Salvado el mantenimiento de las disposiciones intangibles e inmutables de nuestro Señor Jesucristo sobre el sacerdocio, es necesario ver mejor para qué ministerios es adecuada la masculinidad y para cuáles es adecuada la feminidad. Cuanto más se aclaren las cualidades de la masculinidad y de la feminidad, tanto más se comprenderá cuáles ministerios son adecuados para cada una. [En la imagen: fragmento de: "Procesión de las santas vírgenes y mártires", mosaico de la escuela italo-bizantina de Ravenna, terminado en el 526 d.C. por el llamado "maestro de Sant'Apollinare", en la Basílica de Sant'Apollinare Nuovo en Ravenna, Italia].
Ya los tiempos están maduros
----------Desde hace tiempo en la Iglesia bullen las discusiones acerca de la oportunidad o la necesidad de la repristinación del diaconado femenino, que ya existía en los primeros siglos para aquellas mujeres que asistían a las mujeres que recibían el bautismo.
----------La discusión corre el riesgo de estar viciada por el equívoco, ya que algunos confunden el diaconado ordenado, propio del sacramento del Orden, con el diaconado instituido, basado en la Confirmación. Y esto sucede porque estos tales no aceptan la doctrina de la Iglesia según la cual, mientras el diaconado ordenado está reservado al hombre varón, el diaconado instituido puede ser concedido también a la mujer. Por eso, esos tales querrían que también a la mujer le fuera abierto el camino para poder recibir el sacramento del Orden y el primer paso sería el diaconado.
----------Comencemos entonces por aclarar qué es el diaconado ordenado y en qué consiste su diferencia del diaconado instituido. La existencia del diaconado ordenado, es decir, como grado mínimo del sacramento del Orden, no resulta explícitamente de la voluntad de Cristo tal como nos es referida por el Nuevo Testamento, que se limita a referir la institución del sacerdocio por parte de Cristo y su institución de los poderes y de la misión de los apóstoles con Pedro como cabeza.
----------Para saber cómo puede configurarse un diaconado femenino, debemos recordar qué es en general en la Iglesia católica el diaconado. Diakonía significa servicio. El libro de los Hechos de los Apóstoles narra la institución de siete diáconos que tienen el cometido de una asistencia a los pobres, tal por lo cual los Apóstoles pudieran estar liberados para dedicarse a la oración y a la predicación.
----------Diakonía también se puede traducir como ministerio, dado que diácono y ministro pueden ser sinónimos. Sin embargo, es necesario controlar los diferentes contextos. Ciertamente está claro que cuando el libro de los Hechos nos habla de los siete diakonoi, no debemos traducir con el término ministros, lo que puede hacer pensar en sacerdotes, sino debemos traducir con el término diáconos, es decir el ínfimo grado del Orden, mientras que está igualmente claro que cuando san Pablo habla de su "ministerio" (diakonía), no quiere decir en absoluto que él era diácono, ya que todos sabemos que era obispo.
----------El diácono ordenado disfruta del carácter del sacramento del Orden, pero, como especifica la Iglesia, "no es para el sacerdocio, sino para el servicio". Según la doctrina de la Iglesia el diácono no es un sacerdote, sino un ayudante del obispo y del presbítero en el ejercicio de la liturgia y su mediador entre el pueblo con particular atención a la asistencia de los pobres.
----------El ofrecimiento del sacrificio de la Misa y la administración del sacramento de la penitencia competen al obispo y al presbítero, es decir, al sacerdote. El obispo, que posee la plenitud del sacerdocio, hace partícipes del sacramento del Orden, como sus colaboradores en dos grados inferiores descendentes, al presbítero y al diácono; administra la confirmación y ordena a otros obispos y a los ministros inferiores. El presbítero, además de la celebración de la Santa Misa y de la Confesión, administra el sacramento de la Unción de los enfermos. El diácono asiste al sacerdote en la celebración de la Misa.
----------Los diáconos, que no son sacerdotes, son ministros, pero no son ni presbíteros ni obispos. Y sin embargo reciben el sacramento del Orden. Las competencias o tareas de los diáconos son precisadas por el papa san Paulo VI en la Carta apostólica dada en forma de motu proprio Sacrum diaconatus, del 18 de junio de 1967, con la cual viene repristinado el diaconado permanente.
----------Como hemos visto, existe también un ministerio diaconal simplemente laical, no sacramental, instituido, no ordenado, que estaba en uso para las mujeres en los primeros siglos. Y este es el repristinable o restaurable diaconado femenino, claramente con tareas diferentes de aquellas que tuvo en los primeros siglos, y ahora acordes a lo que la mujer hoy es capaz de hacer en la Iglesia.
----------La doctrina de los tres grados del sacramento del Orden, episcopado, presbiterado, diaconado, aparece en cambio clara como dato pacífico de la vida eclesial en las Cartas de San Ignacio de Antioquía ya en el siglo II. Sabemos también que la Iglesia en los primeros siglos admitía un diaconado femenino instituido, como hemos ya dicho, con el fin de habilitar a estas diaconisas para asistir a las mujeres que recibían el bautismo. Pero con la entrada en uso del bautismo de los niños, este servicio, que se reveló superfluo, fue suprimido.
Diaconado ordenado y diaconado instituido
----------Así, en el lenguaje de la Iglesia, el término "ministerio" no hace referencia solamente a la condición clerical, no tiene sólo un significado sacramental, sino que también se refiere a la condición laical. No existe solo el ministerio sagrado, sino también el laical; no existe solo el ministerio ordenado, sino también el instituido.
----------Desde los primerísimos tiempos en la Iglesia han existido dos tipos de ministerios: ministerios ordenados y ministerios instituidos, los primeros, sacramentales, queridos por Cristo; los segundos, laicales, instituidos por la Iglesia según las necesidades de los tiempos y de los lugares. También los ministerios laicales confieren una gracia de estado, que permite desempeñarlos mejor con mayor fruto y mayor eficacia.
----------El ministerio sacerdotal en la Iglesia está, por tanto, acompañado por el ministerio laical. San Paulo VI en la Carta apostólica en forma de motu proprio Ministeria quaedam de 1972 estableció la existencia de dos ministerios para aquellos que se preparan al sacerdocio: el lectorado y el acolitado. Pero, como veremos, estos ministerios, precisamente porque son laicales, pueden servir de inspiración para la institución del diaconado femenino. Precisamente, san Paulo VI en la mencionada Ministeria quaedam, hablando del acolitado y del lectorado, dice que "su conferimiento es denominado no 'ordenación' sino 'institución'".
----------Recordemos que mientras el ejercicio del lectorado femenino es ya de uso en la Iglesia desde hace muchos años, una pregunta que podemos hacernos hoy es si puede ser conforme a la mujer el ministerio del acolitado. Este ministerio, en efecto, se refiere al servicio del altar, en la estrecha ayuda al sacerdocio ministerial, Orden sagrado reservado a los varones.
----------En cuanto al servicio del sacristán, se trata de un ministerio laical antiquísimo, que prevé tareas fáciles, humildes y simples, como abrir y cerrar la iglesia, custodiar y conservar los objetos sagrados, mantener limpia la iglesia, disponer el altar para la Misa y despejarlo al final, recoger las ofrendas de las Misas y durante la Misa; hacer sonar la campana para llamar a Misa, dar los avisos a los fieles, recibir a los visitantes y a los peregrinos, pero también prevé llevar a cabo tareas delicadas, difíciles y de responsabilidad; puede tener que ocuparse de personas sospechosas, malintencionadas o peligrosas o necesitadas de ayuda material o espiritual. ¿Por qué una diaconisa no podría ser encargada de estas tareas?
----------La Santísima Virgen María es la madre de la Iglesia y la Reina de los apóstoles. Ha llevado en su seno al Sumo Sacerdote Salvador del mundo, el Jefe y Príncipe de todos los sacerdotes. La obra de la Redención inició ya y en cierto modo se cumplió en su seno, a la sombra de su maternidad.
----------Esta obra, que es la obra de la Iglesia, se realiza en el seno de cada mujer gestante, por la cual ya el embrión es liberado por Cristo de la culpa original y vivificado por la gracia. El bautismo del niño no hará más que confirmar y aumentar la gracia recibida. ¿Y no es este un servicio diaconal de la mujer?
----------Cuando el papa Francisco ha hablado recientemente de la mujer como superior al hombre, se refería, como él mismo ha dicho expresamente, a la Iglesia que es esposa de Cristo y madre de la humanidad y por tanto también madre del sacerdote en cuanto hombre varón. Esta maternidad de la Virgen y, por tanto, de la Virgen en cuanto mujer ¿no es acaso un servicio diaconal?
----------Añado que para aclarar esta cuestión del diaconado femenino, que pone en juego los valores específicos de la feminidad, debemos considerar además que ya desde al menos dos siglos la mujer en la Iglesia gradualmente ha venido conquistando una posición y un rol de una tal importancia, que muchos hoy se preguntan si no sea útil o conveniente o necesario para el bien de la Iglesia y para el potenciamiento precisamente de esos roles, oficios, ministerios y tareas, que las mujeres ya ejercen honorablemente, que ellas, si lo desearan y tuvieran la aptitud para ello, reciban un suplemento de gracia y de energía sobrenatural en virtud del conferimiento a ellas del ministerio laical del diaconado.
Confirmar con un don de gracia lo que la mujer ya hace
----------Viene al caso aquí que recuerde a los lectores que desde hace ya muchos años la mujer se muestra muy capaz y muy buscada para diversas actividades eclesiales como, por ejemplo, el animar las asambleas litúrgicas o paralitúrgicas, así como los encuentros de oración o las peregrinaciones o el rezo del Rosario o cosas similares. Ella no puede hacer la homilía al Evangelio de la Misa, pero puede hacer breves introducciones o presentaciones de los actos litúrgicos o hacer las oraciones de los fieles.
----------Además, ¿cómo no reconocer la creatividad femenina en la invención de nuevas oraciones adaptadas a las circunstancias? ¿Cómo negar su sensibilidad a las necesidades concretas de las personas, sobre todo los familiares, los pequeños, los ancianos, los enfermos? ¿Cómo negar su piedad por los difuntos? ¿Su inquietud y preocupación por la suerte de los pecadores?
----------¿Por qué todas estas claras manifestaciones de una sana espiritualidad no podrían ser confirmadas y potenciadas por la posesión del diaconado? Si ella se prodiga hasta el extremo de sus fuerzas por las personas merecedoras de su amor, sin tener en cuenta los sacrificios y fatigas, si posee dones de profecía o narra sus experiencias místicas, ¿por qué no favorecerla y sostenerla con el don del diaconado?
