científicos católicos están divididos.
      Si el católico Elio Sindoni, ordinario de Física General de la Universidad Bicocca, ha explicado en su hermoso libro "¿Estamos solos en el universo?" (Editrice San Raffaele 2011) porque no existe ningún ser extraterrestre (además de hablar mucho de la relación de amistad entre ciencia y fe), José Gabriel Funes, director del Observatorio Vaticano, piensa de manera opuesta: «A mi juicio esta posibilidad existe. ¿Cómo se puede excluir que la vida también se haya desarrollado en otro lugar? Como existe una multiplicidad de criaturas en la tierra, así podrían existir otros seres, incluso inteligentes, creados por Dios. Esto no contradice nuestra fe, porque no podemos poner límites a la libertad creadora de Dios. Para decirlo con san Francisco, si consideramos a las criaturas terrenales como "hermano" y "hermana", ¿por qué no podríamos hablar también de un "hermano extraterrestre"? Formaría parte de la creación». El jesuita ha confirmado la visión del teólogo Turchi respecto a la encarnación de Cristo: «Tomemos prestada la imagen evangélica de la oveja perdida. El pastor deja a las noventa y nueve en el redil para ir a buscar a la que se ha perdido. Pensamos que en este universo puede haber cien ovejas, correspondientes a diferentes formas de criaturas. Nosotros que pertenecemos a la humanidad podríamos ser precisamente la oveja perdida, los pecadores que necesitan al pastor. Dios se hizo hombre en Jesús para salvarnos. Por lo tanto, si existen otros seres inteligentes, no es seguro que necesiten redención. Pudieron haber permanecido en la amistad plena con su Creador».

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    23. La Iglesia se "abrió" a otras formas de vida en el lejano 1277.
      Recordemos, por último, que la Iglesia católica abrió a la posibilidad de la vida extraterrestre en el lejano 1277, cuando el obispo de París declaró hereje limitar solo a la Tierra la potencia creadora de Dios. Todavía hoy en el Vaticano son muchos los encuentros organizados con astrónomos y astrofísicos sobre la existencia extraterrestre y también los diarios católicos, como "Avvenire" no dejan de abordar la cuestión. Para profundizar en la relación entre los extraterrestres y la encarnación de Dios, recomendamos este artículo de Giuseppe Tanzella-Nitti.
      https://www.avvenire.it/agora/pagine/la-salvezza-cosmica-e-gia-reale

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    24. Sé más humilde, no eres omnisciente. Reconoce tus obvios límites.

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  7. Padre, no hablaba de seres humanos sino hipotéticamente de otros seres. ¿Acaso la Iglesia no excluye esta posibilidad? No quisiera haber cometido un error. De hecho, he leído lo que ha afirmado el Director de la Specola. Lo último que quiero es enseñar contenidos contrarios a la Iglesia.

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    1. Estimado Roberto,
      como ya he explicado varias veces, metafísicamente no es posible que existan seres corpóreos semejantes al hombre, pero que no sean hombres. Está claro que, tal como el Magisterio de la Iglesia enseña la verdad sobre la naturaleza humana, esa concepción contradice a la naturaleza humana, por lo tanto la Iglesia es contraria a esa concepción errónea de la naturaleza humana.
      Repito una vez más que el concepto de hombre es unívoco: animal racional. El concebirlo como multiforme o de plurisentido, o sea, concebirlo de modo análogo, ofende la igualdad y la unidad de la naturaleza humana y crea todo tipo de discriminación y de racismo.

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  8. Incluso si no estuviéramos solos en el universo, prácticamente sería como si lo estuviéramos, según la estimación de la probabilidad de poder comunicarnos con cualquier otra civilización tecnológica que estuviera presente en nuestra galaxia que tiene 100.000 años luz de diámetro. Por ejemplo, la probabilidad de que podamos comunicarnos con alienígenas de otras galaxias (la más cercana está a 2,5 millones de años luz de nosotros).

