¿Qué ventajas ha procurado el idealismo cartesiano, y las concepciones herederas suyas, a la civilización y a la Iglesia? ¿Tienen razón los modernistas en seguir apostando por Descartes? ¿Qué desventajas ha traído en el pasado el realismo aristotélico, bíblico, tomista y católico? ¿Qué es lo que han sido las dos guerras mundiales sino el efecto práctico de la contradicción universal introducida en el pensamiento por Descartes y Hegel? [En la imagen: detalle de "David", escultura en mármol blanco, obra de Miguel Angel Buonarroti en los años 1501 a 1504, actualmente conservada y expuesta en la Galería de la Academina de Florencia, Italia].
Diferencia y semejanza entre Hegel y Severino
----------Es interesante que hagamos la confrontación comparativa entre los dos filósofos que hoy por hoy mayormente animan el idealismo, en cuanto contrapuesto al realismo gnoseológico, realismo que está en la base y fundamento de la fe y de la vida cristiana y eclesial de nuestro tiempo; concepción realista a la que nos exhorta el Santo Padre al indicarnos el principio del primado de la realidad sobre la idea.
----------Tanto Hegel como Severino son entrambos monistas de ascendencia parmenídea, pero la base cartesiana en su teoría del conocimiento es innegable también en ambos, con su típica sofistica relativista protagórea. Como he demostrado en mi artículo: El error de Descartes (aquí y aquí).
----------El lector habitual de este blog, que ha podido leer y comprender mis escritos sobre Descartes, sabe cómo yo hago remontar los orígenes del pensamiento cartesiano a Protágoras, recogiendo una sugerencia que hizo Heidegger, cuando expresó: "la proposición de Descartes se asocia continuamente a la sentencia de Protágoras y se ve en ésta, así como en la sofística griega en general, una anticipación de la metafísica moderna de Descartes; en efecto, en ambos casos se expresa de manera casi palpable la preeminencia del hombre" (Martín Heidegger, Nietzsche, Tomo II, Ediciones Destino, Barcelona 2000, p.113).
----------Para entrambos filósofos, Georg W. Hegel [1770-1831] y Emanuele Severino [1929-2020], el ser es uno y es el ser absoluto y necesario, idéntico al pensamiento. El ser es uno como en Parmenides. Para entrambos el ser es la totalidad de finito e infinito. Severino lo llama el "Entero".
----------Entrambos son idealistas: para Hegel la cosa es el concepto de la cosa; para Severino el ser es el aparecer del ser. Para Hegel lo verdadero es la síntesis de verdadero y de falso. Para Severino el ser es la "verdad del ser". Para entrambos el ser es el ser de conciencia o ser "fenomenológico" a la manera de Descartes, retomado por Husserl y por Heidegger. Por lo tanto, identidad de pensamiento y de ser.
----------Para Hegel la multiplicidad, las alteridades, las diferencias y la diversidad, son dadas por la contradicción dialéctica en la historia. Para Severino son dadas por el aparecer y desaparecer de los eternos, que son las diferentes apariciones y desapariciones del ser en sucesión.
----------Para Hegel, el ser y el no-ser son la misma cosa: el devenir. Para Severino el ser no es el no-ser. Para entrambos el devenir es contradictorio. Para Hegel el devenir es real, es el Absoluto, es la Historia, es Dios. Nótese que, de esta manera, Hegel sigue a Heráclito. Para Severino, el devenir es imposible porque es contradictorio. De este modo, Severino sigue a Parménides.
----------Para Hegel, Dios no es creador del mundo, sino que es completado por el mundo: Dios no crea el mundo, sino que se determina y finitiza como mundo. Para Severino el Ser es revelación al mundo. Para Hegel Dios deviene mundo. Para él el ser es Dios. Severino excluye que sea Dios porque el ser no es creador. El idealismo hegeliano es historicista; el severiniano es eternalista. Pero al final se corresponden porque mientras para Hegel el devenir es eterno, para Severino lo eterno es el devenir.
Hay que abandonar a Descartes y volver a Aristóteles
----------Con Descartes el pensamiento se ha vuelto de la atención al tú, a la atención al yo. La mirada de la mente ha perdido su amplitud, su apertura al horizonte ilimitado del ser, para restringirse a mi ser, a mi existencia de individuo precario y mortal. Estamos en el solipsismo. Pero así como la necesidad del absoluto en nosotros es indestructible, he aquí entonces atribuir ilusoriamente a mi yo aquella absolutez que antes atribuía correctamente a lo que es verdaderamente absoluto, o sea Dios, creador del ser.