----------Ya desde hace muchos años se le permite a la mujer ejercer el ministerio del lectorado, aunque no con vistas al sacerdocio. También disfruta del ministerio de la distribución de la Comunión en la Misa y en la visita a los enfermos. Tiene la facultad de exponer y reservar el Santísimo Sacramento para la adoración eucarística, de bendecir funerales y matrimonios, de administrar el bautismo. Recientemente la Iglesia ha instituido el ministerio del catequista, del cual la mujer tiene posibilidad de valerse.
----------Nos podríamos preguntar con justificados motivos, entonces, si ella no podría recibir también el ministerio del acolitado, visto que éste es un ministerio laical. En cuanto al diaconado instituido (el diaconado ordenado está excluido), sería necesario aclarar cuáles podrían ser sus funciones. Por eso el papa Francisco quiere que continúen los estudios porque los tiempos no están todavía maduros para una decisión. Parece más apropiado que sean las propias mujeres quienes hagan propuestas.
----------En estos últimos dos siglos se han mejorado los conocimientos que el Pueblo de Dios tiene de las cualidades espirituales propias de la mujer. El mismo Magisterio pontificio a partir de Pío XII nos proporciona indicaciones preciosas: véase por ejemplo los Discursos de Pío XII sobre la mujer en diversas colecciones de las enseñanzas del papa Pacelli hoy existentes; también es necesario indagar el magisterio de san Paulo VI sobre la mujer; y de san Juan Pablo II su encíclica Mulieris dignitatem, del 15 de agosto de 1988, además de sus Catequesis sobre el amor humano, de los años 1979 a 1983.
----------Notemos también que los ministerios ordenados están reservados claramente al hombre varón en virtud de la voluntad de Cristo, pero que también existe una correspondencia entre ellos y las cualidades propias de la masculinidad, mientras que la cuestión hoy aún abierta es la de descubrir mejor los carismas y los ministerios conformes a las cualidades propias de la feminidad.
----------Salvado el mantenimiento de las disposiciones intangibles e inmutables de Cristo sobre el sacerdocio, es necesario ver mejor para qué ministerios es adecuada la masculinidad y para cuáles es adecuada la feminidad. Cuanto más se aclaren las cualidades de la masculinidad y de la feminidad, tanto más se comprenderá cuáles ministerios son adecuados para cada una.
Cualidades para ser diaconisas
----------Las mujeres más aptas para ser diaconisas son aquellas que más y mejor saben comprender y apreciar el valor y la función del sacerdocio ministerial. Si bien la mujer no puede ser sacerdote, existen sin embargo algunas mujeres, especialmente entre las Religiosas, que se encuentran en una especial afinidad con el alma del sacerdote; tienen una especial aptitud para la dirección espiritual, una especial estima y aptitud para la liturgia, están interesadas por la teología o el derecho canónico; se asemejan al sacerdote en su predicación del Evangelio y en su misión educativa y formativa, saben comprender y compartir de modo especial la sensibilidad y el cuidado del corazón sacerdotal por los que sufren, los pobres, los necesitados; poseen un sentido similar al suyo de la comunión humana y eclesial, una sed de Dios semejante a la suya (esto se nota en las parejas fundadoras de Institutos religiosos; ya que el fundador puede estar solo en la obra fundadora; pero si hay una fundadora, siempre está combinada con un fundador).
----------Este tipo de mujeres se asemejan al sacerdote en su combatividad contra las fuerzas del mal, de la mentira y de la injusticia. Ellas saben comprender el ánimo del sacerdote en sus aspiraciones, en sus sufrimientos, en sus problemas y saben darle luz, consejo, consuelo y confortación, lo saben corregir, lo animan y lo estimulan en el cumplimiento de sus deberes y de su misión sacerdotales.
----------Estas mujeres conocen la diferencia entre las cualidades masculinas y las femeninas, y no desean en absoluto el Orden sagrado para ellas, porque saben que el sacerdocio se corresponde solo con las cualidades masculinas. Ellas, en cambio, están contentas y orgullosas de su feminidad porque saben que es agradable y benéfica para los hombres ("¡he aquí por fin el hueso de mis huesos y la carne de mi carne!" Gn 2,23) y saben que su feminidad se integra a la masculinidad de ellos.
----------Por el contrario, aquellas mujeres que quisieran ser sacerdotes, son como unas sexualmente frustradas, muestran a la vez desprecio por su feminidad e incomprensión por la verdadera dignidad del sacerdocio. Ponen en juego a despropósito la igual dignidad de los sexos, que a decir verdad aquí no entra para nada, como si el sacerdocio correspondiera a la reivindicación de un derecho humano o estuviera en el vértice de la escala social.
----------Durante estos dos últimos siglos las mujeres han hecho bien en liberarse de su estado de inferioridad y de servidumbre al hombre, obteniendo hoy alcanzar los vértices de la escala social. Pero el sacerdocio no pertenece al horizonte de los derechos humanos, como si existiera un derecho al sacerdocio, sino al misterio de los dones y de las elecciones divinas.
----------Indudablemente, para poder devenir sacerdotes es necesario dar prueba de equilibrio psicológico y de virtudes humanas, pero no se necesitan especiales niveles culturales, nobleza de natalidad o riqueza de capacidades humanas. Lo esencial es una fuerte necesidad de Dios y de conducir al prójimo a Dios. Si alguien se convierte en jefe de empresa o líder político, aparte de la suerte, su éxito parece explicable pensando en sus capacidades. Pero que éste se haga sacerdote y el otro no, no es humanamente explicable, sino que se explica solo con una misteriosa e insondable elección divina.
----------La mujer que desea el sacerdocio como si fuera un derecho demuestra que lo confunde con una conquista social, al igual que convertirse en presidente de la República. Además, ¿qué mujer de buen sentido común renunciaría a su voz o a su maravilloso cuerpo para tomar los masculinos? ¿No la juzgaríamos como una tonta? Las mujeres que aspiran al sacerdocio hacen lo mismo.
----------Algunos objetan: ¿pero qué tiene que ver el sacerdocio con el sexo? Estamos en el plano espiritual, donde ser varón o ser mujer es indiferente. ¿El sacerdote no es un guía de almas? ¿El sacerdocio no es una actividad espiritual? ¿No tienen alma por igual el varón y la mujer? Entonces, ¿qué tiene que ver el sexo? Pues bien, ¡claro que aquí tiene que ver el sexo! Y aquí vemos cuánta importancia da Dios al sexo, si lo hace sujeto de un sacramento, como por lo demás sucede en el matrimonio.
----------Y aquí está precisamente el descubrimiento moderno de la dignidad femenina. El ser mujer no es solo un hecho físico sino también el hecho de tener un alma diferente a la del varón (véase mi ensayo, publicado en este blog: ¿Qué diferencia hay entre el alma del hombre y la de la mujer?), de modo que varón y mujer no se completan sólo físicamente, sino también espiritualmente. He aquí pues el punto: ¡diaconado ordenado y diaconado instituido se complementan mutuamente!
----------He aquí, entonces, cómo podríamos ver y valorar a las diaconisas colaboradoras, consejeras y ayudantes del Papa, de los Cardenales, de los Obispos, de los presbíteros y de los diáconos en su ministerio específico. Veremos, donde sea posible, la creación de parejas, una sola cosa en el ejercicio del ministerio en recíproca complementariedad al servicio de la Iglesia y de las almas.
----------Notemos, por tanto, que el sacerdocio no es una esencia aparte respecto a la feminidad; al contrario, el sacerdocio está esencialmente completo solo gracias a la aportación de la feminidad. Aquellos sacerdotes que tratan a la mujer a distancia, desde lo alto hacia abajo, no saben comprender la espiritualidad femenina, por lo que nunca podrán desarrollar en plenitud las potencialidades de su ministerio. Para el sacerdote, que es varón, vale el dicho genesíaco: no está bien que el hombre esté solo; hagámosle una ayuda semejante a él, una ayuda para la edificación de la Iglesia. Y esta será la diaconisa.
----------La custodia de la castidad debe ser actuada en forma positiva, como relación más que como autocontrol, más que en forma negativa o represiva, sin obviamente descuidar las tradicionales prácticas ascéticas. Pero no se trata tanto de huir de las tentaciones y peligros, sino más bien de valerse de las cualidades propias del otro sexo para integrar el propio.
----------Dios ha creado al hombre y a la mujer no para que estuvieran en guardia o en alerta el uno del otro, sino para que fueran una sola carne y esto no debe valer solo para el matrimonio, sino para todas las vocaciones y los estados de vida, en todas las actividades en la sociedad y en la Iglesia, salvando naturalmente, allí cuando sea requerido, la abstinencia sexual. El hombre es por esencia la pareja humana. "No es bueno que el hombre esté solo". La gracia del diaconado favorecerá esta reciprocidad manteniendo lejos los peligros e incrementando la unión en la colaboración para el bien de la Iglesia y la santificación de la misma pareja.
----------Queda en la pareja entre varón y mujer no matrimonial, sino ministerial, la perspectiva de engendrar juntos, solo que en este preciso caso los dos son padre y madre no tanto de los cuerpos, sino más bien de las almas. Por lo tanto, se unen espiritualmente para una generación espiritual. Pero si no se entiende cuál es la espiritualidad femenina, ¿cómo se puede realizar esa unión espiritual y esa generación espiritual?
----------Considero ahora de utilidad, reportar las directivas de san Pablo VI referentes a los ministerios instituidos del lectorado y del acolitado, que aquí el Papa refiere a los aspirantes al sacerdocio, pero, tratándose de ministerios laicales, creo que se pueden adaptar al diaconado femenino.
De la Carta apostólica Ministeria quaedam de san Paulo VI del 15 de agosto de 1972
----------San Paulo VI, Carta apostólica en forma de motu proprio Ministeria quaedam, por la que se reforma en la Iglesia latina la disciplina relativa a la primera tonsura, a las órdenes menores y al subdiaconado.
----------"...Está más en consonancia con la realidad y con la mentalidad actual el que estos ministerios no se llamen ya órdenes menores; que su misma colación no se llame 'ordenación' sino 'institución'; y además que sean propiamente clérigos, y tenidos como tales, solamente los que han recibido el Diaconado. Así aparecerá también mejor la diferencia entre clérigos y seglares, entre lo que es propio y está reservado a los clérigos y lo que puede confiarse a los seglares cristianos; de este modo se verá más claramente la relación mutua, en virtud de la cual el 'sacerdocio común de los fieles y sacerdocio ministerial o jerárquico, aunque diferentes esencialmente y no sólo en grado, se ordenan sin embargo el uno al otro, pues ambos participan a su manera del único sacerdocio de Cristo' (Lumen gentium, n.10).