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    1. Estimado Carlos,
      ciertamente estas distancias inmensas, que nos separan de los otros cuerpos celestes, no nos animan en la perspectiva de poderlas cubrir, para comunicarnos con otros eventuales sujetos corpóreos-espirituales como nosotros.
      Ciertamente nuestra soledad es hoy más impresionante que nunca, porque nunca como hoy, con las herramientas avanzadas que tenemos, estamos descubriendo la inmensidad ilimitada del universo en el que nos encontramos.
      Sobre este punto nos da mucha luz la fe, que nos habla del pecado original y de sus consecuencias. De hecho, el hombre fue creado originalmente para dominar todo el universo. Por desgracia, a causa del pecado de los padres, estamos como bloqueados en esta tierra, que es un minúsculo grano de polvo perdido en un universo sin límites, que ya no nos pertenece y que estamos muy lejos de poder dominar.
      Pero este hecho no debe desalentarnos, porque la historia de la ciencia, sobre todo a partir de Galileo, nos enseña a remontar la pendiente por la que hemos caído. El vertiginoso progreso tecnológico nos anima a esperar que un día podamos volver a llenar esos espacios que hemos perdido por culpa del pecado.
      La gracia de Cristo es un poder que sana y fortalece la naturaleza humana y le permite alcanzar una vida divina de hijos de Dios, lanzados a la reconquista de lo que habíamos perdido, por no hablar de la esperanza escatológica de los nuevos cielos y de la nueva tierra.

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    2. Interpreto como provocación más que como catequesis teológica la argumentación que se basa en el Génesis para revelar la esperanzadora perspectiva de «dominar otros cuerpos celestes, de llenar esos vastos espacios, lanzados a reconquistar lo que hemos perdido»; tal objetivo no me parece propio de quienes estaban más cerca del corazón de Jesús y de los primeros cristianos (si acaso, por analogía con la colonización, podría pertenecer más a aquellos colonos que masacran y dispersan a miles de personas indefensas para ocupar toda la tierra de Canaán).
      Pero dicho objetivo ni siquiera pertenece a los verdaderos hombres de ciencia, quienes saben que «no pueden cubrir esas inmensas distancias para comunicarse con otros»; saben que ningún ser vivo podría viajar a la velocidad de la luz; su objetivo es poder comunicarse con seres extraterrestres inteligentes mediante ondas electromagnéticas, sin necesidad de cubrir esas distancias con cuerpos vivos, sabiendo que esto es imposible.
      En 1974, se lanzó un mensaje desde la Bahía de Arecibo utilizando ondas electromagnéticas. Radiación electromagnética que hasta ahora ha viajado 51 años luz, una nimiedad comparada con el radio de 50.000 años luz de nuestra galaxia. Si hoy recibiéramos una respuesta, podríamos decir que hay un ser vivo (al menos tan inteligente como nosotros) a no más de 26 años luz de distancia. Si no recibimos nada, significa que en un radio de 26 años luz alrededor de la Tierra no hay seres vivos capaces de escuchar ese mensaje y responder a él.
      Cubrir esa distancia con un cuerpo vivo sería pura ciencia ficción: se podría decir que es ciencia ficción hoy, pero ¿podría hacerse realidad en décadas o siglos? El tiempo lo dirá, pero por ahora, la ciencia, lamentablemente, cree que es mucho más probable que la humanidad se autodestruya antes de poder reubicar a los humanos para continuar la especie humana en otros cuerpos celestes. Marte está a entre 12 y 22 minutos luz de nosotros: esta distancia es lo suficientemente corta como para que sea plausible que un hombre vivo pudiera recorrerla, pero estoy seguro de que, como yo, no se dejan engañar por la jactancia de Elon Musk de haber enviado un millón de hombres a Marte para 2044: no dice cuántos podrían regresar sanos y salvos a la Tierra ni cuántos años podrían sobrevivir en Marte.

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    3. Estimado Carlos,
      en el precepto genesíaco "llenad la tierra" (Gén 1,28), está evidentemente el mandamiento de dominar todo el universo y apoderarse o empadronarse de todo el universo. Ciertamente, no se puede esperar que el hagiógrafo conozca las galaxias. Pero está claro que la realidad de las galaxias está implícita en el concepto de tierra.
      La imposibilidad en que nos encontramos hoy de cubrir las inmensas distancias que nos separan de otros planetas, no estaba prevista en el estado edénico, sino que es una consecuencia del pecado original.
      La ciencia está en continuo progreso para recuperar lo que el hombre ha perdido como resultado de la culpa original. Este programa de reconquista del universo no está en absoluto excluido en la perspectiva cristiana, si es verdad que Cristo es el Rey del universo y nosotros un día estamos llamados a reinar con Él en los cielos nuevos y en la tierra nueva.
      Por cuanto respecta a la conquista que los Hebreos hicieron de la tierra de Canaán, la violencia con la cual realizaron la operación no tiene nada que ver con la voluntad de Dios, aunque entonces los Hebreos en buena fe creyeron cumplir la voluntad de Dios. Esto no quita que Dios haya asignado a los judíos la tierra de Canaán.