----------No se ha tratado en Descartes de una simple acentuación del interiorismo agustiniano, no se ha tratado de una mejor toma de conciencia del valor mismo de la conciencia. Eso ha sido positivo. Sino que, con Descartes, se ha recalcado de tal manera la importancia del yo, que se ha terminado por trastornar su relación con Dios, por lo cual ya no existe el yo relativo a Dios, sino que Dios es relativo al yo. El soteriologismo luterano del "Dios-para-mí" y del "Dios-en-mí" está en esta línea y prepara a Descartes. No en vano, cuando los protestantes, con Hegel, quisieron fundar filosóficamente su fe, han recurrido a Descartes.
----------Se puede entender fácilmente, entonces que en estas condiciones Dios ya no es Dios, aunque se sigue usando la palabra "Dios". En realidad se ha tratado de la distorsión de la orientación fundamental de nuestro espíritu, de su sentido natural onto-direccional a un sentido ego-direccional, aparentemente liberador, pero que en realidad es sofocante. Se ha querido liberarse del vínculo con la realidad externa, para basarse sobre sí mismo. Pero de esta manera hemos experimentado el báratro de la nada, ya que la creatura es nada independientemente de Dios (lo que Kant llama el "báratro de la razón": la pretensión de fundar el fundamento. Véase: Crítica de la razón pura, Editorial Losada, Buenos Aires 2007, p.659).
----------Nadie niega los méritos de Descartes en el campo específico de las ciencias matemáticas, de la promoción de la técnica y de las ciencias físicas, aunque su idealismo le cause a Descartes algunos defectos en el campo de las ciencias biológicas, psicológicas e históricas.
----------Los idealistas no tienen ninguna dificultad en aceptar el realismo en esos campos del saber, que corresponden a las ciencias exactas y experimentales. Los idealistas saben muy bien que para construir un puente o una vía férrea no basta lo pensado o la auto-conciencia, sino que es necesario, mediante la experiencia sensible, contactar con la realidad material externa presupuesta más allá de su pensamiento, trascendido por esta realidad objetiva, a la cual deben ajustar su pensamiento a fin de que sea verdadero.
----------Sin embargo, como señala Maritain (en su Filosofía de la Naturaleza, Editorial Club de Lectores, Buenos Aires 1980), Descartes nos engaña cuando quisiera hacernos creer que su método matemático, de por sí valiosísimo y utilísimo en la promoción de la técnica y en física, descienda de su metafísica y no de la de Aristóteles. Esto es falso, porque no es difícil demostrar que el método matemático ya existe en Aristóteles, aunque es cierto que hasta Descartes y Galileo la cultura europea no había explicitado, desarrollado y aplicado los principios de Aristóteles al respecto, como pensó hacer el ingenio de Descartes y de Galileo.
----------De todos modos, es un hecho que el verdadero fundamento gnoseológico de las ciencias experimentales y de las matemáticas no es en absoluto el idealismo cartesiano sino la metafísica de Aristóteles. Por el contrario, si el idealismo cartesiano se aplicara a las ciencias físicas, entonces surgirían las absurdas fantasías de los extraterrestres de las películas estadounidenses o la confusión de la mente con el cerebro o la idea de que podemos con la mente plasmar la materia o producir artificialmente al viviente o la negación berkeleyana de la existencia de la materia o la teoría del cuerpo astral de Rudolph Steiner o la teoría de la reencarnación o la confusión del ente físico con el ente matemático o el proyecto de la máquina pensante dotada de inteligencia artificial o la teoría severiniana de la aparición y desaparición de los eternos o la perspectiva de la conciencia cósmica global que emerge de la dinámica de la física cuántica o la posibilidad de hacer proceder el tiempo hacia atrás en lugar de hacia adelante, y otras sandeces de este tipo.
----------¿Qué ventajas ha procurado el idealismo cartesiano a la civilización y a la Iglesia? ¿Tienen razón los modernistas en seguir apostando por Descartes? ¿Qué desventajas ha traído en el pasado el realismo aristotélico, bíblico, tomista y católico? ¿Qué es lo que han sido las dos guerras mundiales sino el efecto práctico de la contradicción universal introducida en el pensamiento por Descartes y Hegel?
----------¿Qué es lo que ha permitido en la historia a todos los Santos, a los obradores de misericordia y de justicia y a los fautores de paz y de conciliación obtener los efectos deseados, si no la aplicación práctica del realismo aristotélico, bíblico y cristiano? ¿Es sincera la voluntad de paz de quien sigue aferrándose a Descartes?