----------I. En adelante no se confiere ya la primera Tonsura. La incorporación al estado clerical queda vinculada al Diaconado.
----------II. Las que hasta ahora se conocían con el nombre de 'Ordenes menores', se llamarán en adelante 'Ministerios'.
----------III. Los ministerios pueden ser confiados a seglares, de modo que no se consideren como algo reservado a los candidatos al sacramento del Orden.
----------IV. Los ministerios que deben ser mantenidos en toda la Iglesia Latina, adaptándolos a las necesidades actuales, son dos, a saber: el de Lector y el de Acólito. Las funciones desempeñadas hasta ahora por el Subdiácono, quedan confiadas al Lector y al Acólito; deja de existir por tanto en la Iglesia Latina el Orden mayor del Subdiaconado. No obsta sin embargo el que, en algunos sitios, a juicio de las Conferencias Episcopales, el Acólito pueda ser llamado también Subdiácono.
----------V. El Lector queda instituido para la función, que le es propia, de leer la palabra de Dios en la asamblea litúrgica. Por lo cual proclamará las lecturas de la Sagrada Escritura, pero no el Evangelio, en la Misa y en las demás celebraciones sagradas; faltando el salmista, recitará el Salmo interleccional; proclamará las intenciones de la Oración Universal de los fieles, cuando no haya a disposición diácono o cantor; dirigirá el canto y la participación del pueblo fiel; instruirá a los fieles para recibir dignamente los Sacramentos. También podrá, cuando sea necesario, encargarse de la preparación de otros fieles a quienes se encomiende temporalmente la lectura de la Sagrada Escritura en los actos litúrgicos. Para realizar mejor y más perfectamente estas funciones, medite con asiduidad la Sagrada Escritura.
----------El Lector, consciente de la responsabilidad adquirida, procure con todo empeño y ponga los medios aptos para conseguir cada día más plenamente el suave y vivo amor (Sacrosanctum Concilium, n.24; Dei Verbum, n.25), así como el conocimiento de la Sagrada Escritura, para llegar a ser más perfecto discípulo del Señor.
----------VI. El Acólito queda instituido para ayudar al diácono y prestar su servicio al sacerdote. Es propio de él cuidar el ser-vicio del altar, asistir al diácono y al sacerdote en las funciones litúrgicas, principalmente en la celebración de la Misa; además distribuir, como ministro extraordinario, la Sagrada Comunión cuando faltan los ministros de que habla el c. 845 del C. I. C. o están imposibilitados por enfermedad, avanzada edad o ministerio pastoral, o también cuando el número de fieles que se acerca a la Sagrada Mesa es tan elevado que se alargaría demasiado la Misa. En las mismas circunstancias especiales se le podrá encargar que exponga públicamente a la adoración de los fieles el Sacramento de la Sagrada Eucaristía y hacer después la reserva; pero no que bendiga al pueblo. Podrá también -cuando sea necesario- cuidar de la instrucción de los demás fieles, que por encargo temporal ayudan al sacerdote o al diácono en los actos litúrgicos llevando el misal, la cruz, las velas, etc., o realizando otras funciones semejantes. Todas estas funciones las ejercerá más dignamente participando con piedad cada día más ardiente en la Sagrada Eucaristía, alimentándose de ella y adquiriendo un más profundo conocimiento de la misma.
----------El Acólito, destinado de modo particular al servicio del altar, aprenda todo aquello que pertenece al culto público divino y trate de captar su sentido íntimo y espiritual; de forma que se ofrezca diariamente a sí mismo a Dios, siendo para todos un ejemplo de seriedad y devoción en el templo sagrado y además, con sincero amor, se sienta cercano al Cuerpo Místico de Cristo o Pueblo de Dios, especialmente a los necesitados y enfermos.
----------VII. La institución de Lector y de Acólito, según la venerable tradición de la Iglesia, se reserva a los varones.
----------VIII. Para que alguien pueda ser admitido a estos ministerios se requiere: a) petición libremente escrita y firmada por el aspirante, que ha de ser presentada al Ordinario (al Obispo y, en los Institutos clericales de perfección, al Superior Mayor) a quien corresponde la aceptación; b) edad conveniente y dotes peculiares, que deben ser determinadas por la Conferencia Episcopal; c) firme voluntad de servir fielmente a Dios y al pueblo cristiano.
----------IX. Los ministerios son conferidos por el Ordinario (el Obispo y, en los Institutos clericales de perfección, el Superior Mayor) mediante el rito litúrgico 'De Institutione Lectoris' y 'De Institutione Acolythi', aprobado por la Sede Apostólica.
----------X. Deben observarse los intersticios, determinados por la Santa Sede o las Conferencias Episcopales, entre la colación del ministerio del Lectorado y del Acolitado, cuando a las mismas personas se confiere más de un ministerio.
----------XI. Los candidatos al Diaconado y al Sacerdocio deben recibir, si no los recibieron ya, los ministerios de Lector y Acólito y ejercerlos por un tiempo conveniente para prepararse mejor a los futuros servicios de la Palabra y del Altar. Para los mismos candidatos, la dispensa de recibir los ministerios queda reservada a la Santa Sede.
----------XII. La colación de los ministerios no da derecho a que sea dada una sustentación o remuneración por parte de la Iglesia.
----------XIII. El rito de la institución del Lector y del Acólito será publicado, próximamente por el Dicasterio competente de la Curia Romana.
Estimado Padre: me llamó la atención que usted diga: "...una pregunta que podemos hacernos hoy es si puede ser conforme a la mujer el ministerio del acolitado...". El ministerio del acolitado para las mujeres ¿no ha sido ya permitido por el Papa Francisco?
ResponderEliminarDe hecho, el Papa Francisco ha proporcionado esto, incluso modificando las normas del Código de Derecho Canónico, a menos que yo omita algún detalle que contradiga lo que veo: en el motu proprio Spiritus Domini.
https://www.vatican.va/content/francesco/es/motu_proprio/documents/papa-francesco-motu-proprio-20210110_spiritus-domini.html
Gracias
Nadia Márquez
Estimada Nadia,
Eliminarpor cuanto respecta al ministerio del acolitado femenino, efectivamente, éste ya ha sido querido por el actual Pontífice en su Carta Apostólica "Spiritus Domini" en forma de Motu Proprio, del 11 de enero de 2021.
Es necesario tener presente, sin embargo, que este ministerio es simplemente un ministerio instituido por la Iglesia sin relación o finalización u orientación al sacramento del Orden.
Precisamente, no tengo dudas: el ministerio del acilitado para las mujeres es un ministerio instituido, no como camino hacia el Orden Sagrado. Pero me ha dado la impresión que su pregunta, en el texto de su artículo ("...una pregunta que podemos hacernos hoy es si puede ser conforme a la mujer el ministerio del acolitado..."), daba la impresión que usted estaba esperando que este ministerio fuera concedido a las mujeres, cuando en realidad ya se ha concedido.
EliminarGracias
Nadia Márquez
Estimada Nadia,
Eliminarcuando hablé del acolitado femenino en mi artículo, yo tenía presente mi experiencia de sacerdote, al que, desde el año de mi ordenación, hace cincuenta años, nunca ha sucedido que se vea a una mujer ejercer el ministerio del acolitado.
Al respecto, le recuerdo que este ministerio consiste en poner sobre el altar durante la Misa las ofrendas, que son el pan, el vino, el cáliz, la patena, el corporal, el purificador, eventualmente la pisside; en verter algunas gotas de agua en el vino; en el hacer el lavabo, que consiste en verter un poco de agua sobre los dedos del sacerdote; tomar la pisside del tabernáculo y reservarla. Después de la Misa, retirar las ofrendas (el cáliz, la patena, el corporal, el purificador, las vinajeras) del altar y colocar todo en un lugar adecuado.
La cuestión que se plantea ahora es la de conectar este servicio al altar con el diaconado femenino.
La imagen que dan esas mujeres "ministras extraordinarias" en las Misas Novus Ordo, me disgusta... En cambio ¡qué belleza la de los sacerdotes solemnes y piadosos en la Misa Vetus Ordo, ofreciendo las sagradas formas consagradas a cada uno de los fieles, de rodillas y no menos piadosos!... No hay punto de comparación.
ResponderEliminarEstimada Ana María,
Eliminaren ámbito litúrgico no se trata de dejarnos llevar por nuestros gustos, como si se tratara de una cuestión de estética, sino que como buenos fieles se trata de aceptar serenamente y confiadamente aquello que la Iglesia permite hacer u ordena hacer.
Lo que acabo de decir, también es válido por su referencia al Novus Ordo Missae (el único que constituye hoy la ley litúrgica de la Iglesia) y cualquier vetus ordo al que se refiera usted, como tales abrogados.
Por cuanto respecta a la mujer y su participación en la liturgia, usted debería saber que desde hace décadas la mujer puede ser ministra extraordinaria de la Eucaristía, una tarea sagrada que honra la dignidad femenina. Usted, como mujer, debería estar orgullosa de esta facultad espiritual que la Iglesia benignamente le concede para el servicio de los fieles.
Usted, Padre, olvida que las manos de un sacerdote son especiales. Es su deber administrar el Santísimo. Siempre ha sido de los sacerdotes y de ellos debe permanecer. En cambio con estos juegos de dejar grietas que tantos problema causan, el Santísimo lo administra cualquiera y los sacerdotes casi nunca. El Santísimo llevado a pasear dentro de las bolsitas para ser llevado al enfermo, que quizás si lo ve un sacerdote es un poco mejor, tanto por consuelo como para poder confesarlo antes de hacer algo que nadie más puede hacer excepto los sacerdotes. Con estos juegos muchos sacerdotes ya ni siquiera van a bendecir las casas, te dan el papel con una bendición y una boquilla de agua bendita y te lo haces tú mismo en casa. Es un desastre conseguirlos para confesarse, una tarea que cada vez se parece más a una cacería. Y hay mucho que decir también sobre quien va a leer las lecturas de la Misa, que a menudo atrae más la atención y los pensamientos que en cambio deberían estar todos sobre la Sagrada Escritura. La iglesia se puede servir tranquilamente sin ir por ahí con los grados en exhibición, que el único que paga el servicio es Dios. Se debe hacer por Dios, no para tener una posición de autoridad. Hubo grandes santas que no eran diaconisas, pero sirvieron de manera excelente y luego terminaron siendo hechas santas por la Iglesia. Se abre una brecha de buena fe , como la comunión en la mano, y luego sale un dique de problemas, como con todos los sacrilegios más fáciles de hacer gracias a la comunión en la mano.