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    4. No sé dónde esté documentada la teología católica que «hace derivar como consecuencia del pecado original la imposibilidad de la humanidad actual de cubrir las inmensas distancias que nos separan de otros planetas».
      La teología católica no excluye la existencia de seres inteligentes extraterrestres, los cuales pueden existir incluso si no fuese posible «cubrir las inmensas distancias que nos separan de ellos» e incluso si no fuese posible comunicarse con ellos; en este segundo caso, para nosotros sería indiferente que existan o que no existan, como dije al inicio de esta charla.
      ¿Por qué tanto empeño en la perspectiva–aspiración de querer «cubrir esas distancias» como si el no poder hacerlo fuese un minus, una privación, consecuencia del pecado original?
      Tal vez no entiendo como usted el significado de «cubrir»: a mí me bastaría poder comunicarme, considerando ciencia ficción el cubrir si se entiende físicamente como traslado de humanos que continuasen la especie humana en otros planetas distantes cientos de años luz de la Tierra.
      «¿La ciencia está en continuo progreso para recuperar lo que el hombre ha perdido a consecuencia de la culpa original?» Considero que progresa para conocer la esencia y las dinámicas de lo que existía incluso miles de millones de años antes de que el hombre apareciese.
      No quisiera que el pretender entrecruzar de este modo “recuperatorio” el progreso científico con el pecado original termine por perjudicar en vez de favorecer la buena relación fe–razón.
      En cuanto a los colonos israelíes: a la inmensa mayoría de los católicos no le interesa si en el Antiguo Testamento está escrito que «Dios ha asignado a los judíos la tierra de Canaán»; considero que Jesús no aprobaría que les correspondiese toda entera hoy (no se había batido para que les correspondiese cuando estaba ocupada por los romanos) y menos aún aprobaría que la reconquistasen con esa violencia que los colonos ejercen incluso contra las aldeas cristianas; que se contenten con la tierra reconocida para ellos en la posguerra por una parte (163/193) de los Estados del mundo.
      Dada la divergencia de nuestros dos lenguajes, quizá sea mejor que dediquemos nuestro tiempo a actividades más provechosas para el anuncio del Evangelio y para el Bien común.

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    5. Estimado Carlos,
      según la revelación cristiana, en el estado edénico el hombre poseía dones preternaturales (inmortalidad, agilidad, impasibilidad, ciencia infusa, dominio del espíritu sobre el cuerpo, inocencia), que le permitían desplazarse progresivamente por el espacio para la conquista de nuevos mundos.
      Esta necesidad permanece incluso ahora, solo que en la actual condición de naturaleza caída, el hombre, habiendo perdido esos dones, se encuentra con fuerzas inmensamente inferiores a las que tenía antes.
      En este sentido es bueno concebir el progreso humano como recuperación de estas fuerzas. Si en la Edad Media, por ejemplo, todavía se viajaba a pie o a caballo, hoy viajamos en coche y en avión, e inventamos también la nave espacial para llegar a la Luna.

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    6. Estimado Carlos,
      yo, como teólogo, he tratado ya desde hace mucho tiempo esta cuestión de si se puede admitir la existencia de otros seres humanos en otros planetas, y he llegado a la conclusión de que, sobre la base de la fe, no podemos admitir la existencia de semejantes criaturas.