----------No es el idealismo sino el realismo lo que nos hace libres. Es en el momento en que humildemente adecuamos nuestro intelecto a la cosa y escuchamos la voz del ser, y por consecuencia nos sometemos a su creador, que nosotros por gracia de Dios podemos acceder a la libertad de los hijos de Dios.
----------La orientación cartesiana del pensamiento, poniendo en crisis su natural orientación realista presente en el mismo Agustín, ha puesto las premisas de esa independencia de la mente y de la voluntad respecto de la realidad y de la relación con las cosas, sustituidos por la autoconciencia autocentrada, centrada en sí misma, que gradualmente en los siglos siguientes terminaría por desvelar su rostro aniquilador, inhumano, ateo y nihilista, disolvente de todos los valores bajo el yugo de Satanás.
Exhortación a los modernistas
----------Estimados hermanos, hoy la Iglesia, en la reforma impulsada por el Concilio Vaticano II, nos propone un nuevo humanismo cristiano y un mejor conocimiento de Dios, superiores a los de las épocas pasadas, una más altas filosofía y teología, que asumen críticamente en el patrimonio tradicional inmutable que heredamos del pasado cuánto de bueno hay en la modernidad, descartando o corrigiendo obviamente lo malo y abandonando cuanto del pasado ha sido superado o se ha revelado malo o dañino.
----------¿Cuál es sustancialmente esta propuesta en el campo filosófico y teológico? ¿Cuáles son los criterios de discernimiento y valoración de la modernidad, del trigo y del lolio, de los peces buenos y de los peces malos? La Iglesia no propone en absoluto que nos basemos en Descartes, sino en santo Tomás de Aquino y, por tanto, indirectamente en Aristóteles. Por lo tanto, se trata de una propuesta de realismo, no de idealismo.
----------Nadie niega los méritos que puede haber y de hecho hay en el idealismo, como son, por ejemplo, el interés metafísico, teológico, antropológico, moral, místico, la certeza de la existencia de la verdad, Dios como el Absoluto, la absolutez del ser, la dignidad del hombre y de la conciencia.
----------Y aún así, sin embargo, son inmensos los problemas que el idealismo alemán surgido de Descartes, en conjunción con las herejías de Lutero, ha causado a las almas, en la historia, en las naciones, en la sociedad y en la Iglesia, hasta Nietzsche, Gentile, Heidegger, Husserl, Bontadini y Severino.
----------No es por tanto el caso de insistir, como hacen ustedes, en este camino idealista, con la propuesta del rahnerismo, que también parte de Descartes. No es esta la mente del Concilio Vaticano II. Si un filósofo o teólogo conforme al programa conciliar puede ser citado como favorecido y elogiado por la Iglesia, ése es Jacques Maritain, recomendado por san Paulo VI y por san Juan Pablo II.
----------Pero hay que tener presente que cuando hablo de la recomendación de santo Tomás de Aquino hecha por el Concilio Vaticano II, es necesario referirse al tomismo renovador de Jacques Maritain, pero no al de quien mezcla a santo Tomás con Hegel o con Kant o con Severino o con Heidegger.
----------Y tampoco la recomendación del Aquinate hecha por el Concilio se trata del tomismo de los filo-lefebvrianos, que carece de la actualización precisamente promovida por el Concilio, a la vez que acusan injustamente de infiltraciones modernistas las doctrinas del Concilio y de los Papas del postconcilio.
----------Este, pues, queridos hermanos, es el camino correcto: ¡recorrámoslo!
También existe el problema de que los grandes filósofos como Aristóteles, Santo Tomás o Hegel son a menudo interpretados según las convicciones de quien los lee.
ResponderEliminarPor otra parte, también Santo Tomás es considerado idealista por algunos idealistas (pienso en Gentile).
Hoy estaba escuchando un video de Luca Illetterati que da una interpretación más realista y menos subjetivista de Hegel.
Estimado Anónimo,
Eliminarciertamente, Hegel es idealista en teología, pero poseía un notabilísimo sentido de la historia. Y es claro que, para poseer esta capacidad de comprender el significado profundo de los acontecimientos históricos, es necesario utilizar un realismo que sepa captar los datos concretos de la historia.
En cuanto al intento de presentar a santo Tomás de Aquino como idealista, aparte de Gentile, también lo ha intentado Rahner y otros, pero el padre Fabro y otros teólogos, con mucha agudeza crítica, se han dado cuenta de esta impostura y ya le han desenmascarado.