EliminarAna María: Estoy totalmente de acuerdo con usted. ¡esas mujeres tienen en sus manos a Jesús, el Señor!!!
EliminarPadre, si yo no hubiera necesitado al sacerdote sería protestante. No soporto ni ministras ni ministros. La hostia la reclamo de manos sacerdotales. En la última cena no estaba la Virgen. Sin embargo, es la Reina de los Apóstoles.
EliminarEstimado Padre, tal vez se refería al ministro extraordinario de la Comunión.
EliminarEstimado Adolfo,
Eliminarla institución de los ministerios eclesiales no ordenados, es decir, no relativos al Sacramento del Orden, es un oficio sagrado confiado exclusivamente a la Iglesia, la cual ha recibido de Cristo la facultad de conferir estos ministerios a sujetos adecuados, varones y mujeres laicos; ministerios que están asociados a una gracia para la edificación de la Iglesia. Siendo así las cosas, usted, como buen católico debe acoger con reconocimiento y gratitud estos actos de la autoridad eclesiástica y, en cuanto se refieren a las cualidades propias de la mujer, la mujer, debería estar muy contenta de este reconocimiento de su dignidad por parte de la misma Iglesia.
Estimado Remo,
Eliminarciertamente las manos del sacerdote consagran a Jesús Eucarístico, pero siempre es una gran cosa que las manos de una mujer reciban a Jesús Eucaristía para distribuir a los fieles.
Estimada Gisella,
Eliminarusted quizás olvida que Jesús ha conferido a la Iglesia el poder de regular la administración de los Sacramentos. Usted me hace entender que no quiere ser protestante, y eso está muy bien. Sin embargo, le hago presente que esta desconfianza hacia la autoridad de la Iglesia tiene mucho sabor a protestantismo.
Estimado Saverio,
Eliminares necesario distinguir el ministerio del diaconado instituido, es decir no ordenado, del cual la mujer puede ser sujeto, del ministerio extraordinario de la Comunión. Ahora bien, está claro que una diaconisa puede distribuir la Comunión, pero es igualmente conocido que por el momento la mujer puede ser ministra extraordinaria de la Comunión, aunque no sea diaconisa.
Bien dicho, padre Filemón.👌
EliminarPadre: ¿Ha leído el libro de De Mattei sobre el Vaticano II? No es un sedevacantista. No se puede negar las infiltraciones masónicas y modernistas en la Iglesia. El mismo Pablo VI dijo que el humo de Satanás había entrado en el Vaticano. Por otra parte, tanto la comunión en mano como las ministras y los ministros deberían ser la excepción y en cambio se han convertido en la regla. He asistido a misas con sacerdotes en el altar y ministros que daban la comunión...
EliminarGisella: Por desgracia, ¡así es como se termina!
EliminarDe un meñique que se les da... se comen todo...
Estimada Gisella,
Eliminarhe leído el libro de De Mattei. Ciertamente el diablo puede intervenir para crear confusión o poner en dificultades a los Padres conciliares. De Mattei narra cómo en el Concilio hubo momentos dramáticos. Sin embargo, el diablo no puede tener la victoria, sino que solo sirve como estímulo para un mayor compromiso espiritual, de tal manera que al final triunfe el Espíritu Santo. De hecho todos los documentos del Concilio fueron votados por una amplísima mayoría.
Estimada Ana María,
Eliminarciertamente en la Iglesia hay sujetos que quieren obtener fines que no son buenos y en ciertos casos tienen cierto éxito.
Pero en la Iglesia vigila el Espíritu Santo, que siempre termina por destruir las tramas del demonio.
Padre, sé bien quién triunfará al final. Pero, basándome en lo que veo diariamente en cuanto a descuido y falta de sacralidad, dudo que todo lo que sucede en la Iglesia sea obra del Espíritu Santo...
EliminarEstimada Gisella,
Eliminaren este mundo el Espíritu Santo obra junto con el demonio y evidentemente hay una bella diferencia entre las obras del primero y las del segundo.
Sin embargo, tenga en cuenta que el demonio no hace nada que no le sea permitido o bien ordenado para nuestra salvación o poniendo a prueba nuestra fe o purificándonos de los pecados.
Santa Catalina de Siena nos hace notar además que no podemos llegar a estar sometidos a satanás, si no lo queremos nosotros mismos con el pecado, sobre todo de soberbia.
No tengo una idea definitiva sobre el tema. Solo puedo escuchar y tomar nota. Lo que no entiendo y quisiera una ayuda al respecto, es el uso y la acción del Espíritu Santo en eventos como este sínodo particular. Por ejemplo, al principio el Papa Francisco dijo: "Los protagonistas del Sínodo no somos nosotros, es el Espíritu Santo, y si dejamos su lugar al Espíritu Santo, el Sínodo irá bien." De acuerdo, pero ¿no es un poco raro hablar así antes para justificar cualquier decisión que se tome después? Y ¿cómo se sabe si el Espíritu Santo realmente actúa entre las personas? El documento final de esta sesión incluso llega a decir: "no se podrá detener lo que viene del Espíritu Santo". Cierto, en términos absolutos es verdad. Pero ¿cómo podemos estar seguros de que lo que se ha decidido es realmente bajo el Espíritu Santo? Yo estoy un poco perplejo. El Espíritu Santo no debería ser invocado como ayuda sin llamarlo en causa siempre, ¿quizás inoportunamente? ¿Podría explicarme, Padre, la acción del Espíritu Santo y el modo correcto de dirigirnos a Él?
ResponderEliminarHace un año, luego, escuché una nota en un cana de televisión católico, un sub-responsable oficial del Sínodo salir con la expresión "¡es Jesús quien lo quiere!" El mismo problema, ¿cómo hacen para decir semejante cosa?
Estimado Alejandro,
Eliminaren la historia de la Iglesia el Espíritu Santo actúa en las grandes ocasiones: elección del Papa, convocatoria de un Concilio o de un Sínodo, profesiones religiosas, ordenaciones sacerdotales, administración de los Sacramentos sobre todo la Confirmación y el Matrimonio.
En cambio, para las necesidades de la vida cotidiana, es aconsejable la devoción al Ángel custodio; para la lucha contra el demonio, el Arcángel Gabriel; para la adquisición de cualquier gracia, la Virgen; para el bien de su propia vida personal, su Santo Patrono.
¿Cómo hacemos para saber que las decisiones de un Sínodo vienen del Espíritu Santo? La verificación no es difícil. Como podemos ver por ejemplo en este Sínodo, esas decisiones se toman con una larguísima mayoría, signo de una profunda concordia y unión en la caridad, que son dones del Espíritu Santo. *
También se trata de considerar las decisiones en sí mismas, si son sabias. En efecto, no se dice que ellas sean todas al máxima de la sabiduría, sino que puede suceder que algunas sean menos prudentes, por lo que eventualmente habrá que remediarlas en un Sínodo posterior.
Por ejemplo, el Concilio Vaticano II, en su parte pastoral, como dijo el mismo Benedicto XVI, puede ser discutido, un eufemismo para decir que es necesario un cambio de rumbo consistente en el hecho de que, dado que en el Concilio hay una cierta tendencia buenista, es necesario recuperar una cierta severidad, sin desmentir el mayor conocimiento de la divina Misericordia realizada por el Concilio.
* https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2024/october/documents/20241026-sinodo-vescovi.html
https://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2024/10/26/0832/01659.html
https://press.vatican.va/content/dam/salastampa/it/fuori-bollettino/pdf/Risultati%20Votazioni_Sinodo.pdf
¡Nunca ocurrirá!
ResponderEliminarEstimado Pablo,
Eliminar¿a qué se refiere?
Ni se puede mirar...
ResponderEliminarEstimado Antonio,
Eliminar¿a qué se está refiriendo?
Este tipo de desarrollos y nuevas doctrinas en la Iglesia alejarán cada vez más la posibilidad de una unión ecuménica, tanto con los ortodoxos orientales como con los lefebvrianos.
ResponderEliminarEstimado Anónimo, es absolutamente inevitable que este tipo de “desarrollos y nuevas doctrinas en la Iglesia”, como usted los llama, produzca el alejamiento cada vez mayor a los ortodoxos orientales y a los lefebvrianos de la plena comunión con Roma. Si usted se pregunta: ¿Por qué razón? la respuesta es fácil.
EliminarDado que en la Iglesia existe una tradición viva, el conocimiento de la Palabra de Cristo no está fijado y cristalizado rígidamente en un pasado caprichosamente establecido ni en 1054 ni en 1958, sino que es un conocimiento que se mejora, aclara y profundiza con el tiempo, gracias al compromiso de los teólogos y, con la ayuda del Espíritu Santo, lo cual es el desarrollo del dogma, evolución del dogma que está guiada por el Magisterio de la Iglesia.
Obviamente, los ortodoxos en 1054, y Lefebvre y su grupo de seguidores en 1970, estaban más cerca de Roma en 1054 y 1970 que lo que están hoy, porque desde 1054 y desde 1958 hubo un desarrollo del dogma y de la doctrina católicos. Es decir, y a la inversa, se profundiza el cisma y la herejía de ambas comunidades separadas, tanto la de los ortodoxos como la de los lefebvrianos.
Estimado Anónimo,
Eliminaryo haría una lectura diferente de la situación.
En mi opinión, la actual valorización de la dignidad femenina, basada en un progreso ya comprobado por una serie de hechos más que seguros, debería ser un estímulo creíble para estos hermanos nuestros, que han quedado detenidos y apegados a una visión ya largamente superada.
Es necesario tener confianza en el hecho de que el Espíritu Santo ilumina también a estos hermanos. En efecto, la Iglesia no puede detener su progreso para ponerse a esperar que algunos se muevan y avancen, sino que son ellos los que, confiando en la presencia de Cristo en la Iglesia, están obligados a tomar nota de la novedad del Espíritu Santo.
Estimado padre Serafín,
Eliminarlo que usted dice es cierto, humanamente visto, dados los precedentes, podemos imaginar una reacción contraria.
Pero, por otra parte, ¿no están llamados también ellos, como dice el Concilio Vaticano II, a alcanzar la comunión plena con la Iglesia Católica?