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    7. No tengo tiempo para profundizar en toda la "revelación cristiana", y por lo tanto no sabría en qué textos aprobados por el Magisterio petrino de hoy se establece que hay que creer por fe que «en el estado edénico el hombre poseía dones preternaturales (inmortalidad, agilidad, impasibilidad, ciencia infundida, dominio del espíritu sobre el cuerpo, inocencia), que le permitían progresivamente desplazarse por el espacio para la conquista de nuevos mundos»: si me lo proporcionaras link, te estaría agradecido.
      He leído de teólogos que han hablado con usted sobre la cuestión "si la existencia de los extraterrestres es una hipótesis teológica a descartar": extraigo del mencionado enlace algunas consideraciones al respecto, formuladas por teólogos y científicos cristianos.
      L'Humani Generis (1950) parece invitar a descartar dicha hipótesis, pero, según casi todos los teólogos que se han ocupado de la cuestión, tal encíclica no constituye magisterio infalible sobre la existencia de los extraterrestres:

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    8. - sea porque el lenguaje utilizado por Humani Generis sobre la cuestión no es el utilizado para los dogmas
      - o porque la tradición cristiana no es unívoca al respecto:
      extraigo algunos ejemplos:
      - San Alberto Magno y Guillermo de Occam afirman la posibilidad de la existencia de múltiples mundos;
      - el obispo Tempier en el famoso documento de 1277 condena la idea de que Dios no podría haber creado más mundos;
      - Santo Tomás de Aquino había negado la posibilidad de más mundos (I, q.47, a.3), pero había usado la palabra "mundo" de manera diferente a Tempier, queriendo decir algo más parecido a "universo" que a "planeta;
      - San Heraclio defendió la idea de la existencia de varios planetas habitados como una forma de atacar a los protestantes y responder al jansenista Giovanni Cadonici, que la negaron;
      - muchos científicos cristianos y teólogos han sostenido la compatibilidad de la vida extraterrestre con la fe: Angelo Secchi, Francesco Denza, Dwight con "Theology Explained in a Series of Sermons", Chalmers con "Astronomical Discourses", S. J. Dick con "The Christian Philosopher", "Die Sternenwelten un ihre Bewohner", que contiene una demostración de la mencionada compatibilidad que se enseña a los estudiantes de teología como estándar;

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    9. - se han pronunciado recientemente a favor de la posibilidad de vida extraterrestre casi todos los directores del Observatorio Vaticano, todos los sacerdotes astrofísicos: George Coyne, José Funes, Guy Consolmagno; también Tanzella-Nitti, sacerdote y físico, ha tratado bien la cuestión en este artículo; en América el Thomistic Institute ha tomado posición a favor de la compatibilidad de la vida extraterrestre con la fe: Karin Öberg, astroquímica católica que por primera vez observó biomoléculas complejas en discos protoplanetarios, en una conferencia explica por qué cree que es probable la existencia de vida extraterrestre.
      De todos modos ¡estamos tranquilos! Podemos dedicarnos a mayores prioridades posponiendo la cuestión hasta cuando descubriremos el primer mensaje de radio inteligente procedente de extraterrestres: mientras no recibamos ninguno, podríamos suponer que no existen alienígenas de inteligencia análoga a la nuestra: ver también la paradoja de Enrico Fermi.
      https://it.wikipedia.org/wiki/Paradosso_di_Fermi

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  9. Es un tema para especialistas. El padre Funes es un jesuita, con todo lo que hoy implica el término, me parece. Parece que en algunos jesuitas ya no importa el dogma sino la libre interpretación y el libre pensar también en materia de fe. Quizás el Papa León debería aclarar también este punto como ya indirectamente hizo sobre las ideas que circulaban durante el Sínodo por la Amazonía (la naturaleza no es superior al hombre, el pecado original ha afectado incluso a los indígenas, y nada de Pachamama, Cristo es Salvador también para ellos).

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    1. Estimado Anónimo,
      sabemos ya desde hace décadas cuál es la situación de la Iglesia como consecuencia de la influencia modernista. Ha llegado el momento en que necesitamos más que nunca que los católicos, en comunión con el Papa, ayudemos al Papa a encontrar las vías de la conciliación, porque esta división entre nosotros es un contra-testimonio, que hace que la Iglesia no sea creíble como anunciadora y promotora de paz, cuando hoy más que nunca el mundo necesita paz.