Tiene razón, padre Filemón. mi pensamiento fue seguramente demasiado humano. Se nos hace necesario recordar que siempre debemos confiar en la poderosa acción del Espíritu Santo, que anima a su Iglesia.
Eliminar"Ya los tiempos están maduros" 🤔😳🙁 una frase muy ambigua y que parece resolver, o peor, JUSTIFICAR LOS CAMBIOS DOCTRINALES y el mismo paradigma de la Iglesia... como los tiempos están maduros, vengamos señores! HAGAMOS TODO NUEVO... todo como USTEDES quieren... avancen las feministas, encontraremos un lugarcito también para ELLAS (no el diaconado ORDENADO, eh! esto sería equívoco, eh!!!), hay lugar para todos, todos, todos... excepto para la Tradición, excepto para el DEPÓSITO DE LA FE, excepto por la doctrina de siempre... los tiempos están maduros y, por lo tanto, adelante con las demoliciones para construir nuevos barrios populares y villas de chabolas!! ah! justamente el reverendo y querido Padre volverá a decir por millonésima vez: HABÉIS ENTENDIDO MAL, HABÉIS MALINTERPRETADO... 😉 si fuera así, Padre Filemón, sería la primera en alegrarme de haberme equivocado, pero sus palabras no confortan en absoluto... Me guío por la advertencia de San Pablo: 2Timoteo 4:
ResponderEliminar"1. Yo te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, y en nombre de su Manifestación y de su Reino: 2 proclama la Palabra de Dios, insiste con ocasión o sin ella, arguye, reprende, exhorta, con paciencia incansable y con afán de enseñar. 3 Porque llegará el tiempo en que los hombres no soportarán más la sana doctrina; por el contrario, llevados por sus inclinaciones, se procurarán una multitud de maestros 4 que les halaguen los oídos, y se apartarán de la verdad para escuchar cosas fantasiosas. 5 Tú, en cambio, vigila atentamente, soporta todas las pruebas, realiza tu tarea como predicador del Evangelio, cumple a la perfección tu ministerio". 🙏
Lo peor es empezar un artículo diciendo... "los tiempos ya están maduros" cuando no es que estén maduros. ES QUE CIERTAS COSAS SE DEBEN QUITAR DE SU CABEZA PORQUE NO ES P
EliminarDorotea: Los tiempos están maduros para satanás que está demoliendo la Iglesia de Cristo.
EliminarPero las puertas de los infiernos no prevalecerán...
Dorotea: Te sugiero que releas lo que escribiste... ¿Lo has escrito pensando seriamente?...🤗
EliminarDorotea, pero en realidad 🤦🏻♀️ cada vez que me encuentro con este blog debo comprobar que el padre Filemón es el mejor escalador que he visto! Por cierto, debe tener un inmenso derroche de energía que a su edad no debería procurarse....
EliminarEl autor de este artículo tiene una habilidad increíble... ni siquiera el mejor cocinero podría girar las tortitas como el p.Filemón.
EliminarEstimada Dorotea,
Eliminarme maravilla mucho su discurso, que denota una ignorancia teológica muy grave, inconcebible en una laica que, como lo parece usted, quiere estar comprometida para servir a las actuales necesidades de la Iglesia.
En mi artículo sobre el diaconado he explicado con extrema claridad que la propuesta del diaconado femenino no tiene nada que ver con un cambio doctrinal, sino que se trata simplemente de repristinar un ministerio eclesial que la mujer ya ha ejercido en los primeros siglos de vida del cristianismo.
Estimada Ana María,
Eliminartemo que su intervención no se puede entender del todo, porque se ve que ha quedado trunca. De modo que intentaré interpretarla por lo que ha escrito.
He explicado muy bien (así estoy convencido) que la perspectiva para las mujeres no es la del diaconado ordenado, sino que se trata de un diaconado instituido, que no tiene nada que ver con el sacramento de la Orden, sino que es un oficio establecido por la Iglesia, que en el pasado del cristianismo la mujer ya ha ejercido, aunque en una forma que hoy ya no se usa, mientras que en la Iglesia actual hay muchas otras actividades femeninas que podrían ser consagradas por el carisma diaconal.
Estimado Antonio,
Eliminarcon mi expresión del inicio del artículo, he querido expresar (y ello estaba extremadamente claro) que los tiempos están ya maduros en razón de que hoy la mujer ha conquistado un nivel de dignidad que nunca antes había poseido.
¿Por qué no alegrarnos de ello? ¿No debemos progresar hacia metas cada vez más elevadas? ¿Qué es el camino cristiano sino el camino hacia el reino de Dios?
Dorotea: He leído lo que escribió el padre Filemón y me ha hecho llorar. Un tirar a la basura Tradición y Magisterio.
EliminarAdriana: es necesario leer bien: el diaconado a las mujeres no es orden sagrado sino diaconado instituido; es decir, NO es el primer grado del sacerdocio, sino un ministerio/servicio que las mujeres ya realizan pero que con el diaconado le da a ellas una gracia de estado. El Padre Filemón, lo ha aclarado muy bien: por un lado está el significado del diaconado ordenado al sacerdocio y por otro lado está el significado del diaconado laico, orientado al servicio de la Iglesia.
EliminarEstimada Roxi,
Eliminarsoy teólogo, y cumplo con mi deber. ¿Usted qué es lo que hace en la Iglesia? ¿Cumple alguna función o ministerio? ¿Y en nombre de qué me hace estas acusaciones?
Estimada Ornella,
Eliminarle puedo hacer las mismas preguntas que a la anterior lectora: ¿en base a qué usted me hace esta acusación?
Estimada Adriana,
Eliminardemuéstrame lo que tú dices.
Estimada María,
Eliminarusted ha comprendido perfectamente cuanto he tratado de explicar en mi artículo.
Padre, sabe muy bien que esto no es cierto 😉 incluso el Papa Francisco tuvo que rendirse ante dos comisiones que no encontraron nada... el "diaconado" como lo define usted se refiere al hecho de que algunas mujeres ayudaban al obispo por situaciones desagradables como el comprobar maltratos en la familia, violencias y similares, donde solo otra mujer podía controlar ciertas situaciones 😉 pero nada que ver con EL ALTAR, La liturgia o cosas así...
EliminarMe da la sensación que usted no sabe ciertas cosas. No creo en absoluto que una santa Catalina de Siena o un santo Tomás de Aquino puedan estar de acuerdo con sus "reflexiones" que parten de un hermoso error: "Ya los tiempos están maduros"... como decir ahora podemos encontrar finalmente un lugar para las mujeres en la Iglesia...🤔
Pero quiere entender que a las MUJERES SERIAS NO LES INTERESA??? Nos interesa salvar el alma, las almas... queremos un lugar en el Paraíso no en la Iglesia...
nuestro papel en la Iglesia y el mundo LO CONOCEMOS muy bien, los que están contaminando SON FEMINISTAS...
son las que NO quieren casarse, no quieren hijos, pero quieren SU LUGAR!
Aprende de santa Catalina la verdadera y justa batalla, MUJER FUERTE Y VIRIL y que no se las mandó a decir ni siquiera al Papa 😉
Dorotea y Adriana: es necesario leer bien: el diaconado a las mujeres no es orden sagrado sino diaconado instituido; es decir, NO es el primer grado del sacerdocio, sino un ministerio/servicio que las mujeres ya realizan pero que con el diaconado le da a ellas una gracia de estado. El Padre Filemón, lo ha aclarado muy bien: por un lado está el significado del diaconado ordenado al sacerdocio y por otro lado está el significado del diaconado laico, orientado al servicio de la Iglesia.
EliminarHe leído bien y no me parece que el padre Filemón haya aclarado nada, sino más bien lo que ha hecho es apoyar lo que NUNCA podrá ser
EliminarAdriana: a mí me aclaró cosas que no conocía. Por ejemplo, que hay dos tipos de Diaconado. El primer grado para llegar al sacerdocio, por un lado; y por otro, el diaconado instituido, laico : este último es lo que la mujer puede recibir. Reitero mi oposición al sacerdocio femenino. (Que nunca podrá recibir) Jesucristo instituyó el Sacerdocio eligiendo a los varones. Esto es establecido por Dios. Punto.
EliminarDorotea: los tiempos están maduros para mandar todo a la ruina. Es esto lo que quieren.
EliminarEstimado padre: ¿Pero qué está diciendo??? Progresar hacia metas elevadas?? Y ¿tuvimos que esperar dos mil años para alcanzar este "alto" nivel de inteligencia? Me está diciendo que el hombre de 2024 es mucho más inteligente que los de siglos pasados? ¿En qué? ¿En presionar las teclas del ordenador? O en las obras artísticas y arquitectónicas de hoy? Tal vez en dar rienda suelta a cada instinto bestial que lleva a matar a los propios semejantes, a desatar los instintos sexuales peor que los animales o a decidir día a día si eres macho o hembra según el estado de ánimo con el que te despiertas por la mañana? Dónde está este PROGRESO? ¿Realmente piensa que los GRANDES del pasado no han valorado ya lo que es Verdad y lo que es mentira???
EliminarPadre, gracias por su reflexión, la he leído detenidamente, pero... se necesita una sobreabundancia de Espíritu Santo y mucha oración de todos nosotros...
EliminarDorotea: concuerdo contigo completamente.
EliminarMaría J.: Me parece que hay confusión de roles. ¿Por qué llamar Diaconado a esta tarea femenina y no usar otro nombre?
EliminarPadre: Me pregunto si no es suficiente la consagración femenina como siempre la hemos conocido... Los diáconos tenían otras tareas fuera del altar...
EliminarEstimada Dorotea,
Eliminares necesario que tú distingas la dignidad femenina, tal como ha sido aclarada por el papa Pío XII, por san Juan XXIII, por san Paulo VI y por san Juan Pablo II, respecto de las teorías de diverso género, o pasadistas o modernistas o filoprotestantes o genderistas, que constituyen una desgracia para la Iglesia y una grave ofensa a la dignidad de la mujer.
Santo Tomás de Aquino y santa Catalina de Siena, si vivieran hoy, estarían en primera fila para apoyar el ministerio pontificio en esta grandiosa empresa histórica, que ve la cada vez más clara aparición de la dignidad de la mujer, que Dios ha creado para que "el hombre no estuviera solo".
Estimada María,
Eliminarusted se ha expresado de una manera muy correcta, perfectamente conforme a la doctrina de la Iglesia. ¡Mi más viva congratulación!
Estimado José,
Eliminaren la historia siempre existen procesos de maduración: una cosa es la maduración en la santidad y otra cosa es la maduración en el pecado. Usted confunde las dos cosas.
Estimado Iván,
Eliminaren la historia humana hay un progreso tanto en el bien como en el mal. El progreso en el bien (mysterium salutis) es sostenido por el Espíritu Santo y supone una continua profundización de la Palabra de Dios. El progreso en el mal (mysterium iniquitatis) está inspirado por satanás, que quiere impedir el progreso de la Iglesia hacia el reino de Dios. Pero llegará el momento en el cual Cristo volverá para llevar a cabo el progreso de la Iglesia en su plenitud y derrotar al mismo tiempo y definitivamente los poderes satánicos.
Estimada María Gracia,
Eliminarestoy de acuerdo.
Estimado Gabriel,
Eliminarel término diaconado es utilizado por la propia Iglesia. Como usted sabe, también existe un diaconado masculino, pero que está reservado para los varones y está conectado con el sacramento del Orden. ¿Por qué hablar de diaconado tanto en uno como en el otro caso? Porque diácono significa servidor o ministro. Estamos por lo tanto hoy redescubriendo que, además de la diaconía masculina, existe también una diaconía femenina que no está conectada con el sacramento del Orden, sino que es simplemente un ministerio instituido por la Iglesia.
Estimada Ana María,
Eliminarestá claro que en la Iglesia permanece con su gran valor la vida religiosa femenina. Sin embargo hoy nos preguntamos si no es bueno añadir a este estado de vida también un ministerio diaconal instituido. ¿Por qué esta adición? Porque la consagración religiosa representa un estado de vida de compromiso espiritual superior en la búsqueda de la perfección. Por lo tanto, tiene una referencia particular a la santidad personal del sujeto. En cambio el diaconado, aun estando también basado en una gracia, no está dirigido a la santidad personal del ministro, sino a la santificación de la Iglesia, es decir, de sus fieles.
Bah! a mi me parece una pérdida de tiempo!
EliminarSi precisamente se necesita más servidores de la Iglesia, en los casos extremos se podría dar la posibilidad de administrar la Eucaristía a las religiosas. No había necesidad de los laicos "ministros extraordinarios".
Las consagradas que sirven a la Iglesia y las almas YA existen!
No hay necesidad de hablar de "diaconado instituido".
No sé quién puede tergiversar ideológica y heréticamente la historia para poner en marcha tales protestas que no deben existir
Dorotea, escúcheme... el diaconado lo inventó la Iglesia en base a una necesidad histórica .... Hoy las necesidades pueden cambiar, también en lo que se refiere al ministerio del episcopado y del presbiterado. Cuántas cosas han cambiado a lo largo de la historia de la Iglesia.... Pensemos por ejemplo en el hecho de que antes se consideraba pecado y escandaloso comer con tenedor... gracias a Dios hemos recuperado un poco el sentido... La única fe verdadera y universal es la de Cristo Jesús, hijo de Dios Salvador.... Todo lo demás es interpretación humana e histórica.
EliminarPrecisamente, Padre! En este momento está prevaleciendo el progreso del mal, incluso en la Iglesia, y quien hace como que no ve, a los ojos de Dios es un ciego que guía o acompaña a otros ciegos!
Eliminarpadre Filemón: en los primeros siglos del Oriente, mientras que en Occidente no había diaconisas... He hecho una búsqueda...
EliminarLe agradezco, Padre
EliminarPadre: No me parece, de hecho, no le parece en realidad a la Iglesia, a los Padres, la Tradición y a las Sagradas Escrituras . Si hay alguna alusión a diaconisas, se refiere a un servicio social quizás , pero no tiene nada que ver con el ministerio de la Iglesia...
EliminarEstimada Ana María,
Eliminarya le he explicado a otro lector la diferencia entre el carisma religioso y el carisma diaconal. La religiosa es llamada por Dios a un especial compromiso espiritual en orden a su santificación, aunque ella también realiza servicios eclesiales. La diaconisa, en cambio, no es necesariamente una religiosa, sino que puede ser también laica. La gracia que recibe, aunque beneficie a su alma, está sin embargo destinada a la edificación de la Iglesia. Por lo tanto, es una misión diferente de la de la religiosa. Por eso hoy la Iglesia, sin desconocer en absoluto el servicio prestado por las consagradas, nos invita a estudiar cuáles podrían ser las tareas de una futura diaconisa, y se les invita a hacer esto sobre todo a ustedes mujeres, porque obviamente ustedes se conocen a ustedes mismas mejor de lo que nosotros los hombres podemos entenderlas a ustedes, aunque Dios nos creó para ayudarnos mutuamente.
Estimado Iván,
Eliminarsí, es cierto, hay quien hace como que no ve, pero gracias a Dios también existe quien ve bien e ilumina a los demás.
Estimada María Irene,
Eliminarla existencia de la diaconisa deputada al Bautismo de las mujeres es un hecho histórico conocido. Lo que hay que destacar es que no eran diaconisas ordenadas, sino instituidas.
Estimado Carlos,
Eliminarestá claro que las diaconisas de los primeros siglos no disfrutaban del primer grado del sacramento del Orden, pero como he dicho y repetido a los lectores, se trataba de un ministerio instituido por la Iglesia, que como tal puede ser ejercido también por las mujeres.
Padre, soy una catequista y vivo con tanto dolor este período de confusión, busco ayuda y claridad en una iglesia devastada por la confusión que ha perdido el sentido de lo sagrado y que está vendiendo la Tradición y el depósito de la fe, y lamentablemente veo que también usted, aunque se esfuerce para animar a los fieles, con demasiada frecuencia se ve obligado a trepar por los espejos, pero aprecio su buena voluntad y creo en su buena fe.
EliminarEstimada Roxi,
Eliminaryo no me trepo por ningún espejo. Considero estas sus palabras como ofensivas.
Usted no tiene ninguna prueba de lo que me acusa, no me ofrece argumentos de lo que ofensivamente afirma.
Lea mis argumentos cuidadosamente y verá que son rigurosos y esclarecedores. No tengo otro interés que la verdad, y mis lectores saben desde hace años que yo, llegada la ocasión, sé criticar también al Papa, pero solo cuando es lícito y un deber, habiendo aprendido bien esto en mis cinco décadas de sacerdote.
Si de escalar algo se puede decir de mí, es que sé hacer escaladas de quinto grado en la cordillera, pero engañar a los lectores eso nunca, porque ya he sufrido a causa de la verdad y soy bien consciente de que Dios me pedirá cuentas rigurosas de mi predicación de teólogo.
Padre Filemón, las mujeres instituidas diaconisas, ¿sabe que tienen todas las posibilidades de terminar detrás del altar al lado del celebrante?
ResponderEliminarLe pido un par de palabras también sobre esto.
Estimado Victorio,
Eliminarla mujer hoy por hoy ya disfruta del ministerio del lectorado y del acolitado. Por lo tanto, esto significa que ella, aunque no puede recibir los grados del sacramento del Orden, puede ayudar al celebrante a decir la Misa, por supuesto, junto a él, en el que antes era llamado el presbiterio, cerca del altar.
Está claro que la ministra habilitada para el acolitado podrá ser una diaconisa. En efecto, está en funcionamiento una Comisión Pontificia, encargada de determinar las tareas de la diaconisa. Para el lectorado y el acolitado véase el siguiente motu proprio del Papa:
https://www.vatican.va/content/francesco/es/motu_proprio/documents/papa-francesco-motu-proprio-20210110_spiritus-domini.html
Padre Filemón: las diaconisas en la Iglesia primitiva no realizaban funciones sobre el altar , sino que ayudaban durante los bautismos femeninos...
EliminarEstimado Nicolás,
Eliminar¿pero usted ha leído mi artículo?
Estoy de acuerdo con usted. Tal vez me he explicado mal
EliminarGracias padre, me parece que escribió palabras definitivas.
ResponderEliminarEl diaconado instituído, si no me equivoco, es un servicio desarrollado de manera permanente... una cosa es realizar un servicio esporádico (por ejemplo en parroquia) y otra cosa es realizarlo regularmente... ¡No se entiende por qué no hay que hacerlo! Jesús dio a las mujeres un papel importante, distinto del sacerdotal pero no inferior ...en efecto una mujer María Magdalena fue enviada para dar el anuncio de la resurrección a los Apóstoles. No se entiende por qué las mujeres no pueden desempeñar un papel pastoral más amplio ...hasta la predicación.... No creo que Jesús pudiera ofenderse de ello...
ResponderEliminarMaría Benedicta: está bien pero no hay que llamarlo DIACONADO o incluso "un rol PASTORAL"... si los términos, las palabras, tienen todavía una etimología y un valor, Respetémoslo... porque a menudo es precisamente sobre las palabras que jugamos mucho 😉 Nuestro Señor Jesucristo ha dado al HOMBRE VARÓN papeles internos a la Iglesia como LA PASTORAL, LA LITURGIA (Sacramentos etc.), EL DIACONADO... a las Mujeres se les da SERVIR A LA IGLESIA y por tanto los Pastores con papeles propios... inventarse otros nuevos para satisfacer ciertas demandas feministas no viene del Evangelio, aquí está toda la cuestión 😉
EliminarDorotea: ¿Qué quieres decir con la palabra diaconado? El Sacerdote es un Presbítero.
EliminarMaría Benedicta: Hay sacerdotes y sus manos benditas deben tocar el cuerpo de Cristo, otros no, la iglesia moderna puede inventar lo que quiera pero la verdad es esta
EliminarLina: recuerda cuando Magdalena lloraba y secaba con su cabello los pies de Jesús, tocándolos ...qué decían los demás en la sala y la respuesta de Jesús?...
EliminarMaría Benedicta: ¿Necesita la etiqueta de diaconisa para hacer vida cristiana y llevar el anuncio? ¿Le parece que si hubiera sido necesario no habría sido restablecida hace tiempo, quizás cuando el cristianismo vivía un bonito boom diferente de hoy en día que en misa no hay ni siquiera la mitad de la gente que asistía hace una década y no es que brille el catolicismo? No se hizo, pero las mujeres contribuyeron enormemente. Hoy en día, sin embargo, detrás de este impulso no hay quien quiera servir , sino el hacerse ver..., pero fingimos que está bien. Se verán los resultados como se han visto cada vez que se ha querido hacer según el espíritu del mundo. Repito, si había que llevar la comunión a los enfermos o hacer sermones por ahí y muchas otras cosas en las que queremos poner nuestras manos, ¿quién mejor que María Santísima? Cuando nos apetece mirar el ejemplo dejado, cuando no nos apetece no. Está bien.