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  10. Estimado Padre, según las últimas investigaciones la vida que resulta del caso resulta prácticamente imposible, la vieja frase "hay 100 mil millones de galaxias con 100 mil millones de estrellas con sus planetas, es probable que haya vida en uno de ellos" no tiene sentido. Algunos estudiosos han calculado la posibilidad de que la célula más simple conocida se pueda generar por casualidad; la probabilidad resultó de 1 dividido 10 elevado a la 300, es decir, un 1 con 300 ceros detrás (consideremos que 100 mil millones x 100 mil millones es 10 elevado a la 22), prácticamente imposible. Para confirmar que los científicos ateos lo saben, es el intento de elaborar nuevas teorías como la del multiverso (que supone universos infinitos) que no son empíricamente demostrables, a diferencia del Big Bang, para explicar la aparición de la vida. Así que lo que dijo el director de la Specola no es solo contra la doctrina, sino también contra la ciencia.

    Un cariñoso saludo,

    José

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    1. Estimado José,
      la cuestión de si puede existir una vida infraumana en otros planetas, para ser tratada con rigor filosófico, debe suponer la existencia de un Dios creador muy sabio, providente y ordenador del universo. Ahora bien, el concepto de azar es totalmente contrario a estas verdades filosóficas incontrovertibles.
      Por esta razón no es razonable suponer una vida que deriva del azar. La vida es creada por Dios y tiene fines muy precisos según las diversas formas de vida.
      Es cierto que en ciertos juegos decimos que agitamps algunos objetos al azar, como por ejemplo los dados. Pero en realidad también el movimiento de los dados sigue leyes físicas bien precisas.
      En cuanto a la consideración de la célula, por sencilla que sea, se trata siempre de un organismo vivo, cuya actividad finalista demuestra la dirección por parte de una inteligencia, que evidentemente no es una inteligencia perteneciente a la célula, porque la célula es guiada por esa inteligencia trascendente que la creó.
      En cuanto al cálculo de las probabilidades, sé que tiene su legitimidad, pero se refiere a acciones realizadas por el hombre sobre materiales, que en todo caso se mueven según leyes físicas bien precisas.
      Por eso la tesis de la imposibilidad de la producción aleatoria de una célula viva resulta del todo inútil, porque no está fundada sobre una cosmología racional, sino sobre la fe en el azar o casualidad, que no tiene nada de científico, porque la ciencia por su esencia busca la causa, que es exactamente lo contrario del azar.

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    2. Claro, Padre, estoy de acuerdo con usted. La mía era una reflexión para decir que quien cree solo en la ciencia, ni siquiera ante la evidencia científica se rinde. Un saludo
      José

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    3. Estimado José,
      su consideración es muy interesante. Si he entendido bien, hablando de quien cree solo en la ciencia, usted se refiere a quien hace de la ciencia un ídolo, como si no existiera ningún saber superior que proceda de la divina revelación. El papa Francisco diría que estos son los gnósticos.
      ¿Por qué motivo los sujetos de este género no se rinden ante una evidencia científica, que no es de su gusto? Precisamente porque no son verdaderos científicos. Si fueran verdaderos científicos se rendirían siempre y de todos modos a cualquier demostración científica.
      El verdadero científico no es aquel que cree solo en la ciencia y se cierra a la fe, sino precisamente aquel que reconoce que la razón es superada y ayudada por la fe, porque creer es sumamente razonable.
      El creer en el azar, por ejemplo, no es cosa razonable; sin embargo quien hace de la ciencia un ídolo es muy fácil que confunda el azar con la ciencia.

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    4. Exactamente, padre, me refería precisamente a los que hacen de la ciencia un ídolo.
      José