EliminarMaría Benedicta: Judas se quejó del desperdicio de perfume caro porque podía hacer dinero. Cuando Jesús instituyó sacerdocio y eucaristía estaban allí los apóstoles, no otros. Si hubiera sido cosa de mujeres habría estado su Madre. Mismo discurso sobre la predicación. Nosotros los laicos ya tenemos nuestro rol para llevar el anuncio, cada día viviendo el evangelio y hablando de Dios a los demás. Las mujeres, con mayor razón, teniendo la posibilidad de la maternidad tienen que evangelizar a los hijos, que a su vez llevarán el anuncio en la sociedad. Si lo hiciéramos las cosas irían mejor. Si lo hubiéramos hecho probablemente no nos habríamos reducido a lo que hoy somos.
EliminarAdolfo: ¿pero de qué estás hablando? El tema es el diaconado instituid. Hasta que me des prueba en contrario, las mujeres no pueden ser Sacerdotes/Presbíteros; por lo demás Jesús no hizo preferencias de género .
Eliminar... ¿Pero qué significa? el sacerdote es sacerdote... no hay otros que pueden tomar su lugar
EliminarLina: efectivamente, se está hablando de diaconado instituido, no del sacerdocio...
EliminarAdolfo: pero por qué me citas en lo personal mientras el discurso es genérico? Te gusta atacar a la gente? Soy Terciaria Mercedaria .... No necesito ser diaconisa, pero no encuentro malo que las mujeres puedan serlo. La Biblia nos muestra un Jesús que tiene una actitud no discriminatoria sobre la misión de las mujeres ...al contrario de los fariseos... Las ha excluido solo del sacerdocio o de la celebración de la Eucaristía ... Luego en ciertas partes de tu intervención muestras desprecio por las mujeres ... lo cual es una actitud nada cristiana.... Sobre todo cuando dices que las mujeres no tienen ganas de servir sino de hacerse ver.... un pensamiento casi talibán
EliminarMaría Benedicta: parte de que también en el genérico se puede usar el "tú", conocido como "tú genérico" por lo que no era personal ni ataque, pero ya que te haces foriera, en este caso mi discurso te está dirigido personalmente, por una posición tuya en la que en mi respuesta estás también incluída. Y no odio a las mujeres, pero no es que no pueda ver. Creo que no es necesario otorgar un nuevo título, en un momento histórico donde la humildad escasea, donde hay gente que está en esta o aquella asociación o pertenece a esta o aquella hermandad y de católico pone poco o nada en el plato , ¿ir a buscar un título para que sirve ? Para obtener un título, un reconocimiento a los ojos de los demás... y no es lo más indicado. Podemos escondernos detrás del dedo y decir que no es verdad, pero si somos honestos lo es. Saber que este es otro caballo de Troya para abrir a cosas que no deberían existir en la Iglesia, porque desde aquí se tomará al vuelo para apuntar al sacerdocio femenino, y de vuelta estamos yendo a la escuela de los protestantes después de la gran idea de la comunión en la mano, y sin embargo apoyarlo no es una gran idea. Las mujeres están excluidas de la administración de los sacramentos, no solo el sacerdocio y la eucaristía, pero como se nota hay una marea que van dando a nuestro Señor en lugar de los sacerdotes y así no debería ser. Las cosas malas siempre se infiltran con la apariencia de ser inofensivas. Entonces no lo son. De todos modos ustedes quieren revolucionar la Iglesia para que todos puedan hacer todo y ¿solo entonces somos todos verdaderamente cristianos? Muy bien. Es poco cristiano también ser apresurado en hablar y juzgar. Y los talibanes son otra cosa, por lo que tu salida no es realmente feliz.
EliminarEstimada María Benedicta,
Eliminares necesario ver lo que usted quiere decir con predicación. Si usted quiere referirse a la homilía al Evangelio de la Misa, esa tarea está reservada al sacerdote o al diácono ordenado.
En cambio, la mujer, durante la celebración eucarística puede realizar varias intervenciones: recitar la oración de los fieles, explicar las partes de la misa, dar los avisos parroquiales.
Ahora bien, si por predicación se entiende en general la instrucción de los fieles, entonces puede ejercer el ministerio de la catequista, puede acceder a todos los grados académicos de la enseñanza teológica, predicar ejercicios espirituales o dirigir paraliturgias o encuentros de oración.
Estimada Dorotea,
Eliminarsi la Iglesia ya en el pasado ha instituido diaconisas, ¿con qué criterio o con qué autoridad te permites decidir quién puede recibir el diaconado y quién no?
Estimada Lina,
Eliminarle recuerdo el episodio de San Tarsicio mártir de la Eucaristía, que pertenece a los primeros siglos. Así que aquí no es una cuestión de la Iglesia moderna, sino que estamos en la más pura tradición eclesial. Por otra parte, si somos buenos católicos, debemos acoger con confianza el permiso que la Iglesia ya desde hace mucho tiempo da a los fieles para recibir la Comunión en la mano, además del ministerio extraordinario de la Eucaristía, que se concede a los laicos.
Estimado Padre: se entendía la predicación del Evangelio de los bautizados no durante la Santa Misa.
EliminarOK! Esto después del Concilio Vaticano II, antes no era así, recuerdo que cuando era pequeña empecé la catequesis siendo muy muy pequeña, tenía 3 años, a 8 años recibí la primera Comunión y luego todos los domingos confesión y la Santa Eucaristía la recibía solo del sacerdote, cubierta de mangas largas también en verano y de rodillas
EliminarMaría Benedicta: Tiene razón, pero la iglesia es machista. Cosas de sacerdotes
EliminarPadre Filemón: Sacerdotes Maschistas. Punto.
Estimada Lina,
Eliminarla valoración que usted debe dar sobre el ministerio de la Santa Comunión debe ser conforme a las normas actuales de la Iglesia, la cual ha tenido de Cristo, en estas materias, la facultad de cambiar o renovar. Por lo tanto, su referencia a los usos anteriores al Concilio Vaticano II no es un argumento suficiente para oponerse al actual permiso concedido a consagradas y a laicos, varones y mujeres, para distribuir la Comunión.
Estimado Eros,
Eliminarel machismo no tiene nada que ver en lo que estamos considerado. Es evidente que tú no sabes cuál es la voluntad de Dios respecto al Sacramento del Orden.
La Iglesia moderna no está siguiendo a Nuestro Señor Jesucristo, sino que le está dando el desalojo... ¿cómo es que no se da cuenta de esto?
EliminarEstimada Lina,
Eliminarsu juicio sobre la situación de la Iglesia no corresponde a la verdad. Lo que se puede decir es que hoy hay una fuerte difusión del modernismo, el cual, sin embargo, es una herejía. Una cosa importante es llegar a apreciar cómo hoy la Iglesia sabe asumir la modernidad en sus aspectos positivos. Ser moderno no es ser modernista, sino que, como nos enseña el papa Francisco, debemos ser modernos en el sentido de estar abiertos a las novedades del Espíritu Santo, de las que hemos tenido experiencia con el Concilio Vaticano II, que no debe ser interpretado de la manera falsa llevada a cabo por los modernistas, sino según la enseñanza de los Papas del postconcilio.
¡Vamos!, ¡Vamos a hacer todo de nuevo, incluso el Evangelio!; eresias herejías!!!... ¡Pero son cosas de locos! Para algunos sacerdotes se necesita un látigo.
ResponderEliminarEstimado Vicente,
Eliminartengo la impresión de que usted confunde el gobierno de la Iglesia con lo que ya ni siquiera en los circos está permitido en los espectáculos de juegos con las bestias. Si se refiere a los modernistas, recuerde que ellos también son nuestros hermanos y deben ser tratados con caridad.
EVIDENTEMENTE JESÚS NO ES DIOS, para saber prever ....
ResponderEliminarEstimado Domingo,
Eliminar¿a que se está refiriendo?
La violencia verbal de algunos comentarios es pareja solo a la ignorancia teológica que se advierte que hay detrás. Que provengan principalmente de mujeres es lo asombroso.
ResponderEliminarEstimado Lucio,
Eliminartambién a mí me asombra que las mujeres, que dicen ser católicas, estén disgustadas por cosas de las cuales deberían alegrarse, porque constituyen el reconocimiento de un grado de dignidad de la mujer, que antes no había alcanzado nunca.
No veo objeciones teológicas al "retorno" de las diaconisas, pero yo tengo una objeción de otra naturaleza: me parece que se va hacia la ministerialización del papel de los laicos en la Iglesia, mientras que lo nuestro específico, como laicos, es la participación bautismal en el sacerdocio de Cristo. Es en el mundo que estamos llamados a testimoniar y hacer misión, más que en torno al altar .
ResponderEliminary es un rol más que exigente y comprometedor.
EliminarRodolfo, la suya es una observación justa que vale para hombres y mujeres. En general, atrincherarse detrás del servicio litúrgico es una manera de eludir el tema de la misión en el mundo. Dicho esto, en la Iglesia también sirven los clérigos para administrar los sacramentos y guiar a las comunidades locales. Claro que el que haya cada vez menos de ellos es un problema verdaderamente serio.
EliminarEstimado Rodolfo,
Eliminarestoy plenamente de acuerdo con usted en que a ustedes, laicos, se les concede un inmenso espacio de acción en el Pueblo de Dios para el bien de la sociedad y de la Iglesia.
Pero creo que usted debe concederme también la importancia de un laicado y de una presencia particular de la mujer en el horizonte de la Liturgia, considerando no solo aquellos que son los dones propios de la feminidad, sino también la oportunidad, por no decir la necesidad, que los sacerdotes y diáconos ordenados sean ayudados en la Liturgia, considerando su bien conocida escasez numérica y las grandes necesidades del Pueblo de Dios.
Me pregunto cuantos son los católicos que conocen la Sacramentum Redemptoonis en los puntos 158 y 159 donde se dice que el laico puede dar la comunión cuando el sacerdote solo haría durar demasiado el tiempo de la administración de la comunión, pero mucho más de 5 minutos. He visto sacerdotes sentados y laicos o monjas dando la comunión y también a laicos y laicas dar la comunión juntos haciendo durar el tiempo de la administración de la comunión más de 2 minutos, Creo que este punto y el hecho de que se ejecuta música profana en la iglesia son las dos infracciones más comunes.
ResponderEliminarEs cada vez más difícil mantener la fe. Por suerte soy viejo y ahora ya me quedarán por ver sólo pocas novedades.
EliminarEstimado Dino,
Eliminaryo no me detendría en estos episodios tal vez un poco desagradables. Lo importante es que aclaremos, junto con nuestros pastores y en particular con las mujeres, qué es lo que el Espíritu Santo les llama a hacer hoy en la Iglesia, especialmente en la Litirgia.
Pongo una objeción concreta.
ResponderEliminarEn este momento la Iglesia es rehén de una facción aguerrida de modernistas que quiere destruir la doctrina. Entre otras cosas, se quiere llegar al sacerdocio femenino y al episcopado femenino.
Ellos admiten abiertamente (ej. Andrea Grillo) que el diaconado femenino es una etapa importante y propedéutica para llegar al sacerdocio femenino. En el momento en que hayan obtenido el diaconado (si fuera posible), comenzarán inmediatamente a empujar por el sacerdocio femenino usando precisamente el argumento "ya tienen el diaconado ¿por qué no el sacerdocio?", además veremos diaconisas que de hecho imitarán lo más posible a los sacerdotes, para acostumbrar a los fieles ingenuos a ver "mujeres que hacen cosas de sacerdotes".
En este momento, en estas circunstancias concretas, el diaconado femenino es una vía para destruir la doctrina sobre el sacerdocio.
Por lo tanto, incluso si fuera teológicamente posible, es inoportuno.
Un poco como las uniones civiles lo son para el "matrimonio igualitario".
EliminarToda la razón, Claudio, como si las religiosas no fueran ya un maravilloso don y ejemplo de servicio.
EliminarClaudio: Es paralelamente lo mismo que ha ocurrido en el mundo civilizado...
Eliminarbueno, bueno... civilizado... quise decir civil, secular...
EliminarClaudio: La Iglesia Católica ha desaparecido, oscurecida por la mundanidad y la adaptación a los tiempos, una especie de renovación espiritual protestante retrasada unos 400 años. En el ambiente anglicano hay mujeres sacerdotes, casadas, lesbianas, que consagran la eucaristía y celebran todos los sacramentos. El gran cardenal John Henry Newman, defensor de la fe en Cristo, se había convertido al catolicismo. Hoy me parece que la jerarquía católica desde el CVII está haciendo el proceso inverso, volviéndose cada vez más protestante anglicana. ¿Adecuaciones al mundo o sugerencias desde el subsuelo?
EliminarPero Gabriel, deberías saber que las ordenaciones anglicanas son nulas según León XIII
EliminarClaudio, tu objeción es la objeción que está en todas partes. Si un pequeño grupo, contra toda evidencia teológica y pastoral, considera el diaconado femenino un paso que introducirá ciertamente el sacerdocio femenino, entonces - a pesar de que desde hace tiempo en muchas diócesis mujeres laicos desempeñan las tareas de los diáconos - debemos impedir el diaconado femenino. Hmmmmm...
EliminarFabio: por lo tanto, si un grupo pequeño, en contra de toda evidencia teológica y pastoral, introduce alguna tontería, no debemos detenerla. Debemos aceptarla para evitar mayores tonterías. La lógica honestamente se me escapa...
EliminarGabriel, perdóname, el grupo no ha introducido nada. Es a mí que se me escapa la lógica por la cual hay que impedir un desarrollo pastoral porque un grupillo lo ve solo como una premisa al sacerdocio femenino.
EliminarFabio, ¿habíamos dicho que nos trataríamos del tu? 😃 no hay mucho de definición magisterial que cierra definitivamente el discurso. De pastoral, en esas ideas no hay nada. Solo la fantasía de quien las propone.
EliminarClaudio: en efecto pero ustedes las conocen realmente a las mujeres?
EliminarGabriel: vaya más tranquilo con los gritos apocalípticos, porque la Iglesia Católica nunca desaparecerá. Por más que lo intenten. Ciertamente, en este momento la barca no está bien, pero yo todavía tengo fe en Aquel que calmará la tormenta.
EliminarFabio: El problema es que no se trata de un "grupillo" (¡ojalá!) sino de una facción poderosa, sin escrúpulos, con hombres bien encardinados en puestos de poder. He mencionado el nombre de Andrea Grillo y él es, en general, también uno de los más ingenuos (porque lo corroe una rabia tal que dice abiertamente a dónde quiere llegar: otros son más sutiles).
EliminarPor cierto, ¿cómo está Gilberto...? ¿siempre tan empeñado contra todo lo que huele a católico?
Arturo: Mira cuántas mujeres aquí están en contra del diaconado femenino, porque han descubierto la estafa.
EliminarFabio: El grupito tiene roles profesorales bien alocados, traditionis custodes proviene de sus magnánimos lomos...
EliminarEstimado Claudio,
Eliminarestoy totalmente de acuerdo con usted que hay que bloquear las pretensiones heréticas de aquellos que quieren el sacerdocio para la mujer, pero el camino correcto para lograr este objetivo es precisamente el de arrancarles de la mano su argumento fuerte, vale decir, la promoción de la mujer en la Iglesia. Será, por tanto, el diaconado femenino instituido la medicina contra las tramas de los modernistas filo-protestantes.
Estimado Gabriel, tenga presente que el proyecto del diaconado instituido femenino se enmarca en la más pura ortodoxia al ser autorizado por la propia Iglesia. Por lo tanto, compararlo con las uniones civiles es un grave insulto a la Iglesia. Hay que decir, en cambio, que el diaconado femenino instituido promete ser una valiosa contribución al progreso de la Iglesia, que pone en práctica las cualidades propias de la mujer.
EliminarBuenas tardes y feliz fiesta de Todos los Santos! No me expliqué bien. Había hecho esa comparación en las intenciones de quien quiere reformar malignamente la Iglesia, no en quien quiere renovarla espiritualmente.
EliminarNo, lo que yo quiero es al diácono, al sacerdote. Mujeres no. Basta ya. Tenemos las monjas, que son una gracia especial.
ResponderEliminarEstimada Helena,
Eliminarusted debe hacer el sereno esfuerzo por comprender que el carisma de la hermana religiosa no es el de la diaconisa. Son dos dones diferentes dados por el Espíritu Santo.
¿Por qué uno sí y el otro no? Son dos dones que se complementan.
La consagrada está llamada a un particular compromiso de espiritualidad y a hacerse santa en el cumplimiento de una misión particular.
La diaconisa instituida está llamada a un precioso ministerio eclesial, basado en una gracia de estado relativa a su ministerio, aunque también ella esté llamada a la santidad.
Se necesita un conocimiento correcto de los orígenes de la Iglesia para entender mejor en qué dirección moverse. Muchos en la apertura al diaconado femenino ven el riesgo futuro del posible sacerdocio, pero creo que las dos cosas pueden y deben estar bien separadas y distinguidas para evitar cualquier equívoco.
ResponderEliminarEl intento del padre Filemón lo encuentro útil e interesante
Lucas: Desafortunadamente, en este momento no hay confianza en la posibilidad de evitar equívocos y malentendidos. Quizás en un futuro lejano cuando haya pasado la crisis modernista, pero ahora es concretamente imposible.
EliminarEstimado Claudio,
Eliminarprecisamente, debido al hecho de la existencia de un modernismo invasivo, existe una razón más para obrar con todas nuestras fuerzas con el fin de hacer claridad en la situación, y no dar la impresión de que la Iglesia es esclava de los modernistas.
Soy mujer, dedicada a la costura y a la moda, y siempre he preferido a Armani a las túnicas eclesiásticas.
ResponderEliminarSin embargo, hace unos cuarenta años una colega, obviamente atea, estaba muy preocupada por lo "discriminación" en la Iglesia.
Estimada María Teresa,
Eliminaren el ámbito de la discusión sobre el diaconado instituido femenino se plantea también la cuestión del hábito. Al respecto podemos decir de inmediato que la mujer no puede llevar la estola, porque es el signo de los grados del Sacramento del Orden.
Además, hay que tener en cuenta que la dalmática también es signo del diaconado ordenado.
Por cuanto respecta a la vestimenta, ciertamente deberá ser el signo de este ministerio.
Por ahora, al menos por lo que yo conozco, no hay proyectos precisos. Ciertamente esta materia será afrontada por la Comisión nombrada por el Papa.
Estimado padre,
Eliminargracias por tomarse la molestia de responder.
Discusión amena sobre una propuesta totalmente modernista, que solo puede crear confusión y alejamiento de la práctica litúrgica de la Iglesia Católica. ¿Para qué sirve el diaconado femenino?
ResponderEliminar¿Cuál es el beneficio?
Estimado Rodolfo,
Eliminarel modernismo se quita de en medio poniendo en obra las iniciativas de la Iglesia. Por eso la solicitud que nos viene del Santo Padre de aclarar la cuestión del diaconado instituido femenino es exactamente una medicina contra el modernismo.
Que el diaconado femenino deba ser el primer paso hacia el sacerdocio es la gran mentira de los modernistas, pero ya sería hora de darse cuenta de que esta teoría es simplemente herética. Desde hace décadas los Pontífices nos dicen con claridad que la mujer no puede ser sacerdote, pero esto no significa en absoluto que ella no tenga dones especiales distintos de los de nosotros varones en la edificación de la Iglesia, gracias a una reciprocidad que tiene su origen en Dios mismo.
Padre, gracias por la aclaración. De todos modos, yo no había señalado ningún impedimento a la mujer para que desarrollo un servicio en la iglesia , siempre con moderación y condiciones bien establecidas, además tenemos desde hace siglos las órdenes femeninas que son sin duda una Gracia de Dios. Memento Domine .
Eliminar¡¡¡¡¡Basta de toda esta patraña!!!!!
ResponderEliminarLorenza: Basta de qué? ¿A qué se refiere? Si no dice nada, no se entiende a qué le dice "basta".
EliminarSan Pío X ruega por nosotros...
ResponderEliminarEspero que no suceda en mi parroquia. Quiero sacerdotes, las manos del sacerdote. mujeres nunca.
ResponderEliminarEstimada Helena,
Eliminarme quedo muy sorprendido, estupefacto diría, por ésta su reticencia frente a una posibilidad muy hermosa, que hoy la Iglesia les propone a ustedes, las mujeres. Pero ¿acaso a usted no le importa su dignidad como mujer? ¿Acaso no es usted consciente de lo valiosa que es la mujer para el hombre varón? Esto sucede no solo en el ámbito del matrimonio, sino en todos los ámbitos de la vida social y eclesial.