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  11. Estimadísimo padre Filemón,
    sobre la cuestión que trata en este artículo sobre la posibilidad de la existencia de seres humanos en otros planetas del Universo, me pregunto y le pregunto si es correcto pensar, partiendo del estado edénico del hombre, antes de la caída causada por el pecado original que el hombre, encontrándose en este estado, hubiera podido con extrema facilidad colonizar el Universo entero, superando espacios infinitos, dominando energías gigantescas, según las palabras del Señor que ordena a la pareja primitiva multiplicarse y dominar la tierra. ¿Qué significa "tierra"? Pienso no solo en nuestro planeta sino en todo el universo, incluyendo las galaxias, las estrellas y los planetas y todas las realidades creadas del universo.
    En efecto, Adán y Eva estaban dotados de los dones preternaturales de la ciencia infusa, de la inmortalidad, de la exención de todo tipo de defecto físico y moral, así como de un poder de dominio sobre el Universo de tal fuerza que ni siquiera imaginamos. De esta manera en poco tiempo la humanidad habría ocupado todos los espacios cósmicos sin límites, utilizando todas las energías del universo, llegando a cultivar todos los planetas predispuestos para la vida y esparcidos por todo el universo.
    Además, la humanidad podría haber propagado todas las formas de vida infrahumana: animales y plantas, en el universo.
    Pienso, por lo tanto, que sobre la base de estas consideraciones no se puede excluir la presencia de vida no solo en términos de microorganismos en otros planetas, sino también de otros sujetos que deben tener ciertamente la identidad de la naturaleza humana tal como fue querida y creada por Dios.
    Padre Vicente

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    1. Estimado Padre Vicente,
      esta maravillosa conquista del universo habría sido posible para el hombre si no hubiera existido el pecado original.
      Sin duda la Escritura, cuando habla del cielo y de la tierra, está claro que se refiere a ese universo infinito que solo nosotros conocemos hoy.
      Sin embargo, en las condiciones actuales de la naturaleza caída, aunque redimida, como he repetido y argumentado varias veces, no es en absoluto hipotetizable pensar que en otros planetas haya otros seres humanos provenientes de esta tierra.
      El universo actual fue creado para la humanidad, destinada a poblarlo. Pero debido a las consecuencias del pecado original ya no tenemos los medios para realizar aquella empresa que nuestros Primeros Progenitores habrían realizado con la mayor facilidad, si no hubieran pecado.
      Sin embargo, todo este universo sigue estando a nuestra disposición y por lo tanto no está en absoluto prohibido esforzarse al máximo para inventar medios para cubrir las inmensas distancias que separan nuestra tierra de los otros planetas.
      Pero solo al final de los tiempos, la humanidad gloriosa tendrá la posibilidad de tomar plena posesión de toda la creación, que Dios ha hecho para el hombre, y esto sucederá gracias a Nuestro Señor Jesucristo, Rey del universo, es decir, de los cielos y de la tierra nuevos.

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    2. Gracias como siempre p. Filemón, por sus argumentativas y claras respuestas.

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  12. Sistemáticamente vuelve a la superficie este problema, que no es problema, de los mundos clones. Los defensores de estas teorías tratan de desacreditar el Génesis y aquello que sigue en cascada sobre el plano doctrinal con el fin de desmontar nuestra Fe en el Dios nuestro uno y trino.
    Sin embargo, es tan lógico que un hombre fuera expulsado de un Edén con una mujer, no x hombres y x mujeres.
    Entonces, siempre siguiendo nuestra lógica humana, pobre sí, pero no nula (al igual que su compañero, el libre albedrío) si,
    Si Dios hubiera creado más mundos similares al nuestro, nos los habría desvelado de inmediato (pero entonces el Génesis nos habría sido dado de modo diferente).
    Concluyendo, queridos católicos, estamos muy lejos de estas cuatro frases cartesianas que nos regalan desde niños y desde hace dos siglos los cuentos fantásticos a la Verne, Star Wars. etc. Y aprendamos a estudiar estos falsificadores para llegar fácilmente luego a la Verdad (también entre los representantes de la Iglesia: Dios debe ser respetado también así).

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    1. Estimado Fiel,
      si Dios hubiera querido, podría haber iniciado la humanidad creando más parejas originales en esta tierra y en otros planetas. Excluyendo el hecho del pecado original, efectivamente si hubiera habido otros hombres en otros planetas creo que Dios nos lo habría dicho, aunque no estaba obligado a hacerlo.
      Lo que prohíbe creer que realmente existen otros seres racionales es el hecho del pecado original cometido por la primera pareja. La culpa de este pecado se transmite por generación a toda la humanidad. Si tuviéramos que admitir el poligenismo o terrestre o extraterrestre estaríamos obligados a admitir otra humanidad exenta del pecado original, pero esto es contra la fe, la cual dice que el pecado ha contaminado toda la humanidad.

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  13. Querido Padre, sé a propósito que el Padre Pío se expresó en favor, pero no entendí bien si lo sabía con certeza o era solo su opinión personal.

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    1. Estimado Anónimo,
      con respecto a la opinión de P. Pio, no tengo información suficiente para expresar un juicio.
      Considerando la grandeza de este Santo, me gustaría volver sobre esta cuestión que en su momento ya he tratado. ¿Puede darme una documentación precisa sobre lo que el P. Pío ha dicho realmente, citando las fuentes?
      Solo entonces podríamos retomar la discusión, que es muy interesante. Recuerde, sin embargo, que incluso los grandes santos pueden caer en errores involuntariamente.
      Sobre esta cuestión de los extraterrestres ya he mostrado abundantemente lo que nos dice la ciencia, lo que nos dice la teología y lo que nos dice la fe.

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  14. Me disculpo si, para escribir el mensaje anterior, copié el mensaje sobre Padre Pio de otro usuario. Pero las frases son esas y se encuentran en la web fácilmente.

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  15. Por lo tanto, padre, hay dos libros publicados que contienen estas frases de Padre Pío sobre el tema, uno es el de Cleonice Morcaldi (hija espiritual de Padre Pio) y el otro de don Nello Castello:

    1. Cleonice dijo al Padre Pío: "Cuando me dijeron que los planetas estaban habitados, mi fe se sacudió".
    Padre Pío respondió: "¿Y qué? ¿No desearías que hubiera otros seres? ¿Que la omnipotencia de Dios se hubiera limitado a nuestro pequeño planeta?"
    (Padre Pío a Cleonice Morcaldi, Mi vida cerca de Padre Pío diario íntimo espiritual, quinta edición, 2013, pág. 85)

    2."Padre, dicen que en los otros planetas hay otras criaturas de Dios! "
    Y que, ¿desearías que no existieran, que la Omnipotencia de Dios se limitara al pequeño planeta Tierra? Y que, ¿desearías que no hubiera otras criaturas que aman al Señor?"
    "Pensé que la Tierra es una nada, frente a los astros y todos los otros planetas."
    Eh! Sí, y nosotros que salimos de la tierra no somos nada. El Señor no habrá restringido su gloria a este pequeño planeta. En otros habrá seres que no tendrán pecado como nosotros"
    (Del libro ASÍ HABLÓ PADRE PÍO, edición a cargo de Don Nello Castello, Imprimatur Vicenza, 14/6/74, † C. Fanton, Obispo Auxiliar").

    Padre creo que las frases son auténticas.

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    1. Estimado Anónimo,
      el P. Pío no era un teólogo, por lo que creo que estas palabras del santo sacerdote fueron pronunciadas por impulso pensando en la omnipotencia divina. En mi opinión el P. Pío no se ha dado cuenta de la complejidad de esta cuestión y de cómo juega en ella ese papel esencial, que es desempeñado por el pecado original, según lo he dicho ya en mis escritos anteriores.
      Además, ¿quiénes son estos "seres"? ¿Quiénes son estas criaturas? Como ya he dicho, si se trata de seres humanos, indudablemente si Dios hubiera querido podría haber creado otros seres humanos en otros planetas, pero la fe nos enseña y teología nos explica, como ya he demostrado anteriormente, que de hecho Dios creó a la humanidad solo en esta tierra.

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  16. Querido Padre, yo le envié el mensaje referente al Padre Pío. También creo que se trató de una exaltación suya acerca del poder divino. Precisamente hoy, sin embargo, el periódico "El Mensajero" ha publicado una entrevista con el nuevo director de la Specola Vaticana donde se toca el tema extraterrestres y Redención, y me ha hecho retorcer la nariz leer palabras tan posibles respecto a la hipótesis de vida extraterrestre, sobre todo a la luz de las implicaciones cristológicas: en la práctica este director, entre otras cosas también sacerdote, habla de un Cristo cósmico y cosas así...

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    Respuestas
    1. Me corrijo padre, no es el director de la Specola Vaticana sino un científico de la misma.
      La entrevista se publica aquí:

      https://www.ilmessaggero.it/vaticano/vaticano_alieni_creature_di_dio_evangelizzare_i_pianeti_padre_gabriele_gionti_leone_xiv-9046427.html